Sep
21
El Alma Inmortal
por Emilio Silvera ~ Clasificado en ¿Alma inmortal? ~ Comments (5)
El insigne apóstol del Espiritualismo que fue León Denis, ha dejado como herencia a la humanidad pensamientos llenos de sabiduría en el vasto campo de la vida espiritual, para bien explicarnos, qué somos, de donde venimos y hacia donde vamos los seres humanos que poblamos este planeta.
El problema está en que formamos parte del secreto que tratamos de desvelar
Nos dice Denis, que el Estudio del Universo nos conduce al estudio del alma, a la indagación del principio que nos anima y dirige nuestros actos.
La Fisiología nos enseña que las diferentes partes del cuerpo humano se renuevan en un período de algunos años. Bajo la acción de dos grandes corrientes vitales, se produce un cambio perpetuo de moléculas en nosotros; las que desaparecen del organismo son sustituidas una a una por otras que provienen de la alimentación. Desde las sustancias blandas del cerebro hasta las partes más duras de la armadura ósea, todo nuestro ser físico se halla sometido a continuos cambios. Nuestro cuerpo se deshace y se reforma muchas veces durante la vida, sin embargo, a pesar de las modificaciones constantes, a través de las transformaciones del cuerpo material, continuamos siendo las mismas personas. La materia de nuestro cerebro puede renovarse, pero nuestro pensamiento subsiste, y, con él, nuestra memoria., el recuerdo de un pasado del que nuestro cuerpo actual no participó. Hay, pues, en nosotros un principio distinto de la materia, una fuerza indivisible que persiste y se mantiene en medio de esos perpetuos cambios.
Sabemos que la materia no puede por sí misma organizarse, y producir la vida. Desprovista de unidad, se disgrega y se divide hasta lo infinito. En nosotros, por el contrario, todas las facultades, todas las abarca, las une, las ilumina; y esta unidad es la conciencia, la personalidad, el yo; en una palabra: el alma.
El alma es el principio de la vida, la causa de la sensación; es la fuerza invisible e indisoluble que rige nuestro organismo y mantiene el acuerdo entre todas las partes de nuestro ser. Las facultades del alma no tienen nada de común con la materia. La inteligencia, la razón, el juicio, la voluntad no podrían ser confundidos con la sangre de nuestras venas o con la carne de nuestros músculos. Lo mismo ocurre con la conciencia, con ese privilegio con que hemos de pesar y discernir el bien del mal. Ese lenguaje íntimo que se dirige a todo hombre, al más humilde como al más elevado, esa voz cuyos murmullos pueden turbar el esplendor de las mayores glorias, que no tiene nada de material.
Unas corrientes opuestas se agitan en nosotros. Los apetitos, los deseos pasionales tropiezan contra la razón y el sentimiento del deber. Ahora bien, si nosotros no fuésemos más que materia, no reconoceríamos esas luchas, esos combates; nos dejaríamos llevar sin pesar, sin remordimiento, por nuestras tendencias naturales. Por el contrario, nuestra voluntad se halla frecuentemente en un conflicto, respecto de nuestros instintos. Por ella, podemos escapar de la influencia de la materia, dominarla y hacer de ella un dócil instrumento.
Así, pues, débil o poderoso, ignorante o esclarecido, un espíritu vive en nosotros y rige este cuerpo que, bajo su dirección, no es más que un servidor, un simple instrumento. Este espíritu es libre y perfectible, y, por consiguiente, responsable. Cuanto más grande y noble es el ideal más sutíl y gloriosas son las obras que inspira. ¡Dichosa el alma a la que un noble entusiasmo sustenta en su marcha: amor a la verdad, a la justicia, a la patria, a la humanidad!.. Dicen que el Alma está con nosotros pero… ¿Dónde está?
Ideas de León Denis recopiladas por Dante Pracilio.
el 21 de septiembre del 2019 a las 7:40
Está claro que dentro de nosotros existe “un algo” superior, un Ente que trasciende a lo material pero, también está claro que proviene de la misma materia que en forma de neuronas puebla nuestro cerebro, el centro neurálgico en el que se cuecen todas las ideas, pensamientos y sentimientos.
El Alma es un gran invento. Los del Clero se dieron cuenta que el cuerpo mortal a los pocos días de morir se llenaba de gusanos y eso, a la vista de todo, no les daba la opción de prometer su salvación. Así que se inventaron el Alma que prometían salvar a cambio de buenas dádivas.
¡Salvar el Alma inmortal!
En nosotros lo más parecido a la inmortalidad son las ideas que, de ser significativas y de una gran importancia TRASCIENDE AL TIEMPO, se recuerdan milenios después de que nos hayamos ido. Lo más parecido al “Alma” que convive con nosotros, es nuestra Mente. Sin embargo, tampoco ésta puede ser salvada por nadie. En nuestro Universo todo tiene un principio y un final, nada permanece, nada es eterno, todo se renueva y cambia, lo que hoy es, mañana no será. El Alma tampoco perdura más allá de los tiempos.
el 21 de septiembre del 2019 a las 8:40
Una transcendencia material.
En condiciones propicias habrá “sujetos” tan materiales como lo somos ahora, pero en tiempos distintos.
Dejar de ser tras el presente, que para nosotros es único, no significa que esos otros “clones” desaparezcan.
¿Pero como trasladarse a uno de esos otros?. No será preciso. Ya estamos en esos otros, pero somos unívocos. No podemos vivir en la incongruencia de de ser más de uno a la vez.
Pero pese a todo son estos pensamientos pequeños. Por contra hay quien se empeña en negar transcendencia de ningún tipo, como si lo maravilloso del ser fuera una patraña.
Pues está claro, mi vida se da en mí. Yo no puedo vivir como si fuera mi hermano mi padre o mi madre o un amigo. Pues en nuestro universo somos únicos no cambiantes como seres. Cosa distinta será allá en otros universos de procedencia común, tan aproximados entre sí que sus resultados solo pueden ser aproximados.
Otra cosa, que la alguien la aclare. Que tajo hay.
el 22 de septiembre del 2019 a las 5:18
Lo que está claro para mí es que hay más de lo que podemos ver. Cuando en nuestra ignorancia “intuitiva” estamos presintiendo más allá de lo que podemos comprender, sin saberlo, nos introducimos en ese campo que va más alla de la filosofía, es decir, la metafísica. Nuestras mentes han evolucionado junto al Espaciotiempo y a todo el Universo, es una componente más de lo mucho que existe, quizás, la parte más compleja, algo increíble que surgió a partir de la materia “inerte” y evolucionó hasta los pensamientos.
Quizás en otros Universos, seres que surgieron de manera parecida a la nuestra y que lleven algunos millones de años de adelanto sobre nosotros, estén en otro estadio de comprensión, o, incluso, hayan evolucionado hasta un plano inmaterial, allí donde todo es luz y no se necesita más “herramientas” que el propio entendimiento de todas las cosas.
¡Qué sabemos nosotros! Al fin y al cabo… ¡Pobres mortales!
el 22 de septiembre del 2019 a las 11:36
Desde luego que ya somos seres de luz. Pero más “apelmazada” que en el futuro, cuando la expansión todo lo vaya diluyendo, o al menos gran parte.
En mi opinión toda la materia se compone en primera instancia de fotones y electrones. Un cuark como onda partícula puede asimilarse como electromagnética, semejante al fotón, si bien distinto en cuanto a sus dimensiones. El electrón tal vez sea el paso siguiente, y a partir de ellos solo variarán en cantidades de composición y por tanto presentaran propiedades distintas.
Qué ocurrirá después cuando todo se volatilice en el mínimo de luz, y cuáles serán sus propiedades.
Y es que todo iría de lo uno a lo múltiple y al contrario según la fuerzas fundamentales, que la propia materia engendra.
Una de mis hipótesis es esa, junto a la aparición de inmensos agujeros negro como la otra cara de esa moneda
el 22 de septiembre del 2019 a las 19:50
Amigo mío, si te paras un momento y escuchas tus propios pensamientos, verás que, la imaginación es un “arma” muy poderosa y nos puede llevar por caminos inimaginables. Con los datos que tenemos de cómo se conforma la materia y de cómo, en esas pequeñas estructuras que llamamos átomos y se juntan para formar moléculas y éstas hacen lo mismo para construir cuerpos y sustancias, y, todo ello, en presencia de fuerzas fundamentales que rigen todo el Universo del que formamos parte.
Está claro que es un “milagro” en sí mismo el hecho extraordinario de que estemos aquí seres inteligentes que pueden hablar de cuestiones complejas e incluso conjeturar sobre lo que podría ser, y, lo curioso del caso es que, a veces, hasta podemos acertar.
De todas las maneras creo que algún día sabremos (de verdad) lo que es la luz.