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¡La perfección! ¿No serán simples rumores?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en ¿Qué es la belleza? No es lo mismo para todos ~ Comments (6)
¿La Belleza? ¡Está en la Naturaleza!
Espíritu de belleza, que has consagrado
Con tus propios matices todo aquello sobre lo que brillas
Del pensamiento o la Humanos, ¿a donde has ido?
¿Por qué has desaparecido y abandonado nuestra existencia,
oscuro Valle de lágrimas, vacío y desolado
El Universo está construido según un plan
cuya profunda simetría está presente de algún
modo en la estructura interna de nuestro intelecto.
El primero pretende ser un himno a la Belleza intelectual de Shelley y, en el segundo Paul Valery, nos transmite la idea de que, la belleza, forma parte de nuestro intelecto humano que, no simplemente valora lo material sino que, de alguna manera, deja un lugar la excelencia del mundo.
Henry Poincaré
Algunas veces, los físicos teóricos, como los artistias (uno se siente tentado a decir: como otros artistas) se seguían en su por preocupaciones estéticas tanto como racionales. “Para hacer ciencia, es necesario algo más que la pura lógica”, escribió Poincaré, quien identificaba este elemeto adicional como la intuición, que supone “el sentido de la belleza matemática”. Heisenberg hablaba de “la simplicidad y belleza” de los esquemas matemáticos que la Naturaleza nos presenta.
Usted también debe sentido esto -le dijo a Einstein, la casi temible simplicidad e integridad de la relación que la Naturaleza repentinamente extiende ante nosotros”. Paul Dirac, el físico teórico ingles y enorme matemático, cuya descripción relativista del electrón está a la altura de las obras maestras de Einstein y Bohr, llegó hasta sostener que “más importante que nuestras ecuaciones se ajusten a los experimentos es que sean bellas”.
La estética es, evidentemente, subjetiva, y la afirmación de que los físicos buscan la belleza en sus teorías tiene sentido sólo si podemos definir la Belleza. Afortunadamente, esto se puede hacer, en cierta medida, pues la estética científica está iluminada por ese sol central de la simetría.
La simetría es un concepto venerable y en modo alguno inescrutable, que tiene muchas implicaciones en la ciencia y el arte, mucho después de que el físico chino –norteamericano Chen Ning Yang ganase el Premio Nobel por su en el desarrollo de una teoría de campos basada en la simetría, aún afirmaba que “no comprendo todavía todo el alcance del concepto de simetría”.
Debajo de las manifestaciones visibles y audibles de simetría hay profundas invariancias matemáticas. Los esquemas espirales que se encuentran en el interior del nautilus, en la superficie de los girasoles, por ejemplo, pueden ser presentados por aproximación mediante la serie de Fibonacci, una operación aritmética en la que cada miembro es igual a la suma de los dos precedentes (, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, …). La razón creada dividiendo cada de la serie por el número que le sigue se aproxima al valor 0,618.
No es casual que esta sea la fórmula de la “sección aurea”, una proporción geométrica que aparece en el Partenón, La Mona Lisa y El nacimiento de Venus de Boticelli, y es la base de la octava que se emplea en la músuca occidental el tiempo de Bach. Toda la fecunda diversidad de esta simetría particular, expresada en infinidad de modos, desde conchas marinas y las piñas hasta el Clave buien temperado, deriva, por lo tanto, de una sola unvariancia, la de la serie de Fibonacci. La comprensión de que una sola simetria abstracta podría tener tantas frustíferas y diversas manifestaciones deleitó a los sabios del Renacimiento, quines la citaban como prueba de la eficacia de las matemáticas y de la sutileza de los designios de la Naturaleza sabia. Desde entonces, otras muchas simetías abstractas han sido identificadas en la naturaleza -algunas intactas y otras , “rotas” o estropeadas-, y sus efectos parecen incluso extenderse hasta los cimientos mismos de la materia y la energía.
El Partenón de Atenas. La Grecia clásica , fuente de simetría y canon. presente en todas las imágenes de arriba
La palabra simetría en griego, significa “la misma medida” (sun significa “juntos”, como en sinfonía, una unión de sonidos, metrón, “medición”); así, su etimología nos informa que la simetría los griegos también significa la “debida proporción” , lo que sugiere que la repetición involucrada debe ser armoniosa y placentera; esto indica que una relación simétrica debe ser juzgada por un criterio estético superior. Pero en la ciencia del siglo XX se puso de relieve el primer aspecto de la vieja definición: se dice que hay simetría cuando una cantidad medible permanece invariante (lo que significa que no cambia) bajo una transformación (que significa una alteración).
Nosotros, casi todos, hemos conocido la simetría en sus manifestaciones geométricas, o, en el Arte. Cuando decimos, por ejemplo, que una esfera tiene una simetría de rotación, lo que tratamos de indicar es que poseer unas características -en este caso, su perfil circular- que permanece invariante en las transformaciones producidas al hacerla rotar. hacerse rotar la esfera en cualquier eje y cualquier grado sin que cambie su perfil, lo cual hace que sea más simétrica, por ejemplo, que un cilibro, que tiene una simetría similar sólo cuando rota alrededor de su eje largo; si rota alrededor de su eje corto, el cilindro se reduce a un círculo.
Las simetrías son comunes en las esculturas, empezamdo por el desnudo humano, que es (de modo aproximado) bilateralmente simétrico cuando se le contempla de frente o de atrás, y en arquitectura como en los planos de suelo en de cruz de las catefrales medievales, y aparecen en todas partes desde el tejido hasta el baile de figuras.
Hay muchas simetrías en la música de Bach, en un pasaje de la Tocata y Fuga en Mi menor (mo he podido encontrar la partitura) traslada arrina y abajo del pentagrama pequeños trios de notas tiendas de campaña. Excepto con la ocasional diferencia de alguna que otra nota, la construcción tiene una simetría de traslación. Si quitamos un trío cualquiera y lo pusiéramos sobre otro, encajaría perfectamente.
Nos encontramos simetrías en el Universo, en el mundo que habitamos, en nosotros y, nuestras Mentes, no son una excepción y en ellas subyace una simetría más profunda que trasciende a lo material.
emilio silvera
el 25 de abril del 2014 a las 16:56
La perfeccion,no existe!! no es una afirmacion es una reflexion,la inperfeccion es fundamental para crecer,todo caos es necesario….crear desde el la intencion un movimiento y el alavez…creara todos los eventos y momentos para dar ese istante cosnciante,y asi equilibrar….el momento (caos-inperfecion)…
Gracias a ser inperfectos….somos tremendamente divinos.
Un abrazo
el 26 de abril del 2014 a las 5:52
Así resulta ser amigo mío.
el 30 de septiembre del 2014 a las 4:25
En mi opinión, hay distintos niveles de belleza, todos los cuales sirven a un propósito, de acuerdo al nivel perceptivo y vivencial de cada momento evolutivo. Obviamente este crisol de experiencias que es la vida nos la belleza como alimento en cada etapa; así pues, en la adolescencia prima el físico, el poder de la floración, la exhuberancia de la primavera, con el tiempo y las experiencias, externas e internas, he llegado a la conclusión que la expresión máxima de la belleza es el éxtasis, entendiendo como tal, la observación de la compasión, pero no una compasión militante. Un ejemplo: Puedes ver a un niño gordito intentando superarse a sí mismo cruzando una pasarela de madera en un parque, de pronto, pierde el equilibrio y cae de bruces; tiene ganas de llorar pero hay demasiada gente, manchado de tierra, herido, se levanta rojo de vergüenza y derrotado y finge una sonrisa forzada. A mí me recuerda a mi hijo, también gordito y poco ágil y sensible y algo me hace ir hacia él ofrecerle mi ayuda y decirle que me siento orgulloso de su intento, que tiene mucho valor lo que ha intentado, porque en mi corazón he visto en él a mi hijo. Eso es compasión, eso paa mí es belleza: ver lo que más amamos en cada ser, en cada cosa, hasta llegar a vernos a nosotros mismos en todo y en todos, con el corazón, sintiéndolo y sintiéndonos merecedores de recibir ese amor, percibiendo que ese amor hacia nosotros mismos está ahí y ha estado siempre. Ese momento de éxtasis creo que es insuperable y nos hace trascender. Un saludo y gracias por la oportunidad de expresarme.
el 30 de septiembre del 2014 a las 5:28
Amigo José Carlos, acabas de describir un pasaje que muestra la grandeza humana que llevamos dentro. Esa es, la verdadera condición que algún dçia, lejos aún en el futuro, prevalecerá en nostros. Cuando sintamos que todos somos uno y que, el dolor ajeno, es el propio dolor.
Un abrazo.
el 30 de septiembre del 2014 a las 6:02
Admirado Sr. Silveira: en primer lugar agradecerle su contestación, más aún a mis comentarios sobre la velocidad de la luz; dado que es su especialidad. Su paciencia y elegancia a mis ignorantes atrevimientos es de admiración. También le agradezco y aprendo del resto de sus comentarios y el sentido humanista de su blog. Gracias y un sincero abrazo.
el 30 de septiembre del 2014 a las 8:47
Amigo mío, ignorantes somos todos. Estamos aquí muy poco tiempo para poder aprender… ¡todo lo que nos gustaría! Y, como decía el sabio: “siempre seremos aprendices! Contestar al visitante es mi obligación y, en este caso diría que, también es mi placer, toda vez que, las personas sensibles no abundan y, la historia que nos cuenta de “ese niño gordito”, es entrañable y habla mucho de sus sentimientos. Mucho mejor sería nuestro mundo con muchos José Carlos Martín Barcelona.
Un placer amigo.