Jul
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Enigmas que no sabemos desvelar
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Parece que el Chimpancé y el Humano tuvieron un antecesor común del que divergieron las dos ramas. Este ancestro no era ni Homo ni Pan. No se ha sabido explicar el por qué, mientras el hombre ha evolucionado y estudia las estrellas, el chimpancé sigue en la copa de los árboles.
Archaeopterux, eslabón perdido entre dinosaurios y aves. Está claro que al decir “eslabón perdido” nos estamos refiriendo a los fósiles de formas transicionales o estados intermedios en la evolución animal, se toma como una especie de eslabón implicado en el estado evolutivo lineal que de unas formas pasan a otras consecutivas. En realidad el término no es correcto, toda vez que, no hay uno, sino muchos, y no son partes de una cadena sino partes de un árbol muy ramificado.
Hablamos del eslabón perdido pero, son muchos los cabos sueltos que no hemos sabido unir
¿Qué es lo que nos apartó tan decisivamente de todas las otras especies con las que compartimos el planeta? ¿En qué momento de nuestra historia evolutiva aparecieron las diferencias que nos separaron de los demás criaturas? ¿La denominada “mente” (o mundo mental) es algo específico de los humanos o se trata de un rasgo general de la psicología animal? ¿Por qué surgió el lenguaje? ¿Qué es eso que llamamos cultura, y que muchos consideran el sello de la Humanidad? ¿Somos la única especie que puede presumir de ella? Y quizás la pregunta más crucial de todas: ¿por qué estas diferencias nos escogieron a nosotros y no a otras especies?
Lo cierto es que, en el árbol de la vida en el que cada rama es una especie, nosotros sólo somos una muy pequeña sin más importancia que cualquiera de las demás
Son preguntas que, a veces, no sabemos contestar y, sin embargo, sabemos que Alma-Mente y Cuerpo, conforman un conjunto armonioso que hacen de nosotros seres ¿únicos? en el Universo.
Tenemos unos sensores que nos permiten sentir emociones como la tristeza, la ternura, el amor o la alegría. Nos elevamos y somos mejores a través de la música o la lectura de unos versos. Igualmente podemos llegar al misticismo del pensamiento divino, o incluso profundizar en los conceptos filosóficos de las cosas hasta rozar la metafísica.
Alguien dijo: ” Cuando las palabras no alcanzan para expresar todo lo que el ser humano quiere decir los artistas acuden a la música. Dicen que es ¡el lenguaje del alma! y recurren a ella para ¡compartir pensamientos y emociones. Lo cierto es que, nos hace mejores y nos eleva a un plano superior.
La música es el lenguaje de las emociones, pero ¿Qué es el amor? ¿Quién no ha sentido alguna vez ese nudo en el estómago y perdido las ganas de comer? ¿Quién no ha sentido alguna vez ese sufrimiento profundo de estar alejado del ser amado y el inmenso gozo de estar junto a ella/él?
Al igual que todo lo grande está hecho de cosas pequeñas, lo que entendemos por felicidad esta compuesto de efímeros momentos en los que ocurren cosas sencillas que, la mayoría de las veces, ni sabemos apreciar. Una simple mirada, una caricia, estar juntos ante ese paisaje de ensueño… ¡Son momento inolvidables!
De ese ingrediente llamado inteligencia unos tienen más que otros. Unas veces por sus circunstancias personales y el entorno en el que nació, otros de manera natural y genética.
Lo que llamamos inteligencia está dentro de todos nosotros, unos tienen más cantidad de ese ingrediente y otros tenemos menos. Aparece con el lenguaje, pero ya desde la cuna el niño muestra una actividad sensorial y motriz extraordinaria que, a partir del primer año, presenta todos los caracteres de comprensión inteligente. Con la ayuda de su entorno, el niño va realizando las adaptaciones sensoriales elementales construidas por reflejos.
Todos somos iguales pero diferentes
Mas tarde, aparecerán los numerosos estadios de las adaptaciones intencionales de libre inclinación que acabaran conduciendo al individuo a desarrollar una personalidad única, con el poder de inventar mediante la deducción o combinación mental de los hechos que ve y conoce por el mundo real y que puede dar lugar a crear situaciones y mundos de fantasía, es la creación de la mente. Con las vivencias del entorno, lo que se enseña y lo que aprende por el estudio, se forma una personalidad más o menos elevada según factores de índole diversa que nunca son los mismos, en cada caso se dan circunstancias muy individualizadas.
Todos quedamos marcados para el resto de nuestras vidas en relación a lo que de niño nos han enseñado, nos han querido y el entorno familiar en el que nos tocó vivir, son cosas que se gravan a fuego en la mente limpia del niño que de esta manera, comienza su andadura en la vida condicionado por una u otra situación que le hace ser alegre y abierto o taciturno, solitario y esquivo con una fuerte vida interior en la que, para suplir las carencias y afectos, se crea su propio mundo mental y privado.
La mente Humana es un bien “divino”, no se trata de una cosa más, es algo muy especial y tan complejo y poderoso que, ni nosotros mismos, sus poseedores, tenemos una idea clara de dónde puede estar el límite.
La ciencia ignora los detalles de por qué y cómo soñamos, cómo se forman exactamente los recuerdos y qué mecanismos hacen posible el desarrollo y el cambio de las emociones, entre otros.
– Si verdaderamente tratan de recordar algo, mirarán hacia arriba y a la izquierda.
– Las personas deprimidas tienen un volumen tres veces mayor de sueños, que el de las personas que no están tristes.
– El cerebro de los niños expuestos a la violencia familiar tiene los mismos patrones de actividad que el de los soldados que han combatido en una guerra.
– Los videojuegos pueden generar una adicción tan fuerte como la de la heroína.
– Cuando estás fatigado, o tienes hambre, te será más difícil decir “no”, serás más vulnerable.
– Cada uno de nosotros tiene alrededor de setenta mil pensamientos al día, Las sinapsis neuronales son conexiones que se producen 10 veces con exponente de un millón.
Capacidad intelectual y la memoria
La mente guarda nuestra capacidad intelectual, tiene los pensamientos dormidos que afloran cuando los necesitamos, es la que guía nuestras actitudes y comportamientos, la voluntad y todos los procesos psíquicos conscientes o inconscientes, es la fuente creadora o destructora y, en definitiva, es lo que conocemos por “ALMA” y que, en realidad, es la consciencia.
Todas las cosas son, pero no de la misma manera, hay esencia y sustancia que conviven para conformar al sujeto que ES. “Somos” parte del Universo y estamos en el tiempo/espacio para desarrollar una misión que ni nosotros mismos conocemos, vamos imparables hacia ella y actuamos por instinto. Nos dieron las armas necesarias para ello: Inteligencia, Instinto y curiosidad. Estos tres elementos nos transportan de manera imparable hacía el futuro inexorable que nos está reservado.
El conjunto de nuestras mentes tiene un poder infinito que, de momento, está disperso, las ideas se pierden y cuando nacen no se desarrollan por falta de medios y de apoyos, es una energía inútil que, invisible, está vagando por el espacio sin ser aprovechada.
Estoy totalmente seguro de que nuestros cerebros ven el mundo que les rodea bajo su propia perspectiva, es decir, lo filtra y en buena medida lo crea, el cerebro no es pasivo, sino que, todo lo que percibe lo transmite “a su manera”, desde su propia percepción, desde su propia realidad, desde su propio mundo físico de todos los eventos y experiencias que tiene registrados para conformar un entorno y un mundo de las propias ideas.
Si pudiéramos “ver” lo que ve un perro, nos quedaríamos asombrados del mundo tan diferente al nuestro que percibe su cerebro con sus propias ideas y percepciones físicas y psíquicas.
Nosotros, los humanos, somos algo especial y nuestros cerebros no están en proporción con el peso de nuestros cuerpos si nos comparamos con el resto de los animales. Tanto es así que, si el cuerpo del ser humano siguiera las proporciones, con respecto al cerebro, que se dan como media en los mamíferos, nuestros cuerpos deberían pesar casi diez toneladas (aproximadamente lo que pesa un rinoceronte).
No siempre “nuestro mundo”, coincide con el mundo
Nuestro cerebro es potente y tiene capacidades para “crear” su propio mundo, así pensamos que el mundo que vemos, oímos y tocamos es el mundo “real”, sin embargo, estaría mejor decir que es un mundo real humano, otros lo ven, lo oyen y lo perciben de manera diferente a la nuestra, así que, en nuestro propio mundo, para ellos, la realidad y el mundo es diferente, la que conforme sus cerebros.
No podemos ni comunicarnos con seres que comparten con nosotros el mismo planeta. Estos seres, de diversas morfologías y diferentes entornos en sus formas de vida, tienen un desarrollo cerebral distinto y, a veces, ni sabemos que es lo que tienen (caso de las plantas y vegetales en general), o, de cualquier animal en particular.
¿Por qué no podría ser una extraterrestre? Los ingredientes que la forman son los mismos que los míos
Pensemos que si eso es así en nuestro propio mundo, ¿Cómo podríamos contactar con seres pertenecientes a mundos situados en Galaxias alejadas miles de millones de kilómetros de la nuestra? Bueno, posiblemente podremos hacerlo pasado un tiempo de relación mutua, toda vez que, según creo, serían muy similares a nosotros en lo esencial y, las inteligencias terminan por comprenderse.
La comunicación conseguida es incompleta
Al principio, ni siquiera podríamos comunicarnos con ellos cuyos lenguajes abstractos y matemáticas estarían conformados de manera muy diferente mediante una organización distinta de signos y guarismos pero, finalmente, una cierta similitud de sus cerebros con los nuestros, harían posible un entendimiento, ya que, ellos y nosotros tendríamos, es muy posible, las mismas percepciones del universo. No se descarta la posibilidad de Civilizaciones que, basadas en el Carbono, como la nuestra, esté conformada por seres similares o parecidos a nosotros.
Y, a todo esto, sólo una cosa tenemos clara: ¡Sabemos tan poco!
emilio silvera