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Si existe la perfección, estará en la Naturaleza
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física ~ Comments (5)
El Universo está construido según un plan cuya profunda simetría está presente de algún modo en la estructura interna de nuestro intelecto. Y, desde luego, si lo pensamos profundamente, tendremos que dar la razón a Paul Valery por tales pensamientos, ya que, la Mente Humana, alcanzó cotas inimaginables. Sin embargo, si realmente existe la perfección, ésta está, en la Naturaleza. Nosotros siempre seremos imperfectos y nos dejaremos llevar por los sentimientos.
¡Agua! El Universo está lleno de agua por todas partes y, si eso es así ¿qué pasa con la vida?
Hubo un tiempo, el el Universo muy temprano, en el que la temperatura estaba encima de algunos cientos de veces la masa del protón, cuando la simetría aún no se había roto, y la fuerza débil y electromagnética no sólo eran la misma matemáticamente, sino realmente la misma. Un físico que hubiera podido estar allí presente, en aquellos primeros momento, no habría podido observar ninguna diferencia real entre las fuerzas producidas por el intercambio de estas cuatro partículas: la W+, la W– , la Z y el Fotón.
Al llegar a escalas cada vez menores, también hemos entrado en ámbitos de energías de unión cada vez mayores. Un átomo puede ser despojado de su electrón aplicando sólo unos miles de electrón-voltios de energía, más para dispersar los nucleones que conforman un núcleo atómico se requieren varios millones de electrón-voltios, y para librar los quarks que constituyen cada nucleón se necesitaría cientos de veces más energía. Así, hemos llegado a comprender que, las estructuras más pequeñas y más fundamentales están ligadas por niveles de energía mayores porque sus estructuras mismas fueron forjadas en el calor del big bang.
También hemos llegado a comprender que, las fuerzas de la naturaleza que gobiernan la electricidad, el magnetismo, la radiactividad y las reacciones nucleares están confinadas a un “mundobrana” tridimensional, mientras que la gravedad actúa en todas las dimensiones y es consecuentemente más débil. Seguramente ese será el motivo por el cual, encontrar al Bosón mediador de la fuerza, el Gravitón, resulta tan difícil.
De manera similar, aunque menos clara, las teorías de supersimetrías conjeturaban que las cuatro fuerzas tal vez estaban ligadas por una simitría que se manifestaba en los niveles de energía aún mayores que caracterizaban al universo ya antes del big bang. La intodución de un eje histórico en la cosmologia y la física de particulas (como decía ayer en uno de los trabajos), beneficio a ambos campos. Los físicos proporcionaron a los cosmólogos una amplia gama de herramientas útiles para saber cómo se desarrolló el universo primitivo. Evidentemente, el Big Bang no fue una muralla de fuego de la que se burló Hoyle, sino un ámbito de suscesos de altas energías que muy posiblemente pueden ser comprensibles en términos de teoría de campo relativista y cuántica.
La cosmología, por su parte, dio un tinte de realidad histórica a las teorías unificadas. Aunque ningún acelerador concebible podrían alcanzar las titánicas energías supuestas por las grandes teorías unificadas y de la supersimetría, esas exóticas ideas aún pueden ser puestas a prueba, investigando si las partículas constituyentes del universo actual son compatibles con el tipo de historia primitiva que implican las teorías. Las partículas elementales aparentemente proporcionan las claves de algunos de los misterios fundamentales de la Cosmología temprana… y resulta que la Cosmología brinda una especia de terreno de prueba para alguna de las ideas de la física de partículas elementales. Esto implica que los aceleradores de partículas, como los telescopios, funcionen como máquinas del tiempo. Un telescopio penetra en el pasado en virtud del tiempo que tarda la luz en desplazarse entre las estrellas; un acelerador recrea, aunque sea fugazmente, las condiciones que prevalecían en el Universo primitivo.
Moléculas, átomos y conexiones para formar pensamientos que nos llevaron hacia los conocimientos que hoy, tras muchos miles de millones de años de evolución del Universo, hizo posible la aparición de especies que, tras miles de años de experiencia, de observación, y, de imaginar…, llegó a conseguir la intuición necesaria para presentir que, formamos parte de un todo inmenso del que sólo somos una parte, la que piensa. También la que tiene que descubrir, los secretos de la Naturaleza, en ello, le va la existencia en el futuro.
Hemos aprendido que cuanto más íntimamente examinemos la Naturaleza, tanto más lejos hacia atrás vamos en el tiempo. Alguna vez he puesto el ejemplo de mirar algo que no es familiar, el dorso de la mano, por ejemplo, e imaginemos que podemos observarlo con cualquier aumento deseado.
Con un aumento relativamente pequeño, podemos ver las células de la piel, cada una con un aspecto tan grande y complejo como una ciudad, y con sus límites delineados por la pared celular. Si elevamos el aumento, veremos dentro de la célula una maraña de ribosomas serpenteando y mitocondrias ondulantes, lisosomas esféricos y centríolos, cuyos alrededores están llenos de complejos órganos dedicados a las funciones respiratorias, sanitarias y de producción de energía que mantienen a la célula.
Ya ahí tenemos pruebas de historia. Aunque esta célula particular solo tiene unos pocos años de antigüedad, su arquitectura se remonta a más de mil millones de años, a la época en que aparecieron en la Tierra las células eucariota o eucarióticas como la que hemos examinado.
Hemos llegado a poder discernir la relación directa que vincula el tamaño, la energía de unión y la edad de las estructuras fundamentales de la Naturaleza. Ahora, hemos llegado a comprender muchas de las cosas que, hasta bien poco tiempo, eran auténticos secretos que, el Universo, celosamente se guardaba, y, esa comprensión, nos llevará más lejos y nos permitirá realizar un largo camino hacia el corazón mismo de la materia, donde según parece, pueden residir objetos infinitesimales, más pequeños que los Quarks, en esa distancia inalcanzable ahora que hemos llamado, el Límite de Planck.
Aún estamos en el camino, no hemos podido llegar más lejos y, con la ayuda de los aceleradores hemos podido llegar hasta una diez billonésima de segundo después del big bang que es menos que un pestañeo con los párpados en toda la historia humana registrada. A pesar de ello, extrañamente, la investigación de la evolución del Universo recién nacido indica que ocurrieron muchas cosas aún antes, durante la primera ínfima fracción de un segundo. Todos los teóricos han tratado de elaborar una explicación coherente de los primeros momentos de la historia cósmica. Por supuesto, sus ideas fueron esquemáticas e incompletas, muchas de sus conjeturas, sin duda, se juzgaran deformadas o sencillamente erróneas, pero constituyeron una crónica mucho más aclaradora del Universo primitivo que la que teníamos antes.
Recreación del Universo primitivo al que no hemos podido llegar en el momento mismo de su creación, nos ha sido imposible recrear ese momento que llamamos big bang, las matemáticas no funcionan al tratar de formular la ecuación precisa que nos muestre aquel momento.
Los neutrinos dejaron al descubierto la simetría rota del universo
Al principio, cuando el universo era simétrico, sólo existía una sola fuerza que unificaba a todas las que ahora conocemos, la gravedad, las fuerzas electromagnéticas y las nucleares débil y fuerte, todas emergían de aquel plasma opaco de alta energía que lo inundaba todo. Más tarde, cuando el universo comenzó a enfriarse, se hizo transparente y apareció la luz, las fuerzas se separaron en las cuatro conocidas, emergieron los primeros quarks para unirse y formar protones y neutrones, los primeros núcleos aparecieron para atraer a los electrones que formaron aquellos primeros átomos. Doscientos millones de años más tarde, se formaron las primeras estrellas y galaxias. Con el paso del tiempo, las estrellas sintetizaron los elementos pesados de nuestros cuerpos, fabricados en supernovas que estallaron, incluso antes de que se formase el Sol. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que una supernova anónima explotó hace miles de millones de años y sembró la nube de gas que dio lugar a nuestro sistema solar, poniendo allí los materiales complejos y necesarios para que algunos miles de millones de años más tarde, tras la evolución, apareciéramos nosotros.
¡Qué cosas! El asombro se junta con la maravilla y nos lleva a comprender que, la ignorancia, quizá sea nuestro mayor patrimonio, ya que, el saber es escaso y comprender, comprendemos con cierta lentitud, la que impone el ritmo del Universo. Todo tiene su tiempo marcado y nuestra comprensión…también.
Emilio Silvera
el 8 de julio del 2017 a las 13:20
Bueno… Solo las partículas estables se aproximarían a cierta perefección. Pero ni siquiera, pues sus “redondos” cuánticos, no lo son tanto que al cabo de cierto tiempo, no comiencen a desmenbrarse.comiencen a desmenbrarse.
el 8 de julio del 2017 a las 13:25
Bueno… Solo las partículas estables se aproximarían a cierta perfección. Pero ni siquiera, pues sus “redondos” cuantos no lo son tanto, ya que al cabo de cierto tiempo (a veces muy largos periodos), acabarán por desmembrarse.
el 8 de julio del 2017 a las 15:21
Si Fandila, se supone que acabaran entrando en el caos esas partículas; pero cuando?; muchas de las partículas estables necesitan(Sin poderse averiguar exactamente ni aproximadamente por simple falta de conocimiento o tiempo), unos cuantos eones; tantos que para nosotros se diferenciaría poco de la eternidad.
Eso seguramente querrá decir que existen escalas de tiempo muy diferentes para la materia, algunas de las cuales se nos escapan por su inmensidad; no estamos hechos para tanto tiempo; nuestro tiempo es sumamente breve si miramos al espacio, porque quizás no esté hecho para nuestra mente.
Por otra parte, esas partículas por fuerza deberán entregar su energia-masa a otro cuerpo, con lo que en realidad nada desaparece, se transforma; que más perfección quieres?
Porqué un electrón cambia “instantáneamente de orbital si recibe o emite un fotón, que además influye grandemente en la esencia del átomo y por ende de toda la física?; ¡¡Que manera más simple y al mismo tiempo perfecta de la transformación de la materia!!; eso no es lo más parecido a las perfección?.
Seguramente que en esos procesos existen muchos detalles que desconocemos y que pudieran explicar muchas cosas, pero por ahora…
Saludos paisano.
el 8 de julio del 2017 a las 18:59
La cosa es que la perfección, o el mecanismo perfecto, no puede darse, nada es igual en el tiempo ni en el espacio, y por tanto los mecanismos que lo afianzan dependen de los cuantos (tongadas de elementos) y su número. Los mecanismos (fuerzas) nos aparecen como relativamente simples, pero se complican tanto como un gran edificio, cuya altura tiene un límite. Aunque un protón, por ejemplo, tarde eones como tu dices en perder su “mecanismo cuantico”, cada instante supone para él una infinitesimal pérdida, que si apenas lo modifica es por la complejidad tan inmensas de sus componentes (envejece lentamente), y porque los cuantos se presentan a saltos no continuos. Lo vivo puede degenerar o regenerarse hacia otras formas, para cambiar a otros distintos. Lo de la pefección es tan peliagudo como la perfección misma.
Ni siquiera el llamado Big-Bang poseería una simetría perfecta o no habría evolucionado. Por otra parte, las fuerzas fundamentales no eran las mismas en el principio que lo son ahora. No es razonable que un caos total pudiera comportarse en tal sentido de no existir cierta asimetría, pese a cambios de espacio y temperatura, como un universo estructuralizado tal como lo es ahora nuestra dimensión material.
Al cabo, poco importa, si el Universo nos lleva como un reloj, aunque no sea exacto.
Saludos Kike, y contertulios.
el 9 de julio del 2017 a las 5:01
Como todo en nuestro universo, la perfección y las imperfecciones están por todas partes pero, sólo son parcialmente exactas en lo temporal, así, cuando el tiempo va inexorablemente avanzando, las “perfecciones” dejan de serlo y, como todo, se deterioran, y, como dice Kike, unas tienen asignados más tiempos que otras: Una efímera rosa o una estrella, ambas son “perfectas” hasta que, el tiempo que tienen asignados les dice que su hora llegó. Con todo, sin excepción, pasa lo mismo y el Tiempo, es el que marca la vida de esa “perfección” que está destinada a desaparecer.
Claro que, mirando las cosas desde otras perspectivas, la perfección está ahí, la naturaleza nos la enseña continuamente.
Saludos amigos.