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“Pasado” “Presente” “Futuro” ¿Una...
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Tiempo inexorable ~ Comments (0)
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No siempre sabemos ver… lo que el Tiempo es.
Hablamos del pasado y del futuro estando en el presente pero, por lo general, el pasado lejano se nos muestra como si estuviera retratado por la máquina que sostenía una mano temblorosa, todo aparece movido, confuso, sin claridad. Los espacios oscuros en los que nada podemos ver, tendemos a rellenarlos con conjeturas, hipótesis y teorías de lo que fue, de lo que pasó. Otras veces, sin embargo, se alza ante nosotros inmenso, sostenido por un fuerte pedestal y nos habla de su magnificencia mientras nos muestra las hazañas del pasado y el transcurrir de la Naturaleza en aquel tiempo pretérito. También, en ocasiones ocurre que, lo que vemos, nos parece increíble.
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Bueno, al menos del pasado podemos buscar vestigios, huellas y señales que nos hablen de lo que pasó. Otra cuestión muy distinta es eso que llamamos futuro y que está más allá del presente, es lo que aún no ha llegado, lo que no tiene historia, lo que tiene que venir. Es en ese plano de lo que podrá ser, donde entra de lleno nuestra imaginación que, haciendo un ejercicio de inventiva, trata, con los datos del pasado y del presente, construir una imagen del futuro, ese algo que no existe y que sabemos que tiene que llegar.
Aunque en la realidad, el Tiempo parezca ser igual para todos… ¡No lo es! y, dependiendo de las circunstancias personales de cada cual, así “sentirá” su transcurrir que, en algunos casos será muy rápido y en otros se le asemajará una eternidad.
Todo lo podemos mirar desde perspectivas distintas
Claro que, somos grandes animales con algo de racionalidad y, nuestra tendencia, es magnificar todo lo nuestro y, en la mayoría de los casos, nuestra perspectiva resulta ser errónea, ya que, el sentido que tenemos de la “realidad”, no siempre concuerda con la realidad de la Naturaleza que no hemos llegado a comprender. La mejor demostración de ello es que, ni sabemos explicar lo que el Tiempo es. ¡El Tiempo!, ahí están encerrados esos conceptos de pasado, presente y futuro que, en realidad, hemos inventado poder ubicar nuestro paso por este mundo.
Algunas veces me sorprendo a mí mismo pensando en esa abstracción quen llamamos Tiempo, en su transcurrir, en lo caro que nos resulta a todos poseerlo, toda vez que, mientras pasa, nosotros estamos consumiendo nuestra estancia aquí que está marcada por un “tiempo” limitado que debemos aprovechar para desarrollar lo que seremos, y, no siempre tenemos “tiempo” de terminar el trabajo que hubiéramos deseado realizar.
Incluso las imágenes que vemos en el Museo nos puede, mentalmente, llevar a ese viaje al pasado
El sentido subjetivo del tiempo hace que tengamos una noción del pasado, del presente y del futuro. Lo utilizamos para entender el curso y la duración de los acontecimientos, situarlos en su momento y generar expectativas sobre ellos. Nos sirve también para cosas como apreciar la velocidad de lo que se mueve, valorar el tamaño de un objeto cuando lo exploramos por el tacto, o ejercer la prosodia, el mensaje emocional que va en la entonación y el curso de las palabras habladas. Nuestra sensibilidad para percibir y responder al tiempo está implicada también en tareas mentales complejas, como atender a lo que pasa, pensar para solucionar problemas o tomar decisiones, planificar el futuro o incluso entender las mentes ajenas. La percepción subjetiva que tenemos del tiempo es influenciada por muchos factores externos e internos a nuestro organismo.
Somos animales eminentemente sociales, tendemos a explicar nuestras ideas y tratamos de que, todo lo nuestro quede, de alguna manera, para la posteridad. Los hechos destacados quedaron grabados, primero en rústicos dibujos en las paredes de las cuevas, más tarde en las piedras y en los muros de las construcciones, en papiros y finalmente en los libros de historia y, más modernamente, en grabaciones filmadas en películas que nos permiten visualizar la historia.
Claro que, del futuro, como aún no ha llegado, sólo podemos imaginar. Tenemos los medios tecnológicos construir los futuros que podrían ser, y, representamos historias inventadas que nos llevan a ese futuro soñado. Unas veces será idílico y perfecto y otras, por el contrario, será un futuro en el que, la misma tecnología que hemos creado, se apodera del mundo y trata de destruirnos.
En ese futuro imaginario, nuestra tendencia es la de representar el escenario que, según creemos, se podría producir dentro de…más o menos tiempo que está por venir. En el espacio están muchas de esas historias futuras, pues pensamos que entonces, seremos los señores, no ya del espacio, sino del hiperespacio mismo, es decir, estaremos en posesión de conocimientos que nos permitirán burlar el muro que hoy tenemos delante, ¡la velocidad de la luz! Infranqueable en este tiempo presente para nosotros.
La velocidad de empuje por curvatura (warp) es una forma teórica de moverse más rápido que la velocidad de la luz que fue popularizado en la serie de televisión Star Trek. El concepto para que este método de transporte se pueda realizar en el mundo real fue demostrado por el físico mexicano Miguel Alcubierre en 1994, sin embargo los cálculos afirmaban que se necesitaba una cantidad inalcanzable de energía.
¿Será científicamente posible superar la velocidad de la Luz? “Los motores de curvatura que impulsaban a la nave Enterprise en sus escarceos por el espacio pueden convertirse en una realidad y permitirnos superar la velocidad de la luz”. Han declarado unos científicos de los que no recuerdo sus nombres. Sin embargo, si la velocidad de la luz puede ser superada, antes de que dicha proesa la puedan conseguir los hombres, creo que vendrá de la mano de la misma Naturaleza que, teniendo todas las respuestas, nos señalará el camino para lograr esa imposibilidad del presente.
Como decía al principio, el pasado no siempre está claro y es diáfana su lectura, y, de lo que hemos podido recuperar y conservar, aprendimos y nos señaló el camino a seguir, aunque no por ello, dejamos de repetir algunos errores y de caer en las mismas trampas. La sabiduría de los antiguos queda al descubierto: “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”. Bueno, en realidad, el tropiezo se reproduce una y otra vez, sólo tenemos que mirar hacia atrás en el tiempo para comprobar las muchas torpezas repetidas.
El transcurso del tiempo, a pesar de todo nuestro empeño, termina por enseñarnos y adquirimos eso que llamamos experiencia y que nos hace más sabio: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”.
Ella camina y, por muy rápida que pueda ir, este movimiento no implica cambio alguno al no ser relativista, es un simple desplazamiento de lugar. Nosotros, en nuestra vida cotidiana no hacemos que el tiempo se ralentice o se agilice, transcurre a la velocidad que el ritmo del Universo ha impuesto nosotros. Una estrella vive diez mil millones de años y, nosotros, de momento no pasamos de los cien.
En el río Odiel, por las cercanñías del muelle del Tinto, mis tíos y mi padre salían a pescar la caballa eb pequeñas embarcaciones de vela latina. No pocas veces, de pequeño, disfruté de aquellos paseos hasta La Rábida, el Convento donde los franciscanos acogieron a Colón y a su hijo antes de que partiera para las Américas. Ese para mí es el pasado.
No pocos piensan que el futuro y el pasado no existen, que son irreales y que estamos en un continuo presente. Claro que, el pasado sí existió, recuerdo pasajes de mi infancia junto a mi padre que fueron muy reales. Del futuro, no puedo recordar nada por mucho que me quiera esforzar, sólo puedo representar pasajes que mi imaginación dibuja en mi mente y que, al contrario de aquellos otros del pasado que son inamovibles, éstos, pueden ser cambiados a voluntad. Claro aquellos del pasado fueron y estos del futuro, nunca tuvieron una realidad.
El Tiempo se deshace entre las manos y no lo podemos agarrar
El futuro será el presente de nuestros hijos con los que, compartimos el presente que, para entonces, para ellos será el pasado, cuando nosotros no estemos y formemos parte de la historia. Claro que, lo llamamos futuro y, en realidad, cuando eso se produce y se hace realidad, ninguno de nosotros estaremos, todos estamos confinados en un presente sin futuro, el futuro, nuestro futuro que no podremos conocer, será el tiempo de otros y, para ellos, también se llamará presente.
El futuro, a pesar de que no ha llegado aún, es “leído” por algunos que dicen tener ese don, “pueden ver lo que no ha ocurrido” y, con ello, llevan al convencimiento a los crédulos de que, “su futuro” será de ésta o aquella manera. ¡Cómo somos! En todos los tiempos y lugares, siempre existieron espabilados que se aprovecharon de esa abstracción que llamamos tiempo, para, de una u otra manera, obtener beneficios y posiciones privilegiadas haciendo creer a otros que ellos conocían lo que nadie puede conocer.
Parece mentira que alguien pueda creer en estos…
Desde que nacemos, comienza “nuestro tiempo” que, como regla universal y para nuestro bien, es algo secreto, nadie conoce la duración de su tiempo que, por otra parte, no pocas veces está en manos del azar. Si todo transcurre con normalidad y no somos atacados por ninguna enfermedad, accidente, ataque , etc., nuestro tiempo será el de la vida media de una persona sana que, hoy en día, está en los 80 años. Conocer la duración de nuestro tiempo sería, en muchos casos, motivo más que suficiente para vivir angustiados y, en algunos casos, nadie sabe qué reacciones o comportamientos podríamos tener en según qué casos concretos.
Su tiempo transcurre lleno de felicidad
El Tiempo, es algo tan subjetivo que, siendo el mismo para todos, en la realidad, no lo es. Cómo puede transcurrir el tiempo igual y de la misma manera para el que todo lo tiene, que goza de una inmejorable salud, que ama y es amado, que vive en la tranquilidad y certidumbre de que ningún problema podrá venir a perturbar su paz, con aquel otro que, viviendo en la más grande de las pobrezas, carece de todo, la vida le ha negado cualquier alegría, vive debajo de un puente, enfermizo y en la más completa incertidumbre del mañana. Para él, la vida es de una dureza tal que, no pocas veces pensó en acabar con ella. El primero puede “ver” y sentir como el tiempo transcurre con normalidad, todo se desarrolla a su alrededor al ritmo que marca el tic tac del reloj de oro que lleva bien abrazado a su muñeca. El otro, puede sentir en lo más profundo de sus pensamientos como el “tiempo” transcurre lento, como un martirio que nunca acaba, como algo que se ensaña y se regodea de su sufrimiento.
¡Es tan injusta la vida!
¿Qué tiempo es el suyo?
No todos podemos sentir, el transcurso del tiempo de la misma manera. Todos tenemos “nuestro propio tiempo”.
Yo, por ejemplo, tengo muchas clases de tiempo, ese que no deja sentir su transcurrir cuando estoy leyendo o escribiendo sobre temas que me apasionan, y, aquel otro, que se me hace eterno, cuando tengo que cumplir con algún compromiso social. En aquel tiempo primero de cuyo transcurrir ni me entero, mi “espíritu” está gozando al bucear en los misterios de la Naturaleza que nunca dejarán de producirme asombro y, al mismo tiempo encuentro explicación del por qué de las cosas. En el “otro tiempo”, el que transcurre lentamente y no acaba nunca de pasar, las horas se hacen interminables, escuchar a la señora que te cuenta lo listo que su nieto es, oír al joven que lo sabe todo, al jubilado que se queja de todo, o, simplemente escuchar banalidades de esta o aquella “famosa”…hace que, el transcurso del tiempo me resulte interminable.
Otro tiempo, diferente del nuestro cotidiano es aquel que, podríamos vivir si tuviéramos la suerte de ser pasajero de una nave cuya velocidad se acercara o fuese próxima a la de la luz. Nuestro tiempo, se ralentizaría y su transcurrir, sería mucho más lento que el tiempo de nuestros familiares y amigos que se quedaron en la Tierra. Claro que, también eso sería antinatural y, dependiendo de a dónde fuésemos, se podría dar el caso de que, a nuestro regreso, no estarían aquí ninguno de nuestros seres queridos. Así que, renuncio a ese tiempo y, prefiero el mío propio en el que, salvo sorpresas inesperadas, todo transcurrirá según lo previsto.
Dan un poco de miedo, tan fríos y faltos de sentimientos
Algunos pintan el porvenir (es decir, el futuro) de manera tal que, lo que hemos construido nos sobrepasará, se harán los dueños del mundo y de los mundos a los que nosotros, pobres humanos, nunca podremos llegar. El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable.
De todas las maneras, el Tiempo siempre ha estado ahí, desde que surgió cuando nació el Universo. Avanza siempre hacia adelante y, a su paso, todo cambia, nada permanece, mientras que él, inamovible sigue su camino hacia esa Eternidad que ninguno podremos conocer.
Sobre esto del “tiempo” hemos construido muchas frases:
– “Vive el presente de manera tal que, en el futuro, tengas un bonito pasado”.
– “El futuro estará siempre, construido por tu presente”.
– “El presente está cargado del pasado y, el futuro, será lo que determine el presente”.
– “Todo lo que será, causa en lo que es”.
“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad” . Según Víctor Hugo.
Woody Allen, lo mira otra perspectiva: “Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”.
En realidad, quiso construir una frase inteligente y se queda en perogrullada, ya que, el resto de su vida siempre será presente, el resto al que se refiere…estará muerto y, tendría que haber dicho: No me interesa el futuro porque no se en que lugar podrán estar mis restos y, sobre todo, mi consciencia. Y, a todo esto, ¿qué piensas tú sobre lo que el Tiempo es, cómo ves el pasado, el presente y el futuro? ¿Será todo una misma cosa dividida por tramos todos, de una u otra manera conexos? ¿Será que, para los seres vivientes sólo existe el eterno presente y que, el pasado sólo pertenece a los muertos y el futuro a los que nop han llegado a vicvir todavía? ¿Cómo clasificarías tú el Tiempo?
Tres simple palabras: “Perdón” “Por favor” “Gracias”
Y, como por nosotros ha pasado ya un buen período de Tiempo, alguna que otra cosa hemos podido aprender, y, si seguimos los consejos positivos, la vida, nos irá mucho mejor. No olvidemos que además de “nosotros” existen otras personas que también, dentro de nuestro Tiempo, tienen sus derechos, ¡respetémoslo!
emilio silvera
Ene
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Física cuántica
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física ~ Comments (0)
Investigadores de Cambridge han conseguido enterarse, algo que hasta ahora se creía imposible
Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge ha conseguido hacer algo que hasta ahora se consideraba imposible: saber qué hacen las partículas subatómicas cuando nadie las está observando.
En un artículo publicado hace unos días en Physical Review, los físicos de Cambridge han conseguido demostrar, en efecto, que el modo en que las partículas interactúan con su entorno deja en ellas una “huella” que puede ser rastreada a posteriori en laboratorio, en el momento de la observación.
Una de las ideas fundamentales de la Física Cuántica es la “dualidad” de las partículas subatómicas, según la cual éstas pueden existir tanto en forma de onda como de partícula propiamente dicha, pero cuya naturaleza no se desvela hasta el mismo instante de la observación. Esa es, precisamente, la premisa que Erwin Schrödinger ilustró en 1935 con su famoso experimento del gato dentro de una caja. Hasta que no se abra la caja, en efecto, el gato tiene las mismas posibilidades de estar vivo que muerto. En otras palabras, se encuentra en un estado indeterminado entre la vida y la muerte, que no puede resolverse hasta que alguien, efectivamente, abra la caja para mirar dentro. Antes del momento de la observación, nadie puede decir a ciencia cierta si el gato está sano o si, por el contrario, ha pasado a mejor vida.
“Esta premisa -explica David Arvidsson-Shukur, del Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge- conocida como función de onda, se ha usado más como una herramienta matemática que como una representación de partículas cuánticas reales. Y es por eso que asumimos el desafío de crear una forma de rastrear los movimientos secretos de las partículas cuánticas”.
Los investigadores partieron de la idea de que cualquier partícula no puede, en ningún momento, dejar de interactuar con su entorno, y que esa interacción la irá “marcando” a lo largo de su recorrido. De esta forma, Arvidsson-Shukur y su equipo idearon un método para que los científicos pudieran “mapear” esas interacciones a posteriori y sin necesidad de estar observando las partículas continuamente. La técnica, pensaron los investigadores, sería muy útil para los científicos, que realizan mediciones al final de un experimento pero que desearían saber qué movimientos han seguido las partículas durante todo el experimento, y no solo en el instante de la observación.
Alice y Bob se dicen cosas
Algunos investigadores de física cuántica han llegado a sugerir que la información es capaz de fluir entre dos sujetos (que en la literatura científica reciben los nombres de Alice y Bob), sin necesidad de que ninguna partícula viaje entre ellas. Es decir, de una forma que podríamos definir como telepatía. Esto se ha denominado “comunicación contrafactual” porque va en contra del hecho (facto) aceptado de que para que la información se transmita entre dos fuentes, las partículas deben moverse entre ellas.
“Para medir el fenómeno de la comunicación contrafactual – afirma Arvidsson-Shukur- necesitábamos una forma de precisar dónde están las partículas que fluyen entre Alice y Bob cuando no estamos mirando. Y nuestro método de ‘etiquetado’ puede hacer precisamente eso. Además, con él podremos verificar también antiguas predicciones de la mecánica cuántica, como por ejemplo que las partículas pueden existir en diferentes lugares al mismo tiempo “.
Los fundadores de la física moderna, en efecto, idearon todo tipo de fórmulas para calcular las probabilidades para los diferentes resultados posibles en los experimentos cuánticos. Pero ninguno de ellos facilitó una explicación sobre lo que hace una partícula cuando nadie la observa.
En dos lugares a la vez
Entrelazamiento cuántico
Experimentos anteriores han sugerido que, lejos de nuestra vista, las partículas podrían hacer cosas “no clásicas” cuando nadie las ve, como por ejemplo existir en dos lugares al mismo tiempo. Pero en su artículo, los investigadores de Cambridge consideraron el hecho de que cualquier partícula que viaje a través del espacio no puede dejar de interactuar con su entorno. Y esas interacciones son, precisamente, lo que ellos denominan “etiquetado”. Las interacciones, de hecho, codifican información en las partículas que luego, al final de un experimento, pueden decodificarse.
Los investigadores, además, se dieron cuenta de que dicha información está directamente relacionada con la función de onda postulada por Schródinger hace ya casi un siglo. Hasta ahora se pensaba que la función de onda no era más que una herramienta computacional abstracta para predecir los resultados de los experimentos cuánticos. Algo que, para los físicos de Cambridge, está muy lejos de la realidad.
“Nuestros resultados -afirma Arvidsson-Shukur- sugieren que la función de onda está estrechamente relacionada con el estado de las partículas en un momento dado. Por lo tanto, con nuestro trabajo hemos sido capaces de explorar el ‘dominio prohibido’ de la mecánica cuántica: conocer el camino de las partículas cuánticas cuando nadie las está observando”.