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Fenómenos inexplicables

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en ¡Humanidad!    ~    Comentarios Comments (9)

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Podemos explicar el Gran Cañón, y cómo está así constituido

Sin embargo, hay cosas que la razón no puede explicar, y, lo que está ocurriendo en esta página, es, sin duda, una de las cosas más extrañas que jamás contarse puedan. Se trata de lo siguiente: Esos números que abajo podéis contemplar, son los contadores de las visitas recibidas en los últimos días hasta ayer, en este Blog. Como podeis ver, rondan las diez mil diarias de media.

 Estamos en este mismo momento en 7.533.142 visitas  y con 40 lectores presentes.

Sí, es cierto, yo puedo explicar algunas cosas pero, la falta de comentarios en el Blog… es algo incomprensible para mí. No puedo imaginar que, aunque sean sólo unos pocos, no tengan la necesidad de plantear alguna pregunta, señalar un fallo cometido por mí, expresar el asombro que le produce tal o cual fenómeno, y, en fín, dejar constancia de que estuvo por aquí.

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No siempre, podemos dar una explicación satisfactoria a nuestros compòrtamientos. Se hacen cosas, o, se toman decisiones que, ni son lógicas ni están en consonancia con la realidad que, de alguna manera, indica procederes distintos a los que realmente se han ejecutado.

En el caso de los pocos comentaristas en este Blog, se podrían pensar muchas cosas que, serían el motivo del por qué, tan pocos aparecen para expresar lo que les parece o piensan del trabajo expuesto. Nadie está obligado a decir nada sobre lo que aquí tratamos. Sin embargo, es lógico pensar que, alguna vez, se tenga la necesidad o el impulso, de decir alguna cosa que, por nimia que esta pueda ser, aquí quedará dicha.

http://photos1.blogger.com/blogger/6613/878/1600/freaks03.jpg

Por mi parte, siempre me lo he tomado como el caso de un grupo de amigos que van al campo a pasarlo bien, han echado el día disfrutándo de la Naturaleza y en paz, no pretendían otra cosa. Y, de la misma manera, deben pensar aquellos -la mayoría silenciosa-  que, pasan al Blog para pasarlo bien, leen aquellos trabajos de los expuestos que más les puedan interesar y, sin más pretensiones, se quedan a la espera del siguiente día, en el que volverán a mirar si viene algo que les pueda despertar la curiosidad. Por sus mentes, nunca pasó la idea de comentar nada.

Claro que, por mi parte, expreso, simplemente, mi gran extrañeza que, de ninguna manera es desilución o frustración que, han quedado anuladas, ambas, por el número de visitantes que nos pagan el esfuerzo con sus “presencias” que, aunque silenciosas, presencias son.

Como decía aquel sabio:

“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado, un esfuerzo total es una victoria completa.”

En ese sentido, amigos míos,  salimos victoriosos porque, darlo todo, a cambio de nada, es, ¡una alegría!

emilio silvera

PD

El que quiera decir algo es muy libre y, también es libre el que escoja callar. Sin embargo, se agradece el comentario que deja el visitante como muestra de que le gustó el tema aquí expuesto y, comentarlo con él/ellos, será siempre para mí, una gran satisfacción. Comentad hombres, al fin y al cabo es un pequeño pago por lo que yo os doy.

emilio silvera

 

  1. 1
    Giordano Valeriani
    el 22 de octubre del 2014 a las 8:37

    estimado Emilio 

    la situación que describes no es muy diferente a la que se da en los espacios ( salas..teatros..centros culturales) donde científicos con talento divulgador proponen su visión en diferentes campos del conocimiento..
    en el turno de preguntas del publico es raro  que  haya una eclosión de ellas …..
    pero no dejamos de hacer cola cuando algo/ alguien  nos llama la atención…y abre vías de reflexión u simple contemplación.. 

    Responder
    • 1.1
      emilio silvera
      el 23 de octubre del 2014 a las 13:19

      Amigo Giordano… ¡Cuánta razón llevas! Tu reflexión está cargada de un acertado razonamiento.
      Saludos.

      Responder
  2. 2
    Fernando
    el 22 de octubre del 2014 a las 21:10

    Estimado Emilio, abajo expongo mis razones particulares por las que no comento nunca, por si fuese de interés.

    Escucho todos tus posts desde que comenzaste el blog, y digo escucho porque lo hago en un smartphone utilizando voz sintetizada.
    Como no tengo mucho tiempo libre, suelo aprovechar para ello los momentos en los que puedo disponer de la mente pero no de las manos ni de los ojos, como conduciendo, haciendo ejercicio físico o las tareas domésticas.

    Por supuesto que me surgen dudas y preguntas, pero no estoy acostumbrado a escribir – tu prolífica producción me tiene deslumbrado – y no encuentro el momento de sentarme ante una pantalla para darles una forma decente.

    Quizás esto que me pasa a mi le suceda a más gente. La tecnología unida al ajetreo de vida que llevamos nos ha atrofiado capacidades como la redacción y la exposición de ideas.

    Un saludo

    Responder
  3. 3
    emilio silvera
    el 23 de octubre del 2014 a las 13:17

    Estimado Fernando:
     
    Lo mismo que te pasa a tí le pasa a la mayoría de la gente. Hoy tenemos poco tiempo para hacer estas cosas y, cuando se quiere hacer algo bien, en cualquier ´çambito de la vida, el esfiuerzo es mayor. Nadie quiere exhibir algo suyo defectuaoso y, tal hecho cierto, les lleva, no pocas veces, a participar poco o no participar, y, como bien dices, aprovechas con disfrute lo que se les ofrece.
    Preguntas tene¡mos todo y, por ejemplo, el otro día en un pueblo de Huelva, Cartaya, y me paró para decirme que era una asidua del Blog y, que estaba encantada de todo lo que en él había aprendido.Me tuvo una hora haciéndome preguntas que, con paciencia contesté.
    Todos queremos saber y ninguno, o, pocos, tratamos de decir lo poco que sabemos y que, sería conveniente, toda vez que, ideas tenemos todos y, algunas pueden ser acertadas y dignas de ser conocidas.
    No te quedes en silencia por el miedo al que dirán, sé tu mismo y expresa lo que sienrtes, lo que piensas sin más.
    Un saludo coridla.
     

    Responder
  4. 4
    emilio silvera
    el 23 de octubre del 2014 a las 13:17

    Amigo Fernnado, verás que la impaciencia me puede, quise decir Cordial.

    Responder
  5. 5
    kike
    el 24 de octubre del 2014 a las 18:22

    Como no soy tan pacifista como Mahatma, y aunque reconozco que en el fondo tiene razón en cuanto a la frase transcrita, pienso que el triunfo completo e ideal sería el que la gente respondiera a tu esfuerzo.

     Que tus artículos gustan está más que demostrado, así que el poco ratio de comentarios debe de tener quizás más de un motivo; como podrían ser:

     – El miedo al ridículo; situación inexistente en realidad, puesto que ninguno estamos obligados a saberlo todo (ni mucho menos),  y por ende si tenemos en cuenta la dificultad manifiesta de la mayor parte de los temas tratados;pero eso no quita que nos salgan preguntas, ideas, opiniones, etc., que fácilmente podrían ser vertidas para su aclaración.
     
     – Falta de tiempo: Eso no cuela; siempre hay diez minutos para poder decir algo.

     – Miedo (otra vez) a comentarios críticos con el expuesto, que, conociendo algunas páginas se comprende un poco, pero en esta no existe la más mínima falta de educación y si por el contrario mucha comprensión; apaqrte que un poco de discusión, siempre dentro de los límites de tolerancia y educación, en realidad sirven para engancharnos un poco más y profundizar en diversos temas, lo que a la postre significa enseñanza de la buena.

     – Esconderse en el anonimato; cosa cómoda que todos hacemos a menudo, pero que no se puede alargar para siempre.

     – Falta de diálogo con otros comentaristas: No válido con Emilio, que tiene el exquisito cuidado, nada obligatorio, de contestar la inmensa mayoría de veces los comentarios efectuados (Vamos, es que a veces hasta contesta a las puñeteras máquinas..)

     – Y quizás la más importante a mi parecer, los comentarios efectuados por máquinas, que por su cantidad desvirtúan muy mucho el lugar e inhiben a bastantes posibles comentaristas, que no quieren verse mezclados con esas maquinitas odiosas. 

     Y por último, pero no en ese orden, la pereza; si ese pecado capital que todos tenemos, porque participar siempre exige un mínimo de trabajo, y simplemente, ya que nadie se entera de tus visitas, pues nada, a leer los artículos y a otra cosa mariposa.

     Pero con el solo hecho de leer algún que otro artículo, ya demostramos que estamos interesados en alguna ciencia (del cosmos al menos), y el estar interesado debería producir bastantes interrogantes que necesitarían respuesta, así que si no la buscamos, será más que nada por ……pereza.

     Bueno, ya lo dejo, que me da pereza….

     Saludos a todos y un abrazo para Maese. 

    Responder
  6. 6
    Emilio Silvera
    el 25 de octubre del 2014 a las 8:26

    Nuestro contertulio y buen amigo Kike, nos deja aquí una explicación bastante acertada del por qué, no proliferan en el lugar los comentarios que sería lógico esperar. No poas veces es el pudor el que nos hace retraernos y, por la verguenza de quedar mal, dejamos de expresar esas ideas que dentro de nosotros están bullendo y tratando de salir a la luz del día para que todos sepan de ella.

    El amigo Kike lo explica bien, y, certero como siempre, nos recuerda que nadie lo sabe todo. Cada cual sabe lo suyo y, ese suyo, puede ser desconocido para los demás que, de conocerlo, se enriquecerían con el saber del otro. Además, este lugar es amigable y respetuoso con todos, aquí caben toda clase de opiniones que, desde el respeto a los demás se quieren vertir sobre los temas de que estémos hablando.

    Comprendeo que muchos de esos temas, a veces, por mucho que trate de simplificarlos, son complejos pero, siempre se dejan huecos que dan la posibilidad de hacer alguna pregunta o dejar algún comentario. Las preguntas, como bien dice Kike (también los comentarios), trato, dentro de lo posible, de contestarlos todos por deferencia al visitante, y, hasta me paso a veces contestando a esas máquinas dichosas que nos dejan el engorroso Span. Son tantas mis ánsias de agradar que, a veces me suele pasar y, cuando capto el error… ya es tarde y sólo me queda sonreir por la metedura de pata. ¡Nadie es infalible!

    A mí me encantaría que fuesen muchos los que comentaran y que lo hicieran con sus nombres de pila, que dejaran aquí la posibilidad de conocernos y entablar esa relación amistosa y cordial que, en lugares como este, son posibles siempre que no dejemos que “personajes” metepatas lleguen a interferir en un ambiente cordial y de respeto mutuo.

    Ya en tiempos pasados, lo pudimos conseguir en Observatorio Info, lugar en el que, durante una larga temporada, el sitio resplandecía de caramadería y cada cual, exponía su punto de vista para entablar, positivas discusiones sobre este o aquel tema que, en definitiva, enriquecía a todos. Pero, por desgracia, llegaron algunos personajes oscuros, envidiosos y religiosos que, con su proceder irracional y hasta cobarde, acabaron con la armonía del lugar que, desgraciadamente hoy, es solo una sombra de lo que fue.

    Aquí, mi pertinaz insistencia, no deja que nada de eso pueda pasar y, sean pocos o muchos los que quieran comentar alguna cosa, siempre serán bien acogidos. Por lo demás, yo sigo a lo mío y, el número de visitas, de alguna manera, compensa los esfuerzos y somos conscientes de que, nuestro trabajo, no cae en saco roto.

    ¡Más de 15.000.000 de visitantes lo avalan!

    Gracias amigos.

     

    Responder
  7. 7
    nelson
    el 26 de octubre del 2014 a las 0:36

    Hola muchachada. 
    Aunque comparto la interrogante, debo decir que no estoy seguro de que sea por pereza. Tampoco comparto la visión de Emilio sobre los causantes de la crisis de Observatorio. No fueron (desde mi punto de vista) los “trolls” (que siempre fueron controlados por los moderadores) ni los comentaristas religiosos quienes precipitaron la debacle. Personajes como Ojeda atravesaron todo ese período dorado con polémicos sí, pero inteligentes post que provocaron muy buenos e instructivos debates que nunca pusieron en peligro la página. Por el contrario, los comentaristas más pródigos, más instruidos y aparentemente más “encariñados”, fueron los primeros en abandonar el barco ante el anuncio de temporal. Incluso su “capitán” se mostró lento e indolente (creo que pasó por su cabeza cerrar la página), aunque diré en su descargo que las “ofertas de ayuda” incluían en el paquete “compartir el puente de mando”. Ante el silencio, las “vacas sagradas” no dudaron en retirarse priorizando su encono a la supuesta “amistad” y “compañerismo” granjeados con todos los demás contertulios que, azorados, quedaron solos, sin entender lo que pasaba.
    Mi padre tenía un dicho: “Con “amigos” como éstos… ¡no necesitamos enemigos!”
    Sí pudo haber envidia en la forma en que nuestro Amigo Emilio sufrió una verdadera persecución, una sucesión de “amonestaciones” fuera de lugar y con un ensañamiento que no se aplicó con otros visitantes que notoriamente venían con mala fe a molestar al lugar. Y ya diré de paso que hubieron otros maltratados en esa época, época que tendemos a idealizar, que sin duda extrañamos, pero en la que hubo que pagar un cierto y no escrito “derecho de piso” para ser aceptado y reconocido por los “popes”. 
    Creo también que la pérdida del inolvidable  Aker, persona de enorme estatura intelectual y humana, que además considero que asumía un papel de mediador y componedor, tuvo un efecto devastador en la página, que con la virtual “expulsión” posterior de Emilio quedó tan malherida que hasta hoy no ha podido recuperarse, pese al empeño elogiable de los “sobrevivientes” y de nuevos compañeros, que aunque se apoyan en el copypegar, se esfuerzan en recontruir la “Comunidad de Observatorio””.
    En realidad, al igual que hoy aquí los comentaristas eran pocos, solo que en aquella época “los pocos” escribían mucho, se alternaban, eran elocuentes, muy prolíficos en la producción de opinión calificada y al entablarse el diálogo se sucedían natural y alternativamente sus comentarios, generando un ambiente que invitaba a la participación activa.
    Aquí solo Emilio tiene la capacidad necesaria y carga con el tremendo trabajo de darle el perfil de página de divulgación científica. Los compañeros capaces de  darle una mano con sus contribuciones o críticas como Fandila, Tom Wood, Crusellas, Abdel, Roberto y otros parecen habernos abandonado, sin mediar en este caso ninguna “crisis”.
    Es posible que la enorme cantidad de lectores que quedamos seamos curiosos atraídos por la cautivante manera de desarrollar los temas que tiene el maestro, temas que en otras fuentes serían aburridos o ininteligibles para el grado de instrucción que poseemos, lo que hace que todo el esfuerzo se concentre en disfrutar de la lectura y el aprendizaje de la mayor parte posible de la enorme cantidad de material que difunde.
    En mi caso particular, no me siento en condiciones de poder opinar sobre la mayoría de los temas tratados, salvo en ocasiones que se salen de lo puramente científico como ésta aprovechando la generosidad del anfitrión. Además, el desconocimiento de la dactilografía y la lentitud que conlleva me hacen dificultosa y demorada la escritura, problema práctico que puede ser más común de lo imaginado en esta época de eclosión de la información y comunicación digital que me hace sentir como un analfabeto.
    Creo que algo de esto puede explicar, al menos en parte, la ausencia de comentarios en una página tan atractiva y concurrida.
    Créeme amigo Emilio: tú eres un fuera de serie. Los demás acompañamos como podemos.
    Abrazos.

     

     

    Responder
    • 7.1
      Emilio Silvera
      el 26 de octubre del 2014 a las 6:28

      ¡Hola, amigo Nelson!

      Es posible que lleves razón en todo lo que apuntas y, desde luego, los hechos, pudieran estar muy próximos al escenarios que “dibujas”. De todas las maneras fue una pena que aquella época de camaradería llegase a su final por una u otra causa que, en definitiva y como bien apuntas, cada cual desempeñó su papel en los hechos.

      Lo cierto es que, todo resulta bastante extraño y los comportamientos sociales obedecen a “ondas” que no siempre llegamos a comprender. ¿Por qué tiene éxito este o aquel producto? Bueno, muchos son los factores que pueden intervenir para que las cosas sucedan de la manera que lo hacen.

      Cuando dices:

      “Aquí solo Emilio tiene la capacidad necesaria y carga con el tremendo trabajo de darle el perfil de página de divulgación científica. Los compañeros capaces de  darle una mano con sus contribuciones o críticas como Fandila, Tom Wood, Crusellas, Abdel, Roberto y otros parecen habernos abandonado, sin mediar en este caso ninguna “crisis”.

      Es cierto, llegaron y desaparecieron sin que mediara motivo alguno y, tal hecho cierto, quizá tendríamos que anotarlo en el libro de la evolución de las cosas. La gente, por lo general, se acerca a un lugar y curiosea y, si puede, interviene en la medida de lo razonable. Sin embargo, llega un momento en el que las cosas parecen una repetición y terminan por aburrirse (digo yo). Ese creo, sería el motivo por el cual, todas esas personas que has nombrado dejaron de aparecer, lo que no desdice el hecho de que sigan echando una mirada al lugar de vez en cuando pero, ahora en silencio. Otros, como el amigo Abdel, se deja “ver” de manera esporádica para saludar y dejar algunos de sus pensamientos.

      En cuanto a lo que comentas, referido a la manera en la que aquí se exponen los trabajos (dentro de lo que es posible), siempre tratando de que las cosas complejas parezcan sencillas, sí que puede atraer a muchos curiosos que se conforman con curiosear sobre lo que se trata y, si es posible, aprender alguna cosa que no sabía. Otros, sabiendo mucho más allá de lo que aquí contamos, sonreirán en silencio y pasarán página sin querer comentar nada al captar la buena intención que nos guía y la ausencia de lucro por el trabajo hecho que, es simplemente una manera sencilla de divulgar sin grandes pretensiones.

      Amigo Nelson, tu sencillez y honestidad quedan al descubierto en tus palabras, ya que, sabes más de lo que dices saber y la sincera modestia que desprendes, cala hondo en el entendimiento del lector que puede vislumbrar, mucho más de lo que dejas ver.

      Amigo Nelson, creo, que como han dicho muchos sabios que fieron, poco es lo que sabemos y mucho lo que nos queda por saber y, en esa batalla que mantiene nuestra especie desde hace milenios, estamos enredados tratando de que las cosas cambien pero… ¡Es tan difícil! Crusellas nos recordaba que pasamos por aquí y nunca dejamos de ser aprendices… ¡Es tan poco el Tiempo que se nos da!

      Bueno, si tratamos de que esa ignorancia con la cargamos sea cada vez menos pesada, estaremos en el buen camino y, de alguna manera, aquí tratamos de poner nuestro granito de arena en esa empresa. De una manera modesta pero pertinaz, seguimos en esa lucha para que otros, conozcan algunas cosas nuevas, para que sepan como es el “mundo”, que sus consciencias despierten a un “mundo nuevo” en el que, pueden ver, ese otro escenario en el que, situaciones que antes no podían percibir se les presente ahora con claridad ante los ojos de sus mentes y comprendan, de alguna manera, que nuestra realidad es distinta a la realidad de la Naturaleza de la que debemos aprender.

      Por lo demás, me considero una persona muy corriente que, curiosa, quiere saber del “mundo” que le rodea y del por qué de los fenómenos que allí ocurren. Cuando un día lejano ya en el tiempo pude comprender el nacimiento, la vida y la muerte de las estrellas y, todo lo que sucedía mientras estaban aquí, quedé fascinado para siempre y, puede comprender que, la Naturaleza tiene sus propias Normas y Leyes que, inamovibles, hacen lo necesario para que nuestro Universo sea el que podemos observar y, desde luego, para que nosotros (como muchos otros seres vivos), estémos aquí pensando que en otros mundos, otras criaturas podrán plantearse las mismas preguntas que nosotros nos planteamos.

      Seguiremos en la brecha por afición y, sobre todo, por la insaciable curiosidad que llevamos dentro. Leonardo nos contó una vez que, su curiosidad, venció al miedo al penetrar en una gruta oscura y profunda, en la que se podría haber encontrado cualquier cosa y, sin embargo, entró pensando que vería un escenario de mágica belleza.

      ¡Cómo somos los humanos!

      No puedo saber si algún día, lejos en el futuro, podremos llegar a conocernos pero, como decía Planck, creo que, lo difícil de conocer el Universo está, precisamente en el hecho de que, nosotros, formamos parte de él.

      Un abrazo amigo mío.

       

       

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