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Sí, existen cientos de miles de “Tierras”
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Esta noticia vino simplemente a refrendar lo que se pensaba. El Universo es igual en todas partes, la clave es que está regido, en todas sus regiones (por alejadas que estén), por las cuatro leyes fundamentales y las Constantes universales que conocemos, y, siendo así (que lo es), lo que ocurre !aquí”, también debe ocurrir “allí”.
Las estrellas como el Sol son muy comunes
De otra manera, si las cosas no fuesen así, estaríamos en un universo chapuza. Centrémonos en la Vía Láctea, donde existen unos 30.000 millones de estrellas como el Sol, una estrella pequeña de la clase G2V, y, en una gran proporción de esos miles de millones de estrellas, se da la circunstancia de que están orbitadas por planetas de todo pelaje, y, algunos de ellos, vinieron a situarse en la zona habitable, con lo cual, el agua líquida, una atmósfera amigable, océanos, radiación, la luz y el calor de la estrella, la fotosíntesis…. ¡Todo eso estará presente! Y, como es lógico pensar… ¡También lo estarán formas de vida!
Planetas como la Tierra existen en todas las galaxias
Pensar que estamos solos en el Universo… ¡Es una tontería! La química de las estrellas está por todas partes, y, la evolución se produce en esos casos como el que antes hemos descrito para los planetas situados en la zona idónea con temperaturas soportables por seres vivos.
El universo observable es un lugar tan inimaginablemente grande que medir las distancias que nos separan de otros objetos astronómicos supone todo un reto. Pero un estudio reciente ha arrojado luz sobre una posible técnica nueva: usar estrellas masivas cuyo brillo varía.
Está más que demostrado que las distancias del Universo no son humanas, nos hemos tenido que inventar unidades de medidas astronómicas para poder aplicarlas a las distancias que existen entre las estrellas y las galaxias.
Con unidades como estas podemos “medio” comprender, las distancias que nos separan de otros objetos astronómicos más o menos cercanos a nosotros, y, hacemos las cuentas de un hipotético viaje a otros planetas alumbrados por estrellas cercanas.
Elijamos el ejemplo de este sistema planetario cercano
Alpha Centauri es un sistema estelar que se encuentra a 4,37 años luz (unos 41,7 billones de kilómetros de distancia) del Sol. Te pueden parecer cifras muy elevadas, pero es el que se encuentra más cerca del astro rey.
El planeta no hace mucho descubierto (Próxima b), es cuatro veces más pequeño que la Tierra y tarda cinco días en dar una vuelta a la estrella Próxima Centauri, situada a 4,2 a.l. de nosotros.
Después del Sol, la estrella más cercana a la Tierra es Próxima Centauri. Ubicada a 4.2 años luz de nuestro Sistema Solar, esta enana roja es siete veces más pequeña que el Sol y aunque fue descubierta en 1915, no fue hasta un siglo después que las observaciones más recientes del Observatorio Europeo Austral (ESO) hallaron los primeros dos mundos que orbitan a su alrededor, Próxima b y el planeta candidato Próxima c.
Pensemos que cogemos la Nave Espacial más moderna que tenemos, y, emprendemos un viaje tripulado al planeta de Próxima b. Aquel planeta está situado a 4,2 años luz de nosotros, y, el tiempo que se calcula en el que la nave podría llegar sería unas pocas de decenas de miles de años.
Así las cosas… ¡Los tripulantes lo tendrían muy difícil para conseguir el objetivo propuesto! Sin embargo, pongámonos en el escenario de que, finalmente, la misión es un éxito y llega a aquel planeta.
El viaje de miles de años (no lo olvidemos), se hizo en la Ingravidez. Dicha situación no es bien tolerada por el cuerpo humano que, en su esqueleto ve como se produce un creciente deterioro. Además, en esa situación generación tras generación… ¡Lo más lógico es que los viajeros humanos sufrieran mutaciones adaptativas a tal escenario!
Así se mueve el Sistema solar por el Espacio en su viaje alrededor de la Galaxia a 850.000 Km/h.
De la misma manera, el Espacio está lleno de micro-meteoritos que viajan por el Espacio a velocidades alucinantes, y, cualquiera ellos, al chocar con el fuselaje de la nave puede abrir una pequeña brecha que sería mortal para los viajeros. Así que, sería necesario que la nave estuviera construida con materiales inteligentes que, en ese caso, se auto reparara cerrando el agujero de inmediato.
Bueno, pensar en un viaje de este calibre en el presente… ¡sería una locura! Nunca se llegaría al destino. Incluso, en la actualidad, es impensable en un viaje aquí al lado, al planeta Marte, los peligros para los viajeros sería muy alto. Y, aunque no dejan de decirnos que pronto se hará uno… ¡Las cosas no están nada claras!
Siempre vamos más deprisa de lo que en realidad podemos.
Emilio Silvera V.