Sep
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Mira que si venimos del futuro
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Otros mundos ~ Comments (8)
Esporas bien resguardadas en cápsulas que las preservaban de la radiación y que, al llegar al planeta y contactar con el agua, se abrieron para florecer y evolucionar hacia las formas de vida múltiples que hoy pordemos contemplar en el planeta como fruto de la evoluciòn de miles de millones de años, tras la desaparición de casi todas las especies anteriores, prevaleciendo las que mejor se supìeron adaptar.
En una Tierra primigenia e ignea que comenzaba a enfriarse, aquellas esporas de vida pudieron evolucionar hata las primeras células replicantes que comenzaron esa fascinante aventura, El mundo “elegido” era el ideal y contenía todos los ingredientes necesarios para su desaqrrollo: Distancia al Sol, agua corriente, atmósfera y demás ingredientes necesarios.
En este ambiente de la Tierra joven, de los océanos primigenios de la atmósfera nueva y espesa, de las calientes aguas calentadas los innumerables chimeneas marinas que posibilitaron el surgir y el evolucionar de pequeñas bacterias y esporas venidas quién sabe de qué lugares, o, como podrían haber surgido a partir de la “materia inerte” con la ayuda de ese Cáos químico de materiales en una Tierra nueva en evolución.
Podríamos pensar que, esas esporas de vida, pudieron llegar a la Tierra enviadas por seres inteligentes de otros mundos habitados que, viendo las posibilidades de “nuestro mundo”, quisieron adelantar el proceso irreversible del surgir de la vida cuando las condiciones precisas están presentes.
En Marte, la vida es posible que esté presente en el subsuelo del planeta, donde las temperaturas son más altas y, el agua líquida puede estar presente con lo cual, líquenes y hongos y no digamos bacterias, habrán creado ecosistemas de vida en las profundidades de aquel planeta.
Esta imagen es de un meteorito de Marte. ¿Qué son esas cosas alargadas?
Precisamente por eso, es difícil que en las excursiones que hemos realizado en la superficie de Marte, encontremos alguna clase de vida, la radiación y las temperaturas lo impiden. Por otra parte, si alguna vez la hubo en la superficie, podrían existir fósiles pero… ¿cómo hallarlos sin hacer profundas excavaciones?
La diversidad de vida en nuestro planeta es inmensa, y, actualmente, sólo viven el 1% de las Especies que han sido extinguidas por uno u otro motivo. ¿Cómo podemos negar una rica diversidad de vida en otros mundos que, como la Tierra tenga las condiciones adecuadas para ello? Además, sin negar otras posibilidades, lo más normal sería que esas formas de vida extraterrestres, como en nuestro planeta, estén basadas en el Carbono, el elemento más idóneo para la Vida.
Hacernos una idea cabal de cómo podrían ser esas Sociedadses extraterrestres no podemos, y, sus mundos, aptosd para la vida, podrían ser muy distintos al nuestro con algunas similitudes y otras muchas diferencias, y, de la misma manera, los seres que los habitaran también, podrían ser muy diferentes a nosotros en función de factores distintos ausentes en nuestro mundo.
No sería nada extraña que mundos inhabilitados para la vida en la superficie, tengan desarrollado un sistema de Vida en el subsuelo del planeta que les facilite todo lo necesario para crear sociedades ocultas en las profundidades del planeta. Para ellos, sería una forma de vida normal, y, para nosotros, sería vivir confinados.
Claro que, la diversidad de mundos es tan inmensamente grande que, planetas como la Tierra existen, sólo en nuestra Galaxia, la Vía Láctea, a miles de millones. Otra cosa es que se encuentren la zona habitable. Recientemente han dado con Trappist-1 con 7 planetas rocosos donde 3 de ellos están situados adecuadamente para la Vida. Sin embargo, la distancia que de ellos nos separa nos obliga a realizar un viaje de cientos de miles de años para poder visitarlos, con lo cual, ¿de qué sirve saber que están allí? Bueno, quizás en un futuro muy lejano… ¡Nos pueda servir para salvar a nuestra especie!
Los de las películas han especulado de todas las maneras posibles con los extraterrestres y lo que harían de venir a la Tierra. Está claro que ninguna posibilidad hay que despreciar, no sabemos como serían “ellos” y lo que podrían tener en sus “mentes”.
Una cosa sí debemos tener clara: Vida en el Universo la hay por todas partes, es una condición exigida por sus condiciones físicas y químicas que, a partir de la “materia inerte”, la evoluci´`on nos lleve hasta los pensamientos y, en ocasiones, también a los sentimientos.
¿Por qué, si las leyes del Universo son las mismas en todas partes, seríamos nosotros los únicos seres inteligentess? Pensar de esa manera sería demasiado “tonto” o poco racional. Habrá mundos con seres cuya inteligencia nos sobrepase al ser más antiguos que nosotros y haber tenido más tiempo para esrtudiar el Universo.
Aunque la idea de contactar con otros seres nos pueda fascinar, lo cierto es que, si algún llegaran, creo que nos distorsionaran en la forma de vida que tenemos y que, a pesar de todas las cosas “malas” que tenemos que eliminar, es la nuestra. Ninguna interferencia extraterr3estre nos puede ayudar a nada. Si son superiores a nosotros… ¡Nos pueden engañar! Si por el contrario son inferiores intelectualmente hablando… ¡No podrán venir! Si somos nosotros los que vamos a sus mundos… ¡Mejor que se tapen los relojes de pulsera, ya que, lo más seguro, es que se los quitemos. Me acuerdo de Colón y Pizarro en el Nuevo Mundo.
En fin, seguiremos especulando.
emilio silvera
el 13 de septiembre del 2018 a las 9:23
Es cierto que, cuando el Sol agote su combustible nuclear de fusión y se convierta en Gigante roja primero y enana blanca después, el planeta Tierra sufrirá cambios irreversibles, y, de alguna manera, si es que seguimos aquí, tendremos que buscar la manera de trasladarnos a otros planetas habitables que nos acojan. Claro que, si para entonces, hemos avanzado tanto que podemos dominar los viajes en el Tiempo, simplemente con viajar tresw mil millones de años hacia atrás en el Tiempo, todo quedaría solucionado. De nuevo estaríamos en una época apacible y sin problemas.
A eso se refería el título del trabajo: “¡Mira que si venimos del futuro”!
Otro de los temas que comentamos es el de la posible Panspermia para justificar la presencia de la Vida en la Tierra, aunque, particularmente creo que la vida, se generó de manera expontánea en nuestro planeta por reunir todas las condiciones para ello al contener los materiales necesarios, la química y la radiación, la atmósfera ideal y los océanos y volcanes que, de alguna manera y en su conjunto, contribuyeron a que las cosas discurrieran por el camino irreversible que culminó en la Vida.
Con la cantidad de mundos habitables que nuestros ingenios han podido captar, algunos parecidos a nuestra Tierra y otros muy similares y con las condiciones idóneas para poder acoger alguna clase de vida, es difícil negar en las inmensas posibilidades que realmente existen para que, la Vida, sea algo Natural en nuestro Universo. No importa la forma que pueda adoptar según el planeta en el que se desarrolle, sino lo que importa es que, de entre un sin fin de especies que puedan proliferar en esos mundos, algunas, como la nuestra, habrá podido alcanzar la consciencia de Ser.
Si es así (como espero que sea), algún día, lejos aún en el Tiempo, las razas y especies que pueblan las galaxias y los distintos mundos, están abocadas a encontrarse y, según creo, sólo lo podrán hacer cuando su grado de evolución sea tan grande que, los conflictos, sean cosa del pasado, de egoismos mal entendido y de la falta de conocimientos mayores de los que hoy carecemos, y, como la Naturaleza es sabia, no nos dejará alcanzar ese estadio de conocimiento para que se produzca el encuentro, hasta que ambos bandos estén preparados para ello.
No es una casualidad que las estrellas y los mundos estén situados a tantas distancias los unos de los otros, sino que, como si fuera un proyecto bien estudiado por el mismo Universo, se hizo de esa manera para que, podamos evolucionar cada cual en su lugar de origen, podamos ir aprendiendo y conociendo y, cuando el momento crucial llegue… ¡Se producirá el encuentro, o, contacto como nos gusta llamarlo!
Mientras tanto, aquí estaremos confinados en nuestro pequeño planeta y, desde él, trataremos de ir desvelando secretos de la Naturaleza que, algún día, nos abrirán la puerta para empresas de más embergadura.
el 13 de septiembre del 2018 a las 16:57
Yo también soy partidario de que la vida surgió directamente en nuestro planeta, Ya es bastante improbable este suceso para ligarlo al surgimiento de vida en otro escenario (algo tan improbable como aquí) y que luego diera con nuestro planeta en un momento concreto que pudiera habilitar la vida. Pero yo venía a hablar de mi libro: hago este comentario desde la satisfacción de haber resuelto mi problema con la edad. Está muy cerca mi 74 cumpleaños y ya he dado con el procedimiento para no cumplirlo: simplemente dedicaré ese día a dormir plácidamente, sin recibir felicitaciones incongruentes (cómo te pueden felicitar por acercarte un año más a un final relativamente cercano) ni regalos anodinos. Y eso lo he de hacer porque he comprendido que el subterfugio que había empleado hasta ahora puede tener algún fallo. Tiene que ver con la esperanza de vida. Dicha esperanza no es la que tenía al nacer, sino que hay que plantearla en cada momento. Por ejemplo, mi esperanza de vida ahora es de unos 12 años lo que me haría llegar a los 85 años. Pero cuando llegue a esa edad la esperanza (y no sé si la vida) será tal que me haría alargar el proceso y probablemente nunca llegaría a alcanzar el final. Vamos: Aquiles y la tortuga. Y no es que quiera ser eterno, pero si mi suegro vivió más de 100 años no quisiera ser menos. Sin embargo, algo me dice que esta teoría no es correcta; a ver si he de introducir alguna constante de la que luego me arrepienta, como le pasó a Einstein. Por eso he recurrido a lo expresado al principio, aunque tal vez si utilizara lo de las cuerdas y supercuerdas podría anidar en alguna de las dimensiones desconocidas y vivir allí tan ricamente. En eso estoy.
el 14 de septiembre del 2018 a las 4:55
Amigo mío, si por una rareza del destino, al fin encuentras la solución, te ruego la comuniques de inmediato para ponerla en práctica por aquí. Con 78 a la espalda, la cuenta comienza como cuando lanzan un cohete… 10 – 9 – 8… y, llegar al 0 nadie quiere. Por mi parte, he prohibido felicitaciones en el cumpleaños (no veo el motivo de dicha felicitación) y, desde luego, como les ha pasado desde siempre a todos aquellos grandes pensadores, a medida que cumplimos años sentimos esa especie de frustración e impotencia que nos hace plantearnos la pregunta: ¿Para qué tanta lucha y a veces dolor y sufrimiento? Pensamos que pudimos aprovechar mejor ese tiempo pasado y, procuramos esprimir el presente cada segundo al ser consciente de la realidad.
Mi madre murió hace unos años con 103, y, si la Naturaleza no lo remedia, mi intención es superarla y llegar a los 105. Claro que, pasar del siglo con las ideas muy claras y las fuerzas físicas lo menos mermadas posible. En caso contrario, no quiero llegar al siglo para ser un estorbo para los que nos quieren.
Por muchas vueltas que le demos, todos llegamos aquí con un tiempo predestinado y, por mucho que nos duela el hacer el viaje… ¡No lo podemos evitar! Y, siendo conscientes y aplicando la razón, debemos tomarlo con naturalidad, como decía aquel sabio: “Mientras exista la muerte habrá esperanza”. Os imagináis el planeta soportando a todas las criaturas que lo han poblado desde hace cientos de miles de años.
Hay que dejar paso y, cuando llega el momento, hay que apartarse y no estorbar.
A Nivel personal puede resultar duro pero… ¡Así son las cosas! Y lo mismo que sale el Sol cada día en su viaje alrededor del planeta, también nosotros nos levantamos cada mañana y, un día, como le pasará al mismo Sol, tendremos que desaparecer y dejar paso a lo nuevo. Ninguna estrella dejará de brillar cuando nos vayamos, ese es el destino de todos.
el 14 de septiembre del 2018 a las 1:28
Hola muchachada.
Peculiar y efectivo humor el que utiliza Francisco para amenizar su comentario.
Me recuerda una anécdota atribuída a Galileo durante la segunda fase de su célebre proceso. El Inquisidor le pregunta: “¿Cuántos años tiene Usted?” Galileo contesta “8 a 10 años“. Desconcertado, el juez dice “Eso no es posible“. “Sí lo es“; responde Galileo, “tengo los años que me quedan de vida, los vividos ya no los tengo como no se tienen las monedas que se han gastado”.
También es sagaz su observación sobre el cálculo de los índices de Esperanza de Vida, pues cada vez que llegue a la edad que estadísticamente fuera la final, el índice, que es progresivo, aumentará con el tiempo (aunque dada vez menos a medida que avanza la edad) dándole la chance de “vivir un poquito más”. Lógicamente es una curiosidad matemática que se da por el cálculo empleado: es una operación que “tiende a cero” pero nunca “llega”. En la práctica no ocurre porque para el cálculo se toma a la población por franjas etarias.
Saludos cordiales.
el 14 de septiembre del 2018 a las 6:02
Si una cosa tengo clara, es que nunca me jubilaré. Si queremos seguir aquí para estar al tanto de lo que pasa y de lo que se cuece, lo mejor es seguir en el candelero, seguir trabajando y, sobre todo, no dejar que tu mente descanse, hacerla trabajar en aquello que más te llame la atención y tratar de que trabaje y te de soluciones a problemas que le debes plantear.
Tengo amigo de la infancia que parecen mis padres por sus aspectos, a los 65 se jubilaron, se hicieron “amigos inseparables del sofó y del TV” y, la degradación llegó irremisiblemente. No dejar de tener una misión que cumplir, buscarse actividades que te hagan pensar, tratar de desvelar algún que otro enigma…
Y, a todo eso, hacer algo de ejercicio y, sobre todo, ser moderado con la comida. No necesitamos tanto para estar sanos y vivir de manera apacible y sin problemas. Ese es el camino, y, además, si le añadimos que, cuando podamos, le echamos una mano a quien lo pueda necesitar, las cosas marcharán de maravillas y las pocas horas que dormimos con ciertas edades son más que suficiente para llevar las cosas adelante.
La receta es gratuita, como todo aquí.
el 15 de septiembre del 2018 a las 17:26
Todo es relativo amigos: de hecho vuestros comentarios son muy relativos, entendiéndose esa relatividad por la curva estadistica(Si existiera), de lo que piensan x individuos en parecidas circunstancias; sólo quiero dejar un pequeño detalle: si se preguntara sobre el mismo temario que habéis comentado a, digamos mil personas, y suponiendo que dijeran la verdad, posiblemente existirían al menos doscientas variantes.
Como ejemplo pongo alguna variante mia:
El estar retirado no debiera suponer ninguna degradación más allá de la propia de la edad, pues existen muchas formas de aprovechar el tiempo sin necesidad de seguir trabajando en lo de siempre(excepto en los pocos casos que coincide el trabajo con el placer u otras consideraciones.
Por mucho que querramos, nos llegará la hora antes de que la tecnología lo pueda evitar.
El comer, beber, hacer ejercicio y todo eso que nos machacan a diario como imprescindible para vivir mász, no siempre es verdad; por ejemplo mi padre tiene 98,5 años, esta muy sano y siempre ha comido y bebido a destajo; mi suegra cumple 100 en diciembre y beber no, pero de lo demás a tope; aún hoy en día quiere un vaso de vino en las comidas; por cierto, ninguno de los dos ha hecho ni dieta ni ejercicio físico nunca.
Desde que apareció la mecánica cuántica, se supo de la existencia de cierta naturaleza impredecible, pero respecto a lo más grande, cada vez estoy mas fconvencido de una cierta predestinacion en todo, incluidas nuestras vidas: de hecho esta generalmente reconocido que la genética influye en nuestras vidas en un porcentfaje importante, además creciente cuanto más vivimos.
Siento no poder seguir, pero tengo el pc averiado y escribo desde el móvil, y mis dedos ya no son lo que eran.
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el 15 de septiembre del 2018 a las 18:10
Y es que muchos profesionales de la salud dicen que un consumo moderado de vino es saludable. Y me pregunto yo, ingeniero como soy, si un poco es bueno, cuánto mejor no será un mucho, y mucho más si el caldo es de buena calidad. Lo mismo se puede argumentar con la comida, especialmente si es la que te gusta. Mi padre, que falleció a los 96 años en contra de su voluntad (quiero decir que se encontraba lo suficiente saludable para vivir unos cuantos años más) decía que los mayores comían en gran cantidad (excepto casos en que había alguna enfermedad) porque deducían lógicamente que el comer es necesario para la vida, de lo que tenían una vasta experiencia. Y es que es una faena que a ciertas alturas de la vida, cuando casi todo lo has olvidado, te vengan con monsergas acerca de lo que es bueno o malo para la salud: es mejor experimentar y posteriormente comprobar si vas por buen camino. Si así no es, pues a cascarla que la final es de lo que se trata.
el 16 de septiembre del 2018 a las 7:14
Es cierto que en todo esto, la genética tiene un papel principal. Por otra parte pienso que, llevaís toda la razón en una cosa, si se ha trabajado durante toda la vida y al final hay que sacrificarlo todo para vivir unos pocos años más… Es cierto lo que nos dice Kike de que todo es relativo y también de que, no todos los metabolismos tienen el mismo comportamiento en las mismas circunstancias, lo que a uno le puede sentar mal el otro lo soporta bien. Tengo el mejor ejemplo de ello en el caso de la bebida, algunos la soportan sin más y, por mi parte, desde siempre, con un botellin de cerveza me puedo marear.
En cuanto al tema de jubilarse, hay muchas maneras de hacerlo, y, la que no recomiendo es la de abandonarse en el sofá. Si jubilados seguimos teniendo un quehacer (de lo que sea) que nos haga estar activos y que la mente no se relaje… es lo ideal para vivir muchos años y, lo de la comida, si somos moderados también vendrá bien, nunca los excesos fueron buenos.
Por otra parte, cada cual tiene marcado su Tiempo en función de su genética que, en todo ésto juega, como digo, un importante papel. También es cierto que pasar los últimos años con carencias y restricciones… ¡No parece muy lógico! Al menos que los últimos años se pasen con cierta sensación de bienestar, es lo menos que se puede pedir.
Al final del camino cada uno tiene su propio método y, ahí sí que entra el libre albedrío, no parece justo que los demás nos podamos meter en la manera que cada cual quiera terminar sus días. Respetemos eso.