May
16
Una mirada al pasado…y, al presente
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (1)
“Lo conocido es finito, lo desconocido infinito; intelectualmente nos hallamos en un islote en medio del océano ilimitado de los inexplicable. La tarea de cada generación es reclamar un poco más de terreno, añadir algo a la extensión y solidez de nuestras posesiones”.
Así se expresaba Thomas Henry , cuando en 1887, realizó la presentación del Origen de las especies de Darwin. Y pasado el tiempo, en 1936, Einstein nos decía: “El eterno misterio del mundo es su comprensibilidad “Hubiera mejor que aquella oración terminara diciendo: “…es que lo vayamos comprendiendo”.
Vidas paralelas, traducción de Amyot, 1565
Plutarco nos decía:
“Es más fácil encender una vela que maldecir la oscuridad” a éste mismo personaje también se atribuye: “Nunca te podrás bañar en las mismas aguas de un río”.
Alguien, no recuerdo ahora quién, decía:
“Que tu miedo a fallar no te impida jugar”. ¿Cuántos grandes amores se perdieron por el miedo?
Otra frase que se me quedó en la memoria, no puedo decir quién la dijo:
“Cuando veas un gigante, examina antes la posición del Sol no vaya a ser la sombra de un enano”.
Me gusta mucho aquella que dice:
“Todos somos aficionados, la vida es tan corta que no da para más”.
Creo que fue Charles Chaplin quien la dijo.
Todos estos pensamientos que habéis leído arriba, nos viene a decir que el Ser Humano, siempre ha utilizando su cerebro, esa parte mental de nosotros, para recapacitar y pensar en los múltiples ámbitos en los que interaccionamos con el Mundo, y, siempre, hemos estado haciendo preguntas o valorando qué es lo que hacemos aquí. Y sí, Toda la Humanidad es una, cada uno de los personajes de esta gran Comedia que llamamos la Historia de la Humanidad, ha tenido su papel en El Gran Escenario del Mundo.
El artista ha tratado de plasmar a la Humanidad con sus los sentimientos, los deseos, el dolor y sus frustraciones, pasiones y sentimientos y esperanzas y miedos que son la consecuencia de no saber…que será del mañana. Pero no era mi intención esta mañana cuando, al ponerme a teclear, llevaba la idea de contar algún episodio del pasado, de sus personajes, de lo que entonces sucedió. Veamos.
¿Sostienen nuestras manos el pincel que dibujará el futuro del Mundo? Por mucho que podamos buscar una respuesta a esa pregunta, nada de lo que podamos encontrar nos dará la respuesta de qué pueda suceder, el futuro no existe, aún no ha llegado pero, sí es cierto que será, un reflejo, de lo que podamos hacer . Como nos dice la Física: El mañana estará cargado del presente que es, la consecuencia del pasado (causalidad). Contemos algunas Historias.
En 1537, el gran cartógrafo portugués Pedro Nunes, al trazar los mapas del inesperado mundo de Occidente, se alegraba de la existencia de “nuevas islas, nuevas tierras, nuevos mares, nuevos pueblos; y, lo que es más, un cielo y estrellas nuevas”.
¿Cuántas veces no habremos visto ésta Imagen? Que, en realidad, no responde a lo que pasó. Es una escena montada por el artista para la presentación ante el público de aquél acontecimiento que, aún con el tiempo que ha pasado, aún estamos valorando.
El (re) descubrimiento de América hizo que los europeos se encontraran frente a frente con la gran variedad de la Humanidad. Al principio se sintieron tentados a convertir el asombroso continente americano en el entorno natural de las razas legendarias y “monstruosas”, descritas con todo detalle en la Historia natural de Plinio, y que desde entonces habían hechizado y eludido a los viajeros. Cuando los europeos llamaron “indios” a los nativos del Mundo, no sólo contenían un error geográfico sino que también expresaban sus expectativas de hallar criaturas fantásticas.
Polifemo y Ulises
Algunos albergaban en sus corazones la emoción y el miedo de hallar a “fantásticas criaturas” de “tierras lejanas”. Todavía, hace 500 , los hombres sentían temores irracionales transmitidos por historias y leyendas que, sus escasos entendimientos, fijaban fuertemente en sus mentes temerosas.
Colón informó, su sorpresa y en cierto modo también para su decepción, que “en estas islas fasta aquí no he hallado hombres monstruos, como mucho pensaban, más antes es toda gente de muy lindo acatamiento…Así que monstruos no he hallado ni noticia, salvo… una tiente…los cuales comen carne humana… Ellos no son más disformes que los otros…” Estos indios, aseguró Colón a los soberanos españoles, “son todos de muy linda estatura, altos de cuerpos e de muy lindos gestos…”
Aquellos rústicos marineros de Huelva, Palos y Moguer, se quedaron con las ganas de ver a los Bellos Unicornios bebiendo en las tranquilas y transparentes aguas de un riachuelo enclavado en el maravillo y selvático lugar que llevaban grabados en sus mentes.
Aunque prosaica y tranquilizadora noticia despojó a las nuevas tierras de su encanto legendario, las “razas monstruosas” continuaron existiendo. La poesía, el folklore y el romance repetían antiguas historias de legendarias Amazonas (“sin pechos” mujeres que vivían sin hombres, y eran denominadas así porque se amputaban el pecho derecho tensar el arco con más fuerza).
La Guerra, la Caza, la Agricultura y el entrenamiento de niñas Amazonas eran sus tareas principales. Se dice que fueron las primeras humanas en cabalgar caballos. Las Amazonas eran devotas de la Diosa de la Caza , Artemisa. Fue Homero, el que al introducir a las Amazonas en sus leyendas, estas recorrieron el mundo y, la imagen de aquellas mujeres guerreras estaban asentadas en las mentes de las generaciones venideras.
También, dentro del amplio espectro de monstruos que todos esperaban encontrar en aquellas tierras, estaban los Cíclopes (los gigantes de un sólo ojo de Homero y Virgilio), cinocéfalos (“cabeza de perro”, que se comunicaban ladrando, tenían unos dientes enormes y lanzaban fuego por la boca), pigmeos (que se trenzaban el pelo para hacerse con él prendas de vestir y luchaban con las grullas que les robaban las cosechas), antípodas (“pies al revés”, que vivían en la inferior del mundo y tenían que andar cabeza abajo), Había también amictrias (“insociables”, que se alimentaban de carne cruda y tenían un prominente labio).
Todos tenemos el recuerdo de haber visto la Odisea de Homero, el astuto Ulises (Kirk Douglas), burla al cíclope Polifemo y logra salvar a sus hombres prisioneros en la cueva de éste. Estos personajes y todos los que arriba menciono, estaban fuertemente grabados en la memoria de muchas generaciones que, habiendo leído o escuchado contar aquellas historias, tenían la certeza de sus existencias.
La colección de extraños personajes es interminable y, cada uno de ellos, con sus peculiares configuraciones que, sobre todo, eran llamativas y despertaban la fantasía de todos. Claro que estos y otros pueblos monstruosos habitaban un limbo situado la Teología y la Fantasía. Si, como afirmaba la Biblia, todos los hombres eran descendientes de Adan, quizás esas defomridades eran el castigo recibido por algunos hijos de éste por sus pecados o por comer hierbas prohibidas. “Los descendientes mostraban en sus cuerpos lo que los ascendientes se habían ganado por sus fechorías”, declaró un poeta alemán del siglo XII. “Lo que los padres eran por dentro, los hijos lo eran por fuera.”
Colón informó que los pueblos que había encontrado no eran monstruos sino simplemente salvajes, señaló sin proponérselo una nueva ciencia de la cultura. Y hacia unas ideas de progreso. Los casos extremos de la diversidad humana ya no quedaban relegados al reino de la fantasía, pues podían ser observados de cerca.
Alguna de aquellas escenas de la visita de Colón podría haber sido como ésta de la película La Misión.
En una carta a los Reyes Católicos Colón les :
“…ellos son tanto sin engaño y tan liberales de lo que tienen, que no lo creería sino el que lo viese. Ellos de cosa que tengan, pidiéndosela, jamás dicen que no, antes convidan a la persona con ello, y muestran tanto amor que darían los corazones, y quier sea cosa de valor, quier sea de poco precio, luego por cualquier cosica de cualquier manera que sea que se le dé por ello sean contentos. Yo defendí que no se les diera cosas tan siviles como pedazos de escudilla rotas y pedazos de vidrio roto y cabos de agugetas; haunque cuando ellos esto podían llegar, les parecía haver la mejor joya del mundo…”
Esto nos muestra la candidez de aquellos seres y se explica todo lo que vino después.
Claro que, el descubrimiento de América abrió posibilidades nuevas, intrigantes primero y revolucionarias después. En el siglo XVIII ya era evidente que existían muchas especies de plantas y animales “propios de esa del mundo”. Algunos naturalistas atrevidos llegaron a proponer que, en lugar de una sola Creación en el Jardín del Edén, podía haber habido “creaciones separadas” en diferentes partes del mundo y especialmente adaptadas a las diferentes regiones. Luego, ¿por qué no podía haber “creaciones separadas” de la Humanidad?
Bonitas vistas de alguna zonas de la Ciudad de Montevideo en Uruguay
Claro que, pasando el tiempo, todo aquello se transformó y surgieron cosas buenas. Montevideo, ciudad del sur de Uruguay, capital del país y del departamento homónimo, situada en la margen izquierda del río de la Plata. Urbe diseñada, con amplios y espaciosos bulevares, es la mayor ciudad del país y centro económico, administrativo y cultural.
De entre sus lugares más destacados cabe mencionar el cerro, al que Montevideo debe su (procedente de la expresión portuguesa monte vide eu, ‘he visto un monte’) y el Mercado del Puerto, antigua estación ferroviaria convertida en la actualidad en destino gastronómico de lugareños y visitantes.
El casco antiguo, localizado en el extremo de la península que se adentra en el río de la Plata, acoge varios monumentos y edificios coloniales; de entre ellos, cabe destacar la Puerta de la Ciudadela (1742), la Casa de Lavalleja (1783), el Cabildo —antigua sede legislativa del país y cuna de la independencia uruguaya— y la hermosa catedral, levantada entre 1790 y 1804. Ambos edificios se sitúan en la plaza de la Constitución. Por su , la plaza de la Independencia, que ocupa el antiguo límite de la ciudad alberga el mausoleo del héroe nacional José Gervasio Artigas, rodeado por fuentes y palmeras. En la plaza arranca la avenida 18 de Julio, principal arteria de Montevideo donde se sitúan los palacios de Estévez (siglo XVII) y Salvo (1927).
Montevideo
Old City
Foto de Ciudad Vieja, Montevideo
- Bolichon (Montevideo)
- Foto de Ciudad Vieja, Montevideo
Con este paseo por Montevideo me despido y, otro día seguiremos contando pasajes de aquellos sucesos del pasado que nos trajeron a lo que hoy es, esa Joya que, nosotros, los europeos, conocemos como América del Sur.
emilio silvera
el 16 de mayo del 2021 a las 10:14
Sí, podemos mirar al Pasado, ese Tiempo que se fue. En él se encuentra todo lo que hicimos y podemos aprender de lo que estuvo bien y evitar caer de nuevo en lo negativo. Lo cierto es que, cuando hablamos del Tiempo no pensamos en el hecho cierto de que, aunque nos parezca suficiente el que se nos da, la realidad es que, ese Tiempo siempre resultará efímero, nunca tendremos el suficiente para realizar todo lo que queríamos hacer, y, cuando nos damos cuenta… ¡Se nos ha ido!
Eso que llamamos Pasado es el Tiempo que se fue, el que no volverá y los sucesos que “allí” ocurrieron, son inamovibles como las constantes universales. No podemos cambiar nada de lo que pasó, unos acontecimientos felices, otros llenos de tristeza, algunas victorias y muchas derrotas. Se nos ha dado un mundo endiablado que, aunque de joven nos parece que nos lo vamos a “comer”, lo cierto es que, el Tiempo transcurre inexorable y es el que nos devora a nosotros.
El Presente es ese tiempo que tenemos para realizar los sueños que, no siempre podemos conseguir a pesar de los esfuerzos. La Vida es dura y no se nos regala, la tenemos que pagar… ¡De tantas maneras!
En mi caso, la mayor frustración que puedo tener es el de saber que mi Tiempo se acaba y no poder tener la certeza del futuro que espera a mis seres queridos ¿Qué será de mis hijos? De mi querida esposa tengo poca incertidumbre en lo que a su futuro se refiere, se ganó la seguridad mientras viva. Los jóvenes que aún recorren su camino es otra cosa, es el Futuro será incierto para ellos.
Hablamos del Futuro que nunca podremos conocer, el Tiempo avanza y se convierte en Presente que es donde estamos. El futuro no existe para que lo podamos conocer in situ, y, lo curioso del caso es que, lo que es Futuro para nosotros, será también Presente para nuestros descendiente, es decir, el Futuro nadie lo puede alcanzar, es como cuando vamos navegando hacia el Horizonte que siempre está ahí, inalcanzable.
Pasado, Presente y Futuro… ¡Una ilusión llamada Tiempo!