Sep
15
El Tiempo que transcurre inexorable
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Tiempo pasa...¿O somos nosotros? ~ Comments (6)
En la tumba de David Hilbert (1862-1943), en el cementerio de Gotinga (Alemania), dice:
“Debemos saber. Sabremos”.
Tenemos que ir borrando algunos signos de interrogación, y, aunque aparezcan otros nuevos, el avance será real acumulanhdo conocimientos que nos lleven (algún día lejano) a poder viajar a las estrellas.
Estoy totalmente de acuerdo con ello. El ser humano está dotado de un resorte interior, algo en su mente que llamamos curiosidad y que nos empuja (sin que en muchas ocasiones pensemos en el enorme esfuerzo y en el alto precio que pagamos) a buscar respuestas, a querer saber el por qué de las cosas, a saber por qué la naturaleza se comporta de una u otra manera y, sobre todo, siempre nos llamó la atención aquellos problemas que nos llevan a buscar nuestro origen en el origen mismo del universo y, como nuestra ambición de saber no tiene límites, antes de saber de dónde venimos, ya nos estamos preguntando hacia dónde vamos. Nuestra osadía no tiene barreras y, desde luego, nuestro pensamiento tampoco las tiene, gracias a lo cual, estamos en un estadio de conocimiento que a principios del siglo XXI, se podría calificar de bastante aceptable para dar el salto hacia objetivos más valiosos.
Es mucho lo que hemos avanzado en los últimos ciento cincuenta años. El adelanto en todos los campos del saber es enorme. Las matemáticas, la física, la astronomía, la química, la biología genética, y otras muchas disciplinas científicas que, en el último siglo, han dado un cambio radical a nuestras vidas.
El crecimiento es exponencial; cuanto más sabemos más rápidamente avanzamos. Compramos ordenadores, teléfonos móviles, telescopios y microscopios electrónicos y cualesquiera otros ingenios e instrumentos que, a los pocos meses, se han quedado anticuados, otros nuevos ingenios mucho más avanzados y más pequeños y con muchas más prestaciones vienen a destituirlos.
¿Hasta dónde podremos llegar?
Con el tiempo suficiente por delante… no tenemos límite. Todo lo que la mente humana pueda idear… podrá hacerlo realidad. A excepción, claro está, de las imposibilidades físicas que, en este momento, no tenemos la capacidad intelectual para enumerar. La verdad es que nuestra especie es inmortal. Sí, lo sé, a nivel individual morimos pero…, debemos tener un horizonte más amplio y evaluar una realidad más global y, sobre todo, a más largo plazo. Todos dejamos aquí nuestro granito de arena, lo que conseguimos no se pierde y nuestras antorchas son tomadas por aquellos que nos siguen para continuar el trabajo emprendido, ampliar los conocimientos, perfeccionar nuestros logros y pasar a la fase siguiente.
Este es un punto de vista que nos hace inmortales e invencibles, nada podrá parar el avance de nuestra especie, a excepción de nuestra especie misma.
Ninguna duda podemos albergar sobre el hecho irrefutable de que venimos de las estrellas* y de que nuestro destino, también está en las estrellas**.
La humanidad necesita más energía para continuar avanzando. Los recursos naturales fósiles, como el petróleo, el gas o el carbón, son cada vez más escasos y difíciles de conseguir. Se ha llegado a un punto en el que se deben conseguir otras energías.
Dentro de unos treinta años estaremos en el camino correcto. La energía de fusión sería una realidad que estará en plena expansión de un comenzar floreciente. Sin residuos nocivos peligrosos como las radiaciones de la fisión nuclear, la fusión nos dará energía limpia y barata en base a una materia prima muy abundante en el planeta Tierra.
Nuestro Sol fusiona hidrogeno en helio a razón de 4.654.000 toneladas por segundo. De esta enorme cantidad de hidrógeno, 4.650.000 toneladas se convierten en helio. Las 4.000 toneladas restantes son lanzadas al espacio en forma de luz y calor, energía termonuclear de la que, una parte, llega al planeta Tierra y hace posible la vida.
Resulta pues que el combustible nuclear de las estrellas es el hidrógeno que mediante su fusión hace posible que genere tal enormidad de energía. Así lleva el Sol unos 4.500 millones de años y se espera que al menos durante un período similar nos esté regalando su luz y su calor.
Pero ¿tenemos hidrógeno en el planeta Tierra para tal empresa de fusión nuclear?
La verdad es que sí. La fuente de suministro de hidrógeno con la que podemos contar es prácticamente inagotable…
¡El agua de los mares y de los océanos!
Todos sabemos que el hidrógeno es el elemento más ligero y abundante del universo. Está presente en el agua y en todos los compuestos orgánicos. Químicamente, el hidrógeno reacciona con la mayoría de los elementos. Fue descubierto por Henry Cavendisch en 1.776. El hidrógeno se utiliza en muchos procesos industriales, como la reducción de óxidos minerales, el refinado del petróleo, la producción de hidrocarburos a partir de carbón y la hidrogenación de los aceites vegetales y, actualmente, es un candidato muy firme para su uso potencial en la economía de los combustibles de hidrógeno en la que se usan fuentes primarias distintas a las energías derivadas de combustibles fósiles (por ejemplo, energía nuclear, solar o geotérmica) para producir electricidad, que se emplea en la electrólisis del agua. El hidrógeno formado se almacena como hidrógeno líquido o como hidruros de metal.
Bueno, tantas explicaciones sólo tienen como objeto hacer notar la enorme importancia del hidrógeno. Es la materia prima del universo, sin él no habría estrellas, no existiría el agua y, lógicamente, tampoco nosotros podríamos estar aquí sin ese preciado elemento.
Cuando dos moléculas de hidrógeno se junta con una de oxígeno (H2O), tenemos el preciado líquido que llamamos agua y sin el cual la vida no sería posible.
Así las cosas, parece lógico pensar que conforme a todo lo antes dicho, los seres humanos deberán fijarse en los procesos naturales (en este caso el Sol y su producción de energía) y, teniendo como tiene a su disposición la materia prima (el hidrógeno de los océanos), procurar investigar y construir las máquinas que sean necesarias para conseguir la fusión, la energía del Sol.
Esa empresa está ya en marcha y, como he dicho al principio de este comentario, posiblemente en unos treinta años sería una realidad que nos dará nuevas perspectivas para continuar el imparable avance en el que estamos inmersos.
Pero no me gustaría cerrar este comentario sobre la fusión sin contestar a una importante pregunta…
¿Y por qué la fusión?
Porque tiene una serie de ventajas muy significativas en seguridad, funcionamiento, medio ambiente, facilidad en conseguir su materia prima, ausencia de residuos peligrosos, posibilidad de reciclar los escasos residuos que genere, etc.
Esquema de un reactor nuclear de fusión tipo tokamak, como ITER
- Los recursos combustibles básicos (deuterio y litio) para la fusión son abundantes y fáciles de obtener.
- Los residuos son de helio, no radiactivos.
- El combustible intermedio, tritio, se produce del litio.
- Las centrales eléctricas de fusión no estarán expuestas a peligrosos accidentes como las centrales nucleares de fisión.
- Con una elección adecuada de los materiales para el propio dispositivo de fusión, sus residuos no serán ninguna carga para las generaciones futuras.
- La fuente de energía de fusión es sostenible, inagotable e independiente de las condiciones climáticas.
Para producir la energía de fusión sólo tenemos que copiar lo que hace el Sol. Tenemos que hacer chocar átomos ligeros de hidrógeno para que se fusionen entre sí a una temperatura de 15 millones de grados Celsius, lo que, en condiciones de altas presiones (como ocurre en el núcleo del Sol) produce enormes energías según la formula E = mc2 que nos legó Einstein demostrando la igualdad de la masa y la energía.
Ese estado de la materia que se consigue a tan altas temperaturas, es el plasma, y sólo en ese estado se puede conseguir la fusión.
Aunque en Europa la aventura ya ha comenzado, y para ello se han unido los esfuerzos económicos de varias naciones, la empresa de dominar la fusión no es nada fácil, pero…, démosle…
Siempre será la Naturaleza la que nos indique el camino a seguir. En las estrellas se “fabrican” los elementos mediante la fusión nuclear, los elementos sencillos se han cada vez más complejos a medida que avanza el proceso y, finalmente, son las explosiones supernovas las que nos traen los elementos más complejos como el Uranio, el nº 92 de la Tabla Periódica.
¡TIEMPO!
Sí, es el tiempo el factor que juega a nuestro favor para conseguir nuestros logros más difíciles, para poder responder preguntas de las que hoy no tenemos respuesta, y es precisamente la sabiduría que adquirimos con el paso del tiempo la que nos posibilita para hacer nuevas preguntas, más profundas que las anteriores y que antes, por ignorancia, no podríamos hacer. Cada nuevo conocimiento nos abre una puerta que nos invita a entrar en una nueva región donde encontramos otras puertas cerradas que tendremos que abrir para continuar nuestro camino. Sin embargo, hasta ahora, con el “tiempo” suficiente para ello, hemos podido franquearlas hasta llegar al momento presente en el que estamos ante puertas cerradas con letreros en los que se puede leer: fusión, teoría M, viajes espaciales tripulados, nuevas formas de materia, el gravitón, la partícula de Higgs, las ondas de energía de los agujeros negros, hiperespacio, otros universos, materia oscura, y otras dimensiones.
Siempre estaremos delante de puertas cerradas
Todas esas puertas y muchas más nos quedan por abrir. Además, tenemos ante nuestras narices puertas cerradas que llevan puesto el nombre de: genética, nanotecnología, nuevos fármacos, alargamiento de la vida media, y muchas más en otras ramas de la ciencia y del saber humano.
Aunque es mucho lo que se ha especulado sobre el tema, en realidad, el tiempo sólo transcurre (que sepamos) en una dirección, hacia delante. Nunca ha ocurrido que unos hechos, que unos sucesos, se pudieran borrar, ya que para ello habría que volver en el tiempo anterior al suceso para evitar que sucedieran. Está claro que en nuestro universo, el tiempo sólo transcurre hacia lo que llamamos futuro.
Siempre encontramos las huellas del paso del tiempo, aparecen sutiles efectos que delata el sentido del paso del tiempo, aunque es algo que no se puede ver ni tocar, su paso se deja sentir, lo nuevo lo va convirtiendo en viejo, con su transcurrir, las cosas cambian. La misma Tierra, debido a las fuerzas de marea, con el paso del tiempo va disminuyendo muy lentamente su rotación alrededor de su eje (el día se alarga) y la distancia media entre la Tierra y la Luna crece. El movimiento de un péndulo, con el tiempo disminuye lentamente en su amplitud por las fuerzas de rozamiento. Siempre está presente ese fino efecto delator del sentido del paso del tiempo que va creando entropía destructora de los sistemas que ven desaparecer su energía y cómo el caos lo invade todo.
Nos podríamos hacer tantas preguntas sobre las múltiples vertientes en que se ramifica el tiempo que, seguramente, este libro sería insuficiente para poder contestarlas todas (de muchas no sabríamos la respuesta).
El Tiempo pasa, o, ¿En realidad pasamos nosotros?
- ¿Por qué consideramos que el tiempo rige nuestras vidas?
- ¿Cómo explicarías “qué es el tiempo”?
- ¿Por qué unas veces te parece que el tiempo “pasa rápido” y otras veces “muy lento”?
- ¿Crees que el tiempo estaba antes del Big Bang? ¿Por qué?
- ¿En algún momento se acabará el tiempo?
- ¿Cómo el ser humano “fue consciente” de la existencia del tiempo?
- ¿Qué cosa es el tiempo?
- ¿Por qué no lo vemos ni tocamos pero notamos sus efectos?
- ¿Por qué la velocidad relativista puede frenar el transcurrir del tiempo?
En realidad, si nos detenemos a pensar detenidamente y en profundidad en el entorno en que nos encontramos, una colonia de seres insignificantes, pobladores de un insignificante planeta, de un sistema solar dependiente de una estrella mediana, amarilla, del tipo G-2, nada especial y situada en un extremo de un brazo espiral, en la periferia (los suburbios del Sistema Solar) de una de entre miles de millones de galaxias… si pensamos en esa inmensidad, entonces caeremos en la cuenta de que no somos tan importantes, y el tiempo que se nos permite estar aquí es un auténtico regalo. Ese tiempo, corto espacio de tiempo en relación al tiempo cosmológico, es por cierto un espacio suficiente para nacer, crecer, aprender, dejar huella de nuestro paso por este mundo a través de nuestros hijos y a veces (si somos elegidos) por nuestro trabajo, tendremos la oportunidad (casi siempre breve) de ser felices y muchas oportunidades para el sacrificio y el sufrimiento, y así irán pasando nuestras vidas para dejar paso a otras que, al igual que nosotros, continuaran el camino iniciado en aquellas cuevas remotas del pasado, cuando huyendo del frío y de los animales salvajes, nos refugiábamos en las montañas buscando cobijo y calor.
* El material de que estamos hechos se formó hace miles de millones de años en estrellas lejanas que explotaron en supernovas y dejaron el espacio regado de la materia que somos.
** El final del Sol, dentro de 4.000 millones de años, nos obligará a que antes tengamos que emigrar a otros mundos lejanos.
emilio silvera
el 15 de septiembre del 2019 a las 8:34
Èl Tiempo transcurre inexorable! Dicen que el Tiempo nació con el Big Bang, es como un hermano gemelo qye llegaron con otro de nombre Entropía. Así el Espacio-Tiempo no deja de expandirse, el Tiempo camina imparable siempre hacia adelante, y, la Entropía, hace que todas las cosas inertes o vivas, se deterioren a medida que el Tiempo transcurre.
Desde siempre, la idea del “Tiempo” me ha fascinado: No lo podemos ver ni tocar, es algo inmaterial que, sin embargo, incide de manera muy visible en todo lo material que existe, su paso hace que lo nuevo se convierta en viejo. El Tiempo es algo misterioso, nunca pudimos llegar a saber, lo que en realidad es.
No pocos de los grandes pensadores que han sido, quisieron profundizar en este secreto de la Naturaleza que está ahí desde siempre y que, también desde siempre ha querido ocultarnos su verdadera cara, esconde secretos que no hemos sabido desvelar, y, como buenos humanos imaginativos que somos, para nuestro buen gobierno, lo convertimos en unidades microscópicas y macroscópicas para entendernos: nanosegundos y milenios.
La mejor división que hicimos del Tiempo está en esos apartados que llamamos PASADO – PRESENTE – FUTURO.
El pasado lo dejamos para el Tiempo que se fue, para recordar, el Tiempo que guarda los hechos históricos y los acontecimientos más destacados de nuestro pasar por este mundo. Es un Tiempo que nunca podrá volver y al que nunca podremos ir.
El Presente (la palabra lo dice), es un Regalo, es el Tiempo dinámico, el Tiempo que se nos dá para vivirlo y mientras que transcurre, tenemos que lograr nuestros fines. Todo lo que no hagamos en el Tiempo Presente, no existirá, nunca lo podremos realizar. Estamos confinados a vivir en el Tiempo Presente habiendo recorrido el Pasado que recordamos, nunca podremos estar en otro Tiempo que no sea el Presente.
El Futuro es el Tiempo por venir, el que no existe, el que vendrá cuando ya no estemos aquí, es el Tiempo de otros que detrás de nosotros vendrán, y, para ellos, tampoco será futuro… ¡Será su Presente! El Futuro es igual que el Horizonte que vemos cuando navegamos en un velero, nos dirigimos a el y nunca lo alcanzamos,m parece que se aleja al mismo tiempo que nos acercamos.
Y, mientras físicamente sentimos su transcurrir (no tenemos la misma energía con 20 años que con 60), nos damos cuenta de que, su “hermana” la Entropía, no ha dejado de acompañarlo para realizar su trabajo. Claro que, una vez que nos pasamos a pensar detenida y profundamente, llegamos a la conclusión de que, sin la muerte… ¡No sería posible la Vida! Es un ciclo irreversible que está presente en muchos lugares y que afecta a los seres vivos de manera directa, aunque, eso sí, también las estrellas siguen ese comienzo y ese4 final.
Cuando “muere una estrella” a partir de sus residuos, pasados millones de años, vuelven a nacer estrellas nuevas, mundos nuevos y… ¿Por qué no? Vida nueva.
el 15 de septiembre del 2019 a las 15:14
En lo que sigue hablo de manera general y sin personalizar en ningun caso:ok
“No hay nada más nocivo, que unos lumbreras adoctrinados, su único catecismo lo que ellos enseñan, ya que no hay progreso sin riesgo.”
el 15 de septiembre del 2019 a las 15:47
¿Que es un segundo? Todo aquello que hace el universo en el mismo, osea una unidad de transferencia energetica, o migracion de la misma.
¿Que lo sustenta? La impetuosidad a regañadientes.
el 16 de septiembre del 2019 a las 4:04
Cuando le preguntaron al viejo profesor de física: ¿Por qué se ralentiza el Tiempo si se viaja a la velocidad de c?
El buen hombre contestó: “El por qué pasa así nadie lo saber pero, eso es lo que ocurre. Los experimentos dan ese resultado, y, aunque parezca que los resultados se salen de lo común, así son las cosas.
Así que, en realidad, no parece que nadie pueda explicar el por qué el reloj que se quedó en Tierra marque una hora normal y el viajero la marque mucho más lenta.
Amigo mío, nos podrá parecer algo raro todo esto pero… ¡Así es como ocurren las cosas!
el 17 de septiembre del 2019 a las 20:16
https://www.xlsemanal.com/firmas/20190916/delirios-cientificos-juan-manuel-prada.html
el 18 de septiembre del 2019 a las 4:34
El conocido escritor Juan Manuel De Prada, nos deleita con una larga y simpática caricatura de lo que (algunas veces) parece ser la Ciencia que, por ventura, es mucho más que todo eso. Sin embargo, no le podemos negar algo de verdad en lo que nos cuenta sobre algunos hechos y personajes que, a veces, pierden la noción de la realidad y se introducen en teorías irrealizables y quiméricas.
De todas las maneras, tenemos que admitir que, no pocos de e4sos pensadores “locos” con sus ideas descabelladas, señalaron el camino de lo que más tarde, sería el método científico. Ahí tenemos a Empédocles que nos decía que todo lo que existe estaba hecho de Agua, fuego, Aire y tierra que, mezclados en la debida proporción conformaban todas las cosas. También Demócrito de Abdera, en tiempos remotos, nos habló del átomo, la unidad más pequeña, invisible e indivisible de la materia… Los alquimistas fueron los precursores de la Química…
Creo que no debemos despreciar ninguna idea por descabellada que nos pueda parecer, al menos, hasta comprobarla.
Un saludo.