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Einstein le llamó fotón: ¡El cuanto de Luz! »

 Bueno, el mismo título de éste trabajo denota nuestra egolatría, cuando introduce la pregunta: “Seremos su parte que piensa?” Estamos dando por supuesto que sólo nosotros, en el inmenso Universo, tenemos la facultad de pensar… ¡Ilusos!


Por aquel entonces, predominaba en la antigua Grecia una concepción del Tiempo que era cíclica, y tan cerrada como las esferas cristalinas en las que Aristóteles aprisionaba el espacio cósmico. Platón, Aristóteles, Pitágoras que crearon escuela junto a una pléyade de seguidores, todos ellos, soteníam la idea, heredada de una antigua creencia caldea, de que la historia del universo consistía en una serie de “grandes años”, cada uno de los cuales era un ciclo de duración no especificada que finalizaba cuando todos los planetas estaban en conjunción, provocando una catástrofe de cuyas cenizas comenzaba el ciclo siguiente. Se pensaba que este proceso tenía lugar siempre. Según el razonamiento de Aristóteles, con una lógica tan circular como los movimientos de las estrellas, sería paradójico pensar que el tiempo ha tenido un comienzo en el tiempo, de modo que los cielos cósmicos deben producirse eternamente.

La concepción cíclica del Tiempo no carecía de encantos. Expresaba un hastío del mundo y un elegante fatalismo del género que a menudo atrae a las personas con inclinaciones filosóficas, un tinte conservado en indeleble por el historiador islámico Ahmad ibn ‘Abd al-Ghaffar, al-Kazwini al-Ghifari, quien relató la parábola del eterno retorno.

http://alexpantarei.files.wordpress.com/2008/03/tiempo3.jpg

                               El mito del eterno retorno: la Regeneración del Tiempo

Tomado literalmente, el tiempo cíclico hasta sugiere una especie de inmortalidad. Eudemo de Rodas, discípulo de Aristóteles, decía a sus propios discípulos: “Si creéis a los pitagóricos, todo retornorá con el tiempo en el mismo orden numérico, y yo conversaré con vosotros con el bastón en la mano y vosotros os sentaréis como estáis sentados ahora, y lo mismo sucederá con toda otra cosa”. Por estas o por otras razones, el tiempo cíclico aún es popular hoy, y muchos cosmólogos defienden modelos del “universo oscilante” en los que se supone que la expansión del universo en algún momento se detendrá y será seguida por un colapso cósmico en los fuegos purificadores del siguiente big bang.

Según Penrose (físico teórico de la Universidad de Oxford), el Big Bang no fue el inicio del tiempo y el espacio, sino uno de tantos inicios, de fases o etapas dentro de un universo mucho más viejo, y en el que Big Bang marca el inicio de un eón en su historia. Es tanto decir que los 13.700 millones de años de nuestro tiempo, en los que han surgido estrellas, planetas y la vida; son una pequeña fracción de la vasta historia del universo.

Por supuesto, semejante afirmación viniendo de un físico tan prestigioso, ha de estar respaldada por algún de observación empírica, y en este caso, se basa en los resultados obtenidos de la sonda WMAP de la NASA por el físico Vahe Gurzadyan del Instituto de Física Yerevan en Armenia, quien analizó de microondas de siete años procedentes de la sonda, así como datos del experimento de globo BoomeranG de la Antártida.

Claro que, todas estas ideas de un Tiempo repetitivo y eterno en su “morir” y “renacer”, a mí me produce la sensación de una excusa que se produce por la inmensa ignorancia que, del universo tenemos. Fijémonos en que, los pueblos antiguos los hindúes, sumerios, babilonios, griegos y mayas, todos ellos, tenían esa idea cosmológica del tiempo cíclico. Pero, pese a todos sus aspectos de aventura cósmica, esa vieja doctrina de la historia infinita y cíclica tenía el pernicioso efecto de tender a desalentar los intentos de sondear la genuina extensión del pasado. Si la historia cósmica consistía en una serie interminable de repeticiones interrumpidas por destrucciones universales, entonces era imposible determinar cual era realmente la edad total del universo.

Un pasado cíclico infinito es por definición inconmensurable, es un “tiempo fuera de la mente”, como solía decir Alejandro Magno. El Tiempo Cíclico tampoco dejaba mucho espacio el concepto de evolución. La fructífera idea de que pueda haber innovaciones genuínas en el mundo.

  Todo, con el paso del Tiempo, se distorsiona y deteriora

Los griegos sabían que el mundo cambia y que algunos de sus cambios son graduales. Al vivir como vivían, con el mar a sus pies y las montañas a sus espaldas, se daban de que las olas erosionan la tierra y estaban familiarizados con el extraño hecho de que conchas y fósiles de animales marinos pueden encontrarse en cimas montañosas muy por encima del nivel del mar. Al menos dos de los hallazgos esenciales de la ciencia moderna de la geología -que pueden formarse montañas a partir de lo que fue antaño un lecho marino, y que pueden sufrir la erosión del viento y del agua- ya eran mencionados en épocas tan tempranas como el siglo VI a. C. por Tales de Mileto y Jenófanes de Colofón. Pero tendían a considerar estas transformaciones como meros detalles, limitados al ciclo corriente de un cosmos que era, a la larga, eterno e inmutable. “Hay necesariamente algún cambio en el mundo como un todo -escribió Aristóteles-, pero no en el sentido de que nazca o perezca, pues el universo es permanente.”

que la Ciencia comenzace a estimar la antigüedad de la Tierra y del universo -situar el lugar de la Humanidad en las profundidades del pasado, lo mismo que establecer nuestra situación en el espacio cósmico-, primero era necesario romper con el círculo cerrado del tiempo cíclico y reemplazarlo por un tiempo lineal que, aunque largo, tuviese un comienzo definible y una duración finita. Curiosamente, este paso fue iniciado por un suceso que, en la mayoría de los otros aspectos, fue una calamidad para el progreso de la investigación empírica: el ascenso del modelo cristiano del universo.

Inicialmente, la cosmología cristiana disminuyó el alcance de la historia cósmica, así como contrajo las dimensiones espaciales del universo empíricamente accesible. La grandiosa e impersonal extensión de los ciclos temporales griegos e islámicos fue reemplazada por una concepción abreviada y anecdótica del pasado, en la que los asuntos de los hombres y de Dios tenían más importancia que las acciones no humanas del agua sobre la piedra. Si para Aristóteles la historia era como el girar de una gigantesca rueda, para los cristianos era como una obra de teatro, con un comienzo y un final definidos, con sucesos únicos y singulares, como el nacimiento de Jesús o la entrega de la Ley a Moisés.

Los cristianos calculaban la edad del mundo consultando las cronologías bíblicas de los nacimientos y muertes de los seres humanos, agregando los “engendrados”, como decían ellos. este fue el método de Eusebio, que presidió el Concilio de Nicea convocado por el Emperador Constantino en 325 d. C. para definir la doctrina cristiana, y quien estableció que habían pasado 3.184 años entre Adán y Abrahan; de san Agustín de Hipona, que calculó la de la creación en alrededor del 5500 a. C.; de Kepler, que la fechó en 3993 a.C.; y de Newton, que llegó a una fecha sólo cinco años anterior a la de Kepler. Su apoteosis llegó en el siglo XVII, cuando James Ussher, obispo de Armagh, Irlanda, llegó a la conclusión de que el “comienzo del tiempo… se produjo al comienzo de la noche que precedió al día 23 de octubre del año… 4004 a. C.”

La espuria exactitud de Ussher le ha convertido en el blanco de las burlas de muchos eruditos modernos, pero, a pesar de todos sus absurdos, su enfoque -y, más en general, el enfoque cristiano de la historiografía-hizo más estimular la investigación científica del pasado que el altanero pesimismo de los griegos. Al difundir la idea de que el universo tuvo un comienzo en el tiempo y que, por lo tanto, la edad de la Tierra era finita y medible, los cronólogos cristianos montaron sin saberlo el escenario para la época de estudio científico de la cronología que siguió.

La diferencia, luego, era que los científicos no estudiaban las Escrituras, sino las piedras. Así fue como el naturalista George Louis Leclere expresó el credo de los geólogos en 1778:

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“Así como en la historia civil consultamos documentos, estudiamos medallones y desciframos antiguas inscripciones, a fin de establecer las épocas de las revoluciones humanas y fijar las fechas de los sucesos morales, así también en la historia natural debemos excavar los archivos del mundo, extraer antiguas reliquias de las entrañas de la tierra [y] reunir sus fragmentos… es el único modo de fijar ciertos puntos en la inmensidad del espacio, y de colocar una serie de señales en el camino eterno del tiempo”.

 

 

Bueno, hemos dado una vuelta por las ideas del pasado y de épocas antiguas en las que, los humanos, confundidos (como siempre), trataban de fijar el modelo del mundo, del Universo. , mirando hacia atrás en el tiempo, con la perspectiva que nos otorga algunos miles de años de observar la Naturaleza primero y de estudio e investigación más tarde, nos damos cuenta de que la mayor parte de nuestra historia, está escrita basada en la imaginación y, los hechos reales, van llegando a nuestra comprensión muy poco a poco para conocer, esa realidad, que incansables perseguimos.

terminar, os recomendaré que nunca dejéis de lado la lectura:

¿Qué duda nos caber?

¿Acaso no es un libro el mejor compañero de ?

No molesta, te distrae y te enseña.

Si alguna vez viajas,

Recuerda reseña.

 

emilio silvera

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 17 de diciembre del 2015 a las 12:13

    ¡Hombre! Pensar lo que se dice pensar… Pensamos. Otra cosa muy diferente es el saber valorar los pensamientos que salen de nuestros cerebros, de nuestras mentes. No siempre, esos pensamientos, se pueden catalogar como positivos y, por regla general, estarán centradas en el ámbito localista, es decir, de lo cercano, del día a día, de lo cotidiano, de los problemas de la familia, del trabajo y de aquellos que conlleva vivir en Sociedad,
    Otra cuestión muy diferente será el pensar en el plano científico, allí donde rigen las leyes de la Naturaleza y en la que los pensamientos tratan de dilucidar aquello que no hemos llegado a comprender, lo que no sabemos, desvelando secretos que el Universo esconde.
    Para tratar de saber, con los elementos de los que podemos disponer, conformamos y construimos teorías que son válidas durante algún tiempo, después, las tenemos que ir cambiando o mejorando por otras mejores y, cuando esa teoría se ajusta, de manera exacta a lo que la Naturaleza es, entonces, deja de ser Teoría para convertirse en Ley.
    De todas las maneras, aunque somos seres pensantes, nos queda mucho camino por recorrer y, seguramente, en otros muchos mundos lejos de aquí, otros seres, pensantes también, lo mismo que nosotros aquí, se pregunten o estén diciendo que son la parte que piensa del UNiverso, y, también como nosotros, podrán imaginar que otros, como ellos, están pensando muy lejos de sus mundos.
    ¡Las distancias! ¡La falta de conocimientos! Esa son las cusas de que, hasta el momento, no se haya podido producir ese primer contacto del que tanto hablamos y tantas películas hacemos.

    Responder
  2. 2
    kike
    el 17 de diciembre del 2015 a las 22:13

    Sobre todo amigo Emilio, creo que las distancias; las bestiales distancias  quizás nos conviertan de facto en la única especie inteligente del universo. Puesto que, salvo prueba en contra, esas distancias son prácticamente imposibles de salvar; y más si tenemos en cuenta la expansión acelerada que parece existe, tanto que hasta puede alcanzar más velocidad que la de la luz, como bien has explicado; todo ello significa a la postre que sin estar solos, aun cuando puedan existir miles de planetas habitados solo en nuestra galaxia, nunca podremos corroborarlo; ni los demás tampoco, así que en definitiva pudiera darse la triste paradoja de hallarnos solos para siempre en un universo poblado con miles de millones de civilizaciones.

     Como mucho, y durante mucho tiempo, solo podremos comprobar algo de vida microbiana que seguramente exista en algún planeta o luna de nuestro sistema solar; lo que siendo importantísimo, nos dejara con ganas de muchos más…. 

     Un abrazo Maese. 

    Responder
    • 2.1
      emilio silvera
      el 18 de diciembre del 2015 a las 6:30

      Desgraciadamente así resulta ser la realidad. Claro que, dicho escenario no impedirá que sigamos imaginando la manera de poder acceder a esos otros mundos y conocer a esa “gente” de cuyo pelaje nos hacemos mil y una conjetura. Es cierto, como dices que en nuestro propio Sistema solar, en algún pequeño “mundo”, descubriremos signos de vida de esos dominios que nos ha dado en llamar extremófilos y que, en realidad, son precursores de otras formas de vida más complejas. Sin embargo, la vida tal como la entendemos, ya evolucionada y pensante, esa, será más complicado que la podamos encontrar tal como son las cosas: Distancias inalcanzables y tecnología para andar por casa a pesar de que, los avances que vemos en el presente nos asombren… ¡No son suficientemente adelantados!
      Claro que, si kla Naturaleza respeta a nuestra especie y, “nuestra especie” no mete la patita y se destruye así misma… ¿¡Quién sabe!?
      Un abrazo.

      Responder
  3. 3
    Fandila
    el 17 de diciembre del 2015 a las 23:55

    A ver si ahora sube al blog.  Enviemos…

    Responder
    • 3.1
      emilio silvera
      el 18 de diciembre del 2015 a las 6:31

      Sí, amigo Fandila, algunos problemas técnicos nos han tenido aislado. Menos mal que Shalafi, nuestro Administrador siempre está ojo avisor y, finalmente, lo arregla todo. Un saludo amigo.

      Responder
  4. 4
    emilio silvera
    el 27 de septiembre del 2018 a las 9:35

    De lo que, por auqellas fechas nos decía Kike (que no estaba desencaminado de nuestra realidad presente), y con lo que más o menos estaba de acuerdo, no podemos descartar, sin embargo, la posibilidad de que, con el paso del Tiempo y los nuevos descubrimientos, la subida del nivel de inteligencia de nuestras Mentes, pueda llegar el momento en el que, por fín, podamos dominar los viajes Espaciales de manera tal que, podamos viajar a otros mundos en un Tiempo prudencial y tener ese contacto con otras civilizaciones que, de seguro, al igual que la nuestra, estará planteándose las mismas preguntas y tendrán las mismas dudas que nosotros.
    Sería un gran desperdicio que en un Universo tan grande, cuajado de galaxias, estrellas y miles de mundos ¿habitados? no pudiéramos nunca entablar ese contacto que nos llevaría a culminar los muchos sacrificios que la Humanidad ha tenido que padecer hasta llegar al lugar en el que se encuentra ahora y, sobre todo, lo que de aquí en adelante le espera.
    Creo que haremos amigos de ahí fuera y, desde luego, también encontraremos enemigos contra los que tendremos que luchar… ¡Así son las cosas en nuestro Universo! No se nos regala nada, todo hay que ganarlo con esfuerzo, lucha, trabajo y sacrificio, y, los triunfos y alegrías son momentos efímeros que la Naturaleza nos regala para que no “tirémos la toalla”.
     

    Responder
  5. 5
    Pedro
    el 27 de septiembre del 2018 a las 18:36

    Acerca de la expresión “somos la parte que piensa”ilusos.

    Yo no me atrevo a apuntar tan alto, otras civilizaciones, y ¿el primer contacto?, solo pensar lo que ocurrió en las américas me produce escalofríos. (Me pregunto: ¿cuantos fueron  exterminados? ¿Alguno se paró siquiera a contarlos?), los conflictos armados a diario en todos los medios de difusión, etc. ¿Seríamos capaces de soportar una civilización superior o bien la exterminariamos sin mas, o la reduciríamos a su mínima expresion? Si no resulta de nuestro agrado. O bien por despecho sin más. Una vez expoliados sus recursos, usurpados sus conocimientos ¿Querríamos soportarlos a nuestro lado?
    Viene esto a colación de un artículo donde mercionan la expresión “Bomba de neutrones” es la primera vez que oigo está expresión, hasta ahora “bomba atómica” ,”bomba de hidrógeno” bombas termo nucleares” “bombas electromagnéticas”. Nuestra imaginación a este respecto no tiene límites. Semejantes nombres producen excalofrios, no quiero ni imaginar los efectos de sus delirios.
    Tenemos a nuestro lado nuestros semejantes y resulta que los ignoramos sin más,  países subdesarrollados, africanos o no, ¿hemos sido capaces de paliar el hambre siquiera? O bien cuando no les hemos expoliado sus recursos.
    Concluyo:
    ”  El bien con sentido común lo resolvemos, pero hacer el mal es irresoluble  por enconado y encolerizado.”
    “La indiferencia es un indicador perfecto de nuestra falta de  “inteligencia”.
    “No nos engañemos lo que hermana a los humanos es el interés común consentido, todo lo demás resultará un obstáculo, que obstaculizara nuestro paso”.
    “No hay mejor arma para enfrentarte a un enemigo que tratarlo como un indigno, y como recurso imaginación desbocada, enconada y encolerizada.”

    Responder
    • 5.1
      Pedro
      el 27 de septiembre del 2018 a las 19:48

      Y ahora prefiero recordar versos que verdaderamente me agraden:”¿Quien quiere un orden del mundo a través de las flores cortadas?” Autor lo ignoro

      “Pienso en el crepúsculo , allí donde la respuesta alza el vuelo” Autor ,no me acuerdo

      “Jazmines, claveles y azucenas ¿Dónde están y donde no en los nombres que los mientan? Pedro Salinas

      Responder
  6. 6
    nelson
    el 28 de septiembre del 2018 a las 2:40

    Creo que te refieres a esto:

    «Al decir, aún, una palabra acerca de la teoría de cómo debe ser el mundo, la filosofía, por lo demás, llega siempre demasiado tarde. Como pensar del mundo surge por primera vez en el tiempo, después que la realidad ha cumplido su proceso de formación y está realizada. Esto, que el concepto enseña, la historia lo presenta, justamente, necesario; esto es, que primero aparece lo ideal frente a lo real en la madurez de la realidad, y después él crea a este mismo mundo, gestado en su sustancia, en forma de reino intelectual. Cuando la filosofía pinta el claroscuro, ya un aspecto de la vida ha envejecido y en la penumbra no se le puede rejuvenecer, sino sólo reconocer: el búho de Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo Jorge Guillermo Federico Hegel, Filosofía del derecho (traducción de Angélica Mendoza de Montero, a partir de la versión italiana de Francisco Messineo, Editorial Claridad, Buenos Aires 1937.)

    La lechuza representa a la sabiduría:

    https://elbuhodeminerva.wordpress.com/2009/12/28/el-buho-de-minerva/

    Saludos cordiales.
     

    Responder
  7. 7
    Emilio Silvera
    el 28 de septiembre del 2018 a las 5:05

    Sí, tenemos esas dos partes, la oscura y la que hace creer en que, algún día… ¡Seremos humanos al cien por ciento! Eso pasará cuando sintamos el dolor ajeno como propio pero, para que eso llegue… ¡Mucho tendremos que cambiar! De momento, lo único que nos hace mejores es la familia, el Amor.

    Responder
  8. 8
    Pedro
    el 28 de septiembre del 2018 a las 6:53

     
    Mi lectura de los versos es la que sigue:
    De manera concisa:
    “Quien quiere un orden del mundo a través de las flores cortadas”
    Allí donde las voluntades son coaccionadas, sometidas , cuando no adoctrinados ¿ puede surgir algún afán posible, que nos embriague? 
    “Pienso en el crepúsculo, allí donde la respuesta alza el vuelo”
    Acerca de los pueblos sometidos, serán capaces de reacción frente a sus opresores, y el afán esperanzador sobrevuele y guíe nuestro vuelo.
    “Jazmines, claveles y azucenas donde están y donde no, en los nombres que lo mientan”.
    Seriamos capaces de distinguir voces propias, auténticas del resto por insulsas,repetitivas, sin genuidad, etc..
    Saluditos, sería incapaz de recordar donde leí en su día tales versos y menos aún su autor,  pero leere tu indicacion al respecto, Gracias.

    Responder
  9. 9
    emilio silvera
    el 11 de febrero del 2020 a las 12:21

    Algo presuntuoso por nuestra parte el pensar que, en el inmenso Universo, son los miembros de nuestra especie los únicos que generan pensamientos. Simplemente tenemos que acudir a la lógica y a las probabilidades que están ahí. Sólo en la Vía Láctea existen 40.000 millones de estrellas como el Sol, y, no pocas de ellas tienen sus propios sistemas planetarios, lo que nos lleva a pensar que alguno de esos planetas estará situado en la zona habitable.
    Con esa simple ecuación de la Vía Láctea y los “Soles” que en ella existen, podríamos suponer abundantes mundos con la presencia de la vida inteligente que, como en nuestro caso, hayan evolucionado de manera paralela a como lo hizo nuestra especie humana.
    Claro que no podemos pararnos ahí, ya que, en el Universo existen más de 100.000 millones de galaxias y no digamos los cientos de miles de millones de “soles” que en ellas existen, y, llevando a ellos la misma cuenta anterior, los mundos habitados podrían ser de miles de millones.
    Planetas como el nuestro y parecidos existen en todas las galaxias y situados en la zona  “ricitos de oro”, o, habitable de sus estrellas. En dichos planetas se habrá formado atmósfera, tendrá océanos y volcanes, se producirá como aquí el “milagro” de la fotosíntesis, habrá agua en estado líquido corriendo montañas abajo y, como el Universo es igual en todas sus regiones, estando regido por las mismas cuatro fuerzas fundamentales y las mismas constantes universales…. ¡La Vida habrá progresado de la misma manera en todas partes!
    En no pocos planetas existirán (como en la Tierra) distintas especies, unas con unas capacidades diferentes a las otras dependiendo del medio en el que habiten, y, seguramente, una (o varias) pueden ser como nosotros y haber seguido un camino paralelo en su evolución en la expansión de sus mentes para crear ideas, pensamientos y sentimientos.
    Es pensar de manera muy pobre, tener un horizonte muy cercano y corto de miras, el creer que nosotros somos los únicos que podemos tener facultades que otras especies no tienen, y, desde luego, el pensar que seamos los únicos en haber descubierto el lenguaje de las mátemáticas y la escritura, las ciencias y las artes… Es hasta irracional. Simplemente con mirar al pasado de nuestra historia podremos ver que, pensamientos muy profundos existieron desde hace algunos miles de años.
    De todas esas posibles criaturas inteligentes, solo nos separan las distancias que, por el momento no podemos superar, no tenemos los medios y las tecnologías necesarias para efectuar recorridos que están fuera de nuestro alcance y limitados por la velocidad de la luz en el vacío (c), un límite que nunca podremos superar.
    Claro que, nuestra esperanza está en que, con el paso del Tiempo, los conocimientos tecnológicos, de ingeniería, de nuevos materiales… serán siendo descubiertos y podremos al fín alcanzar la manera de “burlar” la velocidad de la luz para poder viajar a las estrellas y encontrarnos ¡al fín! con esas otras criaturas que, como nosotros, generan ideas y pensamientos que entonces sí, podremos intercambiar para beneficio de todos.
    ¡No somos una especie privilegiada!

    Responder
  10. 10
    Servio Tulio Díaz
    el 11 de febrero del 2020 a las 16:29

    Muchas gracias por sus enriquecedores aportes, don Emilio. Abrazos para usted y sus distinguidos lectores desde Bogotá, Colombia.

    Responder
    • 10.1
      emilio silvera
      el 12 de febrero del 2020 a las 10:16

      ¡Hola, amigo Tulio!
      Gracias por tu visita en la que espero que, alguna cosilla, hayas podido aprender.
      Un abrazo.

      Responder

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