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Tiempo de ayer, tiempo de hoy
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física ~ Comments (17)
Decíamos en ocasiones anteriores…
Inmersos en nuestras vidas cotidianas con los problemas que todos arrastramos: Rl trabajo, la hipoteca, el niño que no estudia, el novio de la niña que no tiene porvenir, la abuela cada día está peor, el coche de 14 años jay que cambiarlo….
En realidad, si nos detenemos a pensar detenidamente y en profundidad en el entorno en que nos encontramos, una colonia de seres “insignificantes”, pobladores de un “insignificante” planeta, de un sistema solar dependiente de una estrella mediana, amarilla, del tipo G-2, nada especial y situada en un extremo de un brazo espiral, en la periferia (los suburbios del Sistema Solar) de una de entre miles de millones de galaxias… si pensamos en esa inmensidad, entonces caeremos en la cuenta de que no somos tan importantes, y el tiempo que se nos permite estar aquí es un auténtico regalo.
El Tiempo Pasado que nunca volverá, simplemente lo llevamos en el recuerdo si lo vivimos y, en la Historia suçi fue el Tiempo de otros.
El Presente, como su nombre indica, es un regalo. Es el Tiempo que tenemos para poder realizar los sueños. Todo lo que no hagamos en el Presente… ¡Nunca podrá existir! Tener un hijo, escribir un libro…
El Futuro, ese Tiempo por venir, el que no existe y está por construir, el que no podemos conocer y sólo imaginarlo podemos. El Futuro es el Tiempo que estamos diseñando en el Presente, y, nunca podremos estar seguro de cómo será. El Azar y lo imprevisto puede cambiar el rumbo y traer un Futuro inesperado.
El futuro es el Tiempo que nunca podremos conocer, cuando llegue, no estaremos aquí, será el Presente de otros. Nosotros estamos confinados en un perpetuo Presente.
Según nos dicen, el Tiempo es relativo, no es igual para todos dependiendo de la situación del que lo observe, y, a veces, incluso puede transcurrir más lento si nuestra actividad lo provoca…
Ese tiempo, corto espacio de tiempo en relación al tiempo cosmológico, es por cierto un espacio suficiente para nacer, crecer, aprender, dejar huella de nuestro paso por este mundo a través de nuestros hijos y a veces (si somos elegidos) por nuestro trabajo, tendremos la oportunidad (casi siempre breve) de ser felices y muchas oportunidades para el sacrificio y el sufrimiento, y así irán pasando nuestras vidas para dejar paso a otras que, al igual que nosotros, continuaran el camino iniciado en aquellas cuevas remotas del pasado, cuando huyendo del frío y de los animales salvajes, nos refugiábamos en las montañas buscando cobijo y calor.
Podemos continuar diciendo ahora…
Han pasado muchos periodos de tiempo desde entonces, y la humanidad, en verdad, aprovechó el “tiempo”. No quiero decir que en todos los ámbitos humanos del comportamiento tengamos que felicitarnos, hay algunos (aún hoy) de los que el sonrojo es inevitable, pero eso es debido a que la parte animal que llevamos en nosotros está de alguna manera presente, y los instintos superan a veces a la racionalidad. Aún no hemos superado el proceso de humanización. Sin embargo, los logros conseguidos no han sido pocos; el “tiempo” está bien aprovechado si pensamos que hace sólo unos miles de años no sabíamos escribir, vagamos por los campos cazando y cogiendo frutos silvestres y no existían organizaciones sociales ni poblaciones. Desde entonces, el salto dado en todos los campos del saber ha sido tremendo.
Ahora, pasado el tiempo, nuestra innata curiosidad nos ha llevado a descubrir que vivimos en un planeta que pertenece a una estrella de una galaxia que forma parte de un grupo de treinta galaxias (el “Grupo Local”) y que a su vez, están inmersas en un universo que cuenta con decenas de miles de millones de galaxias como la nuestra.
Hemos podido saber que ese universo está en expansión y que las galaxias se alejan las unas de las otras. Se ha podido deducir que el universo surgió de una explosión a la que llamamos el Big Bang hace ahora 13.500 millones de años. A partir de una singularidad, un punto de energía y densidad infinitas, surgió el universo que, desde entonces, junto con el espacio y el tiempo continúa expandiéndose.
Surgieron los primeros quarks libres que se juntaron para formar protones y neutrones que, a su vez, se unieron y formaron núcleos que, al tener energía positiva, atrajeron a los electrones, de energía negativa, formándose así lo átomos estables.
Los átomos se juntaron para formar moléculas y células y éstas, a su vez, juntas formaron materia. Al principio era todo simetría y existía una sola fuerza que lo regía todo. El universo era totalmente opaco, la temperatura reinante muy alta y todo estaba invadido por una especie de plasma.
Pero la expansión del joven universo continuó imparable. La temperatura fue descendiendo y la simetría se rompió, lo que dio lugar a que donde sólo había una sola fuerza aparecieran cuatro. Las fuerzas nucleares, fuerte y débil, el electromagnetismo y la gravedad surgieron de aquella simetría rota y como hemos dicho antes, surgieron los primeros quarks para, con los electrones, fabricar la materia que está hecha de quarks y leptones. Más tarde, la luz apareció al quedar libres los fotones y donde antes todo era opacidad, surgió la transparencia. Pasaron unos doscientos mil años antes de que nacieran las primeras estrellas y se formaran las galaxias.
Las estrellas evolucionaron y en sus hornos nucleares se fabricaron elementos más complejos que el primario hidrógeno; con la fusión nuclear en las estrellas se fabricó helio, litio, magnesio, neón, carbono, oxigeno, etc, etc. Estas primeras estrellas brillaron durante algunos miles de millones de años y, finalmente, acabado su combustible nuclear, finalizaron su ciclo vital explotando como supernovas lanzando al espacio exterior sus capas más superficiales y lanzando materiales complejos que al inmenso cosmos para hacer posible el nacimiento de nuevas estrellas y planetas y… a nosotros, que sin esas primeras estrellas que fabricaron los materiales complejos de los que estamos hecho, no estaríamos aquí.
Ese inmenso tiempo que hemos tenido desde que asombrados mirábamos brillar las estrellas sobre nuestras cabezas sin saber lo que eran, o bien, asustados nos encogíamos ante los rayos amenazadores de una tormenta o huíamos despavoridos ante el rugido aterrador de la Tierra con sus temblores de terremotos pavorosos o explosiones inmensas de enormes montañas que vomitaban fuego.
Desde entonces, hemos aprendido a observar con atención, hemos desechado la superstición, la mitología y la brujería para atender a la lógica y a la realidad de los hechos. Aprendimos de nuestros propios errores y de la naturaleza.
Como ya se dijo antes, ahora sabemos de dónde vinimos, qué debemos hacer para continuar aquí sin estropearlo todo y, seguramente, con poco margen de error podríamos decir también hacia dónde nos dirigimos.
Una de las propiedades del “tiempo” es que en su transcurrir pasan cosas. Estas cosas que pasan, estos sucesos, los reunimos y los guardamos, lo llamamos historia y nos sirven para recordar y aprender. De lo bueno que pasó para repetirlo y mejorarlo, de lo malo para procurar que no vuelva a ocurrir.
Pasado
Presente
Futuro
Eso, lo que ocurrió, es lo que llamamos pasado. Lo que ocurre ahora mismo, en este preciso instante, es lo que llamamos el presente, y lo que no ha ocurrido aún es lo que llamamos el futuro.
En realidad, como el tiempo nunca se para, el presente no existe, es algo tan efímero que ocurre y al instante es pasado, y entramos en el futuro que, a su vez, pasa vertiginoso por el instante “presente” que se convierte en “pasado” y rápidamente estamos en el “futuro”, otra vez. Así que, en verdad ¿dónde estamos? Hay que mirar estos conceptos de manera muy amplia y a cierta distancia para que tengan sentido.
Lo hemos clasificado de muchas maneras y, hasta hemos tratado de cuantizarlo
El concepto de tiempo está enclavado en las profundidades y conceptos más avanzados de la física y la astronomía. Sin embargo, su verdadera naturaleza permanece en el misterio. Todo acontece con el transcurso del tiempo que es implacable y fluye continuamente y todo lo que existió, lo que existe y lo que existirá, está sometido a los efectos del tiempo que, desgraciadamente, sí podemos ver. La destrucción provocada por el paso del tiempo es muy real, y tanto en las cosas como en nosotros mismos, el resultado es el mismo: ¡la aniquilación y la muerte!
Hace mil quinientos años que San Agustín, filosofo y sabio obispo de Hipona, preguntó: “¿qué es el tiempo?” Y se respondió a sí mismo: “Si alguien me lo pregunta, sé lo que es. Pero si deseo explicarlo, no puedo hacerlo“.
Cuando nació el Universo dio comienzo esa enigmática aventura que llamamos Tiempo
El tiempo, desde “tiempos remotos“, ha sido una abstracción que ha cautivado e intrigado a las mentes humanas que han intentado entenderlo en todas las vertientes y en todos los sentidos. Del tiempo, las mentes más preclaras han intentado definir, en esencia, lo que es. La verdad es que, unos con más fortunas que otros, con más interés o con mejor lógica científica dejaron sus definiciones que, de todas formas, nunca llegaron a llenar ese vacío de una explicación convincente, sencilla, que todo el mundo comprenda y que esté basada en principios naturales que nos digan su origen, su transcurrir y, si es que lo hay, su final, porque ¿es el tiempo infinito?
Infinito, según las leyes de la física, no puede haber nada. Es un lugar que nunca podremos alcanzar porque no existe, y, como la nada y el vacío, son conceptos utilizados para expresar de manera gráfica lo que deseamos hacernos entender.
Ni siquiera el universo es infinito y, conforme determine la densidad crítica de la materia que contiene, un día dejará también de existir.
Luego si el tiempo nació con el Big Bang, es probable que finalice con el Big Crunch. Es una posibilidad.
Como antes explicaba, el pasar del tiempo es muy subjetivo dependiendo de la situación de quien lo percibe. Un minuto puede parecer eterno o un suspiro, dependiendo del estado de dolor o de felicidad de quien lo mide. También será relativo, no pasa a la misma velocidad para todos, depende de la velocidad a que esté viajando y de qué observador lo esté midiendo, como quedó demostrado con la teoría especial de la relatividad de Einstein.
Galileo media el Tiempo con faroles, otros con espejos
Desde tiempos inmemoriales hemos querido medir el tiempo, el día y la noche, las estaciones, el sol, relojes de arena, etc, etc, hasta llegar a sofisticados aparatos electrónicos o atómicos que miden el tiempo cotidiano de los humanos con una exactitud de sólo un retrazo de una millonésima de un segundo cada 100 años.
Hemos inventado estas medidas de tiempo para controlar nuestras actividades cotidianas y nuestras vidas.
La medida de tiempo elegida es el segundo que, en las unidades del SI tiene el símbolo s y su duración es igual a la duración de: hertzios = 9 192 631 770 períodos de la radiación correspondiente a la transición entre dos niveles hiperfinos del estado fundamental del átomo de cesio-133.
Reloj de Cesio
Reloj atómico cuyo funcionamiento se basa en la diferencia de energía entre dos estados del núcleo de cesio-133 cuando se sitúa en un campo magnético. En un tipo, los átomos de cesio-133 son irradiados con radiación de radiofrecuencia, cuya frecuencia es elegida para corresponder a la diferencia de energía entre dos estados. Algunos núcleos de cesio absorben esta radiación y son excitados al nivel superior. Estos átomos son desviados por otro campo magnético, que hace que choquen contra un detector. Una señal de ese detector es llevada al oscilador de radio frecuencia para evitar que se desplace de la frecuencia de resonancia de la que indicamos antes del orden de 9 192 631 770 hertzios. De este modo, el instrumento está fijado a esta frecuencia con una precisión mejor que una parte en 1013 (algo mayor que tera -T-). Así, el reloj de cesio es utilizado en la definición del segundo en el SI (Sistema Internacional).
Como podemos ver, la imaginación humana no tiene límites, y si nos dan el “tiempo” suficiente, quien sabe hasta donde podremos llegar.
Si el Tiempo fuese una Entidad consciente y nos pudiera contar todo lo que vio
Como estamos comentando sobre cuestiones que están conectadas con lo que llamamos tiempo, es difícil que, al estar el tiempo siempre presente, ocurra algo que no tenga nada que ver con él, de alguna manera, el tiempo está presente. Sin embargo, puede existir algún fenómeno que, de alguna manera, esquive al tiempo.
Los núcleos para formar átomos están rodeados por varios niveles de electrones y todos sabemos que un átomo es la parte más pequeña que puede existir de un elemento, es la fracción mínima de ese elemento. Consta de un denso núcleo de protones y neutrones (los nucleones) rodeados de electrones moviéndose a velocidades cercanas a las de la luz. Es lo que se conoce como estructura electrónica del núcleo y que tiene que ver con los niveles de energía que los electrones ocupan.
Una vez dejada la reseña básica de lo que es el átomo y donde están situados los electrones por capas o niveles alrededor de su núcleo, veamos el fenómeno principal de este comentario referido a “esquivar el tiempo”.
Si un fotón viajero va por el espacio a 299.792’458 Km/s, velocidad de c, golpea a un electrón situado alrededor de un núcleo, lo que ocurre trae de cabeza a los científicos que no saben explicar de manera convincente la realidad de los hechos. El electrón golpeado absorbe el fotón y, de manera inmediata, desaparece del nivel que ocupa y, sin recorrer la distancia que los separa, simultáneamente aparece en el nivel superior.
¿Por dónde hizo el viaje? ¿En qué lugar se escondió mientras desapareció? ¿Cómo pudo aparecer simultáneamente en otro lugar, sin recorrer la distancia existente entre el nivel de partida y el de llegada? Y, ¿cómo esquivó el tiempo para que todo ocurriera simultáneamente?
Estas son preguntas que aún no podemos contestar, aunque sí es verdad que nos gusta especular con viajar en el tiempo, y lo del electrón, conocido como “efecto túnel” o salto cuántico, es una idea.
Necesitamos tiempo para cambiar las cosas. Sobre todo, la cultura científica de los pueblos.
Hemos de reconocer que no hemos tenido mucha suertew
Sinceramente creo que son los gobiernos los que fomentan este tipo de sociedades “no pensantes” que se pueden guiar fácilmente con los programas “basura” de las televisiones que facilitan y colaboran a que no levantemos cabeza.
¡¡ Es una pena!!
Un periodista que se precie debe estar vinculado a la verdad, sino…. ¡Es otra cosa!
Tenemos que desterrar esta situación de programas vacíos de contenido o prensa embrutecedora de los sentidos. Mejorar los hábitos y, desde pequeñitos, hacer que los niños lean mucho, que se interesen por las cosas verdaderamente importantes y que sientan dentro de su ser la curiosidad, la necesidad de saber.
Esta realidad se nos ocultó y sólo nos dieron escenas de balcones y palmeros engañados
Por otra parte, la pena que se siente por tal situación está fundada, principalmente, en la impotencia que produce el comprobar la cantidad de maravillas que se pierden este número inmenso de personas que, desgraciadamente, nunca disfrutarán de los enormes logros y descubrimientos científicos que desde hace miles de años, fueron y están siendo conquistados por la humanidad de la que forman parte.
Si preguntamos por el significado del Big Bang, la expansión del universo, cómo nacen y mueren las estrellas, qué es una singularidad, a qué se refiere la libertad asintótica de los quarks, qué son los nucleones, qué significan las constantes universales, qué es la mecánica quántica, el modelo estándar, la relatividad general, el significado de E = mc2, el principio de incertidumbre, la función de onda de Schrödinger, la exclusión de Pauli, el cuanto de acción, h, o el límite, la energía o tiempo de Planck…, cualquiera de estas cuestiones, todas tan importantes, serán desconocidas para el 99’99% de los encuestados. ¡Una auténtica calamidad!
Esa es la penosa realidad en la que estamos inmersos. Esas personas desconocedoras de las preguntas de antes sí podrían contestar, en cambio, cualquier tema que se les plantee sobre una famosa cantante de la copla y de lo que hizo o dejó de hacer el novio vago de aquella famosilla por enseñar el culo y, en verdad, necesitamos políticos honrados para poder cambiar todo esto.
Para seguir avanzando habrá que eliminar esta clase de sociedad aberrante, lo que de nuevo nos lleva a la misma cruda realidad, necesitamos tiempo… y buena voluntad. Pero sigamos con lo nuestro.
El tiempo es una dimensión que permite distinguir entre dos sucesos que ocurren en el mismo punto del espacio y que de otra forma serían idénticos (espacio-tiempo). El intervalo entre dos de esos sucesos constituye la base de la medida del tiempo. Para propósitos generales, más cotidianos, la rotación de la Tierra sobre su eje sirve para definir las unidades del reloj (el día y la noche con 24 horas) y la órbita del planeta Tierra, alrededor del Sol, (el año) se utiliza para definir las unidades del calendario con 365 días. Para fines científicos, los intervalos de tiempo son ahora definidos mediante la frecuencia de una radiación electromagnética especificada*. También es interesante pararse a ver lo que es dilatación de tiempos, que en páginas anteriores explicamos que estaba dado en un factor . Por otra parte, podríamos hablar de la operación de reemplazar el tiempo t por el tiempo -t. La simetría de la inversión temporal es conocida como invariancia.
Como estamos comentando asuntos diversos que de alguna manera pueden estar relacionados con el tiempo, y comentamos también las diversas perspectivas y formas o enfoques de mirar el tiempo, no me puedo resistir aquí una reseña de lo que es el…
Como estamos comentando asuntos diversos que de alguna manera pueden estar relacionados con el tiempo, y comentamos también las diversas perspectivas y formas o enfoques de mirar el tiempo, no me puedo resistir a explicar mañana lo que es el Tiempo de Planck.
emilio silvera
La medida de tiempo elegida es el segundo, que en las unidades del SI tiene el símbolo s y su duración es igual a la duración de: hertzios = 9 192 631 770 periodos de la radiación correspondiente a la transición entre dos niveles hiperfinos del estado fundamental del átomo de cesio-133.
el 30 de enero del 2011 a las 0:02
Es un tema muy espinoso el que tocas de pasada, Emilio: la decadencia generalizada y sostenida de la educación.
Es un problema de Poder.
A las élites dominantes (léase el Gran Capital, vinculado hoy sobretodo a los campos financiero, farmacéutico, agroindustrial y al llamado complejo militar/industrial privado) les conviene continuar manteniendo el “satus quo” a cualquier precio, y nada lo hará renunciar a ello. Una de sus armas principales es mantener al público desinformado, entretenido, y con un nivel mínimo de instrucción.
Un pueblo educado, inteligente, con espíritu crítico, los pone nerviosos
Ya en los principios de nuestra era, el poeta Juvenal nos contaba:
“… Hace ya mucho tiempo, de cuando no vendíamos nuestro voto a ningún hombre, hemos abandonado nuestros deberes; la gente que alguna vez llevó a cabo comando militar, alta oficina civil, legiones, todo, ahora se limita a sí misma y ansiosamente espera por sólo dos cosas: pan y circo.” (Sátira X)
Nuestros modernos emperadores son más prácticos; no pierden tiempo en preocuparse del pan del pueblo, sólo se preocupan de que no les falte circo.
Un abrazo, Amigo.
el 30 de enero del 2011 a las 0:08
Hace mucho calor acá para sobretodo; mejor, sobre todo.
También: “…y nada les hará renunciar…”.
el 30 de enero del 2011 a las 10:36
Desgraciadamente para la mayoría de las personas que pueblan el planeta, así resulta ser la cruda realidad.
el 31 de julio del 2020 a las 20:38
Que los GPS funcionen con arreglo a unas ecuaciones que determinan ciertas variaciónes en su componente llamada tiempo, me parece fantástico, pero de hay a que represente realmente la componente tiempo media un abismo.
el 31 de julio del 2020 a las 22:15
Para más inrri “…,…,…, . blancas y redondas les salieran patas y saltarán del pentagrama”.
Es muy obvio que el supuesto tiempo permanece impertérrito al margen de la velocidad de los objetos.
el 1 de agosto del 2020 a las 7:07
el 1 de agosto del 2020 a las 8:03
Si son postulados que no son siempre reflejos de la realidad, entonces hablamos de entelequia, resuelta la cuestión.
el 1 de agosto del 2020 a las 18:30
Hola muchachada.
Negar lo demostrado miles de veces y base de cálculos para las más diversas y precisas aplicaciones cotidianas ¿qué nombre le pondremos? Resuelta la cuestión.
Saludos.
el 1 de agosto del 2020 a las 20:21
Muchos relojes salen de fábrica defectuosos y otros sencillamente se deterioran, y en ningun caso decimos por ello que el tiempo es defectuoso o se deteriora, resuelta la cuestión.
el 1 de agosto del 2020 a las 23:11
Decimos que el reloj (no el tiempo) es defectuoso, que atrasa o adelanta… que marcha mal.Saludos.
el 2 de agosto del 2020 a las 3:29
Convencionalismo
el 2 de agosto del 2020 a las 13:34
Para ser mas precisos :un reloj más preciso que otro ¿que queremos significar? , pues que su margen de error queda más ocotado.
Quiere decir que todo error está implícito en todo aquello que tratamos de cuantificar.
¿Que miden los relojes? Convencionalismo más refinado, esto es error más sutilizado.
el 2 de agosto del 2020 a las 0:10
Hola muchachada.
Una unidad de medida es una comparación entre un patrón estándar, consensuada, que sirve de referencia y el objeto o entidad a medir. Antiguamente por ejemplo se utilizó el ancho del pulgar para “medir” (comparar) una tabla determinando cuántos pulgares entraban en su ancho y su largo (de ahí la “pulgada”).
Lo que mide el reloj no es una arbitrariedad. Para lograr una medida estándar de tiempo se tomó el tiempo que demora la Tierra en dar una vuelta sobre sí misma ( día) una cosa relativamente sencilla. Se dividió ese tiempo en 24 períodos (horas), luego cada hora se dividió en sesenta minutos y cada minuto en sesenta segundos (sistema sexagesimal). Podría haberse haberse adoptado el sistema decimal; por ejemplo dividir el día en 10 horas (que durarían notoriamente más), cada hora en 100 minutos y cada minuto en 100 ( o 10 o 1000) segundos. y hubiera sido igual de efectivo, pero se eligió el que tenemos y se convino que esas serían las unidades. Un reloj análogo clásico deberá dar con su aguja horaria 2 vueltas a la esfera para completar un día completo. No es una medida arbitraria, debe ser preciso. Si tiene una falla por pequeña que sea, no coincidirá con la vuelta exacta de la Tierra en su torno. El reloj (su horario) llegará más tarde de que la Tierra complete su giro si atrasa o más temprano si adelanta. Eso es lo que mide (lo que compara) un reloj. El tiempo.
Ésta es la base; lógicamente las Ciencia y y la Tecnología se tornan cada vez más complejos y con ellas también los instrumentos pero la base sigue siendo la misma.
Esto se aprende en la escuela, aunque muchas veces nos olvidamos y dejamos de entender para qué cuernos sirven las cosas.
Saludos.
el 2 de agosto del 2020 a las 4:30
Es verdaderamente curioso el ver, como incluso, lo bien asentado en nuestras mentes, nos puede producir dudas aún cuando, la ciencia, lo tenga más que admitido, ya que, de la conjetura pasó a la teoría, de la teoría al experimento y, del experimento, pasó a considerarse Ley.
Claro que, si miramos hacia atrás en el Tiempo, podemos ver que la “Ley”, ha ido cambiando según avanzaban las Sociedades, y, lo que ayer fue legal, hoy, no lo es. También las Teorías han ido siendo “refinadas” a medida que los nuevos datos obtenidos de experimentos y observaciones o nuevos descubrimientos fueron saliendo a la luz. Sin embargo, si nos fijamos en esas dos teorías que nos hablan de lo muy pequeño y de lo muy grande, la cuántica y la relatividad, a pesar de que pasaron los 100 años de vida… ¡No han cambiado!
¿Por qué será?
De todas las maneras, aunque algunas cuestiones están bastante claras y poca o ninguna discusión admiten, en lo tocante al Tiempo, las cosas son bastante diferentes. Ese algo que no podemos ver ni tocar, que todos lo tenemos, y, sin embargo, ni lo podemos prestar ni vender, que se deja sentir a medida que transcurre y que tiene un gran importancia en nuestras vidas, sin él, no podríamos tener la oportunidad de realizar nuestros sueños, siempre nos parece escaso, y, precisamente por eso lo llamamos “tesoro” y comprendemos que no se debe dilapidar.
El Tiempo tiene muchas variables y, además del día y la noche, de los segundos, horas, días, años y siglos o milenios, conocemos esa otra cara que llamamos Pasado, Presente y Futuro de los que podríamos hablar extensamente y obtener consecuencias sorprendentes de todas ellas.
Y, aunque nuestra razón nos diga que el Tiempo transcurre siempre de la misma manera, lo cierto es que no es igual para todos dependiendo de la situación de cada cual, para unos las horas son eternas y, para otros, los días pasan de manera fugaz, no han tenido Tiempo para nada, incluso, para algunos, el Tiempo es sólo una abstracción de la Mente, no existe.
Tenemos que convenir en algo que, de hecho, nos sitúa ante una realidad innegable: “No sabemos” y la carga de ignorancia que llevamos con nosotros, a veces, nos puede nublar la razón. Sí, es cierto que hemos avanzado mucho y conquistado conocimientos que la Naturaleza nos ha confirmado. Sin embargo, otros que creemos tener, en realidad, están pendientes de esa confirmación necesaria por la única balanza que deja las cosas en su justo nivel: La Naturaleza.
Muchas son las cuestiones que tenemos en el candelero y que por falta de medios no podemos confirmar de manera firme e innegable, irrebatible en cualquier discusión, y, eso amigos míos, no pasa con el Tiempo que, aún estando con nosotros y formar parte de nuestras vidas cotidianas, se comporta de manera misteriosa y parece que no quiere dejar ver sus más profundos secretos.
Como siempre digo: ¡El Tiempo! Qué dolor de cabeza.
Claro que, por otra parte hay que reconocer que estas discusiones nos mantiene vivos y ensancha nuestras Mentes.
Un abrazo y que la calor y el virus se vaya lo más lejos posible para que la sensatez y la normalidad vuelva a nuestras vidas ya de por sí bastante complicadas sin la intervención de algunos “sabios” y “listos” que vienen a querer arreglar (o a querer aprovechar) la desgracia ajena que, con sus decisiones, tratan de fastidiarnos el poco “Tiempo” que nos queda.
el 2 de agosto del 2020 a las 14:56
Hola muchachada.
Hola Amigo Emilio.
Está muy bien lo que dices pero nos vamos un poco del tema (recurrente y nihilista) que plantea Pedro.
Un reloj es un instrumento de medida, como una regla o un termómetro.
Ahora bien, alguna vez he leído autores que, mas o menos, plantean que el pasado y el futuro no existen, que vivimos un eterno presente en el que el pasado y el futuro son meras ilusiones, creaciones de nuestra mente. Más allá que ya no se trata de Física sino de Filosofía o Psicología, es muy fácil mirar en el presente, por ejemplo, las piedras de las pirámides de Egipto y observar en ellas el deterioro de sus caras o de sus aristas, el desgaste erosivo provocado por el viento que las azota golpeándolas con diminutas partículas de arena durante siglos para darse cuenta, en el presente, que efectivamente existió un pasado. Que ha transcurrido un período de lo que llamamos tiempo desde que esas piedras fueron cortadas y colocadas hasta el momento presente. Que el momento culminante de ese Tiempo transcurrido es el presente, pero que no es el Fin del Tiempo sino que continuará transcurriendo en lo que llamamos futuro. Que el trancurso del tiempo futuro no lo podemos comprobar pero lo podemos suponer en base a la experiencia del Pasado, que sí es comprobable.
Que negarlo es negar la realidad.
El problema del tiempo distinto que miden dos relojes que marchan bien, no es en sí un problema real, porque comparados a nivel local no mostrarán diferencia. La diferencia es cuando se comparan a nivel “más allá” de lo local. Para que sea perceptible “a ojo peludo” (Jipi dixit) , deberán compararse a nivel relativista.
Si tengo una regla, digo que es horizontal, pero si la extiendo unos cuantos kilómetros, resultará que es curva como el horizonte. Si la extiendo prescindiendo de la curvatura terrestre a distancias cosmológicas (o no tanto), también veré que es curva. ¿Significa entonces que no es horizontal? Sí es horizontal. Solo que a nivel local que es lo que le da valor práctico en el mundo cotidiano.
Lo mismo pasa con los relojes y con cualquier instrumento de medición de espacio o de tiempo.
Ahora bien; insistir en negar por negar lo comprobado, sin proponer una sola idea sustitutiva parece un juego aburrido.
Un Abrazo.
el 2 de agosto del 2020 a las 16:33
Otra sandez más relativista, “dos observadores en extremos opuestos del universo, un mismo evento transcurre en tiempo distinto”.
localidad o no localidad, , un evento que acontece acontece por igual en un lapso de supuesto tiempo en todo el universo, y el número de observadores resulta risorio a este respecto, es independiente. Osea que para distintos observadores en dintistos lugares, cambia la percepcion del mismo pero no en que momento ha ocurrido, bien distinto que lo sepan determinar.
el 3 de agosto del 2020 a las 6:57
Lo que no podemos negar es el hecho cierto de que el Tiempo transcurre mientras que el Universo sigue su ritmo y, en los distintos sistemas y regiones (alejadas las unas de las otras), se van sucediendo los acontecimientos que dejan la huella que, más tarde, podemos encontrar para estudiar lo que pudo pasar allí y en aquel momento indeterminado.
Está claro que una cosa es el Tiempo Local y otra muy distinta el “Tiempo relativista” que se diferencia del inamovible y absoluto y sin cambios que podemos percibir en nuestras cotidianas experiencias. Si nos detenemos a pensar un poco, veremos que con respecto al Tiempo, a medida que fue transcurriendo en presencia de observadores de nuestra especie, se supo plantear el sistema ideal que convertía el Tiempo en diminutos momentos o “cuantos” llamados segundos. Como explica Nelson, con esas medidas bien definidas, y basadas en hechos naturales, nos hemos podido entender en nuestras actividades cotidianas.
Claro que, una cosa es el Tiempo de nuestro entorno y otra muy distinta será el Tiempo que se sitúa más allá del ámbito cotidiano de nuestras actividades. Aquí todos percibimos el mismo Tiempo. Sin embargo, en situaciones diferentes se podría percibir, también, ese Tiempo diferente del que nos habla la relatividad.
Determinar el por qué ocurre de esa manera no parece sencillo. Sin embargo, lo mismo ocurre con aquel fenómeno del aumento de la masa en un objeto que viaja a velocidades relativistas… ¿Por qué aumenta esa masa?
La explicación que nos dieron es que, siendo la velocidad de la luz el límite que impone el Universo para desplazarse o transmitir información, si un objeto que viaja veloz y se va acercando a ese límite, se ve frenado y, la energía cinética se va convirtiendo en masa (E= mc2).
Así, también se admite que el fenómeno de que el Tiempo se ralentice cuando se viaja a esas velocidades cercanas a c, es decir, la velocidad de la luz en el vacío. Reseñar aquí todos los experimentos que se llevaron a cabo para comprobar el fenómeno, resultaría tedioso, y, lo único que podemos decir es que, los entendidos, afirman la certeza de tal fenómeno por extraño o “increíble” que para algunos pueda resulta.
Sigamos sondeando pensamientos que, en algún momento, la luz se hará en nuestras Mentes.