El Sistema Solar, dentro de 5.000 millones de años. El Sol se está muriendo. La estrella ha consumido todo su combustible interno y las reacciones de fusión nuclear que la alimentan comienzan a producirse en capas más externas. La estrella se infla hasta convertirse en una gigante roja cientos de veces más grande. Mercurio y Venus son devorados y desaparecen para siempre.
“No sabemos si nuestro planeta y Marte también serán engullidos”, explica la astrónoma Leen Decin, de la Universidad de Lovaina (Bélgica). Una posibilidad es que la estrella pierda gran parte de su masa cuando llegue al final de su vida. Las órbitas de los planetas cercanos se alejarían del astro y esto les podría salvar, aunque no es muy probable, según estudios anteriores. Otra opción es que el planeta sí sea alcanzado por su estrella pero parte de su núcleo rocoso sobreviva. Al final de su vida, el Sol queda reducido a una tenue enana blanca con un tamaño similar a la Tierra, pero tan densa que un fragmento del tamaño de un azucarillo pesa unas 10 toneladas.
El equipo de Decin ha descubierto que otro sistema solar relativamente cercano al nuestro puede ayudar a responder las dudas sobre el futuro más remoto de nuestro planeta. Los astrónomos han usado el ALMA, uno de los radiotelescopios más grandes del mundo, para estudiar la gigante roja L2 Puppis. Las observaciones apuntan a que esta estrella moribunda tiene unos 10.000 millones de años y que, en la mitad de su vida, fue casi idéntica al Sol. El astro perdió en torno a un tercio de su masa al convertirse en gigante roja.
El equipo ha descubierto un cuerpo que orbita L2 Puppis y todo indica que se trata de un nuevo planeta, según explican en un estudio publicado en Astronomy and Astrophysics. El hallazgo muestra que “es posible que un planeta sobreviva” a la muerte de su estrella, resalta Decin. La L2 Puppis está a 200 años luz de la Tierra, lo que la convierte “en la segunda estrella de este tipo más cercana a la Tierra” y la única de ellas que tiene un planeta en torno suyo, señala la astrónoma.
El Sol, all principio quedaría en el centro de una Nebulosa planetaria durante unos 100.000 años, y, cuando ésta se diluyera, quedaría solitaria y fría como un cadaver estelar con un diametro parecido al de la Tierra
Al final de su vida, el Sol queda reducido a una tenue enana blanca con un tamaño similar a la Tierra, pero tan densa que un fragmento del tamaño de un azucarillo pesa unas 10 toneladas
Hace cuatro años encontraron la primera evidencia de un planeta destruido por una gigante roja
“El planeta está a dos unidades astronómicas de su astro [dos veces la distancia entre el Sol y la Tierra] y tiene una masa una 10 veces mayor que la de Júpiter”, señala la astrónoma. “Podría tener un interior rocoso, aunque los datos que hemos obtenido hasta el momento no son concluyentes”. Su equipo planea usar ahora el ALMA y el Telescopio Muy Grande, ambos en Chile, para intentar averiguar más sobre este planeta y su estrella. El año pasado, otro equipo descubrió los escombros de un planeta rocoso como la Tierra que había sido destruido por una gigante roja que está a 570 años luz.
“Se trata de una información astronómica de máximo interés, porque no se conocen muchos planetas similares”, opina Ignasi Ribas, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC).
Cuando llegue el momento, mejor será no estar aquí para evitar ver el desastre
Mucho tiempo antes de que el Sol se convierta en una gigante roja, “en unos pocos cientos de millones de años”, el aumento de la radiación solar causará el llamado “efecto invernadero descontrolado”, que hará que toda el agua líquida de la Tierra se evapore y desaparezca de la atmósfera, comenta Ribas. “Nuestro planeta “dejará de ser habitable”, mientras que otros cuerpos, como Europa y otras lunas de Júpiter, “pueden empezar a serlo”, resalta.
el 3 de junio del 2018 a las 2:55
Hola muchachada.
Contagia el optimismo de este Sr. Ribas. Ya sabíamos que Europa tiene inmensos océanos de agua subterránea, pero no es tan conocido que produce oxígeno por oxidación de la masa de hielo por la radiación de Júpiter, lo que podría ser perjudicial, pero que se compensa con una producción de hidrógeno por un proceso llamado serpentinización que también ocurre en la Tierra, lo que sugiere una composición similar y activa de sus océanos con los nuestros.
Hay un evento colosal que creo podría incidir doblemente en un posible destino humano en Europa: la colisión de las “hermanas” Andrómeda y Vía Láctea que comenzaría dentro de alrededor de 3000 millones de años cuando ya la vida sea imposible en la Tierra obligando a emigrar a la humanidad mucho antes y las posibilidades de que Júpiter acreciente su masa por acreción de material proveniente de Andrómeda y más adelante del material expulsado de sus capas exteriores por el Sol en su etapa de gigante roja lo que podría provocar que el gigante joviano se transforme en una estrella elevando la temperatura de la helada Europa.
Sin embargo el optimismo se me diluye pronto también por tres motivos: los posibles efectos gravitatorios catastróficos de ese tremendo aumento de la masa de Júpiter (debería aumentar su masa 13 veces), la “transitoriedad” de ese “pasaje” por Europa ya que su temperatura también alcanzaría posteriormente en ese caso niveles incompatibles con la vida… y la que más me inquieta: ¿cómo y quiénes “elegirían” en una Tierra superpoblada a los “afortunados” humanos que colonizarían Europa teniendo en cuenta su pequeño tamaño, inferior al de nuestra Luna?
Existen otras varias hipótesis, más complejas y elaboradas, con más “ingredientes” de lo que pueda llegar a pasar, pero vaya esto como un “divertimento” futurista y sin mayor rigor para hacer volar la imaginación de los compas.
Saludos cordiales para tod@s.
el 3 de junio del 2018 a las 7:55
Existen numerosos acontecimientos que nos caerán inexorablemente o nos podrán caer para dentro de tres o cuatro mil millones de años.
Pero el peor de todos ellos no vendrá del espacio, lo tenemos instalado en nuestro planeta ya que es la especie humana. Ella sola está demostrando ser capaz de cargarse la vida de muchas formas diferentes; y seguramente lo logrará antes que el cosmos nos alcance.
Pero por otra parte, si dentro de esos eones todavía resistiera el ser humano, sería por haber avanzado enormemente en todos los sentidos, así que en ese supuesto seguramente ya tendría medios para defenderse; posiblemente ya habrá colonizado diferentes sistemas solares, con lo que su especie podrá perdurar. De ahí la importancia de impulsar las misiones espaciales; está claro que si no salimos a tiempo, nuestro planeta será también nuestra tumba.
Saludos
el 3 de junio del 2018 a las 8:55
Así es, amigo Kike. Hay varios acontecimientos que no se pueden frenar (aparte de los posibles imprevistos), y, la llegada de Andrómeda, o, la “muerte del Sol”, serían acontecimientos a tener en cuenta para nuestra supervivencia. Adeemás, hay estudios que dicen que en 1.700.000 años, la Tierra podría haber salido la zona habitable.
La única cuestión eadica en lo que dice de que, para cuando alguna de esos sucesos estén aquí, nosotros nnois hayamos ido, gracias a que, con el tiempo habremos podido lograr conocimientos muy superiorewsw a los actuales y podemos estar, tan ricamente instalados en otros mundos que, como la Tierra ahora, nos de el cobijo que necesitamos.
Son muchas las causas por las que podemos ser barridos de un “plumazo” y desaparecer, hasta el momento hemos tenido mucha suerte, y, con algunos cientos de miles de años evolucionando pudimos llegar a conocer el Cosmos y la Cuántica, ¿quíen sabe, lo que podremos conocer a partir de ahora? Y, como bien dices, los estudios y sondeos que hacemos para salir al Espacio… ¡Nos harán mucha falta
Saludos.