Jul
14
La velocidad de la luz, paradojas, relatividad…
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (1)
Siempre hemos estado a vueltas con poder realizar viajes en una nave espacial que burle la velocidad de la luz y llegar a planetas y estrellas lejanas en un tiempo aceptable. Una nave de diez mil toneladas y accionada por un motor de antimateria que pudiera abrir una “puerta al hiperespacio utilizando únicamente un mecanismo nuevo que recogiera la energía necesaria del mismo Espacio a medida que la necesitara. Se trataría de una mejora impresionante sobre los cien mil millones de toneladas de combustible necesarias para conseguir esa misma velocidad con un cohete de propulsión nuclear.
Si la ventana al Hiperespacio es algún día posible, la nave podría realizar el viaje a Alfa Centauri en un tiempo asombrosamente corto. Claro que, aunque lo hemos pensado y en el hipotético caso de que algún día se pudiera hacer un viaje de ese tipo, no tendríamos las consecuencias que se derivarían conforme a lo que nos dice la Teoría de la Relatividad Especial de Einstein.
Viajar a la velocidad de la luz no es posible y las consecuencias serían funestas
Podrían ocurrir fenómenos que ni podemos imaginar pero, quedándonos en lo que más llama la atención al público en general, podríamos conseguir que el tiempo transcurriera más lentamente para los viajeros espaciales que, moviéndose a una velocidad cercana a la de la luz, lograrían ralentizar el Tiempo y, desde luego, envejecerían más lentamente que los que quedaron aquí en la Tierra. Tanto es así que, alguno de los viajeros al regresar a sus casas, se encontrarían con que sus hijos, serían más viejos que ellos.
Claro que, sobre la realidad, nada de esto sería posible, ya que, el cuerpo humano no podría soportar dicha velocidad, la misma nave adquiriría una masa asombrosamente grande al aproximarse a la velocidad de la luz y otros cambios para los que el cuerpo humano no está preparado.
Viajando a esas velocidades ocurrirían cosas que no pasan cuando viajamos a la manera convencional en nuestros coches, en el tren o en Avión que, sólo alcanzar velocidades pequeñas que en nada influye en el transcurrir del Tiempo. También nos dice la relatividad que si un objeto viaja a una velocidad cercana a c, a medida que se acerca al límite impuesto por la Naturaleza, la energía de impulso se transforma en masa conforme a E = mc2, dado que en este universo, nada puede ir más rápido que la luz.
De hecho, tal fenómeno ha sido comprobado muchas veces en los aceleradores de partículas que, al lanzar un hace de muones a velocidades cercanas a c, éstos han incrementado más de diez veces su masa. ¿Os imagináis como verían la nave y a los viajeros unos observadores que pudieran contemplar tal suceso?
¡La masa de un cuerpo aumenta con la velocidad! Asimismo podemos arriesgarnos a decir que lo haga que aparece de manera repetida en la relatividad especial:
Por lo demás, masa y energía varían en paralelo. Esto en términos cualitativos. Cuantitativamente no es difícil obtener, a partir de la relación anterior, la que dicen que es la ecuación más famosa de la física:
Pero los fenómenos que se pueden producir viajando a la velocidad de la luz o cerca de ella, no han terminado todavía y, tendríamos que pensar en eso que llaman la contracción de FitzGerald-Lorentz. FitzGerald fue uno de los físicos que apoyaron la teoría electromagnética de Maxwell, quienes la revisaron, ampliaron, clarificaron y confirmaron entre los 1870s y 1880s. Sin embargo, es más conocido por la conjetura que enunció en 1889 y que sostiene que todo cuerpo se contrae en la dirección de su movimiento. Su idea se basa en parte, en la manera en que las fuerzas electro-magnéticas son afectadas por el movimiento. El físico holandés Hendrik Lorentz desarrolló una idea similar en 1892 y la conectó con su teoría de los electrones.
Cualquier nave, el Enterprise también, se vería afectado por este fenómeno físico si viaja a velocidad cercana a c (la de la luz en el vacío = a 299.792.458 m/s).
La Contracción de FitzGerald-Lorentz se convirtió más tarde en una parte importante de la Teoría de la Relatividad Especial de Albert Einstein que se publicó en 1905. Se han realizado muchas pruebas y experimentos que han venido a confirmar tal teoría, los objetos se contraen cuando viajan a velocidades relativistas y lo hacen en el sentido de la marcha, es decir, en una nave espacial, sufriría la contracción la parte delantera que va cortando el espacio.
La contracción de Lorentz es un efecto relativista que consiste en la contracción del tamaño de un cuerpo a medida que su velocidad se acerca a la velocidad de la luz. Originalmente fue un concepto introducido por Lorentz como una forma de explicar la ausencia de resultados positivos en el experimento de Michelson y Morley. Posteriormente fue aplicado por Albert Einstein en el contexto de la relatividad especial.
La contracción de Lorentz viene descrita por la siguiente expresión matemática de abajo a la izquierda.
El Esquema sobre la contracción de Lorentz. (X′,cT′) representan las coordenadas de un observador en reposo a una barra, mientras que (X,cT) son las coordenadas de otro observador con respecto a dicha barra, por la naturaleza pseudoeuclidea del espacio-tiempo aun cuando el primer observador mide una longitud l, el segundo mide una longitud menor l/γ < l.
Dentro de algunos cientos de años podrían ser posible estos escenarios
Claro que todo eso no son más que sueños y, aún en el caso hipotético de que pusiéramos construir esos motores de antimateria -que dicho sea de paso no es nada fácil de conseguir en los aceleradores de partículas y, construir un motor de antimateria tan habitual y cotidiano en la literatura y películas, no seria nada sencillo y las dificultades técnicas serían (son) muy muy difíciles de vencer. Por otra parte, en este momento sólo podemos fabricar ínfimas cantidades de esta materia en el laboratorio (y sale por un ojo de la cara), del orden de una billonésima de gramo; ¿y cómo podremos alguna vez llegar a fabricar miles de toneladas y en que clase de recipiente la podríamos guardar? Bastaría con tener fabricada cualquier cantidad de anti-materia… daría al traste con todo cuando ambas clases de materia se juntaran. Se necesitaría un sistema de imanes para tenerlas separadas.
Pero no acaban ahí las dificultades de ese hipotético viaje en una maravillosa nava que puede alcanzar, con su flamante motor de antimateria, la velocidad que se acerca a la de la Luz.
El espacio es activo y dinámico y por el, proveniente de estrellas nuevas, supernovas, colisiones de estrellas de neutrones y agujeros negros, quásares y otros objetos posibles fuentes de grandes emisiones de radiación cósmica que viajan por todas partes a velocidades relativistas y, si por si fuera poco, también, en el vacío aunque en menor medida, están presentes átomos que serían un peligro.
Aunque el artículo databa del año 2010, cayó en mis manos hace poco y, contaba como un estudio realizado por un equipo de científicos habían llegado a la conclusión de que: “El resultado de la investigación no trae buenas noticias para todos los que soñábamos con recorrer la galaxia a velocidades relativista. Según parece, al desplazarnos a velocidades cercanas a la de la luz, los escasos átomos de hidrógeno que existen en el espacio «vacío» nos golpearían tan duro como las partículas aceleradas por el Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Si los científicos de la Universidad Johns Hopking están en lo cierto, esos pequeños átomos nos freirían en pocos segundos. “
Se han pensado en otras rutas no convencionales para viajar más rápido que la luz pero… ¡la las tenemos que encontrar! ¿Hiperespacio!!
En efecto, si la USS Enterprise fuese de verdad, y respetase las leyes físicas que rigen el Universo, Kirk, Spock y el resto de la tripulación morirían a los pocos segundos de pisar el acelerador. La culpa sería de esos dos átomos de hidrógeno por centímetro cúbico y de la Teoría de la Relatividad de Einstein. Esa débil cantidad de materia se convertiría en un haz de radiación lo suficientemente intenso como para matar a los humanos abordo en pocos segundos, e incluso bastaría para destruir los instrumentos electrónicos de la nave, y a la nave misma.
En efecto, si la USS Enterprise fuese de verdad, y respetase las leyes físicas que rigen el Universo, Kirk, Spock y el resto de la tripulación morirían a los pocos segundos de pisar el acelerador. La culpa sería de esos dos átomos de hidrógeno por centímetro cúbico y de la Teoría de la Relatividad de Einstein. Esa débil cantidad de materia se convertiría en un haz de radiación lo suficientemente intenso como para matar a los humanos abordo en pocos segundos, e incluso bastaría para destruir los instrumentos electrónicos de la nave, y a la nave misma. La Teoría de la Relatividad Especial describe cómo el espacio y el tiempo se encuentran distorsionados para observadores que viajan a diferentes velocidades. Para la tripulación de una nave espacial que acelera hasta cerca de la velocidad de la luz, el espacio interestelar parece muy comprimido, lo que aumenta el número de átomos de hidrógeno que golpean la nave cada segundo, convirtiéndolos en un verdadero rayo de la muerte apuntado hacia la proa.
Si seguimos estudiando sobre la posibilidad de viajar por el Espacio Interestelar a velocidades cercanas a c (la velocidad de la luz en el vacío), nos encontramos con muchos problemas que no sabemos solucionar y, lo cierto es que vemos como tal posibilidad se aleja de nosotros que, no sabemos “vencer” una constante de la Naturaleza que nos dice que, ir más rápido que la luz es… ¡Imposible!
Sin embargo, eso para nosotros -¡menudos somos!-, no será ninguna cortapisa y buscaremos otros caminos que nos lleven, aún más rápido que la velocidad de la luz, hacia otros mundos, otras estrellas, otras galaxias y, si me apuráis mucho, también hacia otros universos.
En 1994 el físico mexicano Miguel Alcubierre demostró que ese viaje era teóricamente posible. Su esquema consistía en una nave con forma de balón de rugby con un gran anillo plano rodeándolo que sería el encargado de curvar el espacio-tiempo alrededor de la nave, creando una región de espacio contraído delante y una de espacio expandido detrás, informa Discovery News. El problema es que para alcanzar esas velocidad haría falta una cantidad de energía equivalente al de convertir a energía un planeta del tamaño de Júpiter, lo que lo hacía inviable.
“Todo lo que existe en el espacio está restringido por la velocidad de la luz”, ha explicado Richard Obousy, presidente de Icarus Interstellar, una organización de científicos e ingenieros sin ánimo de lucro dedicada a investigar el viaje interestelar. “Pero lo bueno es que el espacio-tiempo, la estructura del espacio, no está limitada por la velocidad de la luz”.
Finalmente habrá que encontrar la manera de ir a las estrellas, es nuestro destino, de ellas venimos y hacia ellas tendremos que volver. Es nuestro origen
Le prestamos poca atención al problema pero, los siglos pasan, los habitantes del planeta crecen, la Tierra es como es y no puede crecer. Estamos aquí confinados y el espacio cada vez resulta más reducido para tanta gente que, necesita y exige cuidados, alimentos, medicinas, y, energía. Cuando pasen 500 años más, ¿Cuántos miles de millones seremos?
Se imponen soluciones drásticas antes de que lleguen momentos insoportables en los que, nos ataquemos los unos a los otros por un pedazo de pan. Hay que salir fuera, tenemos que colonizar otros mundos y lunas de nuestro Sistema solar primero y de otros más lejano más tarde y, para eso, amigos míos…, ¡necesitamos saber! Cómo poder hacer eso.
emilio silvera
el 14 de julio del 2022 a las 11:41
¿Cuántas veces hemos comentado aquí la posibilidad de contactar con seres de otros mundos? No importa si son ellos los que llegan a nosotros o nosotros a ellos (bueno, en realidad importa y mucho). Lo importante sería las intenciones que ambas partes puedan tener en ese contacto primero. Sin embargo, lo más importante de todo es la improbable posibilidad de que ese escenario sea real algún día lejano en el futuro.
Primero partamos de la base de que, mundos como la Tierra, lo más seguro es que existan cientos de miles sólo en nuestra Galaxia, no digamos por todo el Universo. Y, si eso es así (que lo es), en todos esos mundos (como en el nuestro), ha podido surgir la vida que, morfológicamente será de la manera que pueda ser teniendo en cuenta la masa del planeta y otros muchos factores pero, una cosa sí la tenemos que tener en cuenta, como la vida de la Tierra… ¡Estará basada en el Carbono! Ya que, el Universo es igual en todas partes y las leyes que lo rigen son las mismas, por lo que todos los sucesos se repiten de la misma manera.
Una aclarado ese punto (que de ninguna manera descarta), solo habla de la posibilidad de que la vida surja en otros mundos con los mismos mecanismos que surgió en nuestro planeta, y, siendo posible que exista alguna clase de vida basada en otros elementos, no parece probable que así sea.
Ahora, pensemos en que la estrella más cercana a nosotros está a 4.2 años luz de distancia, y, también pensemos en los adelantos que hemos podido hacer para dentro de 300 años en el apartado de naves espaciales, y, por muchas vueltas que le doy al tema, siempre me salen muchísimos años de viaje para alcanzar Próxima Centauri.
Se cree que dentro de un radio de 20 años luz, las estrellas que existen:
Estrella de Barnard
Luhman
WISE 0855-0714
Wolf 359 (CN Leonis)
Lalande 21185
Sirio
Luyten 726-,
Ross 248
Ross 154 (V1216 Sagittarii)
Ran (Épsilon Eridani)
Tau Ceti, Procyon, 61 Cygni.
Bueno, muchas otras que poca importancia tiene que la reseñemos aquí para exponer el simple ejemplo de que, algunas de ellas, tienen planetas orbitando en la zona habitable dentro de los 20 años luz desde la Tierra.
Pero a lo que vamos es al improbable escenario de que, una Nave de nuestro planeta pueda algún día, alcanzar alguna de esas estrellas que, al fin y al cabo, están en nuestro propio barrio. CCómo pensar siquiera en poder alcanzar planetas alumbrados por estrellas a cientos, miles o millones de años luz de nosotros?
La imposibilidad es grande, ya que no podemos alcanzar velocidades relativistas que nuestros cuerpos no podrían soportar y, además, partículas que atravesarían la nave nos destrozarían. Y, la posibilidad de que encontremos la manera de viajar a través de agujeros de gusano… ¡Es tan remota!
Ante esta realidad, no puedo dejar de pensar que, si la Naturaleza que es sabia, ha hecho así las cosas, o, mejor todavía, ha posibilitado que las cosas sean de esa manera… ¿Por qué será?
Dentro de nuestro mismo planeta: ¿Os acordáis de lo que pasó cuando pueblos del pasado (que eran algo más avanzados) llegaban a tierras lejanas y las conquistaban? Quizás ahí tengamos la respuesta.
Claro que por otra parte pienso que somos seres de luz en constante evolución y que, algún día muy lejanao en el futuro, quizás (digo sólo quizás), estemos dispuestos y preparados para poder contactar con otros seres sin quererle arrebatar lo que les pertenezca.