Feb
23
¿Cómo pudo la materia “inerte” evolucionar hasta nosotros?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
En estos lugares nacen nuevas estrellas, nuevos mundos y… ¡Nuevas formas de vida?
El Universo (que no sabemos en realidad como pudo surgir ni de dónde llegó), que conforme a los datos que conocemos y hemos podido recopilar de la observación y el estudio, está denotado por nosotros mediante un Modelo que llamamos Big Bang y que es el que se ajusta lo más posible a lo que hemos podido saber de complejas investigaciones. Sin embargo, en ese proceso existen zonas oscuras que no nos han dejado ver lo que pudo pasar, en los primeros momentos, es decir, cuando surgió el Universo acompañado del Tiempo y de su hermana la Entropía.
Tuvieron que pasar algunos cientos de millones de años para que se formaran las primeras estrellas y, más tarde, las primeras galaxias (arriba la imagen del Hubble muestra una galaxia infantil formándose). Las primeras estrellas, muchas estrellas parecidas a las de la Población III, se formaron y empezaron el proceso de unir los elementos que se formaron en el Big Bang (hidrógeno, helio y litio) en elementos más pesados. Los grandes volúmenes de materia colapsan para formar una galaxia. Las estrellas de la Población II se formaron más tarde en este proceso y las estrellas de la Población I se formaron las últimas y son las que contienen los elementos más pesados.
Hace unos 8.000 millones de años que a partir de una Nube de Gas y Polvo, nació nuestro sistema solar, el Sistema planetario en el que está la Tierra (la tercera a partir del Sol), acompañada de los otros planetas. los más grandes son gaseosos. Todos tienen tienen su órbita alrededor de la estrella que llamamos Sol, y, el Sol contiene 99.75% de la masa de todo el Sistema, la mayor parte de la masa restante de todo el sistema, está concentrada en los planetas que arriba quedan representados de forma fiel en sus dimensiones.
La Tierra, situada a una distancia del Sol de 1 Unidad Astronómica (150 millones de kilómetros), está a la distancia adecuada (zona habitable), para que el agua líquida corra por sus arroyos y manantiales, y, éste valioso líquido, es (como se sabe) un elemento esencial para la presencia de la vida.
Tenemos que decir que nuestro Sistema solar se encuentra situado en la periferia de la Galaxia Vía Láctea, en el interior del Brazo de Orión, y, es una entre las más de cien mil galaxias que la conforman. La vista de arriba de la Galaxia está tomada en Chile desde el Paranal. Nuestra Galaxia pertenece a un pequeño grupo (el Grupo Local), en el que unas pocas decenas de pequeñas galaxias lo conforman a excepción de la mayor del Grupo, la galaxia Andrómeda que corre hacia nosotros a razón de 500 Km/h., y dentro de unos 3.000 millones de años, se fusionará con la Vía Láctea.
Así que, como antes hemos reseñado, nuestro Sistema solar se encuentra situado a 30.000 años luz del Centro Galáctico, en una región aceptablemente tranquila y, con el tiempo, a medida que el planeta Tierra se fue enfriando, hace de ello ahora unos 3.800 millones de años, surgieron las primeras células vivas que pudieron emerger de un protoplasma vivo.
Aquellas células se replicaron y dieron lugar a una variedad de “seres” infinitesimales que llamamos bacterias (por generalizar) y, partiendo de ellas como primeras formas de vida en el planeta, el Tiempo hizo lo demás, la vida evolucionó en los océanos del planeta y en los lugares más adecuados la tierra firme.
Es cierto (como he referido aquí tantas veces), que la historia de la vida no la pudo escribir nadie, ningún cronista estaba aquí presente cuando esa bella aventura surgió en nuestro planeta. Sin embargo, avanzando el Tiempo, los miembros de nuestra especie (después de muchos miles de años de vagar perdidos por distintas regiones del planeta, hasta alcanzar un nivel aceptable de conocimiento) pudo indagar sobre el pasado, y, nada mejor que los fósiles para contarnos lo que pasó.
Ante aquellas pruebas irrefutables, de nada sirvieron los razonamientos poéticos o religiosos que pretendían contarnos lo contrario. La realidad se imponía y nos hizo descubrir un mundo distinto, una cronología distinta y una Historia distinta. No se puede explicar con palabras ni describir el asombro que aquellos descubrimientos paleontológicos supusieron en aquellas sociedades del pasado que, maravillosos y desconcertantes, vinieron a decirnos (de alguna manera) de dónde veníamos) y nos contaban (aquellos hallazgos) nuestros verdaderos orígenes.
Nuestra innata curiosidad nos llevó a descubrir las increíbles formas de vida que antes que nosotros poblaron el planeta, y, los descubrimientos nos desvelaron parte de nuestra Historia y la de muchos seres vivos que en la Tierra vivieron antes que nosotros. Aquello vino a ensanchar nuestras Mentes y, nada desde entonces, se fiaba a la creencia religiosa que situaba nuestro origen por creación divina. La Ciencia, como otras tantas veces y en otros contextos, vino a esclarecer el enigma de la vida y otros que con ella estaban conectados.
Los fósiles más antiguos de la Tierra tienen entre 3.400/4.000 millones de años. Fueron hallados en Australia, fosilizados en las rocas más antiguas del Planeta.
. Se trata de Bacterias que usaban el sulfuro para vivir en lugar del oxígeno.
. Quedó confirmado que los primeros vestigios de vida respiraban sulfuro.
. El descubrimiento replantea la existencia de vida en otros planetas.
Aquellos fósiles hallados son restos de bacterias, de apenas 0,01 milímetro de tamaño y que utilizaban el sulfuro para poder subsistir. Después de todo aquello, muchos fueron los descubrimientos que pusieron al descubierto las formas de vida (incluidas la de los homínidos) que poblaron la Tierra.
Sabemos, por los hallazgos encontrados que, el hombre de Neanderthal, ya se interesaba por los fósiles.
El descubrimiento de las Edades anteriores a las del Hombre, tuvo una gran repercusión, a finales del siglo XIX, mucho más allá de los círculos científicos, en buena parte porque reveló paisajes desaparecidos y poblados por criaturas extrañas que desató la imaginación de la gente, y, sobre todo, los grandes vertebrados del pasado, dieron lugar a mil historias que la imaginación construía para el embeleso de todos aquellos que, cargados de ignorancia, no podían resistirse a la magia de lo grandioso y desconocido.
Hemos hallado los restos de aquellos terribles reptiles, los Dinosaurios que hace 100 qaños poblaron nuestro planeta y que, hace ahora 65 millones de años, un meteorito caído en la Península del Yucatán (México), acabó con ellos y nos dio una oportunidad. Aquel suceso vino a eliminar el “Callejón sin Salida” en el que encontraban los pequeños mamíferos para evolucionar en un planeta dominado por tan terribles animales.
Claro que, como en otras muchas cosas que hemos construido a partir de la evidencia encontrada, la Historia de la Vida en la Tierra, tiene algunas lagunas y no todas son certezas, por eso, algunos abogan por el hecho de que la Vida, pudo venir del Espacio Exterior (Panspermia), e instarse en nuestro planeta con cuyas condiciones sí pudo florecer.
La Historia de la Vida en nuestro planeta, siendo un tema fascinante, también es un tema inacabado, y, tenemos que continuar la búsqueda que nos lleve hasta esa verdad que incansables buscamos sobre nuestros verdaderos orígenes.
Ante todo y para no perder el rumbo, tenemos que retrotraernos en el Tiempo y saber que, el comienzo de todo, la posibilidad de que más tarde pudiera exisitr una Historia que contar sobre la presencia de la Vida en el Universo, radica en el hecho cierto de que, el material del que están hechos todos los seres vivos (tanto del pasado como del presente y del futuro), fue “fabricado” en las estrellas. En el corazón de sus hornos nucleares, allí se fusionaron los elementos de la vida: Hidrógeno. Carbono, Oxígeno y Nitrógeno (CHON), entre otros que, en menor escala nos conforman.
En cuanto al hecho de que la vida surgiera en el Universo a partir de lass “materia inerte”, puede ser explicado si estudiamos a fondo todos aquellos hechos que han intervenido en el proceso, y, sobre todo, en el hecho cierto de que la materia, evoluciona y se transforma, y, en nuestro planeta, pudo llegar a los genes y constituirse en una estructura de ADN de doble hélice que llegó hasta nosotros.
emilio silvera