Dic
26
Nosotros y el Universo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y... ¿nosotros? ~ Comments (1)
No importa lo que pueda ser: Una montaña, un Valle, el Océano, un León o una Galaxia
Todo está hecho de esas pequeñas partículas que conocemos por Quarks y Leptones que forman los átomos y la materia, todos elementos y formas que existen en nuestro Universo conocido. Muchas veces hemos podido contemplar aquí esta maravillosa imagen en la que la estrella masiva IRS 4 comienza a desplegar sus alas. Nacida hace sólo unos 100.000 años, se podría decir que esta estrella es una recién nacida. La nebulosa se llama Sharpless 2-106 (S106). El gran disco de polvo y de gas que orbita la fuente infrarroja IRS 4, visible en rojo oscuro cerca del centro de la imagen, da a la nebulosa la forma de un reloj de arena o de una mariposa.
He procurado estudiar el Universo y he llegado a una conclusión que me lleva a preguntar: ¿aparte de átomos y espacio vacío… , qué existe? ¿Es todo lo que existe en el Universo fruto del Azar y de la Necesidad como decía Demócrito? León Lederman, el físico experimental director del CERN mucho tiempo, decía:
“Todos los físicos del mundo deberían tener en el lugar más destacados de sus casas, un letrero con el número 137. De esa manera recordarían aquello que no saben”
La constante de estructura fina esconde los secretos del cuanto de Planck (h), de la relatividad (c) y del electromagnetismo (e– ). Ese número puro adimensional, si nos contara sus secretos, nos descargaría una gran parte de la ignorancia que soportamos.
Pero, que decir del MOdelo Estándar de la física de partículas.
El Modelo nos habla de partículas elementales e interacciones, la Gravedad, no quiere estar presente.
“Todo lo que hay en el universo pasado o presente, del caldo de pollo a las estrellas de neutrones, podemos hacerlo con sólo doce partículas de materia. Nuestros á-tomos se agrupan en dos familias: seis quarks y seis leptones. Los seis quarks reciben los nombres de up (arriba), down (abajo), encanto, extraño, top (cima) o truth (verdad) y bottom fondo) o beauty (belleza). Los leptones son el electrón, tan familiar, el neutrino electrónico, el muón, el neutrino muónico, el tau y el neutrino tau.”
Tanto el uno como el otro -Demócrito y Lederman-, se dejaron cosas por detrás, y no cayeron en la cuenta de que, además de átomos formados por partículas infinitesimales que conforman el universo que conocemos, además digo, también están presentes los pensamientos y… ¡los sentimientos!
Ciento veinticinco mil millones de galaxias forman nuestro inmenso Universo y, todo ello, está formado por esas diminutas partículas que interaccionan con las cuatro fuerzas fundamentales que conocemos. Todo ello se configura en una enorme estructura: El Cosmos conocido lleno de galaxias formadas por estrellas, nebulosas y mundos que hacen posible la vida en toda su diversidad conocida y presentida.
El Lucero del alba, a veces llamado “Estrella del alba”, es una denominación popular para referirse al planeta Venus, cuando es visible en el cielo al amanecer.
Conocemos bien nuestro entorno, y contemplamos el “lucero de la mañana” que está materializado por el planeta Venus, sabemos del caluroso Mercurio, el pequeño planeta compuesto en su gran mayoría por hierro. Marte con su imagen rojiza y familiar, donde las tormentas de arena y los tornados, los inmensos volcanes y los inconmensurables cañones lo hacen destacar del resto de los planetas conocidos en nuestra vecindad. Júpiter, con su eterna tormenta roja que es tres veces más grande que la Tierra y lleva cientos de años removiendo, inclemente, las grandes turbulencias que se ven en la superficie. ¡Saturno! la imagen que todos tenemos en la mente con sus inconfundibles anillos, y, la Cassini-Huygens nos llevó a Titán, su satélite más grande en el que podemos encontrar un paisaje semejante al que presentaba la Tierra hace millones de años. Sin embargo, sus ríos, lagos y océanos son de metano líquido. ¿Habrá allí alguna clase de vida?
Titán con océanos de metano. Navegar por ese fantástico pequeño mundo es sólo una fantasía (hoy)
Pero vayamos algio más lejos, sigamos el viaje durante noventa mil millones de kilómetros hasta llegar a la constelación de de Épsilon Eridani en la que unos espectáculares anillos de tierra y hielo nos recuerdan a nuestro propio sistema solar de hace unos 4,5 millones de años. Más allá, nos encontramos con la estrella Gliese 581.
Sí, Gliese 581 tiene algun planeta parecidos a la Tierra. Gliese con casi la misma edad que nuestro Sol nos muestra el planeta que contemplamos en la imagen, está situado a una distancia bastante aceptable para hacer posible la vida.
Pasando los Pilares de la Creación (título de la foto tomada por el Telescopio Hubble de una serie de columnas de gas y polvo interestelar en la Nebulosa del Águila), nos quedamos fascinados contemplando la profundidad de estas nube donde nacen enormes estrellas, que dan luz y quizá vida al universo.
Todo ese recorrido y mucho más que imaginemos hacer, amigos míos, está conformado por inmensos espacios vacíos y objetos que componen diversas figuras y tienen múltiples propiedades que, en definitiva, siguen siendo Quarks y Leptones que, en cada caso (estrellas, nebulosas o mundos), han sido mezclados en la debida proporción para que todo eso sea posible.
El viaje podría ser alucinante y veríamos cosas que nos llenarían de asombro. Aprenderíamos mucho más que mirando por el telescopio y, de la misma manera que una lengua se aprende viajando al pais de origen, también visitar el Universo nos diría cómo es realmente. La teórica está bien pero… ¡Estar en esos lugares!
Lo cierto es que los Quarks son objetos muy abstractos y mucho más difíciles de visualizar que los átomos de los que tenemos una imagen, más o menos concreta. Nadie ha podido ver nunca un quarks libre y, su existencia se ha detectado de manera indirecta en las pruebas con aceleradores que, al enviar los datos de sus resultados en forma de ceros y unos, han dado a los físicos experimentadores la certeza de su presencia dentro de los hadrones: Bariones y Mesones. Si miramos en cualquier sitio nos dirán:
“En física, el modelo de quarks es un esquema de clasificación de hadrones en términos de sus quarks de valencia, p.e. el quark (y el antiquark) que den lugar a números cuánticos de hadrones. Estos números cuánticos son las etiquetas de identificación de los hadrones y son de dos tipos. Vienen de la simetría de Poincaré — JPC(m) (donde J es el momento angular, P la paridad intrínseca, y C la paridad de carga conjugada). El resto son números cuánticos de sabor tales como el isospín, I. Cuando tres sabores de quarks son tomados en cuenta, el modelo quark es también conocido como las ocho maneras, después el octeto de mesones de la figura.” -Arriba-.
Está claro que los protones y neutrones y demás bariones, así como los piones y kaones y demás mesones, se comportan como si estuvieran formados por Quarks y anti-quarks.
Sí, tenemos un modelo para describir el mundo de lo muy grande y otro para describir el mundo de lo muy pequeño y, en el centro de los extremos, estamos nosotros que miramos para un lado y otro hasta perder de vista, en el horizonte infinito, las inmensas galaxias y los diminutos átomos que conforman la materia conocida.
Nuestra ignorancia, a pesar de lo que podamos creer, sigue siendo infinita. Por fuerza la cosmología conduce a cuestiones fronterizas entre ciencia experimental, filosofía y…, religión. No es solo el caso de los sabios antiguos. También los físicos de hoy se plantean preguntas de esa clase, sobre todo a propósito del llamado “principio antrópico”. A partir de los conocimientos actuales, este principio señala que las leyes y magnitudes físicas fundamentales parecen cuidadosamente afinadas para que la formación y el desarrollo del universo pudieran dar lugar a la vida en la Tierra y en otros planetas idóneos para acogerla.
El Sol, dentro de 4.500 millones de años podría como estas nebulosas planetarias
Algunas veces nos podríamos preguntas: ¿Para qué tántos sueños? Si inmersos en un vasto Universo de dimensiones “infinitas” para nosotros, al final del camino, miramos las imágenes de arriba y eso es lo que podría quedar de nuestro Sol, una insignificante Nebulosa Planetaria y, la consecuencia de tal transición de fase será, una Tierra sin vida y un Sistema solar de objetos muertos. ¿Dónde iremos nosotros cuando se acerque ese momento en el que, nuestro Sol agonice?
El camino ha sido largo y el tiempo que separan las imágenes que podemos contemplar, nos lleva a pensar que, si podemos continuar el desarrollo de nuestras mentes, si nos da tiempo a evolucionar lo suficiente sin que ocurra ningún percance irreparable… Entonces amigos míos, sí podremos hablar de “los señores del espacio”, dado que, la Ciencia avanza a un ritmo exponencial y, hemos podido llegar hasta los Quarks y las Galaxias, es decir, ¡hemos hecho un largo viaje desde la copa de los árboles hasta los pensamientos!
Hablamos de espacio interior (dentro de los átomos) y de espacio exterior donde moran las galaxias, hablamos de lo que pueda ser ¡el Tiempo! y, nos entretenemos elucubrando sobre supercuerdas en universos de dimensiones extra, de materia oscura que arrastra las galaxias hasta un infinto espacio sin fin, de paralelos universos múltiples en burbujas encadenas surgidas de fluctuaciones de vacío espacio-temporal, de ¿imposibles? viajes a través de agujeros de gusano y…, yo pienso que:
El progreso de la ciencia es el descubrimiento a cada paso que damos, de un nuevo orden, que le dará unidad a todo aquello que, desde siempre, hemos creído desunido, cuando en realidad, todo forma parte de la misma cosa, todo está conectado y nada, en nuestro Universo, está solo y aislado por mucha que sea la distancia que lo separe de todo lo demás, de lo que, de manera irremediable, forma parte.
Hemos inventado complejos ingenios que nos llevan hasta el corazón mismo de la materia, nos hace retroceder en el tiempo hasta que el Universo tenía menos de un minuto de edad, en los experimentos que ahí se llevan a cabo, se reproduce, en miniatura, lo que imaginamos que pudo pasar cuando el universo surgió ¿a la vida? y con él nació también el Tiempo y el Espacio… Mucho, mucho, mucho, muchímo tiempo después, pudimos llegar nosotros que, como decimos antes, pudimos evolucionar -no sin mucho trabajo y dificultades- para hacer posible, algunas de las maravillas que hoy, son una realidad.
De la misma manera, también ideamos esas estructuras maravillosas que llamamos telescopios y que, al igual que los aceleradores, nos permiten viajar, hacia el infinito pasado, y, de esa manera contemplar, estrellas y galaxias que fueron, que son y que serán más allá del tiempo sin fin, cuando todo quede congelado en ese frío aterrador que marcará la quietud eterna, la no vida, la energía congelada inservible para continuar haciendo trabajo, cuando la Entropía será la única dueña y señora de todo lo que exista, y, para cuando eso llegue, los seres humanos o no, que puedan llegar a existir en ese lejano tiempo, podrán, sinduda, escapar a otros universos que, como ahora el nuestro, les pueda dar cobijo.
No conviene, mientras tanto, olvidar lo más importante: ¡Que no sabemos! Si somos conscientes de eso, es posible, sólo posible, que el camino que nos queda por andar sea fructífero y positivo para una especie que, aunque como la nuestra, hizo un largo recorrido, aún le queda el camino más largo por recorrer… Si la Naturaleza lo permite.
emilio silvera
Dic
26
Rumores del saber del mundo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Rumores del saber del mundo ~ Comments (1)
Mundos de fascinante belleza que nos hablan de lo que fue.
En la serie rumores del saber del mundo, hemos ido dejando aquí, de manera esporádica, algunos retazos de ese saber que por el mundo, a lo largo y a lo ancho del discurrir del tiempo, han ido dejando los pueblos y civilizaciones que nos precedieron. Ellos sentaron las bases de lo que hoy somos. Hemos hablado aquí de los sumerios, egipcios, hindúes, chinos y de otras civilizaciones también misteriosas. Hemos dedicado algún tiempo al surgir de la escritura y de los números, sin dejar de lado a los grandes filósofos naturales que estudiaban la Naturaleza para tratar de desvelar sus secretos.
Tiempos de Oráculos y Deidades
Sin embargo, en Alejandría, las matemáticas o, al menos, los números tuvieron otro aspecto muy importante, y también muy diferente. Se trata de los denominados “misterios órficos” y su énfasis místico.
Tenemos que saber del pasado para poder comprender el presente
Según Marsilio Ficino, autor del siglo XV d.C., hay seis grandes teólogos de la antigüedad que forman una linea sucesoria. Zoroastro fue “el principal referente de los Magos”; el segundo era Hermes Trismegisto, el líder de los sacerdotes egipcios; Orfeo fue el sucesor de Trismegisto y a él le siguió Aglaofemo, que fue el encargado de iniciar a Pitágoras en los secretos, quien a su vez los confió a Platón. En Alejandría, Platón fue desarrollado por clemente y Filón, para crear lo que se conocería como neoplatonismo.
Comienza XIV
Tres ideas conforman los cimientos de los misterios órficos. Una es el poder místico de los números. La existencia de los números, su cualidad abstracta y su comportamiento, tan vinculado como el del Universo, ejercieron una permanente fascinación sobre los antiguos, que veían en ellos la explicación de lo que percibían como armonía celestial.
“El número once y su par, 11:11, engloban un código sincromístico, relacionado para muchas personas con la comunicación de una inteligencia cósmica que busca abrir un portal en la conciencia y en la genética humana. Aparte de ésto, esta cifra tiene una resonancia y una simbología profunda que hace reparar en este código, más allá de cultos y creencias, como un atisbo de la naturaleza matemática que subyace, como código de programación, el mundo en el que vivimos.“
La naturaleza abstracta de los números contribuyó a reforzar la idea de un alma abstracta, en la que estaba implícita la idea (trascendental en este contexto) de la salvación: la creencia de que habrá un futuro estado de éxtasis, al que es posible llegar a través de la trasmigración o reencarnación.
Por último, estaba el principio de emanación, esto es, que existe un bien eterno, una unidad o “monada”, de la que brotaba toda la creación. Como el número, esta era considerada una entidad básicamente abstracta. El alma ocupada una posición intermedia entre la monada y el mundo material, entre la mente, abstracta en su totalidad, y los sentidos.
Según los órficos, la monada enviaba (“emanaba”) proyecciones de sí misma al mundo material y la tarea del alma era aprender usando los sentidos. De esta forma, a través de sucesivas reencarnaciones, el alma evolucionaba hasta el punto en el que ya no eran necesarias más reencarnaciones y se alcanzaba el momento de profunda iluminación que daba lugar a una forma conocida como gnosis, allí la mente esta fundida con lo que percibe. Es posible reconocer que esta idea, original de Zoroastro, subyace en muchas de las regiones principales del mundo, con distintas variantes o matices que, en esencia, viene a ser los mismos.
Pitágoras, en particular, creía que el estudio de los números y la armonía conducían a la gnosis. Para los pitagóricos, el número uno no era un número en realidad, sino la “esencia” del número, de la cual surge todo el sistema numérico. Su división en dos creaba un triángulo, una trinidad, la forma armónica más básica, idea de la que encontramos ecos en santísimas religiones.
Platón, en su versión más mítica, estaba convencido de que existía un “alma mundial”, también fundada en la armonía y el número, y de la cual brotaba toda la creación. Pero añadió un importante refinamiento al considerar que la dialéctica, el examen crítico de las opiniones era el método para acceder a la gnosis.
La tradición sostiene que el cristianismo llegó a Alejandría a mediados del siglo I d.C., cuando Marcos el evangelista llegó a la ciudad para predicar la nueva religión.
Las similitudes espirituales entre el platonismo y el cristianismo fueron advertidas de forma muy clara por Clemente de Alejandría (150-215 d.C.), pero fue Filón el indio quien primero desarrolló esta nueva fusión. En Alejandría habían existido escuelas pitagóricas y platónicas desde hacía un largo tiempo, y los judíos cultos conocían los paralelos entre las ideas judías y las tradiciones Geténicas, hasta el punto de que para muchos de ellos el orfismo no era otra cosa que “una emanación de la Torá de la que no había quedado constancia”.
Filón era el típico alejandrino que “nunca confiaba en el sentido literal de las cosas y siempre estaba a la búsqueda de interpretaciones músticas y alegóricas”. Pensaba que podía “conectar” con Dios a través de ideas divinas, que las ideas eran “los pensamientos de Dios” porque ponían orden a la “materia informe”. Al igual que Platón, tenía una noción dualista de la Humanidad:
“De las almas puras que habitan el espacio etéreo, aquellas más cercanas a la tierra resultan atraídas por los seres sensibles y descienden a sus cuerpos”.
La teoría de las Almas de Platón: Las almas son el lado divino del hombre.
Es interesante reparar los hechos pasados y la evolución del pensamiento humano que, en distintos lugares del mundo y bajo distintas formas, todos iban en realidad a desembocar en el mismo mar del pensamiento.
La naturaleza humana y el orden universal, el primero unido a un alto concepto cuasi divino, el Alma, el segundo regido por la energía cósmica de las fuerzas naturales creadoras de la materia y, todo esto, desarrollado de una u otra manera por los grandes pensadores de todos los tiempos que hicieron posible la evolución del saber para tomar posesión de profundos conocimiento que, en un futuro, nos podrán permitir alcanzar metas, que aún hoy, serían negadas por muchos.
No deberíamos perder de vista la Historia de la Humanidad
Para mí, el mirar los hechos pasados y estudiar los logros alcanzados en todos los campos del saber, es una auténtica aventura que profundiza y lleva al conocimiento del ser humano que, según la historia, es capaz de lo mejor y de lo pero, sin embargo, nadie podrá negarle grandeza ni imaginación.
Los pensadores del Renacimiento creían que todo el Universo era un modelo de la idea divina y que el hombre era “un creador que venía después del creador divino”. Esta concepción era el concepto de belleza, una forma de armonía que reflejaba las intenciones de la divinidad.
Lo que era placentero para los ojos, el oído y la mente era bueno, moralmente valioso en sí mismo. Más aún: revelaba parte del plan divino para la Humanidad, pues evidenciaba la relación de las partes con el todo.
Este ideal renacentista de belleza respaldaba la noción de que esta tenía dos funciones, noción aplicable a todas las disciplinas. En un nivel, la arquitectura, las artes visuales, la música y los aspectos formales de las artes literarias y dramáticas informaban a la mente; en segundo nivel, la complacían mediante el decoro, el estilo y la simetría. De esta forma se estableció una asociación entre belleza e ilustración. También esto era lo que entonces significaba la sabiduría.
Algunos quisieron abarcarlo todo
El fin perseguido era el deseo de universalidad personal, la consecución de conocimientos universales, la conjunción de disciplinas diferentes como ramas del todo, del saber profundo que abarcaba desde el núcleo las distintas esferas del conocimiento universales, la conjunción de disciplinas diferentes como ramas del todo, del saber profundo que abarcaba desde el núcleo las distintas esferas del conocimiento como partes de ese todo.
El reconocimiento de la belleza se funda en los dones divinos del intelecto humano. Durante el Renacimiento se escribieron unos cuarenta y tres tratados sobre la belleza. La idea de hombre universal es una idea común a casi todos ellos.
emilio silvera
Dic
26
¡El Universo y la Mente! La evolución de la materia hasta la consciencia
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y la Vida ~ Comments (1)
Es verdaderamente admirable constatar cómo ha ido evolucionando nuestro entendimiento del mundo que nos rodea, de la Naturaleza, del Universo. Hubo un tiempo en el que, los individuos de nuestra especie deambulaban por el planeta pero no sabían comprender el “mundo”, ni podían pensar siquiera en el misterio que representaban los fenómenos naturales que a su alrededor se sucedían.
Pasado el tiempo, pudieron mirar hacia arriba y, la presencia de aquellos puntitos brillantes en la oscura y misteriosa oscuridad de la noche, el paso de los cometas, y otras maravillas que no podían explicar, despertó su curiosidad consciente y comenzaron a plantearse algunas preguntas. Muchas decenas de miles de años más tarde, nuestro deambular por el planeta, las experiencias y la observación de la Naturaleza, nos llevó a comprender, algunas de las cosas que antes no tenían explicación.
Pensadores del pasado dejaron la huella de sus inquietudes y los llamados filósofos naturales, hicieron el ejercicio de dibujar el “mundo” según ellos lo veían. Ya entonces nos hablaron de “elementos” de “átomos” y, aunque no era el concepto que ahora de esas palabras podamos tener, ya denotaba una gran intuición en el pensamiento humano que trataba de entender la Naturaleza y cómo estaban hechas las cosas que nos rodeaban. Ellos, a la materia primigenia la llamaron “Ylem” la sustancia cósmica.
La sensación de que las respuestas están dentro de nosotros pero… ¡No las podemos alcanzar!
Es cierto que siempre hemos quertido abarcar más de lo que nuestra “sabiduría” nos podía permitir. Ahora, en el presente, las cosas no han cambiado y tratamos de explicar lo que no sabemos, y, para ello, si hay que inventarse la “materia oscura”, las “fluctuaciones de vacío”, los “universos paralelos”, los “agujeros de gusano”, o, cualesquiera otros conceptos o fenómenos inexistentes en el mundo material o experimental… ¡qué más da! Lo importante es exponer las ideas que nos pasen por la cabeza que, de alguna manera, pasando el tiempo, se harán realidad. Nuestras mentes, como digo, siempre fueron por delante de nosotros mismos y ha dejado al descubierto esa intuición que nos caracteriza y que, de alguna manera, nos habla de esos hilos invisbles que, no sabemos explicar como pero, nos conectan con el resto del Universo del que, al fin y al cabo, formamos parte, ¡la que piensa!
Tales de Mileto, uno de los siete sabios de Grecia, nos habló de la importancia del agua para la vida. Él intuyó que sin agua, la vida sería estéril en el planeta. Allí donde el agua corria y se mezclaba con las sustancias de la tierra, unido a los fenómenos naturales y ayudada por el tiempo, hacía posible el surgir de la vida.
La Historia nos muestra diversas civilizaciones y sus cosmologías, cada una de ellas, “dibujaron” el cielo a su manera, y, algunas, predijeron algunas cosas que no conocían y que, más tarde, fueron verdades. Los nombres que le ponían a las estrellas, en algunos casos, aún perduran.
Ahora, que hemos podido realizar un cierto avance en el “conocimiento del mundo que nos rodea”, no le damos la verdadera importancia que tienen algunos pensamientos del pasado que, en realidad, son los responsables de que ahora, nos encontremos en el nivel de conocimiento que hemos podido conquistar.
Tales de Mileto, uno de los siete sabios de Grecia, fue el primero que dejó a un lado la mitología para utilizar la lógica y, entre otras muchas cosas, indicó la importancia que tenía el agua para la existencia de la vida. Empédocles nos habló de los elementos y Demócrito del a-tomo o átomo., Arquitas de Tarento (filósofo, soldado y músico), el amigo de Platón y seguidor de Pitágoras, ya se preguntaba: ¿Es el Universo infinito? (Arriba aparecen por el mismo orden).
Él mismo se contestaba diciendo que todo tenía un límite y pensaba en el final que lindaba con el “vacío”, allí donde nada impedía que su espada, lanzada con fuerza en el borde del universo, siguiera su camino sin fin, ninguna fuerza podría pararla y con ninguna clase de materia podría chocar. Así, con esos pensamientos surgidos de la mente humana, podemos constatar que, desde siempre, hemos tratado de saber de qué están hechas las cosas, cómo funciona la Naturaleza y de qué manera funciona el universo que tratamos de comprender.
En realidad… ¡Somos Universo! Una parte que piensa y tiene consciencia de Ser
Hicieron falta 10,000 M de años para que las estrellas “fabricaran” los materiales de los que, los seres vivos están hechos.
El Universo se expande y nuestras mentes también. Eso que llamamos Tiempo siguió su transcurrir inexorable, los pensamientos de los grandes pensadores se fueron acumulando en un sin fin de conjeturas y teorías que, poco a poco, pudimos ir comprobando mediante la observación, el estudio y la experimentación hasta que pudimos llegar a saber de qué estaban hechas las estrellas y cómo la materia se transmutaba en sus “hornos” nucleares para crear elementos que hicieran posible el surgir de la vida en los mundos (no creo que la vida esté supeditada a este mundo nuestro).
Puede estar representada de muchas maneras pero, materia es. Aquí podemos ver la Nube Molecular en NGC1333 mostrando varias generaciones de estrellas, la materia se muestra de muchas formas y, la más corriente en el Universo es lo que llamamos “Cuarto Estado de la Materia” PLASMA.
“Materia es todo aquello que tiene localización espacial, posee una cierta cantidad de energía, y está sujeto a cambios en el tiempo y a interacciones con aparatos de medida. En física y filosofía, materia es el término para referirse a los constituyentes de la realidad material objetiva, entendiendo por objetiva que pueda ser percibida de la misma forma por diversos sujetos. Se considera que es lo que forma la parte sensible de los objetos perceptibles o detectables por medios físicos. Es decir es todo aquello que ocupa un sitio en el espacio, se puede tocar, se puede sentir, se puede medir, etc.”
El conocimiento que creemos que tenemos sobre cómo está conformada la materia y las fuerzas fundamentales que con ella interaccionan, nos ha llevado a escenificar un Universo algo más comprensible que aquel, que nuestros ancestros imaginaron con la presencia de dioses y divinidades que eran los que, creaban los “mundos” o, el universo mismo, cada vez que soñaban. Es asombroso que hayamos podido llegar hasta la consciencia siendo la línea de salida la “materia inerte”. Sin embargo, el recorrido ha sido árduo y muy largo…, ¡diez mil millones de años han necesitado las estrellas para poder solidificar los elementos de la vida para crear, en algunos de los muchos mundos presentes en las galaxias, el protoplasma vivo que diera lugar a esa primera célula replicante que comenzara la fascinante aventura de la vida hasta llegar a los pensamientos.
Hechos de polvo de estrellas, somos la parte consciente del Universo
Si nos preguntaran: ¿Es consciente el Universo? Tendríamos que contestar de manera afirmativa, toda vez que, al menos una parte, ¡la que piensa!, representada por seres vivos y que forman parte de ese inmenso universo, sí que lo es. La vida es la consecuencia de la materia evolucionada hasta su más alto nivel y, a partir de ella, ha podido surgir eso que llamamos cerebro del que surge el concepto de mente, ese ente inmaterial y superior que trasciende y va más allá, lo que los filósofos llamaron Ser y quisieron explicar mediante la metafísica. Todavía, no sabemos lo que la vida es y tampoco, podemos explicar, lo que es la energía, o, por exponer algún concepto de los muchos que denota nuestra ignorancia, tampoco podemos contestar a una simple pregunta: ¿Qué es el Tiempo? ¿Existe en realidad o simplemente es una abstracción de la mente?
Lo cierto es que nuestra especie ha dejado profundas huellas de su deambular por el mundo. Muchos de sus “tesoros y obras” quedaron enterrados en las profundidades del tiempo o inundados por los diluvios que las distintas civilizaciones que fueron nos contaron con sus maravillosas leyendas que, en realidad, trataban de explicar algo que sucedió y que no llegaban a comprender y, para ello, inventaban bonitas historias en las que, narraban hechos que quedaron difuminados por la fantasía hasta el punto de no saber, en el presente, donde termina la realidad y comienza la leyenda y si eran ciertas o no las bonitas “historias” que nos contaron.
Aunque escasos en la Tierra, el Plasma constituye el estado de la materia más conocido y más abundante en el Universo. Se sabe que más del 99% de la materia del Universo está en forma de Plasma. Está presente en las Nebulosas, en los remanentes estelares, en las estrellas…
También es cierto que con frecuencia sucede que al surgir ideas nuevas que tienden a querer explicar científicamente lo que es la Naturaleza, aparecen viejos datos que relacionan esas nuevas ideas con aquellos viejos problemas. Tenemos que admitir que todavía “no sabemos” cómo es la realidad del mundo y que, nuestra realidad, no tiene que coincidir con la verdadera realidad que incansables buscamos y que, no siempre podemos “ver” aunque la tengamos delante de nuestros propios ojos.
De hecho, no sabemos explicar ni cómo se pudieron formar las galaxias, y, a pesar de ello, no tenemos empacho de hablar de singularidades y agujeros de gusano o de universos paralelos. ¡La imaginación!, creo que sin ella, no habríamos podido llegar hasta aquí. La imaginación unida a la curiosidad ha sido desde siempre, el motor que nos llevó hacia el futuro.
Si en realidad existe “el infinito”, seguro que está en nuestras mentes, o, posiblemente en otras que, como las nuestras, han imaginado cómo ensanchar el mundo y el universo de los pensamientos sin límite alguno, el único límite que existe, amigos míos, es el de nos impone nuestra ignorancia para llegar a comprender lo que la Naturaleza es. En la Naturaleza están todas las respuestas a las preguntas que planteamos y que nadie sabe contestar. En ella, en la Naturaleza, buscan nuestros sabios esas respuestas y, para poder encontrarlas hemos inventado los aceleradores de partículas, los microscopios y telescopios que nos llevan a ese “otro universo” que el ojo desnudo no puede ver pero que, no deja de ser nuestro propio mundo, y, al ser conscientes de ello, también lo somos de nuestras limitaciones. En realidad, la única manera de avanzar es ser consciente de que no sabemos, toda vez que, si creyéramos que ya lo sabiamos todo… ¿para qué seguir buscando?
Todo lo grande está hecho de cosas pequeñas
El pensamiento filosófico es un “mundo” que ensanchó los límites de la mente humana, nos llevó hasta la Ciencia, en un mundo en el que, las semillas de Quarks y Leptones se constituían en un universo material en el que, unas fuerzas fundamentales interaccionaban para hacer posible el ritmo de todo lo que podemos observar, de todo lo que existe y que llegó, a crear el espaciotiempo y dentro de toda esa inmensidad, ¡los pensamientos y la imaginación! de objetos complejos que llamamos cerebro y transportan mentes creadoras de ideas como la de universos en la sombra, cuerdas cósmicas y otros muchos fantásticos fenómenos que pueblan un paisaje inmenso de “cosas” en constante ebullición que se transforman para crear otras diferentes. Para que eso sea posible, a veces podemos contemplar lugares violentos donde impera un caos aparente pero, necesario para la creación.
Estamos rodeados de cosas bellas presentes en cualquier lugar al que podamos mirar pero… ¿Prestamos atención?
“Todas las cosas son”
Con esas sencillas palabras, el sabio, elevó a todas las cosas a la categoría de SER. ¿Tendrá memoría la materia? ¿Será posible que eso que llamamos materia “inerte”, no sea en realidad tan inocua ni tan insensible como imaginamos? Es posible que cada de la materia sea un paso necesario para poder llegar hasta su estado de consciencia que, en este mundo, se ha revelado en nosotros.
Parece mentira que confinados en este pequeño planeta podamos comprender el Universo “infinito”
Y, en todo ese aparente maremágnum, apareció la vida, como decía el poeta: “Es una cúpula de vidrio multicolor, mancha el blanco resplandor de la eternidad.” De la misma manera que no llegamos a comprender el Universo, tampoco conocemos lo que la vida es, y, hasta las definiciones que hemos encontrado para explicarla, ni se acercan a la realidad, a la grandiosidad, a la maravillosa verdad que el universo nos muestra a través de la vida, en la que, a veces, subyacen los pensamientos y los mejores sentimientos.
emilio silvera