Dic
18
El Universo y…, ¿nosotros?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y... ¿nosotros? ~ Comments (0)
En ese tiempo por venir, tendremos naves espaciales que despegaran de la Tierra y podrán abrir “puertas” que las dejen entrar en el Hiperespacio para realizar viajes a estrellas muy lejanas, situadas lejos de nuestro Sistema solar. Para cuando eso ocurra, los habitantes de nuestro planeta en el presente serán recordados como aquellos pioneros que intentaron los primeros viajes espaciales fuera del planeta, los habitantes de la Tierra de ese tiempo futuro sabrán de nosotros por la historia, y, en las escuelas estudiaran cómo construimos una Estación Espacial Internacional, un Telescopio llamado Hubble y un Acelerador de partículas denominado LHC para intentar comprender, qué era la materia.
En ese escenario del futuro las ciudades espaciales estarán repartidas por todo el Sistema solar y los habitantes de la Tierra viajaran a ellas como cosa cotidiana, de la misma manera que ahora nos trasladamos a otras ciudades y continentes en nuestro planeta, así serán las Sociedades de aquel tiempo que comerciaran las riquezas situadas en las lunas de Júpiter y Saturno como cosa natural y realizaran viajes a otros mundos fuera de nuestro entorno, a muchos años-luz de distancia para celebrar reuniones planetarias con otros gobiernos que, como el nuestro, dominan sistemas planetarios enteros y tienen esparcidos por el espacio lejano flotas de naves con equipos científicos investigando estrellas lejanas, captando in situ como se forman los mundos, o, incluso rodando a prudente distancia explosiones supernovas y el giro vertiginoso de los horizontes de suscesos de agujeros negros gigantes.
Para entonces, medir la tasa de rotación de los agujeros negros gigantes será cosa cotidiana y, se habrá conseguido al fín saber, el destino final de la materia allí concentrada dentro de lo que ahora llamamos singularidad. Sabremos también que nunca podremos contar (por haberlo presenciado), lo que ocurre más allá del horizonte de suceso, ese lugar de “ir y no volveras” que tritura la materia que traspasa la línea fatal y desaparece para siempre. Sabremos que los agujeros negros nunca dejan de crecer y que, finalmente, alrededor de ellos se forman nuevas galaxias.
Modernas Instalaciones en lunas olvidadas que contienen riquezas inimaginables. Existen algunos “pequeños mundos” en nuestro propio sistema solar que esconden riquezas incalculables. Sin ir muy lejos, se sabe que la propia Luna contiene metales del grupo platino en su superficie que podrían superar todas las reservas de la Tierra. ¿Cuándo llegue ese momento futuro, en el que un Gobierno o una Empresa privada pueda llegar a la Luna de la Tierra o hasta cualquier otra de uno de los planetas del Sistema solar, cómo se determinará su derecho a explotarla, puede alguien ser dueño de una de esas lunas?
Bueno, actualmente existe un tratado internacional que no permite que nadie se pueda adueñar de ningún cuerpo celeste pero, sin embargo, sí podrá explotarlo y buscar las riquezas en él encerradas y, para eso, todo reside en poder llegar el primero y registrar la explotación para que todos sepan a quien pertenece. No habrá derecho de propiedad pero sí de explotación. En la actualidad son más de una las Empresas privadas que hacen cábalas al respecto.
La realidad se muestra desnuda ante nuestros ojos y demuestra que es mucho más grande que nuestra propia imaginación. Lo que no deja de ser sorprendente si tenemos en cuenta que imaginar no cuesta nada y podemos llegar hasta donde queramos. Sin embargo, una cosa pone límites a esa imaginación: ¡Los conocimientos! Nos faltan conocimientos para poder imaginar cosas que existen y que no sabemos.
Fijáos en la imagen de arriba. ¿Quién hubiera podido imaginar que una estrella como VY Canis Majoris pudiera existir? Si miramos la comparación gráfica que se hace de su tamaño en comparación a nuestro propio Sol y las órbitas de algunas planetas, lo único que podemos hacer es asombrarnos de que tal cosa sea posible.
Esta estrella hipergigante roja es una de las estrellas conocidas más grandes y luminosas, con 19 unidades astronómicas, lo que equivale a 3000 radios solares en su momento fue la mayor pero, como todo reinado termina, llegó el descubrimiento de NML Cygni para arrebatarle el título de la estrella más grande. Su luminosidad es unas 300 000 veces la del Sol.
Una de las imágenes más recordadas de Star Wars es el momento en el que Luke Skywalker mira la puesta de sol del desierto de Tatooine y vemos cómo se ven 2 soles. Aunque imagen forme parte de la historia del cine parece ser que podría ser una realidad; no es que la NASA haya descubierto la ubicación de Tatooine ni nada parecido sino que el telescopio Kepler ha localizado el planeta que orbita alrededor de dos estrellas.
El equipo del telescopio espacial Kepler de la NASA nos anunció el descubrimiento del primer exoplaneta que orbita simultáneamente dos estrellas de un sistema binario. La criatura se llama Kepler-16b -o mejor, Kepler-16 (AB)-b– y gira alrededor de dos estrellas más pequeñas que el Sol. Kepler A y Kepler B son dos astros con el 69% y el 20% de la masa del Sol respectivamente, mientras que Kepler-16b es un exo-saturno que tiene 0,33 veces la masa de Júpiter. Posee un periodo de 229 días y se halla situado a 105 millones de kilómetros del par binario, la misma distancia que separa a Venus del Sol en nuestro Sistema Solar. Pero debido a que Kepler-16 AB son dos estrellas relativamente frías, la temperatura “superficial” de este gigante gaseoso ronda gélidos 170-200 K dependiendo de la posición orbital. Es decir, nada que ver con el infierno de Venus.
Mira la estrella cometa
Son muchos los planetas descubiertos fuera de nuestro sistema solar, todos ellos muy grandes, incluso varias veces el volumen y la masa de Júpiter (no aptos la vida inteligente tal como la conocemos). Hay que esperar a que estén en funcionamiento las nuevas generaciones de Telescopios con técnicas superiores al Hubble que, nos podrán buscar nuevos planetas fuera del Sistema Solar y que a muchos años-luz de nosotros, podrían albergar vida inteligente. El descubrimiento de planetas enormes situados en sistemas solares muy lejanos, son una esperanza, ya que, dónde existen esa clase de planetas, es lógico pensar que existan otros más pequeños que, como la Tierra, puedan tener distintas y que permitan alguna clase de vida.
Al mismo tiempo que avanzan la técnica que mejoran considerablemente las prestaciones de los telescopios, de la misma manera, avanzan también los conocimientos para poder construir aceleradores de partículas mejores y que trabajen con más energías que nos permitan llegar hasta las entrañas de la materia para conocer, de una vez por toda, qué se esconde más allá de los Quarks y si, finalmente, la materia está hecha de esas “cuerdas vibrantes” de las que tanto hablamos.
Sabemos que “otras Tierras” están ahí fuera esperando que nosotros las podamos visitar
Nuestros conocimientos actuales nos han traído a una nueva manera de mirar el universo que nos permite generar nuevas ideas, no todo el espacio son agujeros negros, estrellas de neutrones, galaxias y desconocidos planetas; la verdad es que casi todo el universo está vacío y sólo en algunas regiones tiene agrupaciones de materia en forma de estrellas y otros objetos estelares y cosmológicos; muchas de sus propiedades y características más sorprendentes (su inmenso tamaño y su enorme edad, la soledad y oscuridad del espacio).
Inmensas distancias entre galaxias en un océano de espacio vacío
La baja densidad media de materia en el universo significa que si agregáramos material en estrellas o galaxias, deberíamos esperar que las distancias medias El Universo está conformado de la manera siguiente:
El universo visible contiene sólo: |
1 átomo por metro cúbico |
1 Tierra por (10 años luz)3 |
1 Estrella por (103 años luz)3 |
1 Galaxia por (107 años luz)3 |
1 “Universo” por (1010 años luz)3 |
El cuadro expresa la densidad de materia del universo de varias maneras diferentes que muestran el alejamiento que cabría esperar “¿Por qué vivimos y desarrollamos nuestra historia en este punto concreto del espacio infinito, en un minúsculo grano de polvo en el universo, un rincón marginal? ¿Por qué precisamente así?
Lo cierto es que, es el “grano” de arena más hermoso jamás visto
“El hecho fundamental de nuestra existencia es que parecemos estar aislados en el cosmos. Somos los únicos seres racionales capaces de expresarse en el silencio del universo. En la historia del Sistema Solar se ha dado en la Tierra, un periodo de tiempo infinitesimalmente corto, una situación en la que los seres humanos evolucionan y adquieren conocimientos que incluye el ser conscientes de sí mismos y de existir… Dentro del Cosmos ilimitado, en un minúsculo planeta, durante un minúsculo periodo de tiempo de unos pocos milenios, algo ha tenido lugar como si este planeta fura lo que abarca todo, lo auténtico. Este es el lugar, una mota de polvo en la inmensidad del cosmos, en el que el ser ha despertado con el hombre”.
En tan inmenso Universo no creo que estemos solos. En otros mundos, formas de vida que ni podemos imaginar.
Hay aquí algunas grandes hipótesis sobre el carácter único de la vida humana en el universo (creo que equivocada). En cualquier caso se plantea la pregunta, aunque no se responde, de por qué estamos aquí en el tiempo y lugar en que lo hacemos. Hemos visto que la cosmología moderna ofrecer algunas respuestas esclarecedoras a estas preguntas.
En anteriores trabajos creo que quedaron reflejadas “casi” todas las respuestas a estas preguntas. Nada sucede porque si, todo es consecuencia directa de la causalidad. suceso tiene su razón de ser en función de unos hechos anteriores, de unas circunstancias, de unos fenómenos concretos que de no haberse producido, tampoco el tal suceso se habría significado, simplemente no existiría.
Con la vida en nuestro planeta, ocurrió igual. Una atmósfera primitiva evolucionada, la composición primigenia de los mares y océanos con sus compuestos, expuestos al bombardeo continuo de radiación del espacio exterior que llegaba en ausencia de la capa de ozono, la temperatura ideal en relación a la distancia del Sol a la Tierra y otra serie de circunstancias muy concretas, como la edad del Sistema Solar y los componentes con elementos complejos del planeta Tierra, hecho del material estelar evolucionado a partir de supernovas, todos estos elementos y circunstancias especiales en el espacio y en el tiempo, hicieron posible el nacimiento de esa primera célula que fue capaz de reproducirse a sí misma y que, miles de años después, hizo posible que evolucionara hasta lo que hoy es el hombre que, a partir de materia inerte, se convirtió en un ser pensante que es capaz de exponer aquí mismo estas cuestiones. ¡Es verdaderamente maravilloso!
Unos miles de millones de años antes, ocurrieron otros sucesos que también facilitaron el que ahora estemos aquí impera contarlo. En el proceso, nació el tiempo y el espacio, surgieron las primeros quarks que pudieron para formar protones y electrones que formaron los primeros núcleos y, cuando estos núcleos fueron rodeados por los electrones, nacieron los átomos que evolucionando y juntándose hicieron posible la materia; todo ello, interaccionado por cuatro fuerzas fundamentales que, entonces, por la rotura de la simetría original divididas en cuatro parcelas distintas, rigen el universo. La fuerza nuclear fuerte responsable de mantener unidos los nucleones, la fuerza nuclear débil, responsable de la radiactividad natural desintegrando elementos el uranio, el electromagnetismo que es el responsable de todos los fenómenos eléctricos y magnéticos, y la fuerza de gravedad que mantiene unidos los planetas y las galaxias.
Todo esto parece un viaje en el Tiempo pero del revés, es decir, hemos comenzado hablando de ese posible futuro y nos hemos venido hasta los primeros momentos del Universo, cuando se supone que nació a partir de aquella explosión que llamamos Big Bang y que hizo posible la existencia de todo lo que conocemos y de muchas otras cosas que nos quedan por descubrir.
Cada vez está más cerca el día en el que dejemos de enviar ingenios al espacio exterior para que vigilen y descubran para nosotros. En unos cuantos siglos, seremos nosotros, los que con nuestras potentes naves podremos viajar a lugares lejanos para poder pisar el suelo de otros mundos que ahora, sólo podemos contemplar por las imágenes que nos ofrecen nuestros avanzados telescopios.
Otros mundos o lunas que serían habitables
El Tiempo es inexorable y transcurre sin pausa, es el único continuo del que podemos estar seguro en nuestro Universo, “el transcurrir del tiempo”. Llegará un día en el que la Tierra estará sobrepasada de Humanidad, los recursos no darán para todos y las reservas estarán agotadas, las aguas contaminadas y la polución de las ciudades insoportable. Para cuando eso llegue, tendremos que haber ideado la manera de escapar hacia otros mundos nuevos que, como en el pasado la Tierra, nos de cobijo y nos ofrezca todo lo necesario para la vida.
Claro que, si en realidad fuésemos una especie inteligente, todo eso se podría evitar y, nuestro planeta, estaría limpio y podría ser la cuna de la Humanidad para siempre, sin que ello, impidiera el viaje a otros mundos que serían colonizados para nuevos comienzos al calor de otras estrellas.
emilio silvera