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¡La Naturaleza! ¡El Universo! ¡La Vida!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo asombroso    ~    Comentarios Comments (6)

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¿Estamos ahora en condiciones de comprender por qué, si existieran animales en otros planetas capaces de moverse a través de sus mares, de su atmósfera o de sus tierras, sería muy probable que, también ellos, tengan simetría bilateral? En otro planeta, igual que en la Tierra, atuarían los mismos factores que darían lugar a la mencionada simetría. La Gravedad produciría diferencias esenciales entre arriba y abajo, y la locomoción originaría marcadas diferencias entre frente y dorso. La ausencia de asimetrías fundamentales en el entorno permitiría que la simetría izquierda derecha de los cuerpos permaneciera inalterada.

 

¿Podemos ir más allá? ¿Podemos esperar semejanzas más concretas entre la vida extraterrestre y la vida tal como la conocemos? Creo que sí, que de la misma manera que existen planetas como la Tierra que tendrán paisajes parecidos a los que podemos contemplar en nuestro mundo, de igual forma, dichos planetas podrán albergar formas de vida que, habiéndo surgido en condiciones similares a las nuestras de Gravedad, Magnetismo, Radiación… Habrán seguido el mismo camino que tomamos nosotros y los otros seres que en la fauna terrestre nos acompañan.

 

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En los extraños mares de otros planetas, sin tener en cuenta la composición química, es difícil imaginar que la evolución de lugar a una forma más sencilla de locomoción que la que se produce ondulando colas y aletas. Que la propia evolución encontraría este tipo de propulsión viene avalado por el hecho de que, incluso en la Tierra, esta evolución se ha producción de manera totalmente espontánea e independiente. Los peces desarrollaron la propulsión cola-aleta; después, ellos mismos evolucionaron hasta convertirse en tipos anfibios que se arrastraban por tierra firme hasta llegar a ser reptiles.

 

Ornitorrinco, curioso e interesante - ZientziaEus

 

Ornitorrinco: ¿Mamífero, Ave o Reptil? Lo cierto es que, sin movernos de aquí, podemos ver los mismos extraños animales que nos podríamos encontrar en cualquier lugar situado en lejanos sistemas planetarios alumbrados por otras estrellas distintas a nuestro Sol. Allí como aquí en la Tierra, las mismas leyes, las mismas fuerzas, los mismos principios y los midsmos ritmos que el Universo impone por el inmenso Cosmos, estarían presentes.

Algunos  reptiles fueron evolucionando y dieron lugar a a los mamíferos. Pero cuando algunos de estos últimos regresaron al mar (los que luego han sido ballenas y focas, por ejemplo), sus piernas volvieron a evolucionar hacia las formas de las aleta destinadas a la propulsión por el medio acuático y a la navegación.

De la misma manera, cuesta imaginarse una manera más sencilla de volar por el aire que no sea utilizando las alas. De nuevo, también en la Tierra ha habido una evolución independiente y paralela de las alas. Los reptiles las desarrollaron a causa de la evolución, y llegaron a volar.

 

Los Pterodáctilos desaparecieron hace unos 100 millones de años

Lo mismo hicieron los insectos. Algunos mamíferos, como la ardilla voladora, desarrollaron alas para planear. El murciélago, otro mamífero, desarrolló unas alas excelentes. Algunas especies de peces, que saltan por encima del agua para evitar ser capturadas, se han provisto de alas de planeo.

 

         ¡La Naturaleza! ¿Qué no será posible para ella?

En tierra firme, ¿existe algún modelo más sencillo por el cual un animal puede desplazarse que no sea mediante apéndices articulados? Las patas de un perro, desde el punto de vista mecánico, no se diferencian demasiado de las de una mosca, pese a haber sufrido evoluciones completamente independientes una de otra. Evidentemente, la rueda es también, una máquina muy sencilla, útil para desplazarse por tierra, pero hay buenas razones técnicas que dificultan su evolución.

 

Recuerdo haber visto con los chicos cuando eran pequeños, aquella película en la que L. Frank Baum, en Ozma de Oz, inventó una raza de hombres, llamada “los rodadores” , con cuatro piernas como un perro pero que, cada una de ellas terminaba con una ruedecilla que les hacía correr velozmente para causar el pánico en la pequeña protagonista de la fantástica historia. Y, de la misma manera, si nos paramos a observar la Naturaleza y las criaturas que en ella han llegado a sugir, el asombro de tan fantástico logro, nos llega a dejar sin habla.

Pese a que ningún animal utiliza ruedas para auto-propulsarse a través del suelo o del aire, sí existen bacterias que se mueven por los líquidos haciendo rodar sus flagelos a modo de propulsores.

 

Identifican un nuevo mecanismo molecular del proceso de reparación del ADN  humano | Universidad de Sevilla

Existen mecanismos de rotación en el interior de las células para esparcir filamentos retorcidos de ADN. Algunos animales unicelulares se desplazan a través del agua haciendo que ruede todo su cuerpo. Si estudiamos el mundo microscópico de esos infinitesimales seres, nos quedaríamos maravillados de la inmensa diversidad de mecanismos que utilizan para poder realizar sus actividades cotidianas.

Órganos sensoriales como los ojos y nariz también deben ser como son si la vida evoluciona hacia algún tipo de actividad inteligente avanzada. Las ondas electromagnéticas son ideales para dar al cerebro un cuidadoso “mapa” del mundo exterior. Las ondas de presión, transmitidas por moléculas, proporcionan pistas adicionales de gran valor sobre el entorno, y son captadas por los oídos. Las moléculas emanadas por una sustancia se detectan por la nariz.

 

              Por ahí fuera, cualquier cosa que podamos imaginar… ¡Podría ser posible!

No es imposible que puedan  existan culturas avanzadas extraterrestres inteligentes en las que el olfato y el gusto no sean solamente los sentidos dominantes, sino que también sean los que proporcionan los principales medios de comunicación entre individuos. Hasta hace muy pocos años,  los biólogos no han descubierto que, en especies animales terrestres, se transmite una gran cantidad de información mediante una transferencia directa de sustancias que ahora se denominan feromonas.

 

Puesto que tanto  la luz como el sonido y las moléculas existen efectivamente en otros planetas, parece que la evolución debería crear también sentidos que explotaran éstos fenómenos como excelente medio de control de las circunstancias de la vida. Aquí en la Tierra, por ejemplo, el ojo no  ha tenido menos de tres desarrollos independientes entre sí: Los ojos de los vertebrados, los ojos de los Insectos y los de las diversas clases de moluscos.

 

 

                      ¡La Naturaleza! Esa maravilla y, a pesar de las diferencias, todos los seres vivos del planeta estamos hecho de los mismos ingredientes

El pulpo, por ejemplo, tiene un ojo particularmente bueno (de hecho, en algunos aspectos es mejor que el nuestro); posse párpados, córnea, iris, pupíla, retina igual que el ojo humano, ¡aunque ha evolucionado de forma completamente independiente del ojo de los vertebrados! Es difícil encontrar un ejemplo más sorprendente de cómo la evolución, actuándo según dos líneas de desarrollo desconectadas, puede llegar a crear dos instrumentos nada sencillos que, en esencia, poseen la misma función e idéntica estructura.

 

 

Los ojos, igual que otros órganos sensoriales, tienen buenas razones para constituir un tipo de cara habitual. En primer lugar, constituye una gran ventaja que ojos, nariz y oídos estén situados cerca de la boca, pués así son de utilidad para buscar alimentos. Asimismo, resulta ventajoso que estén colocados en las proximidades del cerebro: la sensibilidad está allí, y debe reaccionar para conseguir alimentos, eludir peligros y atisbar el mundo que nos rodea transmitiendo, por medio de los sentidos al cerebro, lo que pasa a nuestro alrededor.

 

El propio cerebro, al evaluar e interpretar los impulsos sensoriales, lo hace mediante redes eléctricas: una especie de microcomputador de inmensa complejidad. Los filamentos nerviosos que conducen los impulsos eléctricos pueden ser esenciales para el cerebro de los seres vivos avanzados (de ello hemos hablado aquí con frecuencia).

Si la vida en otros planetas llega a alcanzar el nivel de inteligencia de nuestra especie en la Tierra, parece probable que tendría al menos, algunos rasgos humanoides. La ubicación de los dedos en los extremos de los brazos reporta, evidentemente, indudables ventajas. De la misma manera y para su seguridad, el valioso cerebro debe estar fuertemente encastado y, además, tan alejado del suelo como sea posible, su seguridad es esencial.

 

 

Imaginar podemos todo lo que a nuestras mentes pueda acudir, incluso seres con ojos en las puntas de los dedos pero, la Naturaleza es racional, no pocas veces decimos que es sabia y, si pensamos en todo lo que antes hemos leído y visto, no tenemos más remedio que aceptarlo: ¡La Naturaleza es realmente Sabia! y, lo mismo que aquí en la Tierra, habrá sabido conformar criaturas en esos mundos lejanos en los que, la diversidad, será tan abundante como lo es en nuestro propio planeta y, lo mismo que en él, en esos otros mundos estará presente la evolución y la adaptación al medio que, en definitiva, son las reglas que rigen cuando la vida está presente.

Emilio Silvera Vázquez

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 10 de junio del 2014 a las 8:45

    Son curiosos y al mismo tiempo,  ¡resultas tan imprevisible y aleatorios los sueños! Es lógico que, de no estar muy cansados y tremendamente agotados, nos vayamos a la cama con alguna idea rondando en la mente, y, esa simple semilla, ese pensamiento, se puede agrandar y expandir de manera impensable configurando escenarios inimagibales.
    Pues con esto de los mundos extraterrestres y las posibles formas de vida, las Sociedades que en ellos puedan existir, me ocurre algo de eso y, no pocas veces, me han surgido sueños en la mente en los que, siempre, de una manera irrevocable, la vida que aparecía estaba basada en el Carbono, lo mismo que la nuestra. No importa que forma física podían tener aquellos seres, al fin y al cabo, eso dependerá bastante de la morfología del planeta, de su densidad, atmósfera, radiación que soporte y de muchos otros factores que podrían configurar formas difícil de imaginar. Sin embargo, si imaginamos que cualquier forma física es posible, por muy extraña que pueda ser… ¡Acertaremos!
    En nuestro mundo, lo mismo que pasará en otros mundos que reúnan las condiciones para la vida, se han tenido que recorrer, durante algunos  miles de millones de años unos intrincados senderos hasta que, la Vida surgió, primera de manera rudimentaria y pasajera y más tarde, de manera más estable y que supo adaptarse al planeta para evolucionar y, en nuestro caso, llegar a la plena consciencia.
    Así, gracias a las fuerzas de la Naturaleza que hicieron posible que la materia se pudiera constituir primero en núcleos y más tarde en átomos que, unidos formaron moléculas y estas pudieron conformar cuerpos. Esta materia que llamamos Bariónica, está conformada por Hadrones y Leptones, y, a su vez, los hadrones que forman dos familias (bariones y bosenes), están hechos de Quarks, los bariones de tripletes y los mesones de duos de quark-antiquark.
    Hay detalles que deben ser conocidos y, sabemos que el 99% de las especies vivas que estuvieron presentes en el planeta, se han extinguido y sólo perduran especies que constiutuyen el 1% de todas las que fueron. Estas cantidades que parecen extremas, no lo son tanto si nos preocupamos de estudiar un poco lo que es la aventura de la vida. De la mksma manera, también en el átomo nos encontramos con algo extraño:
    La materia que está presente en un átomo se encuentra en el núcleo y supone el 1% por ciento del átomo, es decir, el 99% restante, son ¡espacios vacíos! que nosotros no podemos atravesar por impedirlo la fuerza electromagnética que forman los electrones alrededor del núcleo. Por eso precisamente, no podemos atravesar las paredes, chasquear los dedos y batir palmas.
    La vida en el Universo, sabiendo lo que podemos saber de ella (muy estudiada durante mucho tiempo y,principalmente, en las últimas décadas, cuando se ha dispuesto de una tecnología avanzada que nos ha permitido sondear en los secretos que la vida encierra. Sabemos que el Carbono y el agua son esenciales para la vida. El Carbono por ser el agente químico más maleable y amigable para estar junto a otros sin estridencias, con naturalidad y para conformar un sin fin de estructuras vivas que puedan hacer posible la vida tal como la conocemos.
    No parece razonable que, en cualquier otro mundo, la vida esté conformada de otra manera. Sin embargo, no lo podemos descartar, simplemente decir que en el CArbono está la mejor esperanza para que se forme la Vida pero, eso no implica que podamos negar otras maneras, otras formas, otros elementos que, nuestra inmensa ignorancia, no pueda relacionar con la Vida y sólo hablamos de lo que conocemos de nos afecta desde la más inmediata cercanía.
    Sí, he estado en mundos maravillosos, algunos con tres soles de distintos colores, otros con cinco lunas, y, también alguno que tenía un inmenso sol azulado y en el que la atmósfera era extraña, las plantas de otro color diferente al de la Tierra y, sus habitantes, no tenían el color de piel que nosotros conocemos en nuestro planeta. Lagos dorados, ríos de serpenteantes y cantarinas aguas tan azules que, cuando en su caminar bañaba las piedras de las orillas, éstas quedaban teñidas de azul en el primer momento. Selvas frondosas de belleza sin igual en las que, el color predominante era el azul pálido y el anaranjado brillante, la arena de los suelos lucía amarilla como el oro molido.
    Me despido de esos bellos mundos y bajo de nuevo a la Tierra, el trabajo me reclama, y, el alto en el camino que hice para dejar este comentario, agotó el tiempo del que disponía. Ahora me marcho a Sevilla, donde tengo que representar a una empresa ante el TRibunal Económico Administrativo Regional de Andalucía, para tratar de que no cometan una injusticia. ¡También esto es la Vida!
    SAludos amigos.
     

    Responder
  2. 2
    emilio silvera
    el 10 de junio del 2014 a las 9:31

     
     Cuando tocamos estos temas, sin poder evitarlo, la mente deja volar los pensamientos que, en tropel salen ráudos y plasman los hechos que nos llevan a “conocer”, lo que creemos que el mundo es.

    Está muy claro que, nuestro mundo es como es, debido a una serie de parámetros que, poco a poco, hemos ido identificando y hemos denominado Constantes de la Naturaleza. Esta colección de números misteriosos son los responsables,  de que nuestro universo sea tal como lo conocemos que, a pesar de la concatenación de movimientos caóticamente impredecibles de los átomos y las moléculas, nuestra experiencia es la de un mundo estable y que posee una profunda consistencia y continuidad.
     
    Sí, nosotros también hemos llegado a saber que con el paso del tiempo, aumenta la entropía y las cosas cambian. Sin embargo, algunas cosas no cambian, continúan siempre igual, sin que nada les afecte. Esas, precisamente, son las constantes de la naturaleza que, desde mediados del siglo XIX, comenzó a llamar la atención de físicos como George Johnstone Stoney
    (1.826 – 1.911, Irlanda).
     
    Parece, según todas las trazas, que el universo, nuestro universo, alberga la vida inteligente porque las constantes de la naturaleza son las que aquí están presentes, cualquier ligera variación en alguna de estas constantes habría impedido que surgiera la vida en el planeta que habitamos. El universo con las constantes ligeramente diferentes habría nacido muerto, no se hubieran formado las estrellas ni se habrían unido los quarks para construir nucleones (protones y neutrones) que formaran los núcleos que al ser rodeados por los electrones construyeron los átomos que se juntaron para formar las moléculas y células que unidas dieron lugar a la materia. Esos universos con las constantes de la naturaleza distintas a las nuestras, estarían privados del potencial y de los elementos necesarios para desarrollar y sostener el tipo de complejidad organizada que nosotros llamamos vida.
     
    Nadie ha sabido responder a la pregunta de si las constantes de la naturaleza son realmente constantes o llegará un momento en que comience su transformación. Hay que tener en cuenta que para nosotros, la escala del tiempo que podríamos considerar muy grande, en la escala de tiempo del universo podría ser ínfima. El universo, por lo que sabemos, tiene 13.500 millones de años. Antes que nosotros, el reinado sobre el planeta correspondía a los dinosaurios, amos y señores durante 150 millones de años, hace ahora de ello 65 millones de años. Mucho después, hace apenas 2 millones de años, aparecieron nuestros antepasados directos que, después de una serie de cambios evolutivos desembocó en lo que somos hoy.
     
    Todo ello pudo suceder como consecuencia de que, 200 millones de años después del Big Bang se formaron las primeras estrellas que, a su vez, dieron lugar a las primeras galaxias.
     
    El material primario del universo fue una sustancia, una especie de sustancia cósmica que trajo el hidrógeno, el más sencillo y simple de los elementos que componen la tabla periódica. Hoy día, 13.500 millones de años después, continúa siendo el material más abundante del universo junto al helio.

    Seguir hablando de todos estos temas, como podréis comprender, es no acabar, de una cuestión te pasas a otra que, irremisiblemente, están entrelazadas y, de esa manera, llegamos a un camino que no tiene fin.
    Saludos.

    Responder
  3. 3
    emilio silvera
    el 10 de junio del 2014 a las 9:34

    Para hacer posible el resurgir de la vida, hacían falta materiales mucho más complejos que el hidrógeno; ésteera demasiado simple y había que fabricar otros materiales que, como el carbono, el hidrógeno pesado, el nitrógeno, oxígeno, etc, hicieran posible las combinaciones necesarias de materiales diferentes y complejos que, al ser bombardeados por radiación ultravioleta y rayos gammas provenientes del espacio, diera lugar a la primera
    célula orgánica que sería la semilla de la vida.

    Responder
  4. 4
    Fernando
    el 21 de junio del 2014 a las 23:42

    Hola de nuevo Emilio, mi gran admirado científico si todo nuestro cuerpo físico
    Esta formado por distintos órganos, fluidos, etc
    Todo esto al fin y al cabo se reduce a una y simple cosa:
    Somos un conjunto complejo de diferentes átomos y además se crearon en las estrellas, casi nada …
    Luego todo nuestro ser en un 99% somos espació vacío ?
    Aunque a simple vista tengamos otra percepción
    Un saludo maestro.

    Responder
    • 4.1
      Emilio Silvera
      el 22 de junio del 2014 a las 7:29

      ¡Hola, amigo Fernando!
      Dices bien, de alguna manera, todo es la misma cosa aunque esté adoptando diferentes figuras y, cuando esa materia ha evolucionado suficientemente en esa forma que llamamos vida, puede llegar -como en nuestro caso- hasta los pensamientos y… ¡los sentimientos! Es algo tan asombroso que aún, no hemos podido llegar a comprender.
      Hay cuestiones, amigo mñío, que nos deberían sorprender por las maravillas que la Naturaleza presenta ante nosotros. Por ejemplo:
      La tensión superficial es una consecuencia de que todas las moléculas y los átomos se atraen unos a otros con una fuerza que nosotros llamamos fuerza de Van der Vaalls. esta fuerza tiene un alcance muy corto. para ser más precisos, diremos que la intensidad de esta fuerza a una distancia r es aproximadamente proporcional a 1/r7. Esto significa  que si se reduce la distancia entre dos átomos a la mitad, la fuerza de Van der Vaalls con la que se atraen uno a otro se hace 2 x 2 x 2 x 2 x 2 x 2 x 2 = 128 veces más intensa. Cuando los átomos y las moléculas se acercan mucho unos a otros quedan unidos muy fuertemente a través de esta fuerza.
      Ahora tendríamos que hablar algo de la mecánica cuántica y, en ese ámbito, las reglas de la mecánica cuántica funcionan tan bien que resultaría realmente difícil refutarlas. En lo referente al vacío de los átomos…
      De importancia capital resultó conocer la existencia del núcleo y que éste, era 1/100.000 del total del átomo, es decir, casi todo el átomo estaba compuesto de espacios “vacíos” y, la materia así considerada, era una fracción inifintesimal del total atómico.
      Pero, todo esto tiene muchas implicaciones y estaríamos todo el día hablando de ellas.
      Nosotros vivimos en el vacío de menor energía, el vacío verdadero. Los físicos han hecho acopio de muchos conocimientos sobre las partículas que habitan ese tipo de vacío y las fuerzas que actúan entre ellas, a saber, la fuerza nuclear fuerte, la fuerza nuclear débil y la fuerza electromagnética. En otros vacíos, las propiedades de las partículas elementales pueden ser muy distintas. No sabemos cuántos tipos de vacío existen, pero la física de partículas sugiere que, aparte del nuestro, el vacío verdadero, hay por lo menos otros dos más y en ambos, ni entre las propias partículas ni en las interacciones hay tanta simetría y diversidad.
       
      Sin embargo, ni siquiera hoy, dos siglos más tarde se puede definir qué es la materia. Los hallazgos de la físicaa y la química modernas apuntan a que posee mucha menos sustancia de lo que aparenta. Es más, cuanto más penetramos en su estructura microscópica tanto mayor es la sospecha de que la sustancia va desapareciendo poco a poco.

      “El primero de esos vacíos es el vacío electrodébil. En él, las interacciones electromagnética y débil poseen la misma fuerza y se manifiestan como partes de una sola fuerza unificada. En este vacío, los electrones tienen una masa igual a cero y no se los puede distinguir de los neutrinos. Se mueven a la velocidad de la luz y no se vinculan a ningún núcleo para formar átomos. En tales condiciones, por supuesto, ése no puede ser el tipo de vacío en el que vivimos. El otro vacío es el que postula la Teoría de la gran unificación. En él, los tres tipos de interacciones entre las partículas están unificadas en un estado simétrico en el que los neutrinos, los electrones y los quarks son intercambiables. Se puede decir casi con toda certeza que el vacío electrodébil existe, pero este otro vacío es más especulativo. Las teorías que predicen su existencia son muy atractivas, pero requerirían de energías extraordinariamente elevadas de las cuales hay indicios escasos y muy indirectos. Cada centímetro cúbico del vacío electrodébil contiene una gran energía y, gracias a la relación masa-energía de Einstein, una enorme masa de aproximadamente diez mil trillones de kilogramos (1022, más o menos, la masa de la Luna). El vacío unificado tendría la pasmosa densidad de 1051 kilogramos por centímetro cúbico. No hace falta aclarar que estos vacíos nunca se han sintetizado en ningún laboratorio porque para eso se requerirían energías que exceden con mucho la capacidad técnica de los laboratorios actuales. Por comparación con estas enormes energías, la del vacío verdadero, normal, es minúscula. Durante mucho tiempo se pensó que era exactamente igual a cero, pero observaciones recientes indican que nuestro vacío tiene una pequeña energía positiva equivalente a la masa de tres átomos de hidrógeno por metro cúbico. De los vacíos de elevadas energías se dice que son falsos – a diferencia de nuestro vacío, que es el verdadero – porque son inestables. Al cabo de un período de tiempo muy breve – normalmente una fracción de segundo –, un vacío falso se descompone y se convierte en un vacío verdadero y su exceso de energía se transforma en una bola de fuego de partículas elementales.”

      En fin amigo, que todo es muy complicado y, para poder entenerderlo, lo tendremos que kirar, primero por partes y, más tarde, en su conjunto.
      Saludos.

      Responder
      • 4.1.1
        Emilio Silvera
        el 22 de junio del 2014 a las 7:49

        Quise decir “…mirar primero por partes y, más tarde, en su conjunto”.

        Responder

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