Sep
20
Noticvias de Prensa
por Emilio Silvera ~
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Astrónomos estadounidenses descubren el planeta del Sr. Spock
El planeta, hallado en el marco del proyecto Dharma Planet Survey, es una súper-Tierra ubicada en el sistema de la misma estrella en torno a la que giraba el planeta Vulcano, en la serie ‘Star Trek’.

La ciencia es algo maravilloso por muchas razones. Gracias a ella, por ejemplo, los seres humanos podemos curarnos fácilmente de enfermedades que antes eran mortales de necesidad, somos capaces de conservar alimentos durante mucho tiempo e incluso disponemos de grandes infraestructuras que nos permiten desplazarnos entre lugares muy alejados del planeta.
Otra razón por la que el avance científico es algo casi mágico, es que gracias a él la ficción y la realidad pueden llegar a entrelazarse, haciéndose prácticamente indistinguibles.
Buen ejemplo de ello es el reciente descubrimiento realizado en el marco del proyecto Dharma Planet Survey, dirigido por el astrónomo Jian Ge, de la Universidad de Florida, en colaboración con Matthew Muterspaugh y Gregory Henry, ambos de la Universidad Estatal de Tennessee.

El objetivo de este proyecto es la búsqueda de exoplanetas, relativamente cercanos a la Tierra. Inevitablemente, este fin recordará a los fans de Star Trek al propósito de la misión del Enterprise, una nave perteneciente a la Federación Unida de Planetas, fundada por los humanos en un futuro hipotético.
Pero este no es el único punto común con la saga creada por Gene Roddenberry en 1966, pues estos científicos acaban de descubrir un planeta con las mismas características que el ficticio Vulcano. Eso sí, de momento no han conseguido encontrar a Spock.
Cuando la realidad se encuentra con la ficción
El planeta Vulcano, habitado por una civilización similar a la humana, se encontraba girando en torno a la estrella 40 Eridani A, conocida por los astrónomos como HD26965. En realidad, durante la serie no se llega a mencionar que la estrella sea esta. Sin embargo, el comandante Tucker, jefe de ingeniería del Enterprise, hace referencia a su distancia a la Tierra, de 16 años luz. Esto concuerda con la distancia a la que se encuentra en la realidad 40 Eridani A. Pero eso no es todo, ya que el propio Gene Roddenberry publicó en 1991 en el periódico Sky and Telescope una carta en la que confirmaba que, efectivamente, se trataba de la estrella que ilumina a los vulcanianos.
Más allá de las referencias cinematográficas, la estrella HD26965 resulta interesante para los astrónomos por su gran parecido con el Sol. Por un lado, es sólo un poco más fría y ligeramente menos másica que el astro rey. Por otro, tiene prácticamente la misma edad y un ciclo magnético muy similar. Todo esto la convierte en una candidata perfecta a tener en su entorno a planetas susceptibles de albergar algún tipo de vida, de ahí que se convirtiera en el objetivo de Dharma Planet Survey.
El planeta en cuestión fue descubierto gracias al Dharma Endowment Foundation Telescope (DEFT), un telescopio de 50 pulgadas situado sobre el monte Lemmon, en el sur de Arizona. Se trata de una súper-Tierra o, lo que es lo mismo, un planeta rocoso con un tamaño hasta 1’75 veces superior al de nuestro planeta.

El hallazgo ha sido publicado en un artículo para Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. Su primer autor, el estudiante post doctoral de la Universidad de Florida Bo Ma, ha declarado en una nota para este centro que la estrella 40 Eridani A puede verse a simple vista, por lo que ahora los amantes de Star Trek podrán señalar al cielo y saber que allí cerca se encuentra el hogar del señor Spock. Pero no sólo es un descubrimiento clave para los seguidores de la ciencia ficción. También lo es para los astrónomos, que cada vez disponen de mejores herramientas, capaces de encontrar planetas similares a la Tierra, en las zonas habitables cercanas a las estrellas. Y eso, teniendo en cuenta la inmensidad del universo, es una noticia emocionante.
Sep
20
Teoría del proceso seguido por la Tierra en su evolución
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Origen de las cosas ~
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En este Blog, una de las premisas más importante, en realidad convertida en un Principio a seguir, es dar voz al visitante y, no sólo en comentarios, sino en los posibles trabajos que puedan querer exponer para divulgar sus ideas, y, en este caso,el visitante José C. Gómez, me envía un Correo que dejo aquí reproducido:
El origen del agua y su ciclo en la naturaleza, no es entendida por los europeos hasta finales del siglo XVII. Sin embargo, en al año 500 a.C los chinos ya conocían
Veámos que nos dice sobre el tema José C. Gómez
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Amigo José C. Gómez, es bueno que sigas pensando y mejorando tus ideas que, como decía Eintein, lo mejor para la mente son los ejercicios mentales y, este que nos manda, es un buen ejercicio.
Saludos.
Sep
20
¿La Tierra? ¡Una maravilla!
por Emilio Silvera ~
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¿Alguna vez has querido viajar a otros mundos y descubrir que hay más allá de tus fronteras? ¿Quieres conocer lugares que ni siquiera imaginarias que existen? Para esto no hace falta trabajar en la NASA ni salir de nuestra atmósfera, porque en nuestro planeta tenemos lugares que parecen sacados de otro planeta, lugares que en cuanto veas las imágenes no creerás que pertenecen a la Tierra. Te traigo algunos de ellos.
Lago de “sangre” en Natron, Tanzania
Dicen que en este lago los animales se convertían en piedra, pero ¿es cierta esta leyenda? Este lago de agua salada y sin salida al mar, está ubicado en la región oriental del continente africano, más precisamente, en la frontera entre Kenia y Tanzania, sobre el Gran Valle del Rift. Este lago es de los más calmados de áfrica pero al estar cerca del estratovolcán Ol Doinyo Lengai, muchos de sus compuestos son químicos.
Desde este lago se suelen extraer distintos tipos de sales de cloro, sodio y magnesio. Sus aguas alcalinas tienen un increíble pH de 10.5 y puede provocar serias quemaduras en la piel y en los ojos de los animales que allí se acercan y que, lógicamente, aún no han logrado adaptarse. El carbonato de sodio, uno de los compuestos químicos que más abunda en el lago, es justamente uno de los que más se empleaban en el Antiguo Egipto para la momificación, actuando como un conservante muy eficaz.
Monte Roraima, Venezuela
Existe un mundo perdido y está en Venezuela. Este lugar es uno de los lugares más antiguos de la corteza terrestre y precisamente a Arthur Conan Doyle le sirvió de inspiración para su novela “El mundo perdido”. Esta meseta tan extensa está sobre la sabana tropical venezolana en el Parque Nacional de Canaima. Tiene 31 kilómetros cuadrados de superficie y está rodeada de acantilados verticales de 400 metros de caída.


Lago Spotted, Canadá
El conocido como Lago Manchado es una de las atracciones naturales conocidas de Canadá. Esta a unos 100 kilómetros al este de Vancouver y muy cerca de la frontera con Estados Unidos y debe su particular aspecto a la alta concentración de minerales tan diferentes, como sulfato de magnesio, calcio y sulfatos de sodio. Sin embargo es en verano, cuando el sol evapora parte de su agua y su imagen es francamente espectacular.


Volcan Mutnovsky, Rusia
Esta cueva parece sacada de un cuento. Descubierta hace pocos años, en 2012, en una expedición en la Península de Kamchatka, en Siberia, fue excavada en el hielo glaciar por un río de aguas termales del volcán Mutnovsky y posiblemente en la actualidad ya no exista por haberse derretido. Sin embargo, merece la pena disfrutar de estos momentos que la naturaleza, tan caprichosamente, nos brinda.



Badab-e-Surt, Irán
Ahora que llega el veranito apetecen los baños en sitios naturales. Badab-e Surt es un sitio natural en la provincia de Mazandaran en el norte de Irán. Se compone de una serie de formaciones escalonadas (terrazas de travertino) que se ha creado a lo largo de miles de años.
Badab-e Surt son dos manantiales de aguas minerales con diferentes características naturales, situados a 1840 metros de altitud. El primer manantial contiene agua muy salada que se reúne en una pequeña piscina natural y su agua se considera que tiene efectos medicinales, especialmente como cura para el reumatismo y algunos tipos de enfermedades de la piel. El segundo manantial tiene un sabor amargo y es predominantemente naranja debido a los grandes sedimentos de óxido de hierro en su salida.

Caño Cristales, Serrania de la Macarena, Colombia
Dicen de él que es el río más hermoso del mundo, y nosotros desde luego no vamos a desmentirlo. También dicen de él que es un río de cinco colores y es que, ubicado en la sierra de La macarena en el departamento de Meta en Colombia, está lleno de pozas, saltos y cascadas además de tonalidadesque van del rojo, al amarillo pasando por el verde, azul y negro.
Lago Baikal, Rusia
Este lago es el lago más grande de agua dulce del planeta, de hecho contiene el 20% de las aguas continentales no heladas. Un solo lago alberga casi un cuarto de las reservas mundiales de agua dulce. Si este lago se vaciará por completo, se tardaría aproximadamente un año en volver a llenarlo uniendo todos los ríos del planeta, incluyendo el Nilo y el Amazonas.

Geiser Fly, Nevada, Estados Unidos
Esta maravilla es casi casi natural. En 1916 en Nevada, un grupo de hombres decidió perforar el terreno para encontrar agua para los cultivos y los animales. Efectivamente dieron con el agua, pero con una termal de más de 200 grados centígrados.
Este géiser improvisado no cesó su actividad y, gracias al carbonato cálcico que el agua termal lleva disuelta, empezó a formar un sistema de conos y toda una serie de estructuras en forma de terrazas y piscinas de una gran belleza que destacan por sus vivos colores. Colores extraordinariamente fotogénicos fruto del carbonato depositado y de las bacterias y algas termófilas (amantes del agua caliente) que viven alrededor.
Lo malo es que el geiser no tiene una entrada abierta al público, ya que pertenece a un rancho privado llamado “Fly Ranch”.
Pamukkale, Turquía
Impresionante esta cascada blanca en Turquía, que es en realidad un travertino, pero blanco. En Pamukkale podremos disfrutar de uno de esos lugares cuyo curioso origen natural, singularidad y belleza hacen que su visita sea obligada cuando se viaja a Turquía.

Son en realidad depósitos de calcio que han formado aguas termales naturales en una extensión de nada más y anda menos que 300 km2. El agua circulante por la superficie se encuentra a más de 35º C, motivo por el que los baños termales de Pamukkale son conocidos desde la antigüedad.
Calzada de los Gigantes, Irlanda del Norte
Uno de los fenómenos geológicos más singulares de la naturaleza, la conocida como la Calzada del Gigante, formada por varias de cenas de miles de columnas de basalto algunas con más de diez metros de altura y casi todas hexagonales. ¡No os la perdáis!
La Naturaleza hace obras inimaginables ¿Cómo consigue esas figuras en las piedras?
COLINAS DE CHOCOLATE
Son uno de los paisajes más increíbles del Sudeste Asiático. Se trata de más de 1.200 colinas de la misma forma, casi perfectamente esféricos que según la leyenda son las lágrimas solidificadas de un gigante enamorado y según los científicos depósitos coralinos solidifcados. Están en Filipinas.
MONTE RORAIMA
En un extremo del Parque Nacional de Canaima, en su límite con Guyana y Brasil, despunta esta meseta de arenisca o tepuy, como los denominan en Venezuela, que sobresale más de mil metros sobre las sabanas boscosas circundantes y pasa por ser uno de los lugares de más antigua geología del planeta. Es un destino muy frecuentado por mochileros.
MONTAÑAS DE COLORES DE ZHANGYE DANXIA
Un visitante se sitúa en una plataforma de observación en el Parque Geológico de Zhangye, ubicado en la provincia china de Gansu. La erosión de las capas de roca sedimentaria de las montañas ha creado un escarpado paisaje surrealista –con barrancos, valles, cascadas y otras múltiples formaciones geológicas- que posee la mayor concentración natural de pigmentos de diferentes colores en la piedra de todo el mundo. Muy estudiado por los geólogos para entender los movimientos y la dinámica de la Tierra a lo largo de las diferentes eras geológicas, está declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
THE WAVE
Las formas onduladas y tonos anaranjados y rojizos de ‘La Ola’, en el estado de Arizona, enamoran a fótografos y viajeros por su singularidad. Y es lógico, porque es un paisaje increíble que en su origen fue un conjunto de dunas que data del periodo jurásico y que la erosión fue transformando en roca sólida.
GÉISER FLY
Parece un truco, pero no lo es. El Géiser Fly es una maravilla ‘casi’ natural de la Tierra. Está en una zona desértica de Gerlach, en el estado norteamericano de Nevada, y su agua termal que emana a 200º fue descubierta cuando un grupo de hombres decidió perforar el terreno en busca de agua para sus cultivos y animales, después el geiser empezó a emanar de forma natural. Los sedimentos han pintado las rocas del terreno rocoso creando un paiaje único e increíble.
LA TIERRA DE LOS SIETE COLORES
En Isla Mauricio, cerca del pueblo de Chamarel, se descubre esta rareza geológica que más parece un paisaje lunar. Esta zona de dunas caracterizada por su llamativa mezcla de siete colores es toda una rareza natural.
PILARES DE ZHANGJIAJIE
Sus más de 3.000 pilares afilados y picos de arenisca que despuntan en el bosque son la foto más conocida de este singular del Parque Foresta Nacional de Zhangjiajie. Este espacio protegido situado en el centro de China forma parte del área escénica de Wulingyuan, Patrimonio de la Humanidad, además de ser el primer parque nacional de carácter nacional del país, y desde 2004 también Geoparque Mundial de la Unesco.
PAMUKKALE
Su nombre en turco significa castillo de algodón, y esto es lo que parece esta maravilla turca situada a una hora en avión de Estambul, en la región de Denizli. Una blanca y esponjosa montaña de cal situada en medio de un valle sereno y muy verde cuyas aguas azules reposadas en terrazas naturales y formadas a lo largo de los siglos poseen facultades curativas, gracias a su alta concentración de minerales.
Y, amigos míos, todo esto también… ¡Es Universo!
emilio silvera
Sep
19
¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Quiénes somos?
por Emilio Silvera ~
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Miramos la Naturaleza y su asombrosa belleza, y, no siempre podemos explicar lo que vemos. Miramos el Universo y sus maravillas y sólo podemos asombrarnos. Nos pasamos todo el tiempo haciendo preguntas que, la mayoría de las veces nadie sabe contestar. Aprendemos a base de equivocarnos una y otra vez y, la observación y el estudio, la teoría y las matemáticas nos han llevado a discernir en qué lugar estamos pero… ¿No habremos tomado el camino hacia ninguna parte?
“¿Dónde estaríamos nosotros cuando se conformaron los cimientos de la Tierra?”
El titulo de ésta pagina es la pregunta que se hicieron los filósofos desde tiempos inmemoriales, y, en relación a las preguntas que se plantean, con los conocimientos que actualmente tenemos podríamos exponer diversas respuestas que serían el resultado de las distintas perspectivas que, cada una de ellas, pueden mostrarnos. Lo cierto es que, a ciencia cierta, nadie sabría contestar y todas esas posibles respuestas serían aproximaciones más o menos acertadas a los problemas planteados.
Muchas cosas han pasado desde que se formó la Tierra hasta llegar a nuestros días
“Nosotros, los humanos, llegamos muchísimo más tarde, cuando los materiales que formaron la Tierra estaban más fríos y se formaron los océanos, cuando había ya una atmósfera y, lo cierto es que, los materiales que hicieron posible nuestra presencia aquí, estaban en aquella nebulosa que se esparcía en el esapcio interestelar que hoy ocupa nuestro Sistema solar, una supernova hace ahora miles de millones de años, fue el pistoletazo de salida. Después, el Tiempo, aliado con la materia y la fuerza de gravedad, hicieron posible que surgiera el Sol y, a su alrededor, los planetas y lunas de nuestro entorno, y, con la ayuda de lo que hemos llamado evolución y los ingredientes precisos de atmósfera, agua, radioactividad y otros parámetros necesarios, surgío aquella primera célula replicante que lo comenzó todo, es decir, la aventura de la Vida.”
Una Tierra ignea, incandescente, sin vida
Todas estas explicaciones, son muy pobres para describir los acontecimientos que aquí tuvieron lugar antes de que nosotros hiciéramos acto de presencia como seres humanos verdaderos. Ya me gustaría saber para poder contestar a todas las preguntas que me plantean.
La especulación sobre el origen del Universo es una vieja y destacada actividad humana. Vieja por el simple hecho de que la especie humana, no tiene ningún certificado de nacimiento y, tal desconocimiento de sus orígenes, les hace ser curiosos, deseosos de saber el por qué están aquí y pudo suceder su venida. Estamos obligados a investigar nuestros orígenes nosotros sólos, sin la ayuda de nadie, es el caso que, ningún ser inteligente nos puede contar lo que pasó y, siendo así, nos vemos abocados a tener que hurgar en el pasado y valernos de mil ingeniosos sistemas para tratar de saber. Así que, si investigamos sobre el mundo del que formamos parte, esas pesquisas terminarán por decirnos más, sobre nosotros mismos que sobre el universo que pretendemos describir. En realidad, todos esos pensamientos, que no pocas veces mezclan lo imaginario con la realidad, todo eso, en cierta medida, son proyecciones psicológicas, esquemas proyectados por nuestras mentes sobre el cielo, como sombras danzantes de un fuego fatuo que no siempre nos transmite algún mensaje.
Aquellos mitos de la creación pre-científicos dependían en su supervivencia menos de su acuerdo con los datos de la observación (de los que, de todos modos había pocos) que del grado en que eran satisfactorios, o tranquilizantes o poéticamente atractivos. Aficionados a ellos puesto que eran nuestros, esos cuentos poníann de relieve lo que más importaba a las sociedades que los conservaban. Los sumerios vivían en una confluencia de ríos, y, concebían la creación como una lucha en el barro entre dos dioses. Los mayas, obsesionados por los juegos de balón, conjeturaban que su creador se transformaba en balón cada vez que planeta Venus desaparecía detrás del Sol. El pescador tahitiano, hablaba de un dios pescador que arrastro sus islas desde el fondo del océano. Los espadachines japoneses formaron sus islas de gotas de sangre que caían de una espada cósmica. Para los griegos amantes de la lógica, la creación fue obra de los elementos: Para Tales de Mileto, el universo originalmente fue Agua; para Anaxímedes, fue Aire; para Heráclito, Fuego…Todos los pueblos tenían su propia génesis… Y, ¿cuál será la nuestra?
En Cosmología, las condiciones “iniciales” raramente son absolutamente iniciales, pues nadie sabe como calcular el estado de la materia y el espacio-tiempo antes del Tiempo de Planck, que culminó alrededor de 10-43 de segundo después del comienzo del tiempo. ¿Qué pasó en ese brevísimo intervalo de tiempo? Nadie lo sabe. Pero, a pesar de ello, nosotros pretendemos saber cómo comenzamos nuestra andadura en este mundo que, en realidad, comenzó en otro lugar muy lejano y muy caliente.
Es verdaderamente encomiable la pertinaz insistencia del ser humano por saber, y, en el ámbito de la Astronomía, desde los más remotos “tiempos” que podamos recordar o de los que tenemos alguna razón, nuestra especie ha estado interesada en saber, el origen de los objetos celestes, los mecanismos que rigen sus movimientos y las fuerzas que están presentes.
Nuestros ancestros miraban asombrados la salida y puesta del Sol, no importa el lugar, el “milagro” les parecía cosa de magia, de los dioses.
Claro que, nosotros, los Humanos, llevamos aquí el tiempo de un parpadeo del ojo si lo comparamos con el Tiempo del Universo. Sin embargo, nos hemos valido de todos los medios posibles para llegar al entendimiento de las cosas, incluso sabemos del pasado a través del descubrimiento de la vida media de los elementos y mediante algo que denominamos datación, como la del Carbono 14, podemos saber de la edad de muchos objetos que, de otra manera, sería imposible averiguar. La vida de los elementos es muy útil y, al mismo tiempo, nos habla de que todo en el Universo tiene un Tiempo Marcado. Por ejemplo, la vida media del Uranio 238 sabemos que es de 4.000 millones de años, y, la del Rubidio tiene la matusalénica vida media de 47.000 millones de años, varias veces la edad que tiene el Universo.
Hablaremos ahora del Big Bang (lo único que tenemos para agarrarnos a lo que “parece que fue”), esa teoría aceptada por todos y que trata de explicar cómo se formó nuestro universo y comenzó su evolución hasta llegar a ser como ahora lo podemos observar. De acuerdo a esta teoría, el universo se originó a partir de un estado inicial de alta temperatura y densidad, y entonces ha estado siempre expandiéndose. La teoría de la relatividad general predice la existencia de una “singularidad” en el comienzo, la temperatura y la densidad eran infinitas.
La mayoría de los cosmólogos interpretan singularidad una indicación de que la realtividad general de Einstein deja de ser válida en el universo muy primitivo (no existía materia), y el comienzo mismo debe ser estudiado utilizando una teoría de cosmología cuántica.
El Tiempo de Planck es una unidad de tiempo considerada como el intervalo temporal más pequeño que ser medido. Se denota mediante el símbolo tP. En cosmología, el Tiempo de Planck representa el instante de tiempo más antiguo en el que las leyes de la física pueden ser utilizadas para estudiar la Naturaleza y evolución del Universo. Se determina como combinación de otras constantes físicas en la siguiente:
5.39124(27) × 10−43 segundos
Esta que es una de las célebres unidades de Planck, está formada por una combinación de la constante de estructura fina racionalizada (, la constante gravitacional (G), y la velocidad de la luz elevada a la quinta potencia.
La Era de planck: Es la era que comenzó cuando el efecto gravitacional de la materia empezó a dominar sobre el efecto de presión de radiación. Aunque la radiación es no masiva, tiene un efecto gravitacional que aumenta con la intensidad de la radiación. Es más, a altas energías, la propia materia se comporta como la radiación electromagnética, ya que se mueve a velocidades próximas a la de la luz. En las etapas muy antíguas del universo, el ritmo de expansión se encontraba dominado por el efecto gravitacional de la presión de radiación, pero a medida que el universo se enfrió, efecto se hizo menos importante que el efecto gravitacional de la materia. Se piensa que la materia se volvió predominante a una temperatura de unos 104 K, aproximadamente 30.000 años a partir del Big Bang. Este hecho marcó el comienzo de la era de la materia.
La materia salió de ese clima de enormes temperaturas inimaginables y, durante varias etapas o eras (de la radiación, de la materia, hadrónica y bariónica… llegamos al momento presente habiendo descubierto muchos de los secretos que el Universo guardaba celosamente para que nosotros, los pudiéramos desvelar.
Era de la radiación
Periodo 10-43 s (la era de Planck) y 300.000 después del Big Bang… Durante periodo, la expansión del universo estaba dominada por los efectos de la radiación o de las partículas rápidas (a altas energías todas las partículas se comportan como la radiación). De hecho, la era leptónica y la era hadrónica son ambas subdivisiones de la era de radiación. La era de radiación fue seguida por la era de la materia que antes se reseña, durante la cual los partículas lentas dominaron la expansión del universo.
Era hadrónica
Corto periodo de tiempo entre 10-6 s y 10-5 s después del Big Bang en el que se formaron las partículas atómicas pesadas, protones, neutrones, piones, kaones entre otras. del comienzo de la era hadrónica, los quarks se comportaban como partículas libres. El proceso por el que se formaron los quarks se denomina transición de fase quark-hadrón. Al final de la era hadrónica, todas las demás especies hadrónicas habían decaído o se habían desintegrado, dejando sólo protones o neutrones. Inmediatamente después de esto el universo entró en la era leptónica.
Era Leptónica
Intervalo que comenzó 10-5 s después del Big Bang, en el que diversos tipos de leptones eran la principal contribución a la densidad del universo. Se crearon pares de leptones y antileptones en gran en el universo primitivo, pero a medida que el universo se enfrió, la mayor parte de las especies leptónicas fueron aniquiladas. La era leptónica se entremezcla con la hadrónica y ambas, como ya dije antes, son subdivisiones de la era de la radiación. El final de la era leptónica se considera normalmente que ocurrió cuando se aniquilaron la mayor parte de los pares electrón-positrón, a una temperatura de 5×109 K, más o un segundo después del Big Bang. Después, los leptones se unieron a los hadrónes formar átomos.
El universo es el conjunto de todo lo que existe, incluyendo ( he dicho) el espacio, el tiempo y la materia. El estudio del universo se conoce como cosmología. Los cosmólogos distinguen al Universo con “U” mayúscula, significando el cosmos y su contenido, y el universo con “u” minúscula, que es normalmente un modelo matemático deducido de alguna teoría física como por ejemplo, el universo de Friedmann o el universo de Einstein-de Sitter. El universo real está constituido en su mayoría de espacios que aparentemente están vacíos, existiendo materia concentrada en galaxias formadas por estrellas, planetas, gases y otros objetos cosmológicos.
En 1932 Einstein y de Sitter propusieron que la constante cosmológica debe tomar valor cero, y construyeron un modelo cosmológico homogéneo e isótropo que representa el caso intermedio los modelos abierto y cerrado de Friedmann. Einstein y de Sitter supusieron que la curvatura espacial del Universo no es ni positiva ni negativa, sino nula.
La geometría espacial de modelo es por lo tanto la geometría plana de Euclides; sin embargo el espacio-tiempo en su conjunto no es plano: hay curvatura en la dirección temporal. El tiempo comienza también en una Gran Explosión y las galaxias se alejan continuamente entre sí, sin embargo la velocidad de recesión (constante de Hubble) disminuye asintóticamente a cero a medida que el tiempo avanza.
Debido a que la geometría del espacio y las propiedades de la evolución del Universo están unívocamente definidas en el modelo de Einstein-de Sitter, mucha gente lo considera el modelo más apropiado describir el Universo real.
Durante los últimos años de la década de los 70 surgió un firme soporte teórico para idea a partir de los estudios en física de partículas. Además, las observaciones experimentales sobre la densidad media del Universo apoyan esta concepción, aunque las evidencias aún no son concluyentes.
Todo esto está muy bien pero… ¿De donde venimos? ¿Hacia donde vamos? ¿Quiénes somos?
¡Si supiera contestar esas preguntas! Tampoco podemos afirmar que todo lo anterior sea cierto y que las cosas pasaron como ahí quedan reseñadas, sólo se trata de una posibilidad acorde a las observaciones y según lo podemos entender.
emilio silvera
Sep
19
¿El Misterio? Persistirá, ¡como el Tiempo!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo y... ¿nosotros? ~
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Tras un largo y penoso caminar por el planeta Tierra …
Los habitantes de este mundo hemos, hemos conseguido construir un cuadro plausible del Universo, de la Naturaleza que tratamos de comprender. Hemos llegado a ser conscientes de que, en ella, en la Naturaleza, están todas las respuestas que buscamos y, nosotros mismos no hemos llegado a conocernos por ese mismo hecho de que, formando parte de la Naturaleza, también somos parte del enigma que tratamos de desvelar.
Parece que ahora estamos entrando en la edad adulta, quiero significar que después de siglos y milenios de esporádicos esfuerzos, finalmente hemos llegado a comprender algunos de los hechos fundamentales del Universo, conocimiento que, presumiblemente, es un requisito de la más modesta pretensión de nuestra madurez cosmológica.
Sabemos, por ejemplo, dónde estamos, que vivimos en un planeta que gira alrededor de una estrella situada en el borde de la Galaxia espiral a la que llamamos Vía Láctea, cuya posición ha sido determinada con respecto a varios cúmulos vecinos que, en conjunto, albergan a unas cuarenta mil galaxias extendidas a través de un billón de años-luz cúbicos de espacio.
También sabemos más o menos, cuando hemos entrado en escena, hace unos cinco mil millones de años que se formaron el Sol yn los planetas de nuestro Sistema Solar , en un Universo en expansión que probablemente tiene una edad entre dos y cuatro veces mayor. Hemos determinado los mecanismos básicos de la evolución de la Tierra, hallado prueba también de evolución química a escala cósmica y hemos podido aprender suficiente física como para comprender e investigar la Naturaleza en una amplia gama de escalas desde los Quarks saltarines en el “mundo” microscópico hasta el vals de las galaxias.
El Tiempo inexorable nunca dejó de fluir y mientras eso pasaba, nuestra especie evolucionaba, aprendía al observar los cielos y cómo y por qué pasaban las cosas. Hay realizaciones humanas de las que, en verdad, podemos sentirnos orgullosos. Aquellos habitantes de Sumer y Babilonia, de Egipto o China y también de la India y otros pueblos que dejaron una gran herencia de saber a los Griegos que pusieron al mundo occidental en el camino de la ciencia, nuestra medición del pasado se ha profundizado desde unos pocos miles de años a más de diez mil millones de años, y la del espacio se ha extendido desde un cielo de techo bajo no mucho mayor que la distancia que nos separa de la Luna hasta el radio de más de diez mil millones de años-luz del universo observable.
Tenemos razones para esperar que nuestra época sea recordada (si por ventura queda alguien para recordarlo) por sus contribuciones al supremo tesoro intelectual de toda la Humanidad unida al contexto del Universo en su conjunto por unos conocimientos que, aunque no suficiente, sí son los necesarios para saber dónde estamos y, ahora, debemos buscar la respuesta a esa pregunta: ¿Hacia dónde vamos?
Claro que, el futuro es incierto
Como en la física, en el mundo y en nuestras vidas, también está presente el principio de incertidumbre y, de ninguna manera, podemos saber del mañana. Sin embargo, cuanto más sabemos del universo, tanto más claramente comprendemos lo poco que sabemos de él. La vastedad del Universo nos lleva a poder comprender algunas estructuras cósmicas y mecanismos que se producen y repiten como, el caso de la destrucción que nos lleva a la construcción. Es decir, una estrella masiva vieja explota y siembre el Caos y la destrucción en una extensa región del espacio, y, es precisamente ese hecho el que posibilita que, nuevas estrellas y nuevos mundos surgan a la vida. Sin embargo, la grandeza, la lejanía, esa inmensidad que se nos escapa a nuestra comprensión terrestre, nunca nos dejará comprender el universo en detalle y, siendo así, siempre tendremos secretos que desvelar y misterios que resolver.
Si añadimos a todo eso que, si poseyésemos un atlas de nuestra propia Galaxia y que dedicase una sóla página a cada sistema estelar de la Vía Láctea (de modo que el Sol y sus planetas estuviesen comprimidos en una página), tal atlas tendría más de diez mil millones de volúmenes de dies mil páginas cada uno. Se necesitaria una biblioteca del tamaño de la de Harvard para alojar el Atlas, y solamente ojearlo al ritmo de una página por segundo nos llevaría más de diez mil años. Añádance los detalles de la cartografía planetaria, la potencial biología extraterrestre, las sutilezas de los principios científicos involucrados y las dimensiones históricas del cambio, y se nos hará claro que nunca aprenderemos más que una diminuta fracción de la historia de nuestra Galaxia solamente, y hay cien mil millones de galaxias más.
Sabiendo todo todo esto, siendo consciente de que, realmente, es así, tendremos que convenir con el físico Lewis Thomas cuando dijo: “El mayor de todos los logros de la ciencia del siglo XX ha sido el descubrimiento de la ignorancia humana”.
La ignorancia, como todo en el Universo, es relativa. Nuestra ignorancia, por supuesto, siempre ha estado con nosotros, y siempre seguirá estando, es una compañera con la que cargamos toda nuestra vida y que nos pesa. Algunos procuramos que pese lo menos posible para hacer más llevadero el viaje. Lo nuevo está en nuestras consciencias y de ellas, ha surgido nuestro despertar al comprender de sus abismales dimensiones, y es eso más que otro cosa, lo que señala la madurez de nuestra especie. El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final pero la aventura del aprendizaje siempre será interminable y eterno, quizá (no me he parado a pensarlo) pueda ser esa la única forma de eternidad que pueda existir.
La ciencia tiene límites. Foto CC-BY Galería de NASA Goddard Photo and Video.
La dificultad de explicarlo todo no se debe a nuestra debilidad mental, sino a la estructura misma del universo. En los últimos siglos hemos descubierto que la trama del cosmos puede abordarse en varios niveles diferentes. Mientras no se descubre el siguiente nivel, lo que ocurre en el anterior no se puede explicar, sólo puede describirse. En consecuencia, para el último nivel que se conoce en cada momento nunca hay explicaciones, sólo puede haber descripciones.
La Ciencia es intrinsicamente abierta y exploratoria, y comete errores todos los días. En verdad, ese será siempre su destino, de acuerdo con la lógica esencial del segundo teorema de incompletitud de Kurt Gödel. El teorema demuestra que la plena validez de cualquier sistema, inclusive un sistema científico, no puede demostrarse dentro del sistema. Es decir, tiene que haber algo fuera del marco de cualquier teoría para poder comprobarla. La lección que podemos haber aprendido es que, no hay ni habrá nunca una descripción científica completa y comprensiva del universo cuya validez pueda demostrarse.
No es que pertenezcamos al Universo, formamos parte de él
Y, a todo esto, debemos alegrarnos de que así sea, de que no podamos comprender el Universo en toda su inmensa dimensión y diversidad. Nuestras mentes necesitan que así sea y, tendrán, de esa manera, el escenario perfecto para seguir creciendo a medida que busca todas esas respuestas que nos faltan y, lo bueno del caso es que, cada respuesta que encontramos, viene acompañada de un montón de nuevas preguntas y, de esa manera, esa historia interminable de nuestra aventura del saber…llegará hasta la “eternidad” de nuestro tiempo que, necesariamente, no tiene por que ser el tiempo del universo.
emilio silvera.