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Una cosa es mandar Sondas y, otra muy distintas… ¡Seres humanos!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Viajar al Espacio    ~    Comentarios Comments (0)

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El cerebro puede verse afectado por la exposición continua a los rayos cósmicos y quizás ni siquiera recordar el viaje

Recreación artística de una futura colonia en Marte

                            Recreación artística de una futura colonia en Marte – Archivo

 

Viajar a Marte, un reto que la NASA se prepara para conseguir a partir de 2030 y que también persiguen algunas empresas privadas, se convertirá en la hazaña del milenio, pero la gran aventura está plagada de peligros, entre ellos los que supone estar sometido a las altísimas dosis de radiación de partículas provenientes del espacio durante el trayecto. Un estudio publicado en la revista Science en 2013 decía que la exposición acumulada, para un astronauta con billete de ida y vuelta, sin contar la estancia más o menos prolongada en el Planeta rojo, equivale a hacerse 33.000 radiografías. Ahora, investigadores de la Universidad de California Irvine (UCI) se han interesado por lo que supondría esa radiación para el cerebro humano y sus conclusiones elevan aún más la alarma. Los astronautas que viajen a Martepodrían sufrir demencia crónica. Quizás, a su regreso, ni se acordarían del viaje.

Según describe en Scientic Reports Charles Limoli, profesor de oncología radiactiva en la Escuela de Medicina de la UCI, la exposición a las partículas cargadas de alta energía -al igual que las que se encuentran en los rayos cósmicos que bombardean a los astronautas durante los vuelos espaciales prolongados- causan importantes daños cerebrales a largo plazo en roedores, lo que resulta en alteraciones cognitivas y demencia. Limoli ya dio a conocer sus resultados en 2015, pero ahora ha ampliado su estudio, comprobando los efectos con el paso del tiempo.

«Esta no es una noticia positiva para los astronautas que hagan un viaje de dos o tres años a Marte», admite el especialista. «El entorno espacial plantea peligros específicos a los astronautas. La exposición a estas partículas puede conducir a una serie de posibles complicaciones del sistema nervioso central que pueden ocurrir durante el trayecto por el espacio y persistir mucho tiempo después, como una disminución del rendimiento, déficit de memoria, ansiedad, depresión y problemas para la toma de decisiones. Muchas de estas consecuencias adversas a la cognición pueden continuar y progresar durante toda la vida».

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                           La radiación no le sienta bien a ningún metabilismo celular

En el experimento, los roedores fueron sometidos a una irradiación de partículas cargadas (oxígeno totalmente ionizado y titanio) en el Laboratorio de Radiación Espacial de la NASA en el Laboratorio Nacional de Brookhaven en Nueva York, y luego se enviaron al de Limoli en la UCI.

Seis meses después de la exposición (el primer estudio contemplaba los resultados seis semanas después), los investigadores todavía encontraron niveles significativos de inflamación del cerebro y daño en las neuronas de los ratones. La red neural del cerebro se veía afectada por la reducción de las dendritas y espinas de las neuronas, lo cual interrumpe la transmisión de señales entre las células del cerebro. Estas deficiencias fueron paralelas a los malos resultados de las cobayas en las tareas de comportamiento diseñadas para probar el aprendizaje y la memoria.

Miedo y ansiedad

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        No digamos de la radiación en nosotros, y, la sensación de soledad, el miedo, la Ansiedad

Además, el equipo de Limoli descubrió que la radiación afecta a la «extinción del miedo», un proceso activo por el cual el cerebro suprime asociaciones desagradables y estresantes anteriores, como cuando alguien que casi se ahoga aprende a disfrutar del agua de nuevo. Estos déficits pueden hacer a los sujetos «más propensos a la ansiedad», dice Limoli, lo que podría convertirse en un grave problema en el transcurso de un viaje lleno de dificultades, ya tan estresante de por sí.

Tipos similares más graves de disfunción cognitiva son comunes en pacientes con cáncer cerebral que han recibido altas dosis en tratamientos de radiación a base de fotones.

Los efectos en el cerebro de vivir en el espacio

VIAJAR AL ESPACIO PUEDE TENER EFECTOS FATALES EN EL CEREBRO

Hace bastante tiempo, aparecí­a en los medios una oferta de trabajo de la NASA un tanto curiosa. Se buscaban personas dispuestas a pasar 90 dí­as en la cama. Lo que perseguí­an los cientí­ficos, en este caso Roberts, era estudiar los efectos de la microgravedad en el cerebro humano.

Las cabezas de los participantes se inclinaron ligeramente hacia abajo. Cuanto más tiempo estuvieron en esa posición, más presión se acumuló en la parte superior del cerebro. Además, el espacio entre la parte superior del cráneo y el cerebro disminuyó. Para saber si a los astronautas también les pasaba lo mismo, Roberts comparó las imágenes de distintos astronautas, participantes en vuelos de duraciones variadas: desde un par de semanas a algunos meses.

Al 94% de los astronautas que habí­an participado en vuelos de larga duración habí­an sufrido este mismo efecto. El mismo que hace que se estreche el surco central, el área de la parte superior del cerebro que separa los lóbulos frontal y parietal. Los que se encargan de controlar la función ejecutiva y el cuerpo. De ahí­ que sea tan preocupante que se produzca esta deformación.

Resultado de imagen de Sufrir demencia espacial

Si bien los déficits parecidos a la demencia en los astronautas tardan meses en manifestarse, el tiempo necesario para una misión a Marte es suficiente para su desarrollo. Las personas que trabajan durante largos períodos en la Estación Espacial Internacional (ISS), sin embargo, no se enfrentan al mismo nivel de bombardeo de rayos cósmicos galácticos porque todavía están en la magnetosfera que protege la Tierra.

El trabajo de Limoli forma parte del Programa de Investigación Humana de la NASA. Investigar cómo afecta la radiación espacial a los astronautas y las maneras de mitigar esos efectos es crítico para los planes de futuras misiones a Marte y más allá.

Resultado de imagen de Misiones tripuladas a Marte y más allá

Las soluciones parciales se están explorando. La nave espacial podría ser diseñada para incluir áreas de aumento de blindaje, tales como las utilizadas para el descanso y el sueño. Sin embargo, estas partículas cargadas de alta energía atravesarán la nave, «y realmente no hay escapatoria».

Los tratamientos preventivos ofrecen alguna esperanza. El grupo de Limoli está trabajando en estrategias farmacológicas que implican compuestos que eliminan los radicales libres y protegen la neurotransmisión.

 


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