Dic
7
¿El Tiempo? Depende en qué contexto lo podamos mirar
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Tiempo pasa...¿O somos nosotros? ~ Comments (2)
“Hablamos de ganarlo, perderlo o ahorrarlo, pero lo cierto es que ni siquiera puede atesorarse. El tiempo avanza de manera inexorable y no hay nada que podamos hacer para modificar su curso. Imposible lograr que se desarrolle más lento o más rápido, o pretender guardar un poco para el futuro.”
Incluso creo que, cuando viajamos (si se pudiera) a la velocidad de la luz en el vacío, no es el Tiempo el que se ralentiza, sino que es la velocidad que, adelantando al Tiempo, nos daría esa sensación. Creo que el Tiempo siempre transcurre de la misma manera y velocidad en cualquier circuntancia.
El inexorable paso del Tiempo, ese “algo” inmaterial, no lo podemos ver ni tocar, tampoco lo podemos guardar para cuando nos haga falta tenerlo, es una magnitud “de carácter físico” que empleamos para medir lo que duran las cosas susceptibles de cambio: La Edad del Universo, cuando vive una estrella, qué tardan las Estaciones, que tiempo necesita una estrella masiva para convertirse en agujero negro, o, pongamos por caso, que tiempo de vida media tienen asignadas las “cosas” según su estatus en este “mundo”.
Primero, cuando el Tiempo no es importante para nosotros (nuestros pensamientos infantiles van por otros derroteros), lo preguntamos todo. Más tarde, creemos tener todo el Tiempo del mundo por delante y también, creemos saberlo todo. Más tarde, sabemos que el Tiempo, nuestro Tiempo se agota y, las respuestas tienen poco sentido para nosotros, sea cual sea esa respuesta, poco podrá influir ya en nuestra vida.
Saber aprovechar el Tiempo es esencial en nuestras vidas, cada “cosa” tiene su Tiempo y, si no cogemos ese Tren, no volverá a pasar de nuevo. Hay que hacer lo que hay que hacer en su preciso momento.
“Nuestro recurso más importante no es el dinero, ni las conexiones sociales; tampoco los bienes que poseemos. Ni siquiera nuestra inteligencia ni nuestros talentos.
El recurso más importante y valioso en la vida de cualquier persona es el tiempo. Del uso inteligente de este depende todo lo demás.
Administrar nuestras horas con sabiduría nos permite crear riqueza, formar relaciones, adquirir nuevos talentos, expandir nuestra inteligencia…
Por el contrario, el despilfarro del mismo se convierte en un obstáculo insuperable entre nosotros y nuestro deseo de realizar cosas importantes.”
“Por ello debemos ser muy selectivos con la utilización del tiempo; las horas malgastadas jamás se pueden recuperar. Nunca dará marcha atrás el tiempo para restituirte las horas dilapidadas.
Y a pesar de su irrecuperabilidad, somos insensatos despilfarradores de tan preciado bien.
Para usar con sabiduría nuestro tiempo, primero debemos tener claridad cristalina sobre cuáles son nuestras prioridades, nuestros objetivos más importantes.
De esta manera sabremos de inmediato a qué cosas decirle si y a cuales, con firmeza y sin remordimiento, les diremos no.”
“Los científicos calculan que han pasado unos 4.500 millones de años desde el nacimiento de la Tierra. Un período inabarcable para nuestra especie, ya que datos recientes apuntan a que el Homo sapiens surgió hace solo unos 190.000 años. Pero la historia del Planeta Azul no es tan larga si se interpreta en la escala del universo. Por ejemplo, se queda más bien corta al lado de las vidas de las estrellas.”
“Una lente gravitacional ha permitido estudiar la galaxia más joven y menos masiva de entre las descubiertas a una gran distancia, que se muestra tal y como era durante la infancia del universo, cuando este contaba con solo mil millones de años –el 7% de su edad actual–, según una investigación internacional que lidera la Universidad Complutense de Madrid (UCM). La han denominado A370-L57.”
¿Cómo podemos decir que lo que tiene 1.000 M de años es más joven que el que tiene 113
Es cierto que el Tiempo es “Relativo” con respecto al contexto en el que lo estemos situando. Si un astronómo nos dice: Esa estrella tiene mil millones de años, debemos comprender que se refiere a una estrella muy joven. Sin embargo, si nos hablara del hombre que cumplió los 120 años, estaría hablando de una persona muy vieja.
Hace algunos años ya que, siendo los niños pequeños, teníamos un apartamento en esta zona de Punta Umbría. Los niños tenían allí sus amigos y amigas y se lo pasaban muy bien bañándose y correteando por la playa. El Tiempo ha pasado, todos ellos, hombres y mujeres ya, tomaron caminos diversos y, como hicimos nosotros, se crearon sus propias vidas. Para que ese cambio tuviera lugar, necesitaron… ¡TIEMPO! Ahora su Tiempo es diferente de aquel Tiempo de su juventud.
Ante situaciones así y viendo el cambio producido en todos aquellos niños y niñas, me pregunta: ¿Es el Tiempo el que pasa, o, somos nosotros mismos los que pasamos de una fase a otra? La respuesta tiene pocas dudas, para que esas fases sean posibles, el Tiempo tiene que estar presente, ya que, si el tiempo no está… ¡Nada se mueve ni se transforma!
“La danza cíclica de las estrellas marca la pauta de los calendarios. La Tierra tarda 365,25 días en dar una vuelta alrededor del Sol, así que medimos el tiempo en ciclos compuestos por tres años de 365 días y otro bisiesto de 366. Los astrónomos emplean esta división para estudiar períodos de miles de años y de gigaaños (cada uno equivale a mil millones de años). La vida de las estrellas y la edad del universo son períodos que se adaptan bien a esta escala.”
Es inamovible, cada cual tiene su Tiempo
El Tiempo es un bien escaso, está por todas partes, todo el mundo lo tiene, las cosas que ocurren en el Universo y en la Naturaleza están todas precedidas por el Tiempo. Sin embargo, es algo que no podemos delegar hacia otros, ni cambiarlo por otra cosa, ni prestarlo ni venderlo, cada cual o cada cosa tiene “asignado” su propio tiempo y, salvo imprevisto, este se cumplirá. No podemos prestar parte de nuestro tiempo a un ser amado que se va, no podemos disponer del Tiempo a nuestro antojo.
Nosotros los humanos, hemos manejado el Tiempo a nuestro antojo en cuanto a situarlo en nuestras vidas de diferentes maneras: Tenemos tiempo para el ocio y disfrutar de la naturaleza con la familia, para trabajar, para dormir, para trabajar en un proyecto, para estudiar, para casarnos y formar una familia… Ese es, nuestro Tiempo Cotidiano.
Otra clasificación que solemos hacer del Tiempo es esa del Pasado, el Presente y el Futuro.
El pasado es el Tiempo que se fue, hemos podido estar allí o no, pero lo podemos visitar en los libros de Historia para saber lo que antes pasó y aprender de los errores de otros para no cometerlos nosotros, y, de las victorias para mejorarlas.
El pasado es el Tiempo que se fue, el que no volverá, el que tenemos que recordar para rememorar los momentos que se fueron y recordar a los seres queridos que no están entre nosotros.
El Pasado es importante en nuestras vidas y, ha tenido mucho que ver en cómo es nuestro Presente.
Es el Presente nuestro Tiempo dinámico, ese tramo de nuestras vidas en el que podemos hacer cosas, el Pasado ya se fue y el futuro no existe. Aquí, en el presente, ese Tiempo que, como su nombre indica, ¡Es un Regalo!, lo tenemos que aprovechar al máximo, vivir cada segundo como si del último se tratara, aprovechándolo para hacer aquello que debemos.
Lo que no hagamos en el Presente… ¡Nunca lo podremos hacer! Ese futuro del que tanto hablamos… ¡Nunca será nuestro futuro! Será el Tiempo de otros, y, lo curioso del caso es que, para ellos, también será Presente.
El futuro nunca lo conocerá nadie, todos hablan de él pero nunca podrán estar allí, Todo lo que esté en nuestras vidas será en el Presente, el Tiempo en el que estamos confinados y nunca podremos salir de él. Hemos viajado por el pasado para recordarlo y en él aprendimos para sobrellevar el presente pero, del futuro no podemos decir que es un Tiempo nuestro, no existe, está por venir y, cuando llegue… ¡No estaremos aquí!
Lo cierto es que el Tiempo, desde siempre, ha frustrado a los grandes pensadores al ser conscientes de lo efímero que es en nuestras vidas: Llegamos, crecemos, aprendemos según cada cual y qué camino decidió tomar, pero, cuando queremos darnos cuenta… ¡El Tiempo se acaba!
¡Aprovechad vuestro Tiempo!
emilio silvera
el 31 de diciembre del 2018 a las 20:19
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