Mar
5
La libertad es una ficción cerebral
por Emilio Silvera ~
Clasificado en ¿Libre albedrío? ~
Comments (1)
Si hablamos de libertas en el más amplio sentido, lo primero que debemos comprender es que, no podremos tener libertad mientras estemos supeditados a un cuerpo material y un amplio conjunto de estructuras complejas que rigen nuestro Ser.
Siendo solo espíritu podríamos desplazarnos a cualquier lugar (no importa lo lejos que esté), contemplar acontecimientos y sucesos del Universo que siendo mortal nos resultan inimaginables. Y, además, gozaríamos de la Inmortalidad y de la verdadera libertad.
Me paro un momento a pensar en tal posibilidad, y, de inmediato, me traslado a ese escenario inmaterial, en el que no podría abrazar a mi Ser amado, ni acariciar a mis hijos, ni teniéndolo “todo”, no podría gozar de esos privilegios. Me recorre un escalofrío, y, si ese es el precio de la Libertad… ¡Me niego a ser libre!
El Tiempo “nació” en el mismo instante que lo hizo el Universo
Es curioso que esta misma mañana, me encuentro con un viejo amigo, y, me comenta, que ha estado repasando algunos de los trabajos publicados en este Blog, y, se ha parado a discernir sobre los variados informes, opiniones, artículos, libros, conferencias que, sobre lo que entienden por TIEMPO los Grandes Filósofos, Pensadores, Físicos… Y nunca ninguno de ellos dio una respuesta satisfactoria y completa de lo que el Tiempo es.
- ¿Qué crees tu que puede ser el Tiempo?
- Me quedé pensando un momento antes de contestar, y, rechazando las hipótesis más conocidas, le contesté:
- Si algo tengo claro es que, el Tiempo “nació, en el mismo instante que lo hizo el Universo, y siendo así (que lo es), mi única contestación (mi intelecto no daría para mucho mas´), es que el Tiempo es…
- ¡El Único Testigo!
- ¿El único testigo de qué?
- Pues de todo lo acaecido desde aquel primer segundo, el Tiempo podría ser el único cronista que nos podría contar todo lo sucedido desde aquel primer instante y los sucesos posteriores incluidos los de la aparición de la Vida con todo lo que ello implica.
- Mi amigo, se toca la barbilla pensativo, y, responde.
- Buena manera de eludir la pregunta y salirse por la tangente.
Claro que Yo, aunque la intención era la apuntada por mi amigo, en cierta manera sí pensaban que eso era el Tiempo, además ser lo que posibilitó…
El nacimiento, vida y muerte de las estrellas, fusionando durante miles de millones de años los elementos sencillos en otros más complejos hasta conseguir los que conforman la Vida.
Su transcurrir permite que crezcan las plantas
Que las especies evolucionaran y la especie humana alcanzara la facultad de la palara y del sentido de Ser. Otros seres podrían tener “pensamientos” primarios que nunca llegaron a cristalizar en lo que se conoce como sentido común de la conciencia.
Me pasó de nuevo, ¿no estaba hablando de lo que, con respecto a nosotros, entendemos por libertad y si realmente existe?
Estamos determinados, como el resto del Universo, por las leyes naturales
Perdemos la Libertad de muchas maneras, nos sujetan cadenas virtuales difíciles de romper , y, la mayor parte de las veces, la perdemos de manera voluntaria, hay cadenas que nos sujetan con el placer que nos puede dar el Amor, el Trabajo, la Familia….
“La libertad es una ficción cerebral, según confirman las últimas investigaciones sobre neurociencias. Estas investigaciones han determinado que la actividad cerebral previa a un movimiento, realizado por el sujeto en un tiempo por él elegido, es muy anterior (hasta 10 segundos) a la impresión subjetiva del propio sujeto de que va a realizar ese movimiento. Y aunque la falta de libertad es algo contraintuitivo, los experimentos indican que estamos determinados por las leyes de la Naturaleza. Por eso en Alemania algunos especialistas están reclamando la revisión del código penal para adecuarlo a los resultados de la neurociencia. Y aunque sigamos encarcelando a los que violen las leyes, ¿cambiará la imagen que tenemos tanto de esos criminales como de nosotros mismos?”
No siempre podemos dominar los impulsos de la mente. Algunos impulsos…
No pocas veces, nuestras mentes se ven abocadas a tener que retener, ese primer impulso, esa iniciativa de libertad, o, de libre albedrío. La complejidad en la que estamos inmersos nos prohíbe, en la mayor parte de las ocasiones, poder desarrollar y poner en práctica ese “estado de libertad” que ¿nos fue dado? pero que, en realidad, podría ser una ficción de la mente. Decidir lo que se dice decidir…, como todo en el universo, es algo limitado.
Su resplandor no destierra nuestra ignorancia
Claro que pretender que la llama de una vela ilumine nuestra ignorancia…, no será posible y necesitaremos algo más. La evolución de nuestra especie (llevamos cientos de miles de años evolucionando), es lenta y hasta alcanzar el estadio de “visión” perfecta del mundo, nos queda un largo camino por recorrer.
Sabemos (casi) de que está hecha la materia que podemos ver y detectar, suponemos y sospechamos que otra materia (más abundante) pulula por todo el Universo sin que podamos encontrarla, sospechamos de otras dimensiones, de otros universos y, desde luego, de otra Física. Sí, es verdad, todas son sospechas y, las sospechas en Física…tienen que ser demostradas, ya que, en caso contrario, se quedan en nada, en pensamientos vacíos.
También nuestra ignorancia es una especie de prisión que no nos permite pensar en posesión del conocimiento, nos pasamos la vida plantando preguntas que nadie sabe contestar. Y, al no poder pensar en posesión del conocimiento, nos vemos obligados a conjeturar sobre lo que podría ser, encerrado en ese Mar de Ignorancia que no nos hace libre.
Sospecho que, nuestros conocimientos de la mente…son muy limitados y que, todo esto, nos viene grande. Mientras sigamos preguntando: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Estamos solos en el Universo? Estamos dejando al descubierto nuestra gran ignorancia pero, el simple hecho de preguntar y de querer saber…nos pone en el camino correcto.
Emilio Silvera Vázquez
el 14 de octubre del 2013 a las 8:19
Verdaderamente, lo que entendemos por libertad, es decir, hacer en cada momento lo que nos venga en gana. En nuestro mundo no es posible, y, queda supeditado ese poder hacer, a un ámbito personal muy restringido que, se podría decir que afecta a nuestro entorno más pequeño, ese entorno profesional y familiar en el que, de alguna manera, tenemos cierta capacidad para la discrecionalidad de acción. Principalmente, para resolver los problemas que se presentan y, en lo personal, más allá de decidir qué libro leeremos esta nocho… poco más podemos elegir,
Es fácil comprender que lo del libro es una metáfora que abarca a una serie de cuestiones que sí podemos determinar en nuestro quehacer del día a día que, en relación con las interacciones que llevamos a cabo durante nuestras actividades, tenemos ese pequeño margen de decisión que, no es todo lo extenso que se pudiera pensar.
No podemos hacer lo que queramos, nuestras acciones inciden en terceros que no tienen que soportar las consecuencias de nuestro quehacer. Ya sabéis, nuestra libertad termina cuando empiezan los derechos del otro. Cada cual está alambicado en una parcela que le da el margen que le da para decidir lo que puede o no puede hacer.
¿La Libertad! Una ilusión.