Feb
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La vida extraterrestre… ¿Dónde estará?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Entrevista científica ~ Comments (1)
El astrónomo Avi Loeb – XLSemanal / Shawn G. Henry,
Avi Loeb: «Los primeros extraterrestres ya están aquí»
Este astrónomo de Harvard ha hallado inquietantes respuestas a la pregunta de si estamos solos en el Universo. Sospecha que el primer visitante interestelar puede tener un origen artificial
Este científico, de 57 años, dirige nada menos que el Instituto de Astronomía de la Universidad de Harvard. Avi Loeb ha publicado más de 700 trabajos teóricos sobre fenómenos astrofísicos, y hasta ahora le habían interesado en especial los agujeros negros y el nacimiento de las primeras estrellas. Últimamente se ha volcado en el estudio de la vida y la inteligencia más allá de la Tierra, materia sobre la que está escribiendo un libro. Sobre ello hablamos con él.
-Profesor Loeb, ¿por qué se dedica a estudiar la existencia de vida extraterrestre?
-Es una de las preguntas más importantes de la humanidad. Desde pequeño, me interesan las cuestiones básicas, y la más básica de todas es si estamos solos en el universo.
-¿Por qué es tan importante saberlo?
Hay quien diuce que son 7 las razas de extraterrestres que están en contacto con los humanos
-Si nos topáramos con otros seres inteligentes, eso cambiaría radicalmente la imagen de lo que somos, de lo que representamos. Además, las inteligencias extraterrestres podrían multiplicar nuestro conocimiento de forma imposible de cuantificar. Sería como si una persona de la Edad Media fuera catapultada al siglo XXI. Nuestro horizonte se ha ido ampliando a lo largo de la historia, del individuo a la familia, luego al clan y después al país. Más tarde descubrimos otros continentes en los que también vivían seres humanos. Si ahora encontramos otras criaturas fuera de la Tierra, estaríamos ante la ampliación definitiva de nuestro horizonte.
-¿Y cómo será? ¿Un buen día captaremos una señal inteligente procedente del espacio exterior, y el mundo, de golpe, ya no será igual?
-Nos imaginamos unas criaturas parecidas a nosotros, pero lo más probable es que sean totalmente diferentes. Y puede que no nos encontremos directamente con otras formas de vida, sino solo con sus artefactos. La vida, o al menos la vida terrícola, no está hecha para los viajes interestelares. La radiación cósmica será un problema enorme incluso en un trayecto tan corto como ir a Marte.
Seguramente serán las matemáticas el lenguaje de entendimiento
-¿Cree que usted llegará a vivir ese primer encuentro con los alienígenas?
-Mi apuesta es que no encontraremos una civilización intacta, sino sus restos nada más.
-¿Cómo? ¿Naves abandonadas? ¿Chatarra espacial sin dueño?
-Llámelo como quiera. Sospecho que las civilizaciones son muy efímeras. En otras palabras: que no son muy cuidadosas con su planeta, y al final acaban destruyéndose a sí mismas, ya sea mediante guerras nucleares, por los efectos de sus acciones sobre el clima o por la destrucción de su entorno.
-Recientemente ha formulado usted en la revista Astrophysical Journal Letters la hipótesis de que los primeros extraterrestres ya están aquí. ¿En serio?
-Sí. El 19 de octubre de 2017, el telescopio Pan-STARRS, en Hawái, registró un objeto extraño en el firmamento. Se movía tan rápido que solo podía proceder de algún lugar fuera del sistema solar. Se trata de la primera visita que nos llega del espacio exterior de la que tengamos conocimiento. Se lo bautizó con el nombre de ‘Oumuamua.
Fuente: ABC-CIENCIA
Feb
4
¿La Física? ¡Una maravilla! Nos dice cómo funciona la Naturaleza
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física Cuántica ~ Comments (1)
Ylia Prigogine ¡Qué personaje!
El Universo y la Vida… ¡Nuestra imaginación!
En su Libro Partículas, Gerard ´t Hofft, Premio Nobel de Física, nos cuenta:
“En el mundo de los seres vivos, la escala o tamaño crea importantes diferencias. En muchos aspectos, la anatomía de un ratón es una copia de la de un elefante, pero mientras que un ratón trepar por una pared prácticamente vertical sin mucha dificultad (y se puede caer desde una altura varias veces mayor que su propio tamaño sin hacerse daño), un elefante no sería capaz de realizar tal hazaña. Con bastante generalidad se puede afirmar que los efectos de la gravedad son menos importantes cuanto menores sean los objetos que consideremos (sean vivos o inanimados).”
Cuando llegamos a los seres unicelulares, se ve que ellos no hay distinción entre arriba y abajo. Para ellos, la tensión superficial del agua es mucho más importante que la fuerza de la gravedad a esa escala. Tranquilamente se pueden mover y desplazar por encima de una superficie acuática. Los pluricelulares no pueden hacer tal cosa.
Estas imágenes la hemos visto muchas veces en fuentes y charcos formados por la de la lluvia
La tensión superficial es una consecuencia de que todas las moléculas y los átomos se atraen unos a otros con una fuerza que nosotros llamamos de Van der Waals. fuerza tiene un alcance muy corto; para ser precisos, diremos que la intensidad de esta fuerza a una distancia r es aproximadamente 1/r7. Esto significa que si se reduce la distancia dos átomos a la mitad de la fuerza de Van der Waals con la que se atraen uno a otro se hace 2 × 2 × 2 × 2 × 2 × 2 × 2 = 128 veces más intensa. Cuando los átomos y las moléculas se acercan mucho unos a otros quedan unidos muy fuertemente a través de esta fuerza. El conocimiento de esta fuerza se debe a Johannes Diderik Van der Waals (1837 – 1923) con su tesis sobre la continuidad del líquido y gaseoso que le haría famoso, ya que en esa época (1873), la existencia de las moléculas y los átomos no estaba completamente aceptado.
La tensión superficial del agua, es el efecto físico (energía de atracción entre las moléculas) que “endurece” la capa superficial del agua en reposo y permite a algunos insectos, como el mosquito y otros desplazarse por la superficie del agua sin hundirse.
El famoso físico inglés James Clerk Maxwell, que formuló la teoría del electromagnetismo de Faraday, quedó muy impresionado por este de Van der Waals.
Los tamaños de los seres unicelulares, animales y vegetales, se miden en micrómetros o “micras”, donde 1 micra es 1/1.000 de milímetro, aproximadamente el tamaño de los detalles más pequeños que se pueden observar con un microscopio ordinario. El mundo de los microbios es fascinante, pero no es el objeto de este trabajo, y continuaremos el viaje emprendido las partículas elementales que forman núcleos, átomos, células y materia, así como las fuerzas que intervienen en las interacciones fundamentales del universo y que afecta a todo lo que existe.
Hemos hablado del electrón que rodea el núcleo, de su carga eléctrica negativa que complementa la positiva de los protones y hace estable al átomo; una masa de solamente 1/1.836 de la del núcleo más ligero (el del hidrógeno). La importancia del electrón es vital en el universo.
Pero busquemos los “cuantos”. La física del siglo XX empezó exactamente en el año 1900, cuando el físico alemán Max Planck propuso una posible solución a un problema que había intrigando a los físicos durante años. Es el problema de la luz que emiten los cuerpos calentados a una cierta temperatura, y también la radiación infrarroja emitida, con menor intensidad, por los objetos más fríos (radiación de cuerpo negro).
Estaba bien aceptado entonces que esta radiación tenía un origen electromagnético y que se conocían las leyes de la naturaleza que regían estas ondas electromagnéticas. También se conocían las leyes para el frío y el calor, la así llamada “termodinámica”, o al menos eso parecía. Pero si utilizamos las leyes de la termodinámica para calcular la intensidad de una radiación, el resultado no tiene ningún sentido. Los cálculos nos dicen que se emitiría una cantidad infinita de radiación en el ultravioleta más lejano y, luego, esto no es lo que sucede. Lo que se observa es que la intensidad de la radiación muestra un pico a una cierta longitud de onda característica, y que la intensidad disminuye tanto para longitudes mayores como para menores. Esta longitud de onda característica es inversamente proporcional a la temperatura absoluta de objeto radiante (la temperatura absoluta se define por una escala de temperatura que empieza a 273º bajo cero). Cuando a 1.000º C un objeto se pone al “rojo vivo”, el objeto está radiando en la zona de luz visible.
Radiación de Cuerpo Negro
Un cuerpo negro es un objeto teórico o ideal que absorbe toda la luz y toda la energía radiante que incide sobre él. Nada de la radiación incidente se refleja o pasa a través del cuerpo negro. A pesar de su , el cuerpo negro emite luz y constituye un modelo ideal físico para el estudio de la emisión de radiación electromagnética. El nombre Cuerpo negro fue introducido por Gustav Kirchhoff en 1862.
La luz emitida por un cuerpo negro se denomina radiación de cuerpo negro. Todo cuerpo emite energía en de ondas electromagnéticas, siendo esta radiación, que se emite incluso en el vacío, tanto más intensa cuando más elevada es la temperatura del emisor. La energía radiante emitida por un cuerpo a temperatura ambiente es escasa y corresponde a longitudes de onda superiores a las de la luz visible (es decir, de menor frecuencia). Al elevar la temperatura no sólo aumenta la energía emitida sino que lo hace a longitudes de onda más cortas; a esto se debe el cambio de color de un cuerpo cuando se calienta. Los cuerpos no emiten con igual intensidad a todas las frecuencias o longitudes de onda, sino que siguen la ley de Planck.
La onda electromagnética se puede entender como un grupo de “paquetes” ( cuantos) de muy poca energía que, juntos determinan la energía de la onda.
Lo que Planck propuso fue simplemente que la radiación sólo podía ser emitida en paquetes de un tamaño dado. La cantidad de energía de uno de esos paquetes, o cuantos, es inversamente proporcional a la longitud de onda, y por tanto, proporcional a la frecuencia de radiación emitida. La fórmula es E = h?, donde E es la energía del paquete, ? es la frecuencia y h es una nueva constante fundamental de la naturaleza, la constante de Planck. Cuando Planck calculó la intensidad de la radiación térmica imponiendo nueva condición, el resultado coincidió perfectamente con las observaciones.
Poco tiempo después, en 1905, Einstein formuló esta teoría de una manera mucho más tajante: él sugirió que los objetos calientes no son los únicos que emiten radiación en paquetes de energía, sino que toda la radiación consiste en múltiplos del paquete de energía de Planck. El príncipe francés Louis-Victor de Broglie, dándole otra vuelta a la teoría, propuso que no sólo cualquier cosa que oscila tiene energía, sino que cualquier cosa con energía se debe comportar una “onda” que se extiende en una cierta región del espacio, y que la frecuencia ? de la oscilación verifica la ecuación de Planck. Por lo tanto, los cuantos asociados con los rayos de luz deberían verse una clase de partículas elementales: el fotón. Todas las demás clases de partículas llevan asociadas diferentes ondas oscilantes de campos de fuerza, esto lo veremos más adelante.
El curioso comportamiento de los electrones en el interior del átomo, descubierto y explicado por el famoso físico danés Niels Bohr, se pudo atribuir a las ondas de de Broglie. Poco después, en 1926, Edwin Schrödinger descubrió cómo escribir la teoría ondulatoria de de Broglie con ecuaciones matemáticas exactas. La precisión con la cual se podían realizar cálculos era asombrosa, y pronto quedó claro que el comportamiento de todos los objetos pequeños quedaba exactamente determinado por las recién descubiertas “ecuaciones de ondas cuánticas”.
Está bien comprobado que la mecánica cuántica funciona de maravilla…, pero, sin embargo, surge una pregunta muy formal: ¿qué significan realmente estas ecuaciones?, ¿qué es lo que están describiendo? Isaac Newton, allá en 1867 formuló cómo debían moverse los planetas alrededor del Sol, estaba claro todo el mundo qué significaban sus ecuaciones: que los planetas estaban siempre en una posición bien definida des espacio y que sus posiciones y sus velocidades en un momento concreto determinan inequívocamente cómo evolucionarán las posiciones y las velocidades en el tiempo.
Pero los electrones todo es diferente. Su comportamiento parece estar envuelto en misterio. Es como si pudieran “existir” en diferentes lugares simultáneamente, como si fueran una nube o una onda, y esto no es un efecto pequeño. Si se realizan experimentos con suficiente precisión, se puede determinar que el electrón parece capaz de moverse simultáneamente a lo largo de trayectorias muy separadas unas de otras. ¿Qué puede significar todo esto?
Niels Bohr consiguió responder a esta pregunta de tal que con su explicación se pudo seguir trabajando, y muchos físicos siguen considerando su respuesta satisfactoria. Se conoce como la interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica.
Si la mecánica cuántica tiene cosas extrañas y el espín es una de ellas. Y si uno piensa que la intuición le ayudará a comprender todo esto, pues no lo hará, o es poco probable que lo haga. Las partículas tienen un espín fundamental. Al igual que la carga eléctrica o la masa, el espín ayuda a definir que de partícula es cada una.
Las leyes de la mecánica cuántica han sido establecidas con mucha precisión; permite cómo calcular cualquier cosa que queramos saber. Pero si queremos “interpretar” el resultado, nos encontramos con una curiosa incertidumbre fundamental: que varias propiedades de las partículas pequeñas no pueden estar bien definidas de manera simultánea. Por ejemplo, podemos determinar la velocidad de una partícula con mucha precisión, pero entonces no sabremos exactamente dónde se encuentra; o a la inversa, podemos determinar la posición con precisión, pero entonces su velocidad queda mal definida. Si una partícula tiene espín (rotación alrededor de su eje), la dirección alrededor de la cual está rotando (la orientación del eje) no puede ser definida con gran precisión.
La posición y el momento de una partícula nunca lo podremos saber con precisión ilimitada.
No es fácil explicar de forma sencilla de dónde viene esta incertidumbre, pero existen ejemplos en la vida cotidiana que tienen algo parecido. La altura de un tono y la duración en el tiempo durante el cual oímos el tono tienen una incertidumbre mutua similar. Para afinar un instrumento se debe escuchar una nota durante un cierto intervalo de tiempo y compararla, por ejemplo, con un diapasón que debe vibrar también durante un tiempo. Notas muy breves no tienen bien definido el tono.
Para que las reglas de la mecánica cuántica funcionen, es necesario que todos los fenómenos naturales en el mundo de las cosas pequeñas estén regidos por las mismas reglas. Esto incluye a los virus, bacterias e incluso a las personas. Sin embargo, cuando más grande y más pesado es un objeto, más difícil es observar las desviaciones de las leyes del movimiento “clásicas” debidas a la mecánica cuántica. Me gustaría referirme a exigencia tan importante y tan peculiar de la teoría con la palabra “holismo”. Esto no es exactamente lo mismo que entienden algunos filósofos por holismo, y que podría definir como “el todo es más que la suma de sus partes”. Si la física nos ha enseñado algo es justo lo contrario. Un objeto compuesto de un gran de partículas puede ser entendido exactamente si se conocen las propiedades de sus partes (partículas); basta que sepamos sumar correctamente (¡y esto no es nada fácil en mecánica cuántica!). Lo que entiendo por holismo es que, efectivamente, el todo es la suma de las partes, pero sólo se puede hacer la suma si todas las partes obedecen a las mismas leyes. Por ejemplo, la constante de Planck, h, que es igual a 6’626075… × 10-34 Julios segundo, debe ser exactamente la misma para cualquier objeto en cualquier sitio, es decir, debe ser una constante universal.
La mecánica cuántica es muy extraña a nuestro “sentido común”, sabemos que se desenvuelve en ese “universo” de lo muy pequeño, alejado de nuestra vida cotidiana en el macrocosmos tetradimensional que, no siempre coincide con lo que, en aquel otro infinitesimal acontece.
Las reglas de la mecánica cuántica funcionan tan bien que refutarlas resulta realmente difícil. Los trucos ingeniosos descubiertos por Werner Heisemberg, Paul Dirac y muchos otros mejoraron y completaron las reglas generales. Pero Einstein y otros pioneros como Erwin Schrödinger siempre presentaron serias objeciones a interpretación. Quizá funcione bien, pero ¿dónde está exactamente el electrón?, ¿en el punto x o en el punto y? En pocas palabras, ¿dónde está en realidad?, y ¿cuál es la realidad que hay detrás de nuestras fórmulas? Si tenemos que creer a Bohr, no tiene sentido buscar tal realidad. Las reglas de la mecánica cuántica, por sí mismas, y las observaciones realizadas con detectores son las únicas realidades de las que podemos hablar.
Es cierto que, existe otro universo dentro de nuestro del que, aún, nos queda mucho por aprender.
La mecánica cuántica puede ser definida o resumida así: en principio, con las leyes de la naturaleza que conocemos se puede predecir el resultado de cualquier experimento, en el sentido que la predicción consiste en dos factores: el primer factor es un cálculo definido con exactitud del efecto de las fuerzas y estructuras, tan riguroso como las leyes de Isaac Newton para el movimiento de los planetas en el Sistema Solar; el segundo factor es una arbitrariedad estadística e incontrolable definida matemáticamente de estricta. Las partículas seguirán una distribución de probabilidades dadas, primero de una forma y luego de otra. Las probabilidades se pueden calcular utilizando la ecuación de Schrödinger de función de onda (?) que, con muchas probabilidades nos indicará el lugar probable donde se encuentra una partícula en un dado.
Muchos estiman que esta teoría de las probabilidades desaparecerá cuando se consiga la teoría que explique, de forma completa, todas las fuerzas; la buscada teoría del todo, lo que implica que nuestra descripción actual incluye variables y fuerzas que (aún) no conocemos o no entendemos. Esta interpretación se conoce como hipótesis de las variables ocultas.”
También Gerard ‘t Hooft es el autor de lo que han dado en llamar l principio holográfico es una conjetura especulativa acerca de las teorías de la Gravedad Cuántica propuesta en 1993 por este autor, y mejorada y promovida por Leonard Susskin en 1995. Postula que toda la información contenida en cierto volumen de un espacio concreto se puede conocer a partir de la información codificable sobre la frontera de dicha región. Una importante consecuencia es que la cantidad máxima de información que puede contener una determinada región de espacio rodeada por una superficie diferenciable está limitada por el área total de dicha superficie.
Por ejemplo, se pueden modelar todos los eventos que ocurran en un cuarto o una habitación creando una teoría en la que sólo tome en cuenta lo que suceda en sus paredes. En el principio holográfico también se afirma que por cada cuatro Unidades de Planck existe al menos un grado de libertad (o una unidad constante de Bolttzmann k de máxima entropía). Esto se conoce como frontera de Bekenstein:
donde S es la entropía y A es la unidad de mensura considerada. En unidades convencionales la fórmula anterior se escribe:
donde:
- , es la constante de Boltzmann.
- , es la vecolcidad de la luz.
- , es la constante gravitacional universal.
- , es la constante de Planck racionalizada.
- , es la longitud de Planck.
Claro que esta… ¡Es otra Historia!
emilio silvera
Feb
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Viajando al Corazón de la Materia
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física Cuántica ~ Comments (0)
Después del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN, situado en Suiza, otro gran experimento internacional promete sacudir la ciencia y nuestro conocimiento de la naturaleza. Hablamos de la Fuente Europea de Neutrones por Espalación (ESS, por sus siglas en inglés) un gran acelerador lineal de partículas que, como un poderoso microscopio, permitirá observar el interior de los materiales que componen nuestro mundo para así ser capaces de estudiar cómo se mueven e interactúan sus átomos por dentro y conocer los más variados fenómenos y propiedades donde nuestros ojos no llegan.
Tras un arduo período de selección del lugar de instalación del proyecto –en la que compitieron las ciudades de Bilbao y Debrecen (Hungría)–, la construcción comenzó en 2014. Las primeras pruebas están previstas para 2019 y, si todo sale como se espera, se empezará a trabajar a pleno rendimiento en 2025.
“Nuestra vida tecnológica cada vez depende más de la ciencia básica –señala a Sinc la bioquímica sueca Sindra Petersson Arsköld, que forma parte de los 400 investigadores del proyecto–. La ESS funcionará como un gran microscopio. Pero a diferencia de los microscopios convencionales no utilizará luz o lentes. Usaremos neutrones, partículas presentes en el núcleo del átomo, para ver a través de las cosas. Los neutrones atraviesan el metal como la luz atraviesa el cristal”.
Resultado de la imagen de la fuente europea de neutrones por Espalación (ESS)
Petersson comenta que “al poder estudiar como nunca las propiedades estructurales de la materia y sus dinámicos procesos internos, como los intercambios de energía, con este nuevo experimento podremos desarrollar baterías de litio más eficientes para los coches eléctricos. Además, se podrá mejorar el desarrollo de medicamentos y el funcionamiento de los trenes magnéticos. Y también podremos penetrar la piedra y ver dentro de huevos fosilizados de titanosaurios hallados en Mongolia sin necesidad de romperlos”, subraya.
Las instalaciones de la ESS ocuparán unas 10 hectáreas (equivalente a 14 canchas de fútbol). Actualmente, la construcción –cuyas obras ha tenido la oportunidad de visitar Sinc– está al 30%.
Vista aérea del pasado mes de julio del estado de las obras de construcción de la Fuente Europea de Neutrones por Espalación en Lund (Suecia). (Foto: Perry Nordeng / ESS)
Caminar por su interior –con chaleco, casco, gafas y guantes protectores, después de haber suministrado datos personales y firmado una planilla por si sucede algún accidente– implica prestar atención a cada paso.
Por ejemplo, a lo largo del silencioso y por ahora vacío túnel subterráneo de 537 metros de largo por el que dentro de unos años circularán miles millones de protones generados por dos fuentes de iones. Acelerados por campos magnéticos al 96% de la velocidad de la luz, los pulsos de protones impactarán al final de su viaje por este túnel sobre un blanco, una rueda giratoria de tungsteno.
Será en estas colisiones en las que se producirá el proceso de espalación que le da el nombre a este proyecto: tras una reacción nuclear, por cada protón se generarán 30 neutrones, los verdaderos protagonistas de esta nueva ‘catedral’ de la ciencia moderna, que serán luego distribuidos en 16 instrumentos donde se analizarán las muestras.
“La tecnología necesaria para realizar estos experimentos es tan cara que varios países han tenido que unirse –detalla Petersson–. Suecia podría haberlo hecho sola pero hubiéramos tardado mucho más”.
A un coste de 1.843 millones de euros, no se trata de un proyecto de la UE sino de varios países europeos: 17 hasta el momento. Suecia y Dinamarca –los países anfitriones– pagan el 47,5 % de la construcción mientras que el resto de países que integran este consorcio –entre ellos Francia, Alemania, Italia, Reino Unido– se hace cargo del 52,5% restante. España fue el primer país socio de la ESS que firmó la carta oficial de intenciones en la que asumió un compromiso de aportar el 5% para su construcción.
La elección de Suecia como sede de la construcción de la ESS en mayo de 2009 significó una gran decepción para Bilbao, que desde 2006 anhelaba convertirse en un lugar de referencia en el mapa de la investigación y la ciencia.
Aun así, desempeña un rol importante: pese a una serie de recortes presupuestarios, en el centro estratégico de tecnologías neutrónicas ESS Bilbao (en Zamudio, Vizcaya), su plantilla de 60 trabajadores se encuentra diseñando y fabricando siete piezas clave de este proyecto: entre ellas una sección del acelerador (Medium Beam Energy Transport o MEBT), un gran espectrómetro llamado Miracles y en especial el ‘corazón’ de la ESS, el target o blanco de choque contra el que se dispararán los protones.
“El diseño desarrollado por ESS Bilbao consiste en unas 7.000 piezas de un material conocido como Wolframio colocados dentro de una rueda de 2,5 metros de diámetro, comenta a Sinc Sira Cordón, responsable de comunicación de este centro de investigación.
“La refrigeración del circuito será por gas helio. Los desarrollos de los trabajos evolucionan favorablemente –añade Cordón–. La comunidad científica española se verá beneficiada por las múltiples aplicaciones que la Fuente Europea de Neutrones por Espalación va a ofrecer para sus investigaciones con materiales en los más diversos sectores: desde el estudio de la eficacia de un detergente a la resistencia de materiales por ejemplo en transportes, la eficacia de las baterías, nuevas terapias contra el cáncer o dosificadores de medicamentos”.
Se espera además la visita de unos 2.000 científicos al año por lo que se está construyendo la Science Village Scandinavia, un pequeño pueblo de 17 hectáreas justo al lado de los límites de la instalación.
“Irónicamente, para visualizar los objetos más pequeños de la naturaleza necesitamos construir las instalaciones científicas más grandes del mundo, dice en un vídeo promocional el actor Patrick Stewart, el recordado capitán Picard de Star Trek y una de las caras famosas que buscan darle visibilidad al proyecto.
“ESS es el Hubble de la física de neutrones. Así como el telescopio espacial nos permite ver en las profundidades del espacio, con la ESS podremos explorar el espacio interior, abriendo una nueva frontera científica y tecnológica y conduciéndonos a descubrimientos que cambiarán la manera en que vemos nuestro mundo y que aún no somos capaces de imaginarnos”.
Aún sin haber comenzado a funcionar esta instalación ya ha deparado la primera gran sorpresa: el descubrimiento inesperado de un antiguo asentamiento de la Edad de Piedra, evidencia de que la gente ha estado viviendo en esta zona de Escandinavia más tiempo de lo que se creía anteriormente.
Durante el otoño de 2013, unos meses antes de la colocación de la primera piedra, 40 arqueólogos rastrillaron el amplio terreno deshabitado de unos 100.000 metros cuadrados, al noreste de Lund. Con paciencia, los investigadores del Museo de Historia Sueca inspeccionaron cada afloramiento que llamaba su atención.
El pasado no tardó en resurgir: como cuenta el director del proyecto, Magnus Andersson, encontraron restos de los primeros granjeros que habitaron el sur de Suecia entre los años 4000 y 3300 a.C. “Durante la excavación, pudimos discernir las huellas de dos casas de unos 13 metros de largo por seis de ancho –señala el arqueólogo–. Una sobre la otra, indicación de que no existieron al mismo tiempo”.
Los investigadores sospechan que varias generaciones habitaron en estas granjas. Cerca de estas cabañas redondas u ovaladas con una chimenea en el centro se encontraron también restos de unas 14 pequeñas chozas, miles de granos carbonizados –en especial cebada–, huesos de ganado, ovejas, cerdos y ciervos, un cementerio y fragmentos de cerámica con trazas de productos lácteos.
En este sitio, los arqueólogos hallaron también huellas de personas que vivieron en otro período posterior, durante la Edad de Hierro: restos de casas de madera, pozos y unos diez hornos. El asentamiento al parecer tuvo varios ocupantes porque hay indicaciones de que estuvo ocupado entre los años 500 a.C. hasta la era de los Vikingos, alrededor del 1050.
También encontraron unas 12 tumbas pero debido a las duras condiciones de conservación del suelo no se pudo recuperar mucho salvo dientes, anillos de oro y collares con cuentas de ámbar.
Los arqueólogos cuentan los días. Están ansiosos: desean que la construcción de la ESS termine lo antes posible para que todos estos tesoros recolectados y prolijamente catalogados, en especial los granos de hace casi 6.000 años, sean analizados por este súpermicroscopio nórdico, el futuro gigante de la ciencia europea. (Fuente: SINC)
Feb
4
¿Que pinta el Azar en todo esto?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Catástrofes Naturales ~ Comments (0)
Sí, la Naturaleza nos muestra constantemente su poder. Fenómenos que no podemos evitar y que nos hablan de unos mecanismos que no siempre comprendemos. Nuestro planeta por ejemplo, se comporta como si de un ser vivo se tratara, la llaman Gaia y realiza procesos de reciclaje y renovación por medio de terremotos y erupciones volcánicas, Tsunamis y tornados devastadores que cambian el paisaje y nosotros, lo único podemos hacer es acatar el destino que ignoramos de lo que está por venir.
Y, además, como le gusta viajar, rota sobre sí misma a 1.700 Km/h, y su órbita alrededor del Sol es mucho más rápida todavía, ya que, su velocidad es de 107.000 Km/h. La inclinación de 23º del eje de la Tierra que recibe la radiación solar, hace posible las estaciones y demás cambios del clima que podemos contemplar. Todo parece estar ahí para que la vida sea posible.
El mundo nos parece un lugar complicado. Sin embargo, existen algunas verdades sencillas que nos parecen eternas, no varían con el paso del tiempo (los objetos caen hacia el suelo y no hacia el cielo, el Sol se levanta por el Este, nunca por el Oeste, nuestras vidas, a pesar de las modernas tecnologías, están todavía con demasiada frecuencia a merced de complicados procesos que producen cambios drásticos y repentinos. La predicción del tiempo atmosférico es más un arte que una ciencia, los terremotos y las erupciones volcánicas se producen de manera impredecible y aparentemente aleatoria, los cambios en las Sociedades fluctúan a merced de sucesos que sus componentes no pueden soportar y exigen el cambio.
Todo ello nos da a entender que estamos inmersos en un Universo dinámico en el que nada permanece quieto y tiende a cambiar con el paso del Tiempo. el Sol tampoco está quieto. Es una de las 300.000 millones de estrellas que giran alrededor del centro de la Vía Láctea en una órbita casi circular y viaja a unos 828.000 kilómetros por hora. El Sol necesita unos 225 millones de años para completar una vuelta completa alrededor de la Vía Láctea y así cumplir un año galáctico.
Hemos podido descorrer el velo que ocultaba secretos que ni podíamos imaginar, desde hace algunos miles de años, cuando se miraba al cielo observando fenómenos que no podíamos explicar y comenzamos a plantearnos preguntas que queríamos contestar. Desde entonces, poco a poco, hemos logrado avanzar en el conocimiento de la Naturaleza que es la que tiene todas las respuestas que necesitamos saber. El mayor problema de todo nuestro empeño, radica precisamente en el hecho de que, nosotros, formamos parte del misterio que queremos descubrir.
La inmensa complejidad que está presente en el cerebro humano y de cómo se genera es lo que llamamos “la mente”, a partir de una maraña de conexiones entre más de cien mil millones de neuronas, más que estrellas existen en nuestra Galaxia, la Vía Láctea. Es algo grande que, en realidad, no hemos alcanzado a comprender.
La mente humana es de tal complejidad que no hemos podido llegar a comprender su funcionamiento. ¿Por qué unas personas tienen una gran facilidad para tocar el piano, otros para comprender las matemáticas complejas y algunos para ver lo que nadie ha sido capaz de detectar en el ámbito de la Naturaleza, pongamos por ejemplo un paisaje, o, llegar a comprender fenómenos físicos que configuran el mundo, el Universo y la vida?
De los fenómenos naturales es difícil que exista alguno del que no podamos explicar su origen
Otros fenómenos que están lejos de nuestro ámbito cotidiano también han podido ser desvelado por nuestros científicos que han podido demostrar, por ejemplo, que el fenómeno que llaman entrelazamiento cuántico no tiene ninguna explicación fuera de la mecánica cuántica.
Esta increíble propiedad de la física más pequeña inquietó a Einstein hasta el día de su muerte. Pero también es la base de la computación y el teletransporte cuántico.
En 1935 un molesto Albert Einstein, junto con sus colegas Podolsky y Rosen, presentaron la llamada “paradoja EPR”, por sus iniciales. Esta quería servir de ejemplo para decir que la mecánica cuántica era una “teoría” incompleta y fallida. Que necesitaba de una profunda revisión. ¿Y por qué? Porque, según el propio Einstein, este conjunto de hipótesis violaba el universo tal y como lo conocemos. Por lo tanto, tenía que estar mal en algún punto. Efectivamente, en los tiempos que corren hemos podido comprobar un fenómeno inquietante y extraordinario que permite que dos partículas separadas entre sí por una distancia monstruosa sean capaces de “comunicarse” sin que exista nada, ningún canal de transmisión, entre las dos. A este extraño fenómeno, que rompe por completo nuestra manera de entender el mundo, lo llamamos entrelazamiento cuántico.
“El entrelazamiento cuántico ha sido confirmado gracias a los fotones de una luz emitida hace 600 años por una estrella lejana. Un equipo de físicos demuestra así que el entrelazamiento cuántico no tiene explicación fuera de la mecánica cuántica, ya que pensar lo contrario supondría que alguien estableció en el espacio exterior un mecanismo de interferencia, mucho antes del experimento realizado ahora.”
Es precisamente a escala humana, donde se dan las características (posiblemente) más complejas del Universo, las que se resisten más a rendirse ante métodos y reglamentos fijos que las pretenda mantener estáticas e inamovibles por el interés de unos pocos. Las Sociedades son dinámicas en el tiempo y en el espacio y, su natural destino es el de evolucionar siempre, el de buscar las respuestas a cuestiones para ellas desconocidas y que al estar inmersas en el corazón de la Naturaleza, se sirven de la Ciencia para poder llegar al lugar más secreto y arrancar esas respuestas que tanto, parecen necesitar para continuar hacia el futuro.
Claro que, ese futuro, no depende de esas Sociedades Humanas que de alguna manera, están a merced de sucesos como aquel de Yucatán, cuando al parecer, hace ahora 65 millones de años, perecieron los Dinosaurios que reinaron en el Planeta durante 150 millones de años hasta que llegó aquél fatídico (para ellos) pedrusco que, en realidad, posibilitó nuestra llegada.
Aquellos terribles animales que poblaban la Tierra hubiera hecho imposible nuestra presencia en el planeta. Formas de vida incompatibles con nuestra especie que desaparecieron -según parece- por causas naturales venidas del espacio exterior para que más tarde, pudiéramos nosotros hacer acto de presencia en el planeta que nos acoge.
Aquello se considera una extinción masiva ocurrida en la Tierra, algo tan claramente reflejado en el registro fósil que se utiliza para marcar el final de un período de tiempo geológico, el Cretáceo, y el comienzo de otro, el Terciario. Puesto que la “C” ya se ha utilizado como inicial en un contexto similar en relación con el período Cámbrico, este marcador se suele denominar frontera K-T, con una “K” de Kreide, que es el nombre del Cretáceo en alemán. No fueron solos los dinosaurios los que resultaron afectados, aunque son los que aparecen con mayor protagonismo en los relatos populares cuando se habla de este desastre.
Esqueletos de dinosaurios expuestos en el Museo Real de Ontario, Canadá.
Alrededor del 70 por ciento de todas las especies que vivían en la Tierra al finales del cretáceo habian desaparecidos a principios del Terciario, lo cual indica que se trató realmente de una “extinción en masa” y explica por qué los geólogos y los paleontólogos utilizan la frontera K-T como un marcador importante en el registro fósil. Dadas las dificultades que plantean unas pruebas de tiempos tan remotos, y la lentitud con la que se acumulan los estratos geológicos, todo lo que podemos decir realmente sobre la velocidad a la que se produjo aquella extinción es que sucedió en menos de unas pocas decenas de miles de años, pero en ningún caso durante muchos millones de años; sin embargo, esto se considera un cambio brusco en relación con la escala de tiempo utilizada en geología.
Gráfica de las extinciones los últimos 250 Millones de años
Las preguntas obvias que esto plantea son las mismas que surgen tras un gran terremoto -por qué sucedió, y si podría suceder de nuevo y, en su caso, cuándo- En el caso del suceso K-T hay un candidato muy adecuado para ser el desencadenante que hizo que la extinción se produjera, por ejemplo, hace 60 0 55 millones de años. Los restos del enorme cráter que data justo de entonces ha sido descubierto bajo lo que es ahora la península de Yucatán, en Méjico, y por todo el mundo se han hallado estratos de hace 65 millones de años que contienen restos de iridio, un metal pesado que es raro en la corteza terrestre, pero del que sabemos que es un componente de algunos tipos de meteoritos. La capa de iridio es tan delgada que tuvo que depositarse en menos de 10.000 años (quizá mucho menos), lo cual es coherente con la teoría de que el suceso K-T fue desencadenado en su totalidad, de manera más o menos instantánea, por un gran golpe que llegó del espacio interestelar.
El volcán Kilauea amenaza a las poblaciones de Hawai es terrible. La catástrofe está servida
El supervolcán de Yellowstone está deformando la superficie terrestre. Desde el pasado 12 de junio se han podido registrar más de 1.500 temblores en la caldera volcánica del parque nacional estadounidense. El día que aquello explote el propio planeta puede tener un serio problema tal es su enorme importancia en cuanto a la magnitud del suceso que se espera en el futuro.
Volviendo al gran meteorito del Yucatán, no sería difícil explicar por que pudo suceder todo esto. La energía cinética contenida en un impacto de este calibre sería equivalente a la explosión de unos mil millones de megatoneladas de TNT y arrojaría al espacio unos detritos en forma de grandes bloques que se desplazarían siguiendo trayectorias balísticas (como las de los misiles balísticos intercontinentales) y volverían a entrar en la atmósfera por todo el globo terráqueo, difundiendo calor y aumentando la temperatura en todas las regiones. Se produciría un efecto de calentamiento de 10 kilowatios por cada metro cuadrado de la superficie terrestre durante varias horas, un fenómeno que ha sido descrito gráficamente por Jay Melosh. A continuación, unas diminutas partículas de polvo lanzadas al interior de la parte superior de la atmósfera se extendería alrededor del todo el planeta y, combinada con el humo de todos los incendios desencadenados por el “asado a la parrilla”, bloquearían el paso de la luz del Sol, causando la muerte de todas las plantas que dependían de la fotosíntesis y congelando temporalmente el planeta.
Si el planeta se congela, ¿dónde nos meteremos? ¿cuántas criaturas tendrán la oportunidad de sobrevivir? Y, si por el contrario los grandes glaciares se descongelan y suben los niveles de mares y océanos… ¿Cuantas inundaciones y ciudades quedaran bajo las aguas?
Hay pruebas de que, en épocas pasadas, la Tierra sufrió visitas inesperadas desde el espacio que trajo muerte y desolación. Hace unos 35 millones de años, la Tierra soportó unos impactos parecidos sin que se produjera una extinción del calibre del suceso K-T. Aunque los factores desencadenantes tengan la misma magnitud. Por otra parte, existen pruebas de que los Dinosaurios y otras especies estaban ya en decadencia en los dos últimos millones de años del Cretáceo. Parece que los grandes lagartos habían experimentado altibajos durante los 150 millones de años que se pasaron vagando por la Tierra. Hay opiniones para todos y algunos dicen que su desparición se debió, en realidad, al aumento del Oxígeno en nuestra atmósfera.
Extinciones masivas
El suceso K-T es en realidad sólo una entre cinco catástrofes similares (en la medida en que afectó en aquella época a la vida en la Tierra) a las que los geólogos denominan en conjunto las “cinco grandes” -y no es en absoluto la mayor-. Cada una de ellas se utiliza como marcador entre períodos geológicos y todas han sucedido durante los últimos 600 millones de años.
La razón por la que nos centramos en este pasado geológico relativamente reciente es que fue en esa época cuando los seres vivos desarrollaron por primera vez algunas características, tales como las conchas, que podían fosilizarse fácilmente, dejando rastros que pueden reconocerse en los estratos que se estudian en la actualidad.
Nuevas especies de fósiles de invertebrados marinos, que vivieron hace 465 millones de años, se han hallado en diversos yacimientos de la provincia de Ciudad Real en España, y, por todas partes del mundo, si se profundiza en la Tierra, se encuentran fósiles y conchas de tiempos pasados. En la imagen recreada arriba se recoge el descubrimiento especies nuevas, de animales marinos con concha que han posibilitado su hallazgo después de tantos millones de años.
Pero centrémonos en las “cinco grandes extinciones” que, tomándolas cronológicamente se produjeron hace unos 440 millones de años (que marcaron la frontera entre los períodos Ordovícico y Silúrico), hace 360 millones de años (entre el Devónico y el Carbonífero), 250 millones de años (entre el Pérmico y el Triásico), 215 millones de años (en la frontera entre el Triásico y el Jurásico) y 65 millones de años (en la frontera K-T).
Millones de años
Intensidad de la extinción marina a través del tiempo. El gráfico azul muestra el porcentaje aparente (no el número absoluto) de los géneros de animales marinos extintos durante un determinado intervalo de tiempo. Se muestran las ultimas cinco grandes extinciones masivas.
Hay otras muchas extinciones en el registro fósil pero, las más importantes son las mencionadas. La más espectacular de todas ellas es el suceso que tuvo lugar hace unos 250 millones de años, al final del Pérmico. Se extinguieron al menos el 80 por ciento, y posiblemente hasta el 95 por ciento, de todas las especies que vivían en nuestro planeta en aquellos tiempos, tanto en la tierra como en los océanos, y lo hizo durante un intervalo de menos de 100.000 años. Sin embargo, dado que también se calcula que el 99 por ciento de todas las especies que han vivido en la Tierra se han extinguido, esto significa que son el doble las que han desaparecido en sucesos de -aparente- menor importancia.
La cuestión que nos intriga es si las extinciones en masa son realmente acontecimientos especiales, de carácter diferente al de las extinciones de menor importancia, o si son el mismo tipo de suceso, pero a gran escala -¿son las extinciones de vida en la Tierra unos hechos cuya naturaleza es independiente de su magnitud, como los terremotos y todos los demás fenómenos que la Naturaleza nos envía periódicamente que dan lugar a catástrofes y pérdidas de muchas vidas? La respuesta sincera es “no lo sabemos”, pero hay bastantes evidencias como para intuir que ésta es una posibilidad muy real.
El logotipo del Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria es un globo terráqueo sobre el que aparece la letra V y sobre ella otra pequeña tierra y el acrónimo VHEMT de Voluntary Human Extinction Movement.
Gracias a un meticuloso trabajo de investigación de Jack Sepkoski, de la Universidad de Chicago que, pudo trazar un gráfico en el que mostraba como ha fluctuado durante los últimos 600 millones de años el nivel de extinciones que se produjo en cada intervalo de cuatro millones de años.
Extinciones según Sepkoski
El gráfico nos muestra que la muerte de los dinosaurios fue también la muerte de los invertebrados marinos. La pregunta que se puede plantear es que clase de aleatoriedad es ésta, si realmente son sucesos aleatorios. Resulta que es una ley potencial -nuestro viejo amigo, el ruido 1/f-. El origen de esta señal aleatoria, de enorme interés por su ubicuidad y propiedades matemáticas, sigue siendo un misterio, a pesar de la atención que se le ha dedicado.
Ahora bien, no parece probable que todas las extinciones de vida que han sucedido en la Tierra hayan tenido como causa impactos procedentes del espacio. Lo que parece estar diciéndonos el registro fósil es que las extinciones se producen en todas las escalas, todos los tiempos, y que (como en el caso de los terremotos) puede producirse una extinción de cualquier magnitud en cualquier época. Algunas extinciones podrían ser desencadenadas por impactos de meteoritos; otras, por períodos glaciares. Una cosa sí que nos queda clara: es necesario un gran desencadenante para que ocurra un gran suceso, y, no podemos olvidar que estamos inmersos en un Sistema Complejo -la vida en la Tierra- que es autoorganizador, se alimenta a partir de un flujo de energía, y existe al borde del Caos. Si comprendemos eso, estaremos preparados para entender lo que todo esto significa para la vida en sí misma, siempre expuesta a las fuerzas del Universo.
Por otra parte, a lo largo de nuestra Historia hemos conocido situaciones de muertes masivas como por ejemplo: La Peste de la Guerra del Peloponeso (430 a.C.), La Plaga Antonina (165 y 180), La Plaga de Justiniano (541 y 542), La Peste Negra (1348 y 1350), o, La Gripe Española (1918) y, todas ellas son en realidad de origen desconocido. Esto me lleva a pensar que la Tierra, nuestro planeta, viaja por el espacio como una gran nave espacial y recorre regiones interestelares en las que no sabemos qué puede haber, y, ¿quién puede negar que al atravesar esas regiones, no estén presenten en esllas esporas fuertemente acorazadasa contra la radiación que, atravesando la atmósfera terrestre se instalen tan ricamente en nuestro mundo para florecer y sembrar la muerte entre nosotros? Lo cierto es que son muchas las cosas que no sabemos.
De todas las maneras, no podemos negar que grandes cambios nos acechan y, como la medida del “tiempo” es distinta para la escala humana que para la del Universo, en cualquier momento podrá tener lugar un acontecimiento de índole diversa (la caída de un meteorito, una pandemia debastadora, cataclismos tectónicos de gran magnitud, explosiones supernovas de inmensa intensidad que barra nuestra atmósfera y siembre de radiación el planeta…) que vendrá a transformar todo lo que nosotros consideramos importante y que, para la Naturaleza, no es nada.
De todas las maneras, en una cosa sí tenemos que estar de acuerdo: ¡La vida! Esa cosa tan frágil pero tan fuerte, se ha resistido a desaparecer a lo largo de los millones de años que lleva en el planeta y, eso nos lleva a sospechar que, lo mismo habrá sucedido en otros lugares y la Vida, debe estar por todas partes… ¡A pesar de todo!
emilio silvera
La fuente de la mayor parte del contenido de este trabajo, hay que buscarla en los pensamientos del maestro J. Gribbin, un Astrofísico de nuestro tiempo.