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¿Qué es la Vida?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (2)
Todos tenemos una idea intuitiva de qué es la vida. Sabemos de su existencia por nuestra propia experiencia pero la cosa se complica cuando tratamos de ponerlo negro sobre blanco. Una cantidad enorme de células deciden ponerse de acuerdo para construir un cuerpo. Actúan unidas, con la misión compartida de mantener la autonomía y la identidad de su existencia.
También es el pensador que nos habló sobre la función de onda del universo
Erwin Schrödinger fue uno de los científicos más importantes del siglo XX. Recibió el Premio Nobel de Física en 1993 gracias al desarrollo de la Teoría Cuántica. Sin embargo, como todo pensador ilustre, trató de desentrañar conceptos que se extienden más allá de su ámbito de estudio. En sus propias palabras: “…se volvió casi imposible, para una única mente, dominar por completo más que una pequeña porción especializada de ese conocimiento. No veo otra salida para este dilema (bajo riesgo de perder nuestro objetivo para siempre) que aventurarnos a embarcar, algunos de nosotros, en una síntesis de hechos y teorías, aunque dotados de un conocimiento incompleto y de segunda mano sobre algunos de ellos, y, peor aun, pudiendo parecer tontos”.
El agua u oxidano (H2O) es un compuesto químico inorgánico formado por dos átomos de hidrógeno (H) y uno de oxígeno (O). Esta molécula es esencial en la vida de los seres vivos, al servir de medio para el metabolismo de las biomoléculas, se encuentra en la naturaleza en sus tres estados y fue clave para su formación.
Si cada molécula de agua (H2O) esta formada por tres átomos: dos de hidrógeno y uno de oxígeno. ¡Los átomos son más pequeños! La pequeñez del átomo resulta muy difícil de comprender. Así, el diámetro de la nube electrónica alrededor del núcleo, es decir, el diámetro de todo el átomo es del orden de 0,1 nanómetro o una diez mil millonésima parte de un metro. Un átomo es tan pequeño que se podría alinear 10 millones de átomos en un milímetro.
¿Por qué son los átomos tan pequeños?
O dicho de otra forma: ¿por qué los seres vivos son enormes comparados con el tamaño de los átomos? La escala a la que trabaja “la vida” es necesariamente grande, y, cuando digo “grande” quiero decir comparado con un átomo. Es necesario que sea así porque, si no, las perturbaciones que añaden los procesos atómicos, como por ejemplo el calor, harían que los desarrollos biológicos fueran imposibles. Imaginemos que unos pocos átomos formaran un organismo vivo. Sabemos que el calor produce vibraciones que aumentan la separación entre átomos. Pues si sólo unos pocos formaran un cuerpo, éste se pasaría la vida creciendo y menguando desaforadamente como si se estuvieran bebiendo frascos y frascos del elixir de Alicia en el País de las Maravillas. Aprendemos entonces que la vida tiene una escala necesaria: la del planeta Tierra.
Orden a partir del desorden y orden a partir del orden
Ya hemos hablado en alguna ocasión de la relación entre orden, entropía y vida. Cualquier proceso vital lo es gracias al aumento de desorden en el Universo. La naturaleza realiza procesos en los que trata de organizar, de reglar, de acumular. Sin embargo este “orden a partir del desorden” requiere un paso más. Sería imposible que una especie perdurara en el tiempo, más allá de su corta vida como individuo sin la existencia de la información genética. Las especies son capaces de comunicar su esencia a sus descendientes. Un mecanismo de transmisión del “orden a partir del orden” que perdura durante siglos. La información es parte fundamental de la existencia de la vida.
¿Se basa la vida en leyes físicas?
Bueno, algunos dicen que lo único que no cambia es el Cambio. Por eso hay vida
Se puede entrever que la Biología será útil a la Física, provocando el descubrimiento de nuevas leyes y, también, la Física a la Biología, porque ofrecerá una explicación unificada de la vida. Sin embargo, e inevitablemente, aunque aún no conozcamos todos los procesos que hacen que la vida exista, sólo podrán ser físicos, puesto que cuanto se encuentra en la materia de un ser vivo son los elementos con los que están hechos el resto del universo. Nuestros cabellos, las hojas de los arboles, el agua o el polvo estelar están hechos de los mismos componentes. Elementos únicos regidos por las leyes universales de la física. Sólo eso puede explicarlo todo. ¿O no?
Lo más curioso de todo esto es que, finalmente, hemos caído en la cuenta de que, ¡sin estrellas no habría vida! Todos los materiales que componen los cuerpos vivos están elaborados en las estrellas: Carbono, Hidrógeno, Oxigeno, Nitrógeno y otros en menor medida, todos se fusionaron en las estrellas que, al morir, quedaron en grandes nebulosas de las que, con el paso de millones de años, surgieron nuevas estrellas y nuevos mundos y… ¿formas de vida?
¿Qué es lo que define a la vida? ¿Cómo podemos distinguir entre lo que está vivo y lo que no? La mayoría de la gente tiene una comprensión intuitiva de lo que significa que algo esté vivo. A pesar de ello, es sorprendentemente difícil definir la vida de manera precisa. Debido a ello, muchas definiciones de vida son operacionales, nos permiten separar los seres vivos de los inanimados, pero no nos dicen realmente lo que es la vida. Para hacer esta separación, debemos elaborar una lista de las propiedades que, en su conjunto, son únicas de los seres vivos.
Tú estás vivo y yo también. El perro que escucho ladrar está vivo, al igual que el árbol afuera de mi ventana. Sin embargo, la nieve que cae desde las nubes no está viva. La computadora que usas para leer este artículo tampoco está viva, ni la silla o la mesa. Las partes de la silla que están hechas de madera alguna vez estuvieron vivas, pero ya no lo están. Si hicieras una fogata con la madera, el fuego tampoco estaría vivo.
Una de las cosas que definen al Ser vivo es que, aparte de lo vegetal (que no podemos llegar a comprender en toda su extensión), las bacterias y “seres” de los mundos de eucarya y archea, todos los demás, más o menos, demuestran tener algo de inteligencia en distintos grados según la especie. La Vida resulta ser un gran misterios por resolver.
De momento, no podemos contestar la pregunta planteada.
¿La Vida? La definición más simple y certera es: La Evolución de la materia “inerte· hasta los pensamientos
Emilio silvera vázquez
el 5 de noviembre del 2018 a las 19:59
Así lo veo yo.
Seres muy complejos, como particulares universos, autónomos en sí mismos, pero que necesitan de un medio.
No necesitan que nadie los mande, aunque hayan de relacionarse, al menos periódicamente.
En eso consistiría la vida, en esa autonomía que les hace “sentirse” a sí mismos, aún aislados de lo que pasa fuera.
Los lóbulos cerebrales poseen funciones por si mismos. El traspaso de información entre ellos pudieran constituir el sentimiento propio el que nos hace pensantes y conscientes. Es una forma de verlo.
Querer entender la consciencia nos conduce a una abstracción. Aunque sea exagerar, también una simple partícula se sabe viajera o confinada, si libre, con una libertad interna, que pueda parecerse a un caos dirigido, porque será su forma de acción. Si eso se traslada a billones y trillones de elementos relacionados en un recinto compensado, el resultado es infinitamente más rico.
Nos sentimos a nosotros mismos como vida, porque es esa y no otra nuestra manera de “estatus” como autónomos, es decir,
somos y nos sentimos, porque nuestros sentimientos, como una forma física de ser en cada momento es el fundamento de la vida. Eso no podría hacerlo una piedra por ejemplo, porque está ligada indefectiblemente, por su simpleza constitutiva, a las fuerzas exteriores a ella y solo podrá transformarse según el medio la “manda”.
Resulta extraño que nuestra inteligencia sea incapaz de explicarse que es la vida o que es la consciencia, cuando sí nos explicamos los porqués de los sentimientos desencadenados por algo que esté fuera de nosotros. El sentimiento propio de ser es permanente o no viviríamos. Los otros sentimientos solo son “anécdotas”
el 6 de noviembre del 2018 a las 5:31
Lo que somos, la complejidad que está con nosotros, la unión de todos los parámetros que nos conforman como seres conscientes, la facultad de pensar y de generar ideas y tener sentimientos tan profundos que, a veces, llegamos a cometer locuras influidos por ellos, el que nuestros cerebros sean capaces de encontrar soluciones a grandes problemas que nos afectan, o, simplemente a cuestiones científicas que, no pocas veces, se nos hace incomprensible que las podamos comprender… Todo eso somos los seres humanos y mucho más. Sin embargo, no podemos dejar de reconocer que, pese a todo eso, estamos finalmente supeditados a devenir de la Naturaleza, lo que nos pueda “traer” y contra lo que nada podremos hacer para remediarlo.
Somos seres autónomos pero dependientes, podemos decidir pero supeditados a las circunstancias que nos rodean, lo del libre albedrío siempre ha sido una facultad parcial que tenemos para poder decidir según en qué momento y sobré que cuestiones, no siempre las cosas dependen de nosotros, de lo que podamos desear, ya que, fuerzas superiores se imponen sobre los simples deseos de unos seres que, en el contexto de la Naturaleza son frágiles y supeditados.
Claro que, a pesar de nuestra “pequeñez” en el contexto del Universo, ¿quién puede negarnos ese mérito de lo que hemos podido alcanzar, de las conquistas realizadas en todos los niveles del saber? Exagerando un poco podemos decir que, no hace mucho (en el contexto temporal del Universo) dejamos la copa de los árboles para dedicarnos a la mecánica cuántica, la cosmología y la computación, la Inteligencia artificial, la medicina, la química, la biología… El recorrido para que eso fuese posible ha sido largo y penoso pero ahora, sabemos donde estamos, imaginamos de donde podemos venir y hacia donde podemos ir, y, a pesar de todo eso… ¡No sabemos realmente quiénes somos!
Así que, lo podemos dejar en que la vida, es la materia evolucionada hasta el nivel de la conciencia.