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Los átomos y el Universo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (1)
El poema de los átomos. Podemos vincular conocimientos mediante pensamientos y sentimientos que nos lleven a expresar lo que sentimos. En el presente caso, alguien se inspiró en paisajes del desierto para describir la grandeza de los átomos en el Universo, ya que, de alguna manera, todo lo que existe de átomos está hecho de pequeñas partículas llamadas Quarks y Leptones que lo conforman todo.
¡La imaginación!
Oigamos la sentida canción que parece salir del Alma.
Ene
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Rumores del saber del mundo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Rumores del Saber ~ Comments (0)
Abū Bakr Muhammad ibn Zakarīyā al-Rāzī – médico, filósofo y erudito persa. Arriba la tapa de su famoso libro de medicina
La gran obra de al-Razi fue el al-Hawi (El libro exhaustivo), una enciclopedia de veintitrés volúmenes de conocimientos médicos griegos, árabes, pre-islámicos, indios e incluso chinos.
“Al-Razi, en árabe, ابو بکر محمد بن زكريا الرازی Abū Bakr Muhammad ibn Zakarīyā al-Rāzī; en persa: زكريای رازی Zakarya-ye Razi, en latín, Rhazes o Rasis (865 – 925), fue un sabio, médico, filósofo, farmacólogo, neurólogo, cirujano, humanista, padre de la pediatría, humanista y erudito persa que realizó aportes fundamentales y duraderos a la medicina, la química y la física, escribiendo más de 200 tratados científicos, muchos de los cuales tuvieron un gran impacto en la medicina europea. Escribió prácticamente en todos los campos de la medicina.”
“Fue uno de los grandes pensadores del islam y de la humanidad. Dejó un legado precioso a la cultura universal. Algunos historiadores lo destacan como el “padre de la pediatría” por haber escrito el primer tratado exclusivo sobre esta especialidad. Sus escritos sobre enfermedades infecciosos han sido reconocidos como los primeros enfoques científicos en ese campo. George Sarton lo destacó como “el médico más grande del Islam y la Edad Media”.
“Estudió en Bagdad, donde había avanzados hospitales y bibliotecas importantes, practicó en el bimaristan (hospital) local. Sus estudios abarcaron la medicina,la alquimia, la filosofía, las matemáticas y la física. Al regresar a su ciudad natal, fue director del hospital municipal, pero regresó pronto a Bagdad al ser designado director de un nuevo e importante hospital que llevaba el nombre de su fundador al-Muʿtaḍid (m. 902 d. C.), y donde fue el primero en poseer una sección para los enfermos mentales.
Enseñó e investigó en La Casa de la Sabiduría, donde atraía a un gran número de estudiantes de todas las disciplinas. A la hora de enseñar, tanto al-Nadfm como al-Qifti, nos relatan que él disponía a los estudiantes en círculos en torno a él y que cuando él llegaba proponía una cuestión científica a los más próximos; si estos no daban con la respuesta adecuada la pregunta pasaba al segundo círculo, y así sucesivamente hasta que si, finalmente, ninguno de los asistentes encontraba una solución al problema el mismo al-MS respondía.”
El otro gran médico musulmán fue Ibn Sina, a quien conocemos mejor por su nombre latinizado, Avicena. Al igual que al-Razi, Avicena escribió doscientos libros, destacando la obra más famosa al-Qanun (El canon) muy documentado e importante tratado.
“En los sultanatos surgidos de la desmembración del califato de Bagdad, las artes y las ciencias adquieren gran esplendor en el siglo XI. Los estudios de un médico musulmán de origen persa alcanzan gran popularidad, traspasan las fronteras y llegan a Europa.
Su nombre es Abu Alíal-Husayn ibn Abdallah ibn Sina, pero en Occidente se lo conoce por Avicena. Fue un filósofo y médico persa, considerado el científico más grande de la civilización islámica. Autodidacta, conoció a fondo la Filosofía aristotélica y neoplatónica y la Medicina de su tiempo.
Catedral de Córdoba
Sabiduría sarracena en España. — Los árabes, conquistadores de España a principios del siglo VIII, habían alcanzado en el siglo X un notable grado de cultura. Fundaron la Universidad de Córdoba, que constituyó uno de los principales focos del saber de Occidente y a la que concurrían numerosos estudiantes de todo el mundo musulmán.
Las obras de los filósofos griegos fueron vertidas de sus traducciones árabes al latín, y de ese modo pudieron ser conocidas por los eruditos europeos, muy pocos de los cuales hubieran podido conocerlas directamente de sus originales. Se puede decir sin temor a equivocarnos que, los árabes, en la Edad Media, salvaron la Cultura del oscurantismo.
Entre los sabios sarracenos más eminentes se pueden citar a Avicena, médico y filósofo, que fue llamado el Príncipe de los Médicos, que nació en Persia en 980 y murió en 1037.
El gran manual de medicina: Cuando sólo tenía 21 años, Avicena escribió en árabe la más famosa de sus obras, el Canon de la medicina, del que incluso llegó a hacer una versión en verso que tituló Poema de la medicina.
La filosofía de Avicena: La filosofía de Avicena tuvo gran influencia sobre pensadores medievales posteriores como santo Tomás de Aquino y Roger Bacon.
En el siglo XII, Gerardo de Cremona, uno de Los sabios de la Escuela de Traductores de Toledo, tradujo la obra de Avicena al latín. La traducción de Cremona de los cinco libros escritos en árabe respetando el estilo didáctico y minucioso de Avicena resultó decisiva. El hecho tuvo gran importancia para la medicina medieval europea, ya que desde entonces el Canon de la medicina jue el manual básico de los estudiantes de medicina de las universidades occidentales más importantes hasta el siglo XVII.”
Alejandría, en el año 641, había caído en manos de los musulmanes que, durante muchos años había sido la ciudad capital-mundial de los estudios matemáticos, médicos y filósofos, y allí los musulmanes encontraron una ingente cantidad de libros y manuscritos griegos sobre estos temas. Posteriormente, entre el profesorado de la Casa de la Sabiduría encontramos a un astrónomo y matemático cuyo nombre, como el de Euclides, se convertiría en palabra de uso cotidiano en todo el mundo culto: Muhammad ibn-Musa al-khwarizmi.
La fama de al-khwarizmi descansa en dos libros, uno muchísimo más original que el otro. El volumen menos original se basa en el Sindhind, que es el nombre árabe del Brahmaghuta Siddhanta, el tratado de Brahmagupta que había llegado hasta la corte de al-Mansur y en el que se describen varios problemas aritméticos así comos los numerales indios. El trabajo de AL-khwarizmi se conoce hoy en una única copia, una traducción latina de un original árabe actualmente perdido.
El título latino de esta obra es de numero indorum (sobre el arte de contar indio), este trabajo es el responsable de la falsa impresión de que nuestro sistema numérico es de origen árabe.
al-khwarizmi no afirmó ser original en aquel sentido, sin embargo, la nueva notación terminaría siendo conocida como la de al-khwarizmi o, de forma corrupta, algorismi, lo que al final daría lugar a la palabra “algoritmo”, que define una forma particular de calculo.