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Alguien dijo hace mucho tiempo: “Todo es número”

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El saber del mundo    ~    Comentarios Comments (11)

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Ricard Jiménez

“YO SOY EGIPTO”

¿Conocieron los antiguos constructores los secretos del Universo?

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¿Conocían los antiguos egipcios hace miles de años la que hoy día se conoce como la fórmula más bella del Universo? Si esto fuera cierto representaría que los antiguos constructores debieron entender el Universo de forma geométrica, como (de hecho) apuntan todas las evidencias. Y es que la fórmula de Euler es pura geometría, y, como tal, representa el lenguaje más perfecto en que puede expresarse el Universo: el lenguaje numérico.

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Déjame explicarte la ecuación de Euler en términos coloquiales para que entiendas como convergen todos los conceptos, como podemos conciliar el antiguo conocimiento con nuestra forma, radicalmente opuesta, de pensar. Para ello utilizaré un razonamiento previo que considero irrefutable, ya que se basa en la más pura lógica. Y después haremos arqueología matemática.

Una conjetura no es más que una afirmación que aún no hemos podido refutar, que no sabemos si es o no cierta. En su versión opuesta una conjetura también es una afirmación, para la que tampoco nunca hemos podido demostrar que no sea cierta. De hecho todas las evidencias en las más importantes conjeturas matemáticas, después de millones o billones de intentos o experimentos, nos hacen pensar que éstas son ciertas, pero que aún no hemos encontrado la manera de demostrarlo inequívocamente.

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Todas las conjeturas que tenemos hoy día, al menos en el campo que denominamos “Teoría de Números” indican que los números siguen en su composición algún tipo de patrón organizado, que…, de alguna manera, parecen comunicarse entre ellos. La más famosa de todas, la Conjetura de Riemann establece, por ejemplo, que los números primos siguen un criterio de densidad en su comportamiento. Si esto fuera cierto denotaría que los números tendrían de forma subyacente un criterio inteligente que dictaminaría su distribución. Si todas ellas fueran correctas implicaría que los números, de forma independiente, tienen un criterio subyacente que es totalmente independiente de la manera en que nos refiramos a él. En otras palabras, dicho patrón sería incluso independiente de las matemáticas, una especie de código fuente que es intemporal o, en otras palabras, que siempre ha sido y será.

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Todo en el Universo… ‘Son números!

Aunque suene antiguo decirlo, si todas esas conjeturas fueran ciertas, querría decir como pensaron los antiguos que los números son el Universo, pues siempre y en todo momento siguen un patrón organizado de comportamiento que es independiente incluso del espacio y del tiempo. Un patrón intemporal que siempre ha sido y será, y que siempre se cumplirá incluso en los extremos de nuestro Universo.

Por lo tanto si los números son intemporales e independientes de las matemáticas, podemos incluso prescindir de ellas y admirar la belleza conceptual (y visual) de la más pura identidad. Esta es la idea subyacente en este razonamiento.

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La ecuación de Euler se considera (con permiso de Pitágoras) como la ecuación más bella de las matemáticas, sin ninguna duda. Keith Devlin se refirió a ella en los siguientes términos: “ Como un soneto de Shakespeare que capta la esencia del amor o un cuadro que saca a relucir la belleza de la forma, que es mucho más profundo que solo la piel, la ecuación de Euler llega a lo más profundo de la existencia”.

La ecuación de Euler “vive” en muchos mundos, es “algo” que trasciende al lenguaje matemático. Vamos a tratar de entender la ecuación de Euler desde su perspectiva más trascendente, desde una perspectiva más humana, para llegar a comprobar finalmente que la ecuación de Euler es capaz de conectar incluso nuestras conciencias, dando sentido a la existencia de un patrón espacio-temporal que nos dirá claramente que nunca podremos determinar lo que es o no real. Y es que este patrón es incluso capaz de determinar nuestra forma de pensar. Realmente se trata de una especie de “código fuente” universal.

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Lo primero que hay que decir al respecto es que la ecuación de Euler no es una ecuación normal. En contra de las creencias no se trata de una fórmula ni de un teorema matemático. Todas estas ideas hacen referencia a la existencia de un criterio humano y racional, es decir algo que es consecuencia de nuestra forma de pensar. La ecuación de Euler va más allá, porque es independiente de todos nuestros criterios. Dicha ecuación es una identidad numérica que podemos calificar de universal e intemporal. Tan sólo necesitamos números (aunque sean irracionales) para describirla, no utiliza ninguna variable, ninguna x arbitraría, tan sólo utiliza números universales.

En cualquier unidad siempre podremos inscribir, por ejemplo, la divina proporción, pues este valor es totalmente independiente de cualquier unidad de medida, el gran hándicap de la física. Toda distancia unitaria puede ser siempre dividida entre la media y la extrema razón. La divina proporción hace referencia a un tipo de equilibrio matemático, pero que también podemos observar en el mundo real, en la propia naturaleza. A esta relación hicieron referencia los antiguos egipcios con el símbolo de la balanza, o… inscribiendo sus medidas en las pirámides de Egipto. Bajo este punto de vista unificado también podemos comparar a esta ecuación, incluso, con nuestra propia evolución. Es decir… ¿Conoció otra civilización anterior este patrón? Esta es la idea subyacente, establecer que la identidad de Euler se puede entender de muchas formas diferentes, porque es independiente incluso del lenguaje.

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Las matemáticas reflejan conceptos, ideas mentales, ideas abstractas que tienen lugar en un espacio mental e imaginario. En este contexto el simbolismo es necesario, para mecanizar de forma más eficiente el lenguaje que empleamos. La geometría también puede ser vista como un lenguaje conceptual e imaginario. La geometría es la parte más sensitiva, la más directa de todas las ramas matemáticas y, como tal, constituye un efectivo lenguaje visual.

Los símbolos matemáticos, como sabemos, son creaciones humanas, sin embargo en algunos casos incluso su simbolismo es independiente de las matemáticas, constituyen un lenguaje por sí mismo. Se trata del lenguaje áureo, un lenguaje propio que tienen estos valores sagrados e irracionales que aparecen en la identidad de Euler.

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Keith Devlin nos decía que la ecuación de Euler es como un soneto de Shakespeare. Y debe de ser correcto, sobre todo si hacemos referencia al más famoso de todos ellos: “Ser o no ser, esa es la cuestión”. A lo que añadiríamos que, en efecto, esto es correcto, sólo que incompleto, porque ser o no ser también puede ser la solución. De esta forma podríamos compatibilizar la causa con el efecto o, en otros términos, comprobar cómo el “Todo” siempre está contenido en la parte. En términos totalmente opuestos, sería algo así como admitir que los últimos serán los primeros.

Ser o no ser expresa la existencia de dos formas diferentes de entender la realidad, en esencia expresa la dualidad, la necesaria presencia de dos conceptos opuestos entre ellos. Es como si nos dijera que la existencia del mundo físico y real que podemos observar necesitara de la existencia de un mundo opuesto, un mundo material que podemos simbolizar matemáticamente y, por lo tanto, que es meramente conceptual. En otras palabras, que las ideas matemáticas pueblan el mundo del alma, como decía Platón.

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La ecuación de Euler puede ser vista desde diferentes simbolismos, por lo que también es independiente incluso del simbolismo propiamente matemático. Así pues, libera tu mente, observa la Identidad de Euler de forma diferente. No la veas de forma lineal, como si de un simple teorema se tratará, vamos a ver cómo la ecuación de Euler es una ecuación multi-dimensional, la llave que abre la puerta a dimensiones diferentes, el patrón que impone un orden al ritmo de lo infinito y lo irracional. Una eterna verdad que nos dice claramente que todo está conectado como si fuera una unidad, nos dice cómo se conecta el mundo irracional y arbitrario con nuestra idea de un mundo determinado.

La esencia del problema de conectar dimensiones diferentes la Ecuación de Euler lo resuelve de una forma elegante e impecable y, a su vez, imposible de modificar, pues tan sólo se basa en la probabilidad. La ecuación de Euler nos dice que hay que apelar siempre a la regla universal: la dualidad que los opuestos representan. Piensa, por ejemplo, que un cuadro, como al que hacía referencia Devlin y la realidad sólo son dos concepciones diferentes de una misma existencia, que el cuadro no es más que el reflejo en el mundo inmaterial de las ideas, una especie de holograma, un reflejo de lo que vemos en el mundo “real”.

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Los únicos valores en el infinito matemático que cumplen siempre la regla de la dualidad son los valores áureos o sagrados. Son los únicos que tienen la capacidad de moverse entre dos planos diferentes de la realidad: el plano real y el plano irracional o imaginario. Podemos decir nuevamente que sus formas siempre han sido y serán. Pongamos un ejemplo para cada uno de ellos para entenderlo mejor.

La divina proporción es el único valor matemático, cuyo valor (precisamente) coincide con el valor que representa su inversa. Realmente toda una incoherencia. Las matemáticas ocultan esta coincidencia, no le dan relevancia y relegan a una de las soluciones al plano de lo inexistente. Tan sólo la divina proporción, por tanto, es capaz de situarse a medio camino, realmente de forma equilibrada, entre el plano de lo que es real matemáticamente hablando y el plano opuesto, o el plano del (aparentemente) inexistente mundo imaginario. La divina proporción representa con exquisita perfección el concepto subyacente al número i, o número imaginario, la posibilidad de ser capaz de situarse en dos planos diferentes de la realidad.

Con pi pasa exactamente lo mismo. Pi es el único valor en el infinito matemático que puede dar lugar a la esfera tridimensional, una construcción matemática que situamos en una cuarta dimensión imaginaria.

Ricard Jiménez


  1. bestusbingo.com, el 19 de junio del 2015 a las 9:42

    bestusbingo.com…

    Alguien dijo hace mucho tiempo: “Todo es número” : Blog de Emilio Silvera V….

 

  1. 1
    Emilio Silvera
    el 11 de junio del 2015 a las 5:21

    Nuestro amigo Ricard, amable como siempre, nos envía un enlace sobre este trabajo que, por su interés, creo aconsejable compartir con todos ustedes que, como me ha pasado a mí, sacarán sus consecuencias y, desdee luego, una cosa es innegable, después de leerlo, sabremos más, lo que en estos tiempos, no es poca cosa.

    Gracias amigo Ricard por compartir tan amablemente y de manera tan altruista. Eres un gran divulgador.

    Saludos cordiales.

     

    PD,

    Al final de los comentarios de emilio josé, dejé una nota que, al no salir completa toda la respuesta, se perdió en el vacío cibernetico. Lo cierto es que, resaltaba el ímpetu y la osadía del joven, la falta de experiencia, y, sobre todo, destacaba que en su crítica a tus palabras, negaba algunas cosas y de otras, decía que no estabn bien explicadas, y, sin embargo, él mismo, no daba ninguna explicación que aclarara dichas afirmaciones. Cuando algo se niega o contradice, lo lógico es que se expongan las razones, los motivos, y, de no ser así, de poco valen esas críticas.

    Dices bien cuando, para no entrar en una dinámica estéril, decides dejar las cosas así.

    ¡Jóvenes! Creen saberlo todo. Bueno, aunque no me acuerdo, quizá también yo pasé por esa fase, y, desde luego, no es fácil llegar a ser conscientes de lo poco que sabemos.

    Un abrazo.

    Responder
  2. 2
    Emilio Silvera
    el 11 de junio del 2015 a las 6:12

    Amigo Ricard:

    Al leer tu sinfonía sobre la fórmula de Euler (no exagero), he podido disfrutar y sentir como se expanden mis sentidos, y como es posible que, la inteligencia humana, desarrolle pensamientos que trascienden a lo puramente material, tus palabras alcanzan ese plano inmaterial o metafísico que, nos sitúa en un nivel mucho más alto, en ese lugfar soñado, en el que todo es “mente”, donde moran los pensamientos.

    Es cierto que, no sólo de Pan vive el hombre, y, se necesitan alimentos para el “Alma” que, de la manera que tú lo has proporcionado en tu descripción de ese tesoro que es, la fórmula de Euler, hace posible que nuestrasensibilidad intelectual se vea premiada con regalos como el que aquí expones al mundo, y, desde luego yo, te lo agreadezo sinceramente, ya que, no está presente en el ámbito cotidiano de nuestras vidas, encontrarnos con estas maravillosas soprpresas que, como digo, alimentan el Alma.

    El la fórmula de Euler (como en otros muchas), encontramos la pruenba de que, nuestras mentes pueden trascender a dimensiones más altas que, aunque no la podamos ver, seguro que andan por ahí, ocultas en alguna parte esperando que, algún genio, en el futuro de con ellas para que podamos conocer el mundo tal como en realidad es.

    Un abrazo amigo.

     

    Responder
    • 2.1
      Ricard
      el 11 de junio del 2015 a las 11:10

      Hola Emilio,

      Para mí si que es un auténtico regalo tu comentario… y todo un honor que pongas esta reflexión en tu blog. Muchísimas gracias; Para mí es un gran reconocimiento y le doy mucho valor.

      En justa correspondencia me gustaría también dejarte un pequeño presente. Aún sin conocerte, pienso que un pequeño revulsivo en tu mente es, sin duda, el mejor regalo que podría hacerte.

      Bajo mi punto de vista existen 4 grupos de misterios, vinculados todos entre ellos; Misterios que se dan tanto en la tierra como en el cielo.

      El primero de ellos hace referencia a la existencia de antiguas civilizaciones en la Tierra, con un conocimiento del Universo no sólo superior, sino muy diferente a nuestra actual comprensión. El segundo hace referencia a la irrazonable efectividad de las matemáticas para describir la naturaleza y el Universo entero. De hecho, todo parece indicar que estamos en el último tramo del camino, adaptar la multidimensionalidad que permiten las matemáticas al mundo real.

      El tercero, lógicamente, es la existencia de una teoría unificada, un código fuente que de sentido por completo al funcionamiento del Universo, incluyendo por supuesto, no sólo todos esos efectos físicos que percibimos, sino también todos aquellos que tan sólo intuimos. El último es una consecuencia de todos ellos y supone dar sentido a la evidencia acerca de cómo todo está conectado, formando una unidad de funcionamiento capaz de equiparar nuestras mentes con el Universo. Es el sentido final de la Unidad Universal.

      En la identidad de Euler podemos encontrar, efectivamente, todas las claves necesarias para resolverlo. Y es que, aunque no lo parezca, aún esconde más sorpresas. La principal cualidad de esta identidad es que unifica tres infinitos matemáticos (o una estructura irracional, geométrica, fractal y multi-dimensional) con la Unidad, siendo ésta la representante del mundo real o determinado.

      La unidad, juntamente con el cero (cumpliendo siempre la dualidad) no sólo son los dos componentes necesarios de un sistema binario, sino que son los representantes de toda nuestra métrica decimal, nuestra principal herramienta para entender el mundo. Estos dos números podríamos decir que conservan toda su esencia.

      Cualquier distancia en nuestra métrica decimal, cualquier intervalo entre 0 y 1 siempre albergará una subescala decimal, compuesta por 10 números; que son… !efectivamente! los 10 primeros números enteros. Si esto es correcto, y dado que se cumple la igualdad en dicha identidad, la estructura geométrica que forman los números áureos ha de ser la misma que la estructura geométrica que pueden conformar todos los números enteros. La identidad de Euler proporciona (por tanto) esa deseada referencia, una doble escala para entender el Universo.

      De esta manera podemos tomar esta herramienta que es nuestra métrica decimal y, como si fuera una navaja suiza, extenderla de forma multidimensional; Sin duda, una herramienta más adecuada para medir el Universo. De esta manera, por ejemplo, un 3 no sólo es un símbolo o una unidad de cuenta, sino que pasa a tener su propia existencia, 3 será siempre un triángulo espacial, de la misma manera que 4 puede ser un tetraedro o un cuadrado.

      En el infinito numérico de los números enteros existe un subconjunto que los define a todos ellos, son los “ladrillos” del sistema, los irreductibles, los que definen toda su estructura y siempre están referenciados a ellos mismos y la unidad. Lógicamente, se trata de los números primos, un patrón que nunca se ha conocido.

      Por lo tanto, bajo mi punto de vista, todos los secretos del Universo recaen en ellos. Y… para entenderlos, tan sólo tenemos que observar el comportamiento de los números áureos. Tan sólo ellos pueden unificar todos esos misterios del Universo, y lo mejor de todo es que tan sólo dependen del razonamiento. Podemos dar, por lo tanto, sentido a la existencia de un patrón numérico de la creación, algo que todas las religiones o culturas antiguas siempre han reflejado en sus textos sagrados.

      ¿Entra esto en contradicción con nuestras teorías actuales? De ninguna manera. No incumple ninguna de ellas. De hecho, las diez dimensiones que establece la teoría de cuerdas no son más que los 10 primeros números enteros; 4 dimensiones que definen nuestra realidad, como los 4 ejes espacio-temporales del ADN y 6 dimensiones compactificadas, formando una circunferencia, como un campo de fuerza que podemos asimilar con la conciencia. 

      Según esto… ¿Cuál es la regla que rige en la naturaleza? Equilibrar siempre y en todo momento cuadrados con circunferencias, algo que, según dicen los entendidos … fue un intento fallido de los antiguos.

      Abrazos y saludos cordiales. 

      PD.- He visto que no aparece en el post “Yo soy Egipto” todo el contenido. Es una pena, porque la segunda parte que hace referencia al simbolismo egipcio pienso que es tanto o más interesante.
       

      Responder
  3. 3
    emilio silvera
    el 11 de junio del 2015 a las 16:49

    Lo cierto amigo mío, es que, verdaderamente, la ecuación de Euler es Bella, no por su figura gráfica (que también), sino que, los mensajes que encierra y nos quiere transmitir, nos acercan mucho más al Universo, al que, en última instancia pertenecemos y del que fpormamos parte.
    Y, aunque algo escondido, sí aparece “YO SOY EGIPTO”, toda vez que, haberlo omitido, habría sido mutilñar el original, y, no soy partidario de modificar en nada la obra de otro que, además respeto.
    Saludos.

    Responder
  4. 4
    nelson
    el 13 de junio del 2015 a las 20:28

    Hola muchachada.

    Estupendo y atrapante el artículo de Ricard, al igual que el jugoso intercambio consiguiente con Emilio.
    No me convence la idea de unas Matemáticas independientes, ajenas y previas al pennsamiento humano. Por el contrario me parece obvio que se trata de una herramienta creada por el Ser humano desde su capacidad de abstracción para clasificar, medir, ordenar las cosas y las relaciones entre ellas, de forma de comprender, predecir e intervenir en los sucesos y modificarlos si es necesario para resolver problemas.
    Considero que las cosas son sin necesidad de plan ni predeterminación. Es el Hombre, parte del Universo, quien siente la necesidad de interpretar los sucesos asumiéndose como dice nuestro Amigo Emilio en la Consciencia del Universo, la manera del Universo de conocerse a sí mismo.
    Yo no veo la “segunda parte” a que se refiere Ricard. Tampoco en el enlace que él mismo pone. 
    Y en la entrada “Puedes hacer las cosas más amenas”, hay un problema con los comentarios: no se visualizan la mayoría de los comentarios ni sus respuestas. parece un problema técnico.

    Saludos cordiales para tod@s.
     

    Responder
    • 4.1
      Emilio Silvera
      el 14 de junio del 2015 a las 8:06

      ¡Hola, amigo Nelson!

      Que cierto es que, ¡la experiencia es un grado! y, si, como en tu caso, va unida al buen razonamiento…

      Un abrzo amigo mío.

      PD.

      Le pasaré a Shalafi tu observación sobre los comentarios.

      Responder
    • 4.2
      Shalafi
      el 14 de junio del 2015 a las 13:26

      Muy buenas.

      Solucionado, espero.

      Un saludo.

      Responder
      • 4.2.1
        Emilio Silvera
        el 15 de junio del 2015 a las 4:56

        Muchas gracias amigo.
        Un abrazo

        Responder
  5. 5
    nelson
    el 14 de junio del 2015 a las 2:25

    Sobre el tema de la Belleza en las Matemáticas, dejo este enlace que encontré:
     http://www.tusquetseditores.com/ajax_lecturaBreve.asp?id=1708
    Un saludo afectuoso para ti, Amigo y para tod@s.
     

    Responder
  6. 6
    Emilio Silvera
    el 14 de junio del 2015 a las 8:07

    Gracias amigo Nelson.

    Responder

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