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Universo asombroso
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo cambiante ~ Comments (6)
Científicos que estudian cómo podría ser la vida vegetal en un planeta similar a la Tierra con dos o tres ‘soles’ han encontrado que podría verse negra o gris, si el sistema está dominado por una enana roja. También podrían, las plantas y vegetación en general ser del color azulado dependiendo de la luz que a ellas pudiera llegar, es decir, de qué clase de estrella las alimentara.
Astrónomos de la NASA descubrieron el primer planeta que gira alrededor de 2 soles, igual que el “Tatooine” de Luke Skywalker en la película “La guerra de las galaxias”. También los habrá con tres y más soles.
Las maravillas del universo son inagotables, y muy lentamente tenemos acceso a ellas. Hay lugares con tres soles de distintos colores: amarillo (como el nuestro), azul y verde, o blanco y rojo. Hay dos que casi se están tocando, sólo los separa una ligera y brillante materia cósmica que parece pura luz. Hay un mundo que tiene cientos de lunas, y no muy lejos de él brilla un Sol que no es mayor que nuestro planeta Tierra. He podido ver un núcleo atómico de 3.000 m de diámetro que gira 160 veces por segundo. Hay soles que se desplazan por el universo a velocidades enormes y bacterias que escapan de las galaxias y vagan por el cosmos hasta encontrar un planeta donde instalarse. Las nubes de gas y polvo inundan los espacios entre las galaxias, y después de girar durante miles de millones de años, se juntan y forman nuevas galaxias de estrellas y planetas.
Mundos como el que arriba podemos contemplar, existen ahí fuera. Cuando un mundo está calentado por dos o más soles, las condiciones varian de las de la Tierra y, dependiendo de la clase de estrella de que se trate, así será ese mundo y las cosas que él estén presentes. También, quién sabe, pueden existir lugares fuera de nuestro universo (algunos científicos así lo creen), en otros paralelos o en otras dimensiones que no podemos ver, y, que algún día, cuando seamos lo suficientemente listos, podremos visitar. Ya hay quien presiente la existencia de esas dimensiones más altas.
¡Somos Universo! ¡Somos Naturaleza!
Para nosotros, pequeñas criaturas de una grandeza enorme, el universo resulta pavoroso. Pero también fascinante y maravilloso. ¡Qué paradoja! Se cuenta una anécdota de Leonardo Da Vinci que, paseando por el campo, llegó a la entrada de una profunda y oscura caverna, con la mano sobre los ojos, trató de atisbar en el interior. No se vislumbraba nada, la oscuridad era mucha e impedía la visión. Se quedó allí un buen rato, pensando qué hacer. Al fín, su curiosidad por las maravillas que allí dentro podrían estar ocultas, pudo más que el peligro de encontrar la morada de una fiera. De manera sencilla, la anécdota explica nuestra historia, siempre avanzaremos para saber, sin mirar el peligro que puede estar acechando.
¿Cómo puede algo dar miedo y placer o fascinación al mismo tiempo? Pues así es. Nos produce miedo su enormidad y nuestra ignorancia. Nos produce placer lo que vamos descubriendo y fascinación los misterios que encierra y a los que nuestra curiosidad y osadía no resiste la necesidad de desvelar.
No parece que nuestra evolución sea debida a senderos evolutivos predeterminados que conducían infaliblemente, desde formas simples, a lo que somos, al hombre; más bien, la evolución procede de un modo convulsivo, sin un plan determinado, y la mayor parte de formas de vida conducen a callejones sin salida en la evolución. Así se han extinguido tantas, y continuarán extinguiéndose. Esperemos que no estemos en la lista.
En realidad, somos el producto de una larga serie de accidentes biológicos. En la perspectiva cósmica no tememos razones de peso para pensar que seamos los primeros, que seremos los últimos o los mejores. Sin embargo, esa seria de accidentes biológicos, ¿fueron fortuitos? Ya me gustaría poder responder a esta pregunta.
¿La Evolución del Universo? ¡La nuestra también!
A lo que sí puedo responder es al hecho innegable de que, en lo más profundo de nuestro ser habita un ente superior, algo grande capaz de lo más sublime. ¿Puede algo así surgir de la nada? ¿Qué mecanismos intervinieron? ¿se debe todo al azar? ¿es la materia inerte con la química y la energía, la responsable de todo?
Me gustaría estar en ese tiempo futuro en el que la ciencia es tan avanzada que tiene como reliquias antiguas teorías como la relatividad, la mecánica cuántica y la teoría de supercuerdas. ¿Qué maravillas no tendrán entonces?
Si el dinero que se mueve en otros menesteres se hiciera en la Ciencia… ¡Dónde podríamos estar!
La ciencia avanza despacio, no porque no interese a la gente, sino porque los gobiernos no le destinan los presupuestos necesarios para que su avance esté relacionado con el conocimiento que ya poseemos. Tenemos magníficos físicos, astrofísicos, astrónomos, matemáticos y otros científicos de las distintas disciplinas que viven en la inseguridad de que el político o el organismo de turno le conceda la subvención necesaria para realizar sus proyectos. El interés general queda postergado en favor de oscuros intereses de grupos. ¡Es una vergüenza!
A pesar de todos los inconvenientes, los avances científicos y del conocimiento no pueden ser frenados. El querer saber y descubrir está asociado con una especie de energía inagotable que finalmente vencerá. La curiosidad, ese germen que llevamos dentro de nosotros y que nos empuja a saber… ¡Finalmente, vencerá!
Los secretos de la materia que estamos dejando al descubierto
En realidad, la ciencia es el poder. Por tal motivo, todos los políticos tratan de manejar el ámbito científico por si surge algo que puedan utilizar en beneficio propio y, de los militares no hablemos. Siempre mirando con el rabillo del ojo a esos posibles nuevos inventos que podrían emplear en sus locas actividades de destrucción.
La gente sencilla sí se interesa por los temas científicos, lo que ocurre es que en la niñez, en las escuelas, la enseñanza es muy deficiente, y cuando llegan a mayores, son unos incultos científicos que, de manera interesada, han sido dejados en la ignorancia por algunos.
Todos deberíamos tener un mínimo de conocimientos sobre las cuestiones importantes de nuestro mundo y nuestro universo. Saber las cosas básicas como el por qué brillan las estrellas, de qué está hecha la materia, qué son los átomos, cómo se expande el universo y que la Tierra es una nave espacial que nos lleva en un viaje alrededor del Sol y con todo el Sistema solar a través del universo a 30 Km/s.
¿Cómo se puede decir tanto con tan poco?
No puedo olvidar la fascinación que sentí cuando vi por vez primera ante mis ojos esta pequeña ecuación: E = mc2. Su sencillez y la enormidad del mensaje que encierra, me dejaron totalmente sorprendido y al mismo tiempo, maravillado. Pues bien, lo mismo que me ocurrió a mí, seguramente le ocurrirá a muchos otros si les damos la oportunidad de conocer, de saber sobre las cosas que les rodea y con las que conviven, sin que tengan la menor idea de qué son y cómo funcionan. La gravedad, el electromagnetismo, las fuerzas nucleares… creo que todo esto, sin tecnicismos ni profundidades científicas, puede ser explicado para dar un conocimiento básico que, al menos, evite la actual ignorancia, y para conseguirlo, el único camino es la divulgación.
Mi enorme interés y afición por estos temas de la ciencia me llevó a crear una Asociación Cultural de Física y Astronomía, estando empeñado en celebrar reuniones periódicas en las que podamos hablar de todos estos temas. No se encuentra mucho apoyo oficial en este sentido. La divulgación de la ciencia está desdeñada y parece que no interesa que la gente sepa.
He dado algunas charlas de este tipo, y en personas mayores corrientes no versadas, es difícil crear en una hora una situación que les interese. Te miran pero no te oyen. No se puede despertar en ellos interés alguno, e incluso, no es raro oír algún bostezo o ver alguna que otra cabezada de los concurrentes. ¡Una pena! Ellos no son los culpables, no les dieron la oportunidad de saber. Sin embargo, la misma situación con jóvenes, es totalmente diferente y, si se sabe despertar su curiosidad… ¡Te machacan a preguntas!
Sí, es posible que, como leí en alguna parte: “La ignorancia del Pueblo es la materia prima del Poder”
Recuerdo con satisfacción una charla que di a los chavales de segundo de bachiller de ciencia. Éstos sí que, a los diez minutos de empezar mi charla, estaban enganchados en los átomos, en la formación de las estrellas y en las fuerzas fundamentales del universo. La charla estaba prevista de 9 a 10. Tardó algo más, hasta las 12. Durante la misma se fueron agregando profesores y personal diverso y, al finalizar, les pregunté si tenían dudas sobre lo que se había tratado. Aquello duró hasta las 14 horas. Un sin fin de preguntas me bombardeó desde los alumnos y los profesores. Fue divertido, y creo que también instructivo.
La osadía del “ignorante” no tiene límites. Recuerdo que hace años, estando por motivos de trabajo en Madrid, al regresar a mi hotel sito frente al Congreso de los Diputados, vi un movimiento de gente inusual y pregunté. Se trataba de un congreso de astrónomos y astrofísicos. No teniendo mejor cosa que hacer, y como el tema me interesaba, me procuré la manera de acceder al salón preparado a tal efecto, y asistí a unas intervenciones muy interesantes.
“(Tonantzintla 618) es un agujero negro hipermasivo e hiperluminoso localizado en la dirección del polo norte galáctico, a más de 1000 millones de años luz de distancia, en la dirección de la constelación Canes Venatici y Coma Berenices. Es el agujero negro más grande descubierto hasta ahora, quizás con una masa de 66 mil millones de veces la masa del sol”
En el coloquio final, los conferenciantes contestaban las preguntas, y ni corto ni perezoso pregunté: “¿No es posible que el universo, en lugar de terminar en un Big Crunch, pueda hacerlo como un enorme agujero negro que lo abarque todo?” Aquel amable caballero miró algo sorprendido hacia el lugar donde tan campechano me encontraba cómodamente sentado en mi confortable butaca (también giraron sus cabezas hacia mí los que me rodeaban), y me preguntó a su vez, “¿En qué se basa usted para preguntar eso?”. Mi respuesta, al parecer, les hizo gracia, y todo quedó en una anécdota simpática. Yo había contestado:
Un gigantesco agujero negro está viviendo en el centro de nuestra Galaxia
Mi contestación:
“Según he leído en alguna parte, en el corazón de nuestra galaxia habita un enorme agujero negro que se traga todo aquello que se le pueda acercar, engullendo la materia de objetos como estrellas que lo hace más grande y más poderoso.
Si estos monstruos estelares son el resultado final de las estrellas supermasivas, tienen que existir a cientos de miles por el universo. Y si todos se tragan la materia circundante, ¿por qué no llegará un momento en que se traguen los unos a los otros creando un enorme agujero negro con la materia de todo el universo?“
Aunque parezca mentira, mi pregunta fue la causante de una enorme discusión. Unos estaban a favor y otros en contra de mi idea. Por mi parte, llegó un momento que cansado me marché a dormir; tenía que madrugar. Pero aquello fue muy divertido. No deberíamos sorprendernos por nada, nuestro cerebro se encuentra entre los objetos más complicados del universo y es sin duda una de las estructuras más notables que haya producido la evolución.
La percepción, los sentidos y los pensamientos… Para poder entender la conciencia como proceso es preciso que entendamos cómo funciona nuestro cerebro, su arquitectura y desarrollo con sus funciones dinámicas. Lo que no está claro es que la conciencia se encuentre casualmente asociada a ciertos procesos cerebrales pero no a otros.
El cerebro humano es especial; su conectividad, su dinámica, su forma de funcionamiento, su relación con el cuerpo y con el mundo exterior, no se parece a nada que la ciencia conozca. Tiene un carácter único y ofrecer una imagen fidedigna del cerebro no resulta nada fácil; es un reto tan extraordinario que no estamos preparados para cumplir en este momento. Estamos lejos de ofrecer esa imagen completa, y sólo podemos dar resultados parciales de esta enorme maravilla de la naturaleza.
Su engañosa pequeñez esconde… ¡tanta grandeza!
Nuestro cerebro adulto, con poco más de 1 Kg de peso, contiene unos cien mil millones de células nerviosas o neuronas. La parte o capa ondulada más exterior o corteza cerebral, que es la parte del cerebro de evolución más reciente, contiene alrededor de treinta millones de neuronas y un billón de conexiones o sinapsis. Si contáramos una sinapsis cada segundo, tardaríamos 32 millones de años en acabar el recuento. Si consideramos el número posible de circuitos neuronales, tendremos que habérnoslas con cifras hiper-astronómicas. Un 10 seguido de, al menos, un millón de ceros (en comparación, el número de partículas del universo conocido asciende a “tan sólo” un 10 seguido de 79 ceros). ¡A que va a resultar que no somos tan insignificantes!
Como un universo cuajado de estrellas nuestro cerebro es
Con tan enorme cantidad de circuitos neuronales, ¿Cómo no vamos a ser capaces de descifrar todos los secretos de nuestro universo? ¿De qué seremos capaces cuando podamos disponer de un rendimiento cerebral del 80 ó 90 por ciento?
El límite de lo que podremos conseguir tiene un horizonte muy lejano. Desde hablar sin palabras sonoras a la (no es broma) auto-transportación. Si somos pura energía pensante, no habrá límite alguno; el cuerpo que ahora nos lleva de un lugar a otro, ya no será necesario, y como los fotones que no tienen masa, podremos desplazarnos a velocidades lumínicas.
¿Quién sabe lo que “mañana” podremos hacer?
Creo que estoy corriendo demasiado en el tiempo, volvamos a la realidad. A veces mi mente se dispara. Lo mismo visito mundos extraordinarios con mares luminosos de neón líquido poblados por seres transparentes, que viajo a galaxias muy lejanas pobladas de estrellas de fusión fría circundadas por nubes doradas compuestas de antimateria en la que, los positrones medio congelados, se mueven lentamente formando un calidoscopio de figuras alucinantes de mil colores. ¡La mente, qué tesoro!
Cuando seamos capaces de convertir en realidad todo aquello en lo que podamos pensar, entonces, habremos alcanzado la meta. Para eso aún falta un poco, sin embargo, nosotros tenemos mucho tiempo por delante. Dejamos lo que logramos descubrir a los que nos siguen, ellos a los que vendrán después, y así hasta que nuestro destino esté cumplido. ¿Qué cual es nuestro destino? Lo he dicho tantas veces que repetirlo…
El mundo físico se representa gobernado de acuerdo a leyes matemáticas. Desde este punto de vista, todo lo que hay en el universo físico está realmente gobernado en todos sus detalles por principios matemáticos, quizá por ecuaciones tales como las que nos dejaron hombres ilustres que, como Einstein(por ejemplo), nos dejó dicho, por medio de ellas, como era nuestro Universo.
Lo más seguro es que la descripción real del mundo físico esté pendiente de matemáticas futuras, aún por descubrir, fundamentalmente distintas de las que ahora tenemos. Llegarán nuevos Gauss, Riemann, Euler, Ramanujan, etc. que, con sus nuevas ideas, transformarán el pensamiento matemático.
Antes tendremos que haber descifrado las funciones modulares de los cuadernos perdidos de Ramanujan, o por ejemplo, el verdadero significado del número 137, ése número puro adimensional que encierra los misterios del electrón (e) – electromagnetismo -, de la constante de Planck (h) – el cuando te acción – y de la luz (c) – la relatividad -.
Perelman es un matemático extraño, vive en Rusia, alojado en un pequeño apartamento de 60 metros con su madre, y, en el tiempo libre sale al campo con un canasto de mimbre y un pincho para buscar setas. Le dieron la Medalla Fiel que sería entregada por el Rey Juan Carlos en Madrid, en el Año Internacional de las Matemáticas junto con el premio por haber resuelto la Conjetura de Poincaré… ¡No compareció! Su explicación fue: “Cómo voy a recibir premios de manos de gente que no saben por qué me dan esos premios”.
Los resultados son lentos, no se avanza con la rapidez que todos deseamos. Poincaré expuso su conjetura y ahora, más de un siglo después, Perelman la ha resuelto. Riemann expuso su geometría del espacio curvo, y hasta 60 años más tarde no fue descubierta por Einstein para hacer posible su formulación de la relatividad general, donde describe cómo las grandes masas distorsionan el espacio y el tiempo por medio de la fuerza de gravedad que generan.
emilio silvera
el 27 de mayo del 2019 a las 7:30
Imaginamos lo que podría ser y, en un vasrto Universo como el nuestro, cualquier cosa que podamos pensar podría estar presente en una de sus regiones ricas en objetos extraños y también muy familiares. Mundos sólo en nuestra Galaxia los hay a miles de millones y, no pocos de ellos (auque sean algo distintos al nuestro, la Tierra), estarán más preparados por contener la vida y suministrarle todo aquello que puedas necesitar sus moradores que, como pas´ço aquí en la Tierra se habrçán adaptados a las condiciones reinantes.
Si algún día vamos por las estrellas y poblamos otros mundos, seguro que recordaremos la Tierra con nostalgia, y, llegará un tiempo que las nuevas generaciones no la recordaran por no haberla vivido. Esos momentos de los que ahora podemos disfrutar en el Campo inundado de aramos de las plantas, la diversidad de colores de las distintas florestas, el rumor de viento suave en las ojos de los árboles, los trinos de pequeños pajkarillos… El olor a tierra mojada…
No siempre podemos apreciar lo que tenemos, y, no digamos el estar tendido en una ha,maca a la orilla del atlántico, oyendo el rumor de las olas, mientras que tu cuierpo es acariacido por el Sol y la brisa suave que transporta las salinas del inmenso océano.
Habrá mucho mundos pero, ¡Yo me quedo con este!
el 27 de mayo del 2019 a las 8:52
“Anochecer” (Nightfall, 1941) un planeta donde siempre es de día gracias a sus seis soles. Las anomalías gravitatorias permiten a sus astrónomos descubrir una luna invisible. Más aún, cada 2.049 años se produce un eclipse lunar que provoca la oscuridad completa durante más de nueve horas. Sus habitantes observan las estrellas en el cielo nocturno por primera vez y se vuelven locos. Las revueltas destruyen su civilización, que renace gracias a la religión.
El relato se convirtió en novela (con el mismo título) en 1991 gracias a la colaboración de Robert Silverberg. Se rodó un telefilme en 1988 dirigido por Paul Mayersberg (titulado en español “La muerte de los soles“) y una película en 2000 dirigida por Gwyneth Gibby, también titulada “Nightfall.” No son obras destacables del séptimo arte.
¿Puede existir un planeta como Kalgash?
el 27 de mayo del 2019 a las 20:09
Hola amigo Emilo.
Hay un estudio de los investigadores Smaran Deshmukh y Jayant Murthy de la Universidad Cornell de Nueva York donde se propusieron explorar la posibilidad de que un mundo como Kalgash fuere factible.
Concluyeron, después de configurar un sistema de estrellas semejante y realizar algunas simulaciones que un sistema tal sólo sería posible por un corto período de tiempo (algunos siglos).
De manera que el ciclo del eclipse relatado (2049 años) no puede ser real (además del hecho de que no resulta creíble que una civilización se desarrolle en sólo unos cientos de años).
https://arxiv.org/ftp/arxiv/papers/1407/1407.4895.pdf
Abrazo.
el 27 de mayo del 2019 a las 20:23
Omití algo muy importante: en la conclusión dicen que “Pueden existir otras varias configuraciones que deben ser exploradas más a fondo“.
Lo que deja abierta la posibilidad de que podrían existir sistemas no iguales, pero sí parecidos (con otra configuración) con mundos como Kalgash.
Saludos.
el 28 de mayo del 2019 a las 6:50
Todo lo que podamos imaginar podría ser posible en la realidad de un Universo tan vasto y dinámico como el nuestro: Estrellas masivas que se convierten en agujeros negros, saltos cuánticos,. Partículas entrelazadas, la incertidumbre, la función de Onda, el vacío que está lleno a rebosar , ondas gravitatorias, matería que evoluciona hasta la Vida….
Rodeados de maravillas a las que no siempre, prestamos la debida atención.- La vida cotidiana y los problememas domésticos nos distraen de temas que, por su lejanía nos resultan más extraños pero… ¡Ahí erstán!
el 6 de mayo del 2024 a las 9:29
Si algún día (lejos aún en el futuro), podemos visitar otros planetas lejanos de nuestra propia Galaxia y en otras, podremos asombrarnos de las condiciones que tendrán otros mundos que con dos o tres soles serán muy diferentes al nuestro por muchas razones.
En este punto me viene a la memoria:
“Anochecer (título original en inglés: Nightfall) es una novela corta de ciencia ficción de 1941 del escritor estadounidense Isaac Asimov sobre la llegada de la oscuridad a los habitantes de un planeta normalmente iluminado por la luz del sol en todo momento. Fue adaptado en una novela con Robert Silverberg en 1990. El relato se ha incluido en 48 antologías y ha aparecido en seis colecciones de relatos de Asimov.[cita requerida] En 1968, la Asociación de escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos votó a Nightfall como el mejor cuento de ciencia ficción escrito antes del establecimiento de los premios Nebula en 1965, y lo incluyó en el Volumen Uno del Salón de la Fama de la Ciencia Ficción, 1929-1964.
El planeta Lagash (“Kalgash” en la novela) está constantemente iluminado por al menos uno de los seis soles de su sistema estelar múltiple . Lagash tiene áreas de oscuridad (en cuevas, túneles, etc.), pero la “noche” no existe.
Un periodista escéptico visita un observatorio universitario para entrevistar a un grupo de científicos que advierten que la civilización terminará pronto. Los investigadores explican que han descubierto evidencia de numerosas civilizaciones antiguas en Lagash, todas destruidas por el fuego, con cada colapso que se produce con unos 2.000 años de diferencia. Los escritos religiosos de un culto apocalíptico afirman que Lagash pasa periódicamente a través de una enorme cueva donde aparecen misteriosas “estrellas”. Se dice que las estrellas hacen llover fuego desde los cielos y roban a las personas sus almas, reduciéndolas a salvajes como bestias.
Los científicos utilizan este aparente mito, junto con descubrimientos recientes en la investigación gravitacional, para desarrollar una teoría sobre el colapso repetido de la sociedad. Un análisis matemático de la órbita de Lagash alrededor de su sol primario revela irregularidades causadas por una luna no descubierta que no se puede ver a la luz de los seis soles. Los cálculos indican que esta luna pronto ocultará uno de los soles de Lagash cuando esté solo en el cielo, lo que resultará en un eclipse total que ocurre una vez cada 2.000 años. Habiendo evolucionado en un planeta sin ciclo diurno, los lagashianos poseen un miedo intenso e instintivo a la oscuridad ya que nunca han experimentado un período prolongado de oscuridad. Los experimentos psicológicos han revelado que los lagashianos experimentan daño mental permanente o incluso la muerte después de tan solo 15 minutos en la oscuridad, y se prevé que el eclipse dure varias horas.
Los científicos teorizan que las civilizaciones anteriores fueron destruidas por personas que se volvieron locas durante eclipses anteriores y, desesperadas por cualquier fuente de luz, iniciaron grandes incendios que destruyeron ciudades. Los relatos orales del caos de supervivientes enloquecidos y niños pequeños se transmitieron a través de los siglos y se convirtieron en la base de los textos sagrados del culto. La civilización actual está condenada al fracaso por las mismas razones, pero los investigadores esperan que las observaciones detalladas del próximo eclipse ayuden a romper el ciclo del colapso social.
Sin embargo, los científicos no están preparados para las estrellas. Debido a la luz del día perpetua en Lagash, sus habitantes desconocen la existencia de estrellas aparte de las suyas; Los astrónomos creen que todo el universo no tiene más de unos pocos años luz de diámetro e, hipotéticamente, puede contener una pequeña cantidad de otros soles. Pero Lagash se encuentra en el centro de un “cúmulo gigante’, y durante el eclipse, el cielo nocturno, el primero que la gente ha visto, se llena con la deslumbrante luz de más de 30.000 estrellas recién visibles.
Saber que el universo es mucho más vasto —y Lagash mucho más insignificante— de lo que creían hace que todos, incluidos los científicos, se vuelvan locos. Fuera del observatorio, en dirección a la ciudad, el horizonte comienza a brillar con la luz de los fuegos que se propagan cuando ¡la larga noche! regresa a Lagash.”
La Ciencia Ficción es la precursora de la futura realidad, en sus historias volcamos toda nuestra imaginación y escenificamos lo que creemos que podría ser.
Como decía al principio del comentario, si algún día muy lejos en el futuro, podemos viajar a mundos lejanos con grandes naves, nos encontraremos con mundos de fantasía en los que, cualquier cosa que podamos imaginar… ¡Será posible!