Jul
8
¡La perfección! ¿No serán simples rumores?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en ¿Qué es la belleza? No es lo mismo para todos ~ Comments (6)
¿La Belleza? ¡Está en la Naturaleza!
Espíritu de belleza, que has consagrado
Con tus propios matices todo aquello sobre lo que brillas
Del pensamiento o la Humanos, ¿a donde has ido?
¿Por qué has desaparecido y abandonado nuestra existencia,
oscuro Valle de lágrimas, vacío y desolado
El Universo está construido según un plan
cuya profunda simetría está presente de algún
modo en la estructura interna de nuestro intelecto.
El primero pretende ser un himno a la Belleza intelectual de Shelley y, en el segundo Paul Valery, nos transmite la idea de que, la belleza, forma parte de nuestro intelecto humano que, no simplemente valora lo material sino que, de alguna manera, deja un lugar la excelencia del mundo.
Henry Poincaré
Algunas veces, los físicos teóricos, como los artistias (uno se siente tentado a decir: como otros artistas) se seguían en su por preocupaciones estéticas tanto como racionales. “Para hacer ciencia, es necesario algo más que la pura lógica”, escribió Poincaré, quien identificaba este elemeto adicional como la intuición, que supone “el sentido de la belleza matemática”. Heisenberg hablaba de “la simplicidad y belleza” de los esquemas matemáticos que la Naturaleza nos presenta.
Usted también debe sentido esto -le dijo a Einstein, la casi temible simplicidad e integridad de la relación que la Naturaleza repentinamente extiende ante nosotros”. Paul Dirac, el físico teórico ingles y enorme matemático, cuya descripción relativista del electrón está a la altura de las obras maestras de Einstein y Bohr, llegó hasta sostener que “más importante que nuestras ecuaciones se ajusten a los experimentos es que sean bellas”.
La estética es, evidentemente, subjetiva, y la afirmación de que los físicos buscan la belleza en sus teorías tiene sentido sólo si podemos definir la Belleza. Afortunadamente, esto se puede hacer, en cierta medida, pues la estética científica está iluminada por ese sol central de la simetría.
La simetría es un concepto venerable y en modo alguno inescrutable, que tiene muchas implicaciones en la ciencia y el arte, mucho después de que el físico chino –norteamericano Chen Ning Yang ganase el Premio Nobel por su en el desarrollo de una teoría de campos basada en la simetría, aún afirmaba que “no comprendo todavía todo el alcance del concepto de simetría”.
Debajo de las manifestaciones visibles y audibles de simetría hay profundas invariancias matemáticas. Los esquemas espirales que se encuentran en el interior del nautilus, en la superficie de los girasoles, por ejemplo, pueden ser presentados por aproximación mediante la serie de Fibonacci, una operación aritmética en la que cada miembro es igual a la suma de los dos precedentes (, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, …). La razón creada dividiendo cada de la serie por el número que le sigue se aproxima al valor 0,618.
No es casual que esta sea la fórmula de la “sección aurea”, una proporción geométrica que aparece en el Partenón, La Mona Lisa y El nacimiento de Venus de Boticelli, y es la base de la octava que se emplea en la músuca occidental el tiempo de Bach. Toda la fecunda diversidad de esta simetría particular, expresada en infinidad de modos, desde conchas marinas y las piñas hasta el Clave buien temperado, deriva, por lo tanto, de una sola unvariancia, la de la serie de Fibonacci. La comprensión de que una sola simetria abstracta podría tener tantas frustíferas y diversas manifestaciones deleitó a los sabios del Renacimiento, quines la citaban como prueba de la eficacia de las matemáticas y de la sutileza de los designios de la Naturaleza sabia. Desde entonces, otras muchas simetías abstractas han sido identificadas en la naturaleza -algunas intactas y otras , “rotas” o estropeadas-, y sus efectos parecen incluso extenderse hasta los cimientos mismos de la materia y la energía.
El Partenón de Atenas. La Grecia clásica , fuente de simetría y canon. presente en todas las imágenes de arriba
La palabra simetría en griego, significa “la misma medida” (sun significa “juntos”, como en sinfonía, una unión de sonidos, metrón, “medición”); así, su etimología nos informa que la simetría los griegos también significa la “debida proporción” , lo que sugiere que la repetición involucrada debe ser armoniosa y placentera; esto indica que una relación simétrica debe ser juzgada por un criterio estético superior. Pero en la ciencia del siglo XX se puso de relieve el primer aspecto de la vieja definición: se dice que hay simetría cuando una cantidad medible permanece invariante (lo que significa que no cambia) bajo una transformación (que significa una alteración).
Nosotros, casi todos, hemos conocido la simetría en sus manifestaciones geométricas, o, en el Arte. Cuando decimos, por ejemplo, que una esfera tiene una simetría de rotación, lo que tratamos de indicar es que poseer unas características -en este caso, su perfil circular- que permanece invariante en las transformaciones producidas al hacerla rotar. hacerse rotar la esfera en cualquier eje y cualquier grado sin que cambie su perfil, lo cual hace que sea más simétrica, por ejemplo, que un cilibro, que tiene una simetría similar sólo cuando rota alrededor de su eje largo; si rota alrededor de su eje corto, el cilindro se reduce a un círculo.
Las simetrías son comunes en las esculturas, empezamdo por el desnudo humano, que es (de modo aproximado) bilateralmente simétrico cuando se le contempla de frente o de atrás, y en arquitectura como en los planos de suelo en de cruz de las catefrales medievales, y aparecen en todas partes desde el tejido hasta el baile de figuras.
Hay muchas simetrías en la música de Bach, en un pasaje de la Tocata y Fuga en Mi menor (mo he podido encontrar la partitura) traslada arrina y abajo del pentagrama pequeños trios de notas tiendas de campaña. Excepto con la ocasional diferencia de alguna que otra nota, la construcción tiene una simetría de traslación. Si quitamos un trío cualquiera y lo pusiéramos sobre otro, encajaría perfectamente.
Nos encontramos simetrías en el Universo, en el mundo que habitamos, en nosotros y, nuestras Mentes, no son una excepción y en ellas subyace una simetría más profunda que trasciende a lo material.
emilio silvera
Jul
8
¡La Imaginación! Un gran tesoro
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Imaginación ~ Comments (0)
“En 1935, los físicos Boris Podolski, de Rusia; Nathan Rose, de Israel, y Albert Einstein, de Alemania, escribieron juntos un artículo en el Physical Review sobre la paradoja EPR (Einstein, Podolski, Rosen) em la mecánica cuántica. Allí predecían y hablaban de un fenómeno de la mecánica cuántica que les resultaba perturbador porque violaba el principio de la localidad y contradecía la teoría de la relatividad.
El principio de la localidad señala que dos objetos alejados no pueden influirse mutuamente de manera instantánea. El fenómeno al que se referían Einstein, Podolski y Rosen ocurre cuando dos partículas se conectan de tal forma que lo que sucede con una afecta a la otra, sin importar la distancia que haya entre ellas.
El término de entrelazamiento cuántico para referirse al fenómeno fue introducido en 1935 por el físico austriaco Erwin Schrödinger (sí, el del gato). Mientras tanto, Einstein se refirió al fenómeno como «acciones fantasmagóricas a distancia”.
Séneca, filósofo estoico romano del siglo primero, dejó para la posteridad una buena muestra de su ingenio
“Llegará un tiempo en los años en que el Océano aflojará los lazos en los que hemos atados, en que se revelará una tierra inmensa…y Tule ya no será el más remoto de los paises. Así se expresaba Séneca y quería significar que los lazos que nos atan a nuestro planeta serán rotos algún día, cuando en posesión del conocimiento necesario, podamos volar hacia las lejanas estrellas, a otros mundos, otras “Tierras”, otras gentes y, el concepto de lo remoto, no tendrá sentido entonces, ya que, todo será lo mismo y el aquí y allí, formarán parte de un todo simplemente más grande y sin limitaciones.”
El despertar de la indagación inteligente de la Naturaleza del cosmológico que asociamos con el Renacimiento tuvo sus raíces en una época de exploraciones terrestres que se inició aproximadamente en el tiempo de las aventuras de Marco Polo en China, en el siglo XIII, y culminó doscientos años más tarde con el (re) descubrimiento de América por Cristobal Colón. La Astronomía y la exploración de la Tierra, por supuesto, estaban relacionadas hacía tiempo. Durante milenios los navegantes se habían guiado por las estrellas utilizando sus entonces rústicos instrumentos.
Así lo prueba la costumbre china de llamar “balsas estelares” a sus juncos de mar abierto y la leyenda de que Jasón el argonauta fue el primer hombre que recurrió a las constelaciones memorizar el cielo nocturno. Cuando Magallanes cruzó el Pacífico, su flota siguió una estrella artificial que consistía en una antorcha encendida colocada en la popa de su barco, y navegó por aguas que habían atravesado miles de años antes los colonizadores de Micronesia, Australia y Nueva Guinea, aventureros tripulantes de canoas que llevaban sus estelares en su cabeza. Virgilio puso de relieve la importancia de observar las estrellas en su relato de la fundación de Roma por Eneas
Y todavía la noche, impulsada por las todo lo que ve está en calma en el cielo despejado,
Da la popa la clara señal.
Levantamos el , reiniciamos nuestro camino
Y desplegamos nuestras velas.
Y ya el Alba el cielo
Enrojecía mientras huían las estrellas,
Cuando a lo lejos contemplamos las sombreadas colinas
Y abajo Italia. “¡Italia!”
LA ENEIDA PUBLIO VIRGILIO MARÓN
Los exploradores terrestres y los indios también se guiaban por las estrellas, cuando perdidos en el bosque, se reconfortaban mirando el cielo cuyas manos eran la gran endidura que divide la región del Cisne y Sagittario, y a los esclavos que huían el norte a través de los pinos achaparrados de Georgia y el Mississippi se les aconsejaba seguir la calabaza para beber, que se refería a la Osa Mayor.
Tolomeo usó su considerable conocimiento de la geografía como apoyo de sus ideas en astronomía; su afirmación de que la Tierra sólo es un punto comparada con la esfera celeste se basaba en en el testimonio de viajeros que se aventuraron en dirigirse al sur, en África central, o al norte, hacia Tule, e informaron no haber visto ninguna prueba de que sus desplazamientos los hubiera acercado ni en un mínimo grado a las estrellas en esos parajes del cielo.
La latitud ha sido un parámetro el cual tomaban guiarse a partir de la polaris y junto con el uso del instrumento llamado sextante. Por la noche, la única guía para los marineros la constituía la esfera del firmamento estrellado. Para el observador terrestre, los astros parecen estar situados sobre la superficie de una gran esfera.
“ esfera” era lo que los antiguos navegantes creían una superficie esférica imaginaria sobre la cual situaban los astros. Esta creencia que sostenían los antiguos marineros reforzaba la idea de que nosotros eramos en centro del universo por miles de años. Las estrellas mas importantes en esta bodeda celeste y que ocupaban para guiarse eran la estrella polar, la del sur, kochab y la canope. tuvieron que aprovechar las constelaciones las únicas acompañantes nocturnas.
Así, aunque el motivo de aquella oleada de exploraciones europeas era económico -aquellos aventureros esperaban obtener grandes fortunas y conquistar grandes tesoros- y se lanzaban al océano esperando poder orientarse, navegando por la ruta oceánica el Este guiado por las estrellas -no es sorprendente enterarse de que uno de sus instigadores fue un astrónomo. Era un florentino llamado Paolo Pozzo Toscanelli, quien subrayaba que en el Este se encontraría conocimiento tanto como riqueza-. En Asia, Toscanelli le escribió tentadoramente a Colón:
En su mensaje , Toscanelli le decía a Colón:
“…es digna de ser buscada por los latinos, no sólo porque permitiría adquirir una enorme riqueza en de oro, plata, gemas preciosas de toda y especias que nunca llegan a nosotros, sino por los hombres eruditos, los sabios filósofos y astrólogos mediante cuyo genio y artes son gobernados esos poderosos y magnificos paises”
Buena del atractivo novelesco que coloreaban la imagen Occidental del Este provenían del extraordinario libro de Marco Polo que relataban sus igualmente extraordinarios viajes en China. Marco venía de Venecia, que no era ningún lugar atrasado, pero nada lo había preparado para algo como Hangzhou, que visitó en 1276 y de cuyo impacto nunca se recuperó totalmente. “La más grande ciudad del mundo” -la llamó- donde pueden encontrarse tantos placeres que uno cree estar en el Paraiso”.
Hangzhou estaba a orillas de un lago y en medio de montañas difusas y brumosas, cuya pintira fiel por pintores paisajistas Sung aún sorprende a los ojos occidentales como algo casi demasiado bello para ser verdadero, Marco Polo informaba.
“En medio del lago hay dos islas, en cada una de las cuales se eleva un palacio con un increíble de grandes y pabellones separados. Y cuando alguien desea celebrar una fiesta matrimonial o dar un gran banquete, solía hacerlo en uno de esos pabellones. Y allí se encontraba todo lo necesario para ello gracias a la contribución de todos los ciudadanos que habían contribuído en la medida de sus posibilidades para que, cuando alguien lo necesitara, los pudiera utilizar en esos bellos palacios.”
El espíritu de ese epicentro aventurero era Segres, una punta terrestre del extremo suroccidental de Europa que penetra en el Océano como un Cabo Cañaveral del Renacimiento. Alli, en 1419, el Principe Enrique el Navegante creo una especie de puerto espacial. En la Biblioteca de Segres se contenía una edición de Marco Polo (traducida por su vagabundo hermano Pedro) y una serie de otros que estimulñaron la creencia de muchos de aquellos navegantes aventureros que llegaron a abrior una rura el Este circunnavegando África y abriendo una nueva ruta marina.
Herodoto, Euxodo, Cízico, Estrabón…todos nos hablaron de aquellos viajeros que llegaron más allá de las Columnas de Hércules, en la lejana Tule, esa región en la que Platón sitúo a la Atlántida.
Pero eso es otra y, me tengo que preguntar cómo he podido llegar hasta aquí…¡Yo sólo quería hablar de Astronomía!
emilio silvera
Jul
8
¿Sirve realmente orar pidiendo alguna cosa?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Humanidad ~ Comments (5)
Una reportera escuchó hablar de un anciano judío que había estado yendo a orar al Muro de los Lamentos durante muchos años, todos los días, sin faltar uno. Así que fue para allí a comprobarlo. Identificó al hombre fácilmente mientras se acercaba al Muro de los Lamentos.
Lo observó mientras oraba.
Después de 45 minutos y cuando el anciano se estaba dando vuelta para irse, ella se acercó para hacerle una entrevista.
“Discúlpeme, señor. Soy Rebecca Laskowsky, reportera. ¿Cuál es su nombre?”.
“Morris Fishbein,” respondió el hombre.
“¿Cuánto tiempo ha venido usted, señor, al Muro de los Lamentos?”.
“Alrededor de 60 años”.
“¡60 años! ¡Es asombroso! ¿Y por quién ó por qué reza?”.
“Rezo por la paz entre cristianos, judíos y musulmanes.”
“Rezo porque terminen todas las guerras y los odios entre la gente.”
“Rezo para que los niños crezcan como adultos responsables, amando a sus semejantes”.
“Rezo porque no haya pobres en el mundo, aunque para ello no tengan que haber ricos”
“¿Y cómo se siente usted después de estos 60 años?”
” ¡¡¡Como si le hubiera hablando a una pared!!!”
¡La Condición Humana! ¿Cuándo seremos conscientes de que lo que queramos alcanzar será siempre, mediante el propio esfuerzo? Nada nos dará el cielo. Sin embargo, es justo reconocer que, al que tiene la fe y cree en la divinidad y el milagro, sus creencias le pueden hacer mucho bien y también fuerzas para soportar los malos momentos, y, eso amigo, hay que respetarlo.