Jun
12
¡Es tan grande el Universo! ¿Cómo podríamos estar solos?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Otras clases de vida ~ Comments (2)
La emoción del científico no es exagerada. Las ondas gravitacionales fueron predichas por Albert Einstein en su afamada Teoría General de la Relatividad, publicada en 1916. Justo cien años más tarde se confirma su existencia, abriendo todo un nuevo horizonte para la astronomía moderna, que a partir de ahora podrá “escuchar” señales del Universo que hasta ahora jamás habíamos podido captar (o al menos, eso es lo que nos cuentan).
La sinfonía de los agujeros negros binarios ¿La oirémos algún
Pensar que estamos solos en el Universo “infinito”, es demasiado pretencioso y no creo que seamos “la especie elegida” ni nada parecido. En cientos de miles de mundos como el nuestro y parecidos, estarán presentes las más diversas criaturas que, en algunos casos tendrán entendimiento y en otros, como pasa en la Tierra, simplemente serán seres vivos vegetativos sin ninguna clase de conciencia, o, con una conciencia limitada.
Sabemos que las primeras especies de formas primarias de vida que habitaron la Tierra desde sus albores, hace ahora de ello 3.800 millones de años, muchas fueron evolucionando hacia otras formas más complejas, otras permanecen hoy día de la misma forma original, y, muchísimas de ellas nacieron y murieron por no saber adaptarse. De hecho, de los millones de especies que vivieron sobre la Tierra, sólo el 1% sobrevive actualmente y, son algunos millones de especies no todas conocidas.
Poco esfuerzo mental tendríamos que hacer para vernos en ellos reflejados, y, si no estoy equivocado, esta misma escena (o muy parecida) se estará produciendo, ahora mismo, en muchos cientos de planetas alejados de nosotros por miles de años luz de distancia.
Una característica sorprendente de nuestro retrato reconstruido del antepasado primitivo es su carácter moderno. Si este organismo lo encontráramos hoy, seguramente no delataría su inmensa antigüedad, excepto por sus secuencias de DNA. Tuvo que estar precedido, necesariamente, por formas más rudimentarias, estadios intermedios en la génesis de sistemas estructurales, metabólicos, energéticos y genéticos complejos que son compartidos por todos los seres vivos de hoy en día. Por desgracia, tales formas no han dejado descendientes igualmente primitivos que permitan su caracterización. Estacarencia complica mucho el problema del origen de la vida.
La Tierra nació por aglomeración de materiales y sólo era una gran bola ígnea que, poco a poco se fue enfriando. El contenido de elementos, los gases y todo el proceso que siguió, crearon la atmósfera y lluvias torrenciales pudieron formar los mares y océanos. Unos 750 millones de años más tarde, aparecieron las primeras formas de vida unicelulares.
La Tierra nació hace unos 4.550 millones de años. Se condensó, junto con los otros planetas del sistema solar, en un disco de gas y polvo que giraba alrededor de una joven estrella que iba a convertirse en nuestro Sol. Fenómenos de violencia extrema, incompatible con el mantenimiento de ningún tipo de vida, rodearon este nacimiento.
Durante al menos quinientos millones de años, cometas y asteroides sacudieron la Tierra en formación, con lo que la hicieron incapaz de albergar vida durante todo este tiempo. Algunos impactos pudieron haber sido incluso suficientemente violentos como para producir la pérdida de toda agua terrestre por vaporización, después de lo cual los océanos se habrían vuelto a llenar con agua aportada por cometas. Según esta versión de los acontecimientos, los océanos actuales de remontarían a la última oleada de bombardeo cometario intenso, que los expertos creen que tuvo lugar hace unos cuatro mil millones de años. Existen señales de que había vida en la Tierra poco después de que dichos cataclismos llegaran a su fin.
Cualquier planeta situado en la zona habitable… Puede albergar alguna forma de vida
El tiempo inexorable no deja de transcurrir, el Universo dinámico hace que todo lo que contiene, sobre todo la materia, evolucione desde formas simples a complejas y, en algunos lugares que han logrado tener las condiciones para ello, puede estar presente la vida. Nosotros, seres evolucionados a partir de la matería inerte creada en las estrellas, hemos logrado saber algunas cosas y no dejamos de hacernos preguntas como aquella de: ¿Habrá otros mundos? ¿Estarán, como la Tierra, llenos de vida? Bueno, lo de los mundos sí hemos sido capaces de saberlo y estarán muy cerca del millar los mundos que hemos descubierto. Sin embargo, la vida, sólo la hemos podido encontrar aquí en nuestra casa, en la Tierra.
Curiosity marks two years on Mars
No dejamos de mandar ingenios espaciales a mundos cercanos, como Marte, para tratar de saber. Nos embarga una ilusión, una esperanza, y…, al mismo tiempo, un temor: ¿Estaremos sólos? Y, si no lo estamos, ¿Cómo serán esos otros mundos y que criaturas lo habitan? ¿Si alguna vez llegamos allí, seremos tan destructivos como lo hemos sido aquí en la Tierra? ¿Le querremos quitar lo que ellos tienen? ¡Esperemos que no! Y, sobre todo, en ese primer contacto, ¿Sabremos comportarnos y respetar sus derechos?
Mundos como Pandora solo en la Vía Láctea, son miles de millones
Cuando pude ver la película Avatar, quedé fascinado por el mundo que allí quedaba escenificado y las criaturas que lo poblaban, y, sobre todo, era sobrecogedor el alto grado espiritual que tenían de la Naturaleza con la que se sentían en comunidad, formaban una simbiosis perfecta que nosotros, los humanos, nunca podremos alcanzar con el planeta Tierra. Cuando miramos la Naturaleza nos llaman la atención las cascadas y los bellos paisaje pero… ¡No pensamos más allá! No caemos en la cuenta de que también, nosotros, formamos parte de todo eso. ¡Que botarates podemos llegar a ser!
Conseguir ese primer contacto está lejos de nuestro alcance, las distancias en el Universo no son humanas
Hemos sabido recrear historias de esos mundos presentidos y de sus habitantes. En ellas, han quedado reflejados los instintos humanos, tantos los buenos como los malos y, mientras que unos querían preservar aquella Naturaleza, otros, sin embargo, querían destruirla para apoderarse de sus preciados tesoros. ¡La condición Humana! ¿Estamos acaso destinados al desacuerdo que nos lleve a la destrucción, o, por el contrario, es precisamente esa condición la que nos llevará lejos?
Pandora presenta paisajes de gran belleza y diversidad
La belleza que se describe en el mundo llamado “Pandora” también está aquí pero, ¡no sabemos cuidarla!
Fascinantes criaturas de exóticas bellezas nos podrían estar esperando, en un futuro lejano, en esos mundos soñados que tantas veces hemos podido imaginar. Es difícil saber qué comportamiento tendremos con ellos si eso llega a suceder, sin embargo, el ejemplo que nos deja la película a la que pertenece la imagen de arriba, no es muy alentador ni dice mucho en favor de nuestra especie que, irrumpimos por la fuerza en un planeta extraño y, violando todas las reglas, pasamos por encima de los derechos de otros para conseguir nuestros objetivos. ¿La Civilización que ocupa el planeta? ¿Qué importa? Si hay que destruirla, ¡adelante!
Por mucho que podamos imaginar… ¡La realidad lo superará!
La fuerza bruta que siempre acompañó a la falta de inteligencia, es la única salida para seres de cuya racionalidad podríamos dudar, sin el menor temor a equivocarnos. Destruir nunca será el camino más conveniente. Creo que sería aconsejable guiarse por ese principio de la física, la causalidad. Si respetamos seremos respetados. Sobre todo, no podemos llegar a nuevos lugares pretendiendo imponer nuestras costumbres y nuestras reglas. En esos otros lugares donde posiblemente existan seres que tienen su propia forma de vivir, se impone, sobre todo, que supeditemos nuestro comportamiento a su propias reglas a su propio mundo. Los extraños allí seremos nosotros. Ellos, los seres de la historia, a diferencia de nuestra Civilización Terrestre, sí han sabido convivir con su entorno, han creado una especie de simbiosis que une a todos los seres de aquel fascinante mundo, sean seres racionales o plantas, hasta el punto de poder comunicarse entre ellos en un alto grado de compenetración que va mucho más allá de lo físico.
En esos otros Mundos pueden estar presentes seres maravillosos que han optado por otras maneras de vivir, más cercana y conectados con la Naturaleza a la que respetan y comprenden al ser conscientes de que ellos mismos, forman parte de ella que es algo que, los humanos no han acabado de comprender y, se comportan como si la Tierra fuera un simple instrumento a su servicio, sin ser conscientes que tal comportamiento, los puede llevar a la extinción de la especie.
Las montañas, los árboles, los ríos y el viento, todo bañado por la luz y el calor de esa estrella que nos alumbra, forman un todo que mantiene el equilibrio que hace posible la vida. Si alguno de esos parámetros se viera alterado seriamente… ¡Mal nos iría! Y, sin embargo, algunos se empeñan en no ver lo evidente.
Si algún día conseguimos llegar a otros mundos y en ellos encontramos a criaturas vivas más o menos evolucionadas, lo conveniente sería respetarlos y, dentro de lo posible, aprender de ellos procurando alterar lo menos posible lo que allí nos encontremos y, si tienen algo que nosotros necesitamos, hacer un intercambio justo olvidándonos de la fuerza bruta que conlleva la destrucción irreparable.
La historia que nos cuentan en esa maravillosa película, Avatar, desde el principio nos pone a favor de los habitantes de aquel Mundo agredido y de sus habitantes, hasta tal punto es así que muchos de los terrestres que visitan aquél planeta, no dudan, en dar sus propias vidas por preservar aquel entorno, para nosotros de fantasía y que para aquellos seres tan especiales que han sido capaces de convivir con su mundo y “hablar” con él, demostrando de alguna manera que, son mucho mñás civilizados que nosotros. Cuando ví aquella película… ¡Qué envidia me dieron!
Utilizar lo que la Naturaleza les ofrecía sin dañar, no coger más de lo estrictamente necesario para vivir, respetando las otras formas de vida del planeta y dejando que el ritmo de la Naturaleza sea el que desarrolle las cosas, sin agredir el entorno y dejando que cada cosa ocupe su lugar sin tratar de violentar, de alguna manera, su desarrollo natural.
Si el caso llega, tendremos que aprender a mirar más allá de la superficie, a entender los mensajes que nos envían la mirada de esos nuevos y exóticos seres y, sobre todo, tratar de comprender su mundo, sus maneras para poder respetarlas y hacernos acreedores, nosotros también, a su respeto.
¡Quién pudiera ser uno de los afortunados que, en el futuro, visitarán algunos de esos Mundos!
Nos quedan muchos muros por derribar, muchas puertas que abrir para las que aún no poseemos las llaven, y, sobre todo, para que cuando eso llegue y sea una realidad (esperemos que así sea), lo más importante: ¡Que hayamos podido evolucionar hasta ese deseado estadio de sabiduría que ahora no tenemos! De todas las maneras, no me gustaría que ese primer encuentro se produjera aquí en la Tierra. Es preferible que los visitantes seamos nosotros y, como antes digo, espero que para entonces, la Humanidad sea otra.
Claro que, también podríamos toparnos con civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra y, en ese caso… ¡La desventaja sería nuestra! Siempre hemos oído decir que no debemos hacer a otros lo que no queremos que nos hagan a nosotros y, si respetamos esa máxima… ¡Todo podrá ir mejor! El presente es el que tenemos y no sabemos lo que nos depara el futuro pero, una cosa es bien cierta: ¡No dejamos de avanzar! Cada día que pasa damos un paso hacia ese futuro que presentimos y estamos más cerca de saber… ¡Si realmente, como pensamos, estamos muy bien acompañados en este inmenso Universo nuestro! Y, digo en éste universo nuestro porque, en realidad, pienso que tampoco es, el único Universo.
Pronto podremos ver las otras versiones de Avatar que nos contarán nuevas aventuras de esos fantásticos personajes y su mundo de ensueño.
Emilio Silvera V.
el 30 de enero del 2021 a las 9:44
Hemos llegado a tener tantos conocimientos de tantas cuestiones que, cogiendo un tema al azar, un grupo de personas medianamente preparadas, podrían estar horas discutiendo sobre las posibilidades que dicha cuestión podría generar. Es cierto que, todavía, las preguntas son más que las respuestas. Sin embargo, eso no impide que podamos tener la posibilidad de abarcar un gran espacio en el momento de desarrollar una idea.
En esto de la Vida en otros mundos, las posibilidades son tan grandes que, por mucho que podamos imaginar, seguramente, todavía nos quedaremos cortos en nuestras apreciaciones. Sabemos que estrellas como nuestro Sol son casi las más abundantes del Universo, de la clase enana mediana amarilla G2V, sólo en la Galaxia Vía Láctea s4e calculan unos 30,000 millones.
Hemos descubierto más de 4.000 planetas exteriores, y, no pocos de ellos, se sitúan en la zona habitable de sus estrellas, lo que quiere decir que el agua discurre líquida por los meandros y arroyos, y, donde hay agua… ¡La vida puede estar cerca! Esos planetas deben tener atmósfera y océanos, y, como la Tierra Plantas y contaran con los mismos elementos químicos que la Tierra. El Universo es igual en todas partes y, en todas partes pasan las mismas cosas.
Solo una cosa me hace pensar: Si la Naturaleza hubiera querido que nosotros (los humanos), pudiéramos contactar con otras especies situadas e4n otros mundos… ¿No los hubiera situados más cerca? Dicen que la Naturaleza es sabia y, es posible, que esos otros mundos orbiten estrellas situadas a unos pocos años luz de nuestro Sistema solar precisamente, para que no podamos efectuar ese contacto.
Bueno, que no lo podamos efectuar por ahora, ya que, el contacto con otras especies requiere que estemos (nosotros y ellos) muy evolucionados, que el concepto que tengamos de las cosas sea altruista, exento de egoísmo, y, sobre todo dispuestos a intercambiar conocimientos que beneficien a las dos partes.
Para que 4eso puede ser una realidad tendrán que pasar algunos cientos o miles de años, ya que, soñar con viajar por el Espacio es eso, sólo un sueño. No estamos preparado ni mental ni tecnológicamente para poder desarrollar un Proyecto de4 esa índole que, en una Nave Ciudad se pueda surcar los Espacios Siderales con familias, instalaciones para atender todas las necesidades, Laboratorios, Hospitales, zonas de Ocio y también de cultivo, y, no olvidemos la necesidad de la Gravedad artificial que simule la del planeta Tierra, que la Nave sea impenetrable por la radiación, que el material de la misma sea inteligente para que se auto repare, que el combustible sea sólido y ocupe poco espacio siendo muy duradero (E=mc2 )…
Y, lo más importante, que la Humanidad haya encontrado la manera de burlar la velocidad de la luz en el vacío, es decir, los 299.792.458 metros por segundo. Y, para que eso sea posible, habría que encontrar esa “Puerta” a las estrellas, una especie de Agujero de Gusano que, en poco Tiempo nos facilite el camino para ir muy lejos.
Creo que muchas criaturas (al igual que nosotros aquí), estarán elucubrando con esas ideas. “Ellos” han tenido, como nosotros, la oportunidad de evolucionar después de que pasaran 10.000 millones de años del Big Bang, y los elementos creados en las 4estrellas fueran a parar a los mundos para que, sus átomos y moléculas dieran lugar a las primeras células vivas replicantes que pudieron evolucionar a seres de muchas especies y, alguno, inteligente.
Habrá qu3e seguir esperando y, si no lo estropeamos (como podría ser posible según podemos deducir por los gobernantes ineptos que están al frente de las cuestiones serias…) el sueño podría ser una realidad en el Futuro lejano para nuestros descendientes que tendrán un Presente muy diferente al nuestro.
el 12 de junio del 2024 a las 21:24
Un joven periodista le pregunta al viejo astrónomo:
– ¿Verdad maestro que encontrar extraterrestres sería un milagro?
– Joven, el milagro sería no encontrarlos.
Solo en nuestra Galaxia, estrellas como el sol serán unos 30.000.000.000. Un buen porcentaje de ellas se habrán situado en la zona habitable, donde el agua correrá libre por regajos y correntías, y, donde hay agua… ¡La Vida estará servida!
El pensamiento de que existen múltiples formas de vida en otros mundos, lo podemos colegir a partir de los conocimientos que tenemos de que, el Universo, es igual en todas partes.
No importa lo lejos que las regiones de miles de millones de galaxias puedan estar, todas ellas, sin excepción, estarán regidas por las cuatro leyes fundamentales y las constantes universales.
Así las cosas, lo que pase “aquí”… ¡También pasará “Allí”.
No existen lugares privilegiados en el Universo, la diversidad de los mundos y las normas que lo rigen, nos llevan a pensar que no existen privilegios, y, la Vida, parece que es inevitable, a medida que avanzamos en el conocimiento del Cosmos, los descubrimientos, la confirmación de teorías que antes fueron conjeturas, nos llevan a pensar que, el Universo sabía que la vida tendría que venir, y, para ello, las estrellas han estado 10.000 millones de años “fabricando materiales” (elementos), de los que se constituyen los seres vivos, principalmente el Carbono que, seguramente, será también el elemento en el que se basarán las vidas extraterrestres (sin descartar otras posibilidades).
La única muralla que nos impide confirmar todos estos pensamientos está en las inmensas distancias que nos separan. La estrella más cercana a nuestro Sol, Próxima Centauri, está situada a 4,2 años luz y, con los medios actuales, tardaríamos décadas de miles de años en poder llegar allí.
Así que, por el momento, podemos pensar en la existencia de vida en otros mundos pero… Confirmarlo es otra cosa. Nos pasa lo mismo que con la teoría de cuerdas, no tenemos los medios para poder verificarla, ya que, según se ha calculado, se necesitaría la energía de 10 elevado a la 19 potencia para llegar hasta ellas, y, tal energía solo existía en los primeros momentos, cuando nació el universo.
Mientras tanto, como somos seres llenos de curiosidad, seguiremos especulando con lo que podría ser.