Jun
18
El mundo del mañana, los sueños
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Imaginación ~ Comments (0)
Las ciudades del futuro las podemos imaginar de mil maneras, cambiando los formatos de los edificios que, para entonces serán inteligentes y nos facilitarán una vida cómoda y sin el menor esfuerzo lo tendremos todo a mano. Habrán desaparecido los enchufes eléctricos y las fontanerias que, ocultas, se mostrarán cuando las necesitemos y, de la misma manera los muebles de todo tipo y, también, estarán esos modernos habitáculos provistos de cocinas automáticas que te facilitarán cualquier clase de guiso o exquisitez que le podamos pedir.
Nos podemos olvidar de ver vehículos circulando por calles más o menos estrechas, y, ningún transporte causarán contaminación atmosférica. Un sistema de teletransportanción nos llevará de un lado a otro de las ciudades o entre ciudades. Podemos tener que dar una conferencia en Australia a las 12 horas y partiremos de Madrid a las 11,30 h., con tiempo más que suficiente para tomar un café antes de comenzar la charla. Podremos ver modernos bólidos que se desplazan por el cielo limpio y transparente.
Casi nada será como lo conocemos hoy, y, la gente no se tendrá que desplazar a los trabajos que, por lo general y salvo excepciones, harán desde casa. Laboratorios modernos en la Tierra y en el Espacio habrán erradicado las enfermedades que hoy son una lacra, y, la Vida media estará en 200 años.
Nuestros científicos habrán podido, al fin, construir naves espaciales que, de manera cotidiana, visitarán otros mundos con los que hemos entablado relaciones comerciales y, el intercambio de turistas es lo usual, ya nadie se extraña de ver por los centros de cultura a gente extraña como…
Estos habitantes de Isatel-2. Un mundo alumbrado por la estrella Acilia, que en lugar de ser amarilla como el Sol es Azul. Son de inteligencia extrema y, en su mundo, han logrado cosas que, cuando se hicieron públicas alborotaron a todos los terrícolas, hasta comprender que, precisamente, por ser tan inteligentes eran de lo más pacífico, sólo querían saber y aprender cosas nuevas, y, la Tierra, les encantaba.
Otros mundos, con tres veces la masa de nuestro Sol, tenían habitantes rechonchos y bajitos, ya que, la gravedad extrema los hacía diferentes a nosotros. Sin embargo, ellos también pudieron desarrollar conocimientos que les hicieron conocer los secretos del Universo.
Desvelado el secreto de viajaqr por el Tiempo, en menos de 3.000 años, la Tierra (sus habitantes) se hizo “amiga” de los habitantes de otros mundos. El intercambio de tecnología y también de costumnbres, fue igualando, poco a poco, las formas de vivir de los mundos habitados.
Llegamos a tomar “tierra” en mundos cuyos habitantes, de morfologías imposibles, eran gente amable y siempre dispuestas a colaborar, de inteligencia extrema, comprendían lo que necesitábamos sin tener que mediar palabras, ya que, su lenguaje era un conglomerado de sonidos ininteligibles que costaría mucho tiempo entender.
Está claro que en esos largos viajes que harán nuestras naves futuras nos encontraremos con toda clase de Seres y, no todos, serán amistosos. Sin embargo, la cuestión es irreversible, nada podrá impedir que cuando los terrícolas alcancen ese nivel tecnológico de poder visitar otros mundos… ¡Allí estarán!
Esperemos que para cuando eso llegue, nuestras mentes hayan evolucionado hacia una consciencia muy superior y sepamos respetar todo aquello que, siendo diferente a nosotros, tengan también, unos derechos que no debemos pisotear.
Realmente, no sabemos lo que nos podremos encontrar por esos mundos perdidos y situados a cientos o miles de años luz de nosotros. Si lo pensamos detenidamente, no será nada fácil hacerse entender con algunas de esas especies, tan diferentes a nosotros en muchos aspectos y costumbres.
Cómo me gustaría estar por aquí en los próximos miles de años para ser testigo de tantas maravillas como les esperan a nuestros descendientes que, podrán llegar hasta esos niveles gracias al trabajo que hicieron los que antes que ellos, estuvieron aquí.
Las naves espaciales del futuro serán tan grandes como ciudades, y, en ellas, habrá de todo, desde laboratorios y escuelas hasta teatros y playas, sin olvidarnos de jardines hidrophónicos que cultivaran legumbres y verduras frescas para los cientos de miles de pasajeros que, viajaran, en varias generaciones, para llegar a destinos muy alejados de nuestro mundo.
Gravedad artificial simulando la de la Tierra, clima y mantenimiento de vida con varios resortes de seguridad que, durante cualquier inesperado acontecimiento, se regenera de manera automática, material de construcción de la Nave que es inteligente, y, en caso de que un micro-meteorito la perfore, se regenera al instante sin intervención humana. Modernos hospitales con los últimos adelantos y Robots de última generación para realizar los trabajos de mantenimiento fuera de la nave y las reparaciones… También son ellos, los robots, los que visitarán los mundos por los que podamos pasar en el viaje para hacer informes y calibrar la posibilidad de habitarlo, si tiene seres vivos inteligentes, etc. También, esas modernas navez, impiden la entrada de radiación exterior.
¡Decidido! Me quedo a vivir en cualquiera de esos mundos, siempre que en ellos tengan libros donde poder buscar sobre los temas que me interesan y que desconozco, si allí también puedo aprender un poco… ¡A qué esperáis! LLEVADME.
emilio silvera