Ago
17
Sí, todo cambia pero…, algunos recuerdos perduran
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
No es poder recordar,
sino todo lo contrario,
la condición necesaria
Si el recuerdo es de la amada que se fue,
tendremos el dolor,
Si el recuerdo nos trae momentos amargos,
tendremos dolor.
, si podemos olvidar, retomaremos una vida en paz.
Sin embargo, y, a pesar de todo, yo prefiero el dolor que me trae
ese recuerdo feliz, de otra manera, ¿Qué vida sería la mía? No sería mi vida.
¡La Vida! amigos míos, no se nos ha regalado,
la vida la tenemos que …¡De tantas maneras!
Existen recuerdos de sucesos que no hemos vivido
Más de 7.500 millones todos iguales y todos diferentes
Siempre será de la misma manera. A pesar de nuestras similitudes, ninguno de nosotros seremos nunca exactamente igual a otro. Con los mundos pasa otro tanto de lo mismo, serán casi iguales, coincidirán en muchos de sus parámetros , siempre tendrán detalles grandes o pequeños que los diferenciaran a los unos de los otros. Creo que, lo único que podemos decir que son iguales, está situado en el mundo microscópico de las partículas: dos protones son exactos al igual que dos electrones o dos Quarks dowm. Ni las Nebulosas ni las Galaxias son nunca de la misma manera aunque ambas, puedan contener los mismos elementos.
El cambio es un desafío. Vivimos en el período de mayor velocidad del movimiento de la historia humana. El mundo que nos rodea está impulsado por fuerzas que hacen nuestras vidas cada vez más sensibles a cambios pequeños y respuestas repentinas. El desarrollo de Internet y los tentáculos de la Red Mundial nos ponen inmediatamente en con ordenadores y con sus propietarios en cualquier parte del mundo. Los riesgos del progreso industrial desenfrenado han provocado daños ecológicos y cambios medioambientales de los que no tenemos idea de qué repercusión futura tendrá en el devenir del planeta y, de nosotros mismos. Todo está sucediendo a una velocidad que, a veces, parece que se nos puede escapar de entre los dedos de la mano, sin que nada podamos hacer por frenar tal desvarío.
Los ecosistemas no permanecen si no se cuidan
Todo parece diferente. Hasta los niños parecen crecer antes y, son más listos a edades más tempranas, ¿Dónde quedó aquella candidez de los niños? Ellos, no te hacen preguntas, te corrigen. Los políticos, para ir a la velocidad de los tiempos, cambian de signo y de alineaciones políticas que hoy es una y mañana otra dependiente de sus intereses particular (nunca de los generales que, en realidad, les importa un pito). Incluso los seres humanos y la información que llevan incorporada se enfrentan a la intervención editorial que supone la ambiciosa cirugía de sustitución o la reprogramación de parte de nuestro código genético. Muchas formas de progreso se están acelerando y cada vez más fragmentos de nuestra experiencia se han entrelazado con el afán de explorar todo lo que sea posible.
En el mundo de la exploración científica, reconocer el impacto de cambio no es tan nuevo. Hacia finales del s. XIX se había llegado a saber que hubo un tiempo en que la Tierra y nuestro Sistema Solar no existían; que la especie humana debía haber cambiado en apariencia y en el promedio de su capacidad mental a lo largo de enormes períodos de tiempo; y que, en cierto sentido, amplio y general, el Universo debería estar degradándose, haciéndose un lugar menos hospitalario y ordenado. Durante el s. XX hemos revestido de carne imagen esquelética de un Universo cambiante.
El clima y la tipografía de nuestro planeta varían continuamente, como las especies que viven en él. Y lo más espectacular, hemos descubierto que todo el Universo de estrellas y galaxias está en un de cambio dinámico, en el que grandes cúmulos de galaxias se alejan unos de otros hacia un futuro que será diferente del presente.
La Tierra, como todo en este universo, está sometida a cambios naturales. Hace un M de años 3ª imagen
Las galaxias se alejan unas de otras con una tasa constante, también tienen pequeñas velocidades adicionales llamadas “velocidades peculiares” que les permite a las galaxias direccionarse lateralmente a la expansión principal. En los llamados grupos locales, en los que las galaxias están más juntas, la Gravedad les impide expandirse y, al contrario de lo que ocurre lo general, aquí se produce en contrario, toda vez que cada vez están más cerca por la fuerza de atracción que tiende a juntarlas.
Hemos empezado a darnos de que vivimos en un tiempo prestado. Los sucesos astronómicos catastróficos son comunes; los mundos colisionan, legiones de asteroides cercan las inmediaciones de nuestro planeta, así han sido descubiertos por la NASA. Tenemos las huellas del pasado en el que, la Tierra, recibió muchas visitas exteriores en las que, no siempre salieron bien paradas las especies que en aquel momento estaban presente. Un día de estos, nuestra suerte cambiará, se acabará; el escudo que tan fortuitamente nos proporciona el enorme planeta Júpiter, que guarda los confines exteriores del Sistema Solar, no será suficiente para salvarnos.
Al final, incluso nuestro Sol morirá. Nuestra Vía Láctea será engullida por un enorme agujero negro central que, en Sagitario A, cada día se hace mayor. La vida, tal como la conocemos terminará. Los supervivientes tendrán que haber cambiado su , sus hogares y su Naturaleza en tal medida que nos costaría llamar “vida” según nuestros criterios actuales, a su existencia prolongada. Todo cambia, nada permanece y, nosotros, si queremos seguir viviendo, debemos adaptarnos a lo que vendrá y, como todo, debemos cambias. ¿Y, nuestros recuerdos?
Hemos reconocido los secretos simples del Caos y de la Impredecibilidad que asedian tantas partes del mundo que nos rodea. Entendemos que nuestro clima es cambiante pero no podemos predecir los cambios. Hemos apreciado las similitudes complejidades como ésta y las que emergen de los sistemas de interacción humana –Sociedades, economías, ecosistemas– y, también algo hemos podido aprender del interior de la propia mente humana. Habrá que aprender a convivir con lo que se avecina.
Lo cierto es que todo cambia y nada permanece y algunos recuerdos se esfuman en nuestras mentes pero, hay algunos… ¡Imperecederos!
Todas estas sorprendes complejidades tratan de convencernos de que el mundo, es como una montaña rusa desbocada, rodando y dando bandazos; que todo lo que una vez se ha tenido por cierto podría ser derrotado algún día. Algunos incluso ven semejante perspectiva como una razón sospechar de la Ciencia, como si produjera unos efectos corrosivos sobre los fundamentos de la Naturaleza humana y de la certeza, como si la construcción del Universo físico y el vasto esquema de las Leyes debiera haberse establecido pensando en nuestra fragilidad psicológica.
Las manos de la Naturaleza trabajan para cambiarlas cosas. Y, las Constantes Universales son las responsables de que algunas cosas perduren, nunca cambian para que el Universo permita la vida y sea como lo observamos.
Pero hay un sentido en el que todo cambio e impredecibilidad es una ilusión. No constituye toda la historia sobre la Naturaleza del Universo. Hay tanto un lado conservador como un lado progresista en la estructura profunda de la realidad. A pesar del cambio incesante y la dinámica del mundo visible, existen aspectos de la fábrica del Universo misteriosos en su inquebrantable constancia, Son esas misteriosas cosas invariables que hacen de nuestro universo el que es y se distingue de los otros que pudiéramos imaginar.
El Cinturón de Orión formado por las estrellas Alnitak, Alnilam y Mintaka.
Hay un hilo dorado que teje una continuidad a través del tiempo que siempre acompaña a la Naturaleza en su devenir. Todo eso, nos lleva a esperar que ciertas cosas sean iguales en otros lugares del espacio además de la Tierra, necesitamos tener, al menos, alguna esperanza y, esa igualdad, nos trae la tranquilidad de que, también allí, en aquellos remotos lugares de los confines del Cosmos, tenemos hermanos con los que, algún día podremos estar. Así, las cosas serán las mismas en todas partes y, en todas partes y en otros tiempos, también pudieron pasar las cosas que aquí pasaron; que algunos casos, ni la historia ni la geografía importan. De hecho, quizá sin un substrato semejante de realidades invariables no podrían haber corrientes superficiales de cambio ni ninguna complejidad de mente y materia.
Nuestras Mentes, lo mismo que toda la Materia del Universo, están estrechamente conectadas con la memoria del “mundo” en el que están inmersas y del que, irremediablemente forman parte. El que cada una de ellas, Mente y Materia, estén en determinados momentos ocupando un diferente, no desvirtúa que, de cualquier manera, siguen siendo la misma cosa: Quarks y Leptones que, derivan en pensamientos cuando alcanzan su más alto estadio evolutivo.
¿Y, nuestros recuerdos? Bueno, a pesar de que me puedan causar dolor…¡Yo los quiero! Son parte de mi historia, parte de mi vida que, sin ellos, sería otra diferente.
Generaciones, una tras otra tiene que dejar paso a la siguiente. Y, en otros mundos, será de la misma manera, ya que, el Universo es igual en todas partes.
¡AH! Una cosa es irreversible, el paso inexorable del Tiempo está acompañado de la Entropía que produce los cambios en los sistemas cerrados, y, nosotros lo somos.
emilio silvera