Feb
5
Las escalas del Universo no son Humanas
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y la Química de la Vida ~ Comments (1)
Sin dejar de reconocer que la Alquimia fué la precursora de la Química. “La Piedra filosofal. (piedra de la sabiduría, elixir, tintura.) Según las ideas imperantes en la Edad Media, sustancia fantástica a la que se atribuía el poder de transformar los metales no preciosos en oro y plata, curar todas las enfermedades, devolver la juventud (véase Alquimia).”
Es fácil caer en la tentación de mirarnos el ombligo y no hacerlo al entorno que nos rodea. Muchas más cosas habríamos evitado y habríamos descubierto si por una sola vez hubiésemos dejado el ego a un lado y, en lugar de estar pendientes de nosotros mismos, lo hubiéramos hecho con respecto a la Naturaleza que en definitiva, es la que nos enseña el camino a seguir.
Representación artística de WMAP
Según nos dicen, el Proyecto WMAP ha obtenido medidas de muchos parámetros cosmológicos con una precisión mucho mayor que la que teníamos hasta ahora. De acuerdo con los modelos actuales del universo, los datos del WMAP muestran que:
- La edad del universo es de 13.700 ± 200 millones de años.
- El universo está compuesto de un 4% de materia ordinaria, 23% de materia oscura y de un 73% de la misteriosa energía oscura.
- Los modelos cosmológicos inflacionarios se verifican con las observaciones, aunque hay una anomalía inexplicada a grandes escalas angulares.
- La Constante de Hubble es 71 ± 4 km/s/Mpc
- Los datos del WMAP confirman, con sólo un 0,5% de margen de error, que la forma del universo es plana.
- Los panoramas cosmológicos de la inflación cósmica están en un acuerdo mejor con los datos de tres años, aunque todavía hay una anomalía inexplicada en la medida angular más grande del momento cuadru-polo.
La edad actual del universo visible ≈ 1060 tiempos de Planck
Tamaño actual del Universo visible ≈ 1060 longitudes de Planck
La masa actual del Universo visible ≈ 1060 masas de Planck
Vemos así que la baja densidad de materia en el universo es un reflejo del hecho de que:
Densidad actual del universo visible ≈10-120 de la densidad de Planck
Y la temperatura del espacio, a 3 grados sobre el cero absoluto es, por tanto
Temperatura actual del Universo visible ≈ 10-30 de la T. de Planck
La Temperatura de las estrellas es algo local. Sin embargo, la del Universo en general… ¡Es otra cosa!
Estos números extraordinariamente grandes y estas fracciones extraordinariamente pequeñas nos muestran inmediatamente que el universo está estructurado en una escala sobrehumana de proporciones asombrosas cuando la sopesamos en los balances de su propia construcción.
- “Un científico ha calculado la edad del universo en 14.885 +/- 0,040 mil millones de años, más que la estimación por restos dejados por el ‘Big Bang’.
- Una estrella llamada HD 140283 o ‘estrella Matusalén’, que se encuentra a 190 años luz de la Tierra en la constelación de Libra, ha sido clave para el hallazgo.”
Con respecto a sus propios patrones, el universo es viejo. El tiempo de vida natural de un mundo gobernado por la gravedad, la relatividad y la mecánica cuántica es el fugaz breve tiempo de Planck. Parece que es mucho más viejo de lo que debería ser.
Pero, pese a la enorme edad del universo en “tics” de Tiempo de Planck, hemos aprendido que casi todo este tiempo es necesario para producir estrellas y los elementos químicos que traen la vida.
¿Por qué nuestro universo no es mucho más viejo de lo que parece ser? Es fácil entender por qué el universo no es mucho más joven. Las estrellas tardan mucho tiempo en formarse y producir elementos más pesados que son las que requiere la complejidad biológica. Pero los universos viejos también tienen sus problemas. Conforme para el tiempo en el universo el proceso de formación de estrellas se frena. Todo el gas y el polvo cósmico que constituyen las materias primas de las estrellas habrían sido procesados por las estrellas y lanzados al espacio intergaláctico donde no pueden enfriarse y fundirse en nuevas estrellas.
Pocas estrellas hacen que, a su vez, también sean pocos los sistemas solares y los planetas. Los planetas que se forman son menos activos que los que se formaron antes, la entropía va debilitando la energía del sistema para realizar trabajo. La producción de elementos radiactivos en las estrellas disminuirá, y los que se formen tendrán semi-vidas más largas. Los nuevos planetas serán menos activos geológicamente y carecerán de muchos de los movimientos internos que impulsan el vulcanismo, la deriva continental y la elevación de las montañas en el planeta. Si esto también hace menos probable la presencia de un campo magnético en un planeta, entonces será muy poco probable que la vida evolucione hasta formas complejas.
Las estrellas típicas como el Sol, emiten desde su superficie un viento de partículas cargadas eléctricamente que barre las atmósferas de los planetas en órbitas a su alrededor y, a menos que el viento pueda ser desviado por un campo magnético, los posibles habitantes de ese planeta lo podrían tener complicado soportando tal lluvia de radiactividad. En nuestro sistema solar el campo magnético de la Tierra ha protegido su atmósfera del viento solar, pero Marte, que no está protegido por ningún campo magnético, perdió su atmósfera hace tiempo.
No todos los experimentos e iniciativas de investigación y laboratorio… ¡Son buenas para la Humanidad!
Probablemente no es fácil mantener una larga vida en un planeta del Sistema solar. Poco a poco hemos llegado a apreciar cuán precaria es. Dejando a un lado los intentos que siguen realizando los seres vivos de extinguirse a sí mismos, agotar los recursos naturales, propagar infecciones letales y venenos mortales y emponzoñar la atmósfera, también existen serias amenazas exteriores.
Los movimientos de cometas y asteroides, a pesar de tener la defensa de Júpiter, son una seria y cierta amenaza para el desarrollo y persistencia de vida inteligente en las primeras etapas. Los impactos no han sido infrecuentes en el pasado lejano de la Tierra, habiendo tenido efectos catastróficos. Somos afortunados al tener la protección de la Luna y de la enorme masa de Júpiter que atrae hacia sí los cuerpos que llegan desde el exterior desviándolos de su probable trayectoria hacia nuestro planeta.
Una cosa es que la Naturaleza nos envíe alguna sorpresa, y, otra muy distinta es que la provoquemos nosotros. A veces, pienso que somos irracionales al tratar de crear aquello que está fuera de nuestra comprensión y podría llevarnos a la extinción.
La caída en el planeta de uno de estos enormes pedruscos podría producir extinciones globales y retrasar en millones de años la evolución que tantos miles de millones de años le costó al Universo para poder plasmarla en una realidad que llamamos vida.
El secreto reside en el tiempo biológico necesario para desarrollar la vida y el tiempo necesario para desarrollar estrellas de segunda generación y siguientes que en novas y supernovas cristalicen los materiales complejos necesarios para la vida, tales como el hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, carbono, etc.
Parece que la similitud en los “tiempos” no es una simple coincidencia. El argumento, en su forma más simple, lo introdujo Brandon Carter y lo desarrolló John D. Barrow por un lado y por Frank Tipler por otro. Al menos, en el primer sistema solar habitado observado, ¡el nuestro!, parece que sí hay alguna relación entre t(bio) y t(estrella) que son aproximadamente iguales; el t(bio) – tiempo biológico para la aparición de la vida – algo más extenso.
La evolución de una atmósfera planetaria que sustente la vida requiere una fase inicial durante la cual el oxígeno es liberado por la foto-disociación de vapor de agua. En la Tierra esto necesitó 2.400 millones de años y llevó el oxígeno atmosférico a aproximadamente una milésima de su valor actual. Cabría esperar que la longitud de esta fase fuera inversamente proporcional a la intensidad de la radiación en el intervalo de longitudes de onda del orden de 1000-2000 ángstroms, donde están los niveles moleculares clave para la absorción de agua.
Este simple modelo indica la ruta que vincula las escalas del tiempo bioquímico de evolución de la vida y la del tiempo astrofísico que determina el tiempo requerido para crear un ambiente sustentado por una estrella estable que consume hidrógeno en la secuencia principal y envía luz y calor a los planetas del Sistema Solar que ella misma forma como objeto principal.
El Universo tiene todas las condiciones necesarias para que la Vida, esté presente. Si observamos y hacemos un profundo estudio de lo que se gesta en el “corazón” de las estrellas, la fusión de elementos sencillos en otros más complejos en sus hornos nucleares de fusión, podremos constatar que, a partir de esos materiales “inertes”, que más tarde están presentes en las Nebulosas en las que se forman los mundos, cuando éstos tienen las precisas condiciones y están situados en la zona habitable de sus estrellas, durante miles de millones de años de gestación, se forma lo que se conoce como el protoplasma vivo, y, a partir de ahí, surgen células que evolucionan hacia la vida que conocemos.
El Universo es igual en todas sus regiones por muy alejadas que estén, lo que pasa “aquí, también pasará “allí”. Las fuerzas fundamentales que nos rigen son las mismas en todas partes y, también las constantes universales que determina la velocidad de la luz, c, la masa del protón y la carga del electrón… ¡También la vida podría ser una presencia inevitable en el Universo como resultado de la evolución de la materia hasta su más alto grado, es decir: ¡Desde la materia “inerte” hasta los pensamientos!
A muchos les cuesta trabajo admitir la presencia de vida en el universo como algo natural y corriente, ellos abogan por la inevitabilidad de un universo grande y frío en el que es difícil la aparición de la vida, y en el supuesto de que ésta aparezca, será muy parecida a la nuestra.
Cuando por fin podamos viajar a otros mundos… ¿Quién sabe qué formas de vida podríamos encontrar? Incluso la podríamos tener delante y no ser capaces de distinguirlas. La realidad es siempre mucho más de lo que podamos imaginar.
Los biólogos, sin embargo, parecen admitir sin problemas la posibilidad de otras formas de vida, pero no están tan seguros de que sea probable que se desarrollen espontáneamente, sin un empujón de formas de vida basadas en el carbono. La mayoría de las estimaciones de la probabilidad de que haya inteligencias extraterrestres en el universo se centran en formas de vida similares a nosotros que habiten en planetas parecidos a la Tierra y que necesiten agua y oxígeno o similar con una atmósfera gaseosa y las demás condiciones de la distancia entre el planeta y su estrella, la radiación recibida, etc. En este punto, parece lógico recordar que antes de 1.957 se descubrió la coincidencia entre los valores de las constantes de la Naturaleza que tienen importantes consecuencias para la posible existencia de carbono y oxígeno, y con ello para la vida en el universo.
emilio silvera
el 25 de agosto del 2014 a las 5:43
Es cierto que las escalas del Universo no son Humanas, y, nosotros, sólo podemos limitarnos a tratar de medirlas y, con asombro, contemplar sus increíbles magnitudes dentro de los inimaginables límites de las escalas en los ámbitos de lo muy pequeño y de lo muy grande, es decir, la mecánica cuántica y la relatividad general.
¿Será cierto que el Universo nos trajo para poder observarse así mismo? Al fín y al cabo, ¿No somos nosotros, también universo?
¡Son tántos los secretos que nos quedan por desvelar! La mayoría de ellos, ni sabemos (todavía) que existen.