Oct
19
Hay Proyectos que tendrían que ser mejor analizados
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Vida en otros mundos ~ Comments (0)
¿Es la búsqueda de extraterrestres una pérdida de tiempo?
Lo extraño del caso es que, investigadores reputados señalen que si aún no hemos encontrado nada es debido a que no se buscó lo suficiente.
Esa es la escueta notici salida en ABC – Ciencia, y, debajo de ella algunos temas relacionados que también os dejo para que los podáis contrastar.
Sobre el tema, lo que más se ha hecho: SETI
Nunca estará demás todos los esfuerzos que podamos hacer en la investigación científica, en cualquiera de los Campos del saber Humano, y, tratar de saber dónde estamos y con quién compartimos el inmenso Universo, no me parece cosa baladí.
El problema real radica en que la búsqueda que hemos realizado hasta la fecha ha sido, a pesar de todos los esfuerzos, muy limitada. Pongamos que hemos explorado el Pcéano pacífico para ver los misterios que contirne, y, en realidad, lo que hemos investigado y comprobado hasta el momento, es sólo el agua que cabe en una bañera. Extrapolando la situación al Universo, esa es, la porción de Universo explorada en la búsqueda de otras formas de vida.
Creer que la única vida inteligente en el Universo es la nuestra… ¡Sería un inmenso error que niega la lógica y las probabilidades! El Universo se rige en todas sus regiones por las mismas leyes fundamentales y en él, están presentes las constantes que, como la velocidad de la luz, la constante de estructura fina, la constante de Planck, la carga del electrón o la masa del Protón, hace que el universo sea tal como lo podemos contemplar, y, la Gravedad que es la fuerza que mantiene unidos los planetas en los sistemas planetarios, las estrellas en las galaxias y los cúmulos de galaxias… ¡Funciona igual en todas partes!
Los cúmulos de galaxias en nuestro Universo son incontables, y, en ellos, las estrellas y mundos son los que suman cantidades que nos marean, y, de dichos “infinitos planetas” no pocos, están situados en las distancias adecuadas para la vida, es decir, en la zona habitable.
El problema principal, con el que nos topamos en la búsqueda de inteligencias extraterrestes, sólo radica en las distancias que nos separan de ellas. No contamos con los medios tecnológicos para poder llegar a esos lejanos lugares, y, tampoco los conocimientos que actualmente tenemos son suficientes para poder desvelar los secretos que nos lleven a poder utilizar otros caminos que, no venciendo a la velocidad de la Luz (cosa imposible), sino que burlándola, podamos llegar en el menor tiempo posible a esos otros mundos.
Dependiendo de las condiciones del planeta que los acoja, de la estrella que les dé la luz y el calos, de la masa de aquel mundo, la atmósfera, la radiación que pueda recibir, el agua y los océanos, las condiciones climáticas… Sus habitantes podrán ser parecidos a nosotros o muy distintos, y, sin dejar de ser inteligentes, podrían tener otra perspectiva muy distinta a la nuestra del “mundo”, de la Naturaleza, y, del Universo en fin.
Llevamos sesenta años buscando señales de inteligencia extraterrestre pero no aparece nada. El programa SETI trata de resolver este misterio peinando el cielo en busca de emisiones de alguna civilización tecnológica. El periodista José Manuel Nieves desgrana cómo es el programa SETI y cómo se buscan las señales de radio, láser y otras emisiones.
La noticia venía tan poco explicada que, me pareció bien añadirle algunos conceptos más que la completara diciendo todo lo que creía que le faltaba.
Oct
19
¿Entenderemos alguna vez la Gravedad?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Las constantes de la Naturaleza ~ Comments (7)
Dos nuevos estudios realizados por investigadores de Australia, Austria y Alemania han puesto en entredicho la forma en la que entendemos la física de la gravedad. Los descubrimientos, publicados en las revistas Astrophysical Journal y Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, se basan en observaciones de galaxias enanas satélite o galaxias más pequeñas que se encuentran en el extrarradio de la gran galaxia espiral que es la Vía Láctea.
La Ley de la gravitación universal de Newton, publicada en 1687, sirve para explicar cómo actúa la gravedad en la Tierra, por ejemplo por qué cae una manzana de un árbol. El profesor Pavel Kroupa del Instituto de Astronomía Argelander de la Universidad de Bonn (Alemania) explicó que «a pesar de que su ley describe los efectos cotidianos de la gravedad en la Tierra, las cosas que podemos ver y medir, cabe la posibilidad de que no hayamos sido capaces de comprender en absoluto las leyes físicas que rigen realmente la fuerza de la gravedad».
La ley de Newton ha sido puesta en entredicho por distintos cosmólogos modernos, los cuales han redactado teorías contradictorias sobre la gravitación que intentan explicar la gran cantidad de discrepancias que se dan entre las mediciones reales de los sucesos astronómicos y las predicciones basadas en los modelos teóricos. La idea de que la «materia oscura» pueda ser la responsable de estas discrepancias ha ganado muchos adeptos durante los últimos años. No obstante, no existen pruebas concluyentes de su existencia.
En esta investigación, el profesor Kroupa y varios colegas examinaron «galaxias enanas satélite», cientos de las cuales deberían existir en la cercanía de las principales galaxias, incluida la Vía Láctea, según indican los modelos teóricos. Se cree que algunas de estas galaxias menores contienen tan sólo unos pocos millares de estrellas (se estima que la Vía Láctea, por ejemplo, contiene más de 200.000 millones de estrellas).
No obstante, a día de hoy sólo se ha logrado detectar treinta de estas galaxias alrededor de la Vía Láctea. Esta situación se atribuye al hecho de que, al contener tan pocas estrellas, su luz es demasiado débil como para que podamos observarlas desde una distancia tan lejana. Lo cierto es que este estudio tan detallado ha deparado resultados sorprendentes.
«En primer lugar, hay algo extraño en su distribución», indicó el profesor Kroupa. «Estas galaxias satélite deberían estar distribuidas uniformemente alrededor de su galaxia madre, pero no es el caso.»
Los investigadores descubrieron que la totalidad de los satélites clásicos de la Vía Láctea (las once galaxias enanas más brillantes) están situados prácticamente en un mismo plano que dibuja una especie de disco. También observaron que la mayoría de estas once galaxias rotan en la misma dirección en su movimiento circular alrededor de la Vía Láctea, de forma muy similar a como lo hacen los planetas alrededor del Sol.
La explicación de los físicos a estos fenómenos es que los satélites debieron surgir de una colisión entre galaxias más jóvenes. «Los fragmentos resultantes de un acontecimiento así pueden formar galaxias enanas en rotación», explicó el Dr. Manuel Metz, también del Instituto de Astronomía Argelander. Éste añadió que «los cálculos teóricos nos indican la imposibilidad de que los satélites creados contengan materia oscura».
Estos cálculos contradicen otras observaciones del equipo. «Las estrellas contenidas en los satélites que hemos observado se mueven a mucha más velocidad que la predicha por la Ley de la gravitación universal. Si se aplica la física clásica, esto sólo puede atribuirse a la presencia de materia oscura», aseveró el Dr. Metz.
Este enigma nos indica que quizás se hayan interpretado de forma incorrecta algunos de los principios fundamentales de la física. «La única solución posible sería desechar la Ley de la gravitación de Newton», indicó el profesor Kroupa. «Probablemente habitemos un universo no Newtoniano. De ser cierto, nuestras observaciones podrían tener explicación sin necesidad de recurrir a la materia oscura.»
Hasta ahora, la Ley de la gravitación de Newton sólo ha sido modificada en tres ocasiones: para incluir los efectos de las grandes velocidades (la teoría especial de la relatividad), la proximidad de grandes masas (la teoría general de la relatividad) y las escalas subatómicas (la mecánica cuántica). Ahora, las graves inconsistencias reveladas por los datos obtenidos sobre las galaxias satélite respaldan la idea de que hay que adoptar una «dinámica newtoniana modificada» (MOND) para el espacio.
La teoría MOND, propuesta en 1981, modifica la segunda ley de la dinámica de Newton para que con ella se pueda explicar la rotación a velocidad uniforme de las galaxias, que contradice las predicciones newtonianas que afirman que la velocidad de los objetos separados del centro será menor.
Los nuevos descubrimientos poseen implicaciones de gran calado para la física fundamental y para las teorías sobre el Universo. Según el astrofísico Bob Sanders de la Universidad de Groningen (Países Bajos), «los autores de este artículo aportan argumentos contundentes. Sus resultados coinciden plenamente con lo predicho por la dinámica newtoniana modificada, pero completamente contrarios a la hipótesis de la materia oscura. No es normal encontrarse con observaciones tan concluyentes.»
Para más información, consulte:
Instituto Argelander de Astronomía:
http://www.astro.uni-bonn.de
Astrophysical Journal:
http://www.iop.org/EJ/journal/apj
Monthly Notices of the Royal Astronomical Society:
http://www.wiley.com/bw/journal.asp?ref=0035-8711
Oct
19
El adimensional 137
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física Cuántica ~ Comments (0)
La red de materia libre ha de ser de estructura cúbica curva, la más simple, es decir un cubo según la superficie esférica. Pero en la superficie esférica los ocho elementos del cubo se distribuyen equidistantes, de tal forma que cada dos quedan comprendidos en una superficie pr² de las 4 que componen la superficie esférica: S = 4pr².
La probabilidad de choque o interacción de esos ocho elementos con los adyacentes en igual configuración de red es de 3, los elementos más probables por encontrarse más cerca y en las tres direcciones de avance.
Los elementos que resultan de las combinaciones, se combinarán a su vez en la misma probabilidad o número, 3.
El número total de elementos recombinados hasta la materia normal para una estructura cúbica de red sería:
8 x3 composiciones de 2 elementos en primera combinación.
(8×3) x2 elem. de la primera combinación, x 3 nuevas combinaciones, x 3 elementos cada una (mayoritarios para combinaciones elementales m. normal):
24 x3³
Pero esto sería si todos los elementos poseyeran la misma probabilidad de combinarse, lo que no es así.
En su movida cada uno de ellos podría ocupar una superficie r², su abanico de avance, lo cual se cumple. Entonces tendríamos:
( 24 x3³) r²
El cuadrado esférico o esfera de red sólo podría avanzar en el sentido de una de sus caras (2 elementos) de las cuatro equivalentes a pr².
El número total de elementos combinados que correspondería a toda la esfera o cuadrado esférico habrá que dividirlo por pr²; y ya que en dicha división r² se anula:
24 x3³/p = 137, 5098
Este valor será exacto si se consideran las pequeñas oscilaciones de los elementos que les influyen en su mutua probabilidad de combinación (choque).
De manera más explícita, y considerando la vibración fundamental de los elementos:
Con la simple visualización del esquema pudiera interpretarse que una partícula da lugar a 137, lo que no es, cada una de ellas dispone en el medio de otras como materia prima para combinarse o recombinarse.
NOTA. Ya se vio en otro de nuestros trabajos cual era el origen de la oscilación intrínseca. Aquella, fundamental, que no depende de la vibración calórica o de la energía sino del giro siempre presente en las partículas y su “descentrado” debido a la inexactitud de los cuantos: su pequeña asimetría. Dicho “estremecimiento” constituye un desahogo o margen propio para cada partícula junto a las otras en las uniones, y puede identificarse con el doble de la tolerancia mínima.
Consideraciones sobre el 137
Sea como sea, este número de elementos correspondería a la totalidad de los primordiales que componen la materia “másica” a partir de una estructura elemental de red.
Aquellos elementos primordiales que no consiguiesen la combinación permanecerán en su estado libre (espuma cuántica) como componentes de la abundante energía oscura.
Pero en la globalidad, en el total de energía oscura, el conjunto de cubos esféricos podrá actuar aleatoriamente por cualquiera de sus cuatro lados. De ello se deduce que la probabilidad de combinación para toda la energía oscura será de ¼, con lo que la primera generación de partículas, la materia oscura propiamente hablando, se generaría según un 25%. La siguiente generación también se generará como un 25% del 25% de esa materia generadora, la materia oscura, con lo que su porcentaje sería del 6% aprox. sin tener en cuenta otras incidencias.
Estos porcentajes teóricos oscilaran según el margen vibratorio, o los desvíos desde la uniformidad para sitios localizados, por lo que los valores no pueden ser exactos. Pero todo ello sería corregible si dichas magnitudes se conocieran.
Por otro lado, si se supiese la diferencia dimensional entre los distintos estamentos se sabría el aumento de volumen o tamaño en la evolución hasta el presente, consiguientemente la variación de volumen y el valor de la expansión, pues, como sabemos, viene generada por la presión oscura.
Claro, que todo lo dicho se ha supuesto para “generaciones en frío”. Pero en la globalidad, seguramente los fenómenos de alta presión y temperatura, no son causa, sino consecuencia de las propias generaciones en frío, que las provoquen por su acción gravitatoria, es decir que en promedio serán las materias oscuras las responsables de la expansión, y más si se considera su dominio porcentual en el Universo.
Se observa que los ordenes de dimensión conocidos comienzan a separarse notoriamente a partir de 10^-17 o 10^-18. Seguramente se pueda decir que los órdenes de dimensión hacia abajo también varíen en forma cuadrática. En este supuesto, no sería difícil calcular el volumen de ahora partiendo de las combinaciones desde la estructura de red cúbica.
Es de suponer que el 137 como número de combinaciones sea constante, y que no sea necesario partir de la energía-materia oscura para que dicho número se cumpla, sino que sea válido allá donde existan los tres saltos combinatorios equivalentes. Igual ha de ocurrir para que el fotón libre se integre al electrón. Por ello, y en principio, suponemos para éste una estructura triple.
De la Teoría de Landau del líquido de Fermi ya puede extraerse la existencia de espinones y holones. Y la existencia de híper partículas ocurre en niveles de temperatura muy bajos según la distribución Bose-Einstein.
La onda partícula electrón:
Imaginamos como más lógica una estructura de tres anillos para el electrón. Primero, porque el movimiento extensivo por causa del espín abarcaría toda la partícula. Segundo, como forma de que, aun siendo una partícula compuesta, posea una resultante de carga negativa.
Según sea la dirección de avance, dos de los anillos se comportarían como ondas ligadas perpendiculares, neutras en conjunto (al estilo del fotón).
El tercer anillo, desapareado, perpendicular a los anteriores, como onda envolvente daría la carga electrónica (siempre que gire en la forma directa; en la retrógrada se trataría de un positrón).
Los dos primeros se constituirían de espinones (no aportan carga, sólo aportan espín, como ocurre al fotón).
El otro se compondría de holones (sólo aportan carga y no espín).
Espinones y holones serían una manera de designar sus funciones, intercambiantes según la dirección de desplazamiento global de la partícula, y de forma continua seguramente.
Podríamos decir que el electrón sea la suma de un súper fotón muy masivo y un anillo halo responsable de su carga.
La constante de estructura fina.
La absorción de un fotón por parte de un electrón supondrá su combinación interna desde uno a tres elementos. Como se ha visto el número total de componentes habrá de ser 137.
Por el contrario, la emisión de fotones ocurrirá por el fraccionamiento de una subpartícula electrónica que no obstante permanecería reestructurada a falta de un sólo fotón en sus prolíficos anillos de componentes casi libres.
La constante de estructura fina se puede expresar como:
O lo que es lo mismo, la energía para traer dos electrones hasta una distancia S dividida por la energía de un fotón con longitud de onda igual a 2pS.
Ello nos indica que la energía electrónica de carga es 137 veces la energía del fotón, o lo que es lo mismo, la masa o número de elementos para la emisión o absorción es de 1 a 137 (equivalencia masa y energía).
Las subpartículas propicias del electrón para emisión o absorción de fotones poseerán una masa equivalente a 137 de la del fotón.
El 137 expresaría por tanto la cuantificación combinatoria en la expansión y el resultado fraccionario en la concentración, si, en según que condiciones externas, ambos procesos son reversibles.
Autor:
Fandila Soria
Granada, – Julio- 2011