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Como los niños: ¡Siempre haciendo prguntas!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en ¡Tenemos que saber! ~ Comments (3)
Para que os podáis dar un paseo por las escalas del Universo (muy interesante), os dejo este enlace http://htwins.net/scale2/ os llevará desde el átomo de hidrógeno a las Galaxias. ¿Qué viaje podría ser mejor? Podéis ir pinchando en los objetos que aparecen y el viaje será alucinante.
Ahora hagamos otro viaje por las posibilidades de encontrar nuevas clases de energías…sin contaminar.
En esta preciosa región de formación de nuevos astros, podemos contemplar esa rutilante y cegadora estrella que ramifica su esplendor hasta distancias inauditas. En su corazón, en el núcleo central, se está produciendo la fusión del hidrógeno en helio y… Pero vayamos por parte.
Resulta que el combustible nuclear de las estrellas es el hidrógeno que mediante su fusión hace posible que genere tal enormidad de energía. El Sol, la estrella más cercana a nosotros y que hace posible la vida en el planeta Tierra, fusiona 4.654.000 Toneladas de Hidrógeno en 4.650.000 toneladas de helio cada segundo. Las 4.000 toneladas restantes, se expulsa al espacio en forma de luz y calor, de lo que una pequeña fracción, llega a nosotros. Así lleva el Sol unos 4.500 millones de años y se espera que al menos durante un período similar nos esté regalando su preciosa energía. Si eso es así (que lo es), yo aconsejaría a los madatarios de nuestro planeta, copiar a la naturaleza y procurar un suministro de energía siguiendo el mismo camino del Sol, si podemos conseguir duplicar aquí en la Tierra sus mecanismos, conseguiríamos una fuente de energía de la que tanto estamos necesitados.
Pero ¿tenemos hidrógeno en el planeta Tierra para tal empresa de fusión nuclear?
La verdad es que sí. La fuente de suministro de hidrógeno con la que podemos contar es prácticamente inagotable… Nuestro planeta, en su mayor parte está formado por grandes mares y océanos y, siendo así, el material primario que necesitamos es…
¡El agua de los mares y de los océanos!
Todos sabemos que el hidrógeno es el elemento más ligero y abundante del universo. Está presente en el agua y en todos los compuestos orgánicos. Químicamente, el hidrógeno reacciona con la mayoría de los elementos. Fue descubierto por Henry Cavendisch en 1.776. El hidrógeno se utiliza en muchos procesos industriales, como la reducción de óxidos minerales, el refinado del petróleo, la producción de hidrocarburos a partir de carbón y la hidrogenación de los aceites vegetales y, actualmente, es un candidato muy firme para su uso potencial en la economía de los combustibles de hidrógeno en la que se usan fuentes primarias distintas a las energías derivadas de combustibles fósiles (por ejemplo, energía nuclear, solar o geotérmica) para producir electricidad, que se emplea en la electrólisis del agua. El hidrógeno formado se almacena como hidrógeno líquido o como hidruros de metal.
Inmensas energías desatadas por todo el Universo, miríadas de estrellas en las galaxias que producen sin cesar, luz y calor que mantiene vivo el fuego de los posibles hogares de muchos mundos que podrían ser.
Bueno, tantas explicaciones sólo tienen como objeto hacer notar la enorme importancia del hidrógeno. Es la materia prima del universo, sin él no habría estrellas, no existiría el agua y, lógicamente, tampoco nosotros podríamos estar aquí sin ese preciado elemento. Cuando dos moléculas de hidrógeno se junta con una de oxígeno (H2O), tenemos el preciado líquido que llamamos agua y sin el cual la vida no sería posible.
Así las cosas, parece lógico pensar que conforme a todo lo antes dicho, los seres humanos deberán fijarse en los procesos naturales (en este caso el Sol y su producción de energía) y, teniendo como tiene a su disposición la materia prima (el hidrógeno de los océanos), procurar investigar y construir las máquinas que sean necesarias para conseguir la fusión, la energía del Sol.
Esa empresa está ya en marcha y, posiblemente, en unos treinta años sería una realidad que nos dará nuevas perspectivas para continuar el imparable avance en el que estamos inmersos.
Fusión de Deuterio con Tritio produciendo helio-4 liberando un neutrón, y generando 17,59 MeV de energía, como cantidad de masa apropiada convertida de la energía cinética de los productos, de acuerdo con E = Δm c2. En física nuclear , la fusión nuclear es el proceso por el cual varios núcleos atómicos de carga similar se unen para formar un núcleo más pesado. Se acompaña de la liberación o absorción de una cantidad enorme de energía, que permite a la materia entrar en un estado plasmático.
Instalación del reactor de para fusión nuclear en Japón
Este proceso puede liberar enormes cantidades de energía. Sin embargo el proceso no es tan simple, requiere de una enorme energía de activación a una temperatura del orden de los millones de grados. De haber esta energía, surge otra dificultad: la estructura material de un reactor puede fundirse a tan elevada temperatura.
No debemos confundir la Fisión con la Fusión, la primera es la que se emplea en las Centrales nucleares para producir energía y, ya sabemos todo lo peligrosa que resulta (Japón, en sus propias carnes ha sufrido y sufre sus consecuencias), las radiaciones del Uranio y del Plutonio son fatales para la vida. Por el contrario, la fusión es limpia pero de momento…, inalcanzable…para nosotros.
Este es el Reactor de fusión nuclear de Francia
En cuanto nuestra tecnología nos lo permita, tenemos que huir de la escena que arriba contemplamos, la Fisión nuclear no es la solución.
En el proceso de la fusión Solar está la respuesta
Pero no me gustaría cerrar este comentario sobre la fusión sin contestar a una importante pregunta…
¿Y por qué la fusión?
Porque tiene una serie de ventajas muy significativas en seguridad, funcionamiento, medio ambiente, facilidad en conseguir su materia prima, ausencia de residuos peligrosos, posibilidad de reciclar los escasos residuos que genere, etc.
- Los recursos combustibles básicos (deuterio y litio) para la fusión son abundantes y fáciles de obtener.
- Los residuos son de helio, no radiactivos.
- El combustible intermedio, tritio, se produce del litio.
- Las centrales eléctricas de fusión no estarán expuestas a peligrosos accidentes como las centrales nucleares de fisión.
- Con una elección adecuada de los materiales para el propio dispositivo de fusión, sus residuos no serán ninguna carga para las generaciones futuras.
- La fuente de energía de fusión es sostenible, inagotable e independiente de las condiciones climáticas.
Otro reactor europeo de energía de fusión
En Instalaciones como esta lo podremos lograr. De todas las maneras y a pesar de lo mucho que nuestras mentes pueden imaginar, no será fácil lograr, aquí en la Tierra, el mismo proceso que de forma natural se produce en nuestro Sol y en todas las estrellas que conforman las galaxias del universo, y, tantas dificultades se presentan para ello que, por eso, muchos hablan de la fusión fría. Lo que por otra parte, no deja de ser un hermoso sueño.
Para producir la energía de fusión “sólo” tenemos que copiar lo que hace el Sol. Tenemos que hacer chocar átomos ligeros de hidrógeno para que se fusionen entre sí a una temperatura de 15 millones de grados Celsius, lo que, en condiciones de altas presiones (como ocurre en el núcleo del Sol) produce enormes energías según la formula E = mc2 que nos legó Einstein demostrando la igualdad de la masa y la energía. Ese estado de la materia que se consigue a tan altas temperaturas, es el plasma, y sólo en ese estado se puede conseguir la fusión.
Aunque en Europa la aventura ya ha comenzado, y para ello se han unido los esfuerzos económicos de varias naciones, la empresa de dominar la fusión no es nada fácil, pero…, démosle… ¡TIEMPO!
Decir que algo es imposible, al ritmo que camina la ciencia… ¡Es muy arriesgado!
Sí, es el tiempo el factor que juega a nuestro favor para conseguir nuestros logros más difíciles, para poder responder preguntas de las que hoy no tenemos respuesta, y es precisamente la sabiduría que adquirimos con el paso del tiempo la que nos posibilita para hacer nuevas preguntas, más profundas que las anteriores y que antes, por ignorancia, no podríamos hacer. Cada nuevo conocimiento nos abre una puerta que nos invita a entrar en una nueva región donde encontramos otras puertas cerradas que tendremos que abrir para continuar nuestro camino. Sin embargo, hasta ahora, con el “tiempo” suficiente para ello, hemos podido franquearlas hasta llegar al momento presente en el que estamos ante puertas cerradas con letreros en los que se puede leer: fusión, teoría M, viajes espaciales tripulados, nuevas formas de materia, el gravitón, la partícula de Higgs, las ondas de energía de los agujeros negros, hiperespacio, otros universos, materia oscura, y otras dimensiones.
¡Sueños de la Humanidad!
Claro que, de vez en cuando, algún que otro de esos sueños…, ¡se hace realidad! Internet es la mejor prueba
Muchas son las puertas que permanecen cerradas y de las que no tenemos las llaves para poder acceder a los conocimientos que, celosamente guarda. Muchas nos quedan por abrir. Tenemos ante nuestras narices puertas cerradas que, encima de sus dinteles llevan letreros con los nombres de: Teoría de Cuerdas, multiversos, vida extraterrestre, genética, nanotecnología, nuevos fármacos, alargamiento de la vida media, y muchas más en otras ramas de la ciencia y del saber humano y, para lograr hacer realidad esos sueños, sólo necesitamos ¡Tiempo!
Somos tan pequeños ante tan inmenso universo y, sin embargo…
- ¿Por qué consideramos que el tiempo rige nuestras vidas?
- ¿Cómo explicarías “qué es el tiempo”?
- ¿Por qué unas veces te parece que el tiempo “pasa rápido” y otras veces “muy lento”?
- ¿Crees que el tiempo estaba antes del Big Bang? ¿Por qué?
- ¿En algún momento se acabará el tiempo?
- ¿Cómo el ser humano “fue consciente” de la existencia del tiempo?
- ¿Qué cosa es el tiempo?
- ¿Por qué no lo vemos ni tocamos pero notamos sus efectos?
- ¿Por qué la velocidad relativista puede frenar el transcurrir del tiempo?
- ¿Es una abstracción el Tiempo que, en realidad no existe?
No sabemos sobre infinidad de hechos, empezando por el “nacimiento” del universo, que es la luz, ¡Y la Vida? ¿Cómo puede la Naturaleza hacer posibles las cosas que vemos que hizo y que hace y seguirá hacienda? ¿Acaso tiene consciencia?
Nos hacemos preguntas y más preguntas que no sabemos contestar. Han pasado muchos periodos de tiempo desde que llegamos aquí, y la humanidad, aunque cometió muchos errores, en verdad, sí aprovechó el tiempo. No quiero decir que en todos los ámbitos humanos del comportamiento tengamos que felicitarnos, hay algunos (aún hoy) de los que el sonrojo es inevitable, pero eso es debido a que la parte animal que llevamos en nosotros está de alguna manera presente, y los instintos superan a veces a la racionalidad. Aún no hemos superado el proceso de humanización. Sin embargo, los logros conseguidos no han sido pocos; el “tiempo” está bien aprovechado si pensamos que hace sólo unos miles de años no sabíamos escribir, vagamos por los campos cazando y cogiendo frutos silvestres y no existían organizaciones sociales ni poblaciones. Desde entonces, el salto dado en todos los campos del saber ha sido tremendo.
Ahora, pasado el tiempo, nuestra innata curiosidad nos ha llevado a descubrir que vivimos en un planeta que pertenece a una estrella de una galaxia que forma parte de un grupo de una treintena de galaxias (el “Grupo Local”) y que a su vez, están inmersas en un universo que cuenta con decenas de miles de millones de galaxias como la nuestra.
Ese período de tiempo que hemos tenido desde que asombrados, mirábamos brillar las estrellas sobre nuestras cabezas sin saber lo que eran, o bien, asustados, nos encogíamos ante los rayos amenazadores de una tormenta o huíamos despavoridos ante el rugido aterrador de la Tierra con sus temblores de terremotos pavorosos o explosiones inmensas de enormes montañas que vomitaban fuego.
Desde entonces, hemos aprendido a observar con atención, hemos desechado la superstición, la mitología y la brujería para atender a la lógica y a la realidad de los hechos. Aprendimos de nuestros propios errores y de la naturaleza. Y, ahora, pretenciosos, queremos imitar lo que hace el Sol y fabricar, aquí en nuestro planeta, su energía.
Las estrellas evolucionaron y en sus hornos nucleares se fabricaron elementos más complejos que el primario hidrógeno; con la fusión nuclear en las estrellas se fabricó helio, litio, magnesio, neón, carbono, oxigeno, etc, etc. Estas primeras estrellas brillaron durante algunos miles de millones de años y, finalmente, acabado su combustible nuclear, finalizaron su ciclo vital explotando como supernovas lanzando al espacio exterior sus capas más superficiales y lanzando materiales complejos que al inmenso cosmos para hacer posible el nacimiento de nuevas estrellas y planetas y… a nosotros, que sin esas primeras estrellas que fabricaron los materiales complejos de los que estamos hecho, no estaríamos aquí.
Todo eso hemos llegado a saber y hemos aprendido a observar con atención, hemos desechado la superstición, la mitología y la brujería para atender a la lógica y a la realidad de los hechos. Aprendimos de nuestros propios errores y de la naturaleza.
Desde tiempos inmemoriales hemos querido medir el tiempo, el día y la noche, las estaciones, el sol, relojes de arena, etc, etc, hasta llegar a sofisticados aparatos electrónicos o atómicos que miden el tiempo cotidiano de los humanos con una exactitud de sólo un retrazo de una millonésima de un segundo cada 100 años.
Reloj de Cesio
Científicos japoneses crean un reloj más preciso que los relojes atómicos. Mientras el más avanzado reloj atómico se desajusta cada 13.800 millones de años, el nuevo desarrollo japonés lo haría cada 16 mil millones de años.
Algunas veces pienso y me pregunto: ¿Hasta donde llegaremos, dónde está el límite? Después de pensar detenida y profundamente, me llega la respuesta:
¡No hay límites!
emilio silvera
el 21 de enero del 2014 a las 9:59
Sí, desde que en la nocjhe de los tiempos, en la oscuridad de la noche, nuestros ancestros veían aquellos puntitos brillantes en el cielo, comenzaron a preguntarse qué podría ser y qué mensaje les querían enviar con aquel titilar que, parecían guiños de complicidad que no pudieron descubrir nunca y que dejaron a los que vinieron mucho después (nosotros), la misión de dilucidar qué pasaba en las estrellas.
Hubo un tiempo en que todo era un misterio: El día, la noche, la tormenta y la lluvia, los rayos pavorosos con su estruendo y devastación, los terremotos, las erupciones volcánicas… ¿Qué podían pensar nuestros antepasados de todas esas extrañas transformaciones de la Tierra?
Tuvieron que pasar muchos años para que la Humanidad, comenzara a pensar de manera seria en conocer los orígenes de aquellos comportamientos y, dejaron de lado la mitología para coger la lógica y la observación. Más tarde, llevados por la curiosidad y la necesidad de saber, nació la Ciencia como tal y el método científico que nos impulsó hacia adelante en el Tiempo para poder conocer, muchos de los secretos que antes eran desconocidos.
De esa manera hemos venido caminando, generación trás generación, y, en cada etapa, existieron grandes hombres que sobresalieron de los demás. Ellos pudieron aportar nuevas visiones de cómo era el mundo, la Naturaleza y el Universo, nos explicaron cómo sucedían y por qué de aquellos comportamientos que podíamos ver pero no explicar.
Llegaron muchos sabios del pasado: Sumeria, Babilonia, Sirios y Egipcios, Hindúes y Chinos y, finalmente los griegos que, supieron recopilar todos aquellos conocimientos para que, ahora nosotros, los pudiéramos entender y extender hasta límites inconcebibles.
Claro que, gracias a los que antes estuvieron aquí, ahora nosotros podemos hablar de la mecánica cuántica, del átomo y de las sustancias o elementos que todo lo conforman en nuestros mundos y galaxias.
En fin, amigos, sigámos aprendiendo.
el 3 de enero del 2024 a las 11:23
Hace mucho que sabemos que las preguntas son muchas más que las respuestas. Precisamente por eso, aquel gran filósofo dijo:
“Cambiaría todo lo que se por la mitad de lo que no se!
Popper (otro gran filósofo), decía:
“Cuanto más profundizo en el conocimiento de las cosas, más consciente soy de lo poco que se. Mis conocimientos son limitados, mi ignorancia infinita.”
Y, lo cierto es que resulta positivo el que seamos conscientes de que no sabemos. El Saber que no sabemos nos lleva a preguntar, a interesarnos por las cosas, a tener una curiosidad infinita que ha sido el motor que nos ha traído hasta aquí.
¿Cómo sabríamos de los más pequeño (partículas formadoras de átomos, moléculas, sustancias y células que conforman cuerpos), o, hubiéramos llegado a construir ingenios tanto en la superficie terrestre con en el Espacio para que nos “hablen de objetos que se encuentran lejos, muy lejos a muchos años luz de distancia y nos digan como son. Y, en otro orden de cosas, tratando de saber sobre cómo está hecha la materia de la que están formadas todaslas cosas, hemos construidos aceleradores de partículas que utilizan inmensas fuerzas para romper esos pequeños objetos y saber lo que hay dentro de sus entrañas.
Es cierto que, comparados con la edad del Universo, nosotros los humanos llevamos aquí una pequeña fracción de tiempo. Sin embargo, hemos sabido (a pesar de nuestras torpezas y errores), andar un gran camino en las distintas disciplinas del saber humano: Astronomía, Física, Química, Matemáticas… Y, no digamos en Medicina, Neurología y otros complejos temas incluso filosóficos y teológicos.
En fin, reconociendo que somos unos aprendices, no debemos despreciar lo conseguido y el largo camino recorrido, auqne sabiendo que es mucho más largo el que nos queda por andar.
el 3 de enero del 2024 a las 11:24
Hace mucho que sabemos que las preguntas son muchas más que las respuestas. Precisamente por eso, aquel gran filósofo dijo:
“Cambiaría todo lo que se por la mitad de lo que no se!
Popper (otro gran filósofo), decía:
“Cuanto más profundizo en el conocimiento de las cosas, más consciente soy de lo poco que se. Mis conocimientos son limitados, mi ignorancia infinita.”
Y, lo cierto es que resulta positivo el que seamos conscientes de que no sabemos. El Saber que no sabemos nos lleva a preguntar, a interesarnos por las cosas, a tener una curiosidad infinita que ha sido el motor que nos ha traído hasta aquí.
¿Cómo sabríamos de los más pequeño (partículas formadoras de átomos, moléculas, sustancias y células que conforman cuerpos), o, hubiéramos llegado a construir ingenios tanto en la superficie terrestre con en el Espacio para que nos “hablen de objetos que se encuentran lejos, muy lejos a muchos años luz de distancia y nos digan como son. Y, en otro orden de cosas, tratando de saber sobre cómo está hecha la materia de la que están formadas todaslas cosas, hemos construidos aceleradores de partículas que utilizan inmensas fuerzas para romper esos pequeños objetos y saber lo que hay dentro de sus entrañas.
Es cierto que, comparados con la edad del Universo, nosotros los humanos llevamos aquí una pequeña fracción de tiempo. Sin embargo, hemos sabido (a pesar de nuestras torpezas y errores), andar un gran camino en las distintas disciplinas del saber humano: Astronomía, Física, Química, Matemáticas… Y, no digamos en Medicina, Neurología y otros complejos temas incluso filosóficos y teológicos.
En fin, reconociendo que somos unos aprendices, no debemos despreciar lo conseguido y el largo camino recorrido, aunque sabiendo que es mucho más largo el que nos queda por andar.