viernes, 22 de noviembre del 2024 Fecha
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¡Es tanto lo que no sabemos!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Física    ~    Comentarios Comments (0)

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 Es cierto que la ignorancia ha sido siempre nuestra compañera inseparable. Siempre hemos adolecido de una gran ignorancia y, gracias a ello, hemos sentido curiosidad por el por qué de las cosas que, habiéndolas observado a nuestro alrededor o en la lejanía del espacio, despertó nuestra curiosidad, la otra compalera inseparable del Ser Humano. Gracias a esas dos eternas compañeras de viaje (Curiosidad e Ignorancia), hemos podido evolucionar y avanzar a lo largo del transcurso del Tiempo. Siempre nos preguntamos, mirando al cielo estrellado, por aquellas maravillas que titilaban como queriendo decirnos alguna cosa que no llegábamos a entender.También, en el “universo” de lo muy pequeño, fijamos nuestra atención, y, de esa manera pudimos llegar a descubrir el átomo de Demócrito y el Cosmos “infinito” de las galaxias.
Decía que la ignorancia siempre ha estado con nosotros y, junto a la curiosidad, ha sido un gran acicate para ir aprendiendo de los fenómenos que podíamos observar y, de aquellos otros misterios que presentíamos y tratamos de desvelar. Nunca estamos conformes con lo que sabemos, ya que, cada nuevo conocimiento nos posibilita para poder seguir haciendo más y más preguntas, cada vez de temas más complejos.
          Si existen otras dimensiones… ¿Dónde están?

Como siempre nos pasa cuando no sabemos alguna cosa, nuestra imaginación se desboca y plantea mil y una solución de lo que podría ser. , nos ocurre con el Universo y los secretos que aún no hemos podido desvelar. Construimos modelos que nos den una satisfactoria explicación o al menos aceptable, buscamos remedio -no pocas veces poniendo “parches”- para cuestiones que no podemos explicar, y nos inventamos escenarios y situaciones que, tampoco sabemos si alguna vez podremos comprobar: materia oscuraagujeros de gusano, universos paralelos, gravedad cuántivca… ¡Cosas que intuimos pero que, no sabemos plasmar en hechos reales!

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Abrir una ventana en el vacío espacial que nos lleve a otras galaxias en un tiempo corto

Cuando oímos la palabra hiperespacio todos pensamos en un lugar secreto, que no podemos ver, un camino que habría que encontrar mediante nuevas técnicas y nuevas energías, algo, más allá de nuestro “espacio normal” de tres dimensiones en el que nos movemos en nuestra vida cotidiana. Y, las ideas se pueden mezclar para confundirnos más, con espacios vectoriales lineales que pueden tener un infinito de dimensiones, como si fuera un espacio de Hilbert. Es como un túnel situado fuera de este mundo nuestro que nos puede llevar hacia regiones lejanas en la galaxia o, incluso, en otras galaxias y hasta en otro universo,  sin tener que recorrer el espacio que de esos lejanos lugares nos separa.

Resultado de imagen de Dimensiones extra

Esa teoría que se desarrolla teóricamente en 11 dimensiones y que se opera con las matemáticas. Sin embargo, en el mundo real, en el Universo, sólo vemos tres dimensiones y el Tiempo.

“¿Existen dimensiones superiores? ¿Están los mundos invisibles más allá de nuestro alcance, más allá de las leyes corrientes de la física? Aunque las dimensiones superiores hayan históricamente cosa de charlatanes, místicos y de escritores de ciencia ficción, muchos físicos teóricos creen ahora, no solo que las dimensiones superiores existen, sino que además pueden llegar a explicar algunos de los más profundos secretos de la naturaleza. Aunque queremos aclarar que no existen evidencias experimentales de la existencia de dimensiones superiores, en principio, pueden llegar a resolver el problema esencial de la física: la unificación de todo el conocimiento físico a un nivel fundamental.”

Michio Kaku

 

 

¿Dónde, pues, ha de hallarse el universo hiperdimensional de la simetría perfecta? Ciertamente, no aquí y ahora; el mundo en que vivimos está lleno de simetrías rotas, y sólo tiene cuatro dimensiones, tres de y una temporal. La imaginación que nunca descansa, nos lleva a una en la cosmología, la cual nos dice que el universo supersimétrico, si existió, pertenece al pasado. Como nos decían los autores de la Teoría Kaluza-Klein, esas otras dimensiones se quedaron compactadas cuando el universo se desarrolló y, aunque son parámetros necesarios para las grandes teorías de cuerdas y supercuerdas… ¡No las vemos por ninguna parte!

Hace tiempo ya que buscamos esas otras dimensiones pero,,, ¿Dónde están? Dicen que esas dimensiones extra determina la forma de las partículas fundamentales.

La implicación de eso es que el universo tuvo que comenzar en un estado de perfección simétrica, desde el que evolucionó a este otro universo menos simétrico que conocemos y en el que vivimos. Si es así, la de la simetría perfecta sería la del secreto del origen del universo, y la atención de sus acólitos puede volverse con buenas razones, como las caras de las flores al alba, hacia la blanca luz de la génesis cósmica. Alguna vez hemos podido comentar aquí de aquella simetría primera, cuando todas las fuerzas de la naturaleza estaban unidas en una sola fuerza y, a medida que el universo se enfrió en los infiernos del big bang, aquella simetría se rompió, y se desgajó en las cuatro fuerzas que ahora conocemos y, algunos dicen que, se formaron las cuatro dimensiones que podemos ver y, otras, quedaron confinadas en el límite Planck. La simetría quedó rota para siempre.

emilio silvera

Somos materia evolucionada hasta el nivel de la consciencia

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo y... ¿nosotros?    ~    Comentarios Comments (0)

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Resultado de imagen de La Tierra comparada con la Galaxia

De hecho, la Tierra ni se ve, es un grano de agua y roca perdido en una inmensidad. Sin embargo, en ese pequeño mundo, habitan miles de millones de criaturas que, en sus distintos habitats, siguen el curso que el destino les tenga reservado.

Una Galaxia es simplemente una  pequeña del Universo, nuestro planeta es, una mínima fracción infinitesimal de esa Galaxia, y, nosotros mismos, podríamos ser comparados (en relación a la inmensidad del cosmos) con una colonia de bacterias pensantes e inteligentes. Sin embargo, toda forma parte de lo mismo y, aunque pueda dar la sensación engañosa de una cierta autonomía, en realidad todo está interconectado y el funcionamiento de una cosa incide directamente en las otras. ¡Ah! Nada es pequeño ni grande, las dimensiones son relativas y dependen del contexto en el que las podamos medir.

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Se conoce como electrón a la partícula esencial más liviana que compone un átomo y que presenta la menor carga posible en lo referente a la electricidad negativa. Se trata de un elemento subatómico que se sitúa en torno al núcleo del átomo, formado por neutrones protones.

Los electrones se encargan de establecer las atracciones existentes entre los átomos y producen, a través de su movimiento, corriente eléctrica en la mayoría de los metales.

Protón

El Protón: Se trata de una partícula subatómica con carga eléctrica positiva que, junto a los neutrones, forma el núcleo de los átomos. El número atómico del protón determina las propiedades químicas de dicho átomo.

      Sí, en nuestro universo si algo cambia, muchas otras cosas serán distintas. Por ejemplo, si la carga del electrón, o, la masa del protón variaran en una pequeña fracción…. ¡Los ´átomos no se habrían formado, y, muchas de las cosas que vemos en el Universo no podrían existir, tampoco la vida!

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Pocas dudas pueden caber a estas alturas del hecho de que poder estar hablando de estas cuestiones, es un milagro en sí mismo. Después de millones y millones de años de evolución, se formaron las conciencias primarias que surgieron en los animales con ciertas estructuras cerebrales de alta complejidad que, podían ser capaces de construir una escena mental,  con capacidad semántica o simbólica muy limitada y careciendo de un verdadero lenguaje.

La conciencia de orden superior (que floreció en los humanos y presupone la coexistencia de una conciencia primaria) viene acompañada de un sentido de la propia identidad y de la capacidad explícita de construir en los estados de vigilia escenas pasadas y futuras.  mínimo, requiere una capacidad semántica y, en su forma más desarrollada, una capacidad lingüística.

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           En un reciente estudio se ha demostrado que producimos nuevas neuronas hasta los 90 años

Los procesos neuronales que subyacen en nuestro cerebro son en realidad desconocidos y, aunque son muchos los estudios y experimentos que se están realizando, su complejidad es tal que, de , los avances son muy limitados. Estamos tratando de conocer la máquina más compleja y perfecta que existe en el Universo.

Si eso es así, resultará que después de todo, no somos tan insignificantes como en un principio podría parecer, y solo se trata de tiempo. En su momento y evolucionadas, nuestras mentes tendrán un nivel de conciencia que estará más allá de las percepciones físicas tan limitadas. Para entonces, sí estaremos totalmente integrados y formando parte, como un todo, del Universo que  presentimos.

El carácter especial de la conciencia me hace adoptar una posición que me lleva a decidir que no es un objeto, sino un proceso y que,  este punto de vista, puede considerarse un ente digno del estudio científico perfectamente legítimo.

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Nuestra conciencia puede ser modificada por muchas razones, algunas externas y otras del propio pensamiento. No todos los seres conscientes manejan los mismos conceptos de moral y ética, sus experiencias y enseñanzas del medio donde creció, lo condicionan.

La conciencia plantea un problema especial que no se encuentra en otros  de la ciencia. En la Física y en la Química se suele explicar unas entidades determinadas en función de otras entidades y leyes. Podemos describir el agua con el lenguaje ordinario, pero podemos igualmente describir el agua, al menos en principio, en términos de átomos y de leyes de la mecánica cuántica. Lo que hacemos es conectar dos niveles de descripción de la misma entidad externa (uno común y otro científico de extraordinario poder explicativo y predictivo. Ambos niveles de descripción) el agua líquida, o una disposición particular de átomos que se comportan de acuerdo con las leyes de la mecánica cuántica (se refiere a una entidad que está fuera de nosotros y que supuestamente existe independientemente de la existencia de un observador consciente.)

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En el caso de la conciencia, sin embargo, nos encontramos con una simetría. Lo que intentamos no es simplemente comprender de qué manera se puede explicar las conductas o las operaciones cognitivas de otro ser humano en términos del funcionamiento de su cerebro, por difícil que esto parezca. No queremos simplemente conectar una descripción de algo externo a nosotros con una descripción científica más sofisticada. Lo que realmente queremos  es conectar una descripción de algo externo a nosotros (el cerebro), con algo de nuestro interior: una experiencia, nuestra propia experiencia individual, que nos acontece en tanto que observadores conscientes. Intentamos meternos en el interior o, en la atinada ocurrencia del filósofo Tomas Negel, saber qué se siente al ser un murciélago. Ya sabemos qué se siente al ser nosotros mismos, qué significa ser nosotros mismos, pero queremos explicar por qué somos conscientes, saber qué es ese “algo” que nos hace ser como somos, explicar, en fin, cómo se generan las cualidades subjetivas experienciales. En suma, deseamos explicar ese “Pienso, luego existo” que Descartes postuló como evidencia primera e indiscutible sobre la cual edificar toda la filosofía.

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Nunca será lo mismo que te describan un paisaje a poderlo ver con tus propios ojos. Las sensaciones son distintas, y, desde luego, si re lo cuentan tú le añades imaginación, si lo ves, estarás simplemente contemplándolo.

Ninguna descripción, por prolija que sea, logrará nunca explicar cabalmente la experiencia subjetiva. Muchos filósofos han utilizado el ejemplo del color para explicar este punto. Ninguna explicación científica de los mecanismos neuronales de la discriminación del color, aunque sea enteramente satisfactorio, bastaría para comprender cómo se siente el proceso de percepción de un color. Ninguna descripción, ninguna teoría, científica o de otro , bastará nunca para que una persona daltónica consiga experimentar un color.

DALTONISMO

El daltonismo es un problema genético que dificulta que la persona que lo sufre distinga ciertos colores. Este problema se debe a la falta o al mal funcionamiento de uno o más de un tipo de cono. Los conos son las únicas células capaces de captar el color y la luz y se encuentran en la retina.

En un experimento mental filosófico, Mary, una neurocientífica del futuro daltónica, lo sabe todo acerca del sistema visual y el cerebro, y en particular, la fisiología de la discriminación del color. Sin embargo, cuando por fin logra recuperar la visión del color, todo aquel conocimiento se revela totalmente insuficiente comparado con la auténtica experiencia del color, comparado con la sensación de percibir el color. John Locke vio claramente  problema hace mucho tiempo.

Resultado de imagen de un día soleado del mes de abril: El cielo despejado, limpio y celeste, el Sol allí arriba esplendoroso y cegador que nos envía su luz y su calor, los árboles y los arbustos llenos de flores de mil colores que son asediados por las abejas, el aroma y el rumor del río, cuyas aguas cantarinas no cesan de correr transparentes, los pajarillos de distintos plumajes que lanzan alegres trinos en sus vuelos por el ramaje que se mece movido por una brisa suave,

Pensemos por un momento que tenemos un amigo ciego al que contamos lo que estamos viendo un día soleado del mes de abril: El cielo despejado, limpio y celeste, el Sol allí arriba esplendoroso y cegador que nos envía su luz y su calor, los árboles y los arbustos llenos de flores de mil colores que son asediados por las abejas, el aroma y el rumor del río, cuyas aguas cantarinas no cesan de correr transparentes, los pajarillos de distintos plumajes que lanzan alegres trinos en sus  por el ramaje que se mece movido por una brisa suave, todo esto lo contamos a nuestro amigo ciego que, si de pronto pudiera ver, comprobaría que la experiencia directa de sus sentidos ante tales maravillas, nada tiene que ver con la pobreza de aquello que le contamos, por muy hermosas palabras que para hacer la descripción empleáramos.

La mente humana es tan compleja que, no todos ante la misma cosa, vemos lo mismo. Nos enseñan figuras y dibujos y nos piden que digamos (sin pensarlo) la primera cosa que nos sugiere. De  diez personas solo coinciden tres, los otro siete divergen en la apreciación de lo que el dibujo o la figura les sugiere.

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Esto nos viene a demostrar la individualidad de pensamiento, el libre albedrío para decidir. Sin embargo, la misma prueba, realizada en grupos de conocimientos científicos similares y específicos: Físicos, matemáticos, químicos, etc., hace que el  de coincidencias sea más elevada, más personas ven la misma respuesta al problema planteado. Esto nos sugiere que, la mente está en un estado virgen que cuenta con todos los elementos necesarios para dar respuestas pero que necesita experiencias y aprendizaje para desarrollarse.

¿Debemos concluir entonces que una explicación científica satisfactoria de la conciencia queda siempre fuera de nuestro alcance?

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                    La conciencia emerge de procesos que no siempre podemos controlar

¿O es de alguna manera posible, romper esa barrera, tanto teórica como experimental, para resolver las paradojas de la conciencia?

La respuesta a estas y otras preguntas, en mi opinión, radica en reconocer nuestras limitaciones actuales en  campo del conocimiento complejo de la mente, y, como en la Física cuántica, existe un principio de incertidumbre que, al menos de momento (y creo que en muchos cientos de años), nos impide saberlo todo sobre los mecanismos de la conciencia y, aunque podremos ir contestando a preguntas parciales, alcanzar la plenitud del conocimiento total de la mente no será nada sencillo, entre otras razones está el serio inconveniente que suponemos nosotros mismos, ya que, con nuestro que  podemos, en cualquier momento, provocar la propia destrucción.

Una cosa si está clara: ninguna explicación científica de la mente podrá nunca sustituir al fenómeno real de lo que la propia mente pueda sentir. ¿Cómo se podría comparar la descripción de un gran amor con sentirlo, vivirlo física y sensorialmente hablando?

Hay cosas que no pueden ser sustituidas, por mucho que los analistas y especialistas de publicidad y marketing se empeñen, lo auténtico siempre será único. Si acaso, el que más se  aproximar, a esa verdad,  es el poeta.

emilio silvera

Tan sencillo y tan complejo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Física Cuántica    ~    Comentarios Comments (0)

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Nunca podremos dejar de maravillarnos ante las “cosas” que puede realizar la Naturaleza para conseguir sus fines. y, como dice Leonard Susskind, para comprender la realidad en sus niveles más elementales, basta con conocer el comportamiento de dos elementos: el electrón y el fotón. Todo el argumento de la Electrodinámica Cuántica gira en torno a un proceso fundamental:

¡La emisión de un único fotón por un único electrón!

 

 

 

Cuando el movimiento de un electrón es alterado súbitamente, puede responder desprendiendo un fotón. La emisión de un fotón es el suceso básico de la mecánica cuántica. Toda la luz visible que  vemos, así como las ondas de radio, la radiación infrarroja y los rayos X, está compuesta de fotones que han sido emitidos por electrones, ya sea en el Sol, el filamento de una bombilla, una antena de radio o un aoarato de rayos.
Claro que, los electrones no son las únicas partóculas que pueden emitir fotones. Cualquier partícula eléctricamente cargada puede hacerlo, incluido el protón. Esto significa que los fotones pueden saltar entre dos protones o incluso entre un protón y un electrón. Este hecho es de enorme importancia para toda la ciencia y la vida en general. El intercambio continuo de fotones entre el núcleo y los electrones atómicos proporciona la fuerza que mantiene unido el átomo.



Sin estos fotones saltarines, el átomo se desharía y toda la materia dejaría de existir, y, no podemos olvidar que, también nosotros, los seres vivos… ¡Somos materia!

Decía que la Naturaleza hace las cosas más inverosímiles y de la manera más econ´çomica posible y, ha sabido crear esos objetos pequeñitos (infinitesimales como lo son las partículas subatómicas) que ha agrupado en familias. Los electrones son de la Familia de los Leptones y son fermiones, mientras que los fotones pertenecen a la familia de los Bosones. Los primeros no quieren estar juntos y se repelen cuando andan cerca los unos de los otros, mientras que los segundos, están encantados de la vida cuando se juntan muchos, de hecho, la Luz es un conjunto de fotones que, realmente, ilumina nuestras vidas.

Veamos el Efecto fotoeléctrico

El fenómeno del efecto fotoeléctrico es una forma de mostrar el carácter corpuscular de la radiación electromagnética al interactuar la radiación y la materia, para lo cual se requiere fotoconductividad que hace referencia al aumento de la conductividad eléctrica de la materia o en diodos provocada por la luz y la presencia del efecto fotovoltaico que implica una transformación parcial de la energía luminosa en energía eléctrica.

Para que ocurra el efecto fotoeléctrico descubierto por Heinrich Hertz en 1887 (Que Einstein desarrolló en su famoso trabajo de 1.905 que le valió el Nóbel de Física de 1.923), se observa la liberación de los electrones de enlaces de átomos y moléculas de la sustancia bajo acción de la luz: visible, infrarroja y ultravioleta; en sus experimentos halla un arco que se forma entre dos electrodos conectados a alta tensión alcanzando distancias mayores cuando se ilumina con luz ultravioleta que cuando se deja en la oscuridad.

Se caracteriza por:

Placa A cuando el trabajo del campo eléctrico eV0, que frena a los electrones, se hace igual a su energía cinética inicial (la energía cinética máxima) Ec,máx= (mυ2)/2.

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La teoría clásica electromagnética no era capaz de explicar el efecto fotoeléctrico. Fue Einstein (1905) quien propuso la teoría corpuscular de la luz. Es decir, la luz está formada por partículas, llamadas fotones, cuya energía de cada fotón es

De esta manera, los electrones al estar ligados al metal con cierta energía  (función trabajo), podrán ser liberados siempre y cuando la energía del fotón incidente sea mayor que la función trabajo.

Einstein consiguió el Nobel de física por este descubrimiento

El experimento consiste en colocar una placa metálica en un recipiente de vidrio al cual que se ha realizado un vacío, existe otra placa que hace de colectar de partículas cargadas. Al hacer incidir un haz monocromático de radiación electromagnética se produce un desprendimiento de electrones de ella. Si se presenta una diferencia de potencial positivo entre el colector y la placa los electrones serán acelerados hacia él y se registrará una corriente: fotocorriente; sin embargo si se aplica un potencial negativo al colector, los fotoelectrones serán repelidos y llegarán solamente los que alcancen una energía mayor que el potencial.

La energía mínima necesaria para arrancar un electrón (trabajo de extracción) de una lámina de plata es 7,52 10-19 J.

Es así que  es la energía mínima necesaria para que un electrón escape del metal.

El electrón absorbe una energía E (energía cinética del electrón emitida).

La energía de un fotón se obtiene:

h = constante de Planck 

v = frecuencia de la radiación electromagnética

El trabajo daría para mucho más pero, como simple referencia, aquí lo dejamos.

emilio silvera