Jun
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Descubierto el A.N. más grande y brillante del Universo primitivo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Noticias ~ Comments (1)
Un cuásar de 420 billones de veces más brillante que el Sol iluminó el cosmos en su infancia.
Pero el agujero negro supermasivo más grande del universo es el TON 618 con 66 mil millones de masas solares, este es el monstruo de los monstruos, pero también existe otro monstruo de los monstruos, se trata de J2157 que tiene 34 000 millones de masas solares y sigue creciendo.
Un descomunal agujero negro rompe las reglas del Cosmos
Hace unos 12.800 millones de años, cuando el universo aún era un niño que solo había vivido el 6% de su vida, existió un descomunal faro 420 billones de veces más luminoso que el Sol. Por aquella época el universo estaba saliendo de la edad oscura, un periodo que duró cientos de millones de años y en el que todo era tiniebla. Después aparecieron las primeras estrellas y galaxias y la luz comenzó a invadirlo todo. Poco antes de que esta etapa —conocida como reionización— acabase, se encendió ese faro cuyo origen era un descomunal agujero negro que acaba de ser descubierto y analizado por un equipo internacional de astrónomos. Los investigadores creen que este monstruo tenía unas 12.000 millones de veces más masa que el Sol, lo que le convierte en el objeto de este tipo más grande y luminoso del universo temprano.
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Pero vayamos a la noticia.
El objeto descubierto es un cuásar, una masa de materia acelerada por un agujero negro supermasivo que hay en su centro. Parte de esa materia es engullida y otra escapa en un flujo de partículas que se mueven a casi la velocidad de la luz. Este proceso produce una potente luz que convierte a los cuásares en los objetos más luminosos del universo. Hasta ahora, apenas se conocían 40 con más de 12.700 millones de años.
“Este cuásar es único”, ha dicho Xue-Bing Wu, astrónomo de la Universidad de Pekín (China) y codescubridor de este objeto. “Como si fuera el faro más potente en el universo lejano, su luz nos ayudará a explorar mejor el universo temprano”, ha añadido en una nota de prensa difundida por el Gran Telescopio Binocular de Arizona, uno de los instrumentos usados para la detección.
El cuásar tiene una masa 12.000 millones de veces mayor que el Sol
El hallazgo es importante para entender el origen de las galaxias, incluidas esas en las que se dan condiciones necesarias para la vida, como la Vía Láctea. Se piensa que todas tienen un gran agujero negro en su centro y también que en sus orígenes pudieron albergar un cuásar activo como el descubierto en el actual estudio, publicado hoy en la revista Nature.
Las dimensiones y potencia de este objeto están en los límites de lo posible. Normalmente la radiación que emiten los agujeros negros al engullir la materia que tienen alrededor limita su capacidad de seguir devorando y creciendo. Pero este cuásar parece haber estado engordando al máximo ritmo posible, alcanzando unas dimensiones sorprendentes menos de 1.000 millones de años después del Big Bang, todo un récord de velocidad en términos cosmológicos. “Que se forme un agujero negro tan grande en tan poco tiempo es difícil de explicar con la teorías actuales”, reconoce Fuyan Bian, otro de los codescubridores. Como comparación, el agujero negro supermasivo que hay en el centro de la Vía Láctea es unas 3.000 veces más pequeño.
Antxón Alberdi, físico experto en agujeros negros del Instituto de Astrofísica de Andalucía, destaca otra implicación del descubrimiento. La masa del agujero negro encontrada es tan alta que sugiere que los agujeros negros supermasivos en el universo temprano crecieron mucho más rápido que la galaxia anfitriona que los alberga, poniendo en entredicho los modelos de coevolución actuales”, resalta.
Bram Venemans, astrónomo del Instituto Max Planck de Alemania, resalta la utilidad de este descubrimiento. De alguna forma, los cuásares sirven para analizar la composición del universo. Cuanto más brillante es su luz, más interactúa con los elementos que hay en el espacio interestelar, incluidos los metales que se formaron en las primeras etapas del universo y que pueden desvelar nuevos detalles de cómo aparecieron las primeras estrellas tras el Big Bang, resalta el experto en otro artículo publicado en Nature. En el futuro próximo, sostiene, se podrían descubrir más objetos como este, posiblemente incluso más antiguos. “Estos gigantes”, afirma, “mostrarán nuevos detalles de cómo era el universo unos pocos cientos de millones de años después del Big Bang”.
el 26 de febrero del 2015 a las 10:46
Lo cierto es que hasta el momento, varios equipos de Astrónomos han podido localizar cientos de estos “monstruos” supermasivos (http://actualidad.rt.com/ciencias/view/55686-localizan-cientos-agujeros-negros-gigantes-paran-crecer). Están todos alejados de la Tierra y situados en galaxias muy lejanas en el universo temprano.
Fenómenos que no hemos llegado a comprender y que están presentes en estos exóticos objetos
La estrella, bautizada como SO-102, está orbitando cerca del agujero negro situado en el centro de la Vía Láctea cada 11 años y medio terrestres, mucho más rápido que los 60 años o más que normalmente les lleva al resto de las estrellas orbitar alrededor del mismo. Esta es la segunda estrella descubierta que presenta una órbita tan corta, -la otra, SO-2, gravita alrededor del agujero negro cada 16 años- gracias a nuevas técnicas mejoradas de imagen.
Lo cierto es que nos queda mucho por saber, que son más las preguntas que las respuestas y que, en última instancia, cuando no sabemos solemos tapar el hueco de nuestra ignorancia, con una gran imaginación y maestría. De hecho, todavía no está muy claro que puedan existir esas singularidades que están “presentes” en todos los agujeros negros, ese lugar de densidad y energía infinitas, donde el espacio y el tiempo dejan de existir.