Mar
28
La Historia que nos dice lo que pasó
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Historia para mirar ~ Comments (8)
La astronomía es una de las ciencias más antiguas del ser humano, ya que desde la antigüedad las estrellas y los cuerpos de la bóveda celeste han capturado su atención y su curiosidad.
Miramos la historia y nos maravillamos de lo que nuestros antepasados pudieron llegar a conseguir en todas las áreas del saber humano. Se dice con frecuencia que, la Astronomía fue la Ciencia más antigua de todas, ya que, las maravillas del cielo siempre llamaron nuestra atención y despertaron nuestra inmensa curiosidad. Los sucesos que podían observar aquellos seres del pasado, eran fuente de miedo y de mágico asombro que, su ignorancia condujo hasta la divinidad.
Pero el tiempo pasaba, ellos seguían observando y aprendiendo de los hechos que se sucedían una y otra vez y, llegaron a comprender algunas de las cosas que, frecuentemente pasaban. Algunas vez he sentido la tentación de decir que la astronomía del Viejo Mundo estaba más adelantada que la del Nuevo Mundo porque llegaron a introducir el uso de instrumentos en la ciencia de observación de las estrellas. Por supuesto, no había telescopios -esta innovación se debe a Occidente-, pero los astrónomos chinos e islámicos sí que inventaron unos elaborados artilugios de metal para observaciones que realizaron con el propósito de hacer el mapa de los cielos.
El mapa celeste de Dunhuang, uno de los mapas estelares más antiguos de China
Los astrónomos chinos, bajo la protección y administración del gobierno, escrutaban el cielo permanentemente y se convirtieron en los observadores más precisos y persistentes de toda la antigüedad. De hecho, las únicas referencias a algunos fenómenos celestes acontecidos entre los siglos V y X de nuestra era que han llegado a nuestros días proceden de crónicas astronómicas chinas.
Según una estadística reciente se conservan registros de más de diez mil eventos astronómicos entre ellos 270 sobre manchas solares, 300 sobre auroras boreales, 300 sobre meteoritos, 1.600 sobre eclipses de sol, 1.100 sobre eclipses de Luna, 200 sobre ocultaciones lunares, 100 sobre novas y supernovas, 400 sobre lluvias de meteoros y 4.900 sobre meteoros. Además existen cientos de documentos sobre los movimientos de la Luna y los planetas. El descubrimiento en 1967 del púlsar de la Nebulosa del Cangrejo, relacionada con la nova de 1054 que aparece en los registros chinos, despertó el interés por esta documentación astronómica.
La gran cantidad de observaciones que recopilaron y sus métodos matemáticos fueron unas contribuciones cruciales para el posterior florecimiento de la astronomía entre los hindúes y los musulmanes, así como entre los griegos.
En la limpia atmósfera de Mesopotamia, la Astrología tomó una forma parecida a la de nuestros tiempos. Hace mas de cinco mil años que los sacerdotes-astrólogos de Babilonia se ocuparon en conocer el cielo e identificar a todas las estrellas visibles del firmamento, para ello construyeron observatorios en la llanura que se denominaban zigurats. Existen este tipo de monumentos que datan desde el 2600 a.C. como el que se muestra en la imagen. Aparecen unas tablillas de la Biblioteca de Nínive que tratan de astronomía y astrología babilónicas y caldeas. También registraron en paso del cometa Halley en el año 164 a C.
En la segunda imagen vemos el zigurat de la ciudad de Ur
“El conocimiento de los cielos es heredero de la misma historia del ser humano, pues seguramente desde que el Hombre se dio cuenta del trascurso de las estaciones comenzaron a recopilarse dichos conocimientos que se fueron transmitiendo y ampliando a medida que se sucedían las generaciones ya fueran empíricos, como consecuencia de la observación, o mitológicos, y después matemáticos. En el firmamento se buscaban presagios de los dioses, que habitaban en el mismo y era el medio que utilizaban como soporte de sus mensajes, a modo de información sobre la conveniencia de desencadenar una guerra o si se avecinaban tiempos de escasez o abundancia…”
Durante más de dos mil años los esfuerzos de los astrónomos de Mesopotamia quedaron olvidados bajo las ruinas de palacios y zigurats en lo que hoy en día es principalmente Irak. Todo lo que se sabía del tema procedía de unos pocos pasajes de la Biblia y de las informaciones dadas por algunos escritores griegos. Pero esas informaciones eran sumamente seductoras. El erudito romano Plinio el Viejo, por ejemplo, escribiò que los babilonios dieron cuenta de sus observaciones de las estrellas en las inscripciones que estuvieron realizando sobre tablillas de barro cocido con previsiones para 720.000 años, un número que duplicó varios siglos más tarde un filósofo griego, Simplicius, llegando a la asombrasa cifra de 1.440.000 años.
A mediados del siglo XIX, los arqueólogos comenzaron a desenterrar en Mesopotamia miles de estas tablillas con inscripciones con escritura cuneiforme. se calcula que cien años más tarde había medio millón de estas tablillas repartidas por los museos de todo el mundo.
En el emplazamiento de la antigua ciudad de Sippar, situada al suroeste en las cercanías de Bagdad, los arqueólogos que realizaban excavaciones allí descubrieron una biblioteca de los últimos tiempos del imperio babilónico en los que se encondia una enorme cantidad de anotaciones astronómicas y ejercicios matemáticos.
Piedra de escritura cuneiforme
Los textos traducidos, aunque sólo son una pequeña parte de los descubrimientos, revelan la presencia en Mesopotamia de una astronomía que se remonta al menos hasta el siglo XVIII a. C., fueron los primeros en catalogar las estrellas más brillantes, esbozaron un conjunto rudimentario de constelaciones del zodiaco, reseñaron los movimientos de los cinco planetas visibles (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) e hicieron el mapa de los movimientos del Sol y de la Luna con respecto a las constelaciones. Dieron a estas unos nombres que en algunos casos aún nos resultan familiares -Escorpio, Tauro, Leo.
El disco sumerio clasificado como K8538 es una prueba más del avanzado conocimiento astronómico de los sumerios. Es posible que los sumerios fueran el primer pueblo del mundo en desarrollar un calendario basado enteramente en la recurrencia de las fases completas, o sinódicas, de la Luna y también el primero que utilizó los períodos sinódicos de la Luna como la base del año de doce meses, es decir, 360 días.
El Disco sumerio K8538
A partir de restos de cimentaciones, se ha querido reconstruir una de las ciudades de babilonia en su época de mayor esplendor y, el resultado ha sido el que arriba podéis contemplar, aunque no fiable del todo, sí que nos habla de avanzados conocimientos para la época. Desde el principio, los babilonios supieron resilver problemas geométricos elementales de una manera algebraica. Optaron por explicar los movimientos de los cuerpos celestes de un modo básicamente temporal, lo contrario de lo que hicieron los griegos, que optaron por la explicación espacial, es decir, geométrica. De esta manera, las notaciones babilónicas -la algebraica y la del valor según la posición- se convirtieron en el fundamento de una astronomía teórica de carácter matemático. Esta astronomía reducía al mínimo los datos empíricos. trató unos fenómenos celestes bastante complicados, descubriendo unas funciones matemáticas sencillas cuya combinación describe éstos fenómenos con inteligencia y elegancia.
Página del Almagesto de Ptolomeo.
Ptolomeo
(h. 90-h. 168) Astrónomo y geógrafo griego. Su principal obra es el Almagesto, en la que expone su concepción geocéntrica del Universo. El sistema ptolemaico entronca con la tradición aristotélica, fue utilizado por astrónomos árabes y medievales y solo perdió vigencia con la aceptación de las teorías heliocéntricas propuestas por Copérnico.
La influencia babilónica en la astronomía griega, tal como se refleja en el Almagesto, incluía los nombres de muchas constelaciones; el sistema de referencia zodiacal; el grado como unidad básica para la medición de ángulos; observaciones, especialmente de eclipses, que se remontan hasta el comienzo del reinado de Nabonasar en el año 747 a. C., y varios parámetros fundamentales, incluido el valor correspondiente al mes sinódico medio.
Desde que existe sobre la Tierra, el ser humano siempre ha mirado al cielo y, ¿Qué duda nos puede caber? las observaciones astronómicas fueron anteriores a la escritura. El cielo, las estrellas, el espacio la luz… ¡qué maravillas! Los seres humanos se integraron con los sucesos del firmamento en una visión más amplia que los hacía partícipe de acontecimientos mágicos y maravillosos que ocurrían lejos, en las alturas de un espacio inalcanzable pero que, fomentó una firme configuración del cerebro que adquirió nuevas pautas y un sistema de organización que nos llevó más allá de la Tierra al querer saber de los acontecimientos celestes que nos llevó, a nuestro origen, nos transportó hasta las estrellas lejanas que sí, pudimos visitar con nuestras mentes imaginativas que poco a poco, fueron descubriendo los secretos que el Universo escondía.
emilio silvera
el 26 de febrero del 2013 a las 19:21
Estimado Emilio,
A medida que el mundo se hace mas pequeño basado en las interrelaciones me doy cuenta que en algun momento el conocimiento fue desarrollado de manera compartida, pude ver en mi país una vasija con características sumerias, es que el ser humano evoluciona transversalmente y lo que falta por descubrir en esta época ya fue descubierto?.
Un Abrazo.
el 26 de febrero del 2013 a las 19:59
Estimado amigo:
Como de costumbre nos haces ver con tus conocimientos, pasajes de unas épocas en las que parecía que la humanidad no había avanzado, pero gracias a descubrimientos arqueológicos, cada vez vamos entendiendo mejor.
Ciertamente el pueblo sumerio, fue un pueblo muy avanzado en temas astronómicos, así con casi toda seguridad, fueron los primeros en ordenar el cielo en constelaciones lógicas, (los egipcios hicieron otro tanto, pero con unas dimensiones tan colosales que no era práctico en absoluto) se fijaron en el caminar del sol por ciertas constelaciones, (las zodiacales) anotaron los eclipses, hicieron los llamados saros que más tarde emplearían fenicios griegos y romanos para predecir los eclipses.
No quiero dejar pasar la ocasión de vindicar el nombre de una mujer, sacerdotisa y astrónoma, me refiero a En Heddu Anna, hija de Sargón I y también de otra mujer astrónoma, (griega en esta ocasión) Aglaonike, fue una estudiosa de los saros mesopotámicos y predecía los eclipses con absoluta precisión, pero como Aristóteles dijo que las mujeres no podían ser científicos, la tuvieron que hacer sacerdotisa. La intransigencia y prepotencia de este filósofo, fue una rémora para el avance de la astronomía, que otros eruditos de aquella época pretendieron inculcar y no les dejaron acusándolos de sacrílegos.
Saludos a todas y todos.
Por cierto Emilio, ¿recibiste las fotos?
el 28 de marzo del 2022 a las 9:39
Odiseo amigo mio ! Hace tiempo de nuestro ultimo encuentro. Veo que estas bien, es lo mas importante. Tienes una cuenta facebook o twitter ? Un abrazo.
el 26 de febrero del 2013 a las 19:59
Estimado amigo:
Como de costumbre nos haces ver con tus conocimientos, pasajes de unas épocas en las que parecía que la humanidad no había avanzado, pero gracias a descubrimientos arqueológicos, cada vez vamos entendiendo mejor.
Ciertamente el pueblo sumerio, fue un pueblo muy avanzado en temas astronómicos, así con casi toda seguridad, fueron los primeros en ordenar el cielo en constelaciones lógicas, (los egipcios hicieron otro tanto, pero con unas dimensiones tan colosales que no era práctico en absoluto) se fijaron en el caminar del sol por ciertas constelaciones, (las zodiacales) anotaron los eclipses, hicieron los llamados saros que más tarde emplearían fenicios griegos y romanos para predecir los eclipses.
No quiero dejar pasar la ocasión de vindicar el nombre de una mujer, sacerdotisa y astrónoma, me refiero a En Heddu Anna, hija de Sargón I y también de otra mujer astrónoma, (griega en esta ocasión) Aglaonike, fue una estudiosa de los saros mesopotámicos y predecía los eclipses con absoluta precisión, pero como Aristóteles dijo que las mujeres no podían ser científicos, la tuvieron que hacer sacerdotisa. La intransigencia y prepotencia de este filósofo, fue una rémora para el avance de la astronomía, que otros eruditos de aquella época pretendieron inculcar y no les dejaron acusándolos de sacrílegos.
Saludos a todas y todos.
Por cierto Emilio, ¿recibiste las fotos?
el 27 de febrero del 2013 a las 1:05
Amigos, ciertamente y como dice Emilio en sus primeros párrafos, la Astronomía ha de haber sido sino una, la mas antigua de todas las ciencias prácticadas por el hombre. Solo de pensar en aquellos primeros tiempos, sin contaminación lumínica, la llegada de las noches deben haber sido como verdaderas pantallas LED, para aquellos habitantes que con un claro desconocimiento, se deben haber maravillado observando aquel filmamento en el que se comenzaba a rodar cual pelicula de ciencia ficción; luces por todas partes, trasladandose de un lado para el otro, cambiando cada siete días de fondo ( el ciclo lunar). Lluvias, truenos, relampagos, y por las mañanas nuestro astro solar, navegando de punta a punta anunciando el inicio y por cierto el final de cada jornada, que sin saberlo ellos, era parte del sistema circadiano que poseemos.
Todo aquello, incluso los llevó a crear dioses y luego por tanto formar las religiones. En vista de estos acontecimientos, no es de extrañar que la gran mayoría de los dioses sean vistos como seres habitantes del cielo y no de la tierra.
Pero cuanto hemos cambiado desde aquellos primeros tiempos, pareciera ser que una parte a recibido una gran aunque paulatina dosis de transformación y aceptación de ciertas cosas, hemos avanzado , pero a grandes rasgos, nuestra mirada sigue inmutable fija hacia el cielo, allí siguen estando los mismos misterios y miedos que desde los primeros tiempos nos han acompañado.
Pero me gustaría plantearles la siguiente interrogante ¿ Y si fuesemos seres acuaticos, y toda nuestra historia se hubiese desarrollado en las profundidades del oceano, que importancia tendría el cielo para nosotros, cual sería esa zona misteriosa?, me apunto por por las zonas abismales y por cierto por lo que pueda haber dentro de la misma tierra, una zona que aunque la pisamos a diario, poco la conocemos.
Saludos Arqueoastronómicos para todos.
el 27 de febrero del 2013 a las 5:39
Amigos míos, lo cierto es que, el pasado y su gente forjó nuestro presente. Sin aquellos pensadores filósofos e inventores, nunca habríamos podido llegar al presente que tenemos en el que, lo conseguido, tiene allí su fuente y, como nos dice Odiseo, mucho más hubiéramos avanzado si, por aquellos tiempos, la mujer hubiera tenido las mismas oportunidades que los hombres. ¡Cuántas buenas científicas se perdieron en la oscuridad de los templos!
Las fotografía están a buen recaudo como un pequeño tesoro de un re-encuentro inolvidable.
Saludos amigos.
el 28 de marzo del 2022 a las 18:51
Es cierto que me gusta mirar al Pasado. allí reside todo lo que hicieron nuestros ancestros, los aciertos y los errores, y, aunque se dice que “nadie escarmienta en cabeza ajena”, siempre es bueno saber qué consecuencias pueden tener ciertos actos para repetirlos o no.
El camino recorrido por la Humanidad ha sido largo y, a veces, tortuoso. Conseguir los logros alcanzados no fue nada fácil y, no pocas veces, costó la vida de muchos, el esfuerzo de todos, el conjunto de muchas ideas y pensamientos para poder determinar lo que era o no correcto antes de elegir, finalmente, lo mejor y lo que más se ajustaba a lo que, en la Naturaleza podíamos observar para llegar a comprender los significados de “cosas” que, al principio nos asombraron y, más tarde, nos maravillaron.
Si nos retrotraemos en el Tiempo podemos imaginar aquella Tierra primigenia incandescente que se fue enfriando poco a poco hasta que, hace ahora 3.800 millones de años, surgieron aquellas primeras células replicantes que dieron lugar al inicio de la fascinante Historia de la Vida. Nosotros, los humanos, sólo llevamos aquí el tiempo de un parpadeo si lo comparamos con la edad del Universo.
En ese “parpadeo”, se ha conseguido saber de los dos extremos situados en el micro y en el macro-mundo, es decir, hemos sabido llegar al átomo y a las galaxias. Y, mirando hacia el Pasado, podemos constatar que, nuestros ancestros iniciaron pronto la Actividad de la Astronomía (muchas son las huellas del pasado en esta actividad humana), la Historia de todos los pueblos nos habla de cómo buscaban las estrellas y estudiaban los fenómenos del cielo.
Lo dicho, no conviene perder de vista el Pasado, allí está nuestra Historia y, de ella, podemos aprender para poder continuar la andadura que nos dejaron, nosotros tenemos que coger esa antorcha y seguir incansables persiguiendo esa verdad que incansable perseguimos: ¡Saber como es, realmente, la Naturaleza!
el 29 de marzo del 2022 a las 19:42
Lo que es una verdadera lástima es que, cuando surgió la “vida primigenia” no hubiera allí ningún cronista para contarnos tal maravilla, y, más tarde, observar como evolucionaba hasta la mente inteligente creadora de ideas y de pensamientos… ¡AH! También de sentimientos que, relativos al Ser amado y a la familia, saca lo mejor de nosotros.
¡Qué complejo es el Ser Humano! ¿Cómo poder conocer a los demás, sin conocerse así mismo?
En nosotros está lo mejor y lo peor, cualquier cosa es posible que podamos hacer en una situación dada, en la que no sabemos como podríamos reaccionar. Podríamos ser un héroe o un cobarde sin que podamos explicar el por qué.
La Mente Humana, ese entramado de neuronas sin fin, más estrellas en la Galaxia y conexiones electricas que transportan las ideas y crean pensamientos.
Nuestras Mentes son “universos” en sí mismas. Dicen que en ella tenemos un universo en miniatura y, lo cuierto es que somos parte del Universo, la que piensa.
Y, pensamos tanto que el sabio decía: “… que no está muerto lo que duerme eternamente, y, con el paso de los eones, hasta la misma muerte tendrá que morir. Nos venía a decir que la Eternidad no existe, todo (no importa cuanto tiempo pueda tener), tiene un Principio y Un Final, y, el Universo no será ninguna excepción.