Jul
21
A veces nos podría dar la impresión de que, el Universo, nos esperba
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (1)
Surgidos de la materia creada por el Universo pudimos alcanzar la inteligencia necesaria para hacer preguntas, elaborar pensamientos dentro de nuestro cerebro y divulgarlas para que otros, la pudieran conocer. Y, además, conseguimos conquistar la mejor parte de nosotros: ¡Los sentimientos! Sentir Amor por los otros, hasta estar dispuesto a dar la vida por ellos
Dos escenas que nos muestran la fuerza que mueve el Mundo: El Amor de una Familia
.
En este lugar venimos hablando de cuestiones de Física, del Universo, de vez en cuando tocamos la I.A. y osamos comentar sobre la Conciencia y la Mente. Ante estas complejas cuestiones, el hecho mismo de que estemos aquí para plantearlas, como seres racionales y pensantes, es un auténtico milagro, ya que, significa que deben haber ocurrido, necesariamente, complejas secuencias de sucesos para que a partir de la materia “inerte”, la mezcla de materiales complejos en condiciones excepcionales, hiciera surgir la vida.
Células replicantes que comenzaron a “escribir” la fascinante historia de la Vida
En 1960, el científico postuló que civilizaciones alienígenas más avanzadas que la nuestra podrían utilizar a las estrellas de su vecindad cósmica como fuente de energía, valiéndose para ello de mega-estructuras de tallas astronómicas: las esferas de Dyson.
Reparando en estas coincidencias cósmicas, el físico Freeman Dyson escribió en cierta ocasión:
“Cuando miramos en el universo e identificamos los muchos accidentes de la física y la astronomía que han colaborado en nuestro beneficio, casi parece que el universo debe haber sabido, en cierto sentido, que nosotros íbamos a venir“.
Particularmente, creo que la vida llegó a este planeta por una serie de circunstancias muy especiales: el tamaño del pequeño mundo, temperatura por la distancia al Sol (idónea para no morir congelados o asados por una temperatura extrema), su atmósfera primitiva, las chimeneas marinas (húmeros negros), la mezcla de elementos, y su transformación evolutiva, la aparición del oxígeno, la capa de ozono, los mares y océanos ¡el agua líquida!, y, otros muchos factores que posibilitaron el surgir de aquellas primeras células replicantes.
¿Alquimia estelar y protoplasma vivo que se organizó en estructuras complejas para evolucionar hasta la consciencia de Ser, para poder4 generar ideas, pensamientos y… ¡Sentimientos!
Estos de arriba podrían ser aquellos protoplasmas vivos del que surgieron aquellas primeras células replicantes que dio comienzo a la aventura de la vida. Muchas son las elucubraciones que sobre la presencia de la Vida en nuestro mundo se hicieron y, desde el protoplasma vivo hasta la Panspermia, todo podría ser posible porque, al final, ¿Qué importe de dónde llegó? Lo que importa es que está aquí, no en la Tierra, sino en todo el Universo.
Dada la inmensidad de nuestro Universo, nuestro mismo caso (un sistema solar con planetas entre los que destaca uno que contiene vida inteligente), se habrá dado en otros muchos mundos similares o parecidos al nuestro, tanto en nuestra misma galaxia, la Vía Láctea, como en otras más lejanas. Me parece una estupidez que se pueda pensar que estamos solos en el Universo; la lógica nos dice todo lo contrario, las probabilidades de vida en otros mundos es muy alta.
Los mundos en los que alguna clase de vida podría estar presentes, se podría decir que son infinitos. Cualquier galaxia tiene más de cien mil millones de estrellas y, la mayor parte, tienen sus propios sistemas planetarios con la posibilidad de que, al menos uno de esos mundos esté en la zona habitable.
“Nuestro Sol”, gracias al cual podemos existir, es una de los cien mil millones de estrellas que contiene nuestra Galaxia. Existen miles de millones de sistemas solares compuestos por estrellas y planetas como los nuestros. ¿En verdad se puede pensar que somos los únicos seres vivos inteligentes de la Galaxia?
Me parece que no. Creo que estamos bien acompañados. Probablemente, esas otras formas de vida, como la nuestra, estarán basadas en el Carbono, ya que, las leyes del Universo son las mismas en todas partes.
El problema radica en que es difícil coincidir en el Tiempo y en poder superar las enormes distancias que nos pueden separar. Cuántas Civilizaciones se habrán extinguidos y cuántas habrán surgido. Con las que se fueron se borraron todos sus logros y saberes y, las nuevas, estarán comenzando de nuevo ese difícil camino del saber. ¿El encuentro? ¡No será nada fácil que se produzca! Sin embargo, el avance de la Ciencia y los nuevos descubrimientos, algún día lejano aún en el Tiempo… ¡Sucederá!
El Tiempo y el espacio nacieron juntos cuando nació el Universo en el “Big Bang”, llevan creciendo unos 13.500-18.000 millones de años y, tanto el uno como el otro, son enormes, descomunalmente grandes para que nuestras mentes lo asimilen de forma real.
La estrella más cercana a nosotros, Alfa de Centauri, está situada a una distancia de 4’3 años luz. El año luz es la distancia que recorre la luz, o cualquier otra radiación electromagnética, en un año trópico a través del espacio. Un año luz es igual a 9’4607×1012 Km, ó 63.240 unidades astronómicas, ó 0’3066 parsecs.
Próxima Centauri
Con las naves actuales que pueden moverse a 50/60.000 Km/h., tardaríamos 30.000 años en llegar a Próxima Centauri, la estrella más cercana a nosotros. Sin Gravedad artificial, sin materiales inteligentes que auto-reparen posibles fisuras provocadas por micro-meteoritos, y, sin otros adelantos del futuro… ¿Cómo podríamos llegar a esa estrella? ¿Las sucesivas generaciones mutarían? Las probabilidades de conseguir llegar a destino serían mínimas.
La luz viaja por el espacio a razón de 299.792.458 m/s, una Unidad Astronómica es igual a 150 millones de Km (la distancia que nos separa del Sol). El pársec es una unidad galáctica de distancias estelares, y es igual a 3’2616 años luz o 206.265 unidades astronómicas. Existen para las escalas galácticas o intergalácticas, otras medidas como el Kiloparsec (Kpc) y el Megaparsec (Mpc).
Nos podríamos entretener para hallar la distancia que nos separa de un sistema solar con posibilidad de albergar vida y situado a 118 años luz de nosotros. ¿Cuándo llegaríamos allí? Y… ¿Serían humanos los viajeros que lograran llegar a ese destino?
Es, claramente, la estrella más cercana al Sol, aunque su distancia esté en torno a los 40 billones (un 4 seguido por 13 ceros) de kilómetros, unos 4.35 años-luz. La tercera componente, no obstante, se encuentra algo más cercana, pues orbita a las otras dos y ahora se sitúa a unos 4.22 años-luz. Es llamada por eso Próxima Centauri. Ésta sí es, sin excepciones ni matices, la estrella que está más cerca de nuestro Sol.
Nuestros ingenios espaciales que enviamos a las lunas y planetas vecinos, viajan por el espacio exterior a 50.000 Km/h. Es una auténtica frustración el pensar lo que tardarían en llegar a la estrella cercana Alfa Centauri a más de 4 años luz.
Así que la distancia es la primera barrera infranqueable (al menos de momento). La segunda, no de menor envergadura, es la coincidencia en el tiempo. Se piensa que una especie tiene un tiempo limitado de existencia antes de que, por una u otra razón, desaparezca.
Nosotros mismos, si pensamos en el tiempo estelar o cósmico, llevamos aquí una mínima fracción de tiempo. Dadas las enormes escalas de tiempo y de espacio, es verdaderamente difícil coincidir con otras civilizaciones que, probablemente, existieron antes de aparecer nosotros o vendrán después de que estemos extinguidos. Por otra parte, el desplazarse por esas distancias galácticas de cientos de miles de millones de kilómetros, no parece nada fácil, si tenemos en cuenta la enorme barrera que nos pone la velocidad de la luz. Esta velocidad, según demuestra la Relatividad Especial de Albert Einstein, no se puede superar en nuestro Universo.
Algunos estudios nos dicen que es posible “burlar” no superar, la velocidad de la luz
Con este negro panorama por delante habrá que esperar a que un día en el futuro, venga algún genio matemático y nos de la fórmula para burlar esta barrera de la velocidad de la luz, para hacer posible visitar otros mundos poblados por otros seres. Por ahora, el único panorama creíble (dadas nuestras limitaciones físicas), está en los robots que, sin lugar a ninguna duda, serán la avanzadilla de la Humanidad en los viajes espaciales y, ellos serán los primeros en pisar otros mundos. De hecho, ahora mismo tenemos a Mars Phoenix investigando el suelo y la atmósfera de Marte y buscando vestigios de vida pasada o presente.
También cabe esperar que sean ellos (otros seres extraterrestres) los más adelantados y nos visiten a nosotros. Aunque, si tengo que ser sincero, preferiría no ser testigo nunca de una escena como la de arriba, en la que una nave alienígena se acerca a la Tierra. Bastantes problemas nos creamos ya nosotros mismos para tener encima que bregar con otros venidos de fuera.
Si se tiene que producir ese encuentro, por mi parte, preferiría que seamos nosotros los visitantes. Me acuerdo de Colón, de Pizarro o Hernán Cortes e incluso de los ingleses en sus viajes de colonización, y la verdad, lo traslado a seres extraños con altas tecnologías a su alcance y con el dominio de enormes energías visitando un planeta como el nuestro, y dicho pensamiento no me produce la más mínima gracia. Más bien es gélido escalofrío.
Podrían responder a cualquier anatomía y… ¡sentimientos! o, falta de ellos.
Según todos los indicios que la ciencia tiene en su poder, no parece que por ahora y durante algún tiempo, tengamos la posibilidad de contactar con nadie de más allá de nuestro sistema solar. Por nuestra parte existe una imposibilidad de medios. No tenemos aún los conocimientos necesarios para fabricar la tecnología precisa que nos lleve a las estrellas lejanas a la búsqueda de otros mundos. En lo que se refiere a civilizaciones extraterrestres, si las hay actualmente, no deben estar muy cerca; nuestros aparatos no han detectado señales que dejarían las sociedades avanzadas mediante la emisión de ondas de radio y televisión y otras similares. También pudiera ser, no hay que descartar nada, que estén demasiado adelantados para nosotros y oculten su presencia mientras nos observan, o atrasados hasta el punto de no emitir señales.
De cualquier manera, por nuestra parte, sólo podemos hacer una cosa: seguir investigando y profundizando en el conocimiento del universo para desvelar sus misterios y conseguir algún día (aún muy lejano), viajar a las estrellas, única manera de escapar del trágico e inevitable final de nuestra fuente de vida, el Sol.
Agotado su combustible nuclear de fusión, el Sol se transformará en Gigante Roja y se “comerá Mercurio y Venus”, la Tierra quedará muy cerca y asolada por una temperatura infernal que evaporará los mares y océanos, la vida, tal como la conocemos desaparecerá.
Antes de que llegue ese momento, la Humanidad tendrá que haber escapado de la Tierra hacia otros planetas habitables donde comenzar de nuevo.
Dentro de unos 4.000 millones de años ( o quizás un poco antes), como ya he contado en otros trabajos, el Sol se transformará en una estrella gigante roja cuya órbita irá más allá de Mercurio, Venus y seguramente la Tierra. Antes, la temperatura evaporará toda el agua del planeta Tierra, la vida no será posible. El Sol lanzará sus capas exteriores al espacio Interestelar para que su viejo material forme una nebulosa planetaria. Después, desaparecida la fuerza de fusión nuclear, la enorme masa del Sol, quedara a merced de su propio peso y la gravedad que generará estrujará, literalmente, al Sol sobre su núcleo hasta convertirla en una estrella enana blanca de enorme densidad y minúsculo diámetro (en comparación con el original). Más tarde, la estrella se enfriará y pasará a engrosar la lista de cadáveres estelares.
Ciudades futuras en otros mundos
Para cuando ese momento este cercano, la humanidad, muy evolucionada y avanzada, estará colonizando otros mundos, tendrá complejos espaciales y ciudades flotando en el espacio exterior, como enormes naves-estaciones espaciales de considerables dimensiones que dará cobijo a millones de seres, con instalaciones de todo tipo que hará agradable y fácil la convivencia.
Modernas naves espaciales surcarán los espacios entre distintos sistemas solares y, como se ha escrito tantas veces, todo estará regido por una confederación de planetas en los que tomarán parte individuos de todas las civilizaciones que, para entonces, habrán contactado.
Los mundos que vienen serán distintos y las costumbres sociales cambiaran
El avance en el conocimiento de las cosas está regida por la curiosidad y la necesidad. Debemos tener la confianza y la tolerancia, desechar los temores que traen la ignorancia, y, en definitiva, otorga una perspectiva muy distinta de ver las cosas y resolver los problemas. En tal situación, para entonces, la humanidad y las otras especie inteligentes tendrán instalado un sistema social estable, una manera de gobierno conjunto que tomará decisiones de forma colegiada por mayoría de sus miembros, y se vigilará aquellos mundos en desarrollo que, sin haber alcanzado el nivel necesario para engrosar en la Federación Interplanetaria de Mundos, serán candidatos futuros para ello, y la Federación vigilará por su seguridad y desarrollo en paz hasta que estén preparados.
En muchas partes del mundo consentimos que otros seres vivan de manera indigna
En nuestro mundo pasan cosas que nos deben avergonzar. La pobreza y la desprotección social, en algunas regiones del mundo, llegan a ser verdaderamente insoportables para la mayor parte de la población que,
También sabemos que el desconocimiento, el torpe egoísmo de unos pocos y sobre todo la ignorancia, es la madre de la desconfianza y, como ocurre hoy en pleno siglo XXI, los pueblos se miran unos a otros con temor; nadie confía a en nadie y en ese estado de tensión (que es el caso que se produce hoy día), a la más mínima salta una guerra que, por razones de religión mal entendida o por intereses, siempre dará el mismo resultado: la muerte de muchos inocentes que, en definitiva, nada tuvieron que ver en el conflicto. Los culpables e inductores, todos estarán seguros en sus refugios mientras mueren sus hermanos.
El Gobierno de España se mantiene con el apoyo de diputados de Bildu (hijos de ETA)
¿Merece la pena seguir en el poder apoyados por indeseables sin conciencia?
Es irrefutable esta desgraciada realidad que, sin que lo podamos negar, nos convierte en bárbaros mucho más culpables que aquellos de Atila, que al menos tenían la excusa de su condición primitiva y salvaje guiada por el instituto de la conquista y defensa de sus propias vidas.
¿Pero que excusa tenemos hoy?
El cometa se encuentra actualmente viajando entre las órbitas de Júpiter y de Marte. Mide unos cuatro kilómetros de diámetro, con una forma irregular. Es uno de los muchos ingenios que enviados al Espacio nos informan de lo que ocurre en otros lugares y nos hablan de sus condiciones físicas.
Enviamos sondas espaciales a las lunas de Júpiter y al planeta Marte para que investiguen sus atmósferas, busquen agua y nos envíen nítidas fotografías de cuerpos celestes situados a cientos de millones de kilómetros de la Tierra.
Se construyen sofisticadas naves que surcan los cielos y los océanos llevando a cientos de pasajeros confortablemente instalados que son transportados de una a la otra parte del mundo.
Podemos transmitir imágenes desde Australia que en segundos pueden ser vistas en directo por el resto del mundo.
Tenemos en el espacio exterior telescopios como el Hubble, que nos envía constantemente al planeta Tierra imágenes de galaxias y sistemas solares situados a miles de millones de años luz de nosotros, y sin embargo, ¡¡medio mundo muere por el hambre, la miseria, la falta de agua y la enfermedad!!
¿Qué nos está pasando?
Aunque parezca que no tiene conexión alguna, la tiene y mucha, el conocimiento del Universo a través de la Astrofísica y la Astronomía, sin lugar a ninguna duda nos hará mejores, ya que, de ese conocimiento profundo nos vendrán otros relacionados que nos harán comprender también que, lo efímero de nuestras vidas, nos obliga, de alguna manera a ser mejores y que los errores cometidos son irreversibles y tal como marcha el tiempo (siempre adelante) no tenemos la oportunidad de reparar los daños.
Existe un principio de la física denominado Navaja de Ockham, que afirma que siempre deberíamos tomar el camino más sencillo posible e ignorar las alternativas más complicadas, especialmente si las alternativas no pueden medirse nunca.
Para seguir fielmente el consejo contenido en la navaja de Ockham, primero hay que tener el conocimiento necesario para poder saber elegir el camino más sencillo, lo que en la realidad, no ocurre. Nos faltan los conocimientos necesarios para hacer las preguntas adecuadas.
Así que, siendo así las cosas el camino más aconsejable es el del conocimiento del mundo que nos rodea y del Universo que nos acoge, lo que nos llevó a tener la que aprovechar el Año 2009 que fue nombrado como Internacional de la Astronomía, y, aprendimos del Universo, la Naturaleza es siempre la que nos trae las nuevas ideas, lo que, desde luego, no ocurre sin que la observemos.
emilio silvera