Feb
23
La Cuántica… ¿Cuántos caminos tendrá?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física ~ Comments (8)
El mundo de la Física tiene planteado un gran problema y los físicos son muy conscientes de ello, conocen su existencia desde hace décadas. El problema es el siguiente:
Hemos tratado de juntar lo pequeño con lo grande pero… Infinitos son la respuesta
Existen dos pilares fundamentales en los cuales se apoya toda la física moderna. Uno es la relatividad general de Albert Einstein, que nos proporciona el marco teórico para la comprensión del universo a una escala máxima: estrellas, galaxias, cúmulos (o clusters) de galaxias, y aún más allá, hasta la inmensa expansión del propio universo.
El otro pilar es la mecánica cuántica, que en un primer momento vislumbró Max Planck y posteriormente fue desarrollada por W. Heisenberg, Schrödinger, el mismo Einstein, Dirac, Niels Bohr y otros, que nos ofrece un marco teórico para comprender el universo en su escala mínima: moléculas, átomos, y así hasta las partículas subatómicas, como los electrones y quarks.
Durante años de investigación, los físicos han confirmado experimentalmente, con una exactitud casi inimaginable, la practica totalidad de las predicciones que hacen las dos teorías. Sin embargo, estos mismos instrumentos teóricos nos llevan a una conclusión inquietante: tal como se formulan actualmente, la relatividad general y la mecánica cuántica no pueden ser ambas ciertas a la vez.
Nos encontramos con que las dos teorías en las que se basan los enormes avances realizados por la física durante el último siglo (avances que han explicado la expansión de los cielos y la estructura fundamental de la materia) son mutuamente incompatibles. Cuando se juntan ambas teorías, aunque la formulación propuesta parezca lógica, aquello explota; la respuesta es un sinsentido que nos arroja un sin fin de infinitos a la cara.
Así que si tú, lector, no has oído nunca previamente hablar de este feroz antagonismo, te puedes preguntar a que será debido. No es tan difícil encontrar la respuesta. Salvo en algunos casos muy especiales, los físicos estudian cosas que son o bien pequeñas y ligeras (como los átomos y sus partes constituyentes), o cosas que son enormes y pesadas (como estrellas de neutrones y agujeros negros), pero no ambas al mismo tiempo. Esto significa que sólo necesitan utilizar la mecánica cuántica, o la relatividad general, y pueden minimizar el problema que se crea cuando las acercan demasiado; las dos teorías no pueden estar juntas. Durante más de medio siglo, este planteamiento no ha sido tan feliz como la ignorancia, pero ha estado muy cerca de serlo.
No obstante, el universo puede ser un caso extremo. En las profundidades centrales de un agujero negro se aplasta una descomunal masa hasta reducirse a un tamaño minúsculo. En el momento del Bing Bang, la totalidad del universo salió de la explosión de una bolita microscópica cuyo tamaño hace que un grano de arena parezca gigantesco. Estos contextos son diminutos y, sin embargo, tienen una masa increíblemente grande, por lo que necesitan basarse tanto en la mecánica cuántica como en la relatividad general.
Por ciertas razones, las fórmulas de la relatividad general y las de la mecánica cuántica, cuando se combinan, empiezan a agitarse, a traquetear y a tener escapes de vapor como el motor de un viejo automóvil. O dicho de manera menos figurativa, hay en la física preguntas muy bien planteadas que ocasionan esas respuestas sin sentido, a que me referí antes, a partir de la desafortunada amalgama de las ecuaciones de las dos teorías.
Lo grande y lo pequeño, en última instancia, deberían estar juntos en una sola teoría que explicara, esa conexión que ahora se nos va de las manos y de los ojos de la mente que, por mucho que nos esforcemos… Senos escapa. Sicen que en las teorías de 11 dimensiones están tan ricamente instaladas las dos teorías, la cuántica y la relatividad que, allí, no sólo no se rechazan sino que, se complementan en un todo bello y armónico.
Aunque se desee mantener el profundo interior de un agujero negro y el surgimiento inicial del universo envueltos en el misterio, no se puede evitar sentir que la hostilidad entre la mecánica cuántica y la relatividad general está clamando por un nivel más profundo de comprensión.
¿Puede ser creíble que para conocer el universo en su conjunto tengamos que dividirlo en dos y conocer cada parte por separado? Las cosas grandes una ley, las cosas pequeñas otra. Bueno, aunque de momento parece que nos tendremos que conformar con eso, finalmente, cuando adelantemos más…
Como otros muchos logros que tenemos pendientes, también la Gravedad cuántica será uno de los que, en el futuro, podremos alcanzar y, para cuando eso suceda, seguramente, también y de manera paralela, habremos podido lograr la manera de vencer mediante una artimaña imaginativa, a la velocidad de la luz.
No, no creo que tengamos que dividir el universo en dos. Creo que eso no puede ser así. Mi opinión es que aún no hemos encontrado la llave que abre la puerta de una teoría cuántica de la gravedad, es decir, una teoría que unifique de una vez por todas las dos teorías más importantes de la física: mecánica cuántica + relatividad general.
La teoría de supercuerdas ha venido a darme la razón. Los intensos trabajos de investigación llevada a cabo durante los últimos 20 años demuestran que puede ser posible la unificación de las dos teorías cuántica y relativista a través de nuevas y profundas matemáticas topológicas que han tomado la dirección de nuevos planteamientos más avanzados y modernos, que pueden explicar la materia en su nivel básico para resolver la tensión existente entre las dos teorías.
En esta nueva teoría de supercuerdas se trabaja en 10, 11 ó en 26 dimensiones, se amplía el espacio ahora muy reducido y se consigue con ello, no sólo el hecho de que la mecánica cuántica y la relatividad general no se rechacen, sino que por el contrario, se necesitan la una a la otra para que esta nueva teoría tenga sentido. Según la teoría de supercuerdas, el matrimonio de las leyes de lo muy grande y las leyes de lo muy pequeño no sólo es feliz, sino inevitable.
Esto es sólo una parte de las buenas noticias, porque además, la teoría de las supercuerdas (abreviando teoría de cuerdas) hace que esta unión avance dando un paso de gigante. Durante 30 años, Einstein se dedicó por entero a buscar esta teoría de unificación de las dos teorías, no lo consiguió y murió en el empeño; la explicación de su fracaso reside en que en aquel tiempo, las matemáticas de la teoría de supercuerdas eran aún desconocidas. Sin embargo, hay una curiosa coincidencia en todo esto, me explico:
Cuando los físicos trabajan con las matemáticas de la nueva teoría de supercuerdas, Einstein, sin que nadie le llame, allí aparece y se hace presente por medio de las ecuaciones de campo de la relatividad general que, como por arte de magia, surgen de la nada y se hacen presentes en la nueva teoría que todo lo unifica y también todo lo explica; posee el poder demostrar que todos los sorprendentes sucesos que se producen en nuestro universo (desde la frenética danza de una partícula subatómica que se llama quark hasta el majestuoso baile de las galaxias o de las estrellas binarias bailando un valls, la bola de fuego del Big Bang y los agujeros negros) todo está comprendido dentro de un gran principio físico en una ecuación magistral.
Einstein se pasó los últimos 30 años de su vida tratando de buscar esa teoría del Todo. Sus ecuaciones se exponían en los escaparates de la 5ª Avenida en Hueva York. La gente se amontonaba para verlas y, aunque no entendía nada, aquellos guarismos les fascinaba.
Esta nueva teoría requiere conceptos nuevos y matemáticas muy avanzados y nos exige cambiar nuestra manera actual de entender el espacio, el tiempo y la materia. Llevará cierto tiempo adaptarse a ella hasta instalarnos en un nivel en el que resulte cómodo su manejo y su entendimiento. No obstante, vista en su propio contexto, la teoría de cuerdas emerge como un producto impresionante pero natural, a partir de los descubrimientos revolucionarios que se han realizado en la física del último siglo. De hecho, gracias a esta nueva y magnifica teoría, veremos que el conflicto a que antes me refería existente entre la mecánica cuántica y la relatividad general no es realmente el primero, sino el tercero de una serie de conflictos decisivos con los que se tuvieron que enfrentar los científicos durante el siglo pasado, y que fueron resueltos como consecuencia de una revisión radical de nuestra manera de entender el universo.
El primero de estos conceptos conflictivos, que ya se había detectado nada menos que a finales del siglo XIX, está referido a las desconcertantes propiedades del movimiento de la luz.
Isaac Newton y sus leyes del movimiento nos decía que si alguien pudiera correr a una velocidad suficientemente rápida podría emparejarse con un rayo de luz que se esté emitiendo, y las leyes del electromagnetismo de Maxwell decían que esto era totalmente imposible. Einstein, en 1.905, vino a solucionar el problema con su teoría de la relatividad especial y a partir de ahí le dio un vuelco completo a nuestro modo de entender el espacio y el tiempo que, según esta teoría, no se pueden considerar separadamente y como conceptos fijos e inamovibles para todos, sino que por el contrario, el espacio-tiempo era una estructura maleable cuya forma y modo de presentarse dependían del estado de movimiento del observador que lo esté midiendo.
El escenario creado por el desarrollo de la relatividad especial construyó inmediatamente el escenario para el segundo conflicto. Una de las conclusiones de Einstein es que ningún objeto (de hecho, ninguna influencia o perturbación de ninguna clase) puede viajar a una velocidad superior a la de la luz. Einstein amplió su teoría en 1915 – relatividad general – y perfeccionó la teoría de la gravitación de Newton, ofreciendo un nuevo concepto de la gravedad que estaba producida por la presencia de grandes masas, tales como planetas o estrellas, que curvaban el espacio y distorsionaban el tiempo.
Tales distorsiones en la estructura del espacio y el tiempo transmiten la fuerza de la gravedad de un lugar a otro. La luna no se escapa y se mantiene ahí, a 400.000 Km de distancia de la Tierra, porque está influenciada por la fuerza de gravedad que ambos objetos crean y los mantiene unidos por esa cuerda invisible que tira de la una hacia la otra y viceversa. Igualmente ocurre con el Sol y la Tierra que, separados por 150 millones de kilómetros, están influidos por esa fuerza gravitatoria que hace girar a la Tierra (y a los demás planetas del Sistema Solar) alrededor del Sol.
Así las cosas, no podemos ya pensar que el espacio y el tiempo sean un telón de fondo inerte en el que se desarrollan los sucesos del universo, al contrario; según la relatividad especial y la relatividad general, son actores que desempeñan un papel íntimamente ligado al desarrollo de los sucesos.
El descubrimiento de la relatividad general, aunque resuelve un conflicto, nos lleva a otro. Durante tres décadas desde 1.900, en que Max Planck publicó su trabajo sobre la absorción o emisión de energía de manera discontinua y mediante paquetes discretos a los que él llamo cuantos, los físicos desarrollaron la mecánica cuántica en respuesta a varios problemas evidentes que se pusieron de manifiesto cuando los conceptos de la física del siglo XIX se aplicaron al mundo microscópico. Así que el tercer conflicto estaba servido, la incompatibilidad manifiesta entre relatividad general y mecánica cuántica.
La forma geométrica ligeramente curvada del espacio que aparece a partir de la relatividad general, es incompatible con el comportamiento microscópico irritante y frenético del universo que se deduce de la mecánica cuántica, lo cual era sin duda alguna el problema central de la física moderna.
Las dos grandes teorías de la física, la relatividad general y la mecánica cuántica, infalibles y perfectas por separado, no funcionaban cuando tratábamos de unirlas resulta algo incomprensible, y, de todo ello podemos deducir que, el problema radica en que debemos saber como desarrolar nuevas teorías que modernicen a las ya existentes que, siendo buenas herramientas, también nos resultan incompletas para lo que, en realidad, necesitamos.
emilio silvera
el 24 de abril del 2013 a las 20:52
Como ya indiqué en anterior comentario, repecto al artículo de hoy, sería instructivo visitar:
Nassin Haramei, pese a ciertas derivaciones que más parecen estrambóticas, es original en la interpretación del Universo, y su teoría del Todo se presenta como simplificada y con acierto.
Liberalización de Energías de Plasma y Anti-Gravedad …
Saludos
el 25 de abril del 2013 a las 4:30
Estimado Fandila:
Ciertamente me ha sorprendido todo lo que en tu enlace he podido leer de M.T. Kesher, y, si todo es como ahí lo cuentan, estaríamos de enhorabuena todos los habitantes de la Tierra. Lo extraño es que, no hayamos oido hablar más de él y que sus grandes inventos se sean la comidilla del día en todos los foros científicos del mundo que, ante una cuestión así, de la importancia mundial y que para la Humanidad tendrían estos adelantos, tendría que ser, por mérito propio, la primera plana de todas las revistas especializadas y de todas las Sociedades científicas mundiales.
Ciertamente sorprendente.
En lo que al otro personaje se refiere, Nassim Haramein, aunque no tengo elementos suficientes para juzgarlo, no me parece tan real y auténtico como el anterior pero, ya te digo que no tengo elementos suficientes ni conozco al personaje ni a su obra y, siendo así, hay que dejarlo pendiente hasta poder saber más sobre su verdadera valía.
Tanto en uno (que parece tener más elementos y pruebas a su favor), como en el otro caso, parece que falta rematar la faena y hablar de una Teoria del Todo me parece prematuro… a pesar de todo lo que ahí se dice:
No es, precisamente, ninguna tonteria y, desde luego me extraña que en la RSEF que es el máximo Organismo Oficial de nuestro País para tratar sobre todos estos temas, ni se mencione a ninguno de los dos personajes en ninguna de sus Revistas científicas que, precisamente, publican todo lo que de interés va surgiendo en el mundo relacionado con la Física, las energías, la materia y, en definitiva, el Universo.
Esperémos que mñás noticias nos confirmen tan alagüeño futuro.
Saludos.
el 25 de abril del 2013 a las 9:20
Teoría del Universo Cíclico TOROIDAL.
La forma o estructura de este universo no sería como algunos creen un toroide común, la forma de rosquilla, sino semejante al vórtice magnético, como la distribución típica de las líneas magnéticas que parten del nucleo de una particula, salen por un polo, describiendo el “toroide esférico” para entrar por el polo opuesto y regresar de nuevo al núcleo.
En esta configuración cíclica el universo de galaxias, cúmulos, supercúmulos… recorrerian la líneas de universo separándose unos de otros, es decir expandiendose hasta el “ecuador” para seguir luego en proceso contrario, contrayéndose más y más hasta el otro “polo”, y progresivamente regresar de nuevo al núcleo. Ciclo equivalente a Big Bang-Bib-Chunch.
En el sentido saliente se produciría un big bang progresivo, no violento. La concentración material será suficiente para alcanzar las altísimas temperaturas.
En cierto modo este universo cíclico viene a ser comparable con la idea de Einstein de un universo cerrado y curvo.
Comparar esta estructura esférico toroidal con una inmensa partícula no es desacertado. El universo también participaria de las formas de los astros en que se da el el elctromagnetismo, el macro magnetismo y su electrico generador de forma similar. De ser así pareciera que las formas fundamentales en las unidades macros, (Astros, y sus combinaciones), se repiten de alguna manera.
La viabilidad o no de un universo así se explica al igual que se hace para la formación de un toroide en un medio energético: una gran concentración inicicial,”agujero negro” y la acreción desde el exteriór polarizada en el giro que da lugar al inmenso toroide. Asimismo se comproueba que la radiación de fondo se decanta en intensidad hacia un a dirección dterminada.
De igual forma existirían otros universos próximos o lejanos que siguiendo las interacciones no serían ajenos unos de otros.
Se radiarían entre sí.
¡Pues menudo aburrimiento! ¿No!, que todo se repita y se repita siguiendo las mismas pautas, podemos pensar. Pero no, todo muy lejos de ser así, al igual que las formas de nuestro universo son tan variadas y diversas, la multiplicidad del Todo sería probabilísticamente siempre nueva e impredecible. Nada se repite exactamente.
Sea o no sea, este U. Toroide, no estaría de másprestarle atención y considerarlo. Quienes abogan por este Torus o Universo Toroide nada tienen de lelos y la cosa viene de muy atrás.
Saludos
el 26 de abril del 2013 a las 0:53
La mayoría de las críticas no parece que sean muy favorables al señor Kesh.
Esperemos que su reactor de plasma sea auténtico y no un sucedaneo. Sería precisa al menos una demostración. No sé si realmente se habrá producido.
Esperemos a que la feliz noticia nos llege.
Saludos
el 26 de abril del 2013 a las 2:40
Amigo mío:
De todas las maneras que lo queramos pintar, siempre vamos al mismo lugar: Los posibles tipos de universos posibles que pueda el nuestro ser y, hablamos de universos abirtos, cerrados o cíclicos-oscilatorios que modifican la teoría del big bang, en la que un universo en expansión, finalmente invierte la la misma para colapsar de nuevo en un big crunch y que todo comience de nuevo pero no con el mismo resultado anterior, es decir, el nuevo que surja sería un universo diferente que también, se expansiría de nuevo para comenzar el ciclo que volvería al mismo lugar una y otra vez con una duración finita, aunque en ese contexto, el propio universo podría vivir un tiempo infinito. No sabemos si el nuestro podría ser un universo de ese tipo o si, por el contrario, se expandirá para siempre (como todos los datos nos dicen).
En los que al señor Kest se refiere, aparte de hablar hay que demostrar y, al menos de momento… Faltan pruebas que avalan sus tesis.
Saludos.
el 28 de abril del 2013 a las 23:02
Sería ineresante considerar cómo afecta a la realidad actual cada tipo de universo (abiertos, cerrado, ciclicos oscilatorios) cada uno con su realidad propia que permea y afecta a la realidad actual desde esta perspectiva, me pregunto a qué realidad o a cuál tipo de universo esto podría afectar más. Es muy probable que todas las alternativas apunten finalmente al mismo resultado.
el 29 de abril del 2013 a las 3:47
La realidad de cada universo (si es que finalmente hay más, aparte del nuestro), estará marcada por el hecho de cómo sean allí sus leyes fundamentales y sus constantes. Los universos pueden tener -algunos- las mismas propiedades que este nuestro y otros, podrían ser extraños universos en el que no podrían estar formas de vida (al menos como las que aquí conocemos). El tema de los Universos es complejo y, de momento, sólo tenemos conocimientos para conjeturar como podrían ser algunos de ellos en función de…
Y, no todas las alternativas pueden dar el mismo resultado, ya que, el resultado final dependerá de manera muy fuerte, del principio, es decir, de las condiciones iniciales que deja ya, de una manera irreversible, condicionado el final.
Saludos.
el 23 de febrero del 2022 a las 12:26
Lo cierto es que, la Mecánica cuántica, tiene muchos caminos y todos desembocan en un sistema de ecuaciones y explicaciones que nos hablan de ese “universo” de lo muy pequeño, donde ocurren fantásticas cosas que no podemos ver en nuestro macro-mundo. Allí, en el “mundo” cuántico, están presentes unos Principios, unas exclusiones, incertidumbres, entrelazamientos, efectos como el celebre efecto túnel, la onda cuántica, transiciones de fases y funciones de onda…
Todos hemos oído hablar de la ubicuidad de las partículas, fenómeno que son grandes rarezas del Universo. Que una partícula pueda estar en dos lugares al mismo tiempo… Lo que desafía la lógica cartesiana. Los experimentos prueban que, antes de ser medido, un electrón que es colocado en una placa con dos aberturas no atraviesa una u otra, sino ambas entradas, es el conocido experimento de la doble rendija.
LOs físicos experimentales han observado desde hace años lo que hacen las partículas en ciertas circunstancias y concluyen que la observación humana de estos eventos , de cierta manera, obliga al propio universo a tomar un camino, cuando se realiza una medición , el electrón asume una de las dos aberturas. En el famoso experimento de Schrödinger, el gato está vivo-muerto mientras no abrimos la caja, y, al hacerlo aparece una de los dos variantes. Es algo extraño, confuso, pero que señala una relación indisoluble entre el conocimiento humano y la percepción.
Tampoco sabremos nunca donde se encuentra una partícula y cual es su velocidad en el mismo instante de tiempo. Lo que significa que si sabemos a qué velocidad marcha esa partícula no podemos localizarla, en cambio, si sabemos sonde se encuentra, no sabremos cuan rápido se está desplazando. El mismo hecho de la investigación, apuntar el ´laser de fotones sobre la partícula para localizarla, haría cambiar su curso.
Lo cierto es que en el campo de la mecánica cuántica, todo parece contrario9 a lo que nos dicta el sentido común que, a veces, es el menos común de los sentidos,.