May
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Rumores del saber del Mundo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (1)
Los pensadores del Renacimiento creían que todo el Universo era un modelo de la idea divina y que el hombre era “un creador que venía después del creador divino”. Esta concepción era el concepto de belleza, una forma de armonía que reflejaba las intenciones de la divinidad. ¡Cuánta ignorancia! que, por otra parte, debemos comprender en aquel contexto.
Leonardo Da Vince y Miguel Ángel Buonarroti
Lo que era placentero para los ojos, el oído y la mente era bueno, moralmente valioso en sí mismo. Más aún: revelaba parte del plan “divino” para la Humanidad, pues evidenciaba la relación de las partes con el todo.
Este ideal renacentista de belleza respaldaba la noción de que ésta tenía dos funciones, noción aplicable a todas las disciplinas. En un nivel, la arquitectura, las artes visuales, la música y los aspectos formales de las artes literarias y dramáticas informaban a la mente; en segundo nivel, la complacían mediante el decoro, el estilo y la simetría en la Pintura y la escultura. De esta forma se estableció una asociación entre belleza e ilustración. También esto era lo que entonces significaba la sabiduría.
Filósofos, artistas y pensadores del renacimiento se plantearon retomar cánones de belleza establecidos por las culturas clásicas de la antigüedad.
El fin perseguido era el deseo de universalidad personal, la consecución de conocimientos universales, la conjunción de disciplinas diferentes como ramas del todo, del saber profundo que abarcaba desde el núcleo las distintas esferas del conocimiento universales, la conjunción de disciplinas diferentes como ramas del todo, del saber profundo que abarcaba desde el núcleo las distintas esferas del conocimiento como partes de ese todo.
El reconocimiento de la belleza se funda en los dones divinos del intelecto humano. Durante el Renacimiento se escribieron unos cuarenta y tres tratados sobre la belleza. La idea de hombre universal es una idea común a casi todos ellos.
Peter Burke ha destacado a quince hombres universales del Renacimiento (“universales” en tanto evidenciaron su talento, más allá del mero diletantismo, en tres o más campos):
Escultura de Brunelleschi mirando Il Duomo de Florencia
– Antonio Filarete (1400-1465), arquitecto, escultor escritor.
Una muestra de su obra arriba
- León Battista Alberti (1404-1472), arquitecto, escritor, pintor.
Una muestra de su obra arriba
Francesco di Giorgio e di Lorenzo más conocido por el apodo Vecchietta y también llamado Lorenzo di Pietro, fue un artista, orfebre y arquitecto italiano del Renacimiento. Se conserva obra en frescos, esculturas polícromas y bronces
– Lorenzo Vecchietta (1405-1489), arquitecto, pintor, escultor, ingeniero.
Una muestra de su obra
No encontré ninguna imagen del anterior y siguiente artista, sólo de su obra.
- Bernard Zenale (1436-1526), arquitecto, pintor, escritor.
Una muestra de su Obra
Sin la imagen del siguiente
- FrancescSin o di Giorgio Martín (1439-1506), arquitecto, ingeniero, escultor, pintor.
Una muestra de su Obra
- Donato Bramante (1444-1514), arquitecto, ingeniero, pintor, poeta.
Muestra de su Obras arriba
- Leonardo da Vinci (1452-1519), arquitecto, escultor, pintor, científico.
Muestra de su Obra arriba
Giovanni Giocondo (1457-1525), arquitecto, ingeniero, humanista.
Muestra de su obra arriba
No tenemos imagen del personaje
- Silvestre Aquilano (antes de 1471-1504), arquitecto, escultor, pintor.
Muestra de su obra arriba
- Michelangelo Buonarroti (1475-1464), arquitecto, escultor, pintor, escritor.
Pequeña parte de su obra arriba
Sin imagen del personaje
- Guido Masón (antes de 1.477-1518), escritor, pintor, productor teatral.
Muestra de la obra
Giorgio Vasari (1511-1574), arquitecto, escritor, escultor y pintor.
¿Qué tenía en particular la arquitectura para ocupar un lugar tan destacado frente a todas las demás actividades? En el Renacimiento, la aspiración de muchos artistas era el progreso arquitectónico. En el siglo XV la arquitectura era una de las actividades que más se aproximaban a las artes liberales, mientras que la pintura y la escultura era sólo mecánica. Esto cambiaría después, pero ayuda a explicar las prioridades en la Italia del quattrocento.
Las carreras de algunos de estos hombres universales fueron extraordinarias. Francesco di Giorgio Martín, por ejemplo, diseñó un gran número de fortalezas y máquinas militares. Y otra de sus ideas pueden apreciarse en los setenta y dos bajorrelieves que realizó dedicados todos a “instrumentos bélicos”. Concejal en Siena y espía que informaba de los movimientos de las tropas papales y florentinas. Escribió un importante tratado de arquitectura.
Giovanni Giocondo fue un fraile dominico, del que alguien dijo que era “un hombre de muchas facetas y maestro de todas las facultades nobles”.
Vasari lo describe principalmente como hombre de letras, pero añade que era también un muy buen teólogo y filósofo, un gran conocedor del griego (en un momento en que tal cosa no era corriente en Italia), un magnifico arquitecto y un excelente maestro de la perspectiva.
Autor del pasaje secreto de los Médicis en Florencia que les permitía trasladarse por la ciudad sin ser vistos
Adquirió fama en Verona, la ciudad en que vivía, por el papel que desempeñó en el rediseño del Ponte Della Pietra, un puente construido sobre terreno tan inestable que siempre estaba derrumbándose. En su juventud pasó muchos años en Roma, lo que le permitió familiarizarse con las reliquias de la antigüedad, de muchas de las cuales se ocupó en un libro.
Mugellane llamó a Giocondo “profundo maestro de antigüedades”. Escribió comentarios sobre Cesar y divulgó a Vitruvio entre sus contemporáneos y descubrió cartas de Plinio en una biblioteca parisina.
Construyó dos puentes sobre el Sena por encargo del rey de Francia. Tras la muerte de Bramante se le encomendó completar, junto con Rafael, los trabajos de la Iglesia de San Pedro.
Con todo, es probable que su mayor logro fuera la solución que ideó para los grandes canales de Venecia, ya que al desviar las aguas del río Brenta contribuyó a que La Serenísima sobreviviera hasta nuestros días.
Los talentos de Brunelleschi superan los mencionados con anterioridad. Además de haber diseñado y dirigido la construcción de la maravillosa cúpula de la catedral de Santa María del Fiore en su ciudad, fue fabricante de relojes, orfebre y arqueólogo. Amigo de Donatello y Massaccio, fue más polifacético que cualquier de ellos.
Cabria preguntarse si en realidad se ha exagerado la idea de hombre universal, de hombre renacentista. En el siglo XII ciertos estudiosos, como Tómás de Aquino, estuvieron muy cerca de poseer un “saber universal”, ya que conocían todo lo que podía conocerse en la época. Todo el conocimiento allí, el conocimiento total (al que se podía acceder) estaba resumido en poco más de un centenar de volúmenes, lo que hacía posible saberlo casi todo.
Acaso lo que resulta realmente significativo en la idea renacentista del hombre universal sea la actitud de los individuos que la encarnaron, su conciencia de sí mismos, su optimista punto de mira sobre la solución de problemas, lo que explica en buena medida la explosión de la imaginación que caracteriza el periodo.
Las ideas rivalizaban entre sí, íntimamente ligada a la idea de universalidad estaba la cuestión del paragone: si la pintura era superior a la escultura y viceversa. El debate era enorme, en el siglo XV éste era un asunto intelectual de enorme actualidad. Los escritos de Alberti, Filarete y el mismo Leonardo dejaron constancia de lo que pensaban sobre le tema. Leonardo pensaba que el bajorrelieve era una especie de híbrido entre la pintura y la escultura, lo que podía hacerlo superior a ambos.
También había debate sobre pintura y poesía. Durante un tiempo, se consideró que ambas actividades eran muy similares.
Leonardo escribió un tratado sobre pintura y en el decía que “….la pintura era poesía muda y, por el contrario la poesía es pintura ciega… pero la pintura continúa siendo la más valiosa dado que sirve al sentido más noble”. ¡Lo que tú digas Leonardo!
Los círculos intelectuales de la época tenían en más alta consideración a los poetas que a los pintores.
De todos los artistas del Renacimiento que escribieron poesía el de mayor mérito literario fue sin duda Miguel Angel.
La misma idea de universalidad implicaba que el hombre universal era algo especial, diferente, un modelo del ideal. Por tanto, es natural que los hombres universales a los que antes me he referido estuvieran a la vanguardia del movimiento que consiguió mejorar el estatus de los artistas en el siglo XV.
Una de las formas en que se manifestó este cambio la encontramos en la práctica del autorretrato. Dada la autoconciencia que se había alcanzado hacia mediados de siglo sobre el valor del autorretrato y la imaginería asociada a la promoción intelectual y social, la labor de Antonio Filarete sin parangón.
Filarete incorporó no uno sino dos autorretratos suyos en la decoración de las puertas de bronce de San Pedro, que realizó por encargo del papa Eugenio IV entre 1.435 y 1.445. El segundo testimonio que dejó en su propia obra se aprecia en la cara interior de la puerta, en un relieve situado a nivel del suelo en el que aparecen Filarete y sus ayudantes, que ejecutan una danza, simbolizando así lo que pensaba de que, el trabajo en equipo tenía que ser como una danza en la que todos estaban en armonía para la consecución final y perfecta del trabajo a realizar. El trabajo en equipo es como un grupo que baila en perfecta conjunción para la buena realización del cometido final.
Pero Veronnoce en 1.573 compareció ante la Inquisición, la Reforma de la Iglesia católica (el concilio de Trento que se reunión de forma intermitente de 1.544 1 1563 para decidir la política de Roma) fue que las obras de arte pasaron a ser objeto de censura. 8La ciencia también)
Veronece había pintado un inmenso y suntuoso lienzo para los cultos padres dominicos del Convento de SantiGiovanni e Paolo, en Venecia, en donde era necesario para reemplazar una pintura de la última cena de Tiziano que se había consumido en un incendio.
El trabajo de Veronece era en realidad un triptico, tres arcos con Cristo en el centro al y escaleras que descienden del lienzo. A pesar del tema religioso, la pintura es muy viva y utiliza la perspectiva de forma sorprendente; representa una elaborada representación veneciana, en la que los asistentes aparecen vestidos con finas prendas y rodeados de jarras de vino, abundante comida, negros con vestidos exóticos, perros y monos. La Inquisición lo reprendió por ello.
Valiente servicio hizo la Iglesia, por aquella época a las artes y las ciencias. Si acaso, habrá que reconocer la labor de conservación y reproducción de libros que se llevó a cabo en los conventos y monasterios.
Veronece presentó excusas ante el Tribunal Inquisidor y para defenderse de las preguntas llegó a decir:
“…. En efecto está mal, pero repito que me limito a seguir lo que mis superiores en el arte han hecho antes.
¿Qué han hecho ellos?
Miguel Ángel pintó en Roma al Señor, a Su Madre, a los Santos y a las Huestes Celestiales desnudos, incluso a la Virgen María.”
Salió del trance con muchos apuros y su arte, como el de tantos otros entonces, quedó amputado al no estarle permitido utilizar su imaginación. Algunos menos afortunados fueron torturados y finalmente quemados en las Hogueras por herejes.
¡Tiempos de mal recuerdo! Pero, también de grandes artistas en las distintas profesiones como hemos podido comprobar más arriba.
Dejo aquí mi agradecimiento a Peter Watson que, con su obra Ideas, me ha permitido recopilar y tomar datos para que, con otros de imágenes y configuración, podáis tener este trabajo.
emilio silvera
el 20 de mayo del 2021 a las 9:19
Aunque sin moverme de este mundo nuestro, me gusta viajar al Pasado. Allí, en el Tiempo que se fue y nunca podrá volver, gracias a los vestigios dejados por los que antes que nosotros estuvieron aquí, podemos contemplar sus obras, su forma de vida, las culturas de aquellos pueblos, sus costumbres y el sentido que tenían de las cosas, el valor que otorgaban a ciertas ideas, los comportamientos de las Instituciones de entonces y la capacidad que tenían para entender el “mundo”.
Siempre ha sido así, aprendimos del Pasado, nuestros antepasados nos dejaron un camino a seguir que, nosotros modificamos en función de las necesidades del Presente. Sin embargo, de ellos, pudimos aprender cuestiones esenciales que encaminaron nuestras vidas hacia ese Futuro que vislumbramos y en el que nunca podremos estar.
Es curioso como cambia todo con el paso del Tiempo, las experiencias pasadas nos dieron conocimiento para saber como modificar los comportamientos y no caer de nuevo en los mismos errores (aunque no siempre fue así). Aprender de lo Bueno y rechazar lo Malo, esa debería ser la premisa.
Antes, hace ahora mil años, las cosas eran muy diferentes, la gente era sencilla y se agarraban a la tierra, a la familia, la vida cotidiana era monótona y los sobresaltos venían de la mano de algún animal salvaje que atacaba la Aldea, o, del cacique de turno que explotaba a los pobres y humildes labriegos, herreros o comerciantes, y, desde luego, de la Iglesia y los Señores feudales que exigían el diezmo o una parte de la cosecha.
Ahora, aunque de alguna manera podríamos decir que estamos algo mejor, tampoco es como para tocar campanas. y, dependiendo de la época o del lugar en el que podamos vivir, también tenemos que soportar alguna que otra vejación por el que está al mando que te lo vende como que es la contribución para el bien general, y, por lo que podemos ver, cuando finalizan sus mandatos, salen ricos y con prebendas que el ciudadano de a pie no tiene. Es más o menos lo mismo pero con otro “ropaje” que disimule el abuso y el engaño.
El Mundo ha ido cambiando y las sociedades también pero, siempre ha existido esa clase dominante que ha querido abusar del resto. Cuando oigo a los políticos prometer el “oro y el moro”, me hecho a reír por la carga de hipocresía que llevan sus palabras, y, me acuerdo de aquel dicho antiguo: ¡Cuando la limosna es grande… Hasta el Santo desconfía!
¿Qué vendrá buscando éste cuando promete tanto?