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Nuestra situación en la Galaxia, nuestro universo y más allá
por Emilio Silvera ~ Clasificado en ¿Dónde estamos dentro de la Galaxia? ~ Comments (5)
El Sistema Solar está situado en uno de los tres brazos en espiral de esta galaxia llamado Orión, a unos 27.000/30.000 años luz del núcleo, alrededor del cual gira a la velocidad de 250 km por segundo, empleando 225 millones de años en dar una vuelta completa, lo que se denomina año cósmico. El Sistema Solar que es un sistema planetario compuesto por ocho planetas que giran en torno al Sol, la única estrella de este sistema.
El límite imaginario entre El Sistema Solar y el espacio interestelar se estima que está a 100 U.A., aproximadamente unos 15.000 millones de kilómetros de nuestro Sol. Este límite o frontera recibe el nombre de heliopausa y, como decimos, es imaginario debido a que en el Universo hay más vacío que materia.
En este vacío (espacio interplanetario) hay material proveniente de diferentes elementos de la Galaxia, tanto de cometas y asteroides como de la actividad de los planetas que expulsan partículas que, al no ser retenidas por atmósfera alguna, escapan al espacio. Por tanto, podría decirse que el polvo del espacio interplanetario es una variedad del polvo interestelar.
La galaxia de la Vía Láctea, o simplemente la Vía Láctea, es una galaxia espiral donde se encuentra el Sistema solar y a su vez se encuentra la Tierra el planeta que acoge a nuestra especie y muchas más. Según las observaciones, posee una masa de 1012 masas solares y es una espiral barrada. Su diámetro medio se estima en unos 100 000 años luz, equivalentes a casi un trillón y medio (1,42×1018) de kilómetros o 9480 millones de unidades astronómicas. Se calcula que contiene entre 200 000 y 400 000 millones de estrellas. La distancia desde el Sol hasta el centro de la galaxia (según las últimas medidas más refinadas) es de alrededor de 25 766 años luz (7900 pc.). es decir, el 52 % del radio total galáctico. La Vía Láctea forma parte de un conjunto de unas cuarenta o cincuenta galaxias llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y brillante tras la galaxia Andrómeda (aunque puede ser la más masiva, como lo muestra un estudio reciente).
Desde la Tierra el núcleo de la Galaxia se ve de la manera que arriba podemos observar.
Así las cosas, sabemos que estamos situados en el Brazo de Orión a 25 766 años luz del centro galáctico, y, sabiendo que el diámetro galáctico es de unos 100.000 años luz, nosotros, estamos situados a 24.234 años luz del borde de la galaxia del núcleo hacia abajo, y, sin embargo, existe una extraña curiosidad.
Veamos:
Hubble capta una pequeña galaxia a 13.000 millones de años luz
El Telescopio Espacial Hubble ha captado galaxias situadas a 13.000 millones de años luz de nuestro Sistema solar, y, sin embargo, nunca parece haberse dirigido hacia ese lugar del borde de la Galaxia situado a sólo 24.234 años luz que nos separa de él para saber que es lo que allí pueda haber.
Resulta extraño que podamos conocer lugares tan lejanos de nosotros y, sin embargo, otros más cerca de nosotros, nos son desconocidos. De todas las maneras, en esto del Espacio, las cosas son poco usuales y se salen de nuestras experiencias cotidianas, las enormes distancias lo hacen todo diferente. Acordáos de aquella misión llamada Voyager 1 y 2
La Sonda Voyager 1.
La razón de que se lanzasen estas naves cuando se lanzaron (en agosto y septiembre de 1977) era que Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno estaban alineados de una forma que sólo se da una vez cada 175 años. Esto permitía a las dos naves utilizar una técnica de«aprovechamiento de la gravedad» por la que eran lanzadas sucesivamente de un gigante gaseoso al siguiente en una especie de versión cósmica de chasquido de látigo. Aun así, tardaron nueve años en llegar a Urano y doce en cruzar la órbita de Plutón. A estas alturas han salido del Sistema Solar y andan por el Espacio Interestelar hacia las profundidades del Cosmos.
El Sol visto desde los planetas del Sistema Solar y Plutón.
En un vacío tan solitario se puede empezar a entender por qué han escapado a nuestra atención incluso los objetos más significativos (las lunas de Plutón, por ejemplo). Y Plutón no ha sido ni mucho menos un caso único a ese respecto. Hasta las expediciones del Voyager, se creía que Neptuno tenía dos lunas. El Voyager descubrió otras seis. Hace algunos años, se creía que había 30 lunas en el sistema solar. Hoy el total es de 9o, como mínimo, y aproximadamente un tercio de ellas se han descubierto en los últimos años. Lo que hay que tener en cuenta, claro, cuando se considera el universo en su conjunto, es que ni siquiera sabemos en realidad lo que hay en nuestro sistema solar.
El Cinturón de Kuiper.
Después de Plutón hemos de pasar por El Cinturón de Kuiper. Es una región en forma de disco que se encuentra más allá de la órbita de Neptuno, aproximadamente entre 30 y 100 UA (Unidades Astronómicas) del Sol, que contiene muchos pequeños cuerpos helados. Actualmente se le considera la fuente de los cometas de periodo corto. Aunque los valores de las estimaciones son bastante variables, se calcula que existen al menos 70.000 “transneptunianos” entre las 30 y 50 unidades astronómicas, con diámetros superiores a los 100 km. Más allá de las 50 UA es posible que existan más cuerpos de este tipo, pero en todo caso están fuera del alcance de las actuales técnicas de detección. Las observaciones muestran también que se hallan confinados dentro de unos pocos grados por encima o por debajo del plano de la eclíptica. Estos objetos se les conoce como KBO’s (Kuiper Belt Objects).
Universo visible, desde 13.700 hasta 180.000 millones de años luz. Aunque la edad del universo sea de 13.700 millones de años, la expansión producida debido al Big Bang hace que el universo más lejano observable se haya alejado mucho más que esa distancia, a pesar de haber recorrido menos de 13.700 millones de años luz (1,37×10^10).
La verdadera distancia comóvil al extremo del universo visible es sobre 46.500 millones de años luz en todas las direcciones desde la Tierra, así el Universo visible se puede considerar como una esfera perfecta con la Tierra en el centro y un diámetro de unos 93.000 millones de años luz/880.000 trillones de km (5.865 billones de UA). Hay que notar que muchas fuentes han publicado una amplia variedad de cifras incorrectas para el tamaño del Universo visible, desde 13.700 hasta 180.000 millones de años luz. Aunque la edad del universo sea de 13.700 millones de años, la expansión producida debido al Big Bang hace que el universo más lejano observable se haya alejado mucho más que esa distancia, a pesar de haber recorrido menos de 13.700 millones de años luz (1,37×10^10).
Imagen que explica la diferencia sobre el dato de la edad del universo (1.37×1010 años luz) en comparación a la estimación sobre el radio real del universo observable (4.65×1010 años luz).4 La explicación de tal sería que al mirar la radiación de fondo y las galaxias más lejanas se observa el pasado con una mayor densidad de materia por centímetro cúbico del universo.
Siendo el Big Bang la Teoría más aceptada y la que mejor concuerda con la observación, lo cierto es que, nunca hemos podido conocer el principio, es decir, no hemos sido capaces de traspasar esa línea invisible del Tiempo de Planck. ¿Qué pasó más allá de ella en ese infinitesimal espacio de tiempo… ¡No lo sabemos!
Por otra parte, es curioso no conociendo el principio, tampoco conozcamos el final, es decir, ¿Qué habrá el borde del Universo? Si el Universo tiene un principio debe tener un final y, ese final, supongamos que es un borde formado por las últimas galaxias del Universo… ¿Qué habrá más allá?¿Acaso espacios vacíos que al recorrerlos nos llevaría hasta otros Universo?
Si miramos nuestro universo veremos que todo se repite una y otra vez: Las galaxias y las estrellas, los mundos, los púlsares y estrellas de neutrones, las Nebulosas… Los Agujeros negros y los Cuásares… Siempre las mismas cosas y, de entre ellas, los mundos que, en ocasiones, pueden tener seres vivos. Y, si eso es así (que los es), ¿por qué no otros universos?
Una posibilidad real
Por todas estas razones, se debe considerar seriamente la posibilidad de que vivamos en un multiverso. Esto podría ayudar a comprender los problemas de la complejidad y de la sencillez. El hecho de que las leyes y consensos de la física parezcan tan afinados como para permitir la existencia de la vida en ingentes cantidades procedentes de valores extremadamente “improbables”, resulta obvio a partir de la suposición de que nuestro universo es sólo una pequeña parte de un vasto multiverso, en el que las diferentes regiones presentan leyes distintas. Desde esta perspectiva, vivimos en una de las áreas “antrópicamente favorables”. (En cosmología el Principio Antrópico establece que cualquier teoría válida sobre el universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano.)
Esta selección antrópica posee dimensión estrictamente teleológica y no teológica, sin ninguna relación con cualquier tipo de “Diseño Inteligente”. No sería otra cosa que la generalización evidente del efecto de selección que ya debe ser considerado dentro de nuestro propio universo. Cuando se maneja cualquier muestra, resulta imposible no preguntarse si es representativa del conjunto entero, y esta cuestión por supuesto debe extenderse cuando se considera nuestro universo dentro del multiverso.
El Hublle ha captado la galaxia más lejana hasta el momento
A pesar de que la luz que emite es extremadamente tenue, los autores del hallazgo consideran que la galaxia, denominada GN-z11, es sorprendentemente brillante, teniendo en cuenta la descomunal distancia que le separa de la Tierra: 13.400 millones de años luz. La medición de este objeto aporta una prueba contundente de que otras galaxias brillantes detectadas en anteriores imágenes del Hubble se encuentran sin lugar a dudas a distancias extraordinarias, lo cual demuestra que los astrónomos están logrando explorar las galaxias más primitivas que se formaron en el Universo.
este hallazgo ubica a GN-z11 a una distancia que hasta ahora se pensaba que sólo podría captar el futuro Telescopio James Webb, cuyo lanzamiento está previsto en 2018. Esperémos que, cuando el nuevo Telescopio esté en funcionamiento, nos pueda llevar mucho más lejos y decirnos, que hay más allá del “borde del Universo”.
Emilio Silvera Vázquez
el 19 de febrero del 2020 a las 19:21
Muy interesante artículo, pero una pregunta… si NGz11 está a 13400 millones de años luz, se generó la galaxia solo 400 millones de años luz después del Bigbang, o el universo debe ser más antiguo de su supuesta edad.?
Un saludo
el 20 de febrero del 2020 a las 4:32
Hola muchachada.
Hola Claudio.
Comparto tu duda.
En realidad, cuando NGz11 emitió la luz que nos llega de ella, la distancia a nuestra Vía Láctea (o a la protogalaxias que serían luego la Vía Láctea) era de 2660 millones de a.l.
Pero debido a la expansión del Universo, hoy se encuentra a una distancia de nosotros de 32 mil millones de a.l.
De todos modos y efectivamente parece haber un “muy breve” lapso de tiempo entre la formación de los primeros átomos de hidrógeno y helio , solo unas pocas decenas de millones de años, en la época de la “recombinación” (anteriormente sólo existían núcleos) y la formación de las primeras galaxias.
Esta galaxia no es tan excepcional, pues en los últimos años se han detectado varias galaxias de 13300 años de edad (y cada poco tiempo se detecta otra aún anterior); incluso una mucho más antigua: MACS1149-JD formada solo 200 años después del Big Bang.
Esperemos a ver que opina el profe al respecto.
Saludos cordiales.
el 20 de febrero del 2020 a las 10:59
Amigos míos:
Creo que el compañero Nelson nos deja una muy acertada perpectiva de lo que pudo pasar y de lo que pasa. Siempre teniendo en cuenta wque estamos en un Universo dinámico, lo que fue ayer es distinto en el hoy y mucho más diferente será en el mañana. Nada permanece, todo cambia y se producen procesos que van dando lugar a otros escenarios, no sólo es la expansdión del Universo, sino que, los constantes y continuados procesos que se van produciendo en todos los objetos que ocupan el Espacio Tiempo para conformar ese Universo que creemos conocer.
Desde msu “nacimiento”, los procesos han sido muchos y las Eras por las que ha pasado el Universo, que como nos recuerda Nelson, sufrió una recombinación que nos llevó a un UNiverso transparente a partir de otro opaco, con el surgir de los fotones que nos trajo la luz y demás radiaciones electromagnéticas, surgieron las familias de partículas conocidas, se formaron los núcleos de los átomos a los que acudieron en tropel los electros de carga negativa para compensar la positiva de los protones, los átomos se juntaron y formaron moléculas y estas lo hicieron para formar cuerpos como estrellas y galaxias entre otros.
Si no detenemos a estudiar todos estos acontecimientos fascinantes, podremos llegar a una mejor comprensión de los hechos que en su conjunto conforman una gran complejidad y, cuando los estudiamos por separado y en el momento exacto, podemos comrender, con mayor facilidad, todo lo que pudo pasar.
El Tiempo, la Expansdión de Hubble, las Galaxias, las estrellas, los mundos…. ¡La Vida!
Un abrazo amigos.
el 20 de febrero del 2020 a las 15:57
Quise decir: “… 200 millones de años del Big Bang…”
Mis disculpas.
el 23 de febrero del 2020 a las 4:57
Cierto, amigo Nelson, otra vez el Tiempo jugando un importante papel en todo lo que aconteció (y sigue aconteciendo) en nuestro Universo. De aquellos primeros momentos tan estudiados por los científicos que han obtenido sus conclusiones después de muchas observaciones y pruebas con todo tipo de aparatos de avanzadas tecnologías, se llegó a conclusiones que forjaron el Modelo del Big Bang que hoy aceptamos (mientras no tengamos otros datos que lo puedan variar.
De aquel torbellino de energía del que surgieron las partículas elementales y esas otras más complejas para formar los núcleos atómicos, los átomos, las moléculas y la materia en fin que hizo posible el nacimiento de estrellas y galaxias tras millones de evolución que hicieron posible todo lo que hoy podemos contemplar y observar con nuestros ingenios.
Profundizar en todos esos “acontecimientos” te puede llevar al viaje más fascinante y ponerte ante un Universo “niño” del que siendo opaco, liberó a los fotones para convertirse en transparente con el “nacimiento” de la luz que también, como el Tiempo, ha sido un gran quebradero de cabeza para todos los grandes pensadores.
Y, a todas esas maravillas, no tenemos mas remedio que añadir el acontecimiento más asombroso de todos, que hace ahora unos 3.850.000 años… ¡Surgió la Vida! en éste pequeño mundo que llamamos Tierra y, quien sabe en cuantos más.
La imparable expansión del Universo hace que las estrellas estén fuera de nuestro alcance físico, impidiendo nuestros deseos de viajar a esos otros mundos que, seguramente, acoge formas de vida que nos gustaría conocer. Unas podrán ser como la nuestra y tener la facultad de pensar, rememorar el pasado y conjeturar sobre el futuro, otras estarán todavía en en ciernes a la espera de evolucionar, y, otras, serán, como aquí en nuestro mundo, formas de vida de especies que, de poderlas conocer, nos llevarían al más grande de los asombros.
El Universo, para nosotros, es esa gran “burbuja” dentro de la cual se encuentra todo lo que existe. Sí, no podemos negar que puedan estar ahí otras “burbujas” que fuera de nuestro alcance, es como si no existieran.
Formamos parte de algo tan grande que nunca podremos conocer… ¡Del todo! y, el mejor ejemplo de ello, somos nosotros mismos que, a ciencia cierta, no sabemos como pudimos llegar hasta aquí, y, por las huellas del pasado, podemos conjeturar el camino recorrido que no deja de tener muchas zonas oscuras que nos hacen dudar de lo que realmente pasó.
Un abrazo amigo.