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Desde la materia “inerte”… ¡Hasta los pensamientos!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Mente - Filosofía ~ Comments (5)
Lo mismo que desconocemos la auténtica naturaleza de la Luz, que según creo encierra muchos secretos que tenemos que desvelar para conocer la realidad de la Naturaleza y del Universo, de la misma manera, tenemos que llegar a desvelar los secretos que se encierra en esa esencial y sencilla sustancia que llamamos agua, ya Tales de Mileto nos hablaba de la importancia que esa sustancia tenía para la vida.
¿Cómo es posible que, a partir de la materia “inerte”, hayan podido surgir seres vivos e incluso, algunos que, como nosotros puedan pensar? Rememoramos el pasado y conjeturamos sobre el futuro. Que cosa mágica se pudo producir en el corazón de las estrellas para que, materiales sencillos como el Hidrógeno se convirtieran a miles de millones de grados de calor en otros que, como el Carbono, Oxigeno y Nitrógeno…, muchos miles de millones de años más tardes, en mundos perdidos en sistemas planetarios como el nuestro, dieran lugar a la formación de Protoplasma vivo del que surgieron aquellos infinitesimales seres que llamamos bacterias y que, posibilitaron la evolución hacia formas de vida superiores?
Los sentidos: las herramientas que utiliza el cerebro para estar comunicado con el exterior
La percepción, los sentidos y los pensamientos… Para poder entender la conciencia como proceso es preciso que entendamos cómo funciona nuestro cerebro, su arquitectura y desarrollo con sus funciones dinámicas. Lo que no está claro es que la conciencia se encuentre causalmente asociada a ciertos procesos cerebrales pero no a otros.
El cerebro humano ¿es especial?, su conectividad, su dinámica, su forma de funcionamiento, su relación con el cuerpo y con el mundo exterior, no se parece a nada que la ciencia conozca. Tiene un carácter único y ofrecer una imagen fidedigna del cerebro no resulta nada fácil; es un reto tan extraordinario que no estamos preparados para cumplir en este momento. Estamos lejos de ofrecer esa imagen completa, y sólo podemos dar resultados parciales de esta enorme maravilla de la Naturaleza.No deja de evolucionar y, algún día, trascenderá hacia estadios superiores mentales que ahora, ni podemos imaginar.
Aquí se fraguan los pensamientos como en las galaxias lo hacen las estrellas
Nuestro cerebro adulto, con poco más de 1,5 Kg de peso, contiene unos cien mil millones de células nerviosas o neuronas. La parte o capa ondulada más exterior o corteza cerebral, que es la parte del cerebro de evolución más reciente, contiene alrededor de treinta millones de neuronas y un billón de conexiones o sinapsis. Si contáramos una sinapsis cada segundo, tardaríamos 32 millones de años en acabar el recuento. Si consideramos el número posible de circuitos neuronales, tendremos que habérnoslas con cifras hiperastronómicas. Un 10 seguido de, al menos, un millón de ceros (en comparación, el número de partículas del universo conocido asciende a “tan sólo” un 10 seguido de 79 ceros). ¡A que va a resultar que no somos tan insignificantes!
El suministro de datos que llega en forma de multitud de mensajes procede de los sentidos, que detectan el entorno interno y externo, y luego envía el resultado a los músculos para dirigir lo que hacemos y decimos. Así pues, el cerebro es como un enorme ordenador que realiza una serie de tareas basadas en la información que le llega de los sentidos. Pero, a diferencia de un ordenador, la cantidad de material que entra y sale parece poca cosa en comparación con la actividad interna. Seguimos pensando, sintiendo y procesando información incluso cuando cerramos los ojos y descansamos.
En las horas de sueño. Muchos grupos neuronales se mantienen activos y producen impulsos nerviosos, por lo que durante el sueño se mantiene una importante actividad mental, en forma de sueños o en otras maneras que no podemos recordar más tarde al despertar.
Con tan enorme cantidad de circuitos neuronales, ¿cómo no vamos a ser capaces de descifrar todos los secretos de nuestro universo? ¿De qué seremos capaces cuando podamos disponer de un rendimiento cerebral del 80 ó 90 por ciento? Algunas veces hemos oido comentar: “Sólo utilizamos un diez por ciento del cerebro…” En realidad, la frase no indica la realidad, se refiere al hecho de que, aunque utilizamos el cerebro en su totalidad, se estima que está al diez por ciento de su capacidad real que, será una realidad a medida que evolucione y, en el futuro, esa capacidad de hoy será un 90 por ciento mayor.
Aún no conocemos bien la direccionalidad de los circuitos neuronales
El límite de lo que podremos conseguir tiene un horizonte muy lejano. Y, llega un momento en el cual, se puede llegar a pensar que no existen limites en lo que podemos conseguir: Desde hablar sin palabras sonoras a la auto-transportación. Si -como pienso- somos pura energía pensante, no habrá límite alguno; el cuerpo que ahora nos lleva de un lugar a otro, ya no será necesario, y como los fotones que no tienen masa, podremos desplazarnos a velocidades lumínicas.
Claro que ya podemos teletransportar átomos
Creo que estoy corriendo demasiado en el tiempo, volvamos a la realidad. A veces mi mente se dispara. Lo mismo visito mundos extraordinarios con mares luminosos de neón líquido poblados por seres transparentes, que viajo a galaxias muy lejanas pobladas de estrellas de fusión fría circundadas por nubes doradas compuestas de antimateria en la que, los positrones medio congelados, se mueven lentamente formando un calidoscopio de figuras alucinantes de mil colores. ¡La mente, qué tesoro!
Alguna vez me pregunté: ¿Es más grande el cerebro que el Universo en algún sentido?
No lo sabemos ¿tendrá nuestra presencia en el Universo algún sentido?
“Durante siglos el hombre ha intentado responder a una de las más complicadas inquietudes: ¿Es el cerebro humano más grande que el universo? Y si bien la respuesta aún no ha llegado, muchos expertos a lo largo de los años han intentado esbozar sus teorías.
Precisamente, con el fin de poder acercar una somera respuesta a esta gigantesca interrogante, el periodista Robert Krulwich ha publicado recientemente en la página web NPR.org una completa compilación de este gran e interminable. Una compilación que incluye teorías de ambos bandos, y entre las cuales existen muchas que son realmente convincentes.”
Mirando ambas imágenes… ¿Quién podría decir, si no se les explicara, que son “ámbitos” diferentes”
La unidad a partir de la cual se configuran todas las fabulosas actividades del cerebro es una célula del mismo, la neurona. Las neuronas son unas células fantásticamente ramificadas y extendidas, pero diminutas que, sin embargo y en sentido figurado, podríamos decir que son tan grandes como el universo mismo.
Cuando seamos capaces de convertir en realidad todo aquello en lo que podamos pensar, entonces, habremos alcanzado la meta. Para que eso pueda llegar a ocurrir, aún falta mucho tiempo. Sin embargo, si el Universo no lo impide y nuestro transcurrir continúa, todo lo que podamos imaginar… podrá ser posible. Incluso imposibilidades físicas de hoy, dejarán de existir mañana y, ¡la Mente! posiblemente (al igual que hoy ordena a las distintas partes del cuerpo que realice esta o aquella función), se encargará de que todo funcione bien, erradicará cualquier enfermedad que nos pueda atacar y, tendrá el conjunto del “sistema” en perfectas condiciones de salud, lo cual me lleva a pensar que, para cuando eso llegue, los médicos serán un recuerdo del pasado.
Veamos, por ejemplo, la Ecuación de Schrödinger
¿Qué dice?
La ecuación modela la materia no como una partícula, sino como una onda, y describe cómo estas ondas se propagan.¿Por qué es importante?
La ecuación de Schrödinger es fundamental para la mecánica cuántica, que junto con la relatividad general constituyen en la actualidad las teorías más efectivas del universo físico.¿Qué provocó?
Una revisión radical de la física del mundo a escalas muy pequeñas, en las cuales cada objeto tiene una «función de onda» que describe una nube de probabilidad de posibles estados. A este nivel el mundo es incierto intrínsecamente. Intentos de relacionar el mundo microscópico cuántico con nuestro mundo macroscópico clásico llevaron a temas filosóficos que todavía tienen eco. Pero experimentalmente, la teoría cuántica funciona maravillosamente bien y los láseres y chips de los ordenadores actuales no funcionarían sin ella.
De todas las maneras no podemos dejar de admitir que, también nuestras mentes son Universo.
Es curioso y sorprendente la evolución alcanzada por la Mente Humana. El mundo físico se representa gobernado de acuerdo a leyes matemáticas. Desde este punto de vista, todo lo que hay en el universo físico está realmente gobernado en todos sus detalles por principios matemáticos, quizá por ecuaciones tales que aún no hemos podido llegar a comprender y, ni que sabemos que puedan existir.
Lo más seguro es que la descripción real del mundo físico esté pendiente de matemáticas futuras, aún por descubrir, fundamentalmente distintas de las que ahora tenemos. Llegarán nuevos Gauss, Riemann, Euler, o, Ramanujans… que, con sus nuevas ideas transformarán el pensamiento matemático para hacer posible que podamos, al fin, comprender lo que realmente somos. Una cosa es cierta, cuando las palabras no son suficiente para explicar la realidad, los científicos echan mano de las matemáticas que de manera exacta pueden describir lo que ocurre en la Naturaleza, en el Universo.
Son nuestras Mentes, productos de la evolución del Universo que, a partir de la materia “inerte”, ha podido alcanzar el estadio bio-químico de la consciencia y, al ser conscientes, hemos podido descubrir que existen “números misteriosos” dentro de los cuales subyacen mensajes que tenemos que desvelar.
Antes tendremos que haber descifrado las funciones modulares de los cuadernos perdidos de Ramanujan, o por ejemplo, el verdadero significado del número 137, ése número puro adimensional que encierra los misterios del electrón (e) – electromagnetismo -, de la constante de Planck (h) – el cuando te acción – y de la luz (c) – la relatividad -.
Y, mientras tanto, nuestras mentes siguen su camino, siempre queriendo ir más allá y siempre profundizando en los secretos de la Naturaleza de lo que tenemos muchos ejemplos, tales como nuestras consideraciones sobre los dos aspectos de la relatividad general de Einstein, a saber, el principio de la relatividad, que nos dice que las leyes de la física son ciegas a la distinción entre reposo y movimiento uniforme; y el principio de equivalencia, que nos dice de qué forma sutil deben modificarse estas ideas para englobar el campo gravitatorio.
Lo incomprensible es que podamos haber llegado a comprender, al menos, parte del Universo que contiene todo lo que existe, es el recipiente mayor, ahí residen por orden de volumen, primero las galaxias cuajadas de estrellas y Nebulosas, cuásares y Mundos y, en muchos de ellos, probablemente, criaturas inteligentes se estarán planteando las mismas preguntas que nosotros: ¿Qué es la materia? ¿Cómo pudimos llegar aquí? ¿Comprenderemos alguna vez?
Mediante la combinación de diversas observaciones de telescopios, y la ayuda del trabajo de modelación avanzada, el equipo de Emanuele Farina, de la Universidad de Insubria en la provincia de Como, Italia, y Michele Fumagalli del Instituto Carnegie de Ciencia, en Washington, D.C., Estados Unidos, fue capaz de captar como tal el trío de quásares, llamado QQQ J1519+0627. La luz de esos quásares ha viajado 9.000 millones de años-luz para llegar hasta nosotros, lo que significa que dicha luz fue emitida cuando el universo tenía sólo un tercio de su edad actual.
Todo es finito, es decir, que tiene un fin, y la velocidad de la luz no podía ser una excepción
Un ramillete de cuantos de luz (fotones) que se desplazan a 299.792.458 metros por segundo
Ahora hay que hablar del tercer ingrediente fundamental de la teoría de Einstein, que está relacionada con la finitud de la velocidad de la luz. Es un hecho notable que estos tres ingredientes básicos puedan remontarse a Galileo; en efecto, parece que fue también Galileo el primero que tuvo una expectativa clara de que la luz debería viajar con velocidad finita, hasta el punto de que intentó medir dicha velocidad. El método que propuso (1.638), que implica la sincronización de destellos de linternas entre colinas distantes, era, como sabemos hoy, demasiado tosco (otro ejemplo de la evolución que, con el tiempo, se produce en nuestras mentes). Él no tenía forma alguna de anticipar la extraordinaria velocidad de la luz.
Parece que tanto Galileo como Newton tenían poderosas sospechas respecto a un profundo papel que conecta la naturaleza de la luz con las fuerzas que mantienen la materia unida y, si consideramos que esa fuerza que hace posible la unión de la materia reside en el corazón de los átomos (en sus núcleos), podemos hacernos una clara idea de lo ilimitado que puede ser el pensamiento humano que, ya en aquellos tiempos -en realidad mucho antes- pudo llegar a intuir las fuerzas que están presentes en nuestro Universo.
En los núcleos atómicos reside la fuerza (nuclear fuerte) que hace posible la existencia de la materia que comienza por los átomos que, al juntarse y formar células, hace posible que éstas se junten y formen moléculas que a su vez, se reunen para formar sustancias y cuerpos.
Pero la comprensión adecuada de estas ideas tuvo que esperar hasta el siglo XX, cuando se reveló la verdadera naturaleza de las fuerzas químicas y de las fuerzas que mantienen unidos los átomos individuales. Ahora sabemos que tales fuerzas tienen un origen fundamentalmente electromagnético (que vincula y concierne a la implicación del campo electromagnético con partículas cargadas) y que la teoría del electromagnetismo es también la teoría de la luz.
Para entender los átomos y la química se necesitan otros ingredientes procedentes de la teoría cuántica, pero las ecuaciones básicas que describen el electromagnetismo y la luz fueron propuestas en 1.865 por el físico escocés James Clark Maxwell, que había sido inspirado por los magníficos descubrimientos experimentales de Michael Faraday unos treinta años antes y que él plasmó en una maravillosa teoría.
El electromagnetismo es una rama de la Física que estudia y unifica los fenómenos eléctricos y magnéticos en una sola teoría. El electromagnetismo es una teoría de campos; es decir, las explicaciones y predicciones que provee se basan en magnitudes físicas vectoriales dependientes de la posición en el espacio y del tiempo.
Esta teoría del electromagnetismo de Maxwell tenía la particularidad de que requería que la velocidad de la luz tuviera un valor fijo y definido, que normalmente se conoce como c, y que en unidades ordinarias es aproximadamente 3 × 108 metros por segundo. Maxwell, guiado por los experimentos de Faraday, hizo posible un hecho que cambió la historia de la humanidad para siempre. Un hecho de la misma importancia que el descubrimiento del fuego, la rueda o los metales. El matemático y poeta escocés unificó los campos eléctrico y magnético a través de unas pocas ecuaciones que describen como estos campos se entretejen y actúan sobre la materia.
La interminable escalera que debemos subir para alcanzar el conocimiento
Claro que, estos importantísimos avances han sido simples escalones de la “infinita” escalera que tenemos que subir y, la misma relatividad de Einstein no ha sido (después de un siglo) aún comprendido en su plenitud y muchos de sus mensajes están escondidos en lo más profundo de nuestras mentes que, ha sabido parcialmente descubrir el mensaje de Einstein, pero seguimos buscando.
Sin embargo, esto nos presenta un enigma si queremos conservar el principio de relatividad. El sentido común nos diría que si se mide que la velocidad de la luz toma el valor concreto c en el sistema de referencia del observador, entonces un segundo observador que se mueva a una velocidad muy alta con respecto al primero medirá que la luz viaja a una velocidad diferente, aumentada o disminuida, según sea el movimiento del segundo observador.
Estaría bueno que, al final se descubriera que alfa (α) tuviera un papel importante en la compleja teoría de cuerdas, ¿Por qué no? En realidad alfa, la constante de estructura fina, nos habla del magnetismo, de la constante de Planck y de la relatividad especial, es decir, la velocidad de la luz y, todo eso, según parece, emergen en las ecuaciones topológicas de la moderna teoría de cuerdas. ¡Ya veremos!
Pero el principio de relatividad exigiría que las leyes físicas del segundo observador (que definen en particular la velocidad de la luz que percibe el segundo observador) deberían ser idénticas a las del primer observador. Esta aparente contradicción entre la constancia de la velocidad de la luz y el principio de relatividad condujo a Einstein (como de hecho, había llevado previamente al físico holandés Hendrick Antón Lorentz y muy en especial al matemático francés Henri Poincaré) a un punto de vista notable por el que el principio de relatividad del movimiento puede hacerse compatible con la constancia de una velocidad finita de la luz.
¿Cómo funciona esto? Sería normal que cualquier persona creyera en la existencia de un conflicto irresoluble entre los requisitos de una teoría como la de Maxwell, en la que existe una velocidad absoluta de la luz, y un principio de relatividad según el cual las leyes físicas parecen las mismas con independencia de la velocidad del sistema de referencia utilizado para su descripción.
¿No podría hacerse que el sistema de referencia se moviera con una velocidad que se acercara o incluso superara a la de la luz? Y según este sistema, ¿no es cierto que la velocidad aparente de la luz no podría seguir siendo la misma que era antes? Esta indudable paradoja no aparece en una teoría, tal como la originalmente preferida por Newton (y parece que también por Galileo), en la que la luz se comporta como partículas cuya velocidad depende de la velocidad de la fuente. En consecuencia, Galileo y Newtonpodían seguir viviendo cómodamente con un principio de relatividad.
La velocidad de la luz en el vacío es una constante de la Naturaleza y, cuando cientos de miles de millones de millones salen disparados de esta galaxia hacia el vacío espacial, su velocidad de 299.792.450 metros por segundo, es constante independientemente de la fuente que pueda emitir los fotones y de si ésta está en reposo o en movimiento.
Así que, la antigua imagen de la naturaleza de la luz entró en conflicto a lo largo de los años, como era el caso de observaciones de estrellas dobles lejanas que mostraban que la velocidad de la luz era independiente de la de su fuente. Por el contrario, la teoría de Maxwell había ganado fuerza, no sólo por el poderoso apoyo que obtuvo de la observación (muy especialmente en los experimentos de Heinrich Hertz en 1.888), sino también por la naturaleza convincente y unificadora de la propia teoría, por la que las leyes que gobiernan los campos eléctricos, los campos magnéticos y la luz están todos subsumidos en un esquema matemático de notable elegancia y simplicidad.
Las ondas luminosas como las sonoras, actúan de una u otra manera dependiendo del medio en el que se propagan.
En la teoría de Maxwell, la luz toma forma de ondas, no de partículas, y debemos enfrentarnos al hecho de que en esta teoría hay realmente una velocidad fija a la que deben viajar las ondas luminosas.
El punto de vista geométrico-espaciotemporal nos proporciona una ruta particularmente clara hacia la solución de la paradoja que presenta el conflicto entre la teoría de Maxwell y el principio derelatividad.
Noción del Espacio.Tiempo
Este punto de vista espaciotemporal no fue el que Einstein adoptó originalmente (ni fue el punto de vista de Lorentz, ni siquiera, al parecer, de Poincaré), pero, mirando en retrospectiva, podemos ver la potencia de este enfoque. Por el momento, ignoremos la gravedad y las sutilezas y complicaciones asociadas que proporciona el principio de equivalencia y otras complejas cuestiones, que estimo aburrirían al lector no especialista, hablando de que en el espacio-tiempo se pueden concebir grupos de todos los diferentes rayos de luz que pasan a ser familias de íneas de universo.
Baste saber que, como quedó demostrado por Einstein, la luz, independientemente de su fuente y de la velocidad con que ésta se pueda mover, tendrá siempre la misma velocidad en el vacío, c, o 299.792.458 metros por segundo. Cuando la luz atraviesa un medio material, su velocidad se reduce. Precisamente, es la velocidad c el límite alcanzable de la velocidad más alta del universo. Es una constante Universal y, como hemos dicho, es independiente de la velocidad del observador y de la fuente emisora.
El Universo está dentro de nuestras Mentes
¡La Mente! Qué caminos puede recorrer y, sobre todo ¿quien la guía? Comencé este trabajo con la imagen del ojo humano y hablando de los sentidos y de la consciencia y mira donde he finalizado…Sí, nos falta mucho camino por recorrer para llegar a desvelar los misterios de la Mente que, en realidad, es la muestra más alta que el Universo nos puede mostrar de lo que puede surgir a partir de la sencillez de los átomos de hidrógeno que, evolucionados, primero en las entrañas de las estrellas y después en los circuitos de nuestras mentes, llega hasta los pensamientos y la imaginación que…son palabras mayores de cuyo alcance, aún no tenemos una idea que realmente refleje su realidad.
Pero, ¿existe alguna realidad?, o, por el contrario todo es siempre cambiante y lo que hoy es mañana no existirá, si “realmente” es así, ocurre igual que con el tiempo. La evolución es algo que camina siempre hacia adelante, es inexorable, nunca se para y, aunque como el tiempo pueda ralentizarse, finalmente sigue su camino hacia esos lugares que ahora, sólo podemos imaginar y que, seguramente, nuestros pensamientos no puedan (por falta de conocimientos) plasmar en lo que será esa realidad futura.
En una increíble maraña de nervios y conexiones sin fin…. ¡surgen los pensamientos!
Es curioso y sorprendente la evolución alcanzada por la Mente Humana. El mundo físico se representa gobernado de acuerdo a leyes matemáticas. Desde este punto de vista, todo lo que hay en el universo físico está realmente gobernado en todos sus detalles por principios matemáticos, quizá por ecuaciones tales que aún no hemos podido llegar a comprender y, ni que sabemos que puedan existir (como antes decía).
emilio silvera
el 2 de octubre del 2018 a las 6:33
https://www.bbc.com/mundo/noticias-44725096
el 2 de octubre del 2018 a las 11:42
La quinta dimensión la incluyó Kaluza en la carta que le escribió a Einstein para que éste la publicara. Allí, el hombre (matemático él) exponía una serie de ecuaciones en la que, trabajando con 5 dimensiones unificaba la teoría de la relatividad con la del electromagnetismo de Maxwell. Einstein quedó prendado con aquella idea pero, no le veía salida y se resistía a enviarla a la revista científica para su publicación. Pasados unos días, comprendió que no tenía derecho a retenerla y la envió siendo publicada.
Más tarde, entró en escena otro matemático llamado Klein que, refinó las matemáticas de Kaluza y, desde entonces, se la conoce como la Teoría Kaluza-Klein de 5 dimensiones. Quedó olvidada durante algún tiempño hasta que, habiendo llegado la teoría de cuerdas, la desempolvaron y comensaron a trabajar con más dimensiones extra, 10, 11 y hasta 26.
En lo que va a quedar todo esto… ¿Quién lo puede saber? Por mucho que miremos no podemos ver esas dimensiones y, cuando le preguntaron a Kaluza o Klein (no recuerdo bien a quien), se limitó a decir que estaban compactadas en el limite de Planck, por eswo no se pueden ver.
¡Qué cosas!
el 2 de octubre del 2018 a las 17:17
En esta supuesta unificación de relatividad y electromagnetismo, a través de una quinta demension: ¿Cuál al sería la partícula mediadora? Resulta que el el caso de la electrodebil, tenemos los bosones w+/w- y z.
Supongo que el gavitron no sería válida ya que solo es mediadora de la gravedad.
Otra cuestión resulta que el bosón de Higgs tiene unos 19 canales de desintegración y otros tanto subcanales de desintegración.
Se pueden crear (Higgs) por fusión de dos gluones, fotones, etc.
En el caso de los gavitrones ¿como podríamos formar una fuente de gavitrones? Ya que se menciona muy poco a este respecto.
el 3 de octubre del 2018 a las 6:50
“Volvamos a la idea de Kaluza-Klein, impecable a nivel clásico. Las ecuaciones de la gravedad de Einstein para un espaciotiempo con D>4 dimensiones describen además del gravitón (partícula de espín 2), bosones gauge (partículas de espín 1 descritas por ecuaciones de Yang-Mills) y bosones escalares llamados dilatones (de espín cero que se puede hacer que actúen como bosones de Higgs). La topología de las D – 4 dimensiones extra es diferente del resto, son compactas (cerradas y acotadas, como una esfera o un toroide), por lo que tienen un tamaño finito. Las simetrías del modelo estándar, SU(3)xSU(2)xU(1), se pueden incorporar tomando un grupo G de simetría que contenga a SU(3)xSU(2)xU(1) y compactificando las dimensiones extra con una variedad diferenciable cuyo grupo de isometría sea G (a este idea se le suele llamar graviGUT, porque el grupo G define una teoría de gran unificación o GUT).
¿Por qué no observamos las D – 4 dimensiones extra del espaciotiempo? En las teorías de Kaluza-Klein las cargas (gauge) son proporcionales a la constante de Newton de la gravedad y el factor es una función inversa al tamaño de las dimensiones extra; como las cargas gauge son muy grandes comparadas con la gravedad, recuerda que es muy débil, las dimensiones extra tienen un tamaño muy pequeño. Lo habitual es tomar la escala de Planck (unos 10-33cm). La versión cuántica de la teoría implica la existencia de nuevas partículas asociadas a campos confinados en las dimensiones extra campactas, llamadas partículas de Kaluza-Klein; no observamos estas partículas porque su masa es del orden de la energía de Planck (unos 1019 GeV).
Las teorías de Kaluza-Klein (o teorías graviGUT) tienen muchos problemas, pero mencionaré sólo tres de ellos. El primero es que la teoría no incorpora fermiones (leptones y quarks), que como en el caso del modelo estándar, han de ser introducidos ad hoc como en cualquier otra teoría GUT (luego no se trata de una teoría de todo, sino de “casi todo”). El segundo es que la versión cuántica de estas teorías no es renormalizable (los problemas que aparecen al cuantizar la gravedad de Einstein en 4 dimensiones se mantienen en D dimensiones). Y el tercero que mencionaré es que la teoría no es quiral, a diferencia del modelo estándar, y no se conoce ningún mecanismo de rotura espontánea de la simetría que rompa una teoría no quiral en una teoría quiral. Que no me peguen los expertos. Se han publicado soluciones a estas problemas, pero no son del todo satisfactorias. Por ejemplo, en lugar de usar las ecuaciones de Einstein para la gravedad que tienen derivadas hasta el segundo orden, como las ecuaciones de Newton, se puede usar una generalización con infinitas derivadas cuya versión cuántica parece ser renormalizable, pero que mantiene otros problemas.
Una solución natural para incorporar fermiones en una teoría de Kaluza-Klein es utilizar la supersimetría, que conduce a la teoría llamada supergravedad. La supersimetría es una simetría que transforma fermiones en bosones y viceversa. Además, aplicar dos transformaciones supersimétricas equivale a una traslación en el espaciotiempo, es decir, la supersimetría equivale a una raíz cuadrada de una traslación (SUSY2=TRASLACIÓN). La supergravedad es la teoría tipo gauge basada en la supersimetría como simetría local y no hay que meter de forma explícita las ecuaciones de Einstein, ya que esta teoría incluye una partícula de espín 2, que actúa como gravitón, y la gravedad aparece de manera natural (algo parecido ocurre en QED al hacer la simetría U(1) local aparece el electromagnetismo como arte de magia). Asociado al gravitón hay partículas de espín 3/2 llamados gravitinos; su número es igual al número de supersimetrías diferentes de la teoría. Hay varias razones teóricas en contra de la existencia de partículas de espín mayor de 2, por lo que el número máximo de supersimetrías es N=8. Este número de supersimetrías determina el espectro completo de partículas. Por ejemplo, para N=8 supersimetrías hay un supermultiplete que contiene un gravitón (espín 2), 8 gravitinos (espín 3/2), 28 bosones vectoriales (espín 1), 56 fermiones de espín 1/2, y 70 bosones escalares (espín 0).”
el 2 de octubre del 2018 a las 12:05
Leyendo algunos trabajos nos podemos percatar de que no dejamos (como se suele decir) de dar “palos de ciego” y, si por casualidad suena la flauta, podemos romper la piñata del fotón oscuro, de la Gravedad cuántica, de la Teoría de Cuerdas… Y, en esas investigaciones (no es la primera vez que ocurre), hasta puede resultar que no encontremos lo que vamos buscando y, en cambio, demos con algo inesperado y sorprendente.
Estamos inmersos en el “mundo” complejo de la investigación y, no siempre, contamos con las adecuadas herramientas ni apuntamos en la correcta dirección. Que por cierto, ¿qué pasa con el Gravitón? Si todas las fuerzas fundamentales del Universo tienen su Bosón transmisor de la fuerza (fotones, gluones y partículas W y Z), que puñetas pasa con el Bosón de la Gravedad. Algunos dicen que al ser la fuerza menos potente será más difícil dar con él.
Pudimos contractar ¡al fín! que los neutrinos tenían masa y, por tal motivo, nunca podrían alcanzar la velocidad de la luz. Además de que son partículas variables y las unas se transforman en las otras… ¡Qué extraña mecánica cuántica!
Como decía Enrico Fermi y creo que también Richard Feynman: “Quien diga que sabe de mecánica cuántica… ¡podría estar mintiendo! Conocemos algunas cuestiones y desconocemos la mayoría de ellas. Las preguntas siguen siendo más abundantes que las respuestas.