May
30
El Futuro incierto
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
¿El origen de la Vida? ¿Quién puede saber eso?
El furo Incierto
A mí, particularmente, me da mucho miedo un futuro en el que las máquinas sean imprescindibles. En este mismo momento ya casi lo son. ¿Qué haríamos sin ordenadores que mediante sus programas dirigen fábricas, llevan todo el movimiento de las Bolsas del mundo y de los bancos, dirigen los satélites del espacio, llevan a cabo complicadas operaciones quirúrgicas y montan y ensamblan elaborados mecanismos industriales? El mundo quedaría fuera del control humano.
Y ¿Qué decir de las aplicaciones de los móviles? Ya se puede hacer casi todo desde el móvil.
Robots que superen a los humanos: No necesitan comer ni dormir, no tienen enfermedades, poseen más fuerza que cualquiera de nosotros, la radiación del espacio no les afecta, llevan cerebros positrónicos con microchips que le facilitan todas las respuestas.. ¿Para que nos querrían entonces?
Pienso en un mundo mucho más avanzado, dentro de 500 – 1.000 años. ¿Qué habrá pasado con los robots?, máquinas cada vez más perfectas que llegarán a auto-fabricarse y repararse. ¿Cómo evolucionarán a partir de esos procesadores inteligentes de la nanotecnología? ¿Llegarán algún día a pensar por sí mismas? Ahí puede estar uno de los grandes peligros de la Humanidad.
Los humanos no estamos físicamente preparados para viajar al Espacio, no soportamos la radiación, no podemos estar mucho tiempo sometidos a la ingravidez, se ha comprobado que mucho tiempo en el Espacio nos produce una especie de locura, y, muchísimos inconvenientes más que podríamos relacionar aquí, todos ellos, encaminados a decirnos que no somos viajeros del Espacio.
Así las cosas, el Tiempo no se detiene y transcurre inexorable, el planeta Tierra se deteriora, los hábitats y ecosistemas de este mundo tienden a transformarse a peor, y, cada vez las especies que habitan el planeta estarán sometidas a mayor estrés, haciendo imposible la habitabilidad para muchas especies ¿entre ellas nosotros?
Sólo en la Vía Láctea existen decenas de miles de mundos habitables, sino igual sí parecidos a la Tierra, y, en cualquiera de ellos se podría asentar una colonia de éste planeta que, como todo en este Universo, tiene marchado su final que podrían ser por varias razones: Que un fenómeno natural nos sacara de la zona habitable, que llegara a nuestra región la galaxia Andrómeda que viaja hacia nosotros, que el Sol agote su combustible nuclear de fusión y se convierta en Gigante roja primero y enana blanca después.
¿Os imagináis la que se formará cuando esto llegue?
Tendría 150 millones de Kilómetros de diámetro y engulliría a Mercurio y Venus, quedaría cera de la Tierra donde subirían las temperaturas de tal manera que los mares y océanos se evaporarían, y, la vida tal como la conocemos… ¡Desaparecería!
Las distancias que nos separan de esos mundos habitables que podríamos escoger como nueva casa, están tan lejos que, pensar en viajar hasta ellos a la manera tradicional… ¡Es impensable! Se tardaría miles de años en llegar con las velocidades que nuestras naves podrían alcanzar en los próximos cien años.
Como la velocidad de la luz es el límite que impone el Universo para viajar, y, aunque fuésemos capaces de construir naves que pudieran viajar a esas velocidades relativistas, se sabe que el cuerpo humano no lo podría soportar. Así las cosas, sólo se me ocurre acudir a esos por ahora, hipotéticos agujeros de gusano, es decir, abrir puertas espaciales que nos lleven por el Hiperespacio a regiones distantes de la galaxia en menos tiempo,
Precisamente, por todo eso, es lógico pensar que, para los primeros escarceos espaciales en serio, se podrían utilizar a los Robots, los únicos que tendrían alguna posibilidad de instalar la base para la posterior llegada de los humanos.
Está claro que las catástrofes que se nos vienen encima, están todavía muy lejos en el Tiempo. Sin embargo, el Tiempo no se para nunca, y, finalmente llegarán, y, si aún continuamos aquí, necesitamos saber como poder escapar de tales acontecimientos.
emilio silvera