Sep
16
¡La Naturaleza! ¿Será igual en todas partes?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La Naturaleza...El Universo ~ Comments (0)
¿Estamos ahora en condiciones de comprender por qué, si existieran animales en otros planetas capaces de moverse a través de sus mares, de su atmósfera o de sus tierras, sería muy probable que, también ellos, tengan simetría bilateral? En otro planeta, igual que en la Tierra, actuarían los mismos factores que darían lugar a la mencionada simetría. La Gravedad produciría diferencias esenciales entre arriba y abajo, y la locomoción originaría marcadas diferencias entre frente y dorso. La ausencia de asimetrías fundamentales en el entorno permitiría que la simetría izquierda derecha de los cuerpos permaneciera inalterada.
La bailarina se desplaza con gracia y agilidad gracias a la asimetría izquierda derecha que posee
En planetas con las condiciones de la Tierra la vida sería similar a la que aquí existe
La Tierra dividida en dos grandes sistemas
Algunos científicos organizados de las partes de la Tierra pueden dividirse en dos sistemas principales. Estos dos sistemas incluyen toda la materia orgánica e inorgánica del mundo.
Cada cosa viviente y no viviente en la Tierra cae bajo una de estas dos esferas principales que son la geosfera y la biosfera de la Tierra.
Al igual que en la organización de los cuatro sistemas, la biosfera representa a todos los organismos vivos de la Tierra.
La geosfera es el nombre colectivo de la atmósfera terrestre, litosfera, hidrosfera y criosfera. La atmósfera es el espacio sobre la superficie de la Tierra. Esto incluye el aire que todos respiramos. La litosfera es la parte sólida de la Tierra, como las rocas y las montañas. La hidrosfera es el agua líquida como los ríos, lagos y océanos. La criosfera es el agua congelada de la Tierra y se divide además en cuatro tipos: glaciares, cubierta de nieve, hielo flotante y permafrost.
De acuerdo con estudios científicos, el tamaño gigantesco que los insectos alcanzaron hace unos 300 millones de años durante el final del Carbonífero y principios del Pérmico se debió al mayor contenido de oxígeno y no a la gravedad de la Tierra que no ha variado.
En cuanto a la posible influencia de la gravedad, parece que hay una relación pero no se ha podido comprobar en la práctica la correlación dimensión / gravedad o sea, la dimensión que podrían alcanzar creciendo y reproduciéndose bajo una gravedad diferente a la de la Tierra. Sí se ha comprobado que bajo “cero gravedad” se mueven más rápido.
¿Podemos ir más allá? ¿Podemos esperar semejanzas más concretas entre la vida extraterrestre y la vida tal como la conocemos? Creo que sí, que de la misma manera que existen planetas como la Tierra que tendrán paisajes parecidos a los que podemos contemplar en nuestro mundo, de igual forma, dichos planetas podrán albergar formas de vida que, habiendo surgido en condiciones similares a las nuestras de Gravedad, Magnetismo, Radiación… Habrán seguido el mismo camino que tomamos nosotros y los otros seres que en la fauna terrestre nos acompañan.
También las extrañas criaturas abisales pueden disfrutar de simetrías izquierda derecha para poder desenvolverse en su medio
En los extraños mares de otros planetas, sin tener en cuenta la composición química, es difícil imaginar que la evolución de lugar a una forma más sencilla de locomoción que la que se produce ondulando colas y aletas. Que la propia evolución encontraría este tipo de propulsión viene avalado por el hecho de que, incluso en la Tierra, esta evolución se ha produción de manera totalmente espontánea e independiente. Los peces desarrollaron la propulsión cola-aleta; después, ellos mismos evolucionaron hasta convertirse en tipos anfibios que se arrastraban por tierra firme hasta llegar a ser reptiles.
Ornitorrinco: ¿Mamífero, Ave o Reptil? Lo cierto es que, sin movernos de aquí, podemos ver los mismos extraños animales que nos podríamos encontrar en cualquier lugar situado en lejanos sistemas planetarios alumbrados por otras estrellas distintas a nuestro Sol. Allí como aquí en la Tierra, las mismas leyes, las mismas fuerzas, los mismos principios y los mismos ritmos que el Universo impone por el inmenso Cosmos, estarían presentes.
Algunos reptiles fueron evolucionando y dieron lugar a a los mamíferos. Pero cuando algunos de estos últimos regresaron al mar (los que luego han sido ballenas y focas, por ejemplo), sus piernas volvieron a evolucionar hacia las formas de las aletas destinadas a la propulsión por el medio acuático y a la navegación.
De la misma manera, cuesta imaginarse una manera más sencilla de volar por el aire que no sea utilizando las alas. De nuevo, también en la Tierra ha habido una evolución independiente y paralela de las alas. Los reptiles las desarrollaron a causa de la evolución, y llegaron a volar.
Los Pterodáctilos desaparecieron hace unos 100 millones de años pero eran simétricos
Lo mismo hicieron los insectos. Algunos mamíferos, como la ardilla voladora, desarrollaron alas para planear. El murciélago, otro mamífero, desarrolló unas alas excelentes. Algunas especies de peces, que saltan por encima del agua para evitar ser capturadas, se han provisto de alas de planeo.
¡La Naturaleza! ¿Qué no será posible para ella?
En tierra firme, ¿existe algún modelo más sencillo por el cual un animal puede desplazarse que no sea mediante apéndices articulados? Las patas de un perro, desde el punto de vista mecánico, no se diferencian demasiado de las de una mosca, pese a haber sufrido evoluciones completamente independientes una de otra. Evidentemente, la rueda es también, una máquina muy sencilla, útil para desplazarse por tierra, pero hay buenas razones técnicas que dificultan su evolución.
Recuerdo haber visto con los chicos cuando eran pequeños, aquella película en la que L. Frank Baum, en Ozma de Oz, inventó una raza de hombres, llamada “los rodadores” , con cuatro piernas como un perro pero que, cada una de ellas terminaba con una ruedecilla que les hacía correr velozmente para causar el pánico en la pequeña protagonista de la fantástica historia. Y, de la misma manera, si nos paramos a observar la Naturaleza y las criaturas que en ella han llegado a surgir, el asombro de tan fantástico logro, nos llega a dejar sin habla.
Pese a que ningún animal utiliza ruedas para auto-propulsarse a través del suelo o del aire, sí existen bacterias que se mueven por los líquidos haciendo rodar sus flagelos a modo de propulsores.
Existen mecanismos de rotación en el interior de las células para esparcir filamentos retorcidos de ADN. Algunos animales unicelulares se desplazan a través del agua haciendo que ruede todo su cuerpo. Si estudiamos el mundo microscópico de esos infinitesimales seres, nos quedaríamos maravillados de la inmensa diversidad de mecanismos que utilizan para poder realizar sus actividades cotidianas.
Órganos sensoriales como los ojos y nariz también deben ser como son si la vida evoluciona hacia algún tipo de actividad inteligente avanzada. Las ondas electromagnéticas son ideales para dar al cerebro un cuidadoso “mapa” del mundo exterior. Las ondas de presión, transmitidas por moléculas, proporcionan pistas adicionales de gran valor sobre el entorno, y son captadas por los oídos. Las moléculas emanadas por una sustancia se detectan por la nariz.
Por ahí fuera, cualquier cosa que podamos imaginar… ¡Podría ser posible!
No es imposible que puedan existan culturas avanzadas extraterrestres inteligentes en las que el olfato y el gusto no sean solamente los sentidos dominantes, sino que también sean los que proporcionan los principales medios de comunicación entre individuos. Hasta hace muy pocos años, los biólogos no han descubierto que, en especies animales terrestres, se transmite una gran cantidad de información mediante una transferencia directa de sustancias que ahora se denominan feromonas.
Puesto que tanto la luz como el sonido y las moléculas existen efectivamente en otros planetas, parece que la evolución debería crear también sentidos que explotaran éstos fenómenos como excelente medio de control de las circunstancias de la vida. Aquí en la Tierra, por ejemplo, el ojo no ha tenido menos de tres desarrollos independientes entre sí: Los ojos de los vertebrados, los ojos de los Insectos y los de las diversas clases de moluscos.
¡La Naturaleza! Esa maravilla
El pulpo, por ejemplo, tiene un ojo particularmente bueno (de hecho, en algunos aspectos es mejor que el nuestro); posse párpados, córnea, iris, pupíla, retina igual que el ojo humano, ¡aunque ha evolucionado de forma completamente independiente del ojo de los vertebrados! Es difícil encontrar un ejemplo más sorprendente de cómo la evolución, actuándo según dos líneas de desarrollo desconectadas, puede llegar a crear dos instrumentos nada sencillos que, en esencia, poseen la misma función e idéntica estructura.
Aunque nos parezcan muy diferentes (que lo son), lo cierto que es que ambos estarían hechos de los mismos materiales. ¡Qué extraño resulta asimilar eso! Cuando tan diferentes son los dos seres que arriba podemos contemplar. Sin embargo, en el universo que nos acoge, todos los objetos inanimados o vivientes, todos sin excepción, están hechos de Quarks y Leptones, es decir, de materia bariónica, la que emite luz y radiación, la que podemos ver. Las estrellas y los mundos también están configurados de esas dos minúsculas partículas que forman los átomos de lo que todo esté hecho. ¡Ah! Nosotros, los seres vivos de la Tierra, estamos basados en el Carbono y, estoy casi seguro de que otros seres, situados en mundos lejanos… También.
Los ojos, igual que otros órganos sensoriales, tienen buenas razones para constituir un tipo de cara habitual. En primer lugar, constituye una gran ventaja que ojos, nariz y oídos estén situados cerca de la boca, pués así son de utilidad para buscar alimentos. Asimismo, resulta ventajoso que estén colocados en las proximidades del cerebro: la sensibilidad está allí, y debe reaccionar para conseguir alimentos, eludir peligros y atisbar el mundo que nos rodea transmitiendo, por medio de los sentidos al cerebro, lo que pasa a nuestro alrededor.
El propio cerebro, al evaluar e interpretar los impulsos sensoriales, lo hace mediante redes eléctricas: una especie de microcomputador de inmensa complejidad. Los filamentos nerviosos que conducen los impulsos eléctricos pueden ser esenciales para el cerebro de los seres vivos avanzados (de ello hemos hablado aquí con frecuencia).
Si la vida en otros planetas llega a alcanzar el nivel de inteligencia de nuestra especie en la Tierra, parece probable que tendría al menos, algunos rasgos humanoides. La ubicación de los dedos en los extremos de los brazos reporta, evidentemente, indudables ventajas. De la misma manera y para su seguridad, el valioso cerebro debe estar fuertemente encastado y, además, tan alejado del suelo como sea posible, su seguridad es esencial.
Sí, siempre hemos tratado de comunicarnos con seres de otros mundos
Imaginar podemos todo lo que a nuestras mentes pueda acudir, incluso seres con ojos en las puntas de los dedor pero, la Naturaleza es racional, no pocas veces decimos que es sabia y, si pensamos en todo lo que antes hemos heído y visto, no tenemos más remedio que aceptarlo:
riaturas raras también las tenemos por aquí
¡La Naturaleza es realmente Sabia! y, lo mismo que aquí en la Tierra, habrá sabido conformar criaturas en esos mundos lejanos en los que, la diversidad, será tan abundante como lo es en nuestro propio planeta y, lo mismo que en él, en esos otros mundos estará presente la evolución y la adaptación medio que, en definitiva, son las reglas que rigen cuando la vida está presente.
Emilio silvera V.
Sep
16
¡Conocer la Naturaleza! No será nada fácil
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Física Cuántica ~ Comments (1)
Insectos que pueden andar por el agua (tensión superficial)
Sus dimensiones y masa le permiten ¡lo imposible! para nosotros. La tensión superficial es una consecuencia de que todas las moléculas y los átomos se atraen unos a otros con una que nosotros llamamos fuerza de Van der Vaalls. esta fuerza tiene un alcance muy corto. para ser más precisos, diremos que la intensidad de esta fuerza a una distancia r es proporcional a 1/r7. Esto significa que si se reduce la distancia entre dos átomos a la mitad, la fuerza de Van der Vaalls con la que se atraen uno a otro se hace 2 x 2 x 2 x 2 x 2 x 2 x 2 = 128 veces más intensa. Cuando los átomos y las moléculas se acercan mucho unos a otros quedan unidos muy fuertemente a través de esta fuerza.
La mecánica cuántica domina en el micro-mundo de los átomos y de las partículas “elementales”. Nos enseña que en la naturaleza cualquier masa, por sólida o puntual que pueda parecer, tiene un aspecto ondulatorio. Esta onda no es como una onda de agua. Se parece más a una ola de histeria que se expande: es una onda de . Nos indica la probabilidad de detectar una partícula. La longitud de onda de una partícula, la longitud cuántica, se hace menor cuanto mayor es la masa de esa partícula.
Por ello , la relatividad general era siempre necesaria cuando se trataba con situaciones donde algo viaja a la velocidad de la luz, o está muy cerca o donde la gravedad es muy intensa. Se utiliza para describir la expansión del universo o el comportamiento en situaciones extremas, como la de agujeros negros.
Sin embargo, la gravedad es muy débil comparada con las fuerzas que unen átomos y moléculas y demasiado débil para tener cualquier efecto sobre la estructura del átomo o de partículas subatómicas, se trata con masas tan insignificantes que la incidencia gravitatoria es despreciable. Todo lo contrario que ocurre en presencia de masas considerables como planetas, estrellas y galaxias, donde la presencia de la gravitación curva el y distorsiona el tiempo.
Las Funciones de Onda del electrón en un átomo de hidrógeno en diferentes niveles de energía. La mecánica cuántica no puede predecir la ubicación exacta de una partícula en el espacio, solo la probabilidad de encontrarla en diferentes lugares. Las áreas más brillantes representan una mayor probabilidad de encontrar el electrón.
Einstein tenía razón: la teoría de la relatividad general fue comprobada a escala galáctica “con exquisita precisión”
Como resultado de estas propiedades antagónicas, la teoría cuántica y la teoría relativista gobiernan reinos diferentes, muy dispares, en el universo de lo muy pequeño o en el universo de lo muy grande. Nadie ha encontrado la manera de unir, sin fisuras, estas dos teorías en una sola y nueva de Gravedad-Cuántica.
Las unidades de Planck son las únicas combinaciones de dichas constantes que pueden formarse en dimensiones de masa, longitud, tiempo y temperatura.
A distancias comparables con la longitud de Planck, se cree que están sucediendo cosas muy curiosas que rebasan ampliamente los límites de nuestra imaginación.
Mp = | (hc/G)½ = | 5’56 × 10-5 gramos |
Lp = | (Gh/c3) ½ = | 4’13 × 10-33 centímetros |
Tp = | (Gh/c5) ½ = | 1’38 × 10-43 segundos |
Temp.p = | K-1 (hc5/G) ½ = | 3’5 × 1032 ºKelvin |
Estas formulaciones con la masa, la longitud, el tiempo y la temperatura de Planck incorporan la G (constante de gravitación), la h (la constante de Planck) y la c, la velocidad de la luz. La de la temperatura incorpora además, la K de los grados Kelvin.
¿Cuáles son los límites de la teoría cuántica y de la teoría de la relatividad de Einstein? Afortunadamente, hay una respuesta y las unidades de Planck nos dicen cuales son. En realidad, es la propia Naturaleza la que marca esos límites que Stoney-Planck, supieron plasmar en ecuaciones que los marcan.
mp = 2.17644·10-8 Kilogramos
Supongamos que tomamos toda la masa del universo visible y determinamos su longitud de cuántica. Podemos preguntarnos en qué momento esta longitud de onda cuántica del universo visible superará su tamaño. La respuesta es: cuando el universo sea más pequeño en tamaño que la longitud de Planck, es decir, 10-33 de centímetros, más joven que el tiempo de Planck, 10-43 segundos y supere la temperatura de Planck de 1032 grados. Las unidades de Planck marcan la frontera de de nuestras teorías actuales. Para comprender en que se parece el mundo a una escala menor que la longitud de Planck tenemos que comprender plenamente cómo se entrelaza la incertidumbre cuántica con la gravedad. Para entender lo que podría haber sucedido del suceso que estamos tentados a llamar el principio del universo, o el comienzo del tiempo, tenemos que penetrar la barrera de Planck. Las constantes de la naturaleza marcan las fronteras de nuestro conocimiento existente y nos dejan al descubierto los límites de nuestras teorías.
En los intentos más recientes de crear una teoría nueva para describir la naturaleza cuántica de la gravedad ha emergido un nuevo significado para las unidades naturales de Planck. Parece que el concepto al que llamamos “” tiene un profundo significado en el universo. Estamos habituados a vivir en lo que llamamos “la edad de la información”. La información puede ser empaquetada en formas electrónicas, enviadas rápidamente y recibidas con más facilidad que nunca antes. Nuestra evolución en el proceso rápido y barato de la información se suele en una forma que nos permite comprobar la predicción de Gordon Moore, el fundador de Intel, llamada ley de Moore, en la que, en 1.965, advirtió que el área de un transistor se dividía por dos aproximadamente cada 12 meses. En 1.975 revisó su tiempo de reducción a la mitad hasta situarlo en 24 meses. Esta es “la ley de Moore” cada 24 meses se obtiene una circuitería de ordenador aproximadamente el doble, que corre a velocidad doble, por el mismo precio, ya que, el coste integrado del circuito viene a ser el mismo, constante.
La velocidad de la luz en el vacío es por definición una constante universal de valor 299.792.458 m/s (suele aproximarse a 3·108 m/s), o lo que es lo mismo 9,46·1015 m/año; la segunda cifra es la usada para definir al intervalo llamado año luz. La se transmitirá a esa velocidad como máximo, nuestro Universo, no permite mayor rapidéz, al menos, por los métodos convencionales.
Los límites últimos que podemos esperar para el almacenamiento y los ritmos de procesamiento de la información están impuestos por las constantes de la naturaleza. En 1.981, el físico israelí, Jacob Bekenstein, hizo una predicción inusual que estaba inspirada en su estudio de los agujeros negros. Calculó que hay una cantidad máxima de información que puede almacenarse dentro de cualquier volumen. Esto no debería sorprendernos.
(Longitud de Planck que al cuadrado sería de 10-66 cm2)
Lo que debería hacerlo es que el valor máximo está precisamente determinado por el área de la superficie que rodea al volumen, y no por el propio volumen. El máximo de bits de información que puede almacenarse en un volumen viene dado precisamente por el cómputo de su área superficial en unidades de Planck. Supongamos que la región es esférica. Entonces su área superficial es precisamente proporcional al cuadrado de su radio, mientras que el área de Planck es proporcional a la longitud de Planck al cuadrado, 10-66 cm2. Esto es muchísimo mayor que cualquier capacidad de almacenamiento de producida hasta ahora. Asimismo, hay un límite último sobre el ritmo de procesamiento de información que viene impuesto por las constantes de la naturaleza.
No debemos descartar la posibilidad de que seamos capaces de utilizar las unidades de Planck-Stoney para clasificar todo el abanico de estructuras que vemos en el universo, desde el mundo de las partículas elementales hasta las más grandes estructuras astronómicas. Este fenómeno se puede representar en un que recree la escala logarítmica de tamaño desde el átomo a las galaxias.
Todas las estructuras del universo porque son el equilibrio de fuerzas dispares y competidoras que se detienen o compensan las unas a las otras; la atracción y la repulsión. Ese es el equilibrio de las estrellas donde la repulsión termonuclear tiende a expandirla y la atracción (contracción) de su propia masa tiende a comprimirla; así, el resultado es la estabilidad de la estrella. En el caso del planeta Tierra, hay un equilibrio entre la fuerza atractiva de la gravedad y la repulsión atómica que aparece cuando los átomos se comprimen demasiado juntos. Todos estos equilibrios pueden expresarse aproximadamente en términos de dos números puros creados a partir de las constantes e, h, c, G y mprotón
“Tras medir alfa en unas 300 galaxias lejanas, vimos un patrón constante: este número, que nos dice la fuerza del electromagnetismo, no es igual en otras partes que en la Tierra, y parecer variar de forma continua a lo largo de un eje”. Algunos se empeñan en variar la constante de estructura fina y, si eso llegara a producirse… las consecuencias serían funestas para nosotros. Otros nos dicen que esa constante, no ha variado a lo largo de los miles de millones de años del Universo y, así debe ser, o, si varió, lo hizo en una escala ínfima.
α = 2πe2 / hc ≈ 1/137 |
αG = (Gmp2)2 / hc ≈ 10-38 |
Si varían algunas de las dos en sólo una diezmillonésima, muchas de las cosas que conforman el Universo serían imposible y, la consecuencia sería, la ausencia de vida. La identificación de constantes adimensionales de la naturaleza como a (alfa) y aG, junto con los números que desempeñan el mismo papel definitorio para las fuerzas débil y fuerte de la naturaleza, nos anima a pensar por un momento en mundos diferentes del nuestro. Estos otros mundos pueden estar definidos por leyes de la naturaleza iguales a las que gobiernan el universo tal como lo conocemos, pero estarán caracterizados por diferentes valores de constantes adimensionales. Estos cambios numéricos alterarán toda la fábrica de los mundos imaginarios. Los átomos pueden tener propiedades diferentes. La gravedad puede tener un papel en el mundo a pequeña escala. La naturaleza cuántica de la realidad puede intervenir en lugares insospechados.
Las constantes universales hace posible la Vida en el Universo
En estas nubes se fraguan los mundos merced a la dinámica del universo que lo hace cambiante y evolutivo. Nada permanece y todo se transforma. Las cosas ocurren de cierta manera que puede ser prvista al aplicar esas fuerzas y esas constantes que hacen de nuestro “mundo” lo que podemos observar y, de esa manera, porque esas constantes univerdsales son como las conocemos, la vida está presente y, si la carga del electrón o la masa del protón cambiara aunque solo fuese una diezmillonésima, ya la vida no sería posible tal como la conocemos.
Lo único que en la definición del mundo son los valores de las constantes adimensionales de la naturaleza (así lo creían Einstein y Planck). Si se duplica el valor de todas las masas no se puede llegar a saber, porque todos los números puros definidos por las razones de cualquier par de masas son invariables.
α (Alfa), la Constante de estructura fina equivalente a 1/137
¿Por qué el número 137 es el mayor misterio de la física? El número 137 es el valor de la constante de estructura fina. Esta constante es la que representa la fuerza de la interacción electromagnética. Es decir que tan fuerte se dan a cabo todas las interacciones electromagnéticas del universo.
“Todos los físicos del mundo, deberían tener un letrero en el lugar más visible de sus casas, para que al mirarlo, les recordara lo que no saben. En el cartel sólo pondría esto: 137. Ciento treinta y siete es el inverso de algo que lleva el de constante de estructura fina”
Lederman
Este guarda relación con la posibilidad de que un electrón emita un fotón o lo absorba. La constante de estructura fina responde también al nombre de “alfa” y sale de dividir el cuadrado de la carga del electrón, por el de la velocidad de la luz y la constante de Planck. Tanta palabrería y numerología no significan otra cosa sino que ese solo numero, 137, encierra los misterios del electromagnetismo (el electrón, e–), la relatividad (la velocidad de la luz, c), y la teoría cuántica (la constante de Planck, h).
Todo eso está relacionado: leyes fundamentales, constantes, materia y espacio tiempo… ¡nosotros!
Emilio Silvera V.
Sep
16
A mí me gustaría: ¡Es tan bonito saber!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
El Planeta Marte guarda muchos secretos
Dicen que hace miles de millones de años, aquel planeta era como la Tierra. La pérdida de su atmósfera lo hizo Ser como ahora lo podemos contemplar, y, no dejamos de elucubrar sobre la presencia de alguna clase de vida en aquellos páramos inhóspitos. Como su pasado es volcánico, existen muchas grutas por las que se movía la lava ígnea.
Así las cosas, si existe alguna clase de vida en Marte, se cree que podrá estar en el subsuelo, donde la temperatura es más alta, donde el agua líquida se mueve cuesta abajo, y, donde los hongos, líquenes y bacterias habrán podido-proliferar.
Por separados siempre seremos una mitad
En su breve poema “ escuché al docto astrónomo”, Walt Whitman relata una velada en una conferencia científica. Aquello todo eran Cifras y demostraciones que llenan la estancia y crean un ambiente opresivo, y asfixiante. Ninguna explicación sugerente y mágica que, de alguna manera, mantuviera despierta la curiosidad del oyente y, sobre todo, cuestiones sugerentes y misteriosas que despertaran su imaginación.
“Cuando escuché al docto astrónomo,
cuando me presentaron en columnas
las pruebas y guarismos,
cuando me mostraron las tablas y diagramas
para medir, sumar y dividir,
cuando escuché al astrónomo discurrir
con gran aplauso de la sala,
qué pronto me sentí inexplicablemente
hastiado,
hasta que me escabullí de mi asiento y
me fui a caminar solo,
en el húmedo y místico aire nocturno,
mirando de rato en rato,
en silencio perfecto a las estrellas.”
Pese a que fue escrito hace más de un siglo el poema de Whitman, sigue hallando eco entre un público contemporáneo sorprendentemente grande. A todos nos gusta escuchar a los científicos que saben explicar, de manera sencilla, cuestiones difíciles relativas al universo, a la materia, y a las leyes que todo lo rigen. Si el orador, tiene talento para desgranar los temas con esa forma de cuento de niño, que sin embargo, está lleno de una cantidad ingente de datos presentados de una manera mágica que los lleve al asombro y a la maravilla, entonces, nadie se aburre, todos están “enganchados” en el hilo de lo que allí se cuenta y, de alguna manera, se produce la simbiosis entre orador y público, de tal manera que, se puede oír el vuelo de una mosca, tal es el silencio y la alta atención que se presta cuando lo que se oye, nos gusta y nos enseña. Si por el contrario, el orador se ciñe a la técnica y a la terminológía científica, una jerga que sólo ellos conocen… Muchos, como nos cuenta Whitman en su poema, preferirán salir a pasear en la noche y contemplar las estrellas.
Nuestro Universo está repleto de maravillas que desconocemos y, a medida que nos vamos adentrando en sus secretos, sentimos crecer la adrenalina y el asombro desaparece para dar paso a la maravilla y la sorpresa de todo lo que la Naturaleza puede hacer.
Pero, ¿es realmente cierto que la ignorancia supera al conocimiento como camino más directo el asombro? Bueno, lo cierto es que, nos asombra todo aquel fenómeno que no llegamos a comprender y nos sorprendemos de su existencia de la que no tenemos una explicación. A medida que aprendemos, el Asombro Decrece en la misma proporción que la ignorancia para dar paso al conocimiento que, no pocas veces resulta ser, una realidad mágica de la que la Naturaleza está repleta y, nosotros, sólo tenemos que descubrirla para poder disfrutar de tales maravillas.
Cuando puedo admirar la imagen de n magnetar, me siento transportado a regiones lejanas del espacio en las que, ese magnetar o magnetoestrella (que es una estrella de neutrones alimentada con un campo magnético extremadamente fuerte y, Simplemente se trata de una variedad de púlsar cuya característica principal es la expulsión, en un breve período -equivalente a la duración de un relámpago-, de enormes cantidades de alta energía en de rayos X y rayos gamma. ), ha surgido a partir de una estrella masiva y se ha conformado como un extraño objeto exótico que nos produce sorpresa y admiración al ver como, a partir de una cosa totalmente diferente, por medio de transiciones de fase de diversa índole, se llega a formar otro objeto totalmente distinto del que fue.
Allí, los rayos Gamma están formados por fotones pertenecientes al extremo más energético del espectro electromagnético, seguidos de los rayos X y, a continuación, de los rayos ultravioleta. Si los rayos Xexpulsados por el magnetar son de alta intensidad recibe entonces el de “púlsar anómalo de rayos X”, (en inglés “anomalous X-ray pulsars”, o su acrónimo AXPs). Si los rayos expulsados pertenecen al espectro Gamma de más alta intensidad, reciben el de “repetidores de gamma suave”, SGRs del inglés “soft gamma repeater”.
De la misma manera, si miro el cráneo de Lucy y sus huesos diminutos, cuidadosamente dispuestos para su exhibición en la vitrina de un museo, y, a su lado, puedo contemplar una también minuciosa reconstrucción de lo que Lucy fue en vida. No puedo evitar (ni quiero) que mi imaginación “vuele” hasta las cálidas sabanas africanas en la que se gestó la Humanidad hace tres mil millones de años.
Lucy
Si pienso en los grandes reptiles del Jurásico, de inmediato me veo transportado a un tiempo en el que, los bosques mesozoicos por los que discurrían aquellas bestias prodigiosas, eran un prodigio de exuberancia en la Naturaleza.
Si pienso en los grandes reptiles del Jurásico, de inmediato me veo transportado a un tiempo en el que, los bosques mesozoicos por los que discurrían aquellas bestias prodigiosas, eran un prodigio de exuberancia en la Naturaleza.
Así, tanto si miramos al espacio interestelar en las regiones lejanas del Universo, como si lo hacemos en las capaz profundas del planeta, encontramos los fósiles de estrellas o de seres vivos que nos cuentan lo que allí pasó. La información queda, y, por nuestra , lo único que tenemos que hacer es aprender, para poder leer los “infinitos mensajes” que, por todas partes, podemos encontrar para que nos cuenten lo que pasó y nos den una pista de lo que pasará.
¿Os imagináis, si pudiéramos conocer toda la historia científica de la creación? Sería una narración apasionante que, correcta y sencillamente explicada, nos ayudaría a conocer de dónde venimos y, casi, por definición, hacia dónde vamos. Todos hemos llegado a comprender que, el “milagro biológico” ha sido posible gracias a una conjunción de situaciones presentes en el conjunto del Sistema Solar que, escogió (por Azar) al planeta Tierra para que, en él, surgiera la Vida después de cuatro mil años de evolución. Somos de ese legado y, al tratar de comprender ese legado, hemos comenzado a dar los primeros pasos para poder llegar a saber, algún día, nuestro propio lugar en este mundo y, posiblemente, el el Universo.
Parecer mentira pero, todo, comenzó con aquella primera célula replicante. Las bacterias, los protozoos, los invertebrados, los peces…y, así, evolucionando a través de miles de años, pudimos llegar aquí nosotros que, por esa especie de “loteria” químico-biológica, se conformó primero en el protoplasma de la vida y, más tarde, de él, pudo surgir la primera señal, el primer exponente de eso que llamamos vida. Todo un logro de la Naturaleza que, a partir de la “materia inerte”, nos trajo aquí y, seguramente, de la misma manera, lo habrá hecho una y miles de veces en otros planetas lejanos que nos quedan por conocer. Creo que estamos bien acompañados pero las familias están muy distantes las unas de las otras, perdidas en la inmensidad de un Universo que… ¿Que nunca podremos visitar? Al menos de momento, nuestras limitaciones son tantas que, no podemos ni salir de nuestro barrio: El Sistema solar.
El entusiamo que en mi cerebro injerta todos estos temas, me lleva a preguntarme muchas cuestiones y situaciones y, una de ellas, es esa pregunta de cómo serán “ellos” qué aspectos de la biología terrestre nos unirán con todos aquellos que, como nosotros en la Tierra, habiten un planeta el que, se asombren al ver las estrellas y se hagan las mismas preguntas que nos hacemos nosotros?
Pero, ¿cómo llegaremos a comprender acontecimientos que pudieron suceder hace más de mil millones de años o más? Una cosa es saber que en las llanuras mareales de hace mil quinientos millones de años vivían bacterias fotosintéticas, y otra muy distinta es entender como se infiere que unos fósiles microscópicos pertenecden a bacterias fotosintéticas, cómo se averigua que las rocas que los rodean se formaron en antiguas llanuras mareales y cómo se estima que su edad es de mil quinientos millones de años.
Como estamos inmersos en una empresa Humana que va encaminada a conseguir los conocimientos necesarios de todo esto para poder, de una manera científica, explicar las cuestiones que más nos afectan y conciernen y, en tanto que empresa humana, éste es también un relato de exploración que se extiende el espacio interior de las moléculas a ese otro espacio que llamamos exterior, fuera de nuestro ámbito del Sistema solar, allí donde residen las galaxias lejanas, mundos nuevos, y objetos tan extraños y exóticos como lo pueden ser los magnétares, los púlsares, las estrellas de neutrones (todos lo mismo presentados en diferentes formas), o, los agujeros negros.
No quiero cerrar este sin dejar (aunque sea de pasada) un recuerdo a esos minúsculos “seres” que, sin duda alguna, han contribuído y siguen contribuyendo a la coevolución de la Tierra y la Vida. Tanto los organismos como el ambiente han ido cambiando drásticamente con el paso inexorable del Tiempo, a menudo de forma concertada. Los cambios de clima, la geología e incluso la composición de la atmósfera y de los océanos han influido de manera directa en la evolución. De la misma manera, las innovaciones tecnológicas de nuestra Sociedad Moderna, también influye, a su vez, en la historia del Medio Ambiente.
Lugares diferentes y fuerzas iguales, todo está regido por la misma Ley fundamental de las fuerzas y las constantes universales. No importa que lejos esté la región del universo a la que podamos viajar, allí, las cosas funcionan como aquí.
Todo esto que aquí hemos contado de manera sencilla y procurando no profundizar en demasía, nos puede llevar a la convicción de que, no estamos solos, de que las leyes del Universo se repiten de la misma manera en todas partes y, en consecuencia, en todas partes ocurren las mismas cosas. Por otra , deberíamos considerar a nuestro planeta y (¿por qué no?) a la estrella que nos acompaña, como “entes vivos” que, a su manera, procuran cuidar de nosotros y, para ello, nos ofrecen lo mejor que tienen. Aunque, no siempre nosotros seamos conscientes de ello.
¡Merluzos! Al fin y al cabo… ¡La Humanidad! ¿Cambiará alguna vez?
Emilio Silvera V.
Sep
16
Mutaciones con el transcurrir del tiempo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Evolución ~ Comments (2)
Patrones de formaciones de cianobacterias y travertino, en una zona del Parque de Yellowstone, (EE UU). Peter Unger Getty Images / Lonely Planet Images
Así como los historiadores piensan que conocer los siglos pasados es esencial para entender el presente, asimismo creen los evolucionistas que conocer la historia de la Tierra es la clave para comprender los procesos que nos han creado. Los biólogos saben que todos venimos de microbios humildes como las bacterias y las arqueas; y que, hacia la mitad de la historia del planeta, bacterias y arqueas se asociaron para crear la célula de la que estamos hechos por entero, la célula eucariota, el origen de la modernidad biológica. Los geólogos, entretanto, están intentando averiguar por qué. La gran pregunta.
Para los geólogos, el acontecimiento más importante de la historia de la Tierra es la “revolución del oxígeno” (great oxidation event), que transformó el planeta hacia la mitad de su historia (hace unos 2.300 millones de años). Este incremento del oxígeno atmosférico alcanzó unas cifras muy modestas (solo una pequeña fracción de los niveles actuales, que son del 21% de la atmósfera), pero dejó una huella profunda en el planeta, cuyas evidencias geológicas son aplastantes en los estratos de todo el mundo. ¿De dónde salió ese oxígeno?
Hay un acuerdo general en que ese oxígeno es producto de las cianobacterias, o bacterias fotosintéticas. Pero el nuevo estudio revela que no es así
Hay un acuerdo general en que ese oxígeno es producto de las cianobacterias, o bacterias fotosintéticas. La fotosíntesis es la energía fotovoltaica de la biología, el proceso que genera energía útil para la célula a partir de la luz solar. La luz se utiliza para romper el agua (H2O), y la célula utiliza el hidrógeno (H) para generar energía y libera el oxígeno (O) a la atmósfera. A las cianobacterias se las supone muy antiguas –tal vez entre las más antiguas de la Tierra— y algunos científicos piensan que su actividad lenta y tenaz acabó generando la revolución del oxígeno.
Un nuevo trabajo del geólogo Woodward Fisher y sus colegas del CalTech (Instituto Tecnológico de California en Pasadena) y la Universidad de Queensland, Australia, revela que no es así: las cianobacterias, o sus precursores, carecían por completo de la compleja habilidad de la fotosíntesis durante la primera mitad de la historia de la Tierra. Solo la adquirieron muy tarde, ya casi en tiempos de la revolución del oxígeno, y solo la adquirieron comprando los genes de otros microbios (técnicamente, transferencia genética horizontal, o HGT en sus siglas inglesas).
La constitución celular, tal como conocemos, no siempre se da en todas las masas vivientes, sino que a veces se encuentran organismos constituidos por una masa plasmática con varios núcleos sumergidos en ella, no apreciándose límites celulares: esto constituye un plasmodio. Una masa celular con varios núcleos.
Fisher y sus colegas, que presentan su investigación en Science, están asombrados por la cercanía de esas dos fechas: la del origen relativamente tardío y rápido de las cianobacterias fotosintéticas, y la del “gran evento de oxidación”, o revolución del oxígeno que cambió el mundo. Muestran que la explicación más parsimoniosa de esa coincidencia es que la revolución del oxígeno se deba a la evolución de las bacterias fotosintéticas. Una causa biológica para un fenómeno geológico. Más aún: para el ‘gran’ fenómeno geológico de la historia del planeta.
Desde Darwin, los biólogos se suelen sentir más cómodos con los fenómenos lentos y graduales que con las (relativas) brusquedades que revela a menudo el registro geológico. El evolucionismo clásico se basa en la pequeña acumulación de variaciones mínimas, cada una con una pequeña ventaja en el entorno del momento, hasta consolidar un sistema complejo prodigioso como el ojo del águila, el cerebro humano o la fotosíntesis. Pero también hay otros mecanismos evolutivos más rápidos, y la transferencia de genes entre unas especies de bacterias y otras es el mejor demostrado de ellos.
Las cianobacterias carecían por completo de la compleja habilidad de la fotosíntesis durante la primera mitad de la historia de la Tierra. Y solo la adquirieron ‘comprando los genes’ de otros microbios
Sin embargo, que el origen de la revolución del oxígeno sea un suceso relativamente rápido de transferencia genética, o compra de genes por las cianobacterias, plantea una nueva cuestión clave: ¿Quién se los vendió? ¿Qué otro microorganismo tuvo la gentileza de donar sus genes fotosintéticos al precursor de las cianobacterias y cambiar así el mundo?
“Esa es una gran pregunta”, responde en un correo electrónico el jefe de la investigación, Woodward Fisher, “pero no tiene respuesta por el momento; es bien notable que ahora podamos afirmar con certeza que aquel suceso de transferencia de genes fue importante [para la revolución del oxígeno], pero el taxón de bacterias que donó los genes fotosintéticos no está claro todavía”.
Las bacterias fototróficas son aquellas cuya energía para el crecimiento procede de la luz y sus fuentes de carbono proceden del dióxido de carbono (CO2) (fotoautotróficas o fotosintéticos) o del carbono orgánico (fotoheterotróficas).
“Es tentador”, prosigue el científico del CalTech, “pensar que alguno de los otros filos [grandes grupos bacterianos] capaces de un tipo de fotosíntesis que no produce oxígeno [fotosíntesis anoxigénica], y hay seis para elegir, donaron los genes, y luego las cianobacterias receptoras embellecieron ese metabolismo al añadirle la habilidad de romper el agua y producir oxígeno; pero si miras en detalle las relaciones evolutivas entre esos grupos, no obtienes una historia clara de la evolución de la fotosíntesis”.
La investigación muestra más bien que la fotosíntesis es lo que los evolucionistas llaman un “carácter derivado”, una propiedad que no es ancestral en las cianobacterias, y que por tanto no parece que puedan haber ido perfeccionando gradualmente con el paso del tiempo, sino una que han adquirido tarde y de forma secundaria. Y eso en los seis grandes grupos bacterianos que muestran algún tipo de fotosíntesis, aunque no produzca oxígeno. Todos ellos parecen haber comprado sus genes fotovoltaicos. ¿Quién se los vendió?
A pesar del mito persistente, el oxígeno no es una precondición de la vida. La vida prosperó durante la primera mitad de su historia en la completa ausencia de oxígeno. Los culpables de que haya oxígeno en nuestro planeta son seres vivos
“Puede que descubramos más grupos de microbios fotosintéticos”, responde Fisher, “y los enfoques metagenómicos [como sacar un cubo de agua del mar y secuenciar el ADN de todo lo que haya allí] dejan claro que solo hemos empezado a arañar la superficie de la diversidad microbiana; pero igual de posible es que el grupo de microbios que donó los genes fotosintéticos se extinguiera hace mucho”. Un triste final para el hacedor de nuestro mundo, ¿no es cierto?
Pese a lo fragoroso de su nombre, la gran revolución del oxígeno no alcanzó unos valores ni parecidos a los actuales (21% de la atmósfera). Eso solo ocurrió hace unos 600 millones de años, en los prolegómenos de la explosión cámbrica, el corto periodo de innovación evolutiva que nos vio nacer a todos los animales.
A pesar del mito persistente, el oxígeno no es una precondición de la vida. La vida prosperó durante la primera mitad de su historia en la completa ausencia de ese gas. Los culpables de que haya oxígeno en nuestro planeta son seres vivos. Y tal vez estén ya extintos.
Reportaje de prensa
Sep
16
¿Estodo tan complicado? La condición inicial… ¡Nos da la...
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (6)
Juntos somos… Por separado… ¡Qué cosa más triste!
Pero centrémonos en el tema de hoy. Sólo universos que están muy cerca de la divisoria crítica pueden vivir el tiempo suficiente y tener una expansión suave para la formación de estrellas y planetas… y ¡vida! No es casual que nos encontremos viviendo miles de millones de años después del comienzo aparente de la expansión del universo y siendo testigos de un estado de expansión que está muy próximo a la divisoria que marca la “Densidad Crítica”
Gráfico: Sólo en el modelo de universo que se expande cerca de la divisoria crítica (en el centro), se forman estrellas y los ladrillos primordiales para la vida. La expansión demasiado rápida no permite la creación de elementos complejos necesarios para la vida. Si la densidad crítica supera la ideal (más cantidad de materia), el universo será cerrado y terminará en el Big Crunch.
El hecho de que aún estemos tan próximos a esta divisoria crítica, después de algo más de trece mil millones de años de expansión, es verdaderamente fantástico. Puesto que cualquier desviación respecto a la divisoria crítica crece continuamente con el paso del tiempo, la expansión debe haber empezado extraordinariamente próxima a la divisoria para seguir hoy tan cerca (no podemos estar exactamente sobre ella).
Pero la tendencia de la expansión a separarse de la divisoria crítica es tan solo otra consecuencia del carácter atractivo de la fuerza gravitatoria. Está claro con sólo mirar el diagrama dibujado en la página anterior que los universos abiertos y cerrados se alejan más y más de la divisoria crítica a medida que avanzamos en el tiempo. Si la gravedad es repulsiva y la expansión se acelera, esto hará, mientras dure, que la expansión se acerque cada vez más a la divisoria crítica. Si la inflación duró el tiempo suficiente, podría explicar por qué nuestro universo visible está aún tan sorprendentemente próximo a la divisoria crítica. Este rasgo del universo que apoya la vida debería aparecer en el Big Bang sin necesidad de condiciones de partida especiales.
Gráfico: La “inflación” es un breve periodo de expansión acelerada durante las primeras etapas de la Historia del Universo.
Composición del universo
Podemos concretar de manera muy exacta con resultados fiables de los últimos análisis de los datos enviados por WMAP. Estos resultados muestran un espectro de fluctuaciones gaussiano y (aproximadamente) invariante frente a escala que coincide con las predicciones de los modelos inflacionarios más generales. El universo de Einstein– De Sitter tiene una Densidad proxima a la ideal, es decir, a la Densidad Crítica.
Nos dicen los cosmólogos que el universo estaría compuesto de un 4 por 100 de materia bariónica, un 23 por 100 de materia oscura no bariónica y un 73 por 100 de energía oscura. Además, los datos dan una edad para el universo que está en 13’7 ± 0’2 ×109 años, y un tiempo de 379 ± 8×103 años para el instante en que se liberó la radiación cósmica de fondo. Otro resultado importante es que las primeras estrellas se formaron sólo 200 millones de años después del Big Bang, mucho antes de lo que se pensaba hasta ahora. Todavía no se han hecho públicos los resultados del análisis de una segunda serie de datos.
El principio antrópico
Parece conveniente hacer una pequeña reseña que nos explique que es un principio en virtud del cual la presencia de la vida humana está relacionada con las propiedades del universo. Como antes hemos comentado de pasada, existen varias versiones del principio antrópico. La menos controvertida es el principio antrópico débil, de acuerdo con el cual la vida humana ocupa un lugar especial en el universo porque puede evolucionar solamente donde y cuando se den las condiciones adecuadas para ello. Este efecto de selección debe tenerse en cuenta cuando se estudian las propiedades del universo.
Desde los Quarks a los pensamientos
Una versión más especulativa, el principio antrópico fuerte, asegura que las leyes de la física deben tener propiedades que permitan evolucionar la vida. La implicación de que el universo fue de alguna manera diseñado para hacer posible de la vida humana hace que el principio antrópico fuerte sea muy controvertido, ya que nos quiere adentrar en dominios divinos que, en realidad, es un ámbito incompatible con la certeza comprobada de los hechos a que se atiene la ciencia, en la que la fe, no parece tener cabida. El principio antrópico nos invita al juego mental de probar a “cambiar” las constantes de la naturaleza y entrar en el juego virtual de ¿qué hubiera pasado si…?
Nuestra presencia en el Universo y el despertar de la Conciencia: ¡La gran pregunta!
Especulamos con lo que podría haber sucedido si algunos sucesos no hubieran ocurrido de tal o cual manera para ocurrir de esta otra. ¿Qué hubiera pasado en el planeta Tierra si no aconteciera en el pasado la caída del meteorito que acabó con los dinosaurios? ¿Habríamos podido estar aquí hoy nosotros? ¿Fue ese cataclismo una bendición para nosotros y nos quitó de encima a unos terribles rivales?
Fantasean con lo que pudo ser…. Es un ejercicio bastante habitual; sólo tenemos que cambiar la realidad de la historia o de los sucesos verdaderos para pretender fabricar un presente distinto. Cambiar el futuro puede resultar más fácil, nadie lo conoce y no pueden rebatirlo con certeza. ¿Quién sabe lo que pasará mañana?
Por mucho que sondeemos en nuestras mentes, nunca podremos saber lo que mañana pasará, el futuro no existe, es algo por llegar y, aunque podemos formular teorías de lo que será…sólo serán eso, teorías. ¿Quién puede predecir que mañana no caerá un meteorito sobre nosotros?
Lo que ocurra en la naturaleza del universo está en el destino de la propia naturaleza del cosmos, de las leyes que la rigen y de las fuerzas que gobiernan su mecanismo sometido a principios y energías que, en la mayoría de los casos se pueden escapar a nuestro actual conocimiento.
Lo que le pueda ocurrir a nuestra civilización, además de estar supeditado al destino de nuestro planeta, de nuestro Sol y de nuestro Sistema Solar y la galaxia, también está en manos de los propios individuos que forman esa civilización y que, con sensibilidades distintas y muchas veces dispares, hace impredecibles los acontecimientos que puedan provocar individuos que participan con el poder individual de libre albedrío.
Escoger, lo que se dice escoger… ¡Podemos escoger pocas cosas! Siempre estaremos supeditados a unas cargas que lo impiden. Nadie es totalmente libre, y, la realidad es que se tendrá que adaptar a sus circunstancias personales
El Tiempo es como una escalera que, a medida que la subimos, se va destruyendo a nuestras espaldas. Nunca podremos regresar al pasado. El Universo sólo marcha en una sóla dirección: Hacia el Futuro, así nos lo dice la Flecha del Tiempo que sólo avanza en una dirección. Siempre hemos sabido especular con lo que pudo ser o con lo que podrá ser si…, lo que, la mayoría de las veces, es el signo de cómo queremos ocultar nuestra ignorancia. Bien es cierto que sabemos muchas cosas pero, también es cierto que son más numerosas las que no sabemos.
Sabiendo que el destino irremediable de nuestro mundo, el planeta Tierra, es de ser calcinado por una estrella gigante roja en la que se convertirá el Sol cuando agote la fusión de su combustible de hidrógeno, helio, carbono, etc, para que sus capas exteriores de materia exploten y salgan disparadas al espacio exterior, mientras que, el resto de su masa se contraerá hacia su núcleo bajo su propio peso, a merced de la gravedad, convirtiéndose en una estrella enana blanca de enorme densidad y de reducido diámetro. Sabiendo eso, el hombre está poniendo los medios para que, antes de que llegue ese momento (dentro de algunos miles de millones de años), poder escapar y dar el salto hacia otros mundos lejanos que, como la Tierra ahora, reúnan las condiciones físicas y químicas, la atmósfera y la temperatura adecuadas para acogernos.
Pero el problema no es tan fácil y se extiende a la totalidad del universo que, aunque mucho más tarde, también está abocado a la muerte térmica, el frío absoluto si se expande para siempre como un universo abierto y eterno, o el más horroroso de los infiernos, si estamos en un universo cerrado y finito en el que, un día, la fuerza de gravedad, detendrá la expansión de las galaxias que comenzarán a moverse de nuevoen sentido contrario, acercándose las unas a las otras de manera tal que el universo comenzará, con el paso del tiempo, a calentarse, hasta que finalmente, se junte toda la materia-energía del universo en una enorme bola de fuego de millones de grados de temperatura, el Big Crunch. (ahora se sabe que el Big Crunch, nunca se producirá en este universo abierto cuya densidad de materia es muy cercana a la Densidad Crítica)
El irreversible final está entre los dos modelos que (de todas las formas que lo miremos), es negativo para la Humanidad (si es que para entonces aún existe). En tal situación, algunos ya especulan con la manera de escapar de este universo nuestro.
Gráfico: Inflación eternamente reproductora de otros universos y agujeros de susano para pasar de uno a otro universo.
Lo cierto es que, las galaxias se alejan las unas de las otras, de manera que al final, estaremos solos en nuestra Galaxia y el frío será el principal factor para que la vida, no pueda estar presente. ¿Podremos solucionar ese gran problema? ¿Estaremos para cuando eso llegue aquí? Lo más probable es que no.
Stephen Hawking ha llegado a la conclusión de que estamos inmersos en un multi-universo, esto es, que existen infinidad de universos conectados los unos a los otros. Unos tienen constantes de la naturaleza que permiten vida igual o parecida a la nuestra, otros posibilitan formas de vida muy distintas y otros muchos no permiten ninguna clase de vida. La especulación es gratis y la imaginación es libre, quizá la única forma de libertad que nos podemos permitir.
Este sistema de inflación autorreproductora nos viene a decir que cuando el universo se expande (se infla) a su vez, esa burbuja crea otras burbujas que se inflan y a su vez continúan creando otras nuevas más allá de nuestro horizonte visible. Cada burbuja será un nuevo universo, o mini-universo en los que reinarán escenarios diferentes o diferentes constantes y fuerzas.
El escenario que describe el diagrama dibujado antes, ha sido explorado y el resultado hallado es que en cada uno de esos mini-universos, como hemos dicho ya, puede haber muchas cosas diferentes; pueden terminar con diferentes números de dimensiones espaciales o diferentes constantes y fuerzas de la naturaleza, pudiendo unos albergar la vida y otros no.
El reto que queda para los cosmólogos es calcular las probabilidades de que emerjan diferentes mini-universos a partir de esta complejidad inflacionaria ¿Son comunes o raros los mini-universos como el nuestro? Existen, como para todos los problemas planteados, diversas conjeturas y consideraciones que influyen en la interpretación de cualquier teoría cosmológica futura cuántico-relativista. Hasta que no seamos capaces de exponer una teoría que incluya la relatividad general de Einstein (la gravedad-cosmos) y la mecánica cuántica de Planck (el cuanto-átomo), no será posible contestar a ciertas preguntas.
En una de las entradas sobre cuerdas vimos que al cuantizarlas sucedía algo muy problemático: el operador fundamental de Virasoro, relacionado con las vibraciones, producía un factor d en principio infinito que no tendría que estar ahí. Para evitar dicho inconveniente, o bien la suma de todos los números naturales no era infinita o bien el número de dimensiones espaciales no era tres. En esta entrada veremos que en realidad tendrían que suceder ambas cosas para que el modelo fuese 100% consistente, concluyendo que el número de dimensiones espaciales adecuado es 25, que junto con el tiempo darían 26 dimensiones en total.
Usando esto con mucha paciencia y teniendo en cuenta las reglas de operaciones con conmutadores podemos calcular el conmutador genérico entre dos cantidades M:
El conmutador de la cuerda abierta:
Las cuerdas abiertas tenían la siguiente ecuación de cuadri-posición:
Aquí x0 sería la cuadri-posición inicial y los coeficientes αnμ los generadores de vibraciones de modo n en la dirección μ.
Derivando respecto al tiempo:
Consideremos ahora el siguiente producto (que aparecía en la definición de M):
Vamos a necesitar integrarlo, para lo cual resulta muy útil tener en mente el siguiente par de reglas:
Aquí estamos usando la función delta de Kronecker, que vale 1 cuando las dos letras que lleva por subíndices son iguales.
Teniendo esto e integrando el producto que habíamos calculado obtenemos:
Aquí en el segundo paso hemos usado la delta de Kronecker para cargarnos un sumatorio.
Ahora bien, M tenía este término y otro igual cambiando de sitio μ y ν restando, con lo que combinando ambos el resultado final es:
Nótese que el término del medio, que era simétrico al incluir pμ pν multiplicados, desaparece. Por otra parte, en la última igualdad hemos hecho que el sumatorio solo barra los números naturales teniendo en cuenta que para valores negativos de n se obtenía lo mismo que para los positivos, y además hemos permutado los elementos del numerador, lo que ha causado el cambio de signo. Este tipo de cambios serán el pan de cada línea en esta entrada, con lo que conviene acostumbrarse a ellos y ser capaz de sobrellevarlos.
Teniendo este conmutador, podríamos decir ingenuamente que entonces nuestro objeto de interés M-I será:
No estaría mal que, llegado el momento, pudiéramos localizar esos otros universos a los que poder echar mano. Aunque, mirando detenidamente las operaciones que antes quedan reseñadas… ¡Las cosas no serán nada fáciles!
Todas las soluciones que buscamos parecen estar situadas en teorías más avanzadas que, al parecer, sólo son posibles en dimensiones superiores, como es el caso de la teoría de supercuerdas situada en 10 ó 26 dimensiones. Allí, si son compatibles la relatividad y la mecánica cuántica, hay espacio más que suficiente para dar cabida a las partículas elementales, las fuerzas gauge de Yang-Mill, el electromagnetismo de Maxwell y, en definitiva, al espacio-tiempo y la materia, la descripción verdadera del universo y de las fuerzas que en él actúan.
Científicamente, la teoría del hiperespacio lleva los nombres de Teoría de Kaluza-Klein y super-gravedad. Pero en su formulación más avanzada se denomina Teoría de Supercuerdas, una teoría que desarrolla su potencial en nueve dimensiones espaciales y una de tiempo: diez dimensiones. Así pues, trabajando en dimensiones más altas, esta teoría del hiperespacio puede ser la culminación que conoce dos milenios de investigación científica: la unificación de todas las fuerzas físicas conocidas. Como el Santo Grial de la Física, la “teoría de todo” que esquivó a Einstein que la buscó los últimos 30 años de su vida.
Si hay materia la Gravedad se hace presente de inmediato, es la masa la que la crea.
La Gravedad, si en esos hipotéticos universos existe la materia, allí estará presente. Sin materia no puede haber Gravedad pero, tampoco espacio-tiempo. El espacio se crea a medida que la materia se mueve y expande creando el tiempo y el espacio.
Durante el último medio siglo, los científicos se han sentido intrigados por la aparente diferencia entre las fuerzas básicas que mantienen unido al cosmos: la Gravedad, el electromagnetismo y las fuerzas nucleares fuerte y débil. Los intentos por parte de las mejores mentes del siglo XX para proporcionar una imagen unificadora de todas las fuerzas conocidas han fracasado. Sin embargo, la teoría del hiperespacio permite la posibilidad de explicar todas las fuerzas de la naturaleza y también la aparentemente aleatoria colección de partículas subatómicas, de una forma verdaderamente elegante. En esta teoría del hiperespacio, la “materia” puede verse también como las vibraciones que rizan el tejido del espacio y del tiempo. De ello se sigue la fascinante posibilidad de que todo lo que vemos a nuestro alrededor, desde los árboles y las montañas a las propias estrellas, no son sino vibraciones del hiperespacio.
Hacere posible que podamos “burlar” a la velocidad de la luz, realizar viajes de muy largas distancias en poco tiempo.
Antes mencionábamos los universos burbujas nacidos de la inflación y, normalmente, el contacto entre estos universos burbujas es imposible, pero analizando las ecuaciones de Einstein, los cosmólogos han demostrado que podría existir una madeja de agujeros de gusano, o tubos, que conectan estos universos paralelos. Claro que hay que localizarlos y ver de qué manera podemos pasar de uno al otro. Lo que hoy nos parece imposible… ¡Mañana será una realidad! Acordaos de aquel presidente de una Sociedad Científica que dijo:
“Nunca podremos saber de qué están hechas las estrellas”.
Para poder viajar por el Hiperespacio, primero debemos encontrar la puerta que nos lleve a él, y, me temo que, las posibles naves que pudieran realizar tales viajes, necesitarían poseer condiciones y disponer de energías que, ahora, ni podemos imaginar. Pero, eso sí, el Hiper-espacio está ahí, esperándonos.
Aunque muchas consecuencias de esta discusión son puramente teóricas, el viaje en el hiperespacio puede proporcionar eventualmente la aplicación más práctica de todas: salvar la vida inteligente, incluso a nosotros mismos, de la muerte de este universo cuando al final llegue el frío o el calor.
Esta nueva teoría de supercuerdas tan prometedora del hiperespacio es un cuerpo bien definido de ecuaciones matemáticas. Podemos calcular la energía exacta necesaria para doblar el espacio y el tiempo o para cerrar agujeros de gusano que unan partes distantes de nuestro universo. Por desgracia, los resultados son desalentadores. La energía requerida excede con mucho cualquier cosa que pueda existir en nuestro planeta. De hecho, la energía es mil billones de veces mayor que la energía de nuestros mayores colisionadores de átomos. Debemos esperar siglos, o quizás milenios, hasta que nuestra civilización desarrolle la capacidad técnica de manipular el espacio-tiempo utilizando la energía infinita que podría proporcionar un agujero negro para de esta forma poder dominar el hiperespacio que, al parecer, es la única posibilidad que tendremos para escapar del lejano fin que se avecina. ¿Que aún tardará mucho? Sí, pero el tiempo es inexorable, la debacle del frío o del fuego llegaría.
¿Qué encontraríamos en ese Hiperespacio imaginado?
No existen dudas al respecto, la tarea es descomunal, imposible para nuestra civilización de hoy, pero…, ¿y la de mañana?, ¿no habrá vencido todas las barreras? Creo que el hombre es capaz de plasmar en hechos ciertos todos sus pensamientos e ideas, sólo necesita tiempo para poder aprender y descubrir los secretos de la Naturaleza. En ella, están todas las respuestas.
Esos mundos futuros con poderosas tecnologías, nos llevarán a lugares ahora sólo imaginados
Necesitaremos paciencia, mucha curiosidad que satisfacer y estar dispuesto a realizar el trabajo necesario. Cuando en 1.900, Max Planck, el físico alemán escribió un artículo sobre la radiación de cuerpo negro que él decía emitirse en paquetes discretos, no continuos, a los que llamó “cuantos”, nadie fue capaz de suponer que allí estaba la semilla de lo que más tarde se conocería como la Teoría de la Mecánica Cuántica que describía a la perfección el sistema matemático que nos descubrió el universo del átomo, de lo muy pequeño, infinitesimal. Por los años de 1.925 y 1.926, Edwin Schrödinger, Werner Heisemberg y otros muchos desarrollaron esta teoría que derribó las barreras de creencias firmes durante siglos.
En 1.905 y más tarde en 1.916, llegó Einstein y nos trajo otra visión del mundo de la Física y del Universo, la Teoría de la Relatividad fue como una supernova, aquello explotó y su onda expansiva aún está en camino y nos puede decir muchas cosas.
¡El Universo! ¡Es todo tan complicado!
¡La Humanidad! ¡Transporta tanta ignorancia!
Emilio Silvera V.