Jul
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Biología de las Estrellas, y, la Vida
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Astronomía y Astrofísica ~ Comments (2)
Han tenido que pasar miles de millones de años para hacer posible la existencia de imágenes como las que arriba podemos ver, Y, las estrellas, han estado fusionando elementos sencillas en otros más complejos para hacer posible la llegada de la Vida,
Nadie se atreve a negar la posible existencia de formas de vida en otros mundos, ya que, sabiendo que el Universo es igual en todas partes (por alejadas que puedan estar sus regiones), y, que en todas ellas está regido por las mismas leyes fundamentales y las mismas constantes universales… ¡Lo que pase “aquí” podrá pasar “allí”, y, salvo cambios singulares debidos al entorno (Gravedad, Atmósfera, Radiación…l), todas las formas de vida se deduce que estarán basadas en el Carbono (sin descartar), la posible existencia de otras que podrían estar basadas en elementos como el Silicito.
¿Es viejo el universo?
“Las cuatro edades del hombre: Lager, Aga, Saga y Gaga”.
Nebulosas donde nacen estrellas de segunda generación y planetas
Cuando pensamos en la edad y el tamaño del universo lo hacemos generalmente utilizando medidas de tiempo y espacio como años, kilómetros o años-luz. Como ya hemos visto, estas medidas son extraordinariamente antropomórficas. ¿Por qué medir la edad del universo con un “reloj” que hace “tic” cada vez que nuestro planeta completa una órbita alrededor de su estrella madre, el Sol? ¿Por qué medir su densidad en términos de átomos por metro cúbico? Las respuestas a estas preguntas son por supuesto la misma: porque es conveniente y siempre lo hemos hecho así.
Ésta es una situación en donde resulta especialmente apropiado utilizar las unidades “naturales”; la masa, longitud y tiempo de Stoney y Planck, las que ellos introdujeron en la ciencia física para ayudarnos a escapar de la camisa de fuerza que suponía la perspectiva centrada en el ser humano.
Si alguien se mira el ombligo = egocéntrico e insolidario con los demás, estar ensimismado, absorto…
Es fácil caer en la tentación de mirarnos el ombligo y no hacerlo al entorno que nos rodea. Muchas más cosas habríamos evitado y habríamos descubierto si por una sola vez hubiésemos dejado el ego a un lado y, en lugar de estar pendientes de nosotros mismos, lo hubiéramos hecho con respecto a la naturaleza que, en definitiva, es la que nos enseña el camino a seguir.
El Universo se expande y Evoluciona a medida que el Tiempo pasa, las cosas, los objetos que lo conforman se transforman en otros diferentes por las interacciones y las energías que están presentes a través de las Fuerzas de la Naturaleza que siguen su camino sin tener en cuenta que nosotros estamos aquí, como observadores, supeditados y abocados a lo que, del Universo, del que formamos parte y del que proceden nuestros átomos evolucionados que han podido llegar a conformar un cerebro, una Mente casi tan compleja como el universo mismo. Sin embargo, nada podremos hacer contra esas fuerzas de la Naturaleza que, de pasar cerca de nosotros, nos podrían destruir con una simple ráfaga de radiación gamma enviada por una explosión supernova.
Sabemos la edad del Universo que vemos
La edad actual del universo visible ≈ 1060 tiempos de Planck
Tamaño actual del Universo visible ≈ 1060 longitudes de Planck
La masa actual del Universo visible ≈ 1060 masas de Planck
The Laniakea supercluster
El universo 1000 millones de años luz (307 Mpc) alrededor de la Tierra, mostrando el supercúmulo local y los vacíos
Vemos así que la bajísima densidad de materia en el universo es un reflejo del hecho de que:
Densidad actual del universo visible ≈10-120 de la densidad de Planck
Y la temperatura del espacio, a 3 grados sobre el cero absoluto es, por tanto
Temperatura actual del Universo visible ≈ 10-30 de la de Planck
Estos números extraordinariamente grandes y estas fracciones extraordinariamente pequeñas nos muestran inmediatamente que el universo está estructurado en una escala sobrehumana de proporciones asombrosas cuando la sopesamos en los balances de su propia construcción.
Con respecto a sus propios patrones, el universo es viejo. El tiempo de vida natural de un mundo gobernado por la gravedad, la relatividad y la mecánica cuántica es el fugaz breve tiempo de Planck. Parece que es mucho más viejo de lo que debería ser.
Pero, pese a la enorme edad del universo en “tics” de Tiempo de Planck, hemos aprendido que casi todo este tiempo es necesario para producir estrellas y los elementos químicos que traen la vida.
Mirando la imagen ¡puedo ver tantas cosas! Al igual que las galaxias, algún día muy lejano aún en el tiempo, nuestro Universo morirá, la imparable Entropía que acompaña el paso de eso que llamamos tiempo, lo deteriora todo y, el universo, a medida que el tiempo transcurre, verá, como sistema cerrado que es, minorada su energía para poder realizar trabajo que su dinámica actual nos muestra. Ni los átomos se moverán, todo quedará estático y el frío será el dueño y señor que reine en un universo muerto por congelación, el cero absoluto se habrá adueñado de la situación, y, todo, sin excepción, se encontrará solo frío y muerto.
¿Por qué nuestro universo no es mucho más viejo de lo que parece ser? Es fácil entender por qué el universo no es mucho más joven. Las estrellas tardan mucho tiempo en formarse y producir elementos más pesados que son las que requiere la complejidad biológica. Pero los universos viejos también tienen sus problemas. Conforme pasa el tiempo en el universo el proceso de formación de estrellas se frena.
Todo el gas y el polvo cósmico que constituyen las materias primas de las estrellas habrían sido procesados por las estrellas y lanzados al espacio intergaláctico donde no pueden enfriarse y fundirse en nuevas estrellas. Pocas estrellas hacen que, a su vez, también sean pocos los sistemas solares y los planetas. Los planetas que se forman son menos activos que los que se formaron antes, la entropía va debilitando la energía del sistema para realizar trabajo. La producción de elementos radiactivos en las estrellas disminuirá, y los que se formen tendrán semividas más largas. Los nuevos planetas serán menos activos geológicamente y carecerán de muchos de los movimientos internos que impulsan el vulcanismo, la deriva continental y la elevación de las montañas en el planeta. Si esto también hace menos probable la presencia de un campo magnético en un planeta, entonces será muy poco probable que la vida evolucione hasta formas complejas.
Galaxias que se alejan de las otras que, con su mirada triste, no lo pueden impedir, ¿hacia donde van? ¿Cuál será su destino?
Las estrellas típicas como el Sol, emiten desde su superficie un viento de partículas cargadas eléctricamente que barre las atmósferas de los planetas en órbitas a su alrededor y, a menos que el viento pueda ser desviado por un campo magnético, los posibles habitantes de ese planeta lo podrían tener complicado soportando tal lluvia de radiactividad. En nuestro sistema solar el campo magnético de la Tierra ha protegido su atmósfera del viento solar, pero Marte, que no está protegido por ningún campo magnético, perdió su atmósfera hace tiempo.
Probablemente no es fácil mantener una larga vida en un planeta del Sistema solar. Poco a poco hemos llegado a apreciar cuán precaria es (de hecho, hace unos pocos días que pasó por nuestras cercanías un objeto de 500 Km de diámetro que, si hubiera tenido una trayectoria un poco más cercana a nosotros…). Dejando a un lado los intentos que siguen realizando los seres vivos por extinguirse a sí mismos, agotar los recursos naturales, propagar infecciones letales y venenos mortales y emponzoñar la atmósfera, también existen serias amenazas exteriores.
Algo así podría ser un gran problema, y, ni nuestras más avanzadas tecnologías están preparadas para evitar el drama que supondría la visita de un gran meteorito que, con varios cientos de kilómetros de diámetro, pudiera contactar con la Tierra.
Los movimientos de cometas y asteroides, a pesar de tener la defensa de Júpiter, son una seria y cierta amenaza para el desarrollo y persistencia de vida inteligente en las primeras etapas. Los impactos no han sido infrecuentes en el pasado lejano de la Tierra, habiendo tenido efectos catastróficos. Somos afortunados al tener la protección de la Luna y de la enorme masa de Júpiter que atrae hacia sí los cuerpos que llegan desde el exterior desviándolos de su probable trayectoria hacia nuestro planeta.
La caída en el planeta de uno de estos enormes pedruscos podría producir extinciones globales y retrasar en millones de años la evolución. Sin embargo, no sería descabellado pensar que, en la posibilidad de que, en función de la masa del objeto caído contra nosotros, incluso podría extinguir toda la vida del planeta durante muy, muy largo tiempo. Sí, lo más probable es que comenzara de nuevo después. Lo que no es seguro es de que, nosotros, volviéramos a ser los “amos” del mundo.
Cuando comento este tema no puedo evitar el recuerdo del meteorito caído en la Tierra que impactó en la península de Yucatán hace 65 millones de años, al final de la Era Mesozoica, cuando según todos los indicios, los dinosaurios se extinguieron. Sin embargo, aquel suceso catastrófico para los grandes lagartos, en realidad supuso que la Tierra fue rescatada de un callejón sin salida evolutivo. Parece que los dinosaurios evolucionaron por una vía que desarrollaba el tamaño físico antes que el tamaño cerebral. Para nosotros, los humanos, el suceso fue la vía que nos permitió venir a este mundo.
Una noticia
“CIUDAD DE MÉXICO, México. Ago. 30, 2010.- No fue un meteorito lo que terminó con la vida de los dinosaurios como lo habíamos creído durante mucho tiempo… sino dos, siendo el último el que diera fin a la vida de esta especie sobre la faz de la tierra.
El segundo meteorito, estudiado por los científicos de la Universidad de Open en Inglaterra que lo descubrieron, cayó en la zona que hoy comprende Ucrania, después de los resultados del análisis de restos fósiles del cráter Chicxulub, descubierto en 1980.
Esto elimina la teoría de que la causa de la extinción de estos gigantescos animales fuera el impacto que tuvo lugar en la Península de Yucatán hace 65 millones de años, tal como hasta ahora se había creído.
Los choques sobre la Tierra de Boltysh y Chicxulub no ocurrieron al mismo tiempo, sino que tuvieron lugar con una diferencia de miles de años, explicó Simón Kelley, co- autor del estudio en el artículo publicado en la revista Geology.
La desaparición de los dinosaurios junto con otras formas de vida sobre la Tierra en aquella época, hizo un hueco para la aparición de los mamíferos. Se desarrolló la diversidad una vez desaparecidos los grandes depredadores. Así que, al menos en este caso concreto, el impacto nos hizo un gran favor, ya que hizo posible que 65 millones de años más tarde pudiéramos llegar nosotros. Los dinosaurios dominaron el planeta durante 150 millones de años; nosotros, en comparación, llevamos tres días y, desde luego, ¡la que hemos formado!
En nuestro sistema solar la vida se desarrolló por primera vez sorprendentemente pronto tras la formación de un entorno terrestre hospitalario. Hay algo inusual en esto.
El secreto reside en el tiempo biológico necesario para desarrollar la vida y el tiempo necesario para desarrollar estrellas de segunda generación y siguientes que en novas y supernovas cristalicen los materiales complejos necesarios para la vida, tales como el hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, carbono, etc.
Darwin nos decía que, en cualquier charca caliente bañada por los rayos del Sol, podría surgir la
vida vigorosa y dispuesta a quedarse, otra cosa era si al final, podía conseguirlo. ¿Podremos nosotros?
Parece que la similitud en los “tiempos” no es una simple coincidencia. El argumento, en su forma más simple, lo introdujo Brandon Carter y lo desarrolló John D. Barrow por un lado y por Frank Tipler por otro. Al menos, en el primer sistema solar habitado observado, ¡el nuestro!, parece que sí hay alguna relación entre t(bio) y t(estrella) que son aproximadamente iguales; el t(bio) – tiempo biológico para la aparición de la vida – algo más extenso.
La evolución de una atmósfera planetaria que sustente la vida requiere una fase inicial durante la cual el oxígeno es liberado por la foto-disociación de vapor de agua. En la Tierra esto necesitó 2.400 millones de años y llevó el oxígeno atmosférico a aproximadamente una milésima de su valor actual. Cabría esperar que la longitud de esta fase fuera inversamente proporcional a la intensidad de la radiación en el intervalo de longitudes de onda del orden de 1000-2000 ángstroms, donde están los niveles moleculares clave para la absorción de agua.
Aquí, en nuestra casa, tuvimos la suerte de que se reunirán todas aquellas circunstancias necesarias para que la vida, tal como la conocemos, pudiera estar presente. Ahora nosotros, como observadores del Universo, podemos contar muchas cosas y, tratar de saber, muchas más,
Este simple modelo indica la ruta que vincula las escalas del tiempo bioquímico de evolución de la vida y la del tiempo astrofísico que determina el tiempo requerido para crear un ambiente sustentado por una estrella estable que consume hidrógeno en la secuencia principal y envía luz y calor a los planetas del Sistema Solar que ella misma forma como objeto principal.
En realidad, todo esto de lo que arriba hablamos, es fácil de comprender y, gracias a ello, es posible nuestra presencia aquí. Las estrellas hicieron posible ese hecho que, de momento, sólo hemos podido observar en la Tierra. Sin embargo, como el Sistema Solar tenemos otras posibilidades “cercanas” de poder despejar la incógnita de la vida en otros lugares lejos de la Tierra, la esperanza de encontrarla es grande, y, por otra parte, solamente en nuestra galaxia se ha estimado la existencia de unos quinientos mil planetas como la Tierra, y, si eso es así…¡La vida estará servida! también el el espacio exterior y lejos dem nuestras fronteras del Sistema Solar.
¿Qué cuando podremos ir a visitarlos? La respuesta a esa pregunta requiere mucho, mucho, muchísimo tiempo y, no sería de extrañar que, los visitados fuésemos nosotros.
Emilio Silvera V.
-
rate us, el
27 de septiembre del 2018 a las
12:27
rate us…
Biología de las Estrellas, y, la Vida : Blog de Emilio Silvera V….
el 15 de julio del 2011 a las 14:05
Amigo Emilio, gran saludo y bueno, leyendo vuestro tremendo artículo, sobre la parte en la que invocas la temática de las extinciones, ha de venirme a la cabeza, un artículo que escribí hace un tiempo al respecto y que quiero compartirlo con tigo y todos los que aqui asisten a diario.
Climatología Cósmica o el llamado Calentamiento Global.
Amigos, anteriormente hemos hablado de los terremotos lunisolares, los asteromotos, hoy analizaremos algunos antecedentes al resspecto de la ” insidencia del Cosmos en el calentamiento de nuestro planeta.
Ha de ser un tema muy candente y que los científicos casi en su totalidad habían estado achacando a nuestra propia acción, la del hombre.
Sin embargo, cada día se realizan mas y mas estudios científicos basados en datos de las sondas Voyager, que son bastante concluyentes y que nos indican, que es el Sistema Solar en su conjunto, el que se esta calentando. La posible razón, puede ser, la consecuencia de estar entrando en una zona de la galaxia, altamente energética. Enviadas originalmente para estudiar Júpiter y Saturno, las “Voyager” hoy, han llegado hasta los límites del Sistema Solar, y su objetivo ahora, es estudiar cómo interactúa el Sol con el resto de la galaxia. Para ello analizan los límites externos que rodea y compenetra al Sistema Solar. En ese límite, conocido como heliopausa, se produce un choque entre el viento solar (compuesto por una corriente continua de partículas que emite el Sol), y el viento interestelar que procede de la galaxia. Nuestro Sol, junto con toda su familia de planetas, gira alrededor de la Galaxia a la que da una vuelta completa cada 230 millones de años.
Por otra parte, al estudiar la historia del clima terrestre se hace evidente que ha sido siempre cambiante y de manera cíclica (aunque en algunas ocasiones, repentina) nuestro planeta ha debido soportar modificaciones dramáticas en los patrones climáticos globales, con consecuencias muchas veces devastadoras que han provocado la alteración de hábitats ecológicos completos, e incluso la extinción masiva de especies. Por otra parte, la ciencia moderna entiende que el clima es un fenómeno extremadamente complejo cuya variabilidad depende de múltiples factores, algunos internos al planeta como el vulcanismo (que arroja grandes volúmenes de gases y cenizas a la atmósfera) o la distribución cambiante (en tiempos geológicos) de las masas oceánicas y continentales. Y por supuesto que esa variación climática también puede ser atribuible, en parte, a la desenfrenada intervención humana en la naturaleza.
No obstante, si consideramos que el clima no es otra cosa que la manifestación de ciclos y fuerzas que actúan permanentemente en la atmósfera y superficie terrestre (precipitaciones, nubosidad, vientos, humedad, temperatura, presión, densidad del aire, etc.), resulta evidente que la principal fuente de la energía que alimenta a esta dinámica planetaria, la constituye el Sol.
Por lo tanto, al intentar identificar al gran responsable de la variabilidad climática debemos, en primer lugar, mirar hacia nuestra estrella.
Ya a fines del siglo XVII, el astrónomo Edmund Halley publicó algunos trabajos que señalaban la forma como se distribuye el calor solar sobre el globo terráqueo. Posteriormente otros investigadores profundizaron en estos estudios, construyendo modelos (físico-matemáticos) más refinados que explicaban cómo el calor que recibimos del Sol varía según la Latitud del lugar y la inclinación con la cual la luz incide sobre la superficie terrestre.
Por otra parte, el avance de la astronomía permitió un mejor conocimiento de la naturaleza del Sol. En primer lugar, se comprendió que éste, como todas las estrellas, es capaz de producir y radiar (mediante procesos de fusión nuclear) ingentes cantidades de energía. Y aunque en estos momentos el Sol se encuentra en la medianía de su vida (una etapa en la evolución estelar caracterizada por una notoria estabilidad), de todas maneras presenta variaciones periódicas en su comportamiento. Unas de estas fluctuaciones cíclicas son las manchas solares, un fenómeno que se repite en ciclos de once años (además hay ciclos compuestos que determinan máximos y mínimos secundarios), y que provoca variaciones en la temperatura media del planeta.
Perturbaciones orbitales
Pero ahora sabemos que la cantidad de energía que recibimos del Sol, no depende exclusivamente de aquellos procesos nucleares que se producen en su interior.
Un personaje clave en la comprensión de la influencia que esas alteraciones orbitales tienen en el clima fue el astrofísico serbio Milutin Milankovitch, quien abandonó una promisoria carrera de ingeniero civil para dedicarse exclusivamente a su gran pasión que era la matemática aplicada. Buscando un tema en el cual trabajar se encontró con la climatología. Estudió con especial atención los factores que determinan los niveles de la insolación que reciben los diferentes puntos de la superficie terrestre y también intentó explicar el fenómeno de las glaciaciones.
Las glaciaciones son períodos en los cuales se produce el avance de las capas de hielo desde los polos hacia latitudes más bajas, quedando cubiertas amplias zonas continentales. Estas épocas de frío extremo son cíclicas, y en estos momentos nos encontramos en un período interglaciar, esperándose que en unos cuantos miles de años más, el planeta vuelva a ser invadido por los hielos. Esta periodicidad de las glaciaciones llamó la atención de los investigadores del paleoclima (clima del pasado), y es aquí donde Milankovitch sorprendió con una elaborada teoría planetaria que explica elegantemente el porqué los avances del hielo se suceden en los lapsos de tiempo observados en la historia geológica de nuestro planeta.
la forma como la Tierra gira sobre sí misma, y como se desplaza alrededor del Sol no es constante, sino que se ve afectada por pequeñas perturbaciones que, acumuladas en períodos de miles de años, modifican significativamente la cantidad de energía que se recibe desde el Sol.
Los otros movimientos de la Tierra.
Todos aprendimos en el colegio que la Tierra posee dos movimientos: la Rotación y la Traslación, y es evidente que producto de esos desplazamientos, cambia la cantidad de radiación solar recibida. Sin embargo, nuestro planeta posee otros movimientos que no resultan ser tan evidentes, ya que su período de variación es de miles de años. Aunque estas perturbaciones orbitales fueron descubiertas hace mucho tiempo, y también más de alguien propuso que podían tener influencia en el clima, fue Milankovitch quien elaboró una teoría matemática completa que demostraba claramente cómo estos movimientos afectan a la climatología terrestre, y que en particular permitió explicar el intrigante carácter repetitivo de las glaciaciones.
Estos tres movimientos son:
Precesión de los equinoccios: Es el cambio de dirección del eje de rotación de la Tierra, que ocurre en ciclos de 22.000 años.
Cambio en la excentricidad de la órbita (grado de achatamiento de la órbita alrededor del Sol), que pasa de ser casi circular a marcadamente elíptica en ciclos de 100.000 a 400.000 años.
Cambio en la Oblicuidad del eje: Es la variación en la inclinación del eje de la Tierra en su órbita alrededor del Sol
La teoría planetaria que elaboró el matemático serbio Milankovitch conocida como de los ciclos, plantea que las grandes variaciones climáticas que afectan a la Tierra, se deben al efecto combinado de estos tres movimientos. Y para comprobarlo sometió su hipótesis a una exhaustiva prueba que retrocedía cientos de miles de años en el pasado. Después de muchos años de afinamiento de su modelo matemático pudo comprobar que, efectivamente, los ciclos propuestos por la teoría se correlacionaban razonablemente con los registros paleoclimáticos recogidos en muchas partes del mundo.
Hoy, es ampliamente aceptada por la comunidad científica y utilizada en todos los estudios sobre las glaciaciones.
Finalmente, es bueno recordar una vez más que, desde la formación de la Tierra hace 4.500 millones de años, el clima ha sufrido permanentes cambios, algunos suaves otros violentos, pero en cualquier caso sus condicionantes siempre fueron naturales. La gran incógnita a la que nos enfrentamos actualmente, es saber cuáles serán las consecuencias de la descontrolada intervención humana en el planeta, y su impredecible efecto en el clima y en el destino, no sólo de la civilización, sino también de nuestro hogar cósmico.
En estos momentos nos encontramos en un período interglaciar, esperándose que en unos cuantos miles de años más, el planeta vuelva a ser invadido por los hielos.
Habrá que seguir investigando.
…Y ha prueba de lo anterior un pequeño ejemplo.
Ecosistemas marinos: el sufrimiento silencioso.-
Ciencias Planetarias.
Quizas podriamos decir que Los océanos, se encuentran al borde de la catástrofe ecológica o que los ecosistemas marinos sufren en silencio un estado de salud alarmante,la verdad es que cual sea el rótulo, lo cierto es que esta es la conclusión a que ha llegado un grupo de 27 científicos, unidos por el sistema internacional por el estado de los océanos; biólogos, toxicólogos y otros expertos, los que aseguran que si no se hace nada, los océanos se expondrán en el mediano plazo a una extinción masiva comparable a la de los dinosaurios.
Los motivos, contaminación química y plástica, calentamiento global, acidificación, las causas son múltiples y combinadas con la sobre pesca, mantiene a miles de especies marinas al borde del colapso ecológico.
De acuerdo a un informe publicado por naciones unidas, tres de cada cuatro especies, esta sobre explotado y que el uso de las mortales redes de arrastre en mar abierto sigue siendo generalizado por pescadores de todo el mundo. En Brasil, el pasado enero aparecieron 100 toneladas de sardinas muertas, en otros lugares son otras especies como los manglares los que están desapareciendo a un ritmo sin precedentes y mucho más rápido que los peores pronósticos. Ecosistemas marinos enteros, como los arrecifes de coral, podrían desaparecer en una generación. La culpa también de esta degeneración es la sinergia de tres factores también presentes en las pasadas extinciones masivas:
-La disminución o la desaparición del oxígeno del agua del mar, que multiplica las zonas muertas, la acidificación y el calentamiento del océano.
Todos comprendemos cuando un bosque tropical está destruido, pues podemos ir a donde estaba el bosque y ver lo que ha quedado, medir y observar el daño, pero con los océanos es diferente, algunos aún tienen la idea de que los océanos son casi infinitos y que por mucho que padezcan, pues luego serán capaces de regenerarse solos, pero lo cierto es que los océanos en este momento enfrentar problemas mucho mayores que los ecosistemas terrestres.
Hoy se cree que el deterioro de los océanos se está produciendo más rápido que lo previsto. Hoy ya sabemos lo que está ocurriendo y aún tenemos la oportunidad de aplicar medidas sustentables, algunas de estas podrían ser;
– Actuar de inmediato para preservar los caladeros reduciendo la pesca irresponsable, cerrando los caladeros que estén amenazados y estableciendo reservas de biodiversidad marina.
– Un control riguroso de la contaminación debida al vertido de productos tóxicos al mar, como las aguas residuales, los fertilizantes, purines, etc.
– Garantías para una explotación segura de los recursos minerales y energéticos del mar. Este punto incluye también la instalación de gasoductos y de cables submarinos utilizados por las eólicas.
El éxito de esta urgencia, depende de todos nosotros.