Ene
16
¿Espejismo? ¡Son tantos los que se cruzan en el camino!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y... ¿nosotros? ~ Comments (0)
Caminé sin rumbo fijo durante horas, perdí la noción del tiempo, ¿dónde podría encontrarla ahora? si de su partida no sabía ni el momento. Mi corazón latía con fuerza, sentía dentro de mí la desazón, ¡busacarla en un inmenso mundo sin puertas! una búsqueda sin rumbo y sin razón. Desesperado y cansado, después de atravesar un ancho lago, caí al suelo, desolado, aquel era un esfuerzo sin resultados. ¡Más de pronto sentí su presencia, con su mirada clavada en mi derrota, me observaba llena de complasencia, al comprender lo que añoraba su ausencia. Su belleza sobresalía, de entre aquellas rojizas nubes, su majestad se imponía, a la misma Naturaleza que formaban los bellos bucles.
¡Sí, muchas pueden ser las clases de espejismos a las que nos podemos ver sometidos!
Estos fenómenos físicos provocan locura, según innumerables historias, a hombres solitarios que viajan a través del desierto o por alta mar. Aún en nuestros días, muchos desconocen que los espejismos son resultado de la refracción de la luz y se les confunde con fantasmas y alucinaciones.
Un espejismo se nos puede presentar de muchas maneras y en circunstancias diversas. Generalmente, cuando hablamos de espejismo, lo hacemos de un fenómeno que ocurre como resultado del doblamiento de los rayos de luz al atravesar capas de aire que tienen grandes gradientes de temperatura. Un espejismo inferior ocurre cuando la temperatura del suelo está muy caliente y el aire y el aire cerca del suelo, está mucho más caliente que el aire por encima. Los rayos de luz del cielo son fuertemente refractados hacia arriba cerca de la superficie, dando la apariencia de un charco de agua. Un espejismo superior ocurre si el aire cerca del suelo es mucho más frío que el que está por encima. La luz se dobla hacia abajo detrás del objeto hacia el observador de forma que parece que se eleva o flota en el aire.
Mecanismo de un espejismo. La densidad desigual del aire, a causa de ciertas temperaturas, produce una refracción de la luz del cielo. Ello, a su vez, provoca que el observador interprete su procedencia desde el suelo. Naturalmente, esto se interpreta como un charco de agua que refleja la luz del cielo, pero no es el caso.
En los desiertos tropicales, en el aire en contacto con el suelo tórrido se calienta y su densidad varía de tal manera que, contrario a lo usual, el aire más frío se mantiene encima del más caliente, el cual fue calentado por la radiación reflejada por el suelo. Esto crea una densidad desigual en el aire que le otorga varios índices de refracción. Por tanto, un rayo de luz reflejado por un objeto lejano que va hacia abajo, y en la dirección del observador, va experimentando refracciones sucesivas al atravesar las distintas capas de aire; su inclinación hacia el suelo es cada vez menor y, tras llegar a la horizontal, el rayo sufre nuevas refracciones, aunque esta vez hacia arriba. Así es como, tras haber descrito una trayectoria curva de convexidad dirigida hacia abajo, llega al ojo del observador, que ve en el suelo (espejismo inferior) una imagen poco neta del objeto. Ahora bien, como otros rayos de procedencia real llegan también directamente al ojo del observador, éste tiene la impresión de ver a la vez el objeto (por ejemplo, una palmera en un desierto) y, al pie del mismo, una segunda imagen invertida, como si esta palmera se reflejara en una superficie líquida inexistente. Por tanto, en las horas más calurosas del verano, la imagen del cielo parece venir del asfalto de la carretera caliente, a la vez que ésta parece mojada o encharcada para el observador.
Una sombra es una región de oscuridad donde la luz es obstaculizada. Una sombra ocupa todo el espacio detrás de un objeto opaco con una fuente de luz frente a él. La sección eficaz de una sombra es una silueta bidimensional o una proyección invertida del objeto que aspira la luz.
La cantidad de información que llega al cerebro proveniente de los órganos de los sentidos es de 11 millones de bits por segundo, pero la capacidad de información de nuestra consciencia no sobrepasa los 45 bits por segundo. Esto significa que la inmensa mayoría de nuestra actividad cerebral es inconsciente. Sin embargo, el llamado yo consciente piensa que todo lo que sucede está bajo la iluminación de la consciencia. De la misma manera que no se ha podido constatar la existencia de ese yo en ninguna parte del cerebro, es muy probable que la libertad sea también una ilusión, una construcción cerebral, ya que esa libertad va unida al yo consciente, según nos asevera el Dr. Francisco J. Rubia.
Hablamos del cerebro humano por ser el “desconocido” mejor conocido, muchas son las inteligencias que están presentes en nuestro planeta y que, no hemos podido llegar a conocer. De algunos animales, podemos haber vislumbrado alguna clase de inteligencia y, si me apuran, de sentimientos pero, lo que se dice conocer lo que se puede fraguar en sus cerebros…, es una gran incógnita para nosotros que, somos los seres predominantes en el planeta y, además de ser conscientes hemos llegado a presentir que tenemos “Alma”, algo tan complejo que, siendo portadora de los sentimientos y los pensamientos, es, sin embargo, inmaterial y etérea. Eso que llamamos Alma es en realidad la sabiduría, la que nos lleve a comprender sobre las cosas, sobre el mundo, sobre el Universo y, sobre la misma condición humana.
Sabemos de la importancia del corazón para que el cuerpo funciones, sin embargo, el cerebro es de una complejidad tal que, no hemos podido llegar a comprender toda su grandeza, y, sabemos que rige todo lo que acontece en nuestros cuerpos, él se emiten las ordenes necesarias para hacer los precisos movimientos, para hablar o correr, o, en otros casos, para pensar y generar pensamientos y… ¡sentimientos! Sin embargo, aún no podemos estar seguro de que nos muestre el verdadero Universo en el que vivimos y del que formamos parte, ya que, ¿cómo podemos saber si la Naturaleza y el Universo que creemos ver y “entender”, es realmente como nosotros lo percibimos y no se trata de un espejismo creado por nuestros limitados sentidos?
Mirando la inmensidad de la Galaxia, nos preguntamos: ¿Qué criaturas habrá en esos millones de mundos?
Pensamos que en otros planetas (al menos en una fracción de todos los planetas presentes en las Galaxias), también habrá surgido y evolucionado la vida inteligente que, como la nuestra, habrá avanzado y desarrollado su propia tecnología, e incluso algunas de esas comunidades tecnológicos pueden estar en este preciso momento tratando (como hacemos nosotros) de entrar en con nosotros y con otras inteligencias dispersas a lo largo y a lo ancho del vasto Universo. Así pues, los investigadores de SETI suscriben generalmente la idea de la escala de progreso, al aceptar que no sólo la vida, sino también la mente, están en cierto sentido predestinadas a aparecer en el universo. Pero, ¿cómo ven esas mentes el “mundo”? ¿Será para todas ellas una misma realidad la que rija, o, por el contrario, cada mente tiene su propia realidad, su propio espejismo del mundo?
En última instancia pienso que, el recipiente ser diferente pero, el cerebro portador de la mente, será parecido o similar al nuestro y se regirá por los mismos parámetros y funciones. Un inmenso entramado de neuronas y cogniciones que reciben, controlan y envían información que procesa para conocer el mundo exterior y comprender, su lugar en el Cosmos. Al principio, el desconocimiento hará que veamos un universo adaptado al índice de conocimiento que cada cual pueda alcanzar, y, a medida que ese índice sea más elevado, es decir, que sepamos más y podamos comprender mejor y más exactamente, el “mundo” se hará cada vez más real, más verdadero al comprender, lo que estamos viendo y saber por qué suceden las cosas que él suceden.
Claro que, este punto de vista dominante a favor de las mentes consciencientes, esconde de nuevo una hipótesis enorme acerca de la naturaleza del Universo. Significa aceptar, de hecho, que las leyes de la naturaleza están “amañadas” no sólo a de la complejidad, o sólo a favor de la vida, sino también a favor de la Mente. Dicho de otra manera, creo que la Naturaleza misma es ¡MENTE! De no ser así, me resultaría muy difícil comprender que la mente no esté inscrita de una forma fundamental en esas leyes naturales que todo lo rigen y hacen que las cosas ocurran vemos que pasan. Es,así, altamente significativo, por supuesto, que los productos de la tendencia de complejificación de la naturaleza -seres inteligentes como el Homo Sapiens- sean capaces de entender las propias leyes que han dado lugar al “entendimiento” si, esos sujetos, fueran totalmente ajenos a ella.
En cierta manera, tales pensamientos son visiones inspiradoras. Pero, ¿es verosímil? ¿Podemos creer que el universo no sólo es bioamigable, sino también mente amigable. ¿Son tantos los mundos que, como la Tierra, tendrán las precisas para la vida? y, ¿Será la vida, toda la vida del Universo, basada, como la de la Tierra en el Carbono? Bueno, eso no lo sabemos pero tiene visos de realidad si pensamos en lo que hemos podido ver aquí y, ¡como el universo es igual en todas partes!… Circulan muchas versiones por ahí.
“La hipótesis hecha tan abiertamente por astrónomos, físicos y algunos bioquímicos, según la cual una vez que la vida se pone en marcha en alguna , los humanoides aparecerán final e inevitablemente, es lisa y llanamente falsa”. En un famoso debate con el defensor de SETI Carl Sagan, el Biólogo Ernst Mayr se hacía eco del escepticismo de Simpson: “En la Tierra millones de linajes u organismos y quizá 50.000 millones de sucesos de especiación, sólo uno condujo a una alta inteligencia; eso me hace creer en su completa improbabilidad”.
Por uno u otro motivo, muchas especies que habitaron la Tierra dejaron de existir
Muchas formas de vida pasada, ya no están aquí con nosotros. De hecho, sólo el 1% de las epecies que han poblado la Tierra viven actualmente y, tenemos que tener claro que, la única manera de evolucionar es mutar, sin mutaciones no hay evolución, dado que la dinámica del planeta es cambiante y nos exige una adaptación, aunque a lo largo de miles de , nosotros y otros seres vivos mutamos para sobrevivir.
La vida contiene tantos accidentes del destino, tántas carambolas arbitrarias que la pauta de cambio es esencialmente aleatoria. Los millones de pasos fortuitos que construyen nuestra propia historia evolutiva nunca sucederían por segunda vez, ni siquiera en lineas generales. La historia recorrería “otro camino” , de modo que, “la enorme mayoría de las repeticiones nunca produciría…una criatura con autoconsciencia… La probabilidad de que escenario alternativo (por ejemplo, repetición) contenga algo remotamente parecido a un ser humano debe ser practicamente nula”. ¿O no?
Todavía andamos dando vueltas y vueltas a la pregunta de que fue lo primero.
Yo siempre piendo en aquel caldo primordial, en el protoplasma vivo, en aquella primera célula replicante. Muchos fueron los facctores que tuvieron que intervenir para poder llegar a ella y, a partir de ahí, ¡comenzó la aventura de la vida! Que aún en evolución, da lugar a que, en nuestras mentes se produzcan espejismos de cosas que creemos ver y que no son como las vemos.
¡Ya irémos aprendiendo!
emilio silvera
Ene
16
¡Inexorable paso del “Tiempo”! ¿Qué será el Tiempo?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Divagando ~ Comments (0)
El final de todo llegará y aunque tenemos datos para saber cómo podría ser… ¡Está lo impredecible!
“Dentro de miles de millones de años a partir de , habrá un último día perfecto en la Tierra… Las capas de hielo Ártica y Antártica se fundirán, inundando las costas del mundo. Las altas temperaturas oceánicas liberarán más vapor de agua al aire, incrementando la nubosidad y escondiendo a la Tierra de la luz solar retrasando el final. Pero la evolución solar es inexorable. Finalmente los océanos hervirán, la atmósfera se evaporará en el espacio y nuestro planeta será destruido por una catástrofe de proporciones que ni podemos imaginar.”
Eso nos decía Carl Sagan pensando en ese tiempo que llegará, nuestro Sol, agotado su combustible nuclear de fusión, se convierta primero en gigante roja y en enana blanca después. El Sol crecerá tanto que su esfera se hinchará como un gigantesco globo rojo hasta engullir a los planetas Mercurios y Venus quedando muy cerca de la Tierra.
Lo que entonces pueda quedar… ¿Qué importa? Ya no estaremos aquí
Es bueno el ser humano que sepa el por qué de las cosas, que se interese por lo que ocurre a su alrededor, por su planeta que le acoge, por el lugar que ocupamos en el universo, por cómo empezó todo, cómo terminará y qué será del futuro de nuestra civilización y de la Humanidad en este universo que, como todo, algún día lejano del futuro el tiempo inexorable, llevará al final de sus días.
El fin del universo es irreversible, de ello hemos dejado amplio testimonio a lo largo de muchos trabajos, su final estará determinado por la Densidad Crítica, la cantidad de materia que contenga nuestro universo que será la que lo clasifique como universo plano, universo abierto, o universo cerrado. En cada uno de estos modelos de universos, el final será distinto…, claro que para nosotros, la Humanidad, será indiferente el modelo que pueda resultar; en ninguno de ellos podríamos sobrevivir cuando llegara ese momento límite del fin. La congelación y el frío del cero absoluto o la calcinación del fuego final a miles de millones de grados, acabarán con nosotros, si para entonces, estuviéramos aún por aqui (que no es probable).
Para evitar eso se está trabajando hace décadas. Se buscan formas de superar dificultades que nos hacen presas fáciles de los elementos. La naturaleza indomable, sus leyes y sus fuerzas, hoy por hoy son barreras insuperables, para poder hacerlo, necesitamos saber.
La unidad más pequeña conocida es la longitud de Planck mientras que el límite máximo sería el tamaño del Universo aunque formalmente el espectro electromagnético es infinito y continuo.
El saber nos dará soluciones conseguir más energías, viajar más rápido y con menos riesgos, vivir mejor y más tiempo, superar barreras hoy infranqueables como las del límite de Planck, la barrera de la luz (para poder viajar a las estrellas) y el saber también posibilitará, algún día que nuestras generaciones futuras puedan colonizar otros mundos en sistemas solares de estrellas lejanas, viajar a otras galaxias y, ¿por qué no? ¡viajar a otro tiempo! Y, finalmente, viajar para escapar de nuestro destino…, ¿a otros universos?
La imaginación es libre y nunca hemos dejado de soñar con lo que podría ser. Si profundizamos mucho en el conocimiento de las cosas, si llegamos a comprender que no sabemos, si somos conscientes de que nuestro destino es el de una búsqueda “eterna”, y, no dejar nunca de plantear preguntas que nadie sabe contestar, entonces, al tener claro todo eso, podremos quedar tranquilos dejando que el “Tiempo” transcurra al saber que todo llegará, no importa las prisas que nosotros tengamos, todo tiene su momento y todo estará donde tiene que estar en el lugar y en el tiempo adecuado, el que la Naturaleza ha elegido para que así sea.
Mientras tanto, el tiempo pasará y nosotros nos iremos para que otros puedan venir. Como pasa con las estrellas, es necesario que unas mueran para que otras nuevas surjan con nuevos brios y nuevo fulgor, dado que las que se van agotaron su tiempo y sus energías y, en un Universo dinámico en el que todo se mueve, las cosas -también las animadas que tienen vida propia-, tienen que cambiar y renovarse.
Me gustaría creer que nuestra especie, que la Humanidad, tiene que cumplir su destino, primero en las estrellas lejanas, en otros mundos dentro y fuera de nuestra galaxia, y después…, ¿quién sabe? Incluso alguna vez he pensado que podríamos llegar a un estadio del conocimiento que nos fundiera con la Naturaleza convertidos en luz que, según creo, es el estado puro de la materia, en la luz están las respuestas de muchas de las cosas que incansables buscamos. Las respuestas, como siempre están escritas en el “tiempo” que vendrá.
Nos referimos al tiempo en múltiples ocasiones y para distintas situaciones y motivos, como al referirnos a la duración de las cosas sujetas a cambios, época durante la cual ocurrieron unos hechos, edad de los objetos, estación del año, el período de vida de alguien desde que nace hasta que deja de existir, ocasión o coyuntura de hacer algo, cada uno de los actos sucesivos en que dividimos la ejecución de un , y otros mil temas que requieren la referencia temporal. Y, a pesar de que le podamos dar tantas aplicaciones… ¡No sabemos lo que es!
Dicen que va unido al espacio. Pero, también que es relativo. Pero, también que es una abstracción y que no existe en realidad. Pero, todos queremos disponer de él. Podemos ver los efectos de su transcurrir. Sin tiempo no podemos hacer nada ni tener esperanzas de futuro. ¿Qué será, en realidad el Tiempo? Sea cual fuere la condición de vida que alguien pueda tener, casi nunca quiere dejar su tiempo, todos queremos ser testigos de los hechos que nos tocaron vivir y, todos también, pensamos en ese tiempo pasado y en ese otro que está por venir.
¡Pasado, presente y futuro! ¡Una ilusión llamada “Tiempo”!
“No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho” Eso nos decía Séneca en De la brevedad de la vida
En física, el tiempo es la cuarta coordenada espacial en el continuo espacio-tiempo. En gramática es la categoría que indica el momento relativo en que se realiza o sucede la acción del verbo: pretérito, lo que ha sucedido; presente, lo que sucede en ese momento y futuro, lo que aún no ha sucedido. Nos referimos al tiempo meteorológico para explicar el del clima (hace mal tiempo; qué tiempo más bueno hace hoy, etc). En mecánica, el tiempo puede estar referido a las fases de un motor. También están los tiempos referidos a cada una de las partes de igual duración en que se divide el compás musical. En astronomía nos referimos al tiempo de aberración en relación al recorrido de un planeta hasta llegar a un observador terrestre. El tiempo está también en la forma de cálculo horario que empleamos en nuestra vida cotidiana para controlar nuestros actos y evitar el caos (¿qué haríamos sin horario de trenes, de comercio, bancos, oficinas, etc?).
El tiempo es tan importante en nuestras vidas que está presente siempre, de mil formas diferentes, que nacemos (cuando comienza “nuestro tiempo”), hasta que morimos (cuando “nuestro tiempo ha terminado”). El tiempo siempre está. Es algo que nunca hemos sabido explicar pero que, simplemente, está ahí.
Sin embargo, a pesar de lo importante que es el TIEMPO, no he podido leer nunca una explicación satisfactoria sobre el mismo; una explicación que lo defina con sencillez y claridad sin restarle la importancia que tiene todos y lo que en realidad es dentro del contexto – no ya de nuestras vidas, simples e insignificantes puntos en la inmensidad del universo – de la Naturaleza cósmica de la que formamos parte.
Tommaso D’Aquino
Cuando le preguntaron a Tomas de Aquino, un buen filósofo natural seguidor de Aristóteles y gran pensador: ¿Qué es el Tiempo? Él contestó:
Como nos ocurre con tantas otras cosas y conceptos, queremos saber de una vez por todas qué es, en realidad, el Tiempo. Creo que cuando sepamos comprender lo que el Tiempo es, la Humanidad habrá dado un paso tan importante en su caminar por el Universo que, a partir de ese momento, lo podremos “ver” todo de otra manera, con otra perspectiva más amplia y que nos permitirá tener una visión más amplia en la comprensión del Universo y de qué manera, estamos nosotros involucrados en eso que llamamos tiempo.
¡Saber lo que es el Tiempo! ¡Qué dolor de cabeza!
emilio silvera
Ene
16
La Naturaleza a veces resulta extraña e incomprensible
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Naturaleza misteriosa ~ Comments (0)
En matemáticas se pueden trazar líneas precisas y concretas que dividan en dos clases entes de naturaleza matemática. Una estructura geométrica se suporponer o no a su imagen especular. Una estructura asimétrica puede tener una lateralidad a la derecha o bien a la izquierda. Immanuel Kant, el gran filósofo germano del siglo XVIII, fue el primer pensador eminente que encontró un significado filosófico profundo a las reflexiones especulares. A Kant le parcía enigmático y misterioso que un objeto asimétrico pueda existir en cualquiera de sus dos imágenes frente a un espejo. Parece magia que, poniendo algunas cosas ante un espejo y mirando esa imagen especular, las cosas puedan parecer tan diferentes y, sin embargo, así resultan ser.
Cualquier entero positivo es par o impar, y no hay ninguno de tales números para el cual su situación a este respecto ofrezca la menor duda. Pero en el mundo, si exceptuamos el nivel subatómico de la teoría cuántica, las lineas divisortias son casi siempre difusas. El alquitrán, ¿es sólido o líquido?. Lo cierto es que, la mayoría de las propiedades físicas se “mueven” en un espectro continuo que hace que vayan cambiando de manera imperceptible de un extremo a otro del mismo.
La palabra quiral fue introducida por William Thomson (Lord Kelvin) en 1894 designar objetos que no son superponibles con su imagen especular. Aplicado a la química orgánica, podemos decir que una molécula es quiral cuando ella y su imagen en un espejo no son superponibles.
La quiralidad está a menudo asociada a la presencia de carbonos asimétricos. Un carbono asimétrico es aquel que se une a cuatro sustituyentes diferentes. Un ejemplo de carbono asimétrico lo tenemos en la molécula de Bromocloroyodometano. El carbono está unido a bromo, cloro, yodo e hidrógeno, cuatro sustituyentes diferentes que lo convierten en quiral o asimétrico. La molécula y su imagen en un espejo son diferentes, ningún giro permite superponerlas. La relación una molécula y su imagen especular no superponible es de enantiómeros.
En estos dibujos podemos ver la molécula de Bromocloroyodometano y su enantiómero reflejado en el espejo. Una vez para la prueba, puse en encima de una mesa unos modelos tridimensionales de los poliedros enantiamorfos y delante de ellos puse un espejo que reflejaba la figura especular que de dicha puesta en escena resultaba. Las dos escenas (la real y la especualr) eran exactamente iguales en lo que hace referencia a sus propiedades geométricas. A una de las aristas de cada una de las figuras le corresponde una de la misma longitud en la otra. Todo ángulo de una estaba emparejado al duplicado suyo de la otra. Ninguna medida o inspección de cualquiera de ellas reveló ni una sola característica geométrica que no tuviera la otra. En ese sentido, son figuras congruentes idénticas. ¡Pero, evidentemente, no eran idénticas!
Cuando nos ponemos delante del espejo podemos comprobar que en él, aparecen cosas sorprendentes en cuanto a que no se pueden superponer las figuras del modelo con la figura especular. Una simple mano abierta y puesta delante del espejo resulta totalmente diferente en un lado y en el otro de la superficie especular. ponerte delante del espejo y levantar ambos brazos a media altura con las dos manos abiertas y, de manera sorprendente verás que, la figura que aparece en el espejo muestra tu mano y brazo derecho como izquierdo y el izquierdo como derecho.
La propiedad de las manos, conocida por los químicos como quiralidad, es una característica que poseen muchas moléculas cuya disposición de los átomos no es completamente simétrica. Una molécula quiral se presenta en dos formas que son más bien como un par de guantes. Dos guantes, uno diestro y otro zurdo, son esencialmente idénticos, con los mismos componentes básicos, cuatro dedos y un pulgar, y la misma función de mantener las manos cómodas y protegidas. Pero, evidentemente, no son exactamente iguales: no se puede girar o voltear un guante de un para que se superponga perfectamente en el otro. Pero si lo miras en un espejo, un guante de la mano izquierda se convierte en uno de la mano derecha.
¿Por qué la biología utiliza sólo una de las dos formas especulares de la imagen en la que las moléculas más complejas pueden existir? La última respuesta dada a esta pregunta afecta al campo de la astrofísica, la física de partículas y la bioquímica. La conclusión del último estudio dice que las explosiones estelares conocidas como supernovas son las culpables de que se produzca fenómeno.
La Naturaleza, como siempre he dicho aquí, tiene muchos misterios que no hemos llegado a comprender. El paso del tiempo convierte en líquido, gas o sólido algunos materiales y, a otros, los deforma hasta perder su estructura original convertirlos en lo que no eran. Nada permanece, todo cambia. Sea cual fuere la línea de división, habrá algunos casos en los que no podamos definirla y, en otros, habrá objetos tan próximos a ella que el lenguaje ordinario no será lo suficientemente preciso como para poder afirmar a qué lado pertenece. Y, la propiedad de la vida, está, precisamente, en uno de esos continuos.
Para porbar esto basta que consideremos los virus: son las estructuras biológicas más pequeñas que se conocen con la propiedad de poder “comer” (absorber sustancias situadas en sus proximidades), crecer y fabricar copias exactas de sí mismas.
Son mucho más pequeños que una bacteria (en realidad, algunos virus infectan las bacterias) y pasan sin dificultad a través de un filtro de que, aunque a nosotros nos parezca que está completamente sellada y su superficie es totalmente hermética y lisa, para ellos, tan “infinitamente” pequeños, ofrece miles de huecos por los que poder colarse.
Nuevas grabaciones en vídeo de un virus que infecta a las células sugiere que los virus se expanden mucho más rápido de lo que pensábamos. El descubrimiento de este mecanismo permitirá crear nuevos fármacos para hacer frente a algunos virus. En la punta de un alfiler caben millones de ellos. De hecho, los virus tienen el tamaño de una décima de micrómetro (diezmillonésima del metro).
El mundo de lo muy pequeño es fascinante y, por ejemplo, si hablamos de átomos, se necesitarían aproximadamente una cantidad para nosotros inconmensurable de átomos (602.300.000.000.000.000.000.000) para lograr un gramo de materia. Fijáos que hablamos de lo pequeño que pueden llegar a ser los virus y, sin embargo, el Hidrógeno con un sólo protón es el átomo más ligero y su masa es 400.000 veces menor que la masa de un virus, como dije, el organismo vivo más pequelo que se conoce. El virus más diminuto conocido mide unos o,00000002 m; su tamaño es 2.000 veces mayor que el del átomo. Y, en la punta del algiler que antes mencionamos cabrían 60.000.000.000 (sesenta mil millones) de átomos.
Imágenes in vitro del virus diminuto del ratón, mostrando las tres simetrías icosahédricas.
Los virus son nanomáquinas enormemente dañinas pero que están formados por una sencillísima estructura. Tanto es así que se decir que son entidades biológicas a caballo entre la materia inerte y la materia viva. Básicamente constan de una envuelta externa llamada ‘cápsida’, formada por proteínas, que se encarga de preservar el ADN en el interior. Los virus no presentan ninguna función metabólica, y consiguen reproducirse parasitando la maquinaria molecular de una célula huésped. El interés por estudiar en profundidad los virus no sólo proviene de la motivación por erradicar las enfermedades que estos producen, sino también de su estudio materiales. Las cápsidas de los virus son extraordinariamente resistentes.
Como los virus son menores que la longitud de onda de la luz, no pueden observarse con un microscopio luminoso ordinario, pero los bioquímicos disponen de métodos ingeniosos que les permiten deducir su estructura, ya que pueden verlos mediante bombardeos con rayos X u otras partículas elementales.
En ralidad, se decir que un cristal “crece”, pero lo hace de un modo ciertamente trivial. Cuando se encuentra en una solución que contiene un compuesto semejante a él, dicho compuesto se irá depositando sobre su superficie; a medida que esto ocurre, el cristal se va haciendo mayor, pero el virus, igual que todos los seres vivos, crece de una manera más asombrosa: toma elementos de su entorno, los sintetiza en compuestos que no están presentes en el mismo y hace que se combinen unos con otros de tal manera que lleguen a dar una estructura compleja, réplica del propio virus.
Los virus sólo se multiplican en células vivientes. La célula huésped debe proporcionar la energía y la maquinaria de síntesis, también los precursores de bajo peso molecular para la síntesis de las proteínas virales y de los ácidos nucleicos. El ácido nucleico viral transporta la especificidad genética para cifrar todas las macromoléculas específicas virales en una altamente organizada.
El poder que tienen los virus de infectar, e incluso matar, un organismo, se debe precisamente a esto. Invade las células del organismo anfitrión, detiene su funcionamiento y lo sustituye, por decirlo de alguna manera, por otros nuevos. Ordena a la célula que deje de lo que normalmente hace para que comience a fabricar las sustancias necesarias para crear copias de sí mismo, es decir, del virus invasor.
El primer virus que se descubrió, y uno de los más estudiados, es el virus sencillo que produce la “enfermedad del mosaico” en la planta del tabaco. Cristaliza en de barras finas que pueden observarse a través del microsopio electrónico. Recientemente se ha descubierto que cada barra es, en realidad, una estructura helicoidal orientada a la derecha, formada por unas 2.000 moléculas idénticas de proteína, cada una de las cuales contiene más de 150 subunidades de aminoácidos.