Dic
4
Sí, todo cambia y nada permanece
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (2)
La Naturaleza juega con el paso del Tiempo para cambiar las cosas utilizando “herramientas” como la Temperatura y otras fuentes de energía. En el agua, tenemos un ejemplo cercano y cotidiano de esos cambios que se producen merced a diversas circunstancias. Así, podemos constatar que, en la Naturaleza, nada permanece para siempre, todo cambia y se transforma en algo diferente a lo que fue.
Inmensas Nebulosas formadas en explosiones de supernovas, estrellas que “mueren” y, con sus materiales, por medio de mecanismos celestes y anomalías gravitatorias, vuelven a surgir, de ese material nuevas estrellas y nuevos mundos, y, ¿quién sabe si también nuevas formas de Vida?
Las transiciones de fase se producen cuando la energía libre termodinámica de un sistema no es analítica para una selección de variables termodinámicas. Esta condición generalmente se deriva de las interacciones de una gran cantidad de partículas en un sistema y no aparece en sistemas que son demasiado pequeños.
¡El libro llegó tal como se describe! Ver en el idioma original. Traducido … Pasajes de Gail Sheehy
Las transiciones de fase no son nada nuevo. Trasladémoslo a nuestras propias vidas. En un libro llamado Pasajes, el autor, Gail Sheehy, destaca que la vida no es un flujo continuo de experiencias, como parece, sino que realmente pasa por varios estadios, caracterizados por conflictos específicos que debemos resolver y por objetivos que debemos cumplir.
“Comienzo de Trabajos y días (folio 3Av/4Ar). Trabajos y días (en griego antiguo Ἔργα καὶ Ἡμέραι, referida a veces por el nombre latino Opera et Dies) es un poema de unos 800 versos escrito por Hesíodo en torno al 700 a. C. La obra está compuesta a partir de géneros poéticos preexistentes que la tradición oral griega había incorporado del mundo oriental: sobre todo, variantes del “catálogo” (cuyo ejemplo homérico es el canto II de la Ilíada): los “calendarios” y los “días”; y de colecciones de consejos, instrucciones y proverbios (como el Ahikar asirio)”
Todo, hasta la acción y los pensamientos del hombre a lo largo de la Historia son cambiantes.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Se puede persuadir a las personas para que “recuerden” eventos que nunca les sucedieron.
Lo cierto es que, a lo largo de toda nuestra vida estamos experimentando cambios de fase que se producen hasta en la manera de pensar, de ver las cosas y el mundo que nos rodea. Nosotros, al igual que todo en el Universo, somos objeto de cambios continuados que se están produciendo desde nuestro nacimiento hasta nuestro final.
El psicólogo Eric Ericsson llegó a proponer una teoría de estadios psicológicos del desarrollo. Un conflicto fundamental caracteriza cada fase. Si este conflicto no queda resuelto, puede enconarse e incluso provocar una regresión a un periodo anterior. Análogamente, el psicólogo Jean Piaget demostró que el desarrollo mental de la primera infancia tampoco es un desarrollo continuo de aprendizaje, sino que está realmente caracterizado por estadios discontinuos en la capacidad de conceptualización de un niño. Un mes, un niño puede dejar de buscar una pelota una vez que ha rodado fuera de su campo de visión, sin comprender que la pelota existe aunque no la vea. Al mes siguiente, esto resultará obvio para el niño.
Esta es la esencia de la dialéctica. Según esta filosofía, todos los objetos (personas, gases, estrellas, el propio universo) pasan por una serie de estadios. Cada estadio está caracterizado por un conflicto entre dos fuerzas opuestas. La naturaleza de dicho conflicto determina, de hecho, la naturaleza del estadio. Cuando el conflicto se resuelve, el objeto pasa a un objetivo o estadio superior, llamado síntesis, donde empieza una nueva contradicción, y el proceso pasa de nuevo a un nivel superior.
Los filósofos llaman a esto transición de la “cantidad” a la “cualidad”. Pequeños cambios cuantitativos se acumulan hasta que, eventualmente, se produce una ruptura cualitativa con el pasado. Esta teoría se aplica también a las sociedades o culturas. Las tensiones en una sociedad pueden crecer espectacularmente, como la hicieron en Francia a finales del siglo XVIII. Los campesinos se enfrenaban al hambre, se produjeron motines espontáneos y la aristocracia se retiró a sus fortalezas. Cuando las tensiones alcanzaron su punto de ruptura, ocurrió una transición de fase de lo cuantitativo a los cualitativo: los campesinos tomaron las armas, tomaron París y asaltaron la Bastilla.
Las transiciones de fases pueden ser también asuntos bastante explosivos. Por ejemplo, pensemos en un río que ha sido represado. Tras la presa se forma rápidamente un embalse con agua a enorme presión. Puesto que es inestable, el embalse está en el falso vacío. El agua preferiría estar en su verdadero vacío, significando esto que preferiría reventar la presa y correr aguas abajo, hacia un estado de menor energía. Así pues, una transición de fase implicaría un estallido de la presa, que tendría consecuencias desastrosas.
También podría poner aquí el ejemplo más explosivo de una bomba atómica, donde el falso vacío corresponde al núcleo inestable de uranio donde residen atrapadas enormes energías explosivas que son un millón de veces más poderosas, para masas iguales, que para un explosivo químico. De vez en cuando, el núcleo pasa por efecto túnel a un estado más bajo, lo que significa que el núcleo se rompe espontáneamente. Esto se denomina desintegración radiactiva. Sin embargo, disparando neutrones contra los núcleos de uranio, es posible liberar de golpe esta energía encerrada según la formula de Einstein E = mc2. Por supuesto, dicha liberación es una explosión atómica; ¡menuda transición de fase!
La bomba de uranio es más simple que la de plutonio y funciona cuando a una masa de uranio que aún no ha alcanzado el punto crítico de reacción en cadena descontrolada, se le añade una cantidad del mismo elemento para alcanzar esa masa crítica con la capacidad de fisionarse por sí sola. De forma simultánea, a esa masa se le agregan más elementos que potencian la creación de neutrones libres. Esto produce una aceleración de la velocidad de la reacción en cadena, resultando en la destrucción del área que rodea el dispositivo debido a la onda de choque creada por la liberación de los neutrones.
La mano derecha contacta con la mano izquierda en la imagen especular
Las nuevas características descubiertas por los científicos en las transiciones de fases es que normalmente van acompañadas de una ruptura de simetría. Al premio Nobel Abdus Salam le gusta la ilustración siguiente: consideremos una mesa de banquete circular, donde todos los comensales están sentados con una copa de champán a cada lado. Aquí existe simetría. Mirando la mesa del banquete reflejada en un espejo, vemos lo mismo: cada comensal sentado en torno a la mesa, con copas de champán a cada lado. Asimismo, podemos girar la mesa de banquete circular y la disposición sigue siendo la misma.
Rompamos ahora la simetría. Supongamos ahora que el primer comensal toma la copa que hay a su derecha. Siguiendo la pauta, todos los demás comensales tomaran la copa de champán de su derecha. Nótese que la imagen de la mesa del banquete vista en el espejo produce la situación opuesta. Cada comensal ha tomado la copa izquierda. De este modo, la simetría izquierda-derecha se ha roto.
Así pues, el estado de máxima simetría es con frecuencia también un estado inestable, y por lo tanto corresponde a un falso vacío.
No os equivoquéis, lo que llaman “Vacío de Bootes” también es un falso “vacío” de inmensas dimensiones
Cuando hablamos de falso vacío lo hacemos del estado en teoría cuántica de campos que es un mínimo local, pero no un estado de energía mínima del sistema en su totalidad (lo que se denomina el verdadero vacío). Tarde o temprano ocurrirá un efecto túnel desde el falso vacío al vacío verdadero, que puede ser calculado por técnicas de instantón. El falso vacñio no ha sido nunca observado, pero se predice que existe en varias teorías cuánticas de campo de relevancia para el estudio de las partículas elementales, incluyendo las teorías de gran unificación. En particular, ha sido sugerido que el falso vacío puede ser el responsable de la expansión del universo inflacionario, que pudo haber sido importante en el universo primitivo.
Solo podemos ver tres dimensiones y sentir la cuarta
Con respecto a la teoría de supercuerdas, los físicos suponen (aunque todavía no lo puedan demostrar) que el universo decadimensional original era inestable y pasó por efecto túnel a un universo de cuatro y otro de seis dimensiones. Así pues, el universo original estaba en un estado de falso vacío, el estado de máxima simetría, mientras que hoy estamos en el estado roto del verdadero vacío.
Lo cierto es que, por mucho que nos esforzamos mentalmente para “ver” ese universo de más dimensiones… ¡No conseguimos verlo!
Al principio, cuando el universo era simétrico, sólo existía una sola fuerza que unificaba a todas las que ahora conocemos, la gravedad, las fuerzas electromagnéticas y las nucleares débil y fuerte, todas emergían de aquel plasma opaco de alta energía que lo inundaba todo. Más tarde, cuando el universo comenzó a enfriarse, se hizo transparente y apareció la luz, las fuerzas se separaron en las cuatro conocidas, emergieron las primeras quarks para unirse y formar protones y neutrones, los primeros núcleos aparecieron para atraer a los electrones que formaron aquellos primeros átomos. Doscientos millones de años más tarde, se formaron las primeras estrellas y galaxias. Con el paso del tiempo, las estrellas sintetizaron los elementos pesados de nuestros cuerpos, fabricados en supernovas que estallaron, incluso antes de que se formase el Sol. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que una supernova anónima explotó hace miles de millones de años y sembró la nube de gas que dio lugar a nuestro sistema solar, poniendo allí los materiales complejos y necesarios para que algunos miles de millones de años más tarde, tras la evolución, apareciéramos nosotros.
Las estrellas evolucionan desde que en su núcleo se comienza a fusionar hidrógeno en helio, de los elementos más ligeros a los más pesados. Avanza creando en el horno termonuclear, cada vez, metales y elementos más pesados. Cuando llega al hierro y explosiona en la forma explosiva de una supernova. Luego, cuando este material estelar es otra vez recogido en una nueva estrella rica en hidrógeno, al ser de segunda generación (como nuestro Sol), comienza de nuevo el proceso de fusión llevando consigo materiales complejos de aquella supernova.
Puesto que el peso promedio de los protones en los productos de fisión, como el cesio y el kriptón, es menor que el peso promedio de los protones de uranio, el exceso de masa se ha transformado en energía mediante E = mc2. Esta es la fuente de energía que subyace en las explosiones atómicas.
El tiempo con ayuda de la entropía, lo transforma todo. Hoy es, mañana no es
Así pues, la curva de energía de enlace no sólo explica el nacimiento y muerte de las estrellas y la creación de elementos complejos que también hicieron posible que nosotros estemos ahora aquí y, muy posiblemente, será también el factor determinante para que, lejos de aquí, en otros sistemas solares a muchos años luz de distancia, puedan florecer otras especies inteligentes que, al igual que la especie humana, se pregunten por su origen y estudien los fenómenos de las fuerzas fundamentales del universo, los componentes de la materia y, como nosotros, se interesen por el destino que nos espera en el futuro.
Cuando alguien oye por vez primera la historia de la vida de las estrellas, generalmente (lo sé por experiencia), no dice nada, pero su rostro refleja escepticismo. ¿Cómo puede vivir una estrella 10.000 millones de años? Después de todo, nadie ha vivido tanto tiempo como para ser testigo de su evolución.
Sin embargo, tenemos los medios técnicos y científicos para saber la edad que tiene, por ejemplo, el Sol. Y, como podemos contemplar en la imagen de arriba, sabemos de los cambios que se avecinan. Dentro de unos cinco mil millones de años, cuando se agote el combustible nuclear de fusión, el Sol se convertirá en una gigante roja que crecerá más y más hasta alcanzar 1 UA (ciento cincuenta millones de kilometros) y, engullirá a los planetas Mercurio y Venus y, nuestra querida Tierra, quedará literalmente arrasada por las terroríficas temperaturas de los vientos solares que evaporarán los océanos y hará imposible ninguna clase de vida sobre el planeta.
Nuestro Sol, la estrella alrededor de la que giran todos los planetas de nuestro Sistema Solar es la estrella más cercana a la Tierra (150 millones de Km = 1 UA), con un diámetro de 1.392.530 Km, tiene una edad de 4.500 millones de años y, aunque fusiona 4.654.600 Tn de Hidrógeno en Helio cada segundo, aún le quedan otros cinco mil millones de años de vida.
El Universo como una burbuja dentro de la cual está, ¡todo lo que existe!
El Universo siempre nos parece inmenso, y, al principio, aquellos pensadores que estuvieron aquí antes que jnosotros y que empezaron a preguntarse cómo sería, lo imaginaron como una esfera cristalina que dentro contenía unos pocos mundos y algunas estrellas, hoy, hemos llegado a saber un poco más sobre él. Sin embargo, dentro de unos cuantos siglos, los que detrás de nosotros llegarán, hablarán de universos en plural, y, cuando pasen algunos eones, estaremos de visita de un universo a otro como ahora vamos de una ciudad a otra.
¡Más transiciones de fase! Ahora de evolución del el conocimiento. ¡Quién pudiera estar allí! En ese futuro en el que, realmente y si nada lo remedia, nos podremos llamar “Señores del Espacio” “Descubridores de Mundos” “Habitantes del Universo”…
¡Sería bonito ser testigo de todo eso!
emilio silvera
Dic
4
La Evolución Humana
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Los conceptos básicos de la evolución humana
Con el reciente descubrimiento del ‘Homo Naledi’, posiblemente venga bien recapitular acerca de los conceptos básicos de antropología.
Un modelo de Australopithecus afarensis (Lucy) aparece a la sombra de un humano moderno y un chimpancé.
FOTOGRAFÍA DE KENNETH GARRETT, NATIONAL GEOGRAPHIC CREATIVE
ÍNDICE
- ¿Por qué los científicos están seguros de la teoría de la evolución?
- ¿Está la evolución reñida con la Biblia?
- ¿Cómo funciona la evolución?
- ¿Cuáles son los principales hitos en la evolución humana?
- ¿Donde sucedió todo esto?
- ¿Por qué no se ha encontrado el eslabón perdido entre los monos y nosotros?
- ¿Ha terminado la evolución para nosotros?
El descubrimiento del Homo Naledi en 2014 ha hecho a mucha gente replantearse cuál es el origen de la humanidad y cómo se estructura el árbol genealógico de nuestra especie y, por ello, muchos están buscando respuestas a las cuestiones más básicas dentro del tema evolutivo.
Buscando los orígenes de la humanidad, un estudio de 2021 publicado en la revista científica eLife, con participación de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), descubrió vértebras fósiles de dos millones de años de Australopithecus sediba, una especie extinta del pariente humano más antiguo.
“Los fósiles iniciales se descubrieron en 2008, pero el resto se descubrieron en 2015, y con una cronología de dos millones de años, están en la base de lo que sería el origen del género homo”, explica a National Geographic Daniel García Martínez, de la Unidad de Antropología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro afiliado del Centro Nacional de Investigación de La Evolución Humana.
¿Por qué los científicos están seguros de la teoría de la evolución?
Por diversas razones. La primera es que compartimos casi el 99 por ciento de nuestra secuencia genética con los chimpancés y los bonobos, lo que indica que compartimos un ancestro común. Hay miles de fósiles que documentan esta evolución de nuestro linaje después de que nuestros ancestros se separasen de los otros grandes simios.
Los biólogos han observado la evolución en otras especies, tanto en el campo como en el laboratorio, y la reciente aparición de microbios resistentes a los antibióticos es un ejemplo de esto. Por eso no hay duda de que el origen de la humanidad está en la evolución de un ancestro común al de los simios. Otro claro ejemplo de esto serían las razas de perros que proceden de un ancestro común.
(Relacionado: Estos podrían ser los restos de Homo sapiens más antiguos fuera de África, pero abundan las incógnitas)
¿Está la evolución reñida con la Biblia?
Por supuesto, si crees que la Biblia debe interpretarse literalmente. La evolución y el origen de la humanidad partiendo del registro fósil contradice la historia del Génesis según la cual Dios creó a todos los organismos en su forma presente. Pero se puede creer en Dios perfectamente sin creer que todo lo que pone la Biblia es literalmente cierto.
¿Cómo funciona la evolución?
El ADN que conforma nuestros genes, al igual que el de todos los organismos vivos de la Tierra (a excepción de algunos virus), está sujeto a las “normas” de la mutación aleatoria. De vez en cuando, estas mutaciones afectan a un rasgo importante, como el color del pelaje de un animal. Esto hace que existan dos formas de selección: la primera sería la natural, por la cual un miembro de una especie elige a su pareja, y con ella, los rasgos que busca en su descendencia. Por otro lado estaría la selección humana, basada en el cruce de especímenes buscando un fin.
Si un animal nace por ejemplo con una coloración gracias a la cual obtiene una mayor protección contra los depredadores, podrá sobrevivir más tiempo y tener más descendencia. Con el tiempo, el código genético de estos supervivientes hará que estén presentes en un mayor número de especímenes, con lo que mejorarán la raza, llegando en ocasiones a cambiarla por completo respecto al individuo original.
(Relacionado: ¿Qué homínidos han poblado España a lo largo de la historia?)
¿Cuáles son los principales hitos en la evolución humana?
El linaje humano se separó de la de los simios entre 7 y 13 millones de años atrás. Los primeros antecesores que caminaban en posición erecta serían los Australopitecus, de los cuales el ejemplo más conocido es Lucy, una Australopithecus afarensis. El fósil más antiguo conocido atribuido a nuestro género data de hace 2,8 millones de años. Durante mucho tiempo se pensó que el origen de la humanidad vendría marcada por el uso de las primeras herramientas de piedra, pero esto es un error, pues se han encontrado algunas de hace 3,3 millones de años, siendo anteriores a los primeros restos de homos que se conocen.
Por otro lado, existe un debate sobre cuándo comenzaron a utilizar el fuego nuestros antepasados, estimando la fecha oficial entre 1,8 millones y 800 000 años atrás. Se supone que gracias a el fuego, se consiguió cocinar, y gracias a la alimentación más completa, hemos podido desarrollar nuestro cerebro y unas manos más precisas, requisito previo para los desarrollos que caracterizaron a los seres humanos, incluyendo el lenguaje complejo, el arte y la agricultura, los cuales han surgido en los últimos 100 000 años.
Durante mucho tiempo se dio por sentado que el arte y las representaciones simbólicas eran exclusivas del Homo sapiens, especie a la que pertenecemos los seres humanos actuales, pero un estudio publicado la revista Nature Human Behaviour en el que han participado investigadores del CSIC en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN), la Universidad Complutense de Madrid y el Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid, entre otras instituciones, demostó que los neandertales ya usaban el simbolismo.
“Un dato importante es que hemos podido constatar que la actividad se mantuvo a lo largo de, al menos, varias generaciones, lo que introduce el concepto de tradición cultural que habría pasado de generación en generación”, explica Enrique Baquedano, directordelMuseo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid, en un comunicado publicado por el CSIC.
Trío de homínidos, desde los fósiles de hace dos millones de años a nuestra progresión lineal.
FOTOGRAFÍA DE JOHN GURCHE RECONSTRUCCIONES
¿Dónde sucedió todo esto?
Tanto las pruebas genéticas como las fósiles muestran que hasta hace relativamente poco, el origen de la raza humana estaba en el sur o el este de África. La evolución posterior y las migraciones vendrían dadas por las circunstancias climáticas y la consecuente adaptación al medio. Hace 60 000 años comenzarían estos desplazamientos, cruzándose con los Neandertales y los Denisovanos en Asia. En los últimos 30 000 años, los únicos humanos que quedan sobre la faz de la Tierra son los Homo sapiens.
Un polémico estudio publicado en 2019 en la revista Nature sostiene que un oasis en Botsuana, denominado humedal Makgadikgadi-Okavango, no fue la «tierra natal» de todos los humanos modernos. Los investigadores estudiaron el ADN mitocondrial —el material genético almacenado en el motor de nuestras células que se transmite de madres a hijos— de los residentes actuales del África meridional. A continuación, superpusieron los datos genéticos con un análisis del clima pasado y la lingüística moderna, así como las distribuciones geográficas y culturales de las poblaciones locales.
Los resultados del estudio sugieren que los cambios del clima permitieron que las ramas de esta antigua población se expandieran desde el humedal a nuevas zonas verdes. Miles de años después, una pequeña población de parientes de estos trotamundos saldría de África y acabaría habitando todos los rincones del planeta.
¿Por qué no se ha encontrado el eslabón perdido entre los monos y nosotros?
Porque no existe. Los chimpancés y otros monos, no seguirían la línea evolutiva humana, a pesar de que partimos de un ancestro común, hemos evolucionado en direcciones diferentes. La cuestión que surge aquí es: ¿cuál es ese “padre” común? Y esa respuesta aún no la tenemos.
¿Ha terminado la evolución para nosotros?
Realmente no, los humanos seguiremos evolucionando, aunque de una manera más cultural y tecnológica que biológica. El resto de animales, lo harán condicionados por los cambios que el ser humano está ocasionando en el medio ambiente.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com y fue traducida en enero de 2017. La información ha sido ampliada en septiembre de 2023.