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La persistencia de los enigmas
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Mente - Filosofía ~ Comments (10)
Un equipo de científicos ha diseñado un test para descubrir si el universo primitivo poseía una sola dimensión espacial. Este concepto alucinante es el núcleo de una teoría que el físico de la Universidad de Buffalo, Dejan Stojkovic y sus colegas proponen y que sugiere que el Universo primitivo tuvo solo una dimensión antes de expandirse e incluir el resto de dimensiones que vemos en el mundo actualmente. De ser válida, la teoría abordaría los problemas importantes de la física de partículas. Han descrito una prueba que puede probar o refutar la hipótesis de la “fuga de dimensiones”.
¿Cómo sería el universo primitivo? En cosmología es aquel que se estudia en un tiempo muy poco después del Big Bang. En realidad, las teorías del Universo primitivo han dado lugar a interacciones muy beneficiosas entre la cosmología y la teoría de partículas elementales, especialmente las teorías de gran unificación.
Debido a que en el universo primitivo había temperaturas muy altas, muchas de las simetrías rotas en las teorías gauge se vuelven simetrías no rotas a esas temperaturas. A medida que el universo se enfrió después del Big Bang se piensa que hubo una secuencia de transiciones a estado de simetrías rotas.
Combinando la cosmología con las teorías de gran unificación se ayuda a explicar por qué el universo observado parece consistir de materia y no de antimateria. Esto significa que uno tiene un número bariónico no nulo para el universo. La solución se encuentra en el hecho de que hubo condiciones de no equilibrio en este universo primitivo debido a su rápida expansión después del Big Bang.
Una idea importante en la teoría del universo primitivo es la de inflación: la idea de que la naturaleza del estado de vacío dio lugar, después del Big Bang, a una expansión exponencial del universo. La hipótesis del universo inflacionario soluciona varios problemas muy antiguos de la cosmología, como la planitud y la homogeneidad del universo.
Nosotros, los habitantes de este mundo, hemos logrado armar un cuadro plausible de un universo (mucho) mayor. Hemos logrado entrar en lo que podríamos llamar la “edad adulta”, con lo que quiero significar que, a través de siglos de esporádicos esfuerzos, finalmente hemos empezado a comprender algunos de los hechos fundamentales del Universo, conocimiento que, presumiblemente, es un requisito de la más moderna pretensión de madurez cosmológica.
La Nebulosa del Capullo, catalogada como IC 5146, es una nebulosa particularmente hermosa situada a unos 4.000 años-luz de distancia hacia la constelación del Cisne (Cygnus). Un hermoso complejo de Luz y nebulosidad oscura que rodea a un cúmulo muy disperso que, a su derecha, está custodiado por estrellas masivas de intensa radiación UV.
Vamos en una “nave espacial” que rota sobre sí misma a 1.700 Km/h, y, alrededor del Sol a 107.ooo Km/h. No percibimos el movimiento porque siempre es uniforma, ni se ralentiza ni acelera.
Sabemos, por ejemplo, dónde estamos, que vivimos en un planeta que gira alrededor de una estrella situada en la parte interior de uno de los brazos de la Galaxia (el Brazo de Orión). La Vía Láctea, una galaxia espiral, está a su vez situada cerca de las afueras de un supercúmulos de galaxias, cuya posición ha sido determinada con respecto a varios supercúmulos vecinos que, en conjunto albergan a unas cuarenta mil galaxias extendidas a través de un billón de de años-luz cúbicos de espacio.
Sí, estamos en la periferia de la Galaxia, a 30.000 años luz del centro galáctico
En la parte interior del Brazo de Orión (señalada con la línea) está el Sistema Solar, a 30.000 años-luz del Centro Galáctico en una región bastante tranquila que nos permite contemplar (con nuestros ingenios) lo que que ocurre en otras regiones lejanas y las fuerzas desatadas que azotan aquellos lugares.
En una inmensa Nebulosa molecular se formó la proto-estrella que, más tarde, sería el Sol
También sabemos (más o menos), cuando hemos entrado en escena, hace cinco mil millones de años que se formaron el Sol y sus planetas, en un universo en expansión que probablemente tiene una edad entre dos y cuatro veces mayor. Hemos determinado los mecanismos básicos de la evolución en la Tierra, hallado pruebas también de la evolución química a escala cósmica y aprendido suficiente física como para investigar la Naturaleza en una amplia gama de escalas, desde los saltarines quarks hasta el vals de las galaxias.
Hemos podido llegar casi al “borde” del Universo
Hay realizaciones de las que la Humanidad puede, con justicia, sentirse orgullosa. Desde que los antiguos griegos pusieron el mundo occidental en el camino de la Ciencia, nuestra medición del pasado se ha profundizado desde unos pocos miles de años a más de diez mil millones de años, y la del espacio se ha extendido desde un cielo de techo bajo no mucho mayor que la distancia real de la Luna hasta el radio de más de doce mil millones de años-luz del universo observable. Tenemos razones para esperar que nuestra época sea recordada (si finalmente queda alguien para recordarlo) por sus contribuciones al supremo tesoro intelectual de toda la sociedad, su concepto del Universo en su conjunto.
Sin embargo, cuando más sabemos sobre el universo, tanto más claramente nos damos cuenta de cuan poco sabemos. Cuando se concebía el Cosmos como un pulcro jardín, con el cielo como techo y la Tierra como suelo y su historia co-extensa con la del árbol genealógico humano, aún era posible imaginar que podíamos llegar algún día a comprenderlo en su estructura y sus detalles. Ya no puede abrigarse esa ilusión. Con el tiempo, podemos lograr una comprensión de la estructura cósmica, pero nunca comprenderemos el universo en detalle; resulta demasiado grande y variado para eso. Y, tal inmensidad, siempre tendrá secretos por desvelar.
Si poseyésemos un atlas de nuestra galaxia que dedicase una sola página a cada sistema estelar de la Vía Láctea (de modo que el Sol y sus planetas estuviesen comprimidos en una página), tal atlas tendría más de diez mil millones de volúmenes de diez mil páginas cada uno. Se necesitaría una biblioteca del tamaño de la de Harvard para alojar el atlas, y solamente ojearlo al ritmo de una página por segundo requeriría más de diez mil años. Añádanse los detalles de la cartografía planetaria, la potencial biología extraterrestre, las sutilezas de los principios científicos involucrados y las dimensiones históricas del cambio, y se nos hará claro que nunca aprenderemos más que una diminuta fracción de la historia de nuestra galaxia solamente, y hay cien mil millones de galaxias más.
Ya nos lo dijo el físico Lewis Thomas: “El mayor de todos los logros de la ciencia del siglo XX ha sido el descubrimiento de la ignorancia humana”. Nuestra ignorancia, por supuesto, siempre ha estado con nosotros, y siempre seguirá estando. Lo nuevo es nuestra conciencia de ella, nuestro despertar a sus abismales dimensiones, y es esto, más que cualquier otra cosa, lo que señala la madurez de nuestra especie. El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la ventura del aprendizaje es interminable.
Hay una difundida y errónea suposición de que la ciencia se ocupa de explicarlo todo, y que, por ende, los fenómenos inexplicados preocupan a los científicos al amenazar la hegemonía de su visión del mundo. El técnico en bata del laboratorio, en la película de bajo presupuesto, se da una palmada en la frente cuando se encuentra con algo nuevo, y exclama con voz entrecortada: “¡Pero…no hay explicación para esto!” En realidad, por supuesto, cada científico digno se apresura a abordar lo inexplicado, pues es lo que hace avanzar la ciencia. Son los grandes sistemas místicos de pensamiento, envueltos en terminologías demasiado vagas para ser erróneas, los que explican todo, raramente se equivocan y no crecen.
Los grandes pensadores como Aristarco de Samos
La ciencia es intrínsecamente abierta y exploratoria, y comete errores todos los días. En verdad, éste será siempre su destino, de acuerdo con la lógica esencial del segundo teorema de incompletitud de Kurt Gödel. El teorema de Gödel demuestra que la plena validez de cualquier sistema, inclusive un sistema científico, no puede demostrarse dentro del sistema. En otras palabras, la comprensibilidad de una teoría no puede establecerse a menos que haya algo fuera de su marco con lo cual someterla a prueba, algo más allá del límite definido por una ecuación termodinámica, o por la anulación de la función de onda cuántica o por cualquier otra teoría o ley. Y si hay tal marco de referencia más amplio, entonces la teoría, por definición, no lo explica todo. En resumen, no hay ni habrá nunca una descripción científica completa y comprensiva del universo cuya validez pueda demostrarse.
El Creador (si en verdad existe un “creador”) debe haber sido afecto a la incertidumbre, pues Él nos la ha legado para siempre. La cual, diría yo, es una conclusión saludable y debe de alegrarnos. Mirar esa imposibilidad de saberlo todo, esa incertidumbre cierta que llevamos con nosotros y que nos hace avanzar a la búsqueda incansable de nuevos conocimientos, es, en realidad, la fuente de la energía que nos mueve.
Busto de Alejandro Magno
Podemos recordar aquí lo que cuentan de Alejandro Magno: Él lloró cuando le dijeron que había infinitos mundos (“¡Y nosotros no hemos conquistado ni siquiera uno!”), pero la situación parece más optimista a quienes se inclinan a desatar, no a cortar, el nudo gordiano de la Naturaleza. Ningún hombre o mujer, realmente reflexivos, deberían desear saberlo todo, pues cuando el conocimiento y el análisis son completos, el pensamiento se detiene y llega la decadencia.
René Magritte, en 1926, pintó un cuadro de una pipa y escribió debajo de él sobre la tela, con una cuidadosa letra de escolar, las palabras: “Ceci nést pas une pipe” (Esto no es una pipa). Esta pintura podría convertirse apropiadamente en el emblema de la Cosmología científica. La palabra “universo” no es el universo; ni lo son las ecuaciones de la teoría de la supersimetría, ni la ley de Hubble ni la métrica de Friedman-Walker-Robinson. Generalmente, la ciencia tampoco sirve de mucho para explicar lo que es algo, y mucho menos lo que el Universo entero, realmente “es”. La Ciencia describe y predice sucesos.
Si la Ciencia tuviera que tener un símbolo, yo escogería éste de arriba que nos señala el lugar donde habita la Mente, dónde se fraguan las ideas. Una configuración de átomos de energía donde residen todos los secretos del Universo, toda vez que, la podríamos considerar la obra suprema del Universo
¿Por qué, pues, la ciencia tiene éxito? La respuesta es que nadie lo sabe. Es un completo misterio -por qué la mente humana…, puede comprender algo del vasto universo-. Como solía decir Einstein: “Lo más incomprensible del universo es que sea comprensible”. Quizá como nuestro cerebro evolucionó mediante la accion de las leyes naturales, éstas resuenan de algún modo en él. La Naturaleza presenta una serie de repeticiones -pautas de conducta que reaparecen a escalas diferentes, haciendo posible identificar principios, como las leyes de la conservación, que se aplican de modo universal- y éstas pueden proporcional el vínculo entre lo que ocurre dentro y fuera del cráneo humano. Pero el misterio, realmente, no es que coincidamos con el universo, sino que en cierta medida estamos en conflicto con él, y sin embargo podemos comprender algo de él. ¿Por qué esto es así?
Habrá que seguir buscando respuestas. Desde tiempos inmemoriales, el hombre pregunta a las estrellas si el Universo es eterno e infinito y el cielo le responde cada noche. Pero, ¿sabemos oír la respuesta?
¡Es todo tan complejo! ¡Es todo tan hermoso!
emilio silvera
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¡Nunca podremos saberlo todo! : Blog de Emilio Silvera V., el
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el 4 de abril del 2010 a las 3:36
Amigo Emilio, tus palabras han sonado como un poema maravilloso acompañado de una exquisita melodia cosmica, tal vez vangelis con su melodia a la creación, pero en todo caso no tengo comentario alguno, pues has puesto las palabras precisas en el lugar indicado, ni siquiera cambiaría una coma de tu texto, solo dire que ha sido un placer embeberme de esta sabia lectica que has vertido sobre esta página logrando emocionar a este lector.
Cual Aristoteles rememorando los tiempos mesocráticos, enbebiendo por todos lados del pulcro sermón del pensamiento hecho palabra.
Amigo mio, recibe un caluroso saludo.
…………..Y de seguro esta sabia vertida ha de ser cuna de los que estamos aquí comenzando en esto tan hermoso que es el saber.
el 7 de abril del 2010 a las 14:31
Muy bueno. Me has despertado de la corta siesta.
Gracias
el 23 de diciembre del 2011 a las 18:44
Realmente, la llamada civilización occidental, pese a sus muchos errores, ha contribuido grandemente en el desarrollo del ser humano en muchos de sus aspectos.
Pese a las ambiciones territoriales y el espíritu militarista que han poseido (Creo que podemos hablar del pasado salvo alguna excepción), muchos de los paises occidentales han criado en su seno democrático a infinidad de científicos, artistas, pensadores y de casi todas las ramas del saber, que han elevado muy mucho el conocimien to y el saber de la humanidad, así como el reconocimiento de los derechos básicos de la persona y sobre todo de la libertad, aunque aún sea incompleta.
No sería de extrañar que en el futuro, se hablara de esa civilización occidental de manera coincidente a como ahora hablamos de las culturas griega y romana, que no sin motivos,ya que de ellas procedemos, fueron civilizaciones análogas a la occidental actual, con una serie de personas con muy alto valor, que supieron encumbrar el conocimiento humano.
Así que, pese a que los paises occidentales sean cotidianamente criticados en varias partes del mundo,(Generalmente por ideologías extremistas), creo que debemos estar orgullosos de pertenecer a esa civilización.
Yo al menos lo estoy.
Felices fiestas; que lo paseis bien y gasteis poco….;D
el 24 de diciembre del 2011 a las 8:14
Amigo Kike:
No te quepa la menor duda de que hemos contribuido (los occidentales) a que estemos en el lugar presente del saber humano. Sin embargo, también otras Civilizaciones del pasado pusieron algo más que un granito de arena para hacer posible el largo viaje que la Humanidad hizo hacia el saber del mundo y los secretos de la Naturaleza.
Sí, todo debemos estar orgullosos de lo conseguido y, a partir de aquellos pensadores del pasado (existieron en todos los tiempos) que, dejaron su impronta en cada tiempo y lugar en la medida de lo que en su época se podía esperar, ya que, la evolución no dejó nunca de avanzar con el transcurso del tiempo y, desde aquellos que idearon las primeras hachas de piedra afilada hasta Tales de Mileto que dejó de lado la Mitología para emplear la lógica, y todo ello pasando por las Sociedades de Mesopotamía, Sumeria, Babilónica, Egipcias, Hindúes, Chinas, Mesoamericana, los pueblos Aztecas y Mayas y también Islámica… hasta llegar a nosotros en el viejo Continente que, como bien apuntas, hicimos nuestra parte de la tarea.
Lo que hoy tenemos es el fruto del trabajo de todos y, lo único que empañó el largo camino hacia el saber fueron las religiones que, celosas de perder sus privilegios si ese saber del mundo llegaba al pueblo llano, trato siempre, por todos los medios, de que la “verdad” la “ciencia” y “los secretos de la Naturaleza” no llegaran a ser destapados. Recuerda aquel Edicto que prohibía los libros que dijeran que el mundo se movía alrededor del Sol y que costó la vida a Giordano Bruno y a tantos otros.
Hoy, se ha llegado a un nivel en el que, los descubrimientos científicos corren como la pólvara y dan la vuelta al mundo a la velocidad de la luz, el saber adelanta de manera exponencial y, si pudiéramos ver hasta donde hemos llegado en los próximos 50 años, nos quedaríamos asombrados.
Por todo lo que comentas, es fascinante el sumergirse en lecturas que recogen los hechos del pasado y nos cuentan, con todo lujo de detalles la historia de la Humanidad, en los distintos lugares del mundo, y, lo que cada Civilización hizo y pudo alcanzar. Al margen de las creencias religiosas que en épocas pasadas siempre estaban presentes, ya que, lo que no tenía explicación era siempre imputado a lo “divino”, al margen de eso digo, los logros fueron muchos y, algunos de ellos, de gran mérito si consideramos con lo poco que contaban para hacer sus observaciones y descubrimientos…poco más que su intuición y su imaginación, y, sin embargo, los resultados fueron muy elevados en calidad y cantidad, hasta tal punto es así que, todo aquello fue el punto de partida para el saber moderno. Sin ellos, nunca hubiéramos podido llegar hasta donde estamos ahora.
Por mi parte, reparto el mérito por igual a todos los pobladores del mundo sea cual fuere el lugar de su ubicación, todos contribuyeron de una u otras forma al saber de hoy. Tengo en casa un libro que se titula “Los descubrimientos perdidos” y, nos habla de todo eso. Leerlo, es como hacer un viaje por el pasado y, cuando se finaliza, la convicción de que en todos los rincones del mundo exisitieron cabezas pensantes que contribuyeron al saber de hoy…queda más claro que las aguas transparentes de un estanque en regiones perdidas y poco habitadas donde “la civilización” no ha llegado aún.
Te darás cuenta que, al poner Civilización, lo hago entre comillas, y, eso es debido a que, no siempre nos comportamos civilizadamente y, no pocas veces, cuando llegamos a lugares puros lo contaminamos con nuestra civilización de hoy que, deberá pulir sus acciones para que, el alto nivel de saber alcanzado, se corresponda con sus efectos…no siempre deables.
Pero como eso es entrar en otro debate, lo dejaré aquí con el mensaje de que, todos los pobladores de la Tierra, en cada momento y lugar, contribuyó, dentro de lo que en ese entorno y tiempo se podía, al avance de la Humanidad.
Felicidades para tí y tu familia y, de parte mía, le das un besito a las pequeñitas que, de seguro, ya no serán tan pequeñas…¡nos quedamos atrás! El tiempo no perdona. Pero, ya sabes, “Mientras haya muerte, hay esperanza”. Hay que mirar de frente y ver lo natural con naturalidad. Fijate que hoy se admite que el 99 por ciento de todas las especies que han vivido sobre la Tierra se han extinguido, y, nosotros, la especie humana, seguimos aquí y espero que por mucho tiempo.
¡Felicidades amigo!
el 24 de diciembre del 2011 a las 18:34
Gracias Maese; igualmente te deseo muchas felicidades; que pases buenas fiestas en compañía de tu numerosa familia; un abrazo de tu alumno y amigo.
PD: Como dices, mis nietas ya no son tan pequeñas; acaban de cumpliar 4 y 2 años hace unos días; y están para “comerselas”.
Y feliz Navidad a “todaeos.”
el 25 de diciembre del 2011 a las 6:47
Bueno, me has hecho reir tan temprano. Creo que soy de los pcoos que hoy (día 25) se ha levantado a las 5 de la mañana para escribir en esta página contestando a los amigos que dijeron alguna cosa y poner algún que otro nuevo trabajo para el entretenimiento del nuevo día.
Pero mequedo con esos 2 y 4 añitos…¡quién los pudiera coger! Están en la edad de la felicidad que les durará hasta que terminen en la Universidad, después de eso…se enfrentarán a la cruda vida. Así que, ahora que puedes, disfruta de ellas, hablalés mucho y como el que no quiere la cosa, ve indicándole los caminos, tienes que prevenirlas contra lo que ahí fuera se encontraran y, sobre todo, amigo mío, influye en ellas para que cojan libros…primeros de cuentas, después de historias que les llame la atención y, más tarde, pasarán a otros niveles más interesantes que las llevarán al sitio adecuado.
Como de mis siete hijos 3 de ellos ya volaron hacia sus propios nidos, ahora tengo a Isat que recien ha terminado Derecho ADE y le queda un master en Boston. María que finalizó Piano, Clave y Pedagogía en el Real Conservatorio de Músuca de Madrid y, está haciendo un Master Musical en la Universidad de Sevilla. Emi y Alicia, de 17 y 16 años, están aún a medio camino y me queda mucho que trabajar hasta que conquisten los estatus de los hermanos.
Como verás, amigo Kike, lo que se dice aburrirme…No puedo.
Un fuerte abrazo querido amigo.
el 3 de marzo del 2021 a las 5:59
En la quinta imagen que aparece en este trabajo, podemos ver como la Tierra circunvala al Sol mientras que éste, está pulsando como si de una respiración se tratara. El proceso de fusión que se está produciendo de manera continuada en el “corazón estelar” hace que la ingente radiación trate de expulsar las capas exteriores de la estrella hacia el Espacio Interestelar. Finalmente no se produce la eyección de material debido a que la Gravedad lo impide, y, de esa manera, el Sol encuentra el equilibrio y la estabilidad que, por cierto, se romperá cuando agote todo el material de fusión, entonces, la radiación “morirá” y, la Gravedad quedará libre para hacer que el diámetro del Sol (que en ese tiempo será una Gigante roja), se densifique más y más hasta que, la degeneración de los electrones frene el proceso y se quede estable como enana blanca radiante en el ultravioleta que ionizará toda la región de la Nebulosa planetaria que, para ese momento, se habrá formado.
En lo que a los enigmas se refiere, son muchos los que están ahí para que nosotros tratemos de descorrer el velo que los oculta y poder conocer la realidad de lo que la Naturaleza prefiere tener profundamente escondido.
De todas las maneras y como decía Planck, el mayor inconveniente con el que nos encontraremos es que, nosotros, formamos parte de los enigmas que tratamos de descubrir.