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EL UNIVERSO DE LAS ESFERAS Y SUS MOVIMIENTOS UNIFORMES
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
doctor Ovidio Pracilio, ha sido el autor de la Hiper- Geometría Esferoidal. La perfección de las esferas cubren todo lo existente en el Universo . En uno de sus escritos, nos dice:
Es verdad, y nadie puede negarlo, que los cuerpos celestes, para tomar lo más grande que nos es dado apreciar, surgen a nuestra observación con movimientos que no serían uniformes y recorriendo órbitas que no serían circulares, Y es cierto, por ello, que los movimientos de los mundos que forman nuestro sistema sola, por ejemplo, se nos muestran así, al parecer más imperfectos que el de los satélites artificiales creados por el hombre que logró colocarlos en órbitas circulares y moviéndose a velocidades uniformes (casi burlándose de las exigencias elípticas de las leyes de Kepler y de la gravitación universal de Newton) y como quería Platón para los cuerpos celestes, y en cambio Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, etc., parecen marchar a veces más rápido y otras veces más despacio en su viaje alrededor del Sol, Para no apartarse de ese camino geométricamente imperfecto que se llama “elipse”.
Es verdad, también, que iguales movimientos caóticos surgirían del abismo de lo infinitamente pequeño, donde las partículas elementales que forman los átomos, y los átomos mismos, parecieran moverse en forma desordenada y caprichosa al girar a velocidades vertiginosas.
Y es verdad, igualmente, que casi ninguna forma de organización viviente creado en nuestro mundo por la Naturaleza pareciera adecuarse a la perfección del trazo circular, único digno de la sabiduría divina, según Platón.
Entrelazamiento cuántico
Pero todo es verdad, debemos reconocerlo en tanto la mente investigadora se mantenga sujeta a determinados prejuicios preestablecidos, y se quiera fundar toda conclusión científica en los resultados exclusivos que arrojan la observación sensual e instrumental. Pero que, en cambio, cuando la mente del investigador se libera de tales prejuicios, cuando deja de lado a sus sentidos y a sus instrumentos y eleva el vuelo de su pensamiento a las altas regiones donde la Realidad puede ser percibida independientemente de los fenómenos que son su consecuencia, recién entonces es dable descubrir y afirmar, como lo hizo Copérnico, por ejemplo, que no es el Sol ni la Luna ni los planetas ni las estrellas las que dan vueltas alrededor de la Tierra como todos los días así nos lo hacen creer nuestros ojos y lo registran nuestros instrumentos, sino, al parecer, todo lo contrario.
Nicolás Copérnico visionario del espacio
Ya lo dijo Bailly con más hermosas palabras que las que podría emplear yo, al hacer el elogio de la concepción copernicana: “Si alguna vez se ha propuesto en el mundo un sistema atrevido, no hay duda de que es el de Copérnico. Tenía que contradecir a todos los que juzgaban por sus sentidos. Era menester persuadirlos de que, lo que veían, no existía. En vano había visto la humanidad desde el nacer, al Sol y a las estrellas moverse, estaban inmóviles, y solo había movimiento en la pesada masa que habitamos. Hay que olvidar el movimiento que vemos, para creer en el movimiento que no percibimos. Más todavía, hay que destruir un sistema recibido y aprobado por las tres partes del mundo y derribar el trono de Tolomeo que recibió el homenaje de catorce siglos.”
“La observación y el experimento nos han dado –se lee en La Grande Síntesis, de P. Ubaldi—más que resultados exteriores, de índole práctica, pero la realidad profunda se os escapa, porque el uso de los sentidos como instrumentos de investigación, , aún apoyados por medios adecuados, os hará permanecer siempre en la superficie, cerrándonos la vida del progreso.”
¡Qué equivocado estaba Newton, pues, cuando dijo en la segunda edición de sus célebres Principios!:
“Poco importa la causa de la gravitación. Observo el movimiento de los astros y escribo la ley más simple y más adecuada para describir ese movimiento. No quiero establecer ninguna hipótesis sobre las causas. Porque todo lo que no se deduce de los fenómenos es una hipótesis y las hipótesis no deben tener acceso en la filosofía experimental. En esta filosofía se sacan las preposiciones de los fenómenos y se las hace luego generales por la inducción.”
Aristarco de Samos, 700 años antes que Copérnico predijo que el Sol era el centro del Sistema solar
Todos los antecesores de Copérnico también observaron de los astros y escribieron la ley más y adecuada para describir ese movimiento, que era el movimiento de la Esfera Celeste, del Sol, de los planetas, al derredor de la Tierra.
Lamentablemente, tanto para los astrónomos antiguos como para Newton, el movimiento real era, precisamente, el movimiento que no se observaba.
“Hacemos distinción entre materia viva y materia muerta –dice Max Born, premio Nobel de Física en su obra El inquieto universo-; entre cuerpos en movimiento y cuerpos en reposo. Este es un punto de vista primitivo. Lo que parece muerto, una piedra, por ejemplo está en realidad en eterno movimiento. Lo que ocurre es, simplemente, que nos hemos acostumbrado a juzgar por apariencias exteriores, por las impresiones engañosas que recibimos a través de nuestros sentidos.”
“Los trabajos de Kepler –dijo Einstein- muestran que el conocimiento no puede derivar únicamente de la experiencia: es necesaria la comparación lo que del espíritu ha concebido, con lo que ha observado”.
Por mi parte, refiriéndome específicamente al problema planteado por Platón sobre circularidad de las órbitas planetarias, quiero aquí parafrasear la hermosa y exacta expresión de Bailly, diciendo que: hay que olvidar los movimientos elípticos que vemos, para creer en los movimientos circulares que no percibimos”.
Trabajo recopilado por: Dante Pracilio
dantepracilio@gmail.com