Nov
21
¡Quién pudiera ver el espectáculo!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Algunos dicen que en el evento, es posible que el sistema solar siga intacto. Sin embargo, en esas enormes fuerzas de marea… ¿Cómo no se van a producir sismas cósmicos de inevitables consecuencias?
El narrador dice que cuando pase nosotros estaremos allí tan panchos, y, es dudoso que para dentro de 4.000 millones de años sigamos por aquí. Muchos son los acontecimientos (artificiales y naturales) que podrán cambiar el rumbo del destino de la Humanidad.
Está claro que el espectáculo será increíble pero… ¡Mejor estar lejos!
Lo mismo que no estaba presente ningún cronista cuando se formó el Sistema solar, tampoco lo habrá cuando llegue la vecina Andrómeda a visitarnos para quedarse, no como huésped molesto, sino como pareja eterna de una fusión con la Vía Láctea que cambiará el destino de ambas.
Nov
21
Noticias
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Nov
21
Las grandes ideas nunca mueren
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
TRANSCRIPCIÓN DE ALGUNOS DE LOS ESCRITOS DE OVIDIO PRACILIO
¨Las realidades más altas son, para nuestra opaca inteligencia, muy oscuras.¨
Aristóteles
¨Cuentan que Jorge Washington Carver, el notable hombre de ciencia de raza negra que logró hacer maravillas con el humilde cacahuete, contaba la siguiente anécdota:
¨Siendo aún muy joven, le dije a Dios: ¨Revélame, Señor, el misterio del Universo¨.
Mas el Todopoderoso me contestó: ¨Ese conocimiento me lo reservo exclusivamente para mí¨. Dijele entonces: ¨Señor, dame a conocer el misterio del maní¨. Y el Omnipotente me dijo: ¨Eso, amigo mío está más de acuerdo con tu tamaño¨. Y así fue como me lo reveló.¨
También yo cuando era muy joven, ante las maravillas celestes que aparecieron a mi espíritu con el estudio de la Cosmografía, y resultándome mecánicamente incomprensible el movimiento elíptico atribuido a los astros por las leyes de Kepler, creo que tuve el atrevimiento, similar al de Carver, de pedir a Dios que me revelara los secretos del Universo.
Johannes Kepler y las leyes del movimiento planetario
En esa vana pretensión empleé largos años de estudios y profundas meditaciones, me formulé a mí mismo, muchísimas hipótesis, pese a que Newton había dicho que las hipótesis no debían tener acceso a la filosofía experimental, hipótesis para las que obtuve, al parecer, plausibles soluciones. En fin, hasta publiqué modestamente de varios modos algunas afirmaciones sobre teorías que parecían explicar misterios de la Naturaleza y que a la postre no fueron sino espejismos que el tiempo y otros descubrimientos se encargaban de desvanecer.
Por último, caí en la cuenta de que, a través de ello, tal vez como le ocurre a la mayoría de los investigadores, Díos me estaba contestando lo mismo que le había contestado al doctor Carver, y reconocí humildemente que mi tamaño intelectual, como ser humano era muy pequeño para pretender descifrar los misterios del Universo.
Entonces me apresuré a reducir mis pretensiones a algo más modesto: a poder descifrar el misterio de las órbitas planetarias; es decir, verificar si realmente los movimientos de los planetas alrededor del Sol son elípticos como afirmó Kepler y acepta la Astronomía, o pueden ser circulares en la realidad de la mecánica sideral y elípticos solamente en las apariencias de la observación debido a la perspectiva. Como esta pretensión estaba más de acuerdo con mi ¨tamaño intelectual¨, creo que Dios me ayudó, y aprovechando y reajustando los frutos de los esfuerzos anteriores, pude obtener una solución que, si no es realmente la exacta, al menos se conforma con mis deseos y con el planteamiento del problema. Entonces supe también que ese mismo problema ya se lo había planteado Platón hacía 2500 años y que un discípulo suyo trató
de resolverlo y logró una solución.
Platón atribuye a las ideas el verdadero ser de las cosas
No obstante, si mi solución al ¨problema de Platón¨ resultara aceptable, contrariamente con lo que ocurrió con la solución dada por Eudoxio, ello me haría temer que, si realmente Dios me ayudó en mi trabajo no lo habrá hecho de muy buenas ganas siendo verdad lo que primero le había dicho a Carver, porque el problema de Platón, mucho más que los problemas inherentes al maní, es, como si dijéramos, una ranura pequeñísima, desde luego, pero suficiente como para que a través de ella pueda el hombre colarse a la intimidad oculta del Universo y comenzar a descubrir los secretos de su maravillosa planificación.
Ello me hizo caer en la tentación de asomarme un poco al interior del Gran Misterio, prohibido hasta ahora para el hombre y el contenido de este trabajo, en aquello que no se refiere específicamente a la solución del problema de Platón, no es otra cosa que lo poco que creí ver.
La ecuación de Dirac que, sin él saberlo, predecía la existencia del positrón
Pero es obvio decir que la importancia de cualquier pretendido descubrimiento científico no radica en la interpretación que pueda darle su autor, ni en lo que el deduce o imagina. El historial científico de la humanidad abunda en descubrimientos y teorías respecto de los cuales sus autores estuvieron muy lejos de imaginar que llegarían a ser lo que fueron después, cuando la ciencia se abocó a su estudio y a su perfeccionamiento, así como tampoco pudieron imaginar todas las consecuencias tan distintas de las iniciales que luego se lograron con ellos al cabo de laboriosos y exhaustivos análisis, estudios y desarrollo de todas sus posibilidades.
Si los espíritus de los primitivos atomistas griegos, superviviendo a la destrucción de sus cerebros físicos ven desde el mundo invisible en que moran lo que la moderna física nuclear ha hecho de su rudimentaria teoría sobre el átomo, estarán seguramente asombrados y admirados de que sobre tal teoría la ciencia haya podido levantar el actual edificio de la Microfísica, que transformó la infinitesimal partícula de materia concebida por el genio de los filósofos antiguos en su verdadero universo en miniatura, y que, lo que es más extraordinario, ha logrado ponerlo parcialmente en evidencia utilizando instrumentos perfectísimos, y más aún, ha logrado desintegrarlo aprovechando las grandiosas fuerzas energéticas contenidas en el mismo.
A los espíritus inmortales de Galileo, Mersenno, Zuchhi, Gregory, Cassegrain, Newton, Hadley o Herschell les ocurrirá lo mismo al ver lo que la ciencia moderna hizo de sus pequeños y rudimentarios telescopios, transformados en esos ojos ciclópeos que aumentan millares de veces el alcance visual del ojo humano, y que, por derivación, ha logrado construir esos monumentales oídos electrónicos que son los radiotelescopios, capaces de escuchar vibraciones inaudibles generadas a distancias inconmensurables.
Y si el hombre de ciencia no supiera que jamás habría sido posible llegar a la moderna física nuclear si alguien no hubiera alguna vez concebido, el primero, la existencia del átomo, ni se hubiera llegado a poseer un observatorio astronómico moderno o un radiotelescopio si alguien no hubiera antes fabricado el primer largavista, tanto la concepción griega del átomo como el telescopio de Galileo moverían a risa.
Mientras Edison se dedicaba a perfeccionar sus lámparas incandescentes, notó que al tiempo, en el interior de las bombitas, se advertía una decoloración, lo que evidenciaba que el filamento lanzaba partículas de carbón hacia el cristal. Edison anotó este fenómeno en sus cuadernos. Sobre este ¨efecto¨ descubierto por Edison, Fleming descubrió la causa que lo producía y fabricó su válvula rectificadora. Thomson descubrió el ¨electrón¨ y De Forest inventó el ¨audión¨. ¨La historia del ¨efecto Edison¨ es tan solo un ejemplo de la importancia que tienen los conocimientos científicos básicos para las grandes realizaciones de la ingeniería.
Lo mismo puede ocurrir y ello es lo que me anima a darlo a conocer, con estas ideas sobre la planificación universal y sus esquemas geométricos si a la postre resultaran ser de alguna utilidad porque tampoco hay que olvidar que otras ideas, teorías o presuntos descubrimientos a los cuales se les asignó gran importancia en su época luego no resultaron ser lo que sobre ellos se imaginó.
Me daré por satisfecho con suponer que las ideas y esquemas que desarrollaré en el curso de esta obra puedan ser considerados como el germen de una nueva concepción o simplemente como un nuevo enfoque utilizable como estímulo generador de otros esfuerzos encaminados al propósito de llegar a poseer la verdadera matemática que la Sabiduría Natural ha utilizado en la planificación de todas sus creaciones, lo cual debería ser la meta suprema de la inteligencia humana.
Y así como la teoría atomística de los filósofos antiguos fue el punto de apoyo sobre el cual la ciencia moderna afirmó su palanca para descubrir y desintegrar ese mundo infinitamente pequeño (con los resultados conocidos) y el ¨efecto Edison¨ lo fue para revolucionar la física electrónica con la válvula de Fleming, el ¨electrón¨ de Thomson y el ¨audión¨ de De Forest, ojalá estas ideas y esquemas relativos a la planificación universal sirva como uno de los puntos de apoyo que permitan a la ciencia moderna y
futura captar la técnica matemática de la Naturaleza, que ya busca la Biónica, y, consecuentemente, las leyes que gobiernan el mecanismo de lo infinitamente pequeño, de lo infinitamente grande y todo lo que existe entre ambos infinitos.
En estos lugares de nuestras Mentes están todas las respuestas que buscamos
Como consecuencia de estas reflexiones, destinadas a situar en su verdadero lugar la importancia que asigno a las ideas y esquemas que habré de desarrollar, mi esfuerzo estará compensado si algún día alguien la toma como un punto de partida para un nuevo sistema de trabajo o investigación científica, o como nuevos puntos de apoyo de teorías o hipótesis que habrá que elaborar y comprobar o nuevos instrumentos que habrá que perfeccionar para que puedan lograrse con ellos, en un futuro más próximo o más lejano y en la medida de lo humanamente posible, el descubrimiento de leyes mecánicas fundamentales que gobiernan la Creación.
Muchos son los secretos que la Naturaleza esconde, y, el hombre sabio decía: “Daría todo lo que se por la mitad de lo que ignoro.”
La Naturaleza oculta en forma tan hermética sus secretos, que requiere un esfuerzo mental formidable, inconcebible para la generalidad, poder arrancarle alguno de esos secretos, y cuando ello parece haberse logrado, lo es siempre en forma rudimentaria. La ulterior perfección en el conocimiento de ese secreto, si es que realmente descubierto, exige el concurso de todos los demás conocimientos adquiridos a través del tiempo y el trabajo de años o milenios de los científicos que se consagran a ello.
¿Cuántas veces no hemos pensado en el misterio de nuestra presencia en el Universo?
Con lo expuesto sería inútil que insistiera en aclarar que estas ideas y esquemas relativos a la planificación universal que desarrollaré más adelante se encuentran en su estado embrionario, y aunque quizás contengan potencialmente la solución de alguno de los grandes problemas que confrontan la ciencia y la técnica moderna, para obtener tal solución habrá que perfeccionarlos con la colaboración y buena voluntad de otras inteligencias, mejores que la mía, que generosamente deseen aplicarse a ello.
Pero para eso, conviene recordar (puesto que hubo un precedente) lo que dijo Copérnico en su inmortal obra De revolutionibus corporum celestium en la cual expuso su teoría heliocéntrica del Universo:
¨No dudo que los matemáticos aceptarán mi opinión si se toman la molestia de procurar conocer, no superficialmente, sino de una manera profunda, las demostraciones que daré en esta obra.¨ ¨…..si se toman la molestia de procurar conocer, no superficialmente, sino de una manera profunda…..¨
(Extraído de uno de los escritos del doctor Ovidio Pracilio)
(Recomendamos la lectura en Google del blog:
lacienciadeltercermilenio.laplanficacionuniversal.ovidiopracilio).
dantepracilio@gmail.com
Nov
21
En tan vasto Universo… ¡No estamos solos!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
¡Inexorable paso del “Tiempo”! ¿Qué será el Tiempo?
Dentro de mil millones de años, el Sol comenzará su transformación a Gigante Roja primero, y, enana blanca después. Las temperaturas serán muy altas y los océanos se evaporarán, la vida en la Tierra, tal como la conocemos… ¡Desaparecerá!
Con el paso de los eones, nuestro propio mundo ha ido cambiando, pasó por las distintas Eras que mediante la investigación hemos podido conocer. El Universo es dinámico, en él nada permanece y todo cambia, y, como decía el pensador: “Que no está muerto lo que duerme eternamente, y, con el paso de los Eones, hasta la misma muerte tendrá que morir”.
“Dentro de miles de millones de años a partir del presente , habrá un último día perfecto en la Tierra… Las capas de hielo Ártica y Antártica se fundirán, inundando las costas del mundo. Las altas temperaturas oceánicas liberarán más vapor de agua al aire, incrementando la nubosidad y escondiendo a la Tierra de la luz solar retrasando el final. Pero la evolución solar es inexorable. Finalmente los océanos hervirán, la atmósfera se evaporará en el espacio y nuestro planeta será destruido por una catástrofe de proporciones que ni podemos imaginar.”
Eso nos decía Carl Sagan pensando en ese tiempo que llegará, nuestro Sol, agotado su combustible nuclear de fusión, se convierta primero en gigante roja y en enana blanca después. El Sol crecerá tanto que su esfera se hinchará como un gigantesco globo rojo hasta engullir a los planetas Mercurios y Venus quedando muy cerca de la Tierra.
Todo lo que surge a la “vida” tiene un “Tiempo” marcado y, crece y evoluciona caminando hacia el destino final: ¡La Muerte! Nada es Eterno, ni siquiera una galaxia. Nuestro Universo tampoco.
Lo único que sabemos es que con el transcurrir del Tiempo las cosas cambian, nada permanece ni es eterno, todo tiene un Principio y tendrá un Final, y, el Sol, amigos míos, no será ninguna excepción a esta máxima que impone el Universo por medio de la Entropía, ese fenómeno que sólo podemos ver mirando los estragos que causa en su transcurrir.
Los fenómenos naturales son todos aquellos que ocurren sin que nosotros, los seres vivos que habitamos el planeta, tengamos ninguna clase de intervención en ellos, es la Naturaleza la que, en cada momento, hace lo que tiene que hacer y ocurre lo que viene dado por algo que antes ocurrió. Todo tiene su por qué, nada es misterioso y, simplemente, se trata de ignorancia y desconocimiento el hecho de que no sepamos explicar las cosas.
Nada los puede parar, la Naturaleza se despereza y, nosotros… ¡A temblar!
Hablamos de estrellas de quarks-gluones o estrella de materia extraña, y su nombre es usado para denominar un tipo de estrella exótica en la cual, debido a la alta densidad, la materia existe en forma de quarks de-confinados. Lo anterior es comúnmente llamado un plasma de quarks-gluones.
Plasma de Quarks-Gluones o materia extraña
Este estado de la materia podría encontrarse en regiones internas de estrella de neutrones, o bien componer la totalidad de la estrella. En el segundo caso, la materia no se mantendría unida por la atracción gravitacional, sino por la interacción fuerte entre los quarks. En este caso, la estrella se dice auto-ligada. Las estrellas de quarks tienen una densidad muy superior a una estrella de neutrones y a la vez muy inferior a la de un agujero negro
Si bien no se han observado objetos que puedan ser asociados a estrellas compuestas completamente de quarks, la existencia de quarks deconfinados en el interior de estrellas de neutrones no está descartada, ya que la composición de la materia a esas densidades (ρ ~ 1015 g/cm3) es aún incierta.”
Pensar que estamos solos en el Universo “infinito”, es demasiado pretencioso y no creo que seamos “la especie elegida” ni nada parecido. En cientos de miles de mundos como el nuestro y parecidos, estarán presentes las más diversas criaturas que, en algunos casos tendrán entendimiento y en otros, como pasa en la Tierra, simplemente serán seres vivos vegetativos sin ninguna clase de conciencia, o, con una conciencia limitada.
Poco esfuerzo mental tendríamos que hacer para vernos en ellos reflejados
Una característica sorprendente de nuestro retrato reconstruido del antepasado primitivo es su carácter moderno. Si este organismo lo encontráramos hoy, seguramente no delataría su inmensa antigüedad, excepto por sus secuencias de DNA. Tuvo que estar precedido, necesariamente, por formas más rudimentarias, estadios intermedios en la génesis de sistemas estructurales, metabólicos, energéticos y genéticos complejos que son compartidos por todos los seres vivos de hoy en día. Por desgracia, tales formas no han dejado descendientes igualmente primitivos que permitan su caracterización. carencia complica mucho el problema del origen de la vida.
Una Tierra ígnea que, poco a poco se fue enfriando, se formaron los océanos y la atmósfera y, aparecieron los primeros signos de vida primigenia que, evolucionadas, llegaron hasta nosotros
La Tierra nació hace unos 4.550 millones de años. Se condensó, junto con los otros planetas del sistema solar, en un disco de gas y polvo que giraba alrededor de una joven estrella que iba a convertirse en nuestro Sol. Fenómenos de violencia extrema, incompatible con el mantenimiento de ningún de vida, rodearon este nacimiento. Durante al menos quinientos millones de años, cometas y asteroides sacudieron la Tierra en formación, con lo que la hicieron incapaz de albergar vida durante todo este tiempo. Algunos impactos pudieron haber sido incluso suficientemente violentos como para producir la pérdida de toda agua terrestre por vaporización, después de lo cual los océanos se habrían vuelto a llenar con agua aportada por cometas. Según esta versión de los acontecimientos, los océanos actuales de remontarían a la última oleada de bombardeo cometario intenso, que los expertos creen que tuvo lugar hace unos cuatro mil millones de años. Existen señales de que había vida en la Tierra poco después de que dichos cataclismos llegaran a su fin.
El tiempo inexorable no deja de transcurrir, el Universo dinámico hace que todo lo que contiene, sobre todo la materia, evolucione desde formas simples a complejas y, en algunos lugares que han logrado tener las condiciones necesarias para ello, puede estar presente la vida. Nosotros, seres evolucionados a partir de la materia inerte creada en las estrellas, hemos logrado saber algunas cosas y no dejamos de hacernos preguntas como aquella de: ¿Habrá otros mundos? ¿Estarán, como la Tierra, llenos de vida? Bueno, lo de los mundos sí hemos sido capaces de saberlo y estarán muy cerca del millar los mundos que hemos descubierto. Sin embargo, la vida, sólo la hemos podido encontrar aquí en nuestra casa, en la Tierra.
No dejamos de mandar ingenios espaciales a mundos cercanos, como Marte, para tratar de saber. Nos embarga una ilusión, una esperanza, y…, al mismo tiempo, un temor: ¿Estaremos solos? Y, si no lo estamos, ¿Cómo serán esos otros mundos y que criaturas lo habitan? ¿Si alguna vez llegamos allí, seremos tan destructivos como lo hemos sido aquí en la Tierra? ¿Le querremos quitar lo que ellos tienen? ¡Esperemos que no! Y, sobre todo, en ese primer , ¿Sabremos comportarnos y respetar sus derechos?
En el planeta Pandora, la Naturaleza está en conexión con los habitantes
Cuando pude ver la película Avatar, quedé fascinado por el mundo que allí quedaba escenificado y las criaturas que lo poblaban, y, sobre todo, era sobrecogedor el alto grado espiritual que tenían de la Naturaleza con la que se sentían en comunidad, formaban una simbiosis perfecta que nosotros, los humanos, nunca podremos alcanzar.
Hemos sabido recrear historias de esos mundos presentidos y de sus habitantes. En ellas, han quedado reflejados los instintos humanos, tantos los buenos como los malos y, mientras que unos querían preservar aquella Naturaleza, otros, sin embargo, querían destruirla apoderarse de sus preciados tesoros. ¡La condición Humana! ¿Estamos acaso destinados al desacuerdo que nos lleve a la destrucción, o, por el contrario, es precisamente esa condición la que nos llevará lejos?
La belleza que se describe en el mundo llamado “Pandora” también está aquí pero, ¡no sabemos cuidarla!
Fascinantes criaturas de exóticas bellezas nos podrían estar esperando, en un futuro lejano, en esos mundos soñados que tantas veces hemos podido imaginar. Es difícil saber qué comportamiento tendremos con ellos si eso llega a suceder, sin embargo, el ejemplo que nos deja la película a la que pertene la imagen de arriba, no es muy alentador ni dice mucho en de nuestra especie que, irrumpimos por la fuerza en un planeta extraño y, violando todas las reglas, pasamos por encima de los derechos de otros para conseguir nuestros objetivos. ¿La Civilización que ocupa el planeta? ¿Qué importa? Si hay que destruirla, ¡adelante!
La fuerza bruta que siempre acompañó a la falta de inteligencia, es la única salida para seres de cuya racionalidad podríamos dudar, sin el menor temor a equivocarnos. Destruir nunca será el camino más conveniente. Creo que sería aconsejable guiarse por ese principio de la física, la causalidad. Si respetamos seremos respetados. Sobre todo, no podemos llegar a nuevos lugares pretendiendo imponer nuestras costumbres y nuestras reglas. En esos otros lugares donde posiblemente existan seres que tienen su propia de vivir, se impone, sobre todo, que supeditemos nuestro comportamiento a su propias reglas a su propio mundo. Los extraños allí seremos nosotros. Ellos, los seres de la historia, a diferencia de nuestra Civilización Terrestre, sí han sabido convivir con su entorno, han creado una especie de simbiosis que une a todos los seres de aquel fmágico mundo, sean seres racionales o plantas, hasta el punto de poder comunicarse entre ellos en un alto grado de compenetración que va mucho más allá de lo físico.
El mundo de Pandora
No siempre somos conscientes de que nuestra simbiosis con el mundo que habitamos es grande, de él dependemos para seguir aquí.
En esos otros Mundos pueden estar presentes seres maravillosos que han optado por otras maneras de vivir, más cercana y conectados con la Naturaleza a la que respetan y comprenden al ser conscientes de que ellos mismos, forman de ella que es algo que, los humanos no han acabado de comprender y, se comportan como si la Tierra fuera un simple instrumento a su servicio, sin ser conscientes que tal comportamiento, los puede llevar a la extinción de la especie.
Las montañas, los árboles, los ríos y el viento, todo bañado por la luz y el calor de esa estrella que nos alumbra, forman un todo que mantiene el equilibrio que hace posible la vida. Si alguno de esos parámetros se viera alterado seriamente… ¡Mal nos iría! Y, sin embargo, algunos se empeñan en no ver lo evidente.
Si algún día conseguimos llegar a otros mundos y en ellos encontramos a criaturas vivas más o menos evolucionadas, lo conveniente sería respetarlos y, dentro de lo posible, aprender de ellos procurando alterar lo menos posible lo que allí nos encontremos y, si tienen algo que nosotros necesitamos, hacer un intercambio justo olvidándonos de la fuerza bruta que conlleva la destrucción irreparable.
La historia que nos cuentan en esa maravillosa película, , desde el principio nos pone a favor de los habitantes de aquel Mundo agredido y de sus habitantes, hasta tal punto es así que muchos de los terrestres que visitan aquél planeta, no dudan, en dar sus propias vidas por preservar aquel entorno, para nosotros de fantasía y que para aquellos seres tan especiales que han sido capaces de convivir con su mundo y “hablar” con él, demostrando de alguna manera que, son mucho más civilizados que nosotros. Cuando ví aquella película… ¡Qué envidia me dieron!
Utilizar lo que la Naturaleza les ofrecía sin dañar, no coger más de lo estrictamente necesario para vivir, respetando las otras formas de vida del planeta y dejando que el ritmo de la Naturaleza sea el que desarrolle las cosas, sin agredir el entorno y dejando que cada cosa ocupe su lugar sin tratar de violentar, de alguna manera, su desarrollo natural.
Si el caso llega, tendremos que aprender a mirar más allá de la superficie, a entender los mensajes que nos envían la mirada de esos nuevos y exóticos seres y, sobre todo, tratar de comprender su mundo, sus maneras para poder respetarlas y hacernos acreedores, nosotros también, a su respeto.
¡Quién pudiera ser uno de los afortunados que, en el futuro, visitarán algunos de esos Mundos!
Nos quedan muchos muros por derribar, muchas puertas que abrir para las que aún no poseemos las llave, y, sobre todo, para que cuando eso llegue y sea una realidad (esperemos que así sea), lo más importante: ¡Que hayamos podido evolucionar hasta ese deseado estadio de sabiduría que ahora no tenemos! De todas las maneras, no me gustaría que ese primer encuentro se produjera aquí en la Tierra. Es preferible que los visitantes seamos nosotros y, como antes digo, espero que para entonces, la Humanidad sea otra.
Claro que, también podríamos toparnos con civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra y, en ese caso… ¡La desventaja sería nuestra! Siempre hemos oído decir que no debemos hacer a otros lo que no queremos que nos hagan a nosotros y, si respetamos esa máxima… ¡Todo podrá ir mejor! El presente es el que tenemos y no sabemos lo que nos depara el futuro pero, una cosa es bien cierta: ¡No dejamos de avanzar! Cada día que pasa damos un paso hacia ese futuro que presentimos y estamos más cerca de saber… ¡Si realmente, como pensamos, estamos miuy bien acompañados en este inmenso Universo nuestro! Y, digo en éste universo nuestro porque, en realidad, pienso que tampoco es, el único Universo.
emilio silvera
Nov
21
Elucubrando
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Creer que estamos solos en el Universo es, darnos más importancia de la que tenemos. Las cuatro leyes fundamentales actuan igual en todas las regiones del universo, no importa lo lejos que estén, y, lo que pasa aquí, también pasará allí.